Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Crédito Público
Facultades vinculadas con la deuda pública
9. 319:2886 – “Adriano C. Brunicardi v. Banco Central de la República Argentina”
(10/12/1996).
El actor inició esta demanda contra el Estado Nacional (Banco Central de la República
Argentina) por cobro de pesos en concepto de pago de cupones vencidos y los
intereses compensatorios correspondientes a los bonos nominativos en dólares
estadounidenses -"bonods"- creados por el decreto 1334/82 del P.E.N. (conforme con
lo preceptuado por el art. 33 de la ley 11.672 según el texto sustituido por la ley 16.911)
El Juez de Primera Instancia a fs. 513, hizo lugar a la demanda al destacar,
sustancialmente, que no se ha dictado ley alguna que estableciera la prórroga de los
pagos y la modificación de las cláusulas originales de los "bonods", cuando el único
autorizado por la Constitución Nacional a modificar el régimen de los bonos es el
Congreso Nacional
Por dicho motivo declaró que las sucesivas normas dictadas por el P.E.N. -Dtos.
772/86 y 1379/87, Res. 450/86 y 65/87 del Ministerio de Economía, y Comunicaciones
"A" 956 BCRA y "A" 1122 BCRA-, que modificaron el régimen de los bonos, son
ilegítimas.
La Sala III de la Cámara en lo Contencioso administrativo Federal, a fs. 577, rechazó la
demanda, tras revocar la sentencia del Juez de Primera Instancia. Puso de relieve que,
si bien es cierto que el Congreso es el único competente para autorizar al Estado
Nacional a contraer obligaciones de dinero bajo el crédito de la Nación (art. 67, inc. 3
C.N.), como así también arreglar su deuda interna y externa (art. 67, inc. 6 C.N.), no
debe dejar de advertirse que la ley 22.749 -Bono Nacional de Consolidación de Deuda-
ha otorgado una autorización expresa al P.E.N. (art. 7°, in fine) para fijar la forma de
pago de los servicios financieros y de amortización de los títulos de la deuda pública.
En estas condiciones -concluyó- el decreto del P.E.N. cuestionado, n° 772/86 y las
demás normas, fueron dictadas en ejercicio de dicha facultad delegada mediante la ley
22.749 por el Congreso Nacional
El Congreso estimó que era el Poder Ejecutivo quien negociaba o renegociaba, las
condiciones de pago de la deuda pública, y su gestión era analizada, luego, al
considerar el presupuesto y la cuenta de inversión. La precedente tesis se continúa hoy
con la ley 24.156 todo crédito contra el Estado contraído durante el período de facto
debía pasar por el Parlamento y éste declararlo de legítimo abono tal como lo
preceptuaba la ley 79 de organización del crédito público, para las deudas anteriores a
la organización nacional y lo corroboran las sucesivas leyes dictadas en consecuencia
(v. gr. ley 83)
todo crédito contra el Estado contraído durante el período de facto debía pasar por el
Parlamento y éste declararlo de legítimo abono tal como lo preceptuaba la ley 79 de
organización del crédito público, para las deudas anteriores a la organización nacional
y lo corroboran las sucesivas leyes dictadas en consecuencia (v. gr. ley 83)
excluyentes de ilicitud en el derecho internacional: la fuerza mayor, el caso fortuito y el
estado de necesidad, entre otros (Documentos Oficiales, A/CN.4/315, Anuario C.D.I.
1978, Volumen II, primera parte, pág. 65 y ss.).
no fue arbitraria la conducta que inspiró el decreto de marras: los datos extraídos de las
cuentas públicas de 1985; 1986 y 1987 permiten aseverar que haber prorrogado los
pagos hasta tanto ellos pudieran hacerse efectivos, constituye un elemento esencial,
como concreta manifestación de "necesidad financiera".
Ello indica que el decreto en que funda su pretensión la demandante no dispuso emitir
títulos de la deuda pública externa, sino tan sólo ratificó lo resuelto por el Banco Central
respecto de la asunción por el Estado de compromisos externos del sector privado,
conforme con un plan que significó aliviar a éste de sus deudas con el exterior,
transfiriéndolas al Estado.
El Poder Ejecutivo, más allá de las facultades que pueda o no delegarle el Congreso en
la materia objeto de la litis, tiene poderes suficientes para administrar según su visión
de la realidad. Y si ésta expone, como es público y notorio, una circunstancia concreta
que hizo imposible pagar, es evidente que hace al mérito de las decisiones
administrativas adecuarse al interés público primario.
Esta decisión comportó, en lo esencial, la cancelación del crédito original y la creación
sustitutiva de un empréstito público a cargo del Estado Nacional, pagadero en el
extranjero, transmisible por cesión con las limitaciones expresamente contenidas en el
decreto de creación.
Con el propósito de mejorar el perfil de la deuda financiera externa privada, el Estado
Nacional la transformó en deuda externa pública y difirió su pago a períodos futuros. las
condiciones establecidas en el decreto 1334 del 26 de noviembre de 1982 (B.O. del 3-
12-82).
Las condiciones establecidas en el decreto 1334 del 26 de noviembre de 1982 (B.O.
del 3-12-82)., en lo esencial, la cancelación del crédito original y la creación sustitutiva
de un empréstito público a cargo del Estado Nacional, pagadero en el extranjero,
transmisible por cesión con las limitaciones expresamente contenidas en el decreto de
creación. Con el propósito de mejorar el perfil de la deuda financiera externa privada, el
Estado Nacional la transformó en deuda externa pública y difirió su pago a períodos
futuros.
En este orden de ideas cabe afirmar que se trató de una modalidad de empréstito que
es emanación del Estado soberano y que se halla comprendido en el concepto
genérico -//-de fondos del Tesoro Nacional, a saber: "los empréstitos y operaciones de
crédito que decrete el mismo Congreso para urgencias de la Joaquín V. González: "la
deuda pública o el empréstito se funda en la perpetuidad de la Nación, en la repartición
del impuesto entre las generaciones presentes y venideras, pero también en que el uso
del crédito debe destinarse a salvar el país de peligros graves o a empresas que
comporten su engrandecimiento" (Manual de la Constitución Argentina, 1897, 3a. ed.
reformada 1971, pág. 438).
Tan delicada misión fue adjudicada expresamente por los constituyentes al Poder
Legislativo: "...contraer empréstitos sobre el crédito de la Nación"..."arreglar el pago de
la deuda interior y exterior de la Nación" (artículo 75, incisos 4° y 7° de la Constitución
Nacional).
