Está en la página 1de 16

JESUS ALEJANDRO TORRES DAVILA

2051052
17/10/22
FACULTAD DE DERECHO Y CRIMINOLOGIA
Técnicas de análisis y redacción
LILIANA AZUARA REYES
Indice

Portada 1

Indice 2

Introducción 3

Desarrollo 4-14

Antecedentes 4

Demanda de parte de los familiares de las victimas hacia el estado mexicano 4

Sentencia de la corte 8

Indemnizaciones 12

Recomendaciones y obligaciones 13

Conclusión 14

Fichas bibliográficas 15
Introducción

El caso Gonzales y otras vs mexico, o simplemente “Campo algodonero”, es un caso que


involucro a la corte interamericana y al estado mexicano, todo sucedió el 6 de noviembre del
2001 en un campo algodonero en ciudad juarez, donde las dos jóvenes Claudia Ivette González,
Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez fueron encontradas muertas, la
CNDH responsabiliza al estado mexicano de este acto.

Aparte de ser encontradas muertas, se hallaron indicios de que fueron abusadas y violentadas
sexualmente de una forma cruel y violenta.

También hay que agregar el marco histórico en el que se presentan estas desapariciones, ya que
las desapariciones se hicieron en ciudad juarez, ciudad la cual desde 1993 presenta un aumento
drastico en el numero de homicidios de mujeres, después de saber esto, tendremos que conocer
que Laura Berenice Ramos, estudiante de 17 años de edad, desapareció el 22 de setiembre de
2001. Claudia Ivette González, trabajadora en una empresa maquilladora, de 20 años de edad,
desapareció el 10 de octubre de 2001. Esmeralda Herrera Monreal, empleada doméstica de 15
años de edad, desapareció el lunes 29 de octubre de 2001.

Sus familiares presentaron las debidas denuncias de desaparición, pero lamentablemente no se


iniciaron investigaciones, las autoridades se limitaron a elaborar los registros de desaparición, los
carteles de búsqueda y la toma de declaraciones, como mencione antes, el día 6 de noviembre de
2001, se encontraron los cuerpos de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y
Laura Berenice Ramos Monárrez, si no quedo claro TODAS presentaban rasgos de agresión
sexual.
Desarrollo

Antecedentes

Para empezar el desarrollo me gustaría empezar a comentar que diversos mecanismos nacionales
e internacionales de vigilancia de los derechos humanos han seguido la situación en Ciudad
Juárez y han llamado la atención de la comunidad internacional.

En 1998 la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (en adelante la “CNDH”)


examinó 24 casos de homicidios de mujeres y concluyó que durante las investigaciones se habían
violado los derechos humanos de las víctimas y sus familiares, por ende, podemos decir que el
estado mexicano ya había sido amenazado y visto por distintas organizaciones desde un tiempo
atrás.

Demanda de parte de los familiares de las victimas hacia el estado mexicano

Empezare por mencionar que el 6 de febrero del 2002 se inicio la petición para la demanda y el 4
de noviembre del 2007, la comisión interamericana de derechos humanos, abrió una demanda
formal contra los estados unidos mexicanos

Mexico fue responsabilizado por los distintos crimines por “la falta de medidas de protección a
las víctimas, dos de las cuales eran menores de edad; la falta de prevención de estos crímenes,
pese al pleno conocimiento de la existencia de un patrón de violencia de género que había dejado
centenares de mujeres y niñas asesinadas; la falta de respuesta de las autoridades frente a la
desaparición […]; la falta de debida diligencia en la investigación de los asesinatos […], así
como la denegación de justicia y la falta de reparación adecuada”

La Comisión interamericana de los derechos humanos solicitó a la Corte interamericana de los


derechos humanos que declare al estado mexicano responsable por la violación de los derechos
consagrados en los artículos 4 (Derecho a la Vida), 5 (Derecho a la Integridad Personal), 8
(Garantías Judiciales), 19 (Derechos del Niño) y 25 (Protección Judicial) de la Convención, en
relación con las obligaciones establecidas en los artículos 1.1 (Obligación de Respetar los
Derechos) y 2 (Deber de Adoptar Disposiciones de Derecho Interno) de la misma, y el
incumplimiento de las obligaciones que derivan del artículo 7 de la Convención para Prevenir,
Sancionar y Erradicar la Violencia contra la Mujer.
Es decir, lo que fue responsable el estado mexicano (Según la parte demandante), fue de violar
los siguientes artículos

El artículo 4.1 de la Convención estipula: Toda persona tiene derecho a que se respete su vida.
Este derecho estará protegido por la ley y, en general, a partir del momento de la concepción.
Nadie puede ser privado de la vida arbitrariamente.

