Está en la página 1de 17

Valeria Landaeta y Camila Agredo

AIAS Medicina del Comportamiento

RAE BM: Explicar la neurobiología de la agresión y de la


violencia
Contexto - esto es como un resumen del resumen
La agresión y la violencia humanas son, lamentablemente, fenómenos omnipresentes con costos
sustanciales para nuestra sociedad. En algunas personas, los actos repetitivos de agresión se basan en
una susceptibilidad neurobiológica subyacente que apenas comienza a entenderse. Están implicados los
siguientes fenómenos:
❖ Falla de los sistemas de control "de arriba hacia abajo" en la corteza prefrontal para modular los
actos agresivos desencadenados por estímulos que provocan la ira
❖ Desequilibrio entre las influencias reguladoras prefrontales y la hipersensibilidad de la amígdala
y otras regiones límbicas implicadas en la evaluación afectiva.
❖ En cuanto a los sistemas de NT:
➢ Facilitación serotoninérgica insuficiente del control "de arriba hacia abajo"
➢ Estimulación catecolaminérgica excesiva
➢ Desequilibrios subcorticales de los sistemas glutamatérgico/gabaminérgico.
➢ Patología en los sistemas neuropéptidos implicados en la regulación de la conducta
afiliativa.
➢ Por lo anterior, las intervenciones farmacológicas como los estabilizadores del estado de
ánimo (que amortiguan la irritabilidad límbica) o los inhibidores selectivos de la
recaptación de serotonina (ISRS) (que pueden mejorar el control "de arriba hacia
abajo") así como las intervenciones psicosociales para desarrollar habilidades
alternativas de afrontamiento y reforzar los retrasos reflexivos, pueden ser terapéuticas.
Regulación emocional: procesos que alteran la duración, contenido, intensidad y calidad de la
experiencia emocional, basados en el contexto actual, para responder de manera más efectiva a las
necesidades situacionales y alcanzar objetivos a largo plazo. La agresión impulsiva se ha relacionado
íntimamente con una provocación situacional, y la experiencia de emociones intensas como ataques de
ira. Por ende, las anormalidades en la regulación emocional seguramente tienen un papel en la agresión
impulsiva/reactiva.
La activación de regiones prefrontales disminuye la activación de la amígdala, sugiriendo una relación
reguladora entre estas 2 estructuras. → La actividad subcortical excesiva predispone a comportamiento
agresivo, y los agresores impulsivos parecen tener una deficiencia adicional en los mecanismos
prefrontales que regulan los impulsos agresivos
Definiciones de agresión
Agresión: comportamiento hostil, dañino o destructivo a menudo causado por la frustración, puede
ser colectiva o individual. Las causas y el tratamiento de la agresión patológica y la violencia son poco
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
entendidas y poco estudiadas. Si bien los fundamentos de la agresión humana son claramente
multifactoriales, incluidos factores políticos, socioeconómicos, culturales, médicos y psicológicos,
también está claro que algunas formas de agresión patológica, como la agresión impulsiva (que ocurre
en el contexto de excitación emocional y provocación), tienen una neurobiología subyacente que
apenas estamos empezando a comprender.
La agresión puede clasificarse de varias formas, por ejemplo, según:
● El objetivo de la agresión: Autodirigida o dirigida hacia otros
● El modo de agresión: Física o verbal, directa o indirecta
● La causa de la agresión: médico
● La clasificación de agresión más utilizada es la de agresión premeditada vs agresión impulsiva:
→ Violencia premeditada/depredadora/instrumental/proactiva: comportamiento planificado
que no suele asociarse con la frustración o la respuesta a una amenaza inmediata. No siempre va
acompañada de una excitación autónoma y se planifica con objetivos claros en mente. A veces, esta
forma de agresión está sancionada socialmente, como en tiempos de guerra.
→ Agresión impulsiva/reactiva/afectiva/hostil/: se caracteriza por altos niveles de excitación
autónoma y precipitación por provocación asociada a emociones negativas como la ira o el miedo. Por
lo general, representa una respuesta a un estrés percibido, pero se torna patológica cuando se exageran
las respuestas agresivas en relación a la provocación emocional que se produce. Cuando una amenaza es