En suma, son atribuciones del Congreso, la de decretar y contraer empréstitos que
integrarán la deuda pública, y la de decidir la financiación, refinanciación y el rescate de
tal deuda quien tiene facultades para endeudar a la Nación, dispone de facultades
Parece más convincente sustentar la legitimidad de lo actuado por el Poder Ejecutivo
en la ratificación dada por el Congreso en ocasión de la aprobación del presupuesto
anual y de la cuenta de inversión.
Que no puede afirmarse que el Poder Legislativo haya transferido una competencia
propia, sino que, en la práctica del funcionamiento de las instituciones en la última
década, la ha ejercido en la oportunidad del debate y aprobación de la ley anual de
presupuesto general.
Más próxima a una delegación se halla la autorización anticipada que, en forma
genérica, el Congreso ha otorgado en la Ley de Ministerios al Ministro de Economía del
Poder Ejecutivo de la Nación, para intervenir en operaciones de empréstito externo,
operaciones financieras de ese carácter y en las negociaciones internacionales de
naturaleza económica, monetaria, comercial y financiera (artículo 20, incisos 13 y 25 de
la Ley de Ministerios según el texto ordenado por el decreto 132 del 10 de diciembre de
1983, vigente al tiempo de los hechos que se discuten en autos).
Que, en suma, cabe concluir que se han verificado las condiciones que, según
conocida jurisprudencia del Tribunal, justifican la suspensión de los derechos
personales como recurso del poder de policía [confr. votos coincidentes en Fallos:
313:1638 y en causa I.78 XXIV "Iachemet, María Luisa c/ Armada Argentina s/ pensión
(ley 23.226)", fallada el 29 de abril de 1993)]. En consecuencia, el decreto 772/86, las
resoluciones ministeriales 450/86, 65/87, el decreto 1379/87 y demás actos
administrativos dictados en consecuencia e impugnados en el sub lite, no son pasibles
de objeción constitucional.
Tasas
Caracteres del poder tributario. Especies de tributos.
10. 312:1575 – “Companía Química SA v. Municipalidad de Tucumán” (5/9/1989)
La Corte Suprema de la provincia de Tucumán no hizo lugar a la demanda promovida
por la Cía. Química S.A. contra la Municipalidad de San Miguel de Tucumán por
nulidad del acto administrativo y por inconstitucionalidad de la tasa municipal,
absolviendo a la demandada. Contra dicho pronunciamiento el representante de la
actora interpuso recurso extraordinario, sostiene que el art. 120 de la ordenanza
229/77, sancionada por la demandada, resulta contrario a la C.N. pues jamás habría
existido en su opinión, un servicio concreto que le hubiera sido prestado a su
representante como contraprestación al cobro de la tasa impugnada.
Fallo:
los servicios públicos podían diferenciarse en uti singuli y uti universi. En los primeros
el usuario o el beneficiario estaría identificado o individualizado por un uso y pagos
diferenciados. En cambio, los segundos consistirían en servicios colectivos que
beneficiarían a toda la población y que se cobrarían igualitaria y proporcionalmente a
todos los vecinos. Así, en este último caso, existirían tasas que estarían vinculadas en
forma indirecta e impersonal con los individuos, cuya beneficiaria directa sería la
comunidad. Ello ocurriría según la sentencia apelada, con la ordenanza de autos, lo
cual en su opinión justificaría su existencia.
Todos los precedentes citados presuponen, empero, la existencia de un requisito
fundamental respecto de las tasas como es que al cobro de dicho tributo debe
corresponder siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio
relativo a algo no menos individualizado (bien o acto) del contribuyente (Fallos, 236:22
y su cita).
8°) Que la norma local impugnada, conforme a la interpretación del a quo, que es
irrevisable por la Corte (Fallos, 151:103, entre otros), no se ajustó a los principios
desarrollados en el considerando anterior, los cuales encuentran sustento en el art. 17
de la C.N. Ello hace ilegítimo el cobro de la tasa correspondiente (conf. Fallos, 259:413,
consid. 19 y sus citas).
Se declara inconstitucional el art. 120 de la ordenanza 229/77, y se hace lugar a la
demanda.
11. 319:2211 – “Empresa de Transportes de Pasajeros Navarro Hnos. SRL” (10/10/1996)
El Superior Tribunal de Justicia de la Provincia del Chaco rechazó la demanda de
inconstitucionalidad deducida por la empresa de transporte de pasajeros Navarro Hnos.
S.R.L. -prestataria de un servicio público interurbano- contra la ordenanza municipal n°
68/90 dictada por la comuna de Puerto Tirol. Contra ese pronunciamiento, la actora
interpuso el recurso extraordinario federal.
Fallo:
El a quo ha omitido que de los términos del artículo 1° de la ordenanza 68/90 resulta
que el porcentaje del 10% debe aplicarse sobre la totalidad de los boletos
correspondientes a un mes -esto es, sobre la actividad mensual total de la empresa de
transportes- lo cual, por tratarse de una empresa que cumple otros recorridos, no
guarda proporción con una prestación comunal que se cumple dentro del ámbito
territorial de la municipalidad.
Existe en el orden local la ley n° 2970 que crea el fondo provincial del transporte y que
establece un gravamen -el 1% de la tarifa que abona el usuario por cada boleto- cuyo
destino se superpone parcialmente con el correspondiente a los fondos recaudados por
aplicación de la ordenanza municipal n° 68/90 de Puerto Tirol, en clara violación de la
prohibición consagrada en el artículo 57 de la Constitución de la Provincia del Chaco.
Lo expuesto conlleva su descalificación como acto jurisdiccional según reiterada
doctrina sobre la arbitrariedad de sentencias.
12. 332:1504 – “Laboratorios Raffo SA c/ Municipalidad de Córdoba” (23/6/2009).
El Tribunal Superior de Justicia de la Provincia de Córdoba rechazó el recurso de
casación incoado por la actora y, en consecuencia, confirmó la sentencia de la
instancia anterior, que había ratificado la legitimidad de la "Contribución que incide
sobre el Comercio, la Industria y las Empresas de Servicios" (CCIES, en adelante)
exigida por la Municipalidad de la Ciudad de Córdoba por los períodos enero de 1995 a
abril de 2000.
Fallo. Dictamen de la Procuradora que la Corte hace suyo
La tasa como una categoría tributaria derivada del poder de imperio del Estado, que si
bien posee una estructura jurídica análoga al impuesto, se diferencia de éste por el
presupuesto de hecho adoptado por la ley, que consiste en el desarrollo de una
actividad estatal que atañe al obligado y que, por ello, desde el momento en que el
Estado organiza el servicio y lo pone a disposición del particular, éste no puede rehusar
su pago aun cuando no haga uso de aquél, o no tenga interés en él, ya que el servicio
tiene en mira el interés general (Fallos: 251:50, 222; 312:1575; 323:3770; 326:4251,
entre otros). Resulta prístino que la diferencia entre tasa e impuesto queda
indubitablemente determinada por la existencia o no -en sus respectivos presupuestos
de hecho- del desarrollo de una actividad estatal que atañe al obligado.
