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 JURISPRUDENCIA.

Presupuesto / Gasto Público/ Empréstito forzoso. Facultad emitir moneda

1. 323:1339 – “Asociación Benghalensis y otros v. M de Salud y Acción Social – Estado


Nacional” (1/6/2000).
Acción de amparo interpuesta por la Asociación Benghalensis y otras entidades no
gubernamentales que desarrollan actividades contra el virus del SIDA, reclama al
estado Nacional la atención médica de enfermos HIV+.
En 1ra y 2da instancia se condena al Estado Nacional a proveer la asistencia
adecuada.
El Estado Nacional alega que: cumple acabadamente con las disposiciones de la ley
dentro del presupuesto asignado. Señala que la cámara se inmiscuye en una cuestión
que afecta el ámbito de reserva del Poder Ejecutivo, pues la ley autoriza a este último a
arbitrar las medidas que crea oportunas y convenientes para implementar el programa
discutido en autos.
La Corte entiende que: En tales condiciones, se infiere que la protección del derecho a
la salud, según esta Corte, es una obligación impostergable del Estado Nacional de
inversión prioritaria.
El Estado Nacional está obligado a "proteger la salud pública" pues el derecho a la
salud está comprendido dentro del derecho a la vida que es el primer derecho natural
de la persona humana preexistente a toda legislación positiva que, obviamente, resulta
reconocido y garantizado por la Constitución Nacional."
Es el Estado Nacional en su carácter de autoridad de aplicación de la ley 23.798 (art.
3°) el responsable del cumplimiento de dicha norma en todo el territorio de la
República, sin perjuicio de que los gastos que demande tal cumplimiento sean
solventados por la Nación y los respectivos presupuestos de cada jurisdicción (art. 21).

2. 325:2394 – “Zofracor SA v. Nación Argentina” (20/9/2002)


Zofracor, concesionaria de la Zona Franca ubicada en la Provincia de Córdoba,
interpuso acción de amparo contra el Estado Nacional y solicitó la declaración de
nulidad absoluta e inconstitucionalidad del decreto 285/ 99 del Poder Ejecutivo
Nacional, de "necesidad y urgencia". Dijo que resultó adjudicataria de la licitación de
esa área franca, a través del decreto 103/98 y que el 31 de julio de 1998 firmó el
contrato de concesión, aprobado por res. 692/98 del Ministerio de Economía y Obras y
Servicios Públicos de la Nación (en adelante MEyOSP), autoridad de aplicación de la
ley 24.331.
En ese marco, realizó inversiones por $ 3,2 millones, que duplican el programa mínimo
exigido y obtuvo la aprobación para incorporar tierras privadas a las expropiadas por la
provincia, con el fin de mejorar las perspectivas de industrialización del área. Indicó que
se han realizado las tareas de urbanización (vgr. calles, desagües, servicios básicos,
casetas de control, edificios de administración, bodegas, instalaciones para la aduana,
etc.) imprescindibles para el desenvolvimiento de la actividad económica específica en
dicho territorio aduanero especial.
Expresó que el 20 de abril de 1999 consiguió también la habilitación como usuario y
que sus primeros clientes aún no han sido habilitados a la fecha de esta demanda.
Agregó que, cuando se hallaba a punto de iniciar sus actividades y de concretar su
plan de ventas con la firma de los contratos del caso, se dictó el reglamento
impugnado, por el cual se otorgó un tratamiento especial a la Zona Franca La Pampa,
situación que le causa daño y, asimismo, abre un interrogante sobre la concreción de
sus perspectivas de ingresos y gastos y de recupero de lo invertido.
Dice que las zonas francas están reguladas por las leyes 22.415 (que instituye el
Código Aduanero) y 24.331. La primera de ellas las define como los ámbitos dentro de
los cuales "la mercadería no está sometida al control habitual del servicio aduanero y
su introducción y extracción no están gravadas con el pago de tributos...ni alcanzadas
por prohibiciones de carácter económico"; y dispone que esas áreas deben ser
establecidas por ley (arts. 590 y 591).
Estima que el decreto 285 infringe lo dispuesto en el art. 591 del Código Aduanero,
pues este precepto exige que las zonas francas se establezcan por ley. El decreto en
cuestión viola también el art. 99 de la Ley Fundamental, por cuanto: a) incursiona en
cuestiones tributarías y aduaneras, cuya regulación incumbe en forma exclusiva y
excluyente al Congreso; b) no existen razones de necesidad ni de urgencia que
justifiquen el dictado de ese acto.
El Estado Nacional afirma que el decreto en cuestión es legítimo pues fue dictado en
acuerdo general de ministros, y en uso de las facultades previstas en el art. 99 -incs. 1°
y 3°- de la Constitución Nacional y en el art. 765 de la ley 24.415. A fs. 434/440 la parte
actora introduce como "hecho nuevo" el dictado de la ley de presupuesto 25.237, cuyo
art. 86 ratificó el decreto impugnado. La demandada introduce como "hecho nuevo" el
dictado de la ley de presupuesto 25.237, cuyo art. 86 ratificó el decreto impugnado.
Asimismo -y entre otros argumentos- aduce que no se ha vulnerado el principio de
igualdad ante la ley, pues no puede pretenderse que se dé igual tratamiento a
provincias que tienen un distinto grado de desarrollo, lo que involucra razones de
oportunidad, mérito y conveniencia, que escapan al control judicial.
La CS manifiesta: el art. 99, inc. 3°, segundo párrafo, contiene la regla general que
expresa el principio en términos categóricos: "El Poder Ejecutivo no podrá en ningún
momento bajo pena de nulidad absoluta e insanable, emitir disposiciones de carácter
legislativo" (Fallos: 322:1726, considerando 7°).
La primera conclusión que surge con toda evidencia es que los beneficios que se han
establecido en el decreto 285/99 comportan, en su gran mayoría, el ejercicio de
facultades de carácter tributario -aduaneras, impositivas o vinculadas con el Régimen
Nacional de la Seguridad Social-, las que son competencia exclusiva del Poder
Legislativo -arts. 4°, 17 y 75, incs. 1° y 2°, de la Constitución Nacional- y cuyo ejercicio
está vedado al Poder Ejecutivo Nacional, aun en las condiciones excepcionales que
podrían justificar el dictado de decretos de necesidad y urgencia explícita exclusión de
tales materias que efectúa la Constitución Nacional (doctrina de Fallos: 318:1154;
319:3400; 321: 366, entre otros).
Que lo expuesto precedentemente permite concluir que el decreto 285/99 resultó
insanablemente nulo por oponerse al principio de legalidad que rige en materia
tributario y al claro precepto del art. 99, inc. 3°, de la Constitución Nacional, y que, por
ende, se encuentra privado de todo efecto jurídico.
El dictado de la ley 25.237, cuyo art. 86 dice: "Ratificase el decreto 285 de fecha 25 de
mayo de 1999". Tal como ha afirmado este Tribunal en Fallos 321: 366, esa ratificación
legislativa carece de efectos retroactivos en virtud de la insanable inconstitucionalidad
original.
En nuestro sistema constitucional, nada permite inferir que la función legislativa en
materia presupuestaria se limita a aprobar o a autorizar lo que propone el Poder
Ejecutivo. El Congreso recibe un proyecto de presupuesto y lo acepta, lo modifica o lo
rechaza, en todo o en parte, sin restricción alguna. Existen desigualdades fácticas que
pueden traducirse en desigualdades justificadas en el tratamiento jurídico, que
expresen una proporcionada relación entre las diferencias objetivas y los fines de la
norma (Corte Interamericana de Derechos Humanos, opinión consultiva OC-4/84 del 19
de enero de 1984, Serie A, n° 4, Capítulo IV, párrafos 56 a 58).
Que las consideraciones precedentes permiten concluir que la sustancia de lo regulado
en el decreto 285/99, que tiene fuerza de ley a partir de la vigencia de la ley 25.237, no
se revela con arbitrariedad o ilegalidad manifiesta a los efectos de la procedencia de la
acción de amparo intentada.
I) Hacer lugar parcialmente a la demanda de amparo deducida por Zofracor S.A. contra
el Estado Nacional y declarar la nulidad del decreto 285/99 (art. 99, inc. 3°, párrafo
segundo, de la Constitución Nacional); II) Rechazar el planteo de inconstitucionalidad
dirigido contra el art. 86 de la ley 25.237.
3. 318:2002 – “Rubén Badín” (1995)
4. 335:452 – “Q. C., S. Y. c/ Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires”
5. 333:311 – “Ramos, José Luis” (6/4/2010)
En 1ra y 2da instancia se rechazó la demanda de José Luis Ramos contra el Estado
Nacional con el objeto de obtener una indemnización por la ruptura del vínculo de
empleo que lo unía con la Armada Argentina. Ramos es un profesional que trabajó por
más de 20 años como contratado, aunque la ley establece como plazo máximo el lapso
de 5 años. El Estado alega que no existe derecho a indemnización por no ser
empleado de planta permanente. El demandante presenta Recurso Federal.
El fallo de la CS sostiene: Que asiste razón al apelante, en cuanto demanda protección
constitucional contra el despido arbitrario, pues el vínculo laboral que mantuvo con el
Estado Nacional por el lapso de veintiún años no puede ser válidamente encuadrado
en el régimen de contratación aprobado por el decreto 4831/73. Por ese motivo, cabe
concluir que la demandada ha incurrido en una conducta ilegítima, que genera su
responsabilidad frente al actor y justifica la procedencia del reclamo indemnizatorio. La
solución propuesta no significa que el mero transcurso del tiempo haya modificado la
situación irregular del actor, que tiene derecho a la reparación de los perjuicios
derivados del obrar ilícito de la demandada, pero no podría solicitar su reincorporación
al empleo ni a la aplicación de un régimen laboral específico para el cálculo de la
indemnización que le corresponde. En particular, no puede sostenerse que el actor
tenga derecho a la reincorporación en el cargo. Esa conclusión vulneraría el régimen
legal de la función pública, y el principio constitucional que prevé que corresponde al
Congreso autorizar anualmente el presupuesto general de gastos de la Administración
Nacional, y que toda erogación que se aparte de estos límites resulta ilegítima
(artículos 75, inciso 8º de nuestra Carta Magna y 29 de la ley 24.156). En tales
condiciones, si se atribuyera estabilidad a quien no ha sido incorporado con los
requisitos y medios de selección previstos para el ingreso a la carrera administrativa,
no sólo se estaría trastocando el régimen previsto por la ley 25.164; sino que también
se estaría alterando el monto autorizado por el legislador, en forma diferenciada, para
financiar gastos correspondientes a personal contratado y personal permanente.