peligrosa e inminente, esta agresión no premeditada podría considerarse una agresión defensiva y, por
lo tanto, parte del repertorio normal de la conducta humana. Siendo así, la línea entre la agresión
patológica e impulsiva y las formas más normales de agresión es muy fina, y los individuos con agresión
patológica pueden experimentar o racionalizar su violencia o agresión como si estuviera dentro de los
límites de la agresión protectora o defensiva normal.
FENOMENOLOGÍA DE LA AGRESIÓN
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
Como se muestra en la imagen, tenemos los siguientes “pasos” para la generación y modulación de la
agresión (va de derecha a izquierda por si acaso je):
1. Estímulo provocativo: Un estímulo emocionalmente provocativo, sirve como desencadenante
del evento agresivo.
2. Procesamiento sensorial: El estímulo será procesado inicialmente por los centros de
procesamiento auditivo, visual y sensorial. En esta etapa, pueden haber circunstancias que
pueden resultar en impresiones sensoriales incompletas o distorsionadas, lo que puede
aumentar la probabilidad de que el estímulo sea percibido como amenazante o provocador.
Algunas de estas circunstancias incluyen:
a. Déficits sensoriales: discapacidad auditiva o visual
b. Distorsiones sensoriales: causadas por drogas, alcohol o alteraciones metabólicas
secundarias a una enfermedad.
3. Valoración temprana del estímulo: Después del procesamiento sensorial, la valoración del
estímulo ocurrirá inicialmente en los centros primarios de procesamiento de la información
social (en las áreas de integración visual y auditiva) y, en última instancia, en las regiones de
asociación superior (incluidas las de las cortezas prefrontal, temporal y parietal). Estas etapas
tempranas del procesamiento de la información pueden verse influenciadas, distorsionadas o
sesgadas por:
a. Factores culturales y sociales que pueden modular la percepción de la provocación o del
agresor
b. Un deterioro cognitivo secundario a deficiencias en el procesamiento de la
información, que conducen a una propensión a la ideación paranoica o las ideas
referenciales
c. Un esquema negativo que puede ser una función de un estrés/trauma del desarrollo o
de experiencias negativas duraderas que conducen a una disminución de la confianza.
4. En última instancia, el procesamiento de estos estímulos en relación al condicionamiento
emocional pasado codificado en la amígdala y las regiones límbicas relacionadas, desencadenará
un impulso “de abajo hacia arriba” hacia una acción agresiva, mientras que la corteza
orbitofrontal y la circunvolución cingular anterior proporcionarán una modulación "de arriba
hacia abajo" de estas respuestas emocionales, y servirán para suprimir comportamientos con
consecuencias negativas.
Modelo de neurobiología de la agresión
La agresión surge cuando el "impulso" de la respuesta prefrontal afectiva (mediada por el límbico) a los
estímulos que producen o provocan la ira, no está suficientemente restringido por la inhibición, y se
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
canaliza hacia un comportamiento violento. La reactividad excesiva en la amígdala, junto con una
regulación prefrontal inadecuada, sirve para aumentar la probabilidad de comportamiento agresivo.
La agresión impulsiva puede concebirse como un umbral más bajo para la activación de respuestas
motrices agresivas a estímulos externos, sin una reflexión adecuada o consideración por las
consecuencias aversivas de la conducta. Esta diátesis agresiva se puede conceptualizar en términos de un
desequilibrio entre el control "de arriba hacia abajo" o "frenos" proporcionados por la corteza
orbitofrontal y la corteza cingulada anterior, e "impulsos" excesivos "de abajo hacia arriba"
desencadenados o señalados por regiones límbicas, como la amígdala y la ínsula. La corteza
orbitofrontal y la corteza cingulada anterior están involucradas en la calibración del comportamiento a
las señales sociales y en la predicción de las expectativas de recompensa y castigo, modulando o
reprimiendo el comportamiento agresivo con consecuencias negativas.
Como se muestra en la imagen, varias anomalías específicas en los circuitos estructurales del cerebro y
los neuromoduladores que regulan estos sistemas, pueden desempeñar papeles convergentes en la
contribución a la susceptibilidad a la agresión.