La postura municipal se evidencia contraria a todas luces a un requisito fundamental
respecto de las tasas, reiteradamente exigido por una extensa y constante
jurisprudencia del Tribunal, como es que al cobro de dicho tributo debe corresponder
siempre la concreta, efectiva e individualizada prestación de un servicio referido a algo
no menos individualizado (bien o acto) del contribuyente (Fallos: 234:663; 236:22;
251:222; 259:413; 312:1575; 325:1370; 329:792 y M.1893, L.XLII, "Mexicana de
Aviación S.A. de CV c/Estado Nacional", sentencia del 26 de agosto de 2008, entre
otros).
13. 335:1987 - Quilpe sa s/inconstitucionalidad.
14. 344:2728 “Gasnor c Municipalidad de la Banda” del 7 oct 2021
15. 344:2830 “Loma del Pila” del 14 oct 2021
16. 344:2123 “Esso c Municipalidad de Quilmes” del 2 sep 2021
Peaje
17. 312:1098 – “Nación Argentina (Ministerio de Economía – Secretaría de Intereses
Marítimos) v. Arenera El Libertador SRL y otros” (29/6/1989)
La accionada plantea la inconstitucionalidad de la ley 22 (Cobro de peaje) porque, a su
juicio, efectúa una delegación írrita del Poder Legislativo en el Ejecutivo, a quien facultó
para imponer el tributo. Además, por no existir la vía alternativa de paso gratuito y,
entonces, vulnerar los arts. 10, 11 y 12 de la Ley Fundamental.
En tal sentido, cabe recordar que no existe óbice constitucional para que el Órgano
legislativo confiera al Poder Ejecutivo o a un cuerpo administrativo cierta autoridad a fin
de reglar los pormenores y detalles necesarios para la ejecución de la ley (Fallos
270:42, cons. 8 y sus citas; entre otros).
Tal doctrina resulta pertinente en el caso del peaje pues las cambiantes circunstancias
que determinan el monto de aquel impiden que su fijación quede sometida a las
dilaciones propias del trámite parlamentario y autoriza, por ello, a dejar dicha facultad
en manos del Poder Ejecutivo. Por ello corresponde rechazar, por último, el agravio
referente a la confiscatoriedad de las alícuotas del peaje. En efecto, si se parte de la
existencia de vías alternativas (conf. considerando 5to de la presente), cabe inferir que
el uso del canal Mitre por la demandada generaba a ésta beneficios superiores al
gravamen originado por dicho empleo. Ello excluye la posibilidad de aceptar el agravio
basado en el irrazonable detrimento patrimonial sufrido. Por ello, y lo dictaminado por la
Sra. Procura- dora Fiscal, se declara procedente el recurso interpuesto y se confirma la
sentencia apelada.
Fallo:
1. En lo relativo al alcance y límites de las facultades municipales, éstas surgen
de la Constitución y las leyes provinciales, cuya correlación, interdependencia y
conformidad entre sí, no incumbe decidir a la Nación, en tanto ellas no violen los
principios, derechos y garantías establecidos en la Constitución Nacional, las leyes de
la Nación o los tratados con las potencias extranjeras (art. 31, Constitución Nacional).
2. La Constitución Nacional se limita a ordenar el establecimiento del régimen
municipal, como requisito esencial para la efectividad de la autonomía de las provincias
(art. 5°), pero en manera alguna les ha prefijado un sistema económico-financiero al
cual deban ajustar la organización comunal, cuestión que se encuentra dentro de la
órbita de las facultades propias locales conforme a los arts. 104, 105 y 106 de la
Constitución.
3. La necesaria existencia de un régimen municipal impuesta por el art. 5° de la
Constitución Nacional, determina que las leyes provinciales no sólo deben
imperativamente establecer los municipios, sino que no pueden privarlos de las
atribuciones mínimas necesarias para desempeñar su cometido. Si tales entes se
encontrasen sujetos en estos aspectos a las decisiones de una autoridad extraña --
aunque se tratara de la provincial-- ésta podría llegar a impedirles desarrollar su acción
específica, mediante diversas restricciones o imposiciones, capaces de desarticular las
bases de su organización funcional (del voto en disidencia de los Doctores Fayt,
Belluscio y Petracchi)
4. El art. 107 de la Constitución de la Provincia de Santa Fe ha establecido los
ingresos que corresponden a los municipios, precisando que éstos son organizados por
la ley sobre la base de ciertos requisitos, entre los que se incluyen un gobierno dotado
de facultades propias, sin otras injerencias sobre su condición o sus actos que las
establecidas por la Constitución y la ley con las atribuciones necesarias para una eficaz
gestión de los intereses locales, a cuyo efecto la ley los proveerá de recursos
financieros suficientes. Asimismo, dicha Carta Fundamental prescribe que con la
finalidad aludida, los municipios pueden crear, recaudar, y disponer libremente de
recursos propios, provenientes de las tasas y demás contribuciones que establezcan
en su jurisdicción, asegurándoseles participación en los gravámenes directos o
indirectos que recaude la Provincia, con un mínimo del 50% del producido del impuesto
inmobiliario, según un sistema de coparticipación.
34. 114:161 – “Seguín, Carlos y otros” (18/3/1911)
35. 114:282 – “Ferrocarril del Sud en autos con la Municipalidad de La Plata” (1/6/1911)
36. 325:1249 – “Municipalidad de La Plata” (28/5/2002)
Fallo:
Sobre el derecho del Gobierno de la Provincia de Buenos Aires para legislar sobre su
Banco tiene, pues, la misma jerarquía que la acordada por el art. 31 de la Constitución
Nacional a sus propias disposiciones.
Que esta Corte, al igual de otros tribunales de justicia del país, en sentencias
reiteradas haya declarado como indudable la existencia de un Banco de la Provincia de
Buenos Aires con antelación a la fecha de las disposiciones convencionales,
constitucionales y legales recordadas, sin que por su nueva organización dejara de ser
la institución de crédito cuya propiedad y jurisdicción fue expresamente reservada por
la Provincia en horas solemnes para la paz, la integridad y la armonía de la República.
Fallos: tomo 170, pág. 12; tomo 176, pág. 292 y tomo 177, página 13.
Que este conjunto de atribuciones y otras cuya enunciación será materia de
considerandos subsiguientes, definen y perfilan una institución de estado y no un
banco particular en que sus constituyentes o fundadores aportan capitales con el fin de
formar una sociedad de las autorizadas por el Código de Comercio, para realizar
operaciones bancarias conocidas y comunes.
