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Unidad II: Enfoque parálisis cerebral

y neurodesarrollo
Resumen de la unidad

En esta unidad podremos encontrar información relevante respecto a los procesos


patológicos a nivel motor que se producen en un sujeto con trastorno del neurodesarrollo
y/o parálisis cerebral. Como a través de un cuadro clínico de la enfermedad se pueden
desencadenar patrones que van provocando afecciones progresivas hacia el deterioro, por
esta razón la importancia de conocer los posibles pronósticos, para poder prevenir, en la
que el proceso de evaluación será importante en esta prevención. Entenderemos como la
patología se comporta y manifiesta en sus distintos grados de severidad, y como usar
ciertas estrategias y/o herramientas para tratarlas. En las que, según el grado de
complejidad de la condición de base, podremos alcanzar con nuestra intervención una
mejora o mantención de las condiciones evitando el aumento de su gravedad.
Dentro de lo que son las afectaciones del SNC podremos encontrar muchas clasificaciones
y variantes, pero lo que es respecto al neurodesarrollo y lesiones de Parálisis Cerebral, nos
enfocaremos principalmente en dos grandes características que se presentan, que es la
hipotonía e hipertonía muscular, para que a fines clínicos y terapéuticos podamos
entender cómo se desencadena y así poder abordarlo de una forma integral con el equipo
multidisciplinario.

Material de lectura
Postura y movimiento del niño con Parálisis Cerebral – Bertha Bobath
Componentes del desarrollo motor típico y atípico – Loys Bly
Terapia de Neurodesarrollo – concepto NDT
1. Parálisis cerebral y neurodesarrollo

Entendiendo de base la patología y los conceptos tratados en la unidad anterior, nos enfocaremos
en abordar de forma global el desarrollo de las afecciones dentro de los procesos de desarrollo
según los sistemas comprometidos y como poder abordarlos, entendiendo que a pesar de que
podemos conocer un posible pronósticos, todas las patologías y sus variaciones se comportan de
formas diferentes entre sujetos, por lo cual siempre tendremos que tener noción de esto al
momento de intervenir, sabiendo también de base que tenemos el concepto de neurodesarrollo
que también desea abordar de forma integral, y esto nos lleva a que nuestro criterio clínico y
abordaje debe ser asertivo dentro de contexto de sujeto y la manifestación de su patología. Por lo
cual el abordaje de las afectaciones dadas por una PC o un trastorno del neurodesarrollo tendrá
por objetivo entender necesidades que tenga el sujeto o infante, y desde aquí abordarlas, ya que
el infante se debe evaluar como un ser único que vive dentro de un grupo familiar particular con
necesidades propias de ellos, ya que se deben considerar la situación de vida actual del niño y su
futuro para poder acordar objetivos a alcanzar, el que debe estar dirigido en un aumento de
alguna habilidad o necesidad funcional. El tratante al conocer el concepto de neurodesarrollo,
puede entender porque un infante con PC no puede desarrollar ciertas habilidades, entendiendo
de esta forma los patrones básicos para lograr una habilidad funcional, el desarrollo típico no es un
muy usado para tratar las dificultades en el desarrollo, pero si como método evaluativo, ya que
como se trató anteriormente, este nos ayuda a entender las dificultades motrices, pero a la vez
debemos comprender, que los bebes que tienen PC, sus hitos psicomotores no son como lo típico,
por lo cual debemos adaptar acciones y/o patrones según las capacidades basales del sujeto para
adquirir una función y así el objetivo, pero también entendiendo el patrón típico posible para esa
acción, el que me ayudara a modificar de ser necesario o intentando buscar lo más cercano a ese
patrón típico, es por esto que ahí nos centramos en un delgado hilo de los objetivos a alcanzar, ya
que si tenemos un método evaluativo a través de escalas de patrones típicos de desarrollo
psicomotor, y sabemos que los usuarios con PC o trastornos del neurodesarrollo no se comportan
como este patrón típico, pues es entonces donde debemos pausar y analizar para poder definir el
verdadero objetivo, ya que podemos decir que la terapia es inefectiva si solicitamos que el niño
con PC alcance logros de escalas de desarrollo psicomotor típico o normal, es por esto que
detenernos a analizar el objetivo funcional, el cómo lo va a realizar entendiendo un patrón de base
e intentando buscar un movimiento de calidad para esa acción según las capacidades de base del
sujeto y además incluyendo los factores contextuales y psicológicos que pueden estar interfiriendo
en algún área de desarrollo y esto nos llevara al trabajo en un equipo multidisciplinario y afectivo
con la familia desde las áreas socioemocionales terapéuticas. Como estamos tratando un desorden
del movimiento tipio, el tratamiento a utilizar debe ser un proceso constantemente activo, ya que
las habilidades motorices necesitan integrarse a los sistemas corporales a través de la repetición,
es por esto que se va a identificar la problemática que el infante posee con algún movimiento y/o
patrón y de esta forma poder saber cómo afecta la función. En la fisiopatología de cada
enfermedad se desencadenarán diferentes afecciones en otros sistemas que se deben abordar en
paralelo para poder alcanzar el objetivo, por lo que también según el nivel de funcionalidad y
severidad de la enfermedad en el infante y el objetivo a alcanzar, la intervención del terapeuta
debería ser cada vez menos en sentido de disminuir la facilitación para permitir el alcance de la
función.