6. 323:3229 – “Campodónico de Beviacqua, Ana Carina c/ M de Salud y Acción Social”


(24/10/2000)
7. 326:3415 “Nuñez Carlos Alberto” de fecha 08 09 2003
8. 318.676 “Horvath, Pablo c- Fisco Nacional DGI Ahorro Obligatorio”

Crédito Público
Facultades vinculadas con la deuda pública
9. 319:2886 – “Adriano C. Brunicardi v. Banco Central de la República Argentina”
(10/12/1996).
El actor inició esta demanda contra el Estado Nacional (Banco Central de la República
Argentina) por cobro de pesos en concepto de pago de cupones vencidos y los
intereses compensatorios correspondientes a los bonos nominativos en dólares
estadounidenses -"bonods"- creados por el decreto 1334/82 del P.E.N. (conforme con
lo preceptuado por el art. 33 de la ley 11.672 según el texto sustituido por la ley 16.911)
El Juez de Primera Instancia a fs. 513, hizo lugar a la demanda al destacar,
sustancialmente, que no se ha dictado ley alguna que estableciera la prórroga de los
pagos y la modificación de las cláusulas originales de los "bonods", cuando el único
autorizado por la Constitución Nacional a modificar el régimen de los bonos es el
Congreso Nacional
Por dicho motivo declaró que las sucesivas normas dictadas por el P.E.N. -Dtos.
772/86 y 1379/87, Res. 450/86 y 65/87 del Ministerio de Economía, y Comunicaciones
"A" 956 BCRA y "A" 1122 BCRA-, que modificaron el régimen de los bonos, son
ilegítimas.
La Sala III de la Cámara en lo Contencioso administrativo Federal, a fs. 577, rechazó la
demanda, tras revocar la sentencia del Juez de Primera Instancia. Puso de relieve que,
si bien es cierto que el Congreso es el único competente para autorizar al Estado
Nacional a contraer obligaciones de dinero bajo el crédito de la Nación (art. 67, inc. 3
C.N.), como así también arreglar su deuda interna y externa (art. 67, inc. 6 C.N.), no
debe dejar de advertirse que la ley 22.749 -Bono Nacional de Consolidación de Deuda-
ha otorgado una autorización expresa al P.E.N. (art. 7°, in fine) para fijar la forma de
pago de los servicios financieros y de amortización de los títulos de la deuda pública.
En estas condiciones -concluyó- el decreto del P.E.N. cuestionado, n° 772/86 y las
demás normas, fueron dictadas en ejercicio de dicha facultad delegada mediante la ley
22.749 por el Congreso Nacional
El Congreso estimó que era el Poder Ejecutivo quien negociaba o renegociaba, las
condiciones de pago de la deuda pública, y su gestión era analizada, luego, al
considerar el presupuesto y la cuenta de inversión. La precedente tesis se continúa hoy
con la ley 24.156 todo crédito contra el Estado contraído durante el período de facto
debía pasar por el Parlamento y éste declararlo de legítimo abono tal como lo
preceptuaba la ley 79 de organización del crédito público, para las deudas anteriores a
la organización nacional y lo corroboran las sucesivas leyes dictadas en consecuencia
(v. gr. ley 83)
todo crédito contra el Estado contraído durante el período de facto debía pasar por el
Parlamento y éste declararlo de legítimo abono tal como lo preceptuaba la ley 79 de
organización del crédito público, para las deudas anteriores a la organización nacional
y lo corroboran las sucesivas leyes dictadas en consecuencia (v. gr. ley 83)
excluyentes de ilicitud en el derecho internacional: la fuerza mayor, el caso fortuito y el
estado de necesidad, entre otros (Documentos Oficiales, A/CN.4/315, Anuario C.D.I.
1978, Volumen II, primera parte, pág. 65 y ss.).
no fue arbitraria la conducta que inspiró el decreto de marras: los datos extraídos de las
cuentas públicas de 1985; 1986 y 1987 permiten aseverar que haber prorrogado los
pagos hasta tanto ellos pudieran hacerse efectivos, constituye un elemento esencial,
como concreta manifestación de "necesidad financiera".
Ello indica que el decreto en que funda su pretensión la demandante no dispuso emitir
títulos de la deuda pública externa, sino tan sólo ratificó lo resuelto por el Banco Central
respecto de la asunción por el Estado de compromisos externos del sector privado,
conforme con un plan que significó aliviar a éste de sus deudas con el exterior,
transfiriéndolas al Estado.
El Poder Ejecutivo, más allá de las facultades que pueda o no delegarle el Congreso en
la materia objeto de la litis, tiene poderes suficientes para administrar según su visión
de la realidad. Y si ésta expone, como es público y notorio, una circunstancia concreta
que hizo imposible pagar, es evidente que hace al mérito de las decisiones
administrativas adecuarse al interés público primario.
Esta decisión comportó, en lo esencial, la cancelación del crédito original y la creación
sustitutiva de un empréstito público a cargo del Estado Nacional, pagadero en el
extranjero, transmisible por cesión con las limitaciones expresamente contenidas en el
decreto de creación.
Con el propósito de mejorar el perfil de la deuda financiera externa privada, el Estado
Nacional la transformó en deuda externa pública y difirió su pago a períodos futuros. las
condiciones establecidas en el decreto 1334 del 26 de noviembre de 1982 (B.O. del 3-
12-82).
Las condiciones establecidas en el decreto 1334 del 26 de noviembre de 1982 (B.O.
del 3-12-82)., en lo esencial, la cancelación del crédito original y la creación sustitutiva
de un empréstito público a cargo del Estado Nacional, pagadero en el extranjero,
transmisible por cesión con las limitaciones expresamente contenidas en el decreto de
creación. Con el propósito de mejorar el perfil de la deuda financiera externa privada, el
Estado Nacional la transformó en deuda externa pública y difirió su pago a períodos
futuros.
En este orden de ideas cabe afirmar que se trató de una modalidad de empréstito que
es emanación del Estado soberano y que se halla comprendido en el concepto
genérico -//-de fondos del Tesoro Nacional, a saber: "los empréstitos y operaciones de
crédito que decrete el mismo Congreso para urgencias de la Joaquín V. González: "la
deuda pública o el empréstito se funda en la perpetuidad de la Nación, en la repartición
del impuesto entre las generaciones presentes y venideras, pero también en que el uso
del crédito debe destinarse a salvar el país de peligros graves o a empresas que
comporten su engrandecimiento" (Manual de la Constitución Argentina, 1897, 3a. ed.
reformada 1971, pág. 438).
Tan delicada misión fue adjudicada expresamente por los constituyentes al Poder
Legislativo: "...contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación"..."arreglar el pago de
la deuda interior y exterior de la Nación" (artículo 75, incisos 4° y 7° de la Constitución
Nacional).
En suma, son atribuciones del Congreso, la de decretar y contraer empréstitos que
integrarán la deuda pública, y la de decidir la financiación, refinanciación y el rescate de
tal deuda quien tiene facultades para endeudar a la Nación, dispone de facultades
Parece más convincente sustentar la legitimidad de lo actuado por el Poder Ejecutivo
en la ratificación dada por el Congreso en ocasión de la aprobación del presupuesto
anual y de la cuenta de inversión.
Que no puede afirmarse que el Poder Legislativo haya transferido una competencia
propia, sino que, en la práctica del funcionamiento de las instituciones en la última
década, la ha ejercido en la oportunidad del debate y aprobación de la ley anual de
presupuesto general.
Más próxima a una delegación se halla la autorización anticipada que, en forma
genérica, el Congreso ha otorgado en la Ley de Ministerios al Ministro de Economía del
Poder Ejecutivo de la Nación, para intervenir en operaciones de empréstito externo,
operaciones financieras de ese carácter y en las negociaciones internacionales de
naturaleza económica, monetaria, comercial y financiera (artículo 20, incisos 13 y 25 de
la Ley de Ministerios según el texto ordenado por el decreto 132 del 10 de diciembre de
1983, vigente al tiempo de los hechos que se discuten en autos).

Se trataría de una delegación impropia en materia determinada de administración,


cuyas bases estarían dadas en la ley general del presupuesto anual de la Nación (art.
76 de la Constitución Nacional).
Que la ley 24.156 -que constituye un todo orgánico regulador de la administración
financiera y de los sistemas de control del sector público nacional- si bien resulta
inaplicable como norma habilitante de los actos administrativos cuestionados, revela la
voluntad actual del órgano legislador de continuar ejerciendo la competencia que se
discute en el sub lite, en oportunidad de la aprobación -//-de la ley de presupuesto
general del año respectivo, sin perjuicio de reservar la posibilidad de dictar una ley
específica para aquellas operaciones de crédito público que no estuvieran
contempladas en la ley de presupuesto general y delegar facultades en el Poder
Ejecutivo en cuanto a las operaciones de crédito con los organismos financieros
internacionales de los que la Nación forma parte (art. 60 de ese cuerpo legal),
delegación que ciertamente deberá respetar el marco constitucional (art. 76 de la
Constitución Nacional).
Que las consideraciones precedentes permiten arribar a la conclusión de que el
decreto 772/86, así como los demás actos administrativos dictados en consecuencia y
que han sido impugnados en este litigio, no son inconstitucionales en razón del órgano
que los dictó.
Al respecto, en el sub examine no se ha demostrado que el Estado Nacional, al
efectuar el "arreglo de la deuda" (art. 75, inciso 7° de la Constitución Nacional), en el
contexto de emergencia financiera que atravesó el país en los años que siguieron al
restablecimiento del orden constitucional, haya impuesto condiciones que comportasen
actos confiscatorios o que condujesen a una privación de la propiedad o degradación
sustancial del crédito. Por el contrario, el conjunto de actos administrativos
cuestionados implementó un aceptable aplazamiento temporal de los vencimientos, con
equiparación de la situación de los acreedores externos en similares condiciones.

Que, en suma, cabe concluir que se han verificado las condiciones que, según
conocida jurisprudencia del Tribunal, justifican la suspensión de los derechos
personales como recurso del poder de policía [confr. votos coincidentes en Fallos:
313:1638 y en causa I.78 XXIV "Iachemet, María Luisa c/ Armada Argentina s/ pensión
(ley 23.226)", fallada el 29 de abril de 1993)]. En consecuencia, el decreto 772/86, las
resoluciones ministeriales 450/86, 65/87, el decreto 1379/87 y demás actos
administrativos dictados en consecuencia e impugnados en el sub lite, no son pasibles
de objeción constitucional.

Tasas
Caracteres del poder tributario. Especies de tributos.
10. 312:1575 – “Companía Química SA v. Municipalidad de Tucumán” (5/9/1989)
La Corte Suprema de la provincia de Tucumán no hizo lugar a la demanda promovida
por la Cía. Química S.A. contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por
nulidad del acto administrativo y por inconstitucionalidad de la tasa municipal,
absolviendo a la demandada. Contra dicho pronunciamiento el representante de la
actora interpuso recurso extraordinario, sostiene que el art. 120 de la ordenanza
229/77, sancionada por la demandada, resulta contrario a la C.N. pues jamás habría
existido en su opinión, un servicio concreto que le hubiera sido prestado a su
representante como contraprestación al cobro de la tasa impugnada.
Fallo:
los servicios públicos podían diferenciarse en uti singuli y uti universi. En los primeros
el usuario o el beneficiario estaría identificado o individualizado por un uso y pagos
diferenciados. En cambio, los segundos consistirían en servicios colectivos que
beneficiarían a toda la población y que se cobrarían igualitaria y proporcionalmente a
todos los vecinos. Así, en este último caso, existirían tasas que estarían vinculadas en
forma indirecta e impersonal con los individuos, cuya beneficiaria directa sería la
comunidad. Ello ocurriría según la sentencia apelada, con la ordenanza de autos, lo
cual en su opinión justificaría su existencia.
Todos los precedentes citados presuponen, empero, la existencia de un requisito
fundamental respecto de las tasas como es que al cobro de dicho tributo debe
corresponder siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio
relativo a algo no menos individualizado (bien o acto) del contribuyente (Fallos, 236:22
y su cita).
8°) Que la norma local impugnada, conforme a la interpretación del a quo, que es
irrevisable por la Corte (Fallos, 151:103, entre otros), no se ajustó a los principios
desarrollados en el considerando anterior, los cuales encuentran sustento en el art. 17
de la C.N. Ello hace ilegítimo el cobro de la tasa correspondiente (conf. Fallos, 259:413,
consid. 19 y sus citas).
Se declara inconstitucional el art. 120 de la ordenanza 229/77, y se hace lugar a la
demanda.
11. 319:2211 – “Empresa de Transportes de Pasajeros Navarro Hnos. SRL” (10/10/1996)
El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chaco rechazó la demanda de
inconstitucionalidad deducida por la empresa de transporte de pasajeros Navarro Hnos.
S.R.L. -prestataria de un servicio público interurbano- contra la ordenanza municipal n°
68/90 dictada por la comuna de Puerto Tirol. Contra ese pronunciamiento, la actora
interpuso el recurso extraordinario federal.
Fallo:
El a quo ha omitido que de los términos del artículo 1° de la ordenanza 68/90 resulta
que el porcentaje del 10% debe aplicarse sobre la totalidad de los boletos
correspondientes a un mes -esto es, sobre la actividad mensual total de la empresa de
transportes- lo cual, por tratarse de una empresa que cumple otros recorridos, no
guarda proporción con una prestación comunal que se cumple dentro del ámbito
territorial de la municipalidad.
Existe en el orden local la ley n° 2970 que crea el fondo provincial del transporte y que
establece un gravamen -el 1% de la tarifa que abona el usuario por cada boleto- cuyo
destino se superpone parcialmente con el correspondiente a los fondos recaudados por
aplicación de la ordenanza municipal n° 68/90 de Puerto Tirol, en clara violación de la
prohibición consagrada en el artículo 57 de la Constitución de la Provincia del Chaco.
Lo expuesto conlleva su descalificación como acto jurisdiccional según reiterada
doctrina sobre la arbitrariedad de sentencias.
12. 332:1504 – “Laboratorios Raffo SA c/ Municipalidad de Córdoba” (23/6/2009).
El Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba rechazó el recurso de
casación incoado por la actora y, en consecuencia, confirmó la sentencia de la
instancia anterior, que había ratificado la legitimidad de la "Contribución que incide
sobre el Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios" (CCIES, en adelante)
exigida por la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba por los períodos enero de 1995 a
abril de 2000.
Fallo. Dictamen de la Procuradora que la Corte hace suyo
La tasa como una categoría tributaria derivada del poder de imperio del Estado, que si
bien posee una estructura jurídica análoga al impuesto, se diferencia de éste por el
presupuesto de hecho adoptado por la ley, que consiste en el desarrollo de una
actividad estatal que atañe al obligado y que, por ello, desde el momento en que el
Estado organiza el servicio y lo pone a disposición del particular, éste no puede rehusar
su pago aun cuando no haga uso de aquél, o no tenga interés en él, ya que el servicio
tiene en mira el interés general (Fallos: 251:50, 222; 312:1575; 323:3770; 326:4251,
entre otros). Resulta prístino que la diferencia entre tasa e impuesto queda
indubitablemente determinada por la existencia o no -en sus respectivos presupuestos
de hecho- del desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado.
La postura municipal se evidencia contraria a todas luces a un requisito fundamental
respecto de las tasas, reiteradamente exigido por una extensa y constante
jurisprudencia del Tribunal, como es que al cobro de dicho tributo debe corresponder
siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio referido a algo
no menos individualizado (bien o acto) del contribuyente (Fallos: 234:663; 236:22;
251:222; 259:413; 312:1575; 325:1370; 329:792 y M.1893, L.XLII, "Mexicana de
Aviación S.A. de CV c/Estado Nacional", sentencia del 26 de agosto de 2008, entre
otros).
13. 335:1987 - Quilpe sa s/inconstitucionalidad.
14. 344:2728 “Gasnor c Municipalidad de la Banda” del 7 oct 2021
15. 344:2830 “Loma del Pila” del 14 oct 2021
16. 344:2123 “Esso c Municipalidad de Quilmes” del 2 sep 2021