Se impone la conclusión de que el Banco de la Provincia de Buenos Aires, a mérito de
antecedentes históricos y legales cuya fuerza de convicción no es posible desconocer,
se encuentra sujeto desde la fecha del pacto de noviembre de 1859 a la jurisdicción y
legislación exclusivas de la Provincia y, por consiguiente, dentro de la situación de
excepción que le crean aquél, los arts. 31 y 104 de la Constitución Nacional, 2 y 3 de la
ley 1029, el propio inc. a) del art. 5º de la ley 11.682 y la legislación provincial anterior y
posterior al recordado pacto.
Que estas exenciones, consecuencia de la facultad conferida a la Provincia por el
pacto de 1859 de legislar sobre su Banco, deben ser respetadas por las autoridades
nacionales, pues gozan de la misma supremacía que corresponde a las disposiciones
de orden constitucional sobre las leyes nacionales y provinciales, a mérito de lo
dispuesto por los arts. 31 y 104 de la Carta Fundamental y 2 y 3 de la ley 1029 ya
señalados.
Que es indudable que la Provincia de Buenos Aires, al eximir en ejercicio de la
jurisdicción reservada por ella sobre el Banco, a este mismo y a las operaciones
bancarias que realice, de toda contribución, impuesto de sellos y de cualquier otra
clase creada o por crearse, ha comprendido también el impuesto a los réditos, desde
que éste afecta directa o indirectamente en los dos aspectos enunciados las
operaciones de la institución bancaria. Y es eso lo que fluye con claridad del examen
de la ley de impuesto a los réditos 11.682.
En mérito de estas consideraciones y de los fundamentos concordantes de la sentencia
apelada, se la confirma declarándose que el art. 5º, inc. b) parágrafo 4º, última parte,
así como los arts. 20, inc. 4º y 17, inc. b) de la ley 11.682 (Texto Ordenado), en cuanto
se pretenda aplicarlos a la renta de las acciones o al interés de los bonos del Banco de
la Provincia de Buenos Aires, son contrarios a los arts. 104 y 31 de la Constitución
Nacional y 2 y 3 de la ley 1029. Sin costas atenta la naturaleza de las cuestiones
debatidas.
DISIDENCIA:
Que no es aceptable que cuando la Nación requiera el concurso de todas las fuerzas
vivas para solventar una situación económica que interesa hondamente su vida, haya
cosas o instituciones dentro de su recinto que se consideren intangibles o exentas de
toda contribución, y a esta anomalía nos llevarían los privilegios que se dicen
otorgados a guisa de alto precio en horas difíciles para lograr la constitución definitiva y
la unidad de la Nación.
Que el Banco de la Provincia no debe ser gravado por el Gobierno de la Nación, es
exacto, así como lo es respecto de los demás Bancos oficiales de los estados
federales. En general, ninguna institución provincial puede ser gravada por el poder
nacional, así como ninguna nacional puede serlo por el poder local. Este principio, si no
está consignado por expreso en la Carta Fundamental, surge imperiosamente de la
necesidad de hacer viable la coexistencia y funcionamiento en un solo y mismo
territorio de dos organismos de Gobierno dentro de un plano de armonía
admirablemente concebido y cuya sana interpretación ha convertido a ese principio en
una verdad inconcusa. El Banco de la Provincia puede, pues, como los demás Bancos
oficiales, en su calidad de instrumento de Gobierno, sentirse exento de los impuestos
nacionales.
Que corresponde ahora examinar si este privilegio debe considerarse violado por el
hecho de que los capitales particulares invertidos en las acciones del Banco de la
Provincia o en bonos hipotecarios emitidos por el mismo, sean gravados con el
impuesto nacional a los réditos.
Que no puede aceptarse que esta ley, que vino con un llamado al patriotismo de todos
los argentinos, en hora bien grave para el crédito del país, y que por lo mismo debía
ser comprensiva de todas las situaciones personales que gozaran de cierta holgura
pecuniaria, tenga que hacer una excepción a favor de determinado grupo de
capitalistas afortunados que colocaron su dinero en estos títulos percibiendo
cómodamente buenos dividendos o intereses, mientras los hombres de la industria y
del comercio de todo el país se debaten penosamente y afrontan los riesgos propios de
una época esencialmente instable de los negocios, para hacer ganancias, si las
obtienen, casi nunca superiores a aquellos.
El Poder Legislativo de la Nación tiene la suficiente soberanía para imponer esta clase
de deberes a los habitantes del país y más aún a las instituciones dependientes de los
gobiernos provinciales, que forman parte integrante de los mismos, y que como tales
son agentes naturales del Gobierno Federal para hacer cumplir las leyes de la Nación
(art. 110 de la Constitución).
Que siendo así, parece incontestable que, mientras tenga vigencia el pacto que aceptó
en toda su integridad la ley nacional de réditos, la Provincia de Buenos Aires no puede
oponer a su cumplimiento ninguna reserva; le debe un acatamiento completo. Y por
ende su Banco, que es una dependencia de ella.
B. Igualdad
52. 138:313 – “Don Ignacio Unanué y otros c. la Municipalidad de la Capital, sobre
devolución de dinero proveniente del impuesto a los studs” (20/8/1923)
Los actores denuncian de ilegalidad Ordenanza Municipal dictada y solicitan la
repetición de lo abonado en concepto de impuesto
Cuando un impuesto se establece sobre ciertas clases de bienes o de personas debe
existir alguna base razonable para las clasificaciones adoptadas, lo que significa que
debe haber alguna razón sustancial para que las propiedades o las personas sean
catalogadas en grupos distintos. en el caso la actora reclama la devolución de lo
pagado en virtud de la ordenanza de la Municipalidad de la Capital que grava
solamente a las caballerizas que alojan caballos de carrera.
La igualdad preconizada por el artículo 16 de la Constitución Nacional, importa, en lo
relativo a impuestos, establecer, que en condiciones análogas deben imponerse
gravámenes idénticos a los contribuyentes. Esta garantía constitucional no se
propone erigir una regla férrea en materia impositiva, sino impedir que se establezcan
distinciones, con el fin de hostilizar o favorecer arbitrariamente a determinadas
personas o clases, como lo es si se hacen depender de diferencias de color, raza o
nacionalidad, religión, opinión política u otras consideraciones que no tengan relación
posible con los deberes de los ciudadanos como contribuyentes. En el caso la actora
reclama la devolución de lo pagado en virtud de la ordenanza de la Municipalidad de
la Capital que grava solamente a las caballerizas que alojan caballos de carrera.