Neurobiología de la agresión impulsiva (centros y circuitos)

Recordemos que la agregación impulsiva suele ser una respuesta inmediata a un estímulo del ambiente.
Este tipo de violencia puede reflejar “una hipersensibilidad emocional y una percepción exagerada de
las amenazas, lo que puede ir ligado a un desequilibrio entre los controles inhibidores corticales de
arriba-abajo y los impulsos límbicos de abajo-arriba” .
Existe un paradigma clásico, que liga la corteza prefrontal y áreas límbicas como la amígdala. Se piensa
que las estructuras límbicas subcorticales como la amígdala son moduladas por una influencia
inhibidora desde estructuras corticales como la corteza prefrontal orbitofrontal (COF). De tal manera
que un individuo que no res- trinja su agresión impulsiva tendrá una gran actividad en la zona
amigdalar y poca actividad inhibidora en la zona COF.
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento

1. Hipotálamo y sustancia gris periacueductal

A partir de un estudio realizado con gatos en el siglo XX, se describió que el “ataque afectivo” puede ser
controlado desde una gran extensión del hipotálamo medial, extendiéndose hacia el tronco del encéfalo
donde se encuentran centros nerviosos que controlan la expresión del ataque como es bufar y gruñir.
Además del hipotálamo medial también están implicados la amígdala medial, de la que recibe
información excitadora, y la sustancia gris periacueductal dorsal del tronco del encéfalo, a la que envía
información excitadora.Desde esta última hay conexiones excitadoras con el locus coeruleus y el núcleo
solitario que median las respuestas autónomas durante el “ataque afectivo”; también hay conexiones
excitadoras con los centros de los nervios trigémino y facial para el control de la apertura de la boca y las
vocalizaciones; por último hay conexiones excitadoras indirectas con la médula espinal cervical para el
movimiento de golpeo con la pata anterior.

Por otro lado, el ataque predador es controlado desde el hipotálamo lateral y regiones del tronco del
encéfalo como la sustancia gris periacueductal ventrolateral. Además, el hipotálamo lateral recibe
información excitadora desde la amígdala central y lateral e inhibidora desde la amígdala medial; la
conexión entre el hipotálamo lateral y la sustancia gris periacueductal ventrolateral es también
excitadora.

Ambos circuitos (ataque predador y afectivo) se inhiben entre sí. Por ejemplo, si se activa el ataque
afectivo mientras el gato trata de cazar su comida, no podrá ser sigiloso ya que se implementarán
acciones como gruñidos. También, se debe resaltar que en estos estudios se indica que hay una
influencia de la corteza prefrontal sobre las estructuras límbicas a través de una conexión multisistémica
a través del tálamo.

2. Amígdala

La amígdala se relaciona con un conjunto de procesos nerviosos como son la cognición social, la
regulación de la emoción, el procesamiento de la recompensa y la memoria emocional; también con la
detección de las amenazas procedentes del medio ambiente visual o auditivo así como la excitación de
respuestas de lucha o huida a través de sus conexiones con estructuras del tronco del encéfalo. Las
personas con lesión en la amígdala muestran dificultades en reconocer las señales faciales de malestar y
tienen dificultades para generar respuestas de miedo condicionadas.
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
La amígdala está subdividida en 4 conjuntos según los tipos celulares que los componen y su densidad.
Estos grupos o conjuntos de núcleos son: laterobasal o basolateral, centromedial o central, masas
intercaladas y superficial o cortical. Las masas celulares intercaladas, situadas entre el grupo basolateral y
el centro medial, son importantes para el control inhibidor de la actividad de la amígdala. A
continuación vemos las funciones de cada grupo:

● Grupo de núcleos laterobasal: es un receptor de información sensorial del tipo exteroceptivo


(visual, auditiva, somatosensorial). Se coactiva con la corteza prefrontal ventromedial (CPFvm),
que se piensa que actualiza contingencias de respuesta. La información del grupo laterobasal se
envía al grupo centromedial, directa o indirectamente a través de las masas intercaladas, el cual
conecta fundamentalmente con estructuras corticales y subcorticales motoras.
● Grupo centromedial: genera respuestas endocrinas, autónomas y somatomotoras pero también
recibe información visceral y gustativa
● Grupo superficial: procesamiento de estímulos olfativos.

¿Cómo se conecta la amígdala con el hipotálamo? Mediante 2 vías llamadas la estría terminal y la vía
amigdalofugal ventral. Estas conectan la amígdala con el hipotálamo anterior y el hipotálamo lateral.

Se considera que la amígdala dorsal tendría un papel de control y la amígdala ventral uno de activación,
dada su conexión con la corteza orbitfrontal que tiene que evaluar e integrar los estímulos que recibe de
las áreas corticales sensoriales de asociación y de la propia amígdala. Dicha activación se pondría de
manifiesto en los sujetos agresivos por falta de evaluación e integración de la información procedente
desde la corteza prefrontal.