Peaje
17. 312:1098 – “Nación Argentina (Ministerio de Economía – Secretaría de Intereses
Marítimos) v. Arenera El Libertador SRL y otros” (29/6/1989)
La accionada plantea la inconstitucionalidad de la ley 22 (Cobro de peaje) porque, a su
juicio, efectúa una delegación írrita del Poder Legislativo en el Ejecutivo, a quien facultó
para imponer el tributo. Además, por no existir la vía alternativa de paso gratuito y,
entonces, vulnerar los arts. 10, 11 y 12 de la Ley Fundamental.
En tal sentido, cabe recordar que no existe óbice constitucional para que el Órgano
legislativo confiera al Poder Ejecutivo o a un cuerpo administrativo cierta autoridad a fin
de reglar los pormenores y detalles necesarios para la ejecución de la ley (Fallos
270:42, cons. 8 y sus citas; entre otros).
Tal doctrina resulta pertinente en el caso del peaje pues las cambiantes circunstancias
que determinan el monto de aquel impiden que su fijación quede sometida a las
dilaciones propias del trámite parlamentario y autoriza, por ello, a dejar dicha facultad
en manos del Poder Ejecutivo. Por ello corresponde rechazar, por último, el agravio
referente a la confiscatoriedad de las alícuotas del peaje. En efecto, si se parte de la
existencia de vías alternativas (conf. considerando 5to de la presente), cabe inferir que
el uso del canal Mitre por la demandada generaba a ésta beneficios superiores al
gravamen originado por dicho empleo. Ello excluye la posibilidad de aceptar el agravio
basado en el irrazonable detrimento patrimonial sufrido. Por ello, y lo dictaminado por la
Sra. Procura- dora Fiscal, se declara procedente el recurso interpuesto y se confirma la
sentencia apelada.

18. 314:595 – “Nación Argentina v. Arenera El Libertador SRL” (18/6/1991)

Derecho financiero. Derecho tributario. Principios generales.


Clausulas constitucionales que afectan la materia tributaria (art. 75, incs. 12, 13, 18 y 30
CN)
19. 326:3889 – “Filcrosa SA” (30/9/2003)
La Municipalidad de Avellaneda promovió un incidente de verificación en la quiebra de
FILCROSA S.A., insinuando un crédito que mantenía en contra de la fallida por tasas
municipales. La Sindicatura, al contestar el traslado respectivo, opuso la defensa de
prescripción con sustento en lo establecido en el art. 4027, inc. 3°, del Código Civil
(prescripción quinquenal -5 años-). Tanto el juez de la quiebra como la Cámara
Nacional en lo Comercial rechazaron dicha defensa, por considerar que la prescripción
de los tributos municipales se rige por lo dispuesto en las normas locales, sin que
resulten aplicables las disposiciones pertinentes del Código Civil, pues la
reglamentación de tales gravámenes constituye una facultad privativa de las provincias
no delegadas al gobierno federal. Tal decisorio motivó la interposición del recurso
extraordinario por parte de la Sindicatura, cuya denegación originó la queja
consecuente.
Fallo:
Debe tenerse presente que del texto expreso del citado art. 75, inc. 12, de la
Constitución deriva la implícita pero inequívoca limitación provincial de regular la
prescripción y los demás aspectos que se vinculan con la extinción de las acciones
destinadas a hacer efectivos los derechos generados por las obligaciones de cualquier
naturaleza. Y ello pues, aun cuando los poderes de las provincias son originarios e
indefinidos y los delegados a la Nación definidos y expresos (Fallos: 320:619, entre
otros), es claro que la facultad del Congreso Nacional de dictar los códigos de fondo,
comprende la de establecer las formalidades que sean necesarias para concretar los
derechos que reglamenta, y, entre ellas, la de legislar de manera uniforme sobre los
aludidos modos de extinción (Fallos: 320:1344).
La Corte ha admitido la aplicación de la legislación civil al ámbito del derecho
administrativo (Fallos: 190:98 y 321:174), proceder que ha justificado, en lo
específicamente referente al derecho tributario, en la circunstancia de que esta
disciplina no está al margen de la unidad general del derecho, ni es incompatible con
los principios del derecho civil (Fallos: 313:1366).

20. 332:316 – “Casa Casmma SRL” (26/3/2009)


Fallo:
Cita 326:3889 – “Filcrosa SA” (30/9/2003) y agrega que:
Entiende oportuno señalar que la línea de decisiones que viene siguiendo el Tribunal
a partir del caso "Filcrosa" no ha merecido respuesta alguna del Congreso Nacional, en
el que están representados los estados provinciales y cuenta con la posibilidad de
introducir precisiones en los textos legislativos para derribar así las interpretaciones
judiciales de las leyes, si de alguna manera se hubiera otorgado a éstas un significado
erróneo.
21. 320:619 – “Telefónica de Argentina c/ Municipalidad de Chascomús” (18/4/1997)
22. 68:227 – “El Ferrocarril Central Argentino contra la provincia de Santa Fe” (3/7/1897)
Derecho tributario constitucional
Distribución de competencias tributarias en la CN – Régimen de coparticipación.
23. 149:260 – “Sociedad Anónima Mataldi Simón Limitada contra la Provincia de Buenos
Aires, por repetición de pago de impuestos” (28/9/1927)
La impugnación de inconstitucionalidad formulada por la sociedad actora a la ley
impositiva de que se trata, se funda, en primer término, y en general en la
improcedencia de los impuestos internos provinciales cuando recaen sobre materias
gravadas por un impuesto interno establecido por la Nación en ejercicio de sus
facultades constitucionales
Fallo:
Que no obstante el armónico equilibrio que doctrinariamente presupone el
funcionamiento regular de las dos soberanías, nacional y provincial, en sus actuaciones
respectivas dentro del sistema rentístico de la Constitución, no puede desconocerse
que su régimen efectivo determina una doble imposición de gravámenes con la que se
afectan en determinadas circunstancias importantes intereses económicos y se
originan conflictos de jurisdicciones fiscales que no siempre es dado dirimir con la
eficacia debida.
Se declara que el impuesto cobrado a la sociedad anónima Mataldi Simón Limitada en
las condiciones a que se refiere este litigio, es violatorio de la Constitución Nacional , y
en consecuencia la provincia de Buenos Aires debe devolver en el término de treinta
días a la sociedad actora, la suma demandada de sesenta y dos mil treinta pesos
veintinueve centavos nacionales (fs. 17, 29. Y 86 vta.) y sus intereses a estilo de los
que cobra el Banco de la Nación contados desde la notificación de la demanda.

24. 317:1548 – “Transportes Automotores Chevallier SA v. Resolución Nro. 21 del Plenario


de la Comisión Federal de Impuestos” (17/11/1994)
25. 324:4226 – “El Condor Empresa de Transportes SA v. Provincia de Buenos Aires”
(7/12/2001)
La parte actora, en su carácter de permisionaria para la prestación del servicio público
de transporte interjurisdiccional, inicia acción declarativa para que se declare la
inconstitucionalidad del gravamen sobre ingresos brutos que la Provincia de Buenos
Aires pretende aplicar sobre esa actividad. El fundamento de la petición radica en que
la conducta fiscal de la demandada viola "los arts. 31 y 67 inc. 12 (al tiempo de la
demanda, actualmente art. 75 inc. 13) de la Constitución Nacional y el régimen de
coparticipación federal estatuido en la ley nacional n° 20.221 y modificatorias...".
El Fallo:
El reclamo se sustenta en un doble orden de razones: por un lado, la
inconstitucionalidad del gravamen y por otro su ilegitimidad, a la luz de las
disposiciones de la ley de coparticipación federal. La competencia originaria de esta
Corte en materias que involucran el transporte interjurisdiccional y rigen las
obligaciones tributarias que deben afrontar quienes prestan ese servicio público -sobre
las que se volverá infra-, la reforma constitucional de 1994 exige un nuevo examen de
los fundamentos en los que radica la asunción de dicha competencia.
Ello en base a la vocación de la Constitución Nacional creadora de "una unidad no por
supresión de las provincias...sino por conciliación de la extrema diversidad de
situación, riqueza, población y destino de los catorce estados y la creación de un
órgano para esa conciliación, para la protección y estímulo de los intereses locales,
cuyo conjunto se confunde con la Nación misma", consagrando el principio de "hacer
un solo país para un solo pueblo".
Se ubica a los tratados o leyes convenio celebrados entre las provincias y el derecho
federal. Prueba de su categoría singular es que no es posible su derogación unilateral
por cualquiera de las partes..." (considerando cuarto). Que a las especiales
características de esos pactos, como actos complejos dentro del sistema normativo
federal, se suma la expresa regulación constitucional en materia de coparticipación
federal de impuestos a que se hizo referencia supra y que resulta determinante para el
tratamiento de cuestiones como la introducida en el sub lite. Así, en el caso se plantea
un conflicto entre normas locales -la que crea el tributo y la que adhirió al régimen de
coparticipación federal-, que se traduciría en la afectación de la ley convenio en la
materia, por invocarse la superposición entre un tributo local y otro sujeto al
mencionado régimen de distribución de recursos. La cuestión ha sido presentada de
manera que confronta con el actual complejo normativo constitucional, en tanto supone
la violación del compromiso provincial de abstenerse de legislar en materia impositiva
local que ha sido incluida en el convenio de coparticipación federal. Desde esa óptica,
no existe ya en el caso obstáculo para que este Tribunal conozca en su instancia
originaria, pues el conflicto, tal como ha sido planteado por la actora en su demanda,
no involucra cuestiones cuyo tratamiento corresponda a los tribunales locales, más allá
de la naturaleza de las leyes que confrontan con la norma federal y con las cláusulas
constitucionales que rigen el tema.
En tal sentido, como se señala en el dictamen aludido, no existe afectación de las
autonomías provinciales, toda vez que la Corte constituye el fuero natural de las
provincias argentinas, a la vez que se mantiene el organismo federal de fiscalización y
control -ahora con rango constitucional- en la ejecución del régimen de coparticipación
federal, cuando los reclamos no tienen sustento principal en la incompatibilidad de la
pretensión impositiva provincial con los preceptos constitucionales federales.
En efecto, la Constitución Nacional establece la imperativa vigencia del esquema de
distribución de impuestos previsto en la ley-convenio, sancionada por el Estado
Nacional y aprobada por las provincias, la que "no podrá ser modificada
unilateralmente ni reglamentada", de modo que una hipotética transgresión a la ley
local de adhesión -y, por ende, a dicha norma federal-, se proyecta como una
afectación de las nuevas cláusulas constitucionales, sin que en ello incida el carácter
local de la norma mediante la cual pudiera efectivizarse la alteración del sistema
vigente en el orden nacional.
26. 332:1007 – “Papel Misionero SAIFC c/ Provincia de Misiones” (5/5/2009)
27. M. 921, L.XLII – “Maxiconsumo SA c/ Provincia de Misiones” (Dictamen de la
Procuración General de la Nación) (29/7/2009)
28. 341:939 – “Municipalidad de la Ciudad de La Banda c/ Gobierno de la Provincia de
Santiago del Estero” (23/8/2018)
29. 335:996 – “Pan American Energy LCC Sucursal Argentina c/ Chubut, Provincia del y
otro” (19/6/2012)
30. 339:1356 – “Santa Fe, Provincia de c/ Estado Nacional” (24/11/2015)
31. 308:2153 - Aerolineas Argentinas Sociedad del Estado c/ Provincia de Buenos Aires.