Al ser gravadas todas las caballerizas comprendidas en la denominación studs con
una base uniforme, o sea, de acuerdo al número de caballos de carrera que alojan, y
al no ser posible desconocer que existe algún motivo razonable para distinguir entre
los establecimientos que se ocupan de cuidar caballos destinados al tráfico común de
la ciudad y aquellos que albergan y preparan caballos con el único objeto de disputar
carreras, no se conculca la igualdad requerida por el artículo 16 de la Constitución
Nacional.
53. 207:270 – “Ana Mazzoti de Busso y otros v. provincia de Buenos Aires” (7/4/1947)
Fallo:
La Corte declaró la inconstitucionalidad de un impuesto adicional a la contribución
territorial de la provincia de Buenos Aires, por violatorio de la Constitución en cuanto se
cobraba a los condóminos por el valor total del inmueble con prescindencia del valor de
cada uno de ellos, dijo Becerra. La Corte señaló que el verdadero objeto del gravamen
no es la posesión de determinados bienes, sino la capacidad tributaria que comporta el
ser alguien propietario de ellos.
C. Capacidad contributiva/Razonabilidad
54. 312:2467 - “Marta Navarro Viola de Herrera Vargas v. Nación Argentina” (19/12/1989)
Fallo:
La afectación del derecho de propiedad resulta palmaria cuando la ley toma como
hecho imponible una exteriorización de riqueza agotada antes de su sanción, sin que
se invoque, siquiera, la presunción de que los efectos económicos de aquella
manifestación permanecen, a tal fecha, en la esfera patrimonial del sujeto obligado
(confr. sentencia del Tribunal Constitucional Italiano del 4/5/66, entre otras, Raccolta
Ufficiale,volumen XXIII, ps. 387 y siguientes).
55. 151:359 – “Don Eugenio Díaz Velez c. la provincia de Buenos Aires” (8/9/1926)
56. 332:936 – “Caja de Jubilaciones y Pensiones de Abogados y Procuradores de la
Provincia de Mendoza c. Estado Nacional”
57. Fallos 199:483 “Inchauspe”
58. 314:1293 – “López López, Luis y otro c/ Santiago del Estero, Provincia de s/ eximición
de inversiones”.
59. 333:993 “Hermitage” del 15/06/2010
La sociedad actora se dedica a la actividad hotelera y de acuerdo a las pericias
contables producidas en la causa en los ejercicios de los años 1995 1996 y 1998
registró pérdidas. A pesar de dichas perdidas en virtud de los activos se encontró
obligada a tributar el IGMP.
Fallo:
Es esta realidad descripta (inexistencia de ganancias) la que colisiona con la
"presunción" iure et de iure del legislador que la actora denuncio y a la cual la CSJN
entendió le asistía razón, pero bajo el argumento de irrazonabilidad de la presunción y
no sobre la base de que no se tienen presente los pasivos para el cálculo del tributo.
Consideró que el hecho de que el legislador pretenda captar la capacidad contributiva a
través de una presunción de renta mínima no resulta razonable y es inequitativo porque
con ese mecanismo se incluye indiscriminadamente en la misma órbita a una
diversidad de actividades y formas de organización, sin tener en cuenta sus
particularidades y sin permitir la prueba de que en el caso concreto no se haya
obtenido la ganancia presumida por el legislador.
En el marco de ese razonamiento, rechazó la presunción legal y declaró la
inconstitucionalidad del impuesto con respecto a la empresa, al dar por probada la
existencia de pérdidas en los períodos en cuestión y considerar que ello no permitiría al
contribuyente hacer frente al impuesto e incrementaría aún más su detrimento contable
e impositivo.
DISIDENCIA
En el voto en disidencia de la Doctora de Nolasco y de la Ministra Argibay se analizó el
tema con los fundamentos expuestos por la actora es decir la inconstitucionalidad en la
medida en que no tiene en cuenta el pasivo de los sujetos comprendidos en la norma.
En dicho análisis confirman que la existencia de una manifestación de riqueza
constituye un requisito indispensable de validez de todo gravamen pero a diferencia de
la Cámara (quien entendió que no existía dicho requisito en el caso de autos debido a
que no existieron ganancias) considero que la existencia de activos constituyen una
manifestación de capacidad económica para contribuir a los gastos del estado y por
ende no parece correcto sostener que el único índice de capacidad contributiva sea la
efectiva obtención de réditos o ganancias.
Concluyen el voto en disidencia en que establecer un gravamen que recae sobre los
activos fundado en la consideración de que los bienes afectados a una actividad
económica son potencialmente aptos para generar una renta no resulta descalificadle
desde el punto de vista de la razonabilidad teniendo en cuenta la modicidad de la
alícuota.
60. 337:62 “Diario Perfil” del 11/02/2014
D. No confiscatoriedad
61. 115:111 – “Dona Rosa Melo de Cané, su testamentaria: sobre inconstitucionalidad de
impuestos a las sucesiones en la Provincia de Buenos Aires” (16/12/1911)
Que habiendo la expresada señora Melo de Cané instituido legado a favor de las
iglesias del Pilar y San Antonio de Areco, la Dirección General de Educación de la
provincia mencionada, solicitó el pago del 50 por ciento sobre el importe de dichos
legados, con arreglo al art. 62, inc. 3º de la ley provincial de educación común de 26 de
septiembre de 1875; que los mencionados albacea y fiscal eclesiástico, se opusieron al
pago del impuesto, sosteniendo que la ley citada no era aplicable al caso, y que si se le
interpretaba de otra manera, sería inconstitucional, porque los legados son en realidad
a la iglesia católica argentina, que no puede ser gravada, dada su condición jurídica y
las limitaciones del poder de las provincias para crear y establecer impuestos; que
además el que se trata es una confiscación violatoria de los arts. 14, 28, 31, 67, y 68 de
la Constitución Nacional, en cuanto se opone a las disposiciones del Código Civil sobre
sucesión testamentaria; que la sentencia de 1ª instancia de fs 39, resolvió que el
impuesto estaba comprendido en la ley, pero que era inconstitucional por no ser igual y
uniforme y por importar una confiscación disimulada, invocando el efecto de los arts.
99, Constitución Provincial; 14, 28 y 67 de la Constitución Nacional; que recurrida dicha
sentencia la Cámara 1ª de Apelaciones, la confirmó, estableciendo que la ley citada no
comprendía el impuesto, y que éste era contrario a los arts. 17, 20, 4, 67, inc. 2º, 28 y
31 de la Constitución Nacional (fs. 82); que deducidos los recursos de inaplicabilidad e
inconstitucionalidad contra el último fallo, la Suprema Corte de la Provincia, estimó
improcedente el segundo, admitió el primero e hizo la declaración que la iglesia
parroquial constituye un establecimiento religioso para los fines del art. 62, inc. 3º de la
ley de educación común.