Cuando entendemos la PC desde un punto de vista clínico, sabemos que es una patología no
progresiva, y que a grandes rasgos tendremos consecuencias primarias y secundarias, pero es aquí
en que el manejo terapéutico también debe tener cuidado al entender esta patología como no
progresiva, ya que a veces se les explica a las familias o tutores de la población infante con PC que
esta patología es no progresiva, pero esto causa que las familias se despreocupen, ya que si, desde
las consecuencias primarias como lo son por ejemplo, la gravedad o lesión propiamente tal en el
cerebro, quizás en estas áreas no habrán mayores cambios en el desarrollo y por esto es no
progresiva, también tenemos por ejemplo, aquellas lesiones o alteraciones de los sistemas que
están relacionadas directamente con el diagnostico de base como lo puede ser la condición de
prematuros que puede generar dificultades a nivel del sistema respiratorio por la inmadurez de
este para poder afrontar la carga del intercambio gaseoso, en la que muchas veces requieren de
soporte ventilatorio parcial o total, durante el inicio o la gran parte de su desarrollo, pero dentro
de las consecuencias secundarias , si tendremos cambios más evidentes, la gran mayoría negativos
para la funcionalidad y más aún para la sobrevivencia, por esta razón, conocer la fisiopatología y
como esta se manifiesta en el tiempo, será de vital importancia al momento de consensuar
objetivos entre el equipo terapéutico, ya que por lo general estas consecuencias secundarias, se
vienen dando por todos los procesos psicomotrices adaptativos durante el desarrollo, como o
pueden ser, las variaciones y/o fluctuaciones del tono y sinergias musculares para una
determinada acción, provocando asimetrías en las alineación y esto llevando a contracturas y
posibles estructuraciones articulares, ya que durante los primeras semanas-meses de vida,
grandes alteraciones no se perciben, como alteraciones en el rango articular o estructuraciones,
según también el grado de complejidad basal, pero a medida que el infante comienza su
desarrollo, la musculatura y todo su procesamiento del movimiento comienzan a madurar y a
adquirir patrones según este desorden del movimiento, como puede ser en un niño con
hemiparesia, que a medida que comienza a realizar mayor carga de peso con su pie afectado, este
comienza a aumentar la actividad de la musculatura del tríceps sural, generando una tracción y
acortamiento del tendón de Aquiles, llevando al tobillo a una plantiflexion, que con el tiempo y sin
tratamiento se comienza a estructurar en un pie equino, esto desencadenando una serie de
consecuencias a nivel físico y psicosocial, ya que muy probable una marcha con pie equino o en
punta de pie, llevara a una flexión de rodilla y cadera y esto a una compensación de tronco
provocando posibles escoliosis y acordamientos musculares, la cual puede interferir en todo el
funcionamiento cardio-respiratorio siendo algo vital con el paso de los años, la que a su vez va
provocando la dificultad de participar en la sociedad por la falta de accesibilidad y a su vez esto
repercute en los estados anímicos y psicológicos en el sujeto, entre muchas otros factores que se
pueden estar viendo intervenidos por esta causa de base, otro ejemplo puede ser un sujeto con
mayor gravedad en una deprecia espástica, que producto de la fuerza y actividad desorganizada
de la musculatura flexora y aductora de caderas, por lo general llevan a la sub luxación o luxación
de caderas en las primeras etapas de desarrollo, dificultando la maduración de estas y por
consecuencia la adquisición de hitos motores, este desarrollo provoca dificultades en la
exploración e intención del movimiento en muchos casos, dificultando los procesos cognitivos y de
aprendizaje, entre otros factores y/o consecuencias que se puedan presentar, por esto es
importante el manejo temprano de estas situaciones ya que así podemos prevenir o mantener
funciones importantes para la vida.
Los sistemas que mayormente se ven afectados en la Parálisis Cerebral, cardio-respiratorio ya sea
por una alteración de base del sistema, debido a una dificultad directamente relacionada con el
diagnostico basal, o por una consecuencia secundaria como lo puede ser una deformidad o
malformación del tórax o columna, también se ve afectado el sistema somato sensorial y musculo
esquelético, debido a la dificultad en el desarrollo principalmente lo que va a complicar la
integración percepción de los estímulos internos y externos, así también como las estructuras
Oseas y de tejidos blandos, debido a la dificultad también presentada en el sistema neuromuscular
producto de toda la alteración generada en la lesión de base, en la que tendremos efectos sobre el
tono muscular y la actividad muscular, la que va a generar tanto contracciones mantenidas en
tiempos o momentos en los que se desea relajar, y al revés, activar o contraer la musculatura y
esta se encuentra relajada o con una baja actividad, esto también es mediado y se ve alterado el
mecanismo de agonista-antagonista para graduar las contracciones tanto flexores como
extensoras, llevando a provocar las sinergias musculares que al estar descoordinados generan que
la actividad no se pueda llevar a cabo, y esto respecto al tiempo de reclutamiento muscular y la
cantidad de reclutamiento, la que va de la mano con la orden predecible de la acción, situación
que no se da cuando se ven afectados estos sistemas.