Competencias tributarias de los municipios de provincia


32. 312:326 – “Angela Digna Balbina Martínez Galván de Rivademar v. Municipalidad de
Rosario” (21/3/1989)
La actora, contratada inicialmente por dicho municipio obtuvo posteriormente, al
amparo de normas provinciales (art. 133, ley 9286 de la Provincia de Santa Fe -Adla,
XLIV-B, 2481-), su incorporación a la planta permanente como agente municipal. En
encontrándose en dicha situación, el intendente rosarino dicta en 1984 un decreto que
dispuso revisar los nombramientos efectuados por la anterior administración, actividad
para la cual el Consejo Municipal lo había previamente autorizado. Fue así que se dejó
sin efecto el nombramiento de la accionante, quien inició recurso administrativo de
plena jurisdicción ante la instancia originaria de la Corte provincial. Al contestar la
demanda fue planteado el problema de la inconstitucionalidad del citado art. 133 de la
ley 9286, por ser contrario a normas constitucionales provinciales y al art. 5º de la
Constitución Nacional, ya que se aducía que el referido ordenamiento privaba a los
municipios del poder de legislar sobre materias que les son propias, tales como el
estatuto y el escalafón municipal.
Fallo:
1. La validez de las normas y actos emanados del Poder Ejecutivo de facto está
condicionada a que, explícita o implícitamente, el gobierno constitucionalmente elegido
que lo suceda, la reconozca, y que la restitución del orden constitucional en el país
requiere que los poderes del Estado Nacional o los de las provincias, en su caso,
ratifiquen o desechen explícita o implícitamente los actos del gobierno de facto; siendo
ello así, resulta evidente la legitimidad de las autoridades municipales constitucionales
de revisar los nombramientos efectuados por las de facto, máxime cuando limitaron
esa revisión a las realizadas en los cargos más altos del escalafón y prescindiendo de
las normas que organizaban la carrera administrativa.
2. Las municipalidades son organismos de gobierno de carácter esencial, que tienen un
ámbito propio a administrar.
3. Las municipalidades no son una mera repartición administrativa del gobierno central,
pues poseen autoridad en su territorio y poder para designar y remover a sus
empleados.
4. Es inadmisible que el propio gobierno de facto, mediante una ley de alcances
generales, convalídase las transgresiones cometidas por él mismo, mediante el arbitrio
de imponer a las autoridades constitucionales futuras, la validez de designaciones de
autoridades municipales.
5. Si bien la Corte Nacional tiene como misión esencial la de asegurar la primacía de la
Constitución Nacional y de las leyes dictadas en su consecuencia por sobre cualquier
norma de orden local que las contradiga (art. 31, de la Constitución), esa atribución no
puede ser ejercitada de manera genérica sino en la medida en que se presente un
caso contencioso concreto.
Fundamentos de la autonomía municipal:
a) El origen constitucional de los municipios.
b) La existencia de una base sociológica constituida por la población de la comuna,
ausente en tales entidades.
c) La imposibilidad de la supresión de los municipios.
d) El carácter de legislación local de las ordenanzas municipales, frente al de
resoluciones administrativas de las emanadas de entidades autárquicas.
e) El carácter de personas jurídicas de derecho público y de carácter necesario de los
municipios establecido por el art. 33 del Cód. Civil, frente al carácter contingente de las
entidades autárquicas.
f) El alcance de las resoluciones municipales que comprende a todos los habitantes de
su circunscripción.
g) La posibilidad de creación de entidades autárquicas en los municipios, lo que hace
incongruente que una entidad autárquica pueda crear a otra de igual tipo.
h) La elección popular de sus autoridades.

33. 314:495 – “Municipalidad de la Ciudad de Rosario v. Provincia de Santa Fe” (4/6/1991)


Se presenta la Municipalidad de Rosario y solicita la declaración de inconstitucionalidad
de los decretos del Poder Ejecutivo provincial 5085/68, 1766/70, 34/71 y 788/76, de las
leyes provinciales 6509 y 6664, de los arts. 13 y 14 de la ley 2756 y de los arts. 29 y 17
de las leyes de presupuesto correspondiente a los años 1987 y 1988, así como que se
condene a la provincia de Santa Fe a restituirle la suma de AA 5.217.968,31 con su
correspondiente actualización, intereses y costas. Cita en apoyo de su postura la
sentencia dictada el 21 de marzo de 1989 en el caso Rivademar y sostiene, por último,
que así como en ese precedente se expresó que era inconcebible que el gobierno
municipal estuviese desprovisto del poder de designar y remover a sus empleados,
también se impone la conclusión de que es inaceptable que las autoridades
provinciales le impidan la libre disposición y administración de fondos ya
presupuestados.

Fallo:
1. En lo relativo al alcance y límites de las facultades municipales, éstas surgen
de la Constitución y las leyes provinciales, cuya correlación, interdependencia y
conformidad entre sí, no incumbe decidir a la Nación, en tanto ellas no violen los
principios, derechos y garantías establecidos en la Constitución Nacional, las leyes de
la Nación o los tratados con las potencias extranjeras (art. 31, Constitución Nacional).
2. La Constitución Nacional se limita a ordenar el establecimiento del régimen
municipal, como requisito esencial para la efectividad de la autonomía de las provincias
(art. 5°), pero en manera alguna les ha prefijado un sistema económico-financiero al
cual deban ajustar la organización comunal, cuestión que se encuentra dentro de la
órbita de las facultades propias locales conforme a los arts. 104, 105 y 106 de la
Constitución.
3. La necesaria existencia de un régimen municipal impuesta por el art. 5° de la
Constitución Nacional, determina que las leyes provinciales no sólo deben
imperativamente establecer los municipios, sino que no pueden privarlos de las
atribuciones mínimas necesarias para desempeñar su cometido. Si tales entes se
encontrasen sujetos en estos aspectos a las decisiones de una autoridad extraña --
aunque se tratara de la provincial-- ésta podría llegar a impedirles desarrollar su acción
específica, mediante diversas restricciones o imposiciones, capaces de desarticular las
bases de su organización funcional (del voto en disidencia de los Doctores Fayt,
Belluscio y Petracchi)
4. El art. 107 de la Constitución de la Provincia de Santa Fe ha establecido los
ingresos que corresponden a los municipios, precisando que éstos son organizados por
la ley sobre la base de ciertos requisitos, entre los que se incluyen un gobierno dotado
de facultades propias, sin otras injerencias sobre su condición o sus actos que las
establecidas por la Constitución y la ley con las atribuciones necesarias para una eficaz
gestión de los intereses locales, a cuyo efecto la ley los proveerá de recursos
financieros suficientes. Asimismo, dicha Carta Fundamental prescribe que con la
finalidad aludida, los municipios pueden crear, recaudar, y disponer libremente de
recursos propios, provenientes de las tasas y demás contribuciones que establezcan
en su jurisdicción, asegurándoseles participación en los gravámenes directos o
indirectos que recaude la Provincia, con un mínimo del 50% del producido del impuesto
inmobiliario, según un sistema de coparticipación.
34. 114:161 – “Seguín, Carlos y otros” (18/3/1911)
35. 114:282 – “Ferrocarril del Sud en autos con la Municipalidad de La Plata” (1/6/1911)
36. 325:1249 – “Municipalidad de La Plata” (28/5/2002)

Establecimientos de utilidad nacional


37. 306:1883 – “BJ Service c/ Provincia de Mendoza” (6/12/1984)
La actora reclama la devolución de los impuestos a las actividades lucrativas, a las
actividades con fines de lucro y a los ingresos brutos, con los que sucesivamente gravó
el Fisco local la actividad desarrollada por aquélla en yacimientos de hidrocarburos
pertenecientes a Yacimientos Petrolíferos Fiscales.
Fallo:
La Corte Suprema, al resolver, remitió a los fundamentos expuestos en la sentencia
dictada en esa misma fecha en la causa “Fiat Concord SA” y consideró que el art. 73
de la Ley de Impuesto a las Ganancias (Ley N° 20.628) es de aplicación cuando la
disposición de fondos o bienes se realiza entre sociedades que integran un mismo
conjunto económico, sin perjuicio de que deba, en cada caso en concreto, ponderarse
la existencia de modalidades comerciales peculiares que podrían derivarse de la
vinculación económica mediante un exhaustivo examen de la causa que originó la
entrega de los fondos o bienes, y de la correlativa contraprestación por parte de quien
los receptó. No puede entenderse que la operación haya sido realizada en interés de la
empresa actora cuando la finalidad última ha sido que las utilidades obtenidas por la
sociedad local puedan ser utilizadas por otras sociedades integrantes del mismo
conjunto económico, según el criterio de asignación de aquéllas que decida la casa
matriz. No puede aplicarse al caso el último párrafo del artículo 73 aludido, en tanto ello
es para los supuestos de remisión de fondos a persona física o jurídica domiciliada en
el exterior que directa o indirectamente controle a la empresa local, circunstancia que
no se produjo en la causa, toda vez que los fondos han sido girados a una sociedad
integrante del grupo con sede en Panamá, y no a las sociedades que ejercían dicha
clase de control sobre la actora, ambas con sede en los Estados Unidos.
En "Fiat Concord SA TF (16.778-I) c/DGI" del 06 de Marzo de 2012, La Corte
Suprema sostiene que el supuesto previsto en el art. 73 de la Ley de Impuesto a las
Ganancias es de aplicación cuando la disposición de fondos se efectúa entre
sociedades vinculadas económicamente entre sí, o se encuentran en una relación de
sujeción por ser una de ellas dominante respecto de la otra, en tanto se trata de una
transferencia entre distintos sujetos de derecho, que son considerados individualmente
como sujetos pasivos de la obligación tributaria. Al reconocerse individualidad jurídica a
cada sujeto del conjunto económico, la Corte interpreta que el art. 73, al referirse al
“interés de la empresa”, se refiere a la sociedad de capital que efectúa la disposición de
fondos y no al interés del conjunto económico. El ordenamiento argentino no regula los
conjuntos económicos como estatutos autónomos. No lo hace la ley tributaria ni la
legislación comercial, puesto que, el principio general, es considerar a las sociedades
integrantes de aquéllos como partes independientes en tanto se ajusten a las prácticas
normales del mercado, sujetándolas al deber de llevar sus registraciones contables en
forma separada.
38. 300:328 – “Cia. Swift de La Plata c/ Provincia de Buenos Aires” (20/8/1975)

Inmunidad de los instrumentos del Estado


39. 186:170 – “Banco Provincia de Buenos Aires c/ Nación Argentina” (15/3/1940)
La cuestión central y básica del pleito, consiste en resolver si los privilegios
constitucionales y legales que el Banco actor alega investir como "órgano o instrumento
de gobierno de la Provincia de Buenos Aires", eximen a los réditos de sus acciones y
bonos, del impuesto establecido en las leyes nacionales 11.682, 11.683, 11.757,
12.147 y correlativas.