Mis queridas amigas, les cuento que esta bibliografía incluye varios experimentos, por tanto aquí les va
una breve lista de lo encontrado:
● En un estudio descubrieron una asimetría anormal de la amígdala en pacientes agresivos.
Vieron que la actividad de la amígdala izquierda estaba reducida y la de la derecha aumentada.
Los autores interpretan los hallazgos en el sentido de que la activación del hemisferio derecho
interviene en la generación de afecto negativo, lo que daría lugar a una predisposición a la
conducta violenta.
● Otros estudios demuestran niveles bajos de la actividad de la amígdala cuando la población
psicópata ven imágenes que muestran violaciones morales e imágenes con caras de miedo,
también durante el condicionamiento aversivo y mientras ven imágenes de estímulos aversivos,
así como en una tarea de recuerdo de palabras con contenido emocional frente a otras neutras.
Todo esto demostró la común insensibilidad presente en estos sujetos. Por otro lado, los
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
adolescentes con problemas de conducta y rasgos de callosidad emocional muestran menos
sensibilidad de la amígdala a caras de miedo, aunque no a otras expresiones faciales
● Estudios sugieren que el volumen de la amígdala y de su sustancia gris se ve reducida en
aquellos pacientes violentos, sin embargo, no todos los estudios tienen esta misma conclusión
(otros estudios por ejemplo, señalaban que el volumen de la amígdala era mayor en pacientes
violentos) y los que la tienen no explican por qué sucede esto so yeah… no hay una relación

consistente entre volumen de la amígdala y agresión.

Como veremos más adelante, partes de la corteza prefrontal están también asociadas con el
comportamiento agresivo, en particular la corteza orbitofrontal y la corteza prefrontal ventromedial. La
amígdala está conectada intensamente con estas regiones corticales a través del fascículo uncinado (FU)
que conecta bilateralmente la corteza orbitofrontal y la amígdala mientras que la conexión entre la
corteza prefrontal ventromedial y la amígdala es más bien unidireccional en el sentido de aquella a esta.
Se ha encontrado que los adultos con rasgos psicópatas tienen una reducción microestructural del FU
que puede contribuir a características interpersonales (encanto superficial, sentido grandioso de lo que
uno vale, mentira patológica y manipulación de los otros) de los psicópatas.

3. Corteza prefrontal

Recordemos que la corteza prefrontal consiste de 3 regiones importantes: la corteza orbitofrontal


(COF), la corteza cingulada anterior (CCA) y la corteza prefrontal ventromedial (CPFvm). La COF se
encuentra en la parte basal de los hemisferios mientras que la CPFvm se encuentra en la cara medial de
los hemisferios y en su parte ventral y la CCA se encuentra en la cara medial de los hemisferios.

La COF forma parte de la corteza frontal límbica junto con la CCA. Ambas cortezas, en el caso de la
COF sobre todo su zona posterior, tienen las conexiones más fuertes con la amígdala. La vía
amígdala-COF posterior puede tener un papel destacado en el enfoque de la atención sobre estímulos
motivacionalmente relevantes, consistente con el papel de la amígdala en la alerta y vigilancia
emocional. Las proyecciones de la amígdala envían un significado a estímulos externos, mientras que, la
información enviada desde la CCA y la COF son acerca del medio interno (emociones internalizadas
como celos, vergüenza y culpa que implican excitación emocional)
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
Funciones de la CCA y la COF y su rol en trastornos agresivos:
● CCA: envía más proyecciones a la amígdala. Está relacionada con las acciones y respuestas. Hay
que tener en cuenta que la CCA tiene sus principales conexiones de salida con centros
autónomos del tronco del encéfalo y de la médula espinal implicados en la expresión de
emociones como vocalizaciones.
● COF: recibe más proyecciones de la amígdala. Tiene un valor más sensorial o perceptual
evaluando el valor motivacional y afectivo de los estímulos. Es importante destacar que la COF
contiene una conexión especializada con la amígdala, a través de las masas intermedias de esta,
que activaría centros del tronco del encéfalo y de la médula espinal implicados en la activación
emocional y en el retorno a una situación emocional previa disminuyendo dicha activación.
Este circuito permitiría explicar la excitación emocional (incremento de frecuencia respiratoria
y cardiaca, etc.) en situaciones de comportamiento agresivo.
- Estudios imagenológicos demuestran disminuciones del volumen de sustancia gris en la COF
en sujetos adultos de una muestra criminal que mostraba psicopatía, en adolescentes varones
encarcelados con caracteres psicopáticos, en delincuentes violentos, y en psicópatas sin éxito
(que no han podido evitar condenas criminales).
- Se observa en los sujetos normales que un control de impulsos se traduce en una mayor
actividad de la COF. Por lo tanto, sujetos con daño en la COF tenderán a exhibir un bajo
control de impulsos y estallidos agresivos entre otras conductas.