El artículo 5 de la Convención establece:

1. Toda persona tiene derecho a que se respete su integridad física, psíquica y moral.

2. Nadie debe ser sometido a torturas ni a penas graves o tratos crueles, inhumanos o
degradantes. Toda persona privada de liberad será tratada con el respeto debido a la dignidad
inherente al ser humano. […]

El artículo 8.1 de la Convención establece que: Toda persona tiene derecho a ser oída, con las
debidas garantías y dentro de un plazo razonable, por un juez o tribunal competente,
independiente e imparcial, establecido con anterioridad por la ley, en la sustanciación de
cualquier acusación penal formulada contra ella, o para la determinación de sus derechos y
obligaciones de orden civil, laboral, fiscal o de cualquier otro carácter. […]

El artículo 19 de la Convención establece: Todo niño tiene derecho a las medidas de protección
que su condición de menor requieren por parte de su familia, de la sociedad y del Estado

El artículo 25.1 de la Convención señala que: Toda persona tiene derecho a un recurso sencillo y
rápido o a cualquier otro recurso efectivo ante los jueces o tribunales competentes, que la ampare
contra actos que violen sus derechos fundamentales reconocidos por la Constitución, la ley o la
presente Convención, aun cuando tal violación sea cometida por personas que actúen en ejercicio
de sus funciones oficiales.

El artículo 1.1 de la Convención establece: Los Estados Partes en esta Convención se


comprometen a respetar los derechos y libertades reconocidos en ella y a garantizar su libre y
pleno ejercicio a toda persona que esté sujeta a su jurisdicción, sin discriminación alguna por
motivos de raza, color, sexo, idioma, religión, opiniones políticas o de cualquier otra índole,
origen nacional o social, posición económica, nacimiento o cualquier otra condición social.
El artículo 2 de la Convención dispone: Si el ejercicio de los derechos y libertades mencionados
en el artículo 1 no estuviere ya garantizado por disposiciones legislativas o de otro carácter, los
Estados Partes se comprometen a adoptar, con arreglo a sus procedimientos constitucionales y a
las disposiciones de esta Convención, las medidas legislativas o de otro carácter que fueren
necesarias para hacer efectivos tales derechos y libertades.

El 19 de enero del 2009, la corte confirmo que solo Esmeralda Herrera Monreal y sus familiares:
Irma Monreal Jaime (madre), Benigno Herrera Monreal (hermano), Adrián Herrera Monreal
(hermano), Juan Antonio Herrera Monreal (hermano), Cecilia Herrera Monreal (hermana),
Zulema Montijo Monreal (hermana), Erick Montijo Monreal (hermano), Juana Ballín Castro
(cuñada); Claudia Ivette González y sus familiares: Irma Josefina González Rodríguez (madre),
Mayela Banda González (hermana), Gema Iris González (hermana), Karla Arizbeth Hernández
Banda (sobrina), Jacqueline Hernández (sobrina), Carlos Hernández Llamas (cuñado); y Laura
Berenice Ramos Monárrez y sus familiares: Benita Monárrez Salgado (madre), Claudia Ivonne
Ramos Monárrez (hermana), Daniel Ramos Monárrez (hermano), Ramón Antonio Aragón
Monárrez (hermano), Claudia Dayana Bermúdez Ramos (sobrina), Itzel Arely Bermúdez Ramos
(sobrina), Paola Alexandra Bermúdez Ramos (sobrina), Atziri Geraldine Bermúdez Ramos
(sobrina), eran las únicas victimas de los sucedido, y por ende, no podrían meter mas victimas al
asunto.