2. Hipotonía

Durante el proceso de desarrollo típico, podremos apreciar una hipotonía generalizada en


algunas etapas, la cual va disminuyendo progresivamente y según también como la
actividad muscular según la intención vaya controlando el movimiento, para dar la
actividad muscular necesaria y así permitir la estabilidad articular gracias al sistema
musculo esquelético. Aquellos infantes que mantienen esta hipotonía en el tiempo, en
algunas ocasiones se da por un compromiso a nivel cereboloso y sus vías, pero por lo
general es desconocido. En los PC que desarrollan hipotonía pueden presentar signologia
de atetosis, ataxia o espasticidad en su desarrollo de crecimiento. A nivel muscular la
hipotonía nos provoca dificultades en la coordinación y control del movimiento, la que se
ve influenciada por problemas en la velocidad y tiempo de activación muscular, llevando a
un pobre reclutamiento muscular generando sinergias variables de activación muscular y
logrando oscilaciones en el movimiento y/o postura, dificultando de esa forma la co-
contracción muscular para lograr una estabilización apropiada para la función.

Cuando apreciamos a un infante con esta dificultad, podremos encontrar problemáticas


en la función de mantener la cabeza o extremidades en contra de la fuerza de gravedad, y
si esta se da será por pequeños segundos u oscilaciones posturales, aun cuando también
se le facilite o posiciona el segmento en contra de gravedad. Desde la mirada clínica, la
postura en un niño con hipotonía, encontraremos posiciones que busquen una amplia
base de sustentación para ayudar a mantener el control de la postura y a su vez un centro
de masa bajo por dificultad para sacarlo en contra de la gravedad y poder controlarlo. A su
vez también podemos apreciar que como no hay la actividad muscular y de tejidos
blandos correspondientes a un desarrollo típico, con el tiempo, se pueden ir provocando
inestabilidades articular traducidas en patologías traumatológicas, como puede ser la
inestabilidad de hombro y de la musculatura peri articular para ayudar a coaptar, la cual si
no se encuentra provocara la sobre elongación del tejido blando, llevando a dolor e
impotencia funcional, lo que por otra parte al encontrarse los orígenes e inserciones
musculares en zona elongadas, biomecanicamente la fuerza a realizar debe ser mayor, y
como de base esta es difícil de activa, será aún mayor si se encuentra en una desventaja
mecánica respecto a la posición, por lo cual habrá poco movimiento articular, generando
que en la zona del antagonista, la musculatura se encuentre acortada, que con el tiempo
ira provocando estructuración de los tejidos, y esto es lo que con el tiempo va también
limitando la actividad sinérgica de la musculatura generando aún más debilidad e
hipotonía o teniendo que recurrir a estrategias poco efectivas energéticamente. Por
ejemplo en un niño con hipotonía a nivel de tronco, y que tendrá aproximadamente entre
6-7 meses, podremos encontrar que al posicionar en sedente, su musculatura anti
gravitatoria estará debilitada para estabilizar la posición como lo haría un niño típico de
esas edad, y observaremos como la hipotonía de tronco genera inestabilidad a nivel
cefálico y cauda, llevando la cabeza hacia anterior y flexionando la columna, provocando
una posición curva como una gran cifosis, esto lleva a que la cintura escapular se vea
dificultada de sus movimientos y a la vez esta posición evite que la cabeza se pueda
elevar, dificultando la movilidad a nivel de hombros y extremidades superiores, por lo
tanto terapéuticamente, si permitimos un enderezamiento y rectificación de la columna,
provocando de esta forma un acercamiento adecuado de aquella musculatura
estabilizadora para facilitar la actividad muscular, permitiremos que la movilidad sea lo
más adecuada posible, realizando una normalización escapular al descender lo necesario
para permitir la movilidad a nivel de hombro y esto la función manual, permitiendo
también elevar la cabeza y explorar el mundo para poder progresar y potenciar sus áreas
cognitivas y de aprendizaje, junto con las somato sensoriales.
Figura 1.