Que el art. 2 de la Constitución Nacional, al declarar que el gobierno federal sostiene el
culto católico, apostólico y romano, no impide que la iglesia pueda ser sometida al pago
de las contribuciones comunes sobre los bienes que posea o reciba como persona
jurídica, al igual de otras personas de la misma clase, y no con ocasión o motivos de
actos de culto, según desde luego lo demuestra la ley nacional 4855, que establece un
impuesto con iguales fines si bien menor al de la ley provincial impugnada (Art. 1.0 y
2.0), y lo había establecido la anterior núm.1420, (art. 44, inciso 12, Fallos, tomo 99,
página 66, considerandos 12 a 14).
Que sin embargo, y según se ha dicho en las sentencias de 1ª y 2ª instancia, (fs. 45, 89
ysig.); el impuesto del 50 % impugnado en el caso sub judice, es una verdadera
exacción o confiscación que ha venido a restringir en condiciones excesivas los
derechos de propiedad, yde testar, que la constitución consagra sus arts. 17 y 20 a
favor de ciudadanos y extranjeros, toda vez que el alcanza a una parte substancial de
la propiedad o a la renta de varios años de capital gravado (fallos, tomo 100, página 51,
considerandos 12 y 13).
Que el poder de crear impuestos está sujeto a ciertos principios que se encuentran en
su base misma, y entre otros al de que ellos se distribuyan con justicia; habiéndose
observado con fundamento que las imposiciones que prescindan de aquellos, no serían
impuestos sino despojo.
Que no podría de otra parte, admitirse la validez del impuesto de 50 % en el concepto
de que él responda, más que a la idea de crear renta, a la de prohibir indirectamente
las liberalidades en beneficio de la iglesia, pues en tal supuesto, como ejercicio de una
de las facultades del poder de policía de las provincias no sería compatible con el
recordado art. 2º de la Constitución Nacional (Fallos, tomo 98, págs. 20 y 52).
62. 193:397 – “Gustavo A. Frederking y otro v. Nación Argentina” (28/8/1942)
Los del recurso de apelación ordinaria interpuesto por Gustavo A. Frederking, Otto E.
Frederking y Adela N. Frederking de la Bouillerie, contra la sentencia de la Cámara
Federal de la Capital que no hizo lugar a la repetición de una suma pagada en
concepto de impuesto a los réditos, en la demanda contra el Fisco Nacional con ese
fin.
Fallo:
"Se presume que la renta bruta anual equivale por lo menos al 5 % de la valuación
fiscal del inmueble, salvo prueba en contrario".
Como en los autos no se ha demostrado que sea excesivo o desproporcionado ese por
ciento presunto de la ley, es claro que la Dirección de los Réditos aplicó legalmente el
impuesto a los Frederking por la casa de la Avenida Alvear, cuya valuación fiscal no se
ha discutido.
Que la doble imposición -aun concurriendo las provincias con la Nación- ha sido motivo
de constantes discusiones en la doctrina y en la justicia, pero esta Corte Suprema
resolvió el asunto en varios casos y especialmente precisó su doctrina interpretativa en
el juicio de "Mattaldi Simón Limitada contra la Provincia de Buenos Aires, por repetición
del pago de impuestos”:
El poder impositivo del gobierno central a este respecto, así como la potestad
concurrente de los estados para establecer los mismos gravámenes sobre la
misma materia imponible se ha derivado de la inteligencia atribuida a la
cláusula del art. 4 de la Constitución que dice: ..." de las demás
contribuciones que, equitativa y proporcionalmente a la población imponga el
Congreso General" interpretándose por consideraciones de orden jurídico y
fundamentos de carácter económico que si bien dicha cláusula no encierra,
una delegación de poder expreso a favor de la Nación contiene la facultad
implícita de crear y percibir los referidos impuestos federales al consumo ..."
"que la facultad constitucional de la Nación relativa a estos impuestos; sea
cual fuere la amplitud que se le asigne no tiene sin embargo los caracteres de
exclusividad con que se le han acordado otros, tales como lo referentes a la
organización tributaria aduanera, derecho de importación y exportación, renta
de correos etc., con relación a los cuales existe la delegación expresa de
poderes que no comprende al gravamen de los consumos internos debiendo
deducirse, en consecuencia, que las provincias conservan al respecto
virtuales facultades impositivas y pueden ejercitarlas en concurrencia con las
de la Nación dentro del alcance y con las limitaciones determinadas por la ley
fundamental".
Que si ese doble gravamen sobre la misma materia y por el mismo concepto fue
categóricamente reconocido a las provincias en concurrencia con la Nación, claro se
advierte que, desde de un punto de vista institucional, no se le puede desconocer a la
Nación misma para una doble imposición que vendría a ser como una sobretasa en
tanto no se exceda el límite que fija el concepto de la confiscatoriedad tanto menos
cuanto que en el caso de autos caben las siguientes salvedades: a) en el impuesto
territorial, el Congreso procede como legislatura local para la Capital y territorios
nacionales, vale decir como en una circunscripción provincial, -art. 67 inc. 27-; b) que el
impuesto a los réditos afecta a toda la Nación; c) que el impuesto territorial es a la cosa
y el a los réditos es como su nombre lo indica, a los beneficios o a cierta clase de
beneficios, que las personas extraen del uso de las cosas, de sus actividades etc.
63. 234:129 – “Carlos Vicente Ocampo” (2/3/1956)
64. 289:443 – “Marcelo A. Montarcé v. Dirección Nacional de Aduanas” (17/8/1974)
65. 328:2567 – “Santiago Dugan Trocello SRL c. Poder Ejecutivo Nacional – Ministerio de
Economía s. amparo” (30/6/2005)
Con fecha 30 de junio de 2005 la Corte Suprema de Justicia de la Nación (“CSJN ) se
expidió en el caso “Santiago Dugan Trocello S.R.L. , hasta entonces el principal
precedente favorable a la aplicabilidad del ajuste por inflación en el impuesto a las
ganancias.
Recordemos que la Cámara Federal de Paraná se había expedido sobre el fondo de la
cuestión, declarando la inconstitucionalidad de los mecanismos que impedían la
aplicación del ajuste por inflación en el impuesto a las ganancias. Para resolver de ese
modo no se había hecho capítulo previo expreso sobre la idoneidad del amparo como
vía procesal admisible para resolver el tema de fondo referido.
La CSJN en el fallo comentado, compartió y se remitió a los fundamentos del dictamen
del Procurador General de la Nación (el “Dictamen , el “Procurador ), rechazando la
demanda con costas.
Seguidamente analizamos el Dictamen y el fallo de la CSJN.