Teoría neuromoral del comportamiento antisocial

La ínsula y el cíngulo anterior se han agregado como áreas comunes que juegan un rol en la
antisocialidad y moralidad. El cuerpo estriado (caudado, putamen, globo pálido, núcleo accumbens) se
agrega actualmente como un área que es específica del comportamiento antisocial, aunque, como se
señaló anteriormente, existe un apoyo cada vez mayor para su papel tanto en el ámbito antisocial como
en el moral procesamiento que puede requerir una revisión futura.

Es probable que este modelo actualizado aún requiera revisiones futuras por varias razones. Primero, es
agnóstico en cuanto a los efectos de lateralidad porque, si bien se han informado en estudios
individuales, no hay una coherencia clara en los hallazgos. En segundo lugar, a pesar del crecimiento en
la investigación de imágenes cerebrales en ambas áreas y la consiguiente publicación de metanálisis,
todavía hay un número sorprendente de inconsistencias en el campo que excluyen conclusiones firmes.
En tercer lugar, como ya se señaló, algunas áreas del cuerpo estriado se han visto implicadas tanto en la
antisocialidad como en la moralidad, lo que lo convierte en un candidato para una mayor inclusión en
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
la red común. A pesar de estas salvedades, existe un consenso creciente de que las regiones
fronto-temporales son regiones primarias de consideración.