El Estado realizó un reconocimiento parcial de responsabilidad internacional en los siguientes


términos:

El Estado reconoce que en la primera etapa de las investigaciones, entre el 2001 y el 2003, se
presentaron irregularidades. […]

[En] la segunda etapa de las investigaciones de estos tres casos, a partir del año 2004, […] se
subsanaron plenamente las irregularidades, se reintegraron los expedientes y se reiniciaron las
investigaciones con un sustento científico, incluso con componentes de apoyo internacional. […]
El Estado reconoce que, derivado de las irregularidades antes referidas, se afectó la integridad
psíquica y dignidad de los familiares de Claudia Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y
Laura Berenice Ramos Monárrez. No obstante, se exponen con amplitud los apoyos con recursos
económicos, asistencia médica y psicológica y asesoría jurídica que se ha venido prestando a los
familiares de cada una de las tres víctimas, constituyendo una reparación al daño causado.
Sin embargo, el Estado estima que en estos tres casos no puede alegarse en modo alguno la
configuración de violación al derecho a la vida, a la integridad personal, a la dignidad y a la
libertad personal de Esmeralda Herrera Monreal, Claudia Ivette González y Laura Berenice
Ramos Monárrez. Por un lado, en ninguno de los tres homicidios participaron agentes del
Estado.

Por otro lado, se presenta amplia información que demuestra el pleno cumplimiento de la
obligación de medio del Estado a este respecto incluso, con los resultados contundentes de las
investigaciones y casos resueltos entre 1993 y esta fecha.

En el mismo sentido, el Estado ha emprendido acciones plenamente demostradas para proteger y


promover los derechos de los niños, por lo que no se puede declarar violación al artículo 19 de la
Convención Americana en perjuicio de las víctimas. En suma, el Estado no puede ser declarado
responsable directa ni indirectamente de haber violado el derecho a la vida, integridad personal y
libertad personal en el caso sub judice. 21.

En tal sentido, el Estado solicitó a la Corte que: valore el reconocimiento parcial de


responsabilidad del Estado por el incumplimiento de las obligaciones contenidas en los artículos
8.1 y 25.1 de la Convención Americana [sobre] Derechos Humanos, y 5 de la misma Convención
respecto de los familiares de Laura Berenice Ramos Monárrez, Claudia Ivette González y
Esmeralda Herrera Monreal.

Declare la inexistencia de violaciones por parte del Estado mexicano a los artículos 4.1, 5.1, 7,
11 y 19 de la Convención Americana [sobre] Derechos Humanos por lo que se refiere a Claudia
Ivette González, Esmeralda Herrera Monreal y Laura Berenice Ramos Monárrez. Declare que el
Estado ha cumplido con las obligaciones de prevención, investigación y reparación, contenidas
en los artículos 4.1 y 5.1 en relación con el artículo 1.1 de la Convención Americana [sobre] de
Derechos Humanos. En el evento de que fuese declarado algún tipo de reparación, [solicitó] que
esta se fije atendiendo a los límites y consideraciones hechos valer por el Estado […], así como
que se reconozcan los esfuerzos realizados por el Estado mexicano para reparar a los familiares
de las víctimas, incluso desde antes de que dicho proceso iniciara, y los múltiples acercamientos
con los mismos para acordar una reparación adicional.
Aunque la corte durante el juicio manifestó que los representantes del Estado como de entidades
no estatales señalaron que las autoridades de Ciudad Juárez solían desechar las denuncias
iniciales, manifestando que la víctima habría salido con un novio y no tardaría en volver al
hogar.

Sentencia de la corte

La PGJE mencionó también falta de capacidad técnica y científica y de capacitación, en esa


época, por parte de los miembros de la Policía Judicial. Autoridades del Estado de Chihuahua
señalaron que las fallas eran tales que en 25 casos, que databan de los primeros años de los
asesinatos, los "expedientes" eran poco más que bolsas que contenían una serie de huesos, lo que
prácticamente no servía de base para avanzar en la investigación.

La Comisión y los representantes alegaron que las actitudes de las autoridades estatales frente a
los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez eran notoriamente discriminatorias y dilatorias,
situación que la Comisión describió como un “alarmante patrón de respuesta y concepciones
estereotipadas de las mujeres desaparecidas”.