Nota. Desarrollo típico de un infante, en la que podemos apreciar la


actividad abdominal en acompañamiento con la sinergia muscular de
los flexores de cadera, para elevar las piernas, llevar la pelvis a una
retroversión y rectificar la columna. (Bly, 2011)
Figura 2.

Nota. Desarrollo atípico, apreciándose la hipotonía a nivel


abdominal en la que la estabilidad se logra a través de una
fijación de los músculos flexores de cadera, lo que mantienen fija
a la pelvis evitando su respectivo enderezamiento lumbar. (Bly,
2011)
Estos sistemas somato sensoriales, que permite al infante percibir las distintas
sensaciones de estímulos que vienen tanto del ambiente como lo son también producidas
en su propio cuerpo, pero que también se ven afectadas cuando la hipotonía se presenta,
por una parte porque los movimientos oculares también son producidos por musculatura
y esta como se mencionó anteriormente tendrá dificultades en la actividad según la
demanda, ya que también se podría apreciar que los movimientos son difíciles de
controlar a voluntad, generando diferentes patologías oculares, que si lo vemos desde el
lado postural y motor, la visión en esta población es utilizada mayormente para una
estabilidad postural que para la exploración, ya que por ejemplo, en un decúbito prono, ya
sea como apoyo simétrico de codos, los niños usan la visión para mirar hacia arriba y atrás
, provocando de esta forma potenciar la elevación de cabeza a través de la extensión de
columna, pero una vez que desean explorar visualmente, colapsan la postura. Desde los
táctil y propioceptivo, encontraremos dificultades ya que como la complejidad muscular
desde la hipotonía, equivale a una baja intencionalidad por la pobreza destreza motora,
esto llevara a que desde temprana edad, la exploración sensorial disminuya, por ejemplo,
realizando pocas transferencias de peso y esto disminuyendo las zonas de presión, que
entregaran información sensorial tanto superficial y profunda sobre la piel y a su vez los
puntos de apoyo y de contacto que se irán ejerciendo para provocar reacciones de fuerza,
serán menores, lo que nos llevara a poca interacción con su cuerpo y el medio,
complicando la conciencia del cuerpo en el espacio del sujeto.

A nivel del sistema musculo esquelético, podremos encontrarnos con diferentes


alteraciones que se van provocando con el tiempo y producido principalmente por estas
posiciones mantenidas , en las que por ejemplo a nivel de cadera, el acetábulo podría
presentarse de forma superficial y con la cabeza femoral aplanada, debido a la pobre
carga de peso o tardía, lo que disminuirá el proceso de maduración de todo el complejo
articular provocando posibles sub luxaciones o luxaciones, como también patologías de
tipo de tejidos blandos, como se describe anteriormente, como son por ejemplo infantes
con condiciones hipotónicas y movimientos atetosicos las cuales estas cualidades llevan a
una hiperlaxitud del complejo ligamentoso y articular por posiciones prolongadas
generando la subluxación de hombro con dirección inferior o anterior usualmente.

La musculatura que mayormente se ve afectada en acortamiento son los biarticulares, los


superficiales y fasicos mientras funcionan como antagonista controlador de la
musculatura postural en sus respectivas funciones, realizando una función de sustitución
debido a que la musculatura destinada específicamente para el control postural no se
encuentra preparada para trabajar en contra gravedad, por ejemplo.

Dentro de la hipotonía clínicamente, es difícil determinar si específicamente es una


debilidad muscular o la capacidad de generar fuerza ante una determinada actividad, o la
dificultad está en la capacidad de generar la fuerza lo suficientemente rápido para la
actividad y/o para mantenerla por un cierto tiempo. Como se mencionó anteriormente, al
estar algunas zonas mucho tiempo elongado, nos produce una desventaja mecánica para
provocar fuerza, y como para generar fuerza y desarrollo muscular se debe tener una
adecuada relación fuerza-tensión, es por esto que el cultivo de fuerza en la población
hipotónica se vuelve más complejo, teniendo que en muchos caso ser asistido, en la que
por ejemplo, si la musculatura de bíceps braquial para flexionar el codo, se encuentra muy
extendida y esto dificulta la aproximación y el brazo de palanca, terapéuticamente debería
disminuir el rango para fomentar una actividad muscular voluntaria y lo suficientemente
funcional para completar la actividad que solicito, según también las capacidades propias
del infante hipotónico, ya que si funcionalmente la musculatura no tiene la capacidad
suficiente de activarse en contra gravedad y con la reducción del rango, se debe buscar la
manera de trabajar suprimiendo la gravedad, y ver la opción de trabajar con rango
completo o reducido según el nivel de hipotonía.