Fallo:
Sobre el derecho del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires para legislar sobre su
Banco tiene, pues, la misma jerarquía que la acordada por el art. 31 de la Constitución
Nacional a sus propias disposiciones.
Que esta Corte, al igual de otros tribunales de justicia del país, en sentencias
reiteradas haya declarado como indudable la existencia de un Banco de la Provincia de
Buenos Aires con antelación a la fecha de las disposiciones convencionales,
constitucionales y legales recordadas, sin que por su nueva organización dejara de ser
la institución de crédito cuya propiedad y jurisdicción fue expresamente reservada por
la Provincia en horas solemnes para la paz, la integridad y la armonía de la República.
Fallos: tomo 170, pág. 12; tomo 176, pág. 292 y tomo 177, página 13.
Que este conjunto de atribuciones y otras cuya enunciación será materia de
considerandos subsiguientes, definen y perfilan una institución de estado y no un
banco particular en que sus constituyentes o fundadores aportan capitales con el fin de
formar una sociedad de las autorizadas por el Código de Comercio, para realizar
operaciones bancarias conocidas y comunes.
Se impone la conclusión de que el Banco de la Provincia de Buenos Aires, a mérito de
antecedentes históricos y legales cuya fuerza de convicción no es posible desconocer,
se encuentra sujeto desde la fecha del pacto de noviembre de 1859 a la jurisdicción y
legislación exclusivas de la Provincia y, por consiguiente, dentro de la situación de
excepción que le crean aquél, los arts. 31 y 104 de la Constitución Nacional, 2 y 3 de la
ley 1029, el propio inc. a) del art. 5º de la ley 11.682 y la legislación provincial anterior y
posterior al recordado pacto.
Que estas exenciones, consecuencia de la facultad conferida a la Provincia por el
pacto de 1859 de legislar sobre su Banco, deben ser respetadas por las autoridades
nacionales, pues gozan de la misma supremacía que corresponde a las disposiciones
de orden constitucional sobre las leyes nacionales y provinciales, a mérito de lo
dispuesto por los arts. 31 y 104 de la Carta Fundamental y 2 y 3 de la ley 1029 ya
señalados.
Que es indudable que la Provincia de Buenos Aires, al eximir en ejercicio de la
jurisdicción reservada por ella sobre el Banco, a este mismo y a las operaciones
bancarias que realice, de toda contribución, impuesto de sellos y de cualquier otra
clase creada o por crearse, ha comprendido también el impuesto a los réditos, desde
que éste afecta directa o indirectamente en los dos aspectos enunciados las
operaciones de la institución bancaria. Y es eso lo que fluye con claridad del examen
de la ley de impuesto a los réditos 11.682.
En mérito de estas consideraciones y de los fundamentos concordantes de la sentencia
apelada, se la confirma declarándose que el art. 5º, inc. b) parágrafo 4º, última parte,
así como los arts. 20, inc. 4º y 17, inc. b) de la ley 11.682 (Texto Ordenado), en cuanto
se pretenda aplicarlos a la renta de las acciones o al interés de los bonos del Banco de
la Provincia de Buenos Aires, son contrarios a los arts. 104 y 31 de la Constitución
Nacional y 2 y 3 de la ley 1029. Sin costas atenta la naturaleza de las cuestiones
debatidas.

DISIDENCIA:
Que no es aceptable que cuando la Nación requiera el concurso de todas las fuerzas
vivas para solventar una situación económica que interesa hondamente su vida, haya
cosas o instituciones dentro de su recinto que se consideren intangibles o exentas de
toda contribución, y a esta anomalía nos llevarían los privilegios que se dicen
otorgados a guisa de alto precio en horas difíciles para lograr la constitución definitiva y
la unidad de la Nación.
Que el Banco de la Provincia no debe ser gravado por el Gobierno de la Nación, es
exacto, así como lo es respecto de los demás Bancos oficiales de los estados
federales. En general, ninguna institución provincial puede ser gravada por el poder
nacional, así como ninguna nacional puede serlo por el poder local. Este principio, si no
está consignado por expreso en la Carta Fundamental, surge imperiosamente de la
necesidad de hacer viable la coexistencia y funcionamiento en un solo y mismo
territorio de dos organismos de Gobierno dentro de un plano de armonía
admirablemente concebido y cuya sana interpretación ha convertido a ese principio en
una verdad inconcusa. El Banco de la Provincia puede, pues, como los demás Bancos
oficiales, en su calidad de instrumento de Gobierno, sentirse exento de los impuestos
nacionales.
Que corresponde ahora examinar si este privilegio debe considerarse violado por el
hecho de que los capitales particulares invertidos en las acciones del Banco de la
Provincia o en bonos hipotecarios emitidos por el mismo, sean gravados con el
impuesto nacional a los réditos.
Que no puede aceptarse que esta ley, que vino con un llamado al patriotismo de todos
los argentinos, en hora bien grave para el crédito del país, y que por lo mismo debía
ser comprensiva de todas las situaciones personales que gozaran de cierta holgura
pecuniaria, tenga que hacer una excepción a favor de determinado grupo de
capitalistas afortunados que colocaron su dinero en estos títulos percibiendo
cómodamente buenos dividendos o intereses, mientras los hombres de la industria y
del comercio de todo el país se debaten penosamente y afrontan los riesgos propios de
una época esencialmente instable de los negocios, para hacer ganancias, si las
obtienen, casi nunca superiores a aquellos.
El Poder Legislativo de la Nación tiene la suficiente soberanía para imponer esta clase
de deberes a los habitantes del país y más aún a las instituciones dependientes de los
gobiernos provinciales, que forman parte integrante de los mismos, y que como tales
son agentes naturales del Gobierno Federal para hacer cumplir las leyes de la Nación
(art. 110 de la Constitución).
Que siendo así, parece incontestable que, mientras tenga vigencia el pacto que aceptó
en toda su integridad la ley nacional de réditos, la Provincia de Buenos Aires no puede
oponer a su cumplimiento ninguna reserva; le debe un acatamiento completo. Y por
ende su Banco, que es una dependencia de ella.

Principios constitucionales en materia tributaria


A. Reserva de ley – Legalidad- Delegación- Formación de la ley- Retroactividad –
Analogía- Control Convencionalidad:
40. 310:1961 – “Juan Pedro Insúa” (1/10/1987)
41. 312:912 – “Fleischmann Argentina Inc” (13/6/1989)
La actora interpone recurso extraordinario para obtener la devolución de las sumas
abonadas en concepto de impuestos internos por el expendio del producto "Royalina"
durante el período del mes diciembre de 1978, y de enero a diciembre de 1979.
Fallo:
Que en cuanto a las características de los tributos al consumo, en general, esta Corte
consideró que ellos no tienen un régimen legal idéntico, toda vez que comprenden
hechos imponibles que difieren entre sí, por las operaciones que resultan alcanzadas
por las normas respectivas, por la base imponible y la alícuota para su liquidación, lo
cual revela particularidades específicas en cada uno de ellos, que impide concluir que
los gravámenes ostenten una similitud que no surge de la hermenéutica de la ley, de la
economía general del tributo, ni de la finalidad del legislador al determinar la imposición
al consumo específico o general (sentencia del 3 de setiembre de 1987 in re
N.125.XX."Noblex Chaco S.A. c/ Fisco Nacional (D.G.I.) s/nulidad de resolución").
En el precedente citado, y en especial con respecto a la ley de impuestos internos, se
reconoció que la norma legal sujeta a la imposición solamente a ciertos y determinados
consumos específicos, y, además, en Fallos: 258:75 , que la satisfacción del tributo
debe conformarse con el principio de la aplicación igualitaria de la ley.
Que, por otra parte, con respecto a la interpretación del sistema normativo examinado,
se sostuvo que no cabe aceptar la analogía en la interpretación de las normas
tributarias materiales, para extender el derecho más allá de lo previsto por el legislador
(sentencia del 17 de febrero de 1987 en lo autos "Frigorífico Bancalari S.A.I.C. s/
apelación -impuesto al valor agregado"), a lo que cabe agregar, ni para imponer una
obligación, habida cuenta de la reiterada doctrina en el sentido de que atendiendo a la
naturaleza de las obligaciones fiscales, rige el principio de reserva o legalidad (arts. 4 y
67, inc. 2, de la Constitución Nacional; fallo del 25 de agosto de 1988, P.287.XXI.
"Panamérica de Plásticos S.A.I.C. c/ D.G.I. s/ nulidad de resolución" -cons. 7 y sus
citas-).
Que, en tales condiciones, y teniendo en cuenta que el polvo denominado "Royalina"
que comercializa la actora como está comprobado con la pruebas producida, no es
strictu sensu un refresco, un jarabe, ni un extracto o concentrado, en el estado que
presenta al momento de su expendio y además, que el uso posterior que le da el
consumidor implica un último proceso que se encuentra fuera del ámbito impositivo,
cabe concluir que no constituye un producto alcanzado específicamente por el
gravamen examinado -en el período comprendido en la litis-, en virtud de los
fundamentos jurídicos necesarios y suficientes, sustentados en la doctrina de esta
Corte señalada en los puntos que anteceden.

42. 318:1154 – “Video Club Dreams v. Instituto Nacional de Cinematografía” (6/6/1995)


La ley 17.741 establece un impuesto equivalente al 10% del precio básico de toda
localidad o boleto entregado gratuitamente para presenciar espectáculos
cinematográficos en todo el país y cualquiera sea el ámbito donde se efectúen. El PEN,
por medio de dos decretos de emergencia de 1991 y 1992, alegando la crisis terminal
del cine nacional y la necesidad de preservar esta fuente cultural, extendió la aplicación
de dicha norma a la venta o locación de todo tipo de videograma grabado, destinado a
su exhibición pública o privada ya todo tipo de película exhibida a través de canales de
televisión abierta o por cable, en video bares y cualquier otro tipo de local. El actor fue
intimado por el Instituto Nacional de Cinematografía paraque procediese a regularizar
su mora en el pago de dicho impuesto. Interpuso amparo alegando la
inconstitucionalidad de ambos decretos, pero lo hizo después de inscribirse en el
registro especial creado por aquellos decretos y de efectuar un único pago del
impuesto. El tribunal de primera instancia hizo lugar al amparo con fundamento en la
vulneración de la legalidad tributaria (los tributos sólo pueden crearse por ley). La
Cámara confirmó el fallo de primera instancia.
Fallo:
En principio, la Corte reitera la doctrina (obiter dictum) de que, bajo ninguna
circunstancia, ni aún en el caso de calamidad pública interna o que se invoquen causas
de políticas fijadas por la autoridad económica, puede ceder el principio de legalidad
tributaria. De este modo, los decretos impugnados son inconstitucionales porque crean
un hecho imponible distinto al determinado en la ley. Tanto en la doctrina de la Corte
anterior a la reforma de 1994 como en la posterior, el principio de legalidad tributaria no
admite excepción alguna y no es posible atenuarlo bajo la emergencia, ni por
extensión, analogía o conexión con un hecho imponible establecido por una ley. Ni aún
una presunta voluntad tácita del Congreso –en este caso se habría manifestado sobre
el gravamen en la ley de presupuesto- puede convalidar un decreto de necesidad y
urgencia en materia tributaria. Aún si después el Congreso dictase una ley
convalidando la propuesta del Ejecutivo, sus efectos nunca podrían ser retroactivos.
Los motivos que impulsaron el dictado de los decs. 2736/91 y 949/92 no se exhiben
como respuesta a una situación de grave riesgo social que hiciera necesario el dictado
de medidas súbitas como las examinadas en "Peralta" (Fallos: 313:1513). Es más, no
se ha puesto en evidencia que las medidas impugnadas obedezcan a los graves
trastornos económico sociales tenidos en consideración al resolver en el precedente
aludido. Sus argumentos, antes bien reposan en la actividad de fomento de la
cinematografía y la necesidad de proveer de recursos con ese fin (V.145.XXIV "Video
Cable Comunicación S.A. c. Instituto Nacional de Cinematografía s/ varios", sentencia
del 27 de abril de 1993.