En particular, el patrón “se manifestaba en la percepción de los funcionarios estatales que la


búsqueda y protección de mujeres reportadas como desaparecidas no era importante” e implicaba
que en un principio las autoridades se negaban a investigar.

Al respecto, el Estado señaló que la cultura de discriminación de la mujer “contribuyó a que


tales homicidios no fueran percibidos en sus inicios como un problema de magnitud importante
para el cual se requerían acciones inmediatas y contundentes por parte de las autoridades
competente

El Tribunal observa que aunque el Estado no señaló este reconocimiento en el trámite ante la
Corte, sí remitió el documento en el que consta tal reconocimiento, siendo parte del acervo
probatorio que será analizado conforme a las reglas de la sana crítica

. Diversas fuentes afirman que la respuesta de funcionarios estatales frente a los crímenes fue
influenciada por un contexto de discriminación basada en género.
Según el Relator Especial sobre la independencia judicial de la ONU, “al principio es indudable
que estos hechos no conmovieron mucho a los agentes de la policía y a los procuradores, quienes
llegaron incluso a reprochar a las mujeres su presunta falta de moralidad”.

La Relatora sobre ejecuciones extrajudiciales de la ONU señaló que: [l]a conducta arrogante de
algunos funcionarios públicos y su manifiesta indiferencia ante […] estos delitos permiten
concluir que muchos de ellos fueron deliberadamente pasados por alto por la mera razón de que
las víctimas eran ‘sólo’ muchachas corrientes y, por lo tanto, no eran consideradas una gran
pérdida. Cabe temer que, como consecuencia de los retrasos y las irregularidades, se hayan
perdido tiempo y datos muy valiosos

Distintas pruebas allegadas al Tribunal, señalaron, inter alia, que funcionarios del estado de
Chihuahua y del Municipio de Juárez minimizaban el problema y llegaron a culpar a las propias
víctimas de su suerte, fuera por su forma de vestir, por el lugar en que trabajaban, por su
conducta, por andar solas o por falta de cuidado de los padres.

La CNDH expendio la recomendación 44/1998, con respecto a que las declaraciones de


funcionarios y autoridades de la Procuraduría estatal documentadas por esa institución denotaban
“ausencia de interés y vocación por atender y remediar una problemática social grave, así como
una forma de discriminación” y que constituían una “forma de menosprecio sexista”

La Comisión hizo énfasis en que la respuesta de las autoridades ante los crímenes contra mujeres
había sido “notablemente deficiente” y alegó que la gran mayoría de los asesinatos seguían
impunes al momento de la visita de la Relatora de la CIDH a Ciudad Juárez en el 2002.

Además, señaló que aunque el Estado tenía conocimiento de la gravedad de la situación, “existía
una gran brecha entre la incidencia del problema de violencia contra las mujeres y la calidad de
la respuesta estatal ofrecida a este fenómeno, lo cual propendió a la repetición de los hechos”.

Los representantes alegaron que en el año en que ocurrieron los hechos del presente caso, “es
decir, a 8 años de que se tuvo noticia del incremento de la violencia contra las mujeres”, la
situación de impunidad no había tenido mejora alguna, destacando que ese año presentó el más
alto porcentaje de homicidios de mujeres.
El Estado reiteró “su convicción de que en [el presente caso] y en general, en relación a los
homicidios de mujeres ocurridos en Ciudad Juárez, no se configura una situación de impunidad,
ya que se ha investigado, perseguido, capturado, enjuiciado y sancionado a un número
significativo de responsables”.

También indicó que entre enero de 1993 y mayo de 2008 se habían registrado 432 casos de
homicidios de mujeres, de los cuales “45.25% fueron resueltos por una instancia jurisdiccional y
el 33.02% en etapa de investigación”.

La Corte observa que diversos informes coinciden en que la falta de esclarecimiento de los
crímenes es una característica de los homicidios de mujeres en Ciudad Juárez que reviste
especial importancia.