Cuando observamos las bases de la intervención terapéutica de un infante con hipotonía,


debemos comenzar por apreciar la alineación del niño en diferentes posturas y estrategias
posturales en los movimientos a realizar ante una determinada demanda, permitiéndonos
determinar el grado de severidad, ya que así podremos ver las habilidades y dificultades
biomecánicas, lo que al terapeuta le servirá para entender si el control postural y
movimientos realizados por el infante están efectuados en relación a la tensión y longitud
muscular o es un movimiento por inercias, por ejemplo cuando hay baja movilidad a nivel
de tronco superior debido a la estabilidad aumentada para provocar el movimiento de
extensión de la columna para elevar la cabeza en decúbito prono, o la cabeza cae hacia
anterior volviendo al patrón de flexión o cae hacia posterior, la cual permitirá la
exploración visual de una nueva perspectiva pero limitada y con consecuencias de atrofia
o estructuraciones, pero si terapéuticamente provocamos una alineación, en este caso, un
descenso de los hombros y escapular para mejorar la movilidad de tronco superior,
favoreciendo y facilitando a su vez una alineación de cabeza para una adecuada
exploración, nos permitirá la integración sensorial necesaria para ir buscando el
movimiento voluntario según la severidad también lo permita, ya que a través de este
patrón de alineación, fomentaremos la actividad de patrones musculares flexores
reguladores y estabilizadores, que ayudaran al aprendizaje y estimulación cognitiva. Por
esta razón es importante entender el desarrollo típico como medio evaluativo como se
habló en la primera unidad, y a la vez analizar el patrón a tal punto de entender el control
neuromuscular que se está presentando, lo que nos ayudara a identificar como se está
realizando el movimiento o la actividad y valorar si con alguna nueva posición se puede
permitir una mejor calidad del movimiento.

3. Hipertonía

En la población infante que presenta hipertonía, la cual la podríamos definir como la


ausencia o presencial de espasticidad, co-contracciones aumentadas, cambios
morfológicos presentes en las distintas propiedades del tejido blando, junto con actividad
muscular mantenida en el tiempo.

En los niños que presentan la características de hipertonía en su cuadro de PC, tendremos


dificultades en controlar el inicio y fin de un movimiento ante una cierta demanda según
sea la gravedad de la hipertonía, esto debido a una híper excitabilidad muscular para
iniciar un movimiento siendo este rápido y a su vez descoordinado respecto a la intención
de acción, en la que la respuesta se presenta mucho después de la aferencia del estímulo,
generando por otra parte la dificultad para detener o controlar la acción muscular por del
antagonista, viéndose explicado en que los niños con esta condición de hipertonía tendrán
problemas para iniciar, mantener y finalizar un movimiento determinado. Estas acciones
musculares y del ejido blando, irán provocando con el desarrollo diferentes dificultades
secundarias que por consecuencias aumentaran las problemáticas de funcionalidad, por lo
cual es importante que el terapeuta puedan proveer de cierta forma en primera instancia
de la mejor alineación posible para favorecer las sinergias musculares adecuadas y no
excesivamente activas entre agonistas y antagonistas, lo que a su vez favorecerá a que el
niño pueda aprender a controlar a terminar una función con la musculatura antagonista
para volver a iniciar con el agonista.

Es aquí donde la intervención de la alineación es importante para poder cumplir la función


y la demanda muscular adecuada, y es cuando se acerca al concepto de neurodesarrollo
en el tratamiento, permitiendo patrones de calidad y efectivos de ser posible.

La hipertonía provoca la dificultad para controlar y graduar la inhibición reciproca de la co-


contracción muscular. Esto por lo general, se aprecia una fuerte actividad muscular
cuando se requiere de una función voluntaria, en la que también se observa que con
cambios de estímulos a través de emociones y percepciones la co- contracción mantenida
también aumenta, todo esto aumenta la hipertonía y rigidez neuromuscular, por otra
parte hay ocasiones en que el niño hipertónico puede usar esta característica como una
estrategia postural como por ejemplo para mantener un bípedo para realizar alguna
función del día a día, por lo tanto el manejo de la actividad muscular puede variar según la
necesidad de cada sujeto. Por lo tanto, clínicamente y desde lo terapéutico, el manejo del
hipertono no será el reducir o relajar el tono, si no que ayudar a graduar o controlar la co-
contracción, en la que se producen mejores relaciones entre agonistas y antagonistas
favoreciendo a la alineación lo más simétrica posible, facilitando la iniciación del patrón de
movimiento.
Figura 3.