43. 326:4215 – “Selcro SA” (21/10/2013)


44. 148:430 – “A. M. Delfino y Cia.” (20/6/1927)
45. 337:388 – “Camaronera Patagónica SA” (15/4/2014)
La empresa, Camaronera Patagónica, había presentado un recurso de amparo
respecto del pago de los derechos de exportación previstos por la Resolución Nº 11/02,
durante el período marzo y agosto de 2002. En primera instancia, se rechaza la acción
de amparo. En segunda instancia, la Cámara Federal de Apelaciones de Mar del Plata,
revocó la sentencia de primera instancia y resolvió hacer lugar a la acción de amparo
instaurada por Camaronera Patagónica S.A. y, en consecuencia, declaró la
inconstitucionalidad e inaplicabilidad a la actora de las resoluciones 11/02 y 150/02 del
– entonces – Ministerio de Economía e Infraestructura. Adujo que el art 76 de la CN
prohíbe la delegación legislativa, de manera general, admitiéndola en supuestos
puntuales, esto es, en materia de emergencia pública y de administración. A su vez,
señaló que el art. 99, inc. 3, veda terminantemente al Poder Ejecutivo emitir
disposiciones de carácter legislativo, bajo pena de nulidad absoluta e insanable,
aunque también reconoce excepciones al permitir el dictado de decretos de necesidad
y urgencia cuando se den determinadas condiciones, excluyendo de ellas la materia
tributaria. Expresó que, para preservar la división de competencias entre los poderes
del Estado, la interpretación en esta materia ha de ser estricta.
FALLO:
El voto de los doctores Lorenzetti, Fayt y Maqueda señaló que las retenciones son
tributos y que, de acuerdo a los artículos 4°, 17 y 52 de la Constitución Nacional, sólo el
Congreso de la Nación puede crearlos. Destacaron los ministros que esa limitación es
propia del régimen representativo y republicano de gobierno y que ninguna carga
tributaria puede exigirse a las personas si no ha sido creada por el Poder Legislativo,
único poder del Estado investido de tal atribución. Agregaron que la Constitución
Nacional confió al Congreso Nacional el poder de crear los recursos y votar los gastos
públicos y sólo asignó al Poder Ejecutivo la facultad de recaudar los recursos para
emplearlos en los gastos designados. Sostuvieron los ministros que suscribieron el
voto, que las leyes que el Estado Nacional invocaba para justificar la resolución dictada
por el Ministerio de Economía, no habían delegado al Poder Ejecutivo Nacional el
poder de establecer retenciones como las que pretendía aplicar. También señalaron
que si bien es cierto que en materia de comercio internacional es necesario que el
Poder Ejecutivo cuente con herramientas que le permitan en forma ágil implementar
políticas económicas para proteger la producción local, los precios del mercado interno
o la competitividad, ellas deben provenir de una ley sancionada por el Congreso que
establezca de manera cierta e indudable pautas claras para su ejercicio, lo que no
ocurría en el caso. En este sentido, manifestaron que el Código Aduanero no cumple
tal exigencia pues no sólo no prevé las retenciones que se pretendían aplicar a
Camaronera Patagónica, sino que ni siquiera fija topes máximos que limiten la
actuación del Poder Ejecutivo. Por estas razones los ministros Lorenzetti, Fayt y
Maqueda sostuvieron que la resolución 11/02 del Ministerio de Economía e
Infraestructura es inconstitucional pues avanza sobre una materia que la Constitución
Nacional reservó en forma exclusiva al Congreso Nacional.
El Dr. Zaffaroni señaló que los productos empresa actora representaban menos del 3%
de los derechos de exportación percibidos anualmente, razón por la cual lo decidido en
el juicio respecto de la resolución 11/02 no debería repercutir significativamente desde
el punto de vista macroeconómico. Agregó que el derecho de exportación examinado
es un tributo, más precisamente un impuesto, que debe pagarse en virtud de una ley
que así lo establezca. Recordó que la ley es la única fuente de las obligaciones
tributarias pues la competencia del Congreso es exclusiva en la materia y no puede ser
ejercida por ninguno de los otros dos poderes del Estado, ni siquiera en situaciones de
emergencia. Señaló que respecto de las retenciones examinadas el Congreso de la
Nación no había previsto cual era la alícuota aplicable, ni siquiera mediante el
establecimiento de parámetros mínimos y máximos y que ese silencio sellaba la suerte
respecto de la constitucionalidad y validez de la resolución 11/02 pues se había deja al
arbitrio del Poder Ejecutivo Nacional uno de los aspectos estructurales del tributo.
Zaffaroni: Que, en esa inteligencia, y esclarecido que los recursos tributarios están
conformados -entre otros- por los derechos de exportación y éstos revisten evidente
naturaleza tributaria, corresponde realizar el control de constitucionalidad de la
resolución 11/02 que -en el caso particular- estableció un derecho de exportación para
la actividad pesquera que realiza la actora. Ello así, porque el principio de legalidad
tributaria comprende al género, y por ello es aplicable a todas sus especies. Limitó,
también la declaración de inconstitucionalidad al lapso comprendido entre marzo y
agosto de 2002.
Los Doctores Petracchi y Argibay consideraron, al igual que la mayoría, que la
resolución 11/02 es inconstitucional por no cumplir con los estándares establecidos en
la Constitución Nacional en materia tributaria. Destacaron que en el caso no existe una
ley que establezca los elementos esenciales del tributo que se pretende exigir a la
actora, lo que lleva a su descalificación constitucional. Sin embargo, manifestaron que
las leyes dictadas como consecuencia de la Cláusula Transitoria Octava de la reforma
constitucional de 1994 no resultan aptas para ratificar el contenido de la resolución
11/02, razón por la cual declararon su inconstitucionalidad sin límite temporal alguno.
La CSJN en dicho fallo atribuye a las retenciones a la exportación el carácter de
impuestos, lo cual es correcto, pero señala que la legislación delegante debe incluir, a
los efectos de cuantificar el monto del gravamen, una alícuota máxima, de manera tal
que al no venir ella fijada por el referido art. 755, éste deviene inconstitucional. Al
resolver de tal manera modificó su jurisprudencia histórica sentada en el precedente de
Fallos 315:1820 (caso "Propulsora Siderúrgica") en el que consideró constitucional el
referido art. 755. A su vez, en el precedente "Selcro" (Fallos 326:4251) la CSJN no
consideró necesaria y exclusivamente exigible la existencia de un tope máximo de
alícuotas, sino que también admitió la alternativa de pautas definitorias de la política
legislativa.
46. 31:82 – “El gremio de Abastecedores de la Ciudad de Tucumán c. la municipalidad de
la misma, por devolución de impuesto de consumo” (29/1/1887)
47. 155:290 – “Dona Sara Doncel de Cook c. la provincia de San Juan” (6/9/1929)
La señora Sara Doncel de Cook entabla formal demanda contra la Provincia de San
Juan por repetición de la suma de cuarenta y seis mil quinientos pesos moneda
nacional pagada indebidamente bajo protesta por patentes y multas impuestas en
virtud de supuestas infracciones que se dicen cometidas por la actora como "agente o
corredor de préstamos", desde el año 1924 a 1927, infracciones que se hacen derivar
del decreto de fecha 31 de marzo de 1925 que, conjuntamente con las resoluciones
administrativas a que hace referencia, tacha de inconstitucionalidad por las
consideraciones que fundamentan el escrito inicial, invocando al efecto, los arts. 14, 16
y 17 y otros de la Constitución Nacional.
Fallo:
Entre los principios generales que predominan en el régimen representativo
republicano de gobierno, ninguno existe más esencial a su naturaleza y objeto, que la
facultad atribuida a los representantes del pueblo para crear las contribuciones
necesarias para la existencia del estado. Nada exterioriza más la posesión de la plena
soberanía que el ejercicio de aquella facultad, ya que la libre disposición de lo propio,
tanto en lo particular como en lo público, es el rasgo más saliente de la libertad civil.
Todas las constituciones se ajustan a este régimen, entregando a los congresos o
legislaturas este privilegio exclusivo.
Las provincias no pueden hacer efectivo otros impuestos locales que los creados por
las leyes u ordenanzas del mismo carácter, sin que sea posible al Poder Ejecutivo
establecer otros o extender los existentes a distintos objetos que los expresamente
previstos en aquellas leyes. El poder de reglamentarlas se refiere únicamente a la
facultad de dictar normas para su mejor ejecución, pero no cabe admitir que bajo este
pretexto puedan alterarlas en su espíritu o aplicarse más allá de su propósito expreso.
Una prerrogativa semejante, consentida, en el P.E., importaría la destrucción de la
división de poderes y por tanto del sistema republicano representativo.
La no retroactividad de la ley, si bien es un principio de mero precepto legislativo,
adquiere carácter constitucional cuando la aplicación de la nueva ley priva a un
habitante de la Nación de algún derecho incorporado a su patrimonio, en cuyo caso
aquel principio se confunde con la garantía relativa a la inviolabilidad de la propiedad,
teniendo en cuenta que esta palabra comprende todos los intereses apreciables que un
hombre pueda poseer fuera de si mismo, fuera de su vida, y de su libertad.
48. 312:2467 – “Marta Navarro Viola de Herrera Vargas v. Nación Argentina” (19/12/1989)
49. 312:2078 - Sambrizzi, Eduardo A. c/ Fisco Nacional (DGI) s/ repetición.-
50. 303:1835 - Angel Moiso y Cía. S.R.L.-
Se discute la aplicación del decreto 3057/70 que fue dictado con posterioridad al cierre
de la actividad. En principio, nadie tiene un derecho adquirido al mantenimiento de
leyes o reglamentaciones ni a la inalterabilidad de los gravámenes creados o regidos
por ellas. Sólo cuando el contribuyente ha prometido el impuesto de conformidad con la
ley en vigencia al momento en que realizó el pago, queda éste, por efecto de su fuerza
liberatoria, al amparo de la garantía de la propiedad que se vería afectada si se
pretendiese aplicar una nueva ley que estableciera un aumento para período ya
cancelado. En conclusión, Moiso debe pagar conforme el régimen legal vigente-
51. 330:3248 Mazzeo (13/07/2007)

B. Igualdad
52. 138:313 – “Don Ignacio Unanué y otros c. la Municipalidad de la Capital, sobre
devolución de dinero proveniente del impuesto a los studs” (20/8/1923)
Los actores denuncian de ilegalidad Ordenanza Municipal dictada y solicitan la
repetición de lo abonado en concepto de impuesto
 Cuando un impuesto se establece sobre ciertas clases de bienes o de personas debe
existir alguna base razonable para las clasificaciones adoptadas, lo que significa que
debe haber alguna razón sustancial para que las propiedades o las personas sean
catalogadas en grupos distintos. en el caso la actora reclama la devolución de lo
pagado en virtud de la ordenanza de la Municipalidad de la Capital que grava
solamente a las caballerizas que alojan caballos de carrera.
 La igualdad preconizada por el artículo 16 de la Constitución Nacional, importa, en lo
relativo a impuestos, establecer, que en condiciones análogas deben imponerse
gravámenes idénticos a los contribuyentes. Esta garantía constitucional no se
propone erigir una regla férrea en materia impositiva, sino impedir que se establezcan
distinciones, con el fin de hostilizar o favorecer arbitrariamente a determinadas
personas o clases, como lo es si se hacen depender de diferencias de color, raza o
nacionalidad, religión, opinión política u otras consideraciones que no tengan relación
posible con los deberes de los ciudadanos como contribuyentes. En el caso la actora
reclama la devolución de lo pagado en virtud de la ordenanza de la Municipalidad de
la Capital que grava solamente a las caballerizas que alojan caballos de carrera.
 Al ser gravadas todas las caballerizas comprendidas en la denominación studs con
una base uniforme, o sea, de acuerdo al número de caballos de carrera que alojan, y
al no ser posible desconocer que existe algún motivo razonable para distinguir entre
los establecimientos que se ocupan de cuidar caballos destinados al tráfico común de
la ciudad y aquellos que albergan y preparan caballos con el único objeto de disputar
carreras, no se conculca la igualdad requerida por el artículo 16 de la Constitución
Nacional.
53. 207:270 – “Ana Mazzoti de Busso y otros v. provincia de Buenos Aires” (7/4/1947)
Fallo:
La Corte declaró la inconstitucionalidad de un impuesto adicional a la contribución
territorial de la provincia de Buenos Aires, por violatorio de la Constitución en cuanto se
cobraba a los condóminos por el valor total del inmueble con prescindencia del valor de
cada uno de ellos, dijo Becerra. La Corte señaló que el verdadero objeto del gravamen
no es la posesión de determinados bienes, sino la capacidad tributaria que comporta el
ser alguien propietario de ellos.

