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y neurodesarrollo
Resumen de la unidad
Material de lectura
Postura y movimiento del niño con Parálisis Cerebral – Bertha Bobath
Componentes del desarrollo motor típico y atípico – Loys Bly
Terapia de Neurodesarrollo – concepto NDT
1. Parálisis cerebral y neurodesarrollo
Entendiendo de base la patología y los conceptos tratados en la unidad anterior, nos enfocaremos
en abordar de forma global el desarrollo de las afecciones dentro de los procesos de desarrollo
según los sistemas comprometidos y como poder abordarlos, entendiendo que a pesar de que
podemos conocer un posible pronósticos, todas las patologías y sus variaciones se comportan de
formas diferentes entre sujetos, por lo cual siempre tendremos que tener noción de esto al
momento de intervenir, sabiendo también de base que tenemos el concepto de neurodesarrollo
que también desea abordar de forma integral, y esto nos lleva a que nuestro criterio clínico y
abordaje debe ser asertivo dentro de contexto de sujeto y la manifestación de su patología. Por lo
cual el abordaje de las afectaciones dadas por una PC o un trastorno del neurodesarrollo tendrá
por objetivo entender necesidades que tenga el sujeto o infante, y desde aquí abordarlas, ya que
el infante se debe evaluar como un ser único que vive dentro de un grupo familiar particular con
necesidades propias de ellos, ya que se deben considerar la situación de vida actual del niño y su
futuro para poder acordar objetivos a alcanzar, el que debe estar dirigido en un aumento de
alguna habilidad o necesidad funcional. El tratante al conocer el concepto de neurodesarrollo,
puede entender porque un infante con PC no puede desarrollar ciertas habilidades, entendiendo
de esta forma los patrones básicos para lograr una habilidad funcional, el desarrollo típico no es un
muy usado para tratar las dificultades en el desarrollo, pero si como método evaluativo, ya que
como se trató anteriormente, este nos ayuda a entender las dificultades motrices, pero a la vez
debemos comprender, que los bebes que tienen PC, sus hitos psicomotores no son como lo típico,
por lo cual debemos adaptar acciones y/o patrones según las capacidades basales del sujeto para
adquirir una función y así el objetivo, pero también entendiendo el patrón típico posible para esa
acción, el que me ayudara a modificar de ser necesario o intentando buscar lo más cercano a ese
patrón típico, es por esto que ahí nos centramos en un delgado hilo de los objetivos a alcanzar, ya
que si tenemos un método evaluativo a través de escalas de patrones típicos de desarrollo
psicomotor, y sabemos que los usuarios con PC o trastornos del neurodesarrollo no se comportan
como este patrón típico, pues es entonces donde debemos pausar y analizar para poder definir el
verdadero objetivo, ya que podemos decir que la terapia es inefectiva si solicitamos que el niño
con PC alcance logros de escalas de desarrollo psicomotor típico o normal, es por esto que
detenernos a analizar el objetivo funcional, el cómo lo va a realizar entendiendo un patrón de base
e intentando buscar un movimiento de calidad para esa acción según las capacidades de base del
sujeto y además incluyendo los factores contextuales y psicológicos que pueden estar interfiriendo
en algún área de desarrollo y esto nos llevara al trabajo en un equipo multidisciplinario y afectivo
con la familia desde las áreas socioemocionales terapéuticas. Como estamos tratando un desorden
del movimiento tipio, el tratamiento a utilizar debe ser un proceso constantemente activo, ya que
las habilidades motorices necesitan integrarse a los sistemas corporales a través de la repetición,
es por esto que se va a identificar la problemática que el infante posee con algún movimiento y/o
patrón y de esta forma poder saber cómo afecta la función. En la fisiopatología de cada
enfermedad se desencadenarán diferentes afecciones en otros sistemas que se deben abordar en
paralelo para poder alcanzar el objetivo, por lo que también según el nivel de funcionalidad y
severidad de la enfermedad en el infante y el objetivo a alcanzar, la intervención del terapeuta
debería ser cada vez menos en sentido de disminuir la facilitación para permitir el alcance de la
función.