Nota. Desarrollo típico de un infante, en la que podemos apreciar la


actividad sinérgica de la musculatura flexora y extensora para lograr
el giro, favoreciendo el control a través de la flexión de tronco, y a la
vez con la extensión para controlar el movimiento. (Bly, 2011)

Figura 4.

Nota. Desarrollo atípico de un infante, en la que podemos apreciar la


falta de actividad sinérgica de los flexores, apreciándose la hipertonía
de los extensores de columna, al realizar el giro con esta postura en
extensión. (Bly, 2011)
A nivel de sistemas sensoriales y de percepción, el infante hipertónico al igual que el
hipotónico por lo general utiliza la vista como método compensatorio para estabilizar la
elevación de cabeza, asistiendo la extensión de la columna, cuando esto se mantiene, por
lo general utilizan los cuadrantes superiores para explorar el mundo lo que con el tiempo y
por el desuso se atrofia el campo visual.

Como se explicó también anteriormente, la respuesta ex citatoria rápida a un estímulo


sensorial externo provoca que la rigidez aumente, favoreciendo una mayor rigidez, como
por ejemplo el contacto a nivel palmar estimula la prensión dificultando la apertura, la que
también se puede apreciar al intentar manipular o alcanzar que las variaciones musculares
generan un aumento del estímulo aumentado la hipertonía.

Es por ello que el entendimiento de la información sensorial y como el infante hipertónico


con PC se desenvuelve con este estimulo, es importante para abordar su manejo, ya que
por ejemplo ante la capacidad propioceptiva, los niños hipertónicos muestran un miedo
y/o sensibilidad aumentada por los cambios de posición, y esto se puede deber a la
dificultad en hitos motores lo cuales no favorecieron en la maduración de centros de
modulación sensorial como puede ser el sistema vestibular, respondiendo con una
hipertonía al cambio postural, apreciándose de esta forma una consecuencia secundaria,
o por otra parte, ser parte del daño basal dificultando la integración sensorial de estos
posicionamientos.
Desde la parte musculo esquelética, se aprecian acortamientos del tejido muscular y
tejidos blandos por consecuencia de posiciones mantenidas o actividad muscular y co-
contracción sostenida en el tiempo, la mayor parte de músculos que tienden a disminuir
su longitud son los biarticulares, los superficiales y aquellos que por lo general esta
acortados al nacer como los flexores de cadera. Otro factor que también provoca una
alteración secundaria o postura nociva, es el área de sección trasversal que pueda tener
un musculo respecto a otro, por ejemplo, los plantiflexores, en específico el gastrocnemio,
tiene mayor área que los dorsiflexores, y si a esto le sumamos que la mayor parte del
tiempo el musculo esta acortado por posicionamiento junto a su tejido blando. Desde el
crecimiento también se ve afectado, ya que los huesos, al verse comprimidos los extremos
constantemente, restringen el aumento de su longitud y esto debido a la actividad
muscular mantenida que mantiene la tracción a los extremos.

A nivel de la columna podemos encontrar dificultades por ejemplo en la formación de


escoliosis, ya sea por patrones compensatorios de movimiento y postura, o también por lo
especifico de la tracción que generan los músculos flexores de cadera a nivel de las
vértebras, la cual la hipertonía asimétrica ira progresivamente sumando a una escoliosis
sumando la deformidad por gravedad y compensación.

Los niños con PC e hipertono presentan una fuerte actividad muscular de los flexores,
aductores y rotadores internos de cadera, esto repercute en la formación de la
articulación coxofemoral, provocando posibles asimetrías, luxaciones y subluxaciones de
la cabeza femoral, como también algún grado de displasia.

A nivel de rodillas también se produce un patrón muy común que es la flexión de esta,
debido al patrón que adopta la extremidad inferior ya sea por la posición también de
tobillo-pie y cadera, es por ello que busca una compensación a través de la
hiperextensión, por estas razones es importante manejar el posicionamiento de la
columna y pelvis, junto con la postura de tobillos-pies, para poder manejar cadera y rodilla
buscando la funcionalidad, también a nivel de tobillo se presenta el pie en equino
producto de la actividad del tríceps sural en especial de gastrocnemios, que como se
explicó anteriormente por su gran área de sección transversal, tiene una ventaja mecánica
respecto a los dorsiflexores, llevando a la plantiflexion de tobillo, la que viene
acompañada posteriormente con deformidades a nivel de pies y ortejos. Esto también
puede estar influenciados por acortamientos a nivel de flexores de cadera y rodilla,
generando una tracción mecánica del sistema muscular, como también asimetrías en la
longitud de las extremidades inferiores, ya sea propiamente tal respecto a la longitud del
hueso, o a desalineación y asimetrías a nivel de pelvis y columna. Todo esto también lleva
a la variación respecto a las cargas que se producen en el complejo de tobillo-pie al estar
en bípedo y en marcha, ya que toda la co- contracción muscular alterada producto por
información sensorial inadecuada, también trae deformidades en los 3 planos de
movimiento, como lo son la pronación o supinación.