C. Capacidad contributiva/Razonabilidad
54. 312:2467 - “Marta Navarro Viola de Herrera Vargas v. Nación Argentina” (19/12/1989)
Fallo:
La afectación del derecho de propiedad resulta palmaria cuando la ley toma como
hecho imponible una exteriorización de riqueza agotada antes de su sanción, sin que
se invoque, siquiera, la presunción de que los efectos económicos de aquella
manifestación permanecen, a tal fecha, en la esfera patrimonial del sujeto obligado
(confr. sentencia del Tribunal Constitucional Italiano del 4/5/66, entre otras, Raccolta
Ufficiale,volumen XXIII, ps. 387 y siguientes).
55. 151:359 – “Don Eugenio Díaz Velez c. la provincia de Buenos Aires” (8/9/1926)
56. 332:936 – “Caja de Jubilaciones y Pensiones de Abogados y Procuradores de la
Provincia de Mendoza c. Estado Nacional”
57. Fallos 199:483 “Inchauspe”
58. 314:1293 – “López López, Luis y otro c/ Santiago del Estero, Provincia de s/ eximición
de inversiones”.
59. 333:993 “Hermitage” del 15/06/2010
La sociedad actora se dedica a la actividad hotelera y de acuerdo a las pericias
contables producidas en la causa en los ejercicios de los años 1995 1996 y 1998
registró pérdidas. A pesar de dichas perdidas en virtud de los activos se encontró
obligada a tributar el IGMP.
Fallo:
Es esta realidad descripta (inexistencia de ganancias) la que colisiona con la
"presunción" iure et de iure del legislador que la actora denuncio y a la cual la CSJN
entendió le asistía razón, pero bajo el argumento de irrazonabilidad de la presunción y
no sobre la base de que no se tienen presente los pasivos para el cálculo del tributo.
Consideró que el hecho de que el legislador pretenda captar la capacidad contributiva a
través de una presunción de renta mínima no resulta razonable y es inequitativo porque
con ese mecanismo se incluye indiscriminadamente en la misma órbita a una
diversidad de actividades y formas de organización, sin tener en cuenta sus
particularidades y sin permitir la prueba de que en el caso concreto no se haya
obtenido la ganancia presumida por el legislador.
En el marco de ese razonamiento, rechazó la presunción legal y declaró la
inconstitucionalidad del impuesto con respecto a la empresa, al dar por probada la
existencia de pérdidas en los períodos en cuestión y considerar que ello no permitiría al
contribuyente hacer frente al impuesto e incrementaría aún más su detrimento contable
e impositivo.

DISIDENCIA
En el voto en disidencia de la Doctora de Nolasco y de la Ministra Argibay se analizó el
tema con los fundamentos expuestos por la actora es decir la inconstitucionalidad en la
medida en que no tiene en cuenta el pasivo de los sujetos comprendidos en la norma.
En dicho análisis confirman que la existencia de una manifestación de riqueza
constituye un requisito indispensable de validez de todo gravamen pero a diferencia de
la Cámara (quien entendió que no existía dicho requisito en el caso de autos debido a
que no existieron ganancias) considero que la existencia de activos constituyen una
manifestación de capacidad económica para contribuir a los gastos del estado y por
ende no parece correcto sostener que el único índice de capacidad contributiva sea la
efectiva obtención de réditos o ganancias.
Concluyen el voto en disidencia en que establecer un gravamen que recae sobre los
activos fundado en la consideración de que los bienes afectados a una actividad
económica son potencialmente aptos para generar una renta no resulta descalificadle
desde el punto de vista de la razonabilidad teniendo en cuenta la modicidad de la
alícuota.
60. 337:62 “Diario Perfil” del 11/02/2014

D. No confiscatoriedad
61. 115:111 – “Dona Rosa Melo de Cané, su testamentaria: sobre inconstitucionalidad de
impuestos a las sucesiones en la Provincia de Buenos Aires” (16/12/1911)
Que habiendo la expresada señora Melo de Cané instituido legado a favor de las
iglesias del Pilar y San Antonio de Areco, la Dirección General de Educación de la
provincia mencionada, solicitó el pago del 50 por ciento sobre el importe de dichos
legados, con arreglo al art. 62, inc. 3º de la ley provincial de educación común de 26 de
septiembre de 1875; que los mencionados albacea y fiscal eclesiástico, se opusieron al
pago del impuesto, sosteniendo que la ley citada no era aplicable al caso, y que si se le
interpretaba de otra manera, sería inconstitucional, porque los legados son en realidad
a la iglesia católica argentina, que no puede ser gravada, dada su condición jurídica y
las limitaciones del poder de las provincias para crear y establecer impuestos; que
además el que se trata es una confiscación violatoria de los arts. 14, 28, 31, 67, y 68 de
la Constitución Nacional, en cuanto se opone a las disposiciones del Código Civil sobre
sucesión testamentaria; que la sentencia de 1ª instancia de fs 39, resolvió que el
impuesto estaba comprendido en la ley, pero que era inconstitucional por no ser igual y
uniforme y por importar una confiscación disimulada, invocando el efecto de los arts.
99, Constitución Provincial; 14, 28 y 67 de la Constitución Nacional; que recurrida dicha
sentencia la Cámara 1ª de Apelaciones, la confirmó, estableciendo que la ley citada no
comprendía el impuesto, y que éste era contrario a los arts. 17, 20, 4, 67, inc. 2º, 28 y
31 de la Constitución Nacional (fs. 82); que deducidos los recursos de inaplicabilidad e
inconstitucionalidad contra el último fallo, la Suprema Corte de la Provincia, estimó
improcedente el segundo, admitió el primero e hizo la declaración que la iglesia
parroquial constituye un establecimiento religioso para los fines del art. 62, inc. 3º de la
ley de educación común.
Que el art. 2 de la Constitución Nacional, al declarar que el gobierno federal sostiene el
culto católico, apostólico y romano, no impide que la iglesia pueda ser sometida al pago
de las contribuciones comunes sobre los bienes que posea o reciba como persona
jurídica, al igual de otras personas de la misma clase, y no con ocasión o motivos de
actos de culto, según desde luego lo demuestra la ley nacional 4855, que establece un
impuesto con iguales fines si bien menor al de la ley provincial impugnada (Art. 1.0 y
2.0), y lo había establecido la anterior núm.1420, (art. 44, inciso 12, Fallos, tomo 99,
página 66, considerandos 12 a 14).
Que sin embargo, y según se ha dicho en las sentencias de 1ª y 2ª instancia, (fs. 45, 89
ysig.); el impuesto del 50 % impugnado en el caso sub judice, es una verdadera
exacción o confiscación que ha venido a restringir en condiciones excesivas los
derechos de propiedad, yde testar, que la constitución consagra sus arts. 17 y 20 a
favor de ciudadanos y extranjeros, toda vez que el alcanza a una parte substancial de
la propiedad o a la renta de varios años de capital gravado (fallos, tomo 100, página 51,
considerandos 12 y 13).
Que el poder de crear impuestos está sujeto a ciertos principios que se encuentran en
su base misma, y entre otros al de que ellos se distribuyan con justicia; habiéndose
observado con fundamento que las imposiciones que prescindan de aquellos, no serían
impuestos sino despojo.
Que no podría de otra parte, admitirse la validez del impuesto de 50 % en el concepto
de que él responda, más que a la idea de crear renta, a la de prohibir indirectamente
las liberalidades en beneficio de la iglesia, pues en tal supuesto, como ejercicio de una
de las facultades del poder de policía de las provincias no sería compatible con el
recordado art. 2º de la Constitución Nacional (Fallos, tomo 98, págs. 20 y 52).
62. 193:397 – “Gustavo A. Frederking y otro v. Nación Argentina” (28/8/1942)
Los del recurso de apelación ordinaria interpuesto por Gustavo A. Frederking, Otto E.
Frederking y Adela N. Frederking de la Bouillerie, contra la sentencia de la Cámara
Federal de la Capital que no hizo lugar a la repetición de una suma pagada en
concepto de impuesto a los réditos, en la demanda contra el Fisco Nacional con ese
fin.
Fallo:
"Se presume que la renta bruta anual equivale por lo menos al 5 % de la valuación
fiscal del inmueble, salvo prueba en contrario".
Como en los autos no se ha demostrado que sea excesivo o desproporcionado ese por
ciento presunto de la ley, es claro que la Dirección de los Réditos aplicó legalmente el
impuesto a los Frederking por la casa de la Avenida Alvear, cuya valuación fiscal no se
ha discutido.
Que la doble imposición -aun concurriendo las provincias con la Nación- ha sido motivo
de constantes discusiones en la doctrina y en la justicia, pero esta Corte Suprema
resolvió el asunto en varios casos y especialmente precisó su doctrina interpretativa en
el juicio de "Mattaldi Simón Limitada contra la Provincia de Buenos Aires, por repetición
del pago de impuestos”:
El poder impositivo del gobierno central a este respecto, así como la potestad
concurrente de los estados para establecer los mismos gravámenes sobre la
misma materia imponible se ha derivado de la inteligencia atribuida a la
cláusula del art. 4 de la Constitución que dice: ..." de las demás
contribuciones que, equitativa y proporcionalmente a la población imponga el
Congreso General" interpretándose por consideraciones de orden jurídico y
fundamentos de carácter económico que si bien dicha cláusula no encierra,
una delegación de poder expreso a favor de la Nación contiene la facultad
implícita de crear y percibir los referidos impuestos federales al consumo ..."
"que la facultad constitucional de la Nación relativa a estos impuestos; sea
cual fuere la amplitud que se le asigne no tiene sin embargo los caracteres de
exclusividad con que se le han acordado otros, tales como lo referentes a la
organización tributaria aduanera, derecho de importación y exportación, renta
de correos etc., con relación a los cuales existe la delegación expresa de
poderes que no comprende al gravamen de los consumos internos debiendo
deducirse, en consecuencia, que las provincias conservan al respecto
virtuales facultades impositivas y pueden ejercitarlas en concurrencia con las
de la Nación dentro del alcance y con las limitaciones determinadas por la ley
fundamental".
Que si ese doble gravamen sobre la misma materia y por el mismo concepto fue
categóricamente reconocido a las provincias en concurrencia con la Nación, claro se
advierte que, desde de un punto de vista institucional, no se le puede desconocer a la
Nación misma para una doble imposición que vendría a ser como una sobretasa en
tanto no se exceda el límite que fija el concepto de la confiscatoriedad tanto menos
cuanto que en el caso de autos caben las siguientes salvedades: a) en el impuesto
territorial, el Congreso procede como legislatura local para la Capital y territorios
nacionales, vale decir como en una circunscripción provincial, -art. 67 inc. 27-; b) que el
impuesto a los réditos afecta a toda la Nación; c) que el impuesto territorial es a la cosa
y el a los réditos es como su nombre lo indica, a los beneficios o a cierta clase de
beneficios, que las personas extraen del uso de las cosas, de sus actividades etc.
63. 234:129 – “Carlos Vicente Ocampo” (2/3/1956)
64. 289:443 – “Marcelo A. Montarcé v. Dirección Nacional de Aduanas” (17/8/1974)
65. 328:2567 – “Santiago Dugan Trocello SRL c. Poder Ejecutivo Nacional – Ministerio de
Economía s. amparo” (30/6/2005)
Con fecha 30 de junio de 2005 la Corte Suprema de Justicia de la Nación (“CSJN ) se
expidió en el caso “Santiago Dugan Trocello S.R.L. , hasta entonces el principal
precedente favorable a la aplicabilidad del ajuste por inflación en el impuesto a las
ganancias.
Recordemos que la Cámara Federal de Paraná se había expedido sobre el fondo de la
cuestión, declarando la inconstitucionalidad de los mecanismos que impedían la
aplicación del ajuste por inflación en el impuesto a las ganancias. Para resolver de ese
modo no se había hecho capítulo previo expreso sobre la idoneidad del amparo como
vía procesal admisible para resolver el tema de fondo referido.
La CSJN en el fallo comentado, compartió y se remitió a los fundamentos del dictamen
del Procurador General de la Nación (el “Dictamen , el “Procurador ), rechazando la
demanda con costas.
Seguidamente analizamos el Dictamen y el fallo de la CSJN.
1. El Dictamen
El Dictamen suscripto por el Dr. Esteban Righi, es de fecha 19.11.04 y aborda la
admisibilidad de la vía del amparo para impugnar la constitucionalidad de las normas
que impiden la aplicación del ajuste por inflación en materia del impuesto a las
ganancias (ya mencionadas). Como resultado de ser negativa la solución propiciada no
se pronuncia sobre el fondo.
Primeramente recuerda que resulta admisible la declaración de inconstitucionalidad de
normas en el marco de una acción de amparo, siempre y cuando las disposiciones
impugnadas resulten “clara, palmaria o manifiestamente violatorias de garantías
constitucionales .
Llevada esa doctrina a la situación bajo análisis, el Procurador sostiene que aquella
circunstancia no se encuentra acreditada pues luego del análisis de las disposiciones
en juego, concluye que los artículos 39 de la ley 24.073, 4 de la ley 25.561 y 5 del
decreto 214/02 “expresan una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de
ejercer las facultades que confiere el inc. 11 del artículo 75 de la Constitución Nacional
excluyendo una decisión destinada a enfrentar el fenómeno de la inflación.
En esa línea expresa que para la declaración de inconstitucionalidad de normas en el
marco de una acción de amparo deben verificarse dos supuestos: (i) que la decisión
legislativa impugnada sea manifiestamente arbitraria e ilegítima; y (ii) que dicha
declaración proceda luego de “un acabado examen del precepto, con la convicción
cierta de que su aplicación conculca el derecho o garantía constitucional invocados .
Continuando el análisis, se expresa que tampoco se dan en el caso las circunstancias
mencionadas, pues, respecto de (i), el incremento de la carga tributaria emana de
disposiciones dictadas por el “único Poder del Estado investido de la atribución para el
establecimiento de impuestos, contribuciones y tasas... y que “han cumplido también
con el requisito del art. 52 de la Constitución Nacional... ; y respecto de (ii), “...quien
tacha de inconstitucional una norma tributaria aduciendo que viola sus derechos de
propiedad e igualdad debe probar en modo concluyente cómo tal afectación ha tenido
lugar , lo que deberá debatirse y dilucidarse por la vía pertinente.
Así, en lo esencial si bien el Procurador se expide de forma positiva sobre la viabilidad
del amparo para declarar la inconstitucionalidad de las normas, la desestima en el caso
de las que impiden la aplicación del ajuste por inflación en materia del impuesto a las
ganancias, dado que no resulta idónea cuando las disposiciones aplicables no
aparecen como “clara, palmaria o manifiestamente violatorias de garantías
constitucionales.