El Informe de la Relatoría de la CIDH del 2003 señaló que la gran mayoría de los casos siguen
impunes. Asimismo, según el CEDAW “una cultura de impunidad se ha enraizado que permitió
y foment[ó] terribles violaciones de los derechos humanos”, y según la Oficina de Drogas y
Delitos de la ONU señaló que los diferentes factores complejos del fenómeno criminal en Ciudad
Juárez “han puesto a prueba un sistema de por sí insuficiente, que ha sido manifiestamente
desbordado por un desafío criminal para el que no estaba preparado, dando lugar a un colapso
institucional que ha determinado la impunidad generalizada de los responsables de los crímenes”

De todo lo expuesto anteriormente, la Corte concluye que desde 1993 existe en Ciudad Juárez un
aumento de homicidios de mujeres, habiendo por lo menos 264 víctimas hasta el año 2001 y 379
hasta el 2005.

Sin embargo, más allá de las cifras, sobre las cuales la Corte observa no existe firmeza, es
preocupante el hecho de que algunos de estos crímenes parecen presentar altos grados de
violencia, incluyendo sexual, y que en general han sido influenciados, tal como lo acepta el
Estado, por una cultura de discriminación contra la mujer, la cual, según diversas fuentes
probatorias, ha incidido tanto en los motivos como en la modalidad de los crímenes, así como en
la respuesta de las autoridades frente a éstos. En este sentido, cabe destacar las respuestas
ineficientes y las actitudes indiferentes documentadas en cuanto a la investigación de dichos
crímenes, que parecen haber permitido que se haya perpetuado la violencia contra la mujer en
Ciudad Juárez.
La Corte constata que hasta el año 2005 la mayoría de los crímenes seguían sin ser esclarecidos,
siendo los homicidios que presentan características de violencia sexual los que presentan
mayores niveles de impunidad.

LA CORTE

DECIDE,

por unanimidad,

1. Aceptar parcialmente la excepción preliminar interpuesta por el Estado, de conformidad con


los párrafos 31 y 80 de la presente Sentencia y, por ende, declarar que:

i) tiene competencia contenciosa en razón de la materia para conocer de alegadas violaciones al


artículo 7 de la Convención Belém do Pará, y

ii) no tiene competencia contenciosa en razón de la materia para conocer de supuestas


violaciones a los artículos 8 y 9 de dicho instrumento internacional.

2. Aceptar el reconocimiento parcial de responsabilidad internacional efectuado por el Estado, en


los términos de los párrafos 20 a 30 de la presente Sentencia.

Indemnizaciones

La Comisión manifestó que “México debe adoptar medidas de rehabilitación para los familiares
de las víctimas”, las cuales deben incluir “medidas de rehabilitación psicológica y médica.”

Los representantes reconocieron la entrega por parte del Estado de los siguientes recursos
provenientes del Fondo de Auxilio Económico a Familiares de las Víctimas de Homicidio de
Mujeres (en adelante “el Fondo de Apoyos”), a las siguientes personas:

Esmeralda Herrera Monreal

Irma Monreal Jaime $136,656.00 pesos

Benigno Herrera Monreal $34,164.00 pesos

Adrián Herrera Monreal $34,164.00 pesos

Juan Antonio Herrera Monreal $34,164.00 pesos


Cecilia Herrera Monreal $34,164.00 pesos

Claudia Ivette González

Irma Josefina González Rodríguez $273,312.00 pesos

Laura Berenice Ramos Monárrez

Benita Monárrez Salgado $136,656.00 pesos

Daniel Ramos Canales530 $136,656.00 pesos

Como ya lo ha señalado la Corte en oportunidades anteriores, las costas y gastos están


comprendidos dentro del concepto de reparación consagrado en el artículo 63.1 de la Convención
Americana

Finalmente, en cuanto a las pretensiones de reparaciones, el Estado aceptó que tiene el deber de
reparar las violaciones por él aceptadas e indicó una serie de medidas reparatorias que ha
realizado o que ofrece realizar.

Recomendaciones y obligaciones

Se condenó al Estado Mexicano a homologar y estandarizar todos los protocolos, manuales,


criterios ministeriales de investigación, servicios periciales y de impartición de justicia utilizados
para investigar y sancionar los delitos relacionados con desapariciones, violencia sexual y
homicidio en mujeres, conforme a diversos instrumentos internacionales como el Protocolo de
Estambul, el manual sobre la prevención e investigación efectiva de ejecuciones extrajudiciales,
arbitrarias y sumarias de las Naciones Unidas y los estándares internacionales de búsqueda de
personas desaparecidas, con base en una perspectiva de género.