Para estas afecciones existen diversas estrategias y herramientas para abordar su manejo
y así poder prevenir la mayor cantidad de complicaciones secundarias, las cuales si no
podemos tener la oportunidad de entregar la cantidad adecuada de intervención
terapéutica específica, existen aparatos o ayudas técnicas, que nos favorecen la
adquisición de ciertos objetivos y la prevención de complicaciones, como lo pueden ser, el
mobiliario de bipedestación, ya sean tablas supinas, tablas pronas, mesa cajón, que en
resumidas cuentas, nos ayuda a lograr una bipedestación terapéutica según el caso lo
amerite, favoreciendo la alineación, carga de peso y maduración ósea, como también
beneficios a nivel de otros sistemas, como cardio respiratorio, articular, gastrointestinal,
etc., en la que también con la clínica y bajo protocolos de intervención también podemos
ayudar a mejorar las co- contracciones musculares. Por otra parte también podeos
encontrar ayudas técnicas, como son las ortesis, férulas, como aquellas a nivel de tobillo-
pie (Ortesis tobillo pie), que nos ayudan a mantener una posición más alineada,
disminuyendo la actividad flexora plantar para evitar y prevenir deformaciones articulares,
las cuales también se diferencian según el nivel de funcionalidad, actividad muscular y
posicionamiento articular, para determinar la más acorde para cada sujeto, ya que si por
ejemplo, tengo una condición de hemiparesia con una tendencia al equino, pero al evaluar
la hipertonía es lo suficientemente controlable para lograr un aplome completo y a su vez
el rango le permite la dorsiflexion, la indicación de la ortesis tobillo pie, debe ser de tipo
flexible, ya que otra variante es la rígida, pero una condición como la presentada, tiene
actividad dorsiflexora, por lo cual indicar una ortesis rígida nos estará perjudicando por el
desuso que tendría la dorsiflexion activa.

Durante la marcha, cuando tenemos condiciones de diparesia por ejemplo, la tendencia


de las caderas es llevar el fémur hacia la aducción y rotación interna principalmente, aquí
tenemos algunos ejemplos de herramientas y ayuda técnica como la correa des rotante,
que en conjunto con ejercicio terapéutico podría provocar un cambio favorable en la
estabilidad y función de la marcha, ya que lo que busca principalmente es orientar
adecuadamente las piernas para provocarle una ventaja mecánica al musculo glúteo, al
revertir el patrón hacia la rotación externa y abducción, lo que favorecería el crecimiento
y por ende la tracción del fémur para su respetiva alineación dentro de lo posible. Esto
también favorece a la modulación de la actividad antagonista, favoreciendo una mejor co-
contracción muscular entre aductores y abductores de cadera.
Respecto a la adquisición de fuerza, esto puede estar mediado por diferentes factores que
ya se han explicado anteriormente, pero por ejemplo, la asimetría, el acortamiento o
excesivo alargamiento muscular, la desventaja mecánica, el área de sección transversal,
falta de alineación, contracturas, desequilibrio entre agonista-antagonista, co-
contracciones mantenidas, cambios óseos y articulares, atrofia muscular por falta de uso,
dificultad en las sinergias musculares, entre otros., pero por otra parte alguna
musculatura muestra gran capacidad para generar fuerza en cierta posición o rango
determinado, por lo tanto no se trata de si un musculo es fuerte o no, más bien en que
rango de movimiento el musculo puede tener una mejor actividad o bajo que sinergias
musculares este musculo es capaz de producir fuerza. Es por esto la importancia del
abordaje terapéutico para determinar un objetivo especifico con grupos musculares o
sinergias que me faciliten la actividad, y más aún si esta es voluntaria y controlada.