2. El fallo de la CSJN
El pronunciamiento de la CSJN ha sido suscripto por sólo cinco de sus integrantes (3) y
consta de dos considerandos y la resolución que, de conformidad con el Dictamen,
rechaza la demanda con costas al actor.
En el primer considerando el Tribunal admite como adecuadamente tratadas
cuestiones planteadas en el Dictamen, compartiendo y remitiéndose a sus
fundamentos. Así, puede entenderse que la CSJN comparte que en el caso no están
cubiertos los extremos de derecho que deben alcanzarse para dictar la
inconstitucionalidad de una norma dentro de una acción de amparo.
Pero “sin perjuicio de ello , en el segundo considerando, la CSJN agrega un juicio
sobre los elementos de hecho a los que se refiere la prueba producida en el caso.
Expresa que el mero cotejo entre los montos derivados de la liquidación del impuesto a
las ganancias practicando ajuste por inflación, y el de los importes sin dicho ajuste, sin
intervención ni control del organismo recaudador, no alcanza para demostrar el
rechazo o repugnancia “de la solución establecida por el legislador con la cláusula
constitucional incoada ; tanto más cuando tal repugnancia debe ser “manifiesta, clara e
indudable (doctrina del fallo “Cafés La Virginia S.A. , del 03.06.97, Fallos: 320:1166).
En este último fallo al que el Tribunal remite, se ventilaba una acción de repetición,
indicando la CSJN que el tribunal a quo había entendido que en dicho caso, la tasa
efectiva resultante del impuesto a las ganancias, equivalía al 61,3% (considerando 1ro,
penúltimo apartado) debiéndose colegir que sobre la base de esa circunstancia la
cámara a quo que allí intervino, juzgó que se hallaba afectado el derecho de propiedad
del accionante.
En el considerando 5º de ese precedente (“Cafés La Virginia S.A. antes citado,
especialmente pág. 1175) concretamente señala el Alto Tribunal la diferencia negativa
para la accionada que había arrojado la no aplicación de un precepto sobre revaluación
de inventarios no resultaba sino de una compulsa que “no transciende del ámbito
infraconstitucional (es decir, de la comparación de criterios diferentes seguidos por dos
disposiciones de rango legal) y sólo puede derivar de ella “la mayor o menor bondad o
equidad de un sistema por sobre otro, pero no la demostración de la repugnancia de la
solución establecida por el legislador con la cláusula constitucional invocada
(considerando 5to citado).
De este modo, la CSJN a través de su nueva composición (4) confirma un criterio
restrictivo en materia de declaración de inconstitucionalidad por confiscatoriedad
aprovechando la conclusión de que la vía de amparo en el caso no resultaba
procedente lo que sólo ocurre cuando (i) la norma impugnada sea “manifiesta, clara e
indudable; y (ii) cuando se acredite efectivamente un perjuicio tal que resulte violatorio
de garantías constitucionales.
Quiere decir, en suma, que sólo demostrando que la carga efectiva del tributo por
pagar de acuerdo con el régimen impugnado excede pautas de razonabilidad que
rodean la capacidad contributiva de la accionante, y por ende las posibilidades de
hacer frente a dicho tributo, se encontraría en juego un conflicto de la norma
impugnada con el derecho de propiedad previsto por la Constitución Nacional.
Lo positivo que podría extraerse del fallo de la CSJN en cuanto al alcance de la tutela
judicial, es que, a diferencia de lo que sostuvo el Procurador, si resultara una efectiva
evidencia -aún en la vía del amparo- se podría cuestionar la constitucionalidad del
ajuste por inflación en materia del impuesto a las ganancias.
66. 332:1572 – “Candy SA c. AFIP y otro” (3/7/2009)
Candy S.A. inició acción de amparo, ante el Juzgado Federal de Catamarca, para que
se declarase la inconstitucionalidad del art. 39 de la Ley Nº 24.073, del art. 4° de la ley
25.561, del decreto 214/02 y de toda otra norma legal o reglamentaria de cualquier
órgano estatal nacional, en tanto y en cuanto impida aplicar el ajuste por inflación
impositivo (arts. 94 y concordantes, del Impuesto a las Ganancias, Ley Nº 20.628 -t.o.
en 1997 y sus modificaciones-), a lo que hizo lugar el juez federal subrogante,
ordenando además a la A.F.I.P.- D.G.I. recibir la liquidación del impuesto
correspondiente al ejercicio fiscal comprendido entre el 1° de enero y el 31 de
diciembre de 2002 con aplicación del mencionado instituto correctivo, aclarando que lo
decidido en autos no implicaba abrir juicio alguno sobre las operaciones contables ni el
contenido de las declaraciones juradas de la actora. Apelada la sentencia por el fisco
nacional, la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, confirmó la sentencia de la
instancia anterior.
El Procurador General de la Nación, entiende que corresponde tratar las
argumentaciones traídas por Candy S.A., con base en el principio de no
confiscatoriedad tributaria. Ello es así, conforme a la doctrina que establece que, en
resguardo del derecho de defensa, la vencedora en la segunda instancia puede
plantear o mantener, al contestar el memorial de su contraria, aquellos argumentos o
defensas desechados en las etapas anteriores, que se ha visto impedida de cuestionar
por apelación pues, si bien no le eran favorables, no le causaban agravios desde el
punto de vista procesal (doctrina de Fallos: 247:111; 265:201; 276:261; 311:696 y
1337; 324:3345, entre otros).
Ahora bien, en esta cuestión, la Procuración General se abstiene de dictaminar, en
razón de que considera, que para determinar si, en el caso de autos, se torna
confiscatorio el gravamen que debe abonar Candy S.A. con aplicación de las normas
que impugna remite ineludiblemente al examen y valoración de las pruebas rendidas
en autos, tema éste que resultaría ajeno al dictamen, el que debe circunscribirse a las
cuestiones de índole federal antes analizadas (conf. criterio de este Ministerio Público,
expresado en los dictámenes producidos en las causas de Fallos: 321:2501 y
322:3255, entre otros).
FALLO
El voto de la mayoría, destacó que tanto el art. 39 de la ley 24.073 como el art. 4o de
la ley 25.561 -que sustituyó el texto de los arts. 7° y 10 de su similar 23.928-
representan una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de ejercer las
funciones que le encomienda el art. 75, inc. 11, de la Constitución y que “el mero cotejo
entre la liquidación del impuesto efectuada sin el ajuste por inflación, y la suma que
correspondería abonar por el tributo en caso de aplicarse tal mecanismo de ajuste no
es apto para acreditar una afectación al derecho de propiedad”, ya que "tal compulsa
no trasciende el ámbito infraconstitucional, y sólo podría derivar de ella la mayor o
menor bondad o equidad de un sistema por sobre el otro, pero no la demostración de la
repugnancia de la solución establecida por el legislador con la cláusula constitucional
invocada".
En tal sentido, critica abiertamente lo decidido por la Cámara Federal de Apelaciones
de Tucumán, ya que su sentencia al declarar la inconstitucionalidad de las normas
cuestionadas, no se ajusta a las pautas expuestas precedentemente, aclarando que
“no es función del Poder Judicial juzgar el mérito de las políticas económicas decididas
por otros poderes del Estado, sino ponerles un límite cuando violan la Constitución y,
en este caso, el derecho de propiedad.”

Es claro, la Corte siempre exige a los tribunales que se demuestre en el caso concreto
una violación directa a la Constitución Nacional, para declarar la inconstitucionalidad de
las leyes “ya que escapa a la competencia de los jueces pronunciarse sobre la
conveniencia o equidad de los impuestos o contribuciones creados por el Congreso
Nacional o las legislaturas provinciales” (Fallos: 242:73; 249:99; 286:301, 314:1293 y,
más recientemente, en Fallos: 329:2152).
En este punto, el voto de la mayoría, el voto en disidencia del Dr. Enrique Santiago
Petracchi, al igual que lo dictaminado por el Procurador General de la Nación,
coinciden en revocar la sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán.
El voto de la mayoría compuesto por los Dres. Lorenzetti, Highton de Nolasco, Fayt y
Maqueda, reitera algunas de las pautas jurisprudenciales que ha dado la Corte a lo
largo del tiempo en cuanto a la garantía constitucional de “no conficatoriedad de los
tributos”:
1.- “El control de constitucionalidad en el punto, aunque debe preservar el derecho de
propiedad en el sentido lato que le ha adjudicado esta Corte, encuentra fundamento en
la relación en que tal derecho -cuya función social se ha de tener presente- se halla
con la medida de la obligación de contribuir a las necesidades comunes que pueden
imponerse a sus titulares por el hecho de serlo.”
2.- “…para que la confiscatoriedad exista, debe producirse una absorción por parte del
Estado de una porción sustancial de la renta o el capital (Fallos: 242:73 y sus citas;
268:56; 314:1293; 322:3255, entre muchos otros).”
3.- “…en razón de las cambiantes circunstancias del país -e incluso bajo las mismas
circunstancias- la diversa relación de determinadas especies de impuestos con el
bienestar general, derivada de la clase de riqueza o actividad gravada, entre otros
factores, puede justificar que la determinación del límite varíe en más o en menos.
Dicho límite no es absoluto sino relativo, variable en el tiempo y aun susceptible de
diferenciaciones en un mismo tiempo (Fallos: 210:855, 1208).”
4.- “…el Tribunal ha puesto especial énfasis en la actividad probatoria desplegada por
el actor, requiriendo una prueba concluyente a efectos de acreditar la confiscatoriedad
que se alega (Fallos: 220:1082, 1300; 239:157; 314:1293; 322:3255, entre otros).”
De lo expuesto, se concluye que para la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la
alícuota efectiva del Impuesto a las Ganancias no puede ser del 62% del resultado
impositivo ajustado correspondiente al ejercicio, o el 55% de las utilidades -también
ajustadas- obtenidas por un contribuyente durante un ejercicio, afecta su derecho de
propiedad, pues en el caso de Candy S.A.: “cabe concluir que la prohibición de utilizar
el mecanismo de ajuste del Título VI de la ley del impuesto a las ganancias resulta
inaplicable al caso de autos en la medida en que la alícuota efectiva a ingresar de
acuerdo con esos parámetros insume una sustancial porción de las rentas obtenidas
por el actor -según cabe tener por acreditado con la pericia contable- y excede
cualquier límite razonable de imposición, configurándose así un supuesto de
confiscatoriedad.”
El paso trascendental que da la Corte en la causa “Candy S.A.”, son dos; uno en que
por primera vez se expide sobre el límite de la confiscatoriedad de los tributos en
materia de impuesto a las ganancias; el otro en cuanto valora en el caso concreto, la
prueba producida en autos, para determinar si la prohibición de ajustar por inflación el
Impuesto a las Ganancias deviene en confiscatorio.

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