NEUROMODULADORES: neuroquímica de la agresión impulsiva


Neurotransmisores
1. Serotonina: hipótesis de deficiencia de serotonina en la agresión humana
● La serotonina facilita la inhibición prefrontal y, por tanto, una actividad serotoninérgica
insuficiente puede potenciar la agresión.
● Es el NT más estudiado en agresión y, como ya sabemos, es fabricado en núcleos del rafe del
tallo, que conectan con la COF y el sistema límbico
● La serotonina se encuentra en regiones corticales prefrontales (como la COF y CCA), que
como ya hemos visto, participan en la modulación y supresión de la aparición de
comportamientos agresivos. El papel de la serotonina en estos procesos se da principalmente al
actuar sobre los receptores 5-HT2 en estas regiones.
● Las reducciones de la inervación serotoninérgica de la corteza prefrontal, reflejadas en la unión
reducida del transportador en el cíngulo, pueden resultar en una facilitación menos
serotoninérgica de la regulación de la corteza prefrontal. → Las deficiencias de inervación
serotoninérgica de estas regiones entonces resultará en una agresión desinhibida ante la
provocación
● Los niveles de 5HT en CPF y CCA son inversamente proporcionales a los niveles de agresión
impulsiva:
○ 5HT ↑ (por ejemplo, con el consumo de triptófano en la dieta)→ irritabilidad y
agresión impulsiva ↓
■ El uso de fluoxetina (Prozac; es un ISRS) → ↑ 5HT en espacio sináptico → ↓
puntuación en escalas de medición de la agresión
○ ↓ 5HT → ↑ conducta agresiva impulsiva ante estímulos nocivos, amenazantes o
provocadores
■ Se cree que los niveles del metabolito de serotonina ácido 5-hidroxiindolacético
(5-HIAA) en LCR reflejan la actividad presináptica serotoninérgica en el
cerebro. Las cantidades disminuidas de 5-HIAA en LCR se han detectado en
poblaciones con niveles elevados de violencia y agresión, como lo son:
● Pacientes psiquiátricos agresivos
● Hombres con suicidios violentos
● Incendiarios (Arsonists)
● Delincuentes impulsivos y violentos
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
● Tiene al menos 14 tipos de receptores con una complejidad de localización (pre o
postsináptica) y de función (favoreciendo o inhibiendo la agresión) elevada
○ En relación con la agresión, los receptores más importantes son:
■ 5HT1A: receptor inhibidor → hace que ↓ la transmisión sináptica
serotoninérgica en sujetos con altas puntuaciones en agresión
● La activación de este receptor disminuye el comportamiento agresivo
● Está en CPF y CCA, de manera que una ↓ serotonina lleva a una
menor activación de estas regiones → menor inhibición sobre
estructuras del sistema límbico (como amígdala e hipotálamo)
■ 5HT2A: receptor excitatorio → asociado con conducta agresiva y de suicidio.
● El agonismo de 5-HT2A puede aumentar la impulsividad
● Los antagonistas de los receptores 5HT2A disminuyen la impulsividad
● Neurolépticos atípicos con antagonismo prominente de 5HT2A
tienen una eficacia anti-agresiva en ensayos clínicos
■ 5HT2C: los subtipos de receptores 5HT2A y 5HT2C tienen roles
complementarios en la regulación de la agresión, consistentes con su
modulación recíproca en modelos animales. Es decir, si la activación de
receptores 5HT2A genera conductas agresivas, la activación de 5HT2C las
disminuirá.
● Los agonistas de 5HT2C reducen la impulsividad
■ Por las acciones recíprocas de 5HT2A y 5HT2C, un desequilibrio entre estos
receptores puede aumentar la probabilidad de agresión impulsiva:
● Mayor actividad serotoninérgica en el receptor 5-HT2A (consistente
con la evaluación de la unión de 5-HT2A en plaquetas, cerebro
estudios por imágenes y post mortem)
● Disminución de la sensibilidad del receptor 5-HT2C (consistente con
respuestas reducidas a metaclorofenilpiperazina y fenfluramina).
■ Eh si bueno…. ¿Quieren saber la conclusión de toda esta cháchara (que es
información de 4 artículos combinada)? Miren: El descubrimiento continuo
de subtipos de receptores 5-HT indica que se necesitan más estudios para
aclarar las funciones específicas de los diversos receptores y sus interacciones en
la agresión.
● Estudios que apoyan la hipótesis de deficiencia de serotonina en la agresión humana,
demuestran que:
○ Los ISRS reducen la agresión impulsiva
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
○ En pacientes con trastorno de personalidad agresiva y personas que han tenido
intentos de suicidio violentos, hay:
■ Disminución de las concentraciones de 5-HIAA (el principal metabolito de
5HT)
■ Disminución en la respuesta neuroendocrina ante señales serotoninérgicas
○ Asociación entre menor actividad serotoninérgica y agresión en primates que se
mueven libremente.
○ El agotamiento de la serotonina también está implicado en la disminución del
aprendizaje de la cooperación y la disminución de la percepción de confiabilidad.
● Aunque la serotonina explica sólo un poco más del 1% de la varianza en agresión, ira y
hostilidad, esta hipótesis permanece abierta al debate porque puede haber varias
interpretaciones posibles de los resultados obtenidos. Esto se puede deber a la poca fiabilidad y
validez discriminante de la escala conductual para medir la agresión, y al conocimiento actual
de las vías nerviosas en las que interviene la serotonina como neurotransmisor y sus receptores,