1. El Dictamen
El Dictamen suscripto por el Dr. Esteban Righi, es de fecha 19.11.04 y aborda la
admisibilidad de la vía del amparo para impugnar la constitucionalidad de las normas
que impiden la aplicación del ajuste por inflación en materia del impuesto a las
ganancias (ya mencionadas). Como resultado de ser negativa la solución propiciada no
se pronuncia sobre el fondo.
Primeramente recuerda que resulta admisible la declaración de inconstitucionalidad de
normas en el marco de una acción de amparo, siempre y cuando las disposiciones
impugnadas resulten “clara, palmaria o manifiestamente violatorias de garantías
constitucionales .
Llevada esa doctrina a la situación bajo análisis, el Procurador sostiene que aquella
circunstancia no se encuentra acreditada pues luego del análisis de las disposiciones
en juego, concluye que los artículos 39 de la ley 24.073, 4 de la ley 25.561 y 5 del
decreto 214/02 “expresan una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de
ejercer las facultades que confiere el inc. 11 del artículo 75 de la Constitución Nacional
excluyendo una decisión destinada a enfrentar el fenómeno de la inflación.
En esa línea expresa que para la declaración de inconstitucionalidad de normas en el
marco de una acción de amparo deben verificarse dos supuestos: (i) que la decisión
legislativa impugnada sea manifiestamente arbitraria e ilegítima; y (ii) que dicha
declaración proceda luego de “un acabado examen del precepto, con la convicción
cierta de que su aplicación conculca el derecho o garantía constitucional invocados .
Continuando el análisis, se expresa que tampoco se dan en el caso las circunstancias
mencionadas, pues, respecto de (i), el incremento de la carga tributaria emana de
disposiciones dictadas por el “único Poder del Estado investido de la atribución para el
establecimiento de impuestos, contribuciones y tasas... y que “han cumplido también
con el requisito del art. 52 de la Constitución Nacional... ; y respecto de (ii), “...quien
tacha de inconstitucional una norma tributaria aduciendo que viola sus derechos de
propiedad e igualdad debe probar en modo concluyente cómo tal afectación ha tenido
lugar , lo que deberá debatirse y dilucidarse por la vía pertinente.
Así, en lo esencial si bien el Procurador se expide de forma positiva sobre la viabilidad
del amparo para declarar la inconstitucionalidad de las normas, la desestima en el caso
de las que impiden la aplicación del ajuste por inflación en materia del impuesto a las
ganancias, dado que no resulta idónea cuando las disposiciones aplicables no
aparecen como “clara, palmaria o manifiestamente violatorias de garantías
constitucionales.
2. El fallo de la CSJN
El pronunciamiento de la CSJN ha sido suscripto por sólo cinco de sus integrantes (3) y
consta de dos considerandos y la resolución que, de conformidad con el Dictamen,
rechaza la demanda con costas al actor.
En el primer considerando el Tribunal admite como adecuadamente tratadas
cuestiones planteadas en el Dictamen, compartiendo y remitiéndose a sus
fundamentos. Así, puede entenderse que la CSJN comparte que en el caso no están
cubiertos los extremos de derecho que deben alcanzarse para dictar la
inconstitucionalidad de una norma dentro de una acción de amparo.
Pero “sin perjuicio de ello , en el segundo considerando, la CSJN agrega un juicio
sobre los elementos de hecho a los que se refiere la prueba producida en el caso.
Expresa que el mero cotejo entre los montos derivados de la liquidación del impuesto a
las ganancias practicando ajuste por inflación, y el de los importes sin dicho ajuste, sin
intervención ni control del organismo recaudador, no alcanza para demostrar el
rechazo o repugnancia “de la solución establecida por el legislador con la cláusula
constitucional incoada ; tanto más cuando tal repugnancia debe ser “manifiesta, clara e
indudable (doctrina del fallo “Cafés La Virginia S.A. , del 03.06.97, Fallos: 320:1166).
En este último fallo al que el Tribunal remite, se ventilaba una acción de repetición,
indicando la CSJN que el tribunal a quo había entendido que en dicho caso, la tasa
efectiva resultante del impuesto a las ganancias, equivalía al 61,3% (considerando 1ro,
penúltimo apartado) debiéndose colegir que sobre la base de esa circunstancia la
cámara a quo que allí intervino, juzgó que se hallaba afectado el derecho de propiedad
del accionante.
En el considerando 5º de ese precedente (“Cafés La Virginia S.A. antes citado,
especialmente pág. 1175) concretamente señala el Alto Tribunal la diferencia negativa
para la accionada que había arrojado la no aplicación de un precepto sobre revaluación
de inventarios no resultaba sino de una compulsa que “no transciende del ámbito
infraconstitucional (es decir, de la comparación de criterios diferentes seguidos por dos
disposiciones de rango legal) y sólo puede derivar de ella “la mayor o menor bondad o
equidad de un sistema por sobre otro, pero no la demostración de la repugnancia de la
solución establecida por el legislador con la cláusula constitucional invocada
(considerando 5to citado).
De este modo, la CSJN a través de su nueva composición (4) confirma un criterio
restrictivo en materia de declaración de inconstitucionalidad por confiscatoriedad
aprovechando la conclusión de que la vía de amparo en el caso no resultaba
procedente lo que sólo ocurre cuando (i) la norma impugnada sea “manifiesta, clara e
indudable; y (ii) cuando se acredite efectivamente un perjuicio tal que resulte violatorio
de garantías constitucionales.
Quiere decir, en suma, que sólo demostrando que la carga efectiva del tributo por
pagar de acuerdo con el régimen impugnado excede pautas de razonabilidad que
rodean la capacidad contributiva de la accionante, y por ende las posibilidades de
hacer frente a dicho tributo, se encontraría en juego un conflicto de la norma
impugnada con el derecho de propiedad previsto por la Constitución Nacional.
Lo positivo que podría extraerse del fallo de la CSJN en cuanto al alcance de la tutela
judicial, es que, a diferencia de lo que sostuvo el Procurador, si resultara una efectiva
evidencia -aún en la vía del amparo- se podría cuestionar la constitucionalidad del
ajuste por inflación en materia del impuesto a las ganancias.
66. 332:1572 – “Candy SA c. AFIP y otro” (3/7/2009)
Candy S.A. inició acción de amparo, ante el Juzgado Federal de Catamarca, para que
se declarase la inconstitucionalidad del art. 39 de la Ley Nº 24.073, del art. 4° de la ley
25.561, del decreto 214/02 y de toda otra norma legal o reglamentaria de cualquier
órgano estatal nacional, en tanto y en cuanto impida aplicar el ajuste por inflación
impositivo (arts. 94 y concordantes, del Impuesto a las Ganancias, Ley Nº 20.628 -t.o.
en 1997 y sus modificaciones-), a lo que hizo lugar el juez federal subrogante,
ordenando además a la A.F.I.P.- D.G.I. recibir la liquidación del impuesto
correspondiente al ejercicio fiscal comprendido entre el 1° de enero y el 31 de
diciembre de 2002 con aplicación del mencionado instituto correctivo, aclarando que lo
decidido en autos no implicaba abrir juicio alguno sobre las operaciones contables ni el
contenido de las declaraciones juradas de la actora. Apelada la sentencia por el fisco
nacional, la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán, confirmó la sentencia de la
instancia anterior.