Por lo que hace a este último, reconoció que el Protocolo Alba era un esfuerzo loable para la
localización de mujeres desaparecidas. Sin embargo, este debía de tener estándares mínimos para
su efectiva utilización entre los cuáles se encuentran: 1) implementar búsquedas de oficio y sin
dilación alguna cuando se prevean en riesgo la vida, la libertad personal y la integridad personal
de la persona desaparecida; 2) la correcta coordinación y colaboración de los distintos cuerpos de
seguridad ya sean locales, estatales o federales para dar con el paradero de la persona
desaparecida; 3) la eliminación o suspensión temporal de cualquier obstáculo de hecho o de
derecho que impidiera o retrasara el inicio de la búsqueda o la búsqueda misma; 4) la asignación
de recursos humanos, económicos , científicos y logísticos por parte del Estado para la
realización de la búsqueda; 5) realizar una confronta del reporte realizado con la base de datos
nacional sobre personas desaparecidas; y 6) la búsqueda debe ser prioritaria en aquellos lugares
donde el indicie de probabilidad de encontrar a la persona desaparecida sean más altos.

Lo anterior, debe de ser tratado con carácter de máxima prioridad y urgencia cuando la
desaparecida sea una menor de edad. Protocolo que fue modificado y actualizado hasta el 12 de
julio del 2012 para dar cumplimiento a lo ordenado por la Corte IDH.

Manual para la investigación y documentación eficaces de la tortura y otros tratos o penas


crueles, inhumanos o degradantes

Mecanismo operativo de coordinación inmediata para la búsqueda y localización de mujeres y


niñas desaparecidas y/o ausentes en el territorio mexicano

Por último, condenó al Estado Mexicano a la capacitación de sus funcionarios como lo son:
policías, fiscales, servicios periciales, jueces, cuerpos militares, funcionarios encargados de la
atención y asistencia legal a víctimas del delito y cualquier otro funcionario de jurisdicción local,
estatal y federal que tenga participación directa o indirecta con la prevención, investigación,
procesamiento y sanción de hechos que tengan que ver con los siguientes ejes rectores: 1)
derechos humanos y género;2) perspectiva de género para la debida diligencia en la conducción
de averiguaciones previas y procesos judiciales relacionados con discriminación, violencia y
homicidios de mujeres por razones de género; y 3) superación de estereotipos sobre el rol social
de las mujeres.

Con la finalidad de que estos funcionarios no sólo generen un aprendizaje de normas o de


instrumentos internacionales como: 1) la Convención Americana de Derechos Humanos; 2) la
Convención Belém do Pará; y 3) la Convención sobre Eliminación de todas las Formas de
Discriminación contra la Mujer por sus siglas en inglés CEDAW.

Sino que todos los partícipes desarrollen verdaderas capacidades para reconocer la
discriminación que sufren las mujeres en su vida cotidiana.
Conclusión

Lo ultimo que puedo mencionar es que el caso Gonzales vs mexico, no creo que haya formado
un antes y un después para la historia de mexico, en mi punto de vista personal, la historia de
mexico ha sido manchada por violencia, y en nuestros tiempos actuales la violencia sigue siendo
algo cotidiano, sin embargo, se debe de mencionar que el caso es solo una pequeña anécdota de
la cual contar, el caso no ayudo ha prevenir en nada los distintos homicidios de mujeres en este
país, y no solo de mujeres, si no de todos los mexicanos, los casos de homicidio en este país, no
han caido.

Puedo concluir que este caso solo es para ayudar a las victimas de lo sucedido, sin embargo, no
me parece que se pueda provocar un gran cambio a lo que sucede en este país, siendo mas
exactos, la violencia de cada día.
Fuentes bibliográficas

https://www.cndh.org.mx/noticia/campo-algodonero-caso-gonzalez-y-otras-vs-
mexico

https://www.corteidh.or.cr/docs/casos/articulos/seriec_205_esp.pdf

https://www.uaeh.edu.mx/xiii_congreso_empoderamiento_fem/documentos/pdf/C
013.pdf

También podría gustarte