que hacen que su papel en relación con el control de la conducta sea más complejo de lo que se
suponía inicialmente (1)
2. Catecolaminas
● La estimulación catecolaminérgica (por parte de dopamina y norepinefrina) excesiva, parece
aumentar la agresión
● La dopamina está involucrada en el inicio y ejecución de la conducta agresiva.
● La estimulación del receptor α-adrenérgico se ha correlacionado con irritabilidad (no con
agresión per se) → el aumento de sensibilidad del receptor noradrenérgico se relaciona con
hiperreactividad al medio ambiente, lo que indirectamente aumenta la probabilidad de
agresión.
● Pacientes deprimidos con una respuesta noradrenérgica disminuida no muestran la agresión
dirigida externamente que si se encuentra en aquellos con trastorno de la personalidad, en
quienes la actividad serotoninérgica atenuada se asocia con una actividad noradrenérgica
normal o aumentada.
3. Acetilcolina:
● El aumento de la actividad colinérgica pueden contribuir a la hiperactividad de las regiones
límbicas subcorticales y a la disforia o irritabilidad, que pueden desencadenar la agresión.
● La fisostigmina, un inhibidor de la acetilcolinesterasa, induce aumentos en las puntuaciones de
depresión en pacientes con trastorno límite de la personalidad en comparación con placebo, los
cuales se correlacionan con el rasgo de inestabilidad afectiva (que lleva a irritabilidad) en una
cohorte de trastornos de la personalidad.
4. Sistemas glutamatérgico/gabaminérgico:
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
● La actividad gabaminérgica en los receptores GABA A puede reducir la reactividad subcortical
y, por lo tanto, la actividad gabaminérgica reducida puede aumentar la agresión.
○ Los moduladores del receptor GABA A pueden mejorar la agresión
○ La tiagabina, un inhibidor de la captación de GABA, disminuye la agresión, al suprimir
las reacciones a los estímulos aversivos.
● La actividad reducida en los receptores GABA y la mejora glutamatérgica aumentan la
agresión. Esta propensión a la agresión se debe a este desequilibrio en los sistemas
GABA/glutamatérgica, el cual contribuye a la hiperactividad de las regiones límbicas
subcorticales.
Neuropéptidos
5. Vasopresina:
● El aumento de la actividad de la vasopresina puede inducir agresión.
● La vasopresina está implicada en los comportamientos afiliativos y en la agresión. → Se ha
informado una correlación positiva entre las concentraciones de vasopresina en el LCR, y la
historia de vida de la agresión en pacientes con trastorno de la personalidad, incluso cuando se
controla la actividad serotoninérgica.
● En estudios en animales, densidades más altas de neuronas del hipotálamo anterior que
contienen vasopresina, se asociaron con una mayor agresión selectiva hacia desconocidos.
● Curiosamente, los aumentos de la actividad serotoninérgica pueden reducir las
concentraciones de vasopresina de forma centralizada.
6. Oxitocina:
● La reducción de la actividad de la oxitocina puede inducir agresión.
● La oxitocina está implicada en el comportamiento afiliativo y la confianza.
● Reduce la actividad de la amígdala en humanos y, por lo tanto, los déficits de oxitocina podrían
contribuir a la hostilidad, el miedo y la desconfianza que pueden proporcionar las condiciones
previas para la aparición de la agresión.
● Las concentraciones de oxitocina en el LCR están inversamente correlacionadas con la
agresión.
7. Opiáceos:
● Los opiáceos se han relacionado con la agresión, en particular la agresión autodirigida.
● El aumento de metencefalina se ha asociado con conductas autolesivas
● Los antagonistas de opiáceos generalmente han disminuido los actos autolesivos.
● Las concentraciones reducidas de opioides endógenos en el LCR se han asociado con
conductas autolesivas en pacientes con trastorno límite de la personalidad, en consonancia con
la observación clínica de la propensión de estos pacientes a buscar alivio con analgésicos
opiáceos.
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
● La reducción de opioides puede estar asociada con una mayor angustia por
separación/abandono y sensibilidad al rechazo que pueden aumentar la probabilidad de
comportamiento agresivo.
● La actividad reducida de los opiáceos presinápticos puede regular al alza los receptores
μ-opioides postsinápticos y, por tanto, puede producirse un gran alivio del dolor cuando se
liberan opiáceos en el contexto de una conducta autolesiva.
8. Neuroesteroides:
● Aunque numerosos informes han sugerido correlaciones entre la concentración plasmática de
testosterona y la agresión, estas relaciones no siempre se han replicado y se han revisado
exhaustivamente en otros lugares.
● Se han reportado altas concentraciones de testosterona en poblaciones caracterizadas por alta
agresión, como:
○ Criminales con trastornos de personalidad
○ Delincuentes alcohólicos violentos
○ Abusadores conyugales
● La testosterona y los esteroides pueden inducir agresión y mejorar la capacidad de respuesta de
los circuitos cerebrales relacionados con la agresión social.
9. Eje suprarrenal hipotálamo pituitario:
● Las concentraciones de cortisol generalmente son bajas en personas con alta agresión, incluidas:
○ Poblaciones de voluntarios
○ Adolescentes con comportamiento perturbador