Cuando entendemos la PC desde un punto de vista clínico, sabemos que es una patología no
progresiva, y que a grandes rasgos tendremos consecuencias primarias y secundarias, pero es aquí
en que el manejo terapéutico también debe tener cuidado al entender esta patología como no
progresiva, ya que a veces se les explica a las familias o tutores de la población infante con PC que
esta patología es no progresiva, pero esto causa que las familias se despreocupen, ya que si, desde
las consecuencias primarias como lo son por ejemplo, la gravedad o lesión propiamente tal en el
cerebro, quizás en estas áreas no habrán mayores cambios en el desarrollo y por esto es no
progresiva, también tenemos por ejemplo, aquellas lesiones o alteraciones de los sistemas que
están relacionadas directamente con el diagnostico de base como lo puede ser la condición de
prematuros que puede generar dificultades a nivel del sistema respiratorio por la inmadurez de
este para poder afrontar la carga del intercambio gaseoso, en la que muchas veces requieren de
soporte ventilatorio parcial o total, durante el inicio o la gran parte de su desarrollo, pero dentro
de las consecuencias secundarias , si tendremos cambios más evidentes, la gran mayoría negativos
para la funcionalidad y más aún para la sobrevivencia, por esta razón, conocer la fisiopatología y
como esta se manifiesta en el tiempo, será de vital importancia al momento de consensuar
objetivos entre el equipo terapéutico, ya que por lo general estas consecuencias secundarias, se
vienen dando por todos los procesos psicomotrices adaptativos durante el desarrollo, como o
pueden ser, las variaciones y/o fluctuaciones del tono y sinergias musculares para una
determinada acción, provocando asimetrías en las alineación y esto llevando a contracturas y
posibles estructuraciones articulares, ya que durante los primeras semanas-meses de vida,
grandes alteraciones no se perciben, como alteraciones en el rango articular o estructuraciones,
según también el grado de complejidad basal, pero a medida que el infante comienza su
desarrollo, la musculatura y todo su procesamiento del movimiento comienzan a madurar y a
adquirir patrones según este desorden del movimiento, como puede ser en un niño con
hemiparesia, que a medida que comienza a realizar mayor carga de peso con su pie afectado, este
comienza a aumentar la actividad de la musculatura del tríceps sural, generando una tracción y
acortamiento del tendón de Aquiles, llevando al tobillo a una plantiflexion, que con el tiempo y sin
tratamiento se comienza a estructurar en un pie equino, esto desencadenando una serie de
consecuencias a nivel físico y psicosocial, ya que muy probable una marcha con pie equino o en
punta de pie, llevara a una flexión de rodilla y cadera y esto a una compensación de tronco
provocando posibles escoliosis y acordamientos musculares, la cual puede interferir en todo el
funcionamiento cardio-respiratorio siendo algo vital con el paso de los años, la que a su vez va
provocando la dificultad de participar en la sociedad por la falta de accesibilidad y a su vez esto
repercute en los estados anímicos y psicológicos en el sujeto, entre muchas otros factores que se
pueden estar viendo intervenidos por esta causa de base, otro ejemplo puede ser un sujeto con
mayor gravedad en una deprecia espástica, que producto de la fuerza y actividad desorganizada
de la musculatura flexora y aductora de caderas, por lo general llevan a la sub luxación o luxación
de caderas en las primeras etapas de desarrollo, dificultando la maduración de estas y por
consecuencia la adquisición de hitos motores, este desarrollo provoca dificultades en la
exploración e intención del movimiento en muchos casos, dificultando los procesos cognitivos y de
aprendizaje, entre otros factores y/o consecuencias que se puedan presentar, por esto es
importante el manejo temprano de estas situaciones ya que así podemos prevenir o mantener
funciones importantes para la vida.
Los sistemas que mayormente se ven afectados en la Parálisis Cerebral, cardio-respiratorio ya sea
por una alteración de base del sistema, debido a una dificultad directamente relacionada con el
diagnostico basal, o por una consecuencia secundaria como lo puede ser una deformidad o
malformación del tórax o columna, también se ve afectado el sistema somato sensorial y musculo
esquelético, debido a la dificultad en el desarrollo principalmente lo que va a complicar la
integración percepción de los estímulos internos y externos, así también como las estructuras
Oseas y de tejidos blandos, debido a la dificultad también presentada en el sistema neuromuscular
producto de toda la alteración generada en la lesión de base, en la que tendremos efectos sobre el
tono muscular y la actividad muscular, la que va a generar tanto contracciones mantenidas en
tiempos o momentos en los que se desea relajar, y al revés, activar o contraer la musculatura y
esta se encuentra relajada o con una baja actividad, esto también es mediado y se ve alterado el
mecanismo de agonista-antagonista para graduar las contracciones tanto flexores como
extensoras, llevando a provocar las sinergias musculares que al estar descoordinados generan que
la actividad no se pueda llevar a cabo, y esto respecto al tiempo de reclutamiento muscular y la
cantidad de reclutamiento, la que va de la mano con la orden predecible de la acción, situación
que no se da cuando se ven afectados estos sistemas.
2. Hipotonía
3. Hipertonía
Figura 4.
Los niños con PC e hipertono presentan una fuerte actividad muscular de los flexores,
aductores y rotadores internos de cadera, esto repercute en la formación de la
articulación coxofemoral, provocando posibles asimetrías, luxaciones y subluxaciones de
la cabeza femoral, como también algún grado de displasia.
