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Tema: Trabajo Infantil en Honduras
Catedrático Responsable:
Lic.
Alumna:
Cuenta N°:
2022
INTRODUCCIÓN
Analizar la estructura institucional que, dentro del marco legal, acciona para prevenir
y erradicar el trabajo infantil.
El telón de fondo del trabajo infantil es la pobreza, un flagelo que en Honduras aumentó
al 70 % en 2020 a causa de la pandemia de covid-19 y las tormentas tropicales Eta e
Iota, según organismos de derechos humanos y organizaciones económicas.
Esa pobreza obliga a que miles de niños desempeñen labores incompatibles con su edad,
que ponen en riesgo su desarrollo educativo y en muchos casos su salud, para ayudar a
su familia, afirmó Valladares y afecta también a las niñas.
La situación de los niños que viven en hogares pobres es palpable en las calles de
Tegucigalpa, donde se ven grupos de menores concentrados en los semáforos,
limpiando vidrios de vehículos, haciendo malabares o pidiendo dinero o comida.
El Instituto Nacional de Estadísticas de Honduras, con apoyo del Programa Futuros
Brillantes, tiene previsto realizar en 2022 la primera encuesta oficial sobre trabajo
infantil en el país para conocer la magnitud y el alcance del problema, comentó. EFE
La Organización Internacional del Trabajo (OIT), define el trabajo infantil como toda
aquella acción que priva a los niños de su infancia, su potencial y su dignidad, es
además perjudicial para su desarrollo físico y psicológico; porque los excluye de sus
derechos como el acceso a la salud y a la educación.
En Honduras más 50.5% de menores de edad realizan labores agrícolas, un 20% en el
comercio, un 10.6% en la industria manufacturera, 3% en la construcción y el restante
17% entre otras labores que son consideradas de alto riesgo para los niños y niñas en
Honduras.
Niños en condición vulnerable
Hay al menos 412 mil 122 menores, el 16% de la población infantil de la nación, que
trabajan a diario para ganarse la vida, desarrollan labores que suelen ser sumamente
peligrosas ya que les toca salir de sus viviendas, tomar sus propias decisiones, además
por trabajar, se autoexcluyen de derechos fundamentales como la salud y la educación.
La pandemia, el detonante
Al respecto, Ramírez, sostiene que no todo lo que se mira en la calle, es trabajo infantil,
ese es un problema mayor para el país, porque esos son menores que están en un riesgo
inminente, que, pese a que desarrollan una actividad para lucrarse, no hay disciplina
para mejorar las oportunidades, su esfuerzo se encamina a obtener dinero y nada más.
El país afronta una grave crisis de mendicidad, este fenómeno se manifiesta cuando uno
de los miembros de la familia está presente en las actividades laborales que desarrollan
los menores en las calles y avenidas de una determinada ciudad, “es lamentable porque
los padres creen que si su hijo les ayuda van a mejorar su condición económica”.
Tegucigalpa, San Pedro Sula, La Ceiba, Choluteca y Roatán, son las ciudades donde el
fenómeno del trabajo infantil se ha acentuado; es por ello por lo que son esos lugares los
que deberían intervenirse para reducir el impacto de este tema que afecta a más de 400
mil menores que no tienen oportunidad de estudio.
“Las cifras podrían ser mucho mayores, porque no se tiene un dato preciso, sin
embargo, estos infantes no tienen un buen futuro, porque no están estudiando, no se
están preparándose para mejorar su condición de vida, es decir están cerrando la puerta
a las oportunidades”, contó Ramírez.
A todo esto, la Secretaría del Trabajo, apenas otorgó 342 permisos de trabajo a
adolescentes a nivel nacional, esta cifra tiene que ver con que son pocas las familias
interesadas en que sus hijos trabajen conforme a la ley; porque gran parte de ellas se
dedican al comercio informal entonces sus hijos siguen esa línea.
“Yo considero que Honduras debe tomarse tiempo para revisar las peores formas de
trabajo infantil y erradicarlas, ya que aquí tenemos muchas como: la minería, cohetería,
agricultura, buceo, melón, langosta y trabajos domésticos; tenemos programas
preventivos pero los mismos no son suficientes”, indicó la funcionaria.
Añadió que una de las debilidades que afronta el país para contrarrestar ese fenómeno,
es que no se tiene un presupuesto asignado para atender como corresponde, tampoco se
tiene un dato exacto de los niños trabajando, no se sabe quiénes son y dónde están
exactamente.
El Ministerio Publico
Según la OIT unos 160 millones de niños trabajan en todo el mundo y en los últimos
cuatro años, se registra un incremento de 8.4 millones de infantes que decidieron
trabajar; la mayoría de ellos se encuentran en situación de riesgo debido a las labores
que desarrollan y a la llegada de la pandemia del COVID-19.
Un informe publicado recientemente por el organismo señala que “los avances para
erradicar el trabajo infantil se han estancados por primera vez en 20 años”, que además
la tendencia de esos esfuerzos se ha invertido, esto, con relación a que entre el periodo
2000 – 2016, las cifras de estos casos se redujeron en 94 millones.
Según la Organización Internacional del Trabajo, el 70% de los casos de trabajo infantil
-112 millones de niños- desarrollan labores en el sector agrícola, seguido del 20% -31,4
millones de infantes que se dedican a brindar servicios y el 10 por ciento -16,5 millones
de menores trabajan en el sector industrial.
Es importante destacar que no todos los hogares pobres con niveles similares de ingreso
recurren al uso de trabajo infantil si se utiliza como base del análisis el porcentaje de
población bajo la línea de pobreza de ingresos, existiendo otras variables, como la
cultura y tradiciones para el trabajo de los menores. Sin embargo, se ha podido
comprobar, cómo la causa determinante de la explotación infantil es la pobreza,
poniendo en evidencia que la insuficiencia de ingresos es un indicador más significativo
para explicar el trabajo infantil que la satisfacción efectiva de un conjunto de
necesidades básicas materiales, lo anterior nos lleva a uno de los temas más
controvertidos como es la incidencia del trabajo infantil sobre el ingreso familiar: éste
genera un aumento de la explotación infantil, algo que el gobierno debe de poner en
marcha planes, estrategias o lo que sea necesario para erradicar este problema.