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Datos Generales de la Victima

Blanca Jeannette Kawas Fernández (Tela, 16 de enero de 1946-Tela, 6 de febrero de 1995)


fue una activista del medioambiente hondureña, conocida por su papel en el rescate de
más de 400 especies de flora y fauna de Honduras durante sus últimos años hasta su
asesinato
Descripción de los Hechos Calculados

Los hechos del presente caso se refieren a Blanca Jeannette Kawas Fernández, quien era
una destacada defensora ambientalista hondureña que promovió la protección de los
recursos naturales en Honduras. El 6 de febrero de 1995, Blanca Kawas Fernández se
encontraba trabajando con su asistente en su casa, en la ciudad de Tela. Dos hombres
armados interrumpieron en su habitación y le dispararon en el cuello, lo que le ocasionó la
muerte en forma instantánea. Se interpusieron recursos judiciales a fin de investigar los
hechos y sancionar a los responsables. Sin embargo, el proceso penal iniciado por la
muerte de Blanca Jeannette Kawas Fernández seguía en etapa preliminar. Asimismo, no se
había identificado a los autores de su asesinato ni se había formalizado denuncia penal
contra persona alguna.

Análisis Personal Sobre el Caso Que verso

Blanca Jeanette Kawas fue una activista hondureña protectora del medio ambiente
asesinada en 1995. Su legado sobrevivió a su muerte y su ejemplo sigue en la memoria de
los hondureños con conciencia social. Lastimosamente al igual que muchos otros
activistas cuyas vidas se apagaron, se sigue exigiendo justicia a un Estado que parece no
enmendar sus errores y hacer caso omiso a todas las recomendaciones para protección de
los derechos de los defensores del medio ambiente; por lo que, a más de veinte años su
muerte continua en la impunidad manchando una lucha y un legado escrito con sangre
inocente. En abril del 2009 la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH)
condenó a Honduras por la negligencia en su actuar en el caso y la violación de los
Derechos Humanos sufrido por Jeannette Kawas y su familia. En 2010, el Estado
reconoció su responsabilidad como parte de lo ordenado en la sentencia emitida por el
tribunal. Esta sentencia hizo énfasis en la obligación de proteger a los defensores y
defensoras del ambiente. Casi siete años después de emitida la sentencia, el pueblo
hondureño tiene cerca de cien defensores asesinados, las omisiones por parte del Estado
no han terminado. Tanto la convención Belem do Para como la CEDAW consideran a la
violencia contra la mujer e incluyen a la violencia feminicida, y la consideran como un
acto extremo de violencia ya que se trata de la muerte de una mujer por su condición de
género e implica actos de odio basados en la misoginia. Esta clasificación incluye un tipo
penal calificado y adecuado para el caso que se presenta en este artículo. Es importante
mencionar que no todas las violencias contra la mujer son castigadas a nivel penal, pero la
violencia feminicida si ha adquirido un rango penal para la tipificación del delito y
considera una pena mayor a la del asesinato según la legislación conseguida en cada país.

La condena en la Caso
La Corte declara
1) Acepta el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el Estado y
manifiesta que existió violación de los derechos a las garantías judiciales y a la protección
judicial, reconocidos en los artículos 8.1 y 25.1 de la Convención Americana sobre
Derechos Humanos, respectivamente, en relación con la obligación general de respetar y
garantizar los derechos contemplada en el artículo 1.1 de la misma Perjuicio de Jacobo
Roberto Kawas Cury, Blanca Fernández, Selsa Damaris Watt Kawas, Jaime Alejandro Watt
Kawas, Jacobo Roberto Kawas Fernández, Jorge Jesús Kawas Fernández y Carmen
Marilena Kawas Fernández
2) El Estado violó el derecho a la vida reconocido en el artículo 4.1 de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos, en relación con la obligación de respetar y
garantizar contenida en el artículo 1.1 de la misma, en perjuicio de Blanca Jeannette
Kawas Fernández.
3) El Estado violó el derecho a la integridad personal previsto en el artículo 5.1 de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio de Jacobo Roberto Kawas Cury, Blanca Fernández, Selsa Damaris
Watt Kawas, Jaime Alejandro Watt Kawas, Jacobo Roberto Kawas Fernández, Jorge Jesús
Kawas Fernández y Carmen Marilena Kawas Fernández.

4) El Estado violó el derecho a la libertad de asociación reconocido en el artículo 16.1 de la


Convención Americana sobre Derechos Humanos, en relación con el artículo 1.1 de la
misma, en perjuicio de la señora Blanca Jeannette Kawas Fernández.

5) No se ha comprobado que el Estado haya incumplido el deber de adoptar disposiciones de


derecho interno establecido en el artículo 2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

6) El Estado no violó el derecho a la integridad personal de Jacobo Roberto Kawas Cury,


Blanca Fernández, Selsa Damaris Watt Kawas, Jaime Alejandro Watt Kawas, Jacobo
Roberto Kawas Fernández, Jorge Jesús Kawas Fernández y Carmen Marilena Kawas
Fernández, reconocido en el artículo 5.2 de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos.

Conclusiones del aprendizaje


En este informa podemos lograr comprende con mayor exactitud, los logros que realizo la señora
Jannet Kawas, también podemos comprender que Fue hasta el 2003 que el Centro por la Justicia y
el Derecho Internacional (CEJIL) y el Equipo de Reflexión, Investigación y Comunicación de
la Compañía de Jesús en Honduras (ERIC) denunciaron los hechos ante la Comisión
Interamericana de Derechos Humanos y en abril de 2009 la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (CIDH)condenó a Honduras por violar los derechos humanos de Jeannette Kawas y su
familia. Asimismo, la CIDH ordenó al Estado hondureño, entre otras cosas, aclarar la muerte dela
activista ambiental, hacer un acto público de reconocimiento de responsabilidad, implementar
una campaña nacional de concienciación acerca de la importancia de la labor de quienes defienden
el ambiente, y construir un monumento a la memoria de la líder ambientalista. También, por
primera vez, la CIDH hizo énfasis en la obligación estatal de proteger a defensores y defensoras
del ambiente. En junio de 2010, en cumplimiento de lo ordenado por la Corte, el Estado pidió
disculpas y reconoció su responsabilidad por el asesinato de Kawas.

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