A nivel de rodillas también se produce un patrón muy común que es la flexión de esta,
debido al patrón que adopta la extremidad inferior ya sea por la posición también de
tobillo-pie y cadera, es por ello que busca una compensación a través de la
hiperextensión, por estas razones es importante manejar el posicionamiento de la
columna y pelvis, junto con la postura de tobillos-pies, para poder manejar cadera y rodilla
buscando la funcionalidad, también a nivel de tobillo se presenta el pie en equino
producto de la actividad del tríceps sural en especial de gastrocnemios, que como se
explicó anteriormente por su gran área de sección transversal, tiene una ventaja mecánica
respecto a los dorsiflexores, llevando a la plantiflexion de tobillo, la que viene
acompañada posteriormente con deformidades a nivel de pies y ortejos. Esto también
puede estar influenciados por acortamientos a nivel de flexores de cadera y rodilla,
generando una tracción mecánica del sistema muscular, como también asimetrías en la
longitud de las extremidades inferiores, ya sea propiamente tal respecto a la longitud del
hueso, o a desalineación y asimetrías a nivel de pelvis y columna. Todo esto también lleva
a la variación respecto a las cargas que se producen en el complejo de tobillo-pie al estar
en bípedo y en marcha, ya que toda la co- contracción muscular alterada producto por
información sensorial inadecuada, también trae deformidades en los 3 planos de
movimiento, como lo son la pronación o supinación.
Para estas afecciones existen diversas estrategias y herramientas para abordar su manejo
y así poder prevenir la mayor cantidad de complicaciones secundarias, las cuales si no
podemos tener la oportunidad de entregar la cantidad adecuada de intervención
terapéutica específica, existen aparatos o ayudas técnicas, que nos favorecen la
adquisición de ciertos objetivos y la prevención de complicaciones, como lo pueden ser, el
mobiliario de bipedestación, ya sean tablas supinas, tablas pronas, mesa cajón, que en
resumidas cuentas, nos ayuda a lograr una bipedestación terapéutica según el caso lo
amerite, favoreciendo la alineación, carga de peso y maduración ósea, como también
beneficios a nivel de otros sistemas, como cardio respiratorio, articular, gastrointestinal,
etc., en la que también con la clínica y bajo protocolos de intervención también podemos
ayudar a mejorar las co- contracciones musculares. Por otra parte también podeos
encontrar ayudas técnicas, como son las ortesis, férulas, como aquellas a nivel de tobillo-
pie (Ortesis tobillo pie), que nos ayudan a mantener una posición más alineada,
disminuyendo la actividad flexora plantar para evitar y prevenir deformaciones articulares,
las cuales también se diferencian según el nivel de funcionalidad, actividad muscular y
posicionamiento articular, para determinar la más acorde para cada sujeto, ya que si por
ejemplo, tengo una condición de hemiparesia con una tendencia al equino, pero al evaluar
la hipertonía es lo suficientemente controlable para lograr un aplome completo y a su vez
el rango le permite la dorsiflexion, la indicación de la ortesis tobillo pie, debe ser de tipo
flexible, ya que otra variante es la rígida, pero una condición como la presentada, tiene
actividad dorsiflexora, por lo cual indicar una ortesis rígida nos estará perjudicando por el
desuso que tendría la dorsiflexion activa.
Por otra parte tenemos a la ataxia, en la que encontramos que esta población tiene
afectación a nivel cerebeloso con alteración de las vías aferentes y eferentes, provocando
de esta forma una dificultad en la coordinación muscular y reclutamiento muscular para la
acción voluntaria haciéndola irregular, la que no debe confundirse con dismetría, que es
una situación en la que hay un problema respecto a la medición de distancias en la acción
muscular generando perturbaciones para su control y respectiva actividad, lo que sería un
aspecto de ataxia por dificultades en el control de la distancia, fuerza y velocidad de una
acción, que también puede ir acompañada de temblor, siendo movimientos repetitivos y
por lo general regulares y oscilatorios.
Esto repercute notoriamente en el abordaje de cada sujeto, ya que nos ayudara a saber el
posible pronostico, los objetivos a consensuar con el equipo y familia, y de esta forma y
siguiendo las bases de tratamiento e intervención, poder entregar una terapia adecuada
según el nivel de complejidad que se presenta en el infante.
Conclusión
Cuando apreciamos las diferentes dificultades a nivel sensorio motriz de un infante provocadas
por una lesión del SNC o desarrollo del cerebro, podemos entender que el abordaje de estas
condiciones basales debe ser de forma integral, para así poder permitir la funcionalidad o la
actividad respecto a entorno y a su vez a las capacidades propias de cada sujeto. Entendiendo
dicha base, se podrán tomar acciones y medidas atingentes a cada situación y caso, lo que
permitirá un manejo óptimo para cada condición, sabiendo de base que cada patología se
comporta de diferentes formas en cada individuo, por lo cual abordarlo con el equipo
multidisciplinario y familia, ayudara a que se intenten modular o manejar diversos factores que
pueden estar repercutiendo en la calidad del movimiento, dificultando de esta forma la actividad.
Referencias bibliográficas