El Procurador General de la Nación, entiende que corresponde tratar las
argumentaciones traídas por Candy S.A., con base en el principio de no
confiscatoriedad tributaria. Ello es así, conforme a la doctrina que establece que, en
resguardo del derecho de defensa, la vencedora en la segunda instancia puede
plantear o mantener, al contestar el memorial de su contraria, aquellos argumentos o
defensas desechados en las etapas anteriores, que se ha visto impedida de cuestionar
por apelación pues, si bien no le eran favorables, no le causaban agravios desde el
punto de vista procesal (doctrina de Fallos: 247:111; 265:201; 276:261; 311:696 y
1337; 324:3345, entre otros).
Ahora bien, en esta cuestión, la Procuración General se abstiene de dictaminar, en
razón de que considera, que para determinar si, en el caso de autos, se torna
confiscatorio el gravamen que debe abonar Candy S.A. con aplicación de las normas
que impugna remite ineludiblemente al examen y valoración de las pruebas rendidas
en autos, tema éste que resultaría ajeno al dictamen, el que debe circunscribirse a las
cuestiones de índole federal antes analizadas (conf. criterio de este Ministerio Público,
expresado en los dictámenes producidos en las causas de Fallos: 321:2501 y
322:3255, entre otros).
FALLO
El voto de la mayoría, destacó que tanto el art. 39 de la ley 24.073 como el art. 4o de
la ley 25.561 -que sustituyó el texto de los arts. 7° y 10 de su similar 23.928-
representan una decisión clara y terminante del Congreso Nacional de ejercer las
funciones que le encomienda el art. 75, inc. 11, de la Constitución y que “el mero cotejo
entre la liquidación del impuesto efectuada sin el ajuste por inflación, y la suma que
correspondería abonar por el tributo en caso de aplicarse tal mecanismo de ajuste no
es apto para acreditar una afectación al derecho de propiedad”, ya que "tal compulsa
no trasciende el ámbito infraconstitucional, y sólo podría derivar de ella la mayor o
menor bondad o equidad de un sistema por sobre el otro, pero no la demostración de la
repugnancia de la solución establecida por el legislador con la cláusula constitucional
invocada".
En tal sentido, critica abiertamente lo decidido por la Cámara Federal de Apelaciones
de Tucumán, ya que su sentencia al declarar la inconstitucionalidad de las normas
cuestionadas, no se ajusta a las pautas expuestas precedentemente, aclarando que
“no es función del Poder Judicial juzgar el mérito de las políticas económicas decididas
por otros poderes del Estado, sino ponerles un límite cuando violan la Constitución y,
en este caso, el derecho de propiedad.”
Es claro, la Corte siempre exige a los tribunales que se demuestre en el caso concreto
una violación directa a la Constitución Nacional, para declarar la inconstitucionalidad de
las leyes “ya que escapa a la competencia de los jueces pronunciarse sobre la
conveniencia o equidad de los impuestos o contribuciones creados por el Congreso
Nacional o las legislaturas provinciales” (Fallos: 242:73; 249:99; 286:301, 314:1293 y,
más recientemente, en Fallos: 329:2152).
En este punto, el voto de la mayoría, el voto en disidencia del Dr. Enrique Santiago
Petracchi, al igual que lo dictaminado por el Procurador General de la Nación,
coinciden en revocar la sentencia de la Cámara Federal de Apelaciones de Tucumán.
El voto de la mayoría compuesto por los Dres. Lorenzetti, Highton de Nolasco, Fayt y
Maqueda, reitera algunas de las pautas jurisprudenciales que ha dado la Corte a lo
largo del tiempo en cuanto a la garantía constitucional de “no conficatoriedad de los
tributos”:
1.- “El control de constitucionalidad en el punto, aunque debe preservar el derecho de
propiedad en el sentido lato que le ha adjudicado esta Corte, encuentra fundamento en
la relación en que tal derecho -cuya función social se ha de tener presente- se halla
con la medida de la obligación de contribuir a las necesidades comunes que pueden
imponerse a sus titulares por el hecho de serlo.”
2.- “…para que la confiscatoriedad exista, debe producirse una absorción por parte del
Estado de una porción sustancial de la renta o el capital (Fallos: 242:73 y sus citas;
268:56; 314:1293; 322:3255, entre muchos otros).”
3.- “…en razón de las cambiantes circunstancias del país -e incluso bajo las mismas
circunstancias- la diversa relación de determinadas especies de impuestos con el
bienestar general, derivada de la clase de riqueza o actividad gravada, entre otros
factores, puede justificar que la determinación del límite varíe en más o en menos.
Dicho límite no es absoluto sino relativo, variable en el tiempo y aun susceptible de
diferenciaciones en un mismo tiempo (Fallos: 210:855, 1208).”
4.- “…el Tribunal ha puesto especial énfasis en la actividad probatoria desplegada por
el actor, requiriendo una prueba concluyente a efectos de acreditar la confiscatoriedad
que se alega (Fallos: 220:1082, 1300; 239:157; 314:1293; 322:3255, entre otros).”
De lo expuesto, se concluye que para la Corte Suprema de Justicia de la Nación, la
alícuota efectiva del Impuesto a las Ganancias no puede ser del 62% del resultado
impositivo ajustado correspondiente al ejercicio, o el 55% de las utilidades -también
ajustadas- obtenidas por un contribuyente durante un ejercicio, afecta su derecho de
propiedad, pues en el caso de Candy S.A.: “cabe concluir que la prohibición de utilizar
el mecanismo de ajuste del Título VI de la ley del impuesto a las ganancias resulta
inaplicable al caso de autos en la medida en que la alícuota efectiva a ingresar de
acuerdo con esos parámetros insume una sustancial porción de las rentas obtenidas
por el actor -según cabe tener por acreditado con la pericia contable- y excede
cualquier límite razonable de imposición, configurándose así un supuesto de
confiscatoriedad.”
El paso trascendental que da la Corte en la causa “Candy S.A.”, son dos; uno en que
por primera vez se expide sobre el límite de la confiscatoriedad de los tributos en
materia de impuesto a las ganancias; el otro en cuanto valora en el caso concreto, la
prueba producida en autos, para determinar si la prohibición de ajustar por inflación el
Impuesto a las Ganancias deviene en confiscatorio.