Dentro de algunas variantes de las características respecto a la actividad muscular


tenemos la atetosis y la ataxia.
Los niños con atetosis que presentan parálisis cerebral, por lo general la alteración se
produce a nivel de los ganglios de la base, quienes regulan la base postural en el equilibrio
tanto de extensores como flexores para poder provocar un movimiento voluntario junto
con la organización y jerarquía secuencial respecto a la intensidad de la contracción
muscular ante una demanda específica, por lo tanto en la atetosis clínicamente hablando,
podremos encontrar movimientos que fluctúan entre flexión y extensión principalmente,
pero las lesiones en atetosis se pueden provocar también en el tálamo, desencadenando
otras afectaciones y resultados respecto a la patología. La atetosis también puede ir
acompañada de Corea, que son movimientos involuntarios, espasmódicos e irregulares,
tanto de las extremidades superiores como de la cara, los que también se pueden
acompañar de hipotonía. También se encuentra la Coreo atetosis, que es una
combinación de las dos últimas, por otra parte, encontramos la distonia, en la que
tenemos un tono fuera de lo normal en algunos tejidos provocando movimientos
diskineticos, y por ultimo tenemos la diskinecia que es la consecuencia de la distonia, por
ejemplo, ya que se produce por una alteración o daño en lo que es el movimiento
voluntario. En estos tipos de usuarios podremos apreciar las afectaciones producidas por
el hipertono y a su vez por el hipotono, ya que fluctúa constantemente provocando una
alteración en la experiencia sensorio motriz.

Por otra parte tenemos a la ataxia, en la que encontramos que esta población tiene
afectación a nivel cerebeloso con alteración de las vías aferentes y eferentes, provocando
de esta forma una dificultad en la coordinación muscular y reclutamiento muscular para la
acción voluntaria haciéndola irregular, la que no debe confundirse con dismetría, que es
una situación en la que hay un problema respecto a la medición de distancias en la acción
muscular generando perturbaciones para su control y respectiva actividad, lo que sería un
aspecto de ataxia por dificultades en el control de la distancia, fuerza y velocidad de una
acción, que también puede ir acompañada de temblor, siendo movimientos repetitivos y
por lo general regulares y oscilatorios.

Todas estas alteraciones de una u otra forma generan dificultades en la adquisiciones de


hitos y patrones de movimiento, los cuales se ven agravados según el nivel de
compromiso, en la que podremos entender clasificaciones ya sea cuando existe
movimiento o no, siendo una paresia cuando hay algún remanente de movilidad
voluntaria, y plejia cuando no existe, y esto asociado a una hemiplejia o hemiparesia,
cuando se ve afectado solo un lado del cuerpo, diplejía o diparesia, cuando la afectación
es mayormente en extremidades inferiores principalmente, cuadruplejia o tetraparesia,
cuando las dificultades se presentan en la totalidad de los segmentos, y por último y a
veces la menos compleja, la monoplejia o monoparesia, cuando se ve involucrado un solo
segmento.

Esto repercute notoriamente en el abordaje de cada sujeto, ya que nos ayudara a saber el
posible pronostico, los objetivos a consensuar con el equipo y familia, y de esta forma y
siguiendo las bases de tratamiento e intervención, poder entregar una terapia adecuada
según el nivel de complejidad que se presenta en el infante.

Conclusión

Cuando apreciamos las diferentes dificultades a nivel sensorio motriz de un infante provocadas
por una lesión del SNC o desarrollo del cerebro, podemos entender que el abordaje de estas
condiciones basales debe ser de forma integral, para así poder permitir la funcionalidad o la
actividad respecto a entorno y a su vez a las capacidades propias de cada sujeto. Entendiendo
dicha base, se podrán tomar acciones y medidas atingentes a cada situación y caso, lo que
permitirá un manejo óptimo para cada condición, sabiendo de base que cada patología se
comporta de diferentes formas en cada individuo, por lo cual abordarlo con el equipo
multidisciplinario y familia, ayudara a que se intenten modular o manejar diversos factores que
pueden estar repercutiendo en la calidad del movimiento, dificultando de esta forma la actividad.

La valoración oportuna y el manejo que se pueda entregar al infante, fomentara la prevención de


dificultades secundarias que en muchos casos son debido a las adaptaciones y compensaciones
propias de cada individuo para lograr una acción, o por posicionamientos mantenidos y co-
contracciones a nivel neuromuscular que provocan desequilibrios musculares llevando a las
estructuras de ciertas zonas, repercutiendo en los sistemas del niño. Por esta razón, conocer el
desarrollo típico nos ayudara a evidenciar las dificultades que se están provocando en
determinados hitos y acciones motoras, conocer la patología y su neuro mecánica respecto a la
evolución y pronostico, nos permitirá anticiparnos y prevenir dificultades secundarias, lo que, a su
vez, fomentara la adquisición de patrones y/o movimientos de mayor calidad, esto de la mano con
la funcionalidad de base del individuo y manejo terapéutico adecuado.

Referencias bibliográficas

Bobath, B. (s.f.) Postura y Movimiento del niño con Parálisis Cerebral.

Valverde, M. R. & Serrano, M. P. (2003) T. de neurodesarrollo. Concepto Bobath. Plasticidad y

Restauración Neurológica, 2 (2), 139-142

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