○ Delincuentes antisociales
○ Alcohólicos que cometen violencia doméstica
● El comportamiento agresivo se ha relacionado con autoanticuerpos reactivos del factor
liberador de corticotropina.
10. Esteroles y ácidos grasos:
● Una serie de estudios retrospectivos de personas que han intentado suicidarse sugieren que la
reducción del colesterol se asocia con un comportamiento agresivo, incluidos los delitos
violentos y los intentos de suicidio violentos. Estos hallazgos son paralelos con los estudios que
muestran relación entre colesterol bajo y la agresión en los monos.
● Una reducción del colesterol mediante tratamiento farmacológico podría aumentar la
probabilidad de suicidio o trauma relacionado con la agresión, un efecto posiblemente
mediado por la serotonina, pero esto no se ha establecido definitivamente.
Genética
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
● Estudios de gemelos y familiares sugieren que la agresión irritable/impulsiva (a diferencia de la
agresión premeditada), tiene una heredabilidad sustancial (44% -72%), de acuerdo con un
metanálisis de más de 20 estudios de gemelos.
● Las interacciones gen-ambiente juegan un papel importante en la agresión y los
comportamientos antisociales.
○ Dentro de los factores ambientales, encontramos:
■ Factores familiares: observación o experiencia de agresión en la infancia o la
adolescencia:
● Agresión verbal y física episódica e impulsiva: se puede asociar con una
variedad de trastornos psiquiátricos, especialmente en trastornos de la
personalidad (como los trastornos límite y antisocial de la
personalidad).
● Entre los delincuentes violentos, el 47% de los hombres y el 21% de las
mujeres tienen trastorno de personalidad antisocial
■ Factores culturales
■ Factores socioeconómicos
○ Factores genéticos (que generan un riesgo biológico de agresión):
■ Los genes del transportador de serotonina y de la monoamino oxidasa tipo A
(MAO-A) interactúan con el maltrato y la adversidad infantil para predisponer
a la violencia. → Las personas con riesgo biológico de agresión (que veremos a
continuación) pueden ser particularmente vulnerables al efecto de la adversidad
psicosocial
○ Genética de la serotonina:
○ 5HTT (transportador de serotonina): Es la proteína encargada de retirar la 5-HT del
espacio sináptico. Al bloquear el 5-HTT mediante moléculas conocidas como ISRS
(por ejemplo, fluoxetina), la concentración de 5-HT en el espacio sináptico aumenta y
se observa una reducción en la conducta agresiva. La región promotora del gen que
fabrica la proteína presenta un polimorfismo que afecta la transcripción de dicho gen.
■ Entonces, existen dos alelos del gen para 5HTT:
● Alelo s: de longitud corta
● Alelo I: de longitud larga
■ Los individuos s/s y s/l tienen menor síntesis de 5-HT, y son más ansiosos,
depresivos, hostiles y agresivos que los individuos l/l.
■ Sin embargo, existen numerosas discrepancias en los estudios genéticos que
muestran asociación entre el gen 5-HTT y la agresión, ya sea hacia otros o hacia
sí mismo (suicidio). Esto puede deberse a que tal vez existan interacciones
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
gen-ambiente de tal manera que, por ejemplo, los portadores del alelo s tienen
mayor proclividad a la agresión y las ideas suicidas en respuesta a situaciones de
estrés vividas durante la infancia, adolescencia y comienzo de la edad adulta
○ MAO A (monoaminooxidasa A): es la enzima encargada de la degradación de
serotonina, noradrenalina y dopamina. El gen de esta enzima también presenta un
polimorfismo, teniendo los siguientes alelos:
■ MAO-H: para alta expresión de MAOA
■ MAOA-L: para baja expresión de MAOA
■ Se ha informado de una interacción genotipo-ambiente (maltrato, sucesos
traumáticos en los primeros 15 años de vida) → los individuos con el
polimorfismo MAOA-L y un ambiente del tipo indicado anteriormente,
muestran mayor propensión a los arrestos criminales, mayor desorden de
conducta durante la adolescencia y mayor disposición agresiva que los
individuos con polimorfismo MAOA-H, o los individuos MAOA-L que no
habían estado expuestos al tipo de ambiente. (2)
■ Aunque estos resultados no se han replicado en todos los estudios, la mayoría
de datos sugieren que los niños que portan la forma corta del gen promotor
MAOA (es decir, MAO-L), que confiere una actividad MAOA disminuida (y
por tanto, mayor disponibilidad de serotonina), tienen más probabilidades de
desarrollar trastornos de conducta y un comportamiento antisocial aumentado
cuando se exponen a entornos domésticos abusivos. Este efecto ambiental es
menos frecuente en individuos que portan la forma larga del promotor. (3)

(Tomado de 3)
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
■ El resultado mencionado previamente va en contra de la hipótesis de la
deficiencia de serotonina, puesto que los individuos MAOA-L tienen más
5-HT en sus circuitos. Sin embargo, esto puede deberse a que la 5-HT aumenta
la ansiedad, haciendo que estos individuos respondan de manera agresiva ante
un reto.
■ Algunos grupos han encontrado una asociación similar de la agresión con el
polimorfismo MAOA-H
Deterioro neurocognitivo-neuropsicológico
El comportamiento agresivo a menudo se ha asociado con una función ejecutiva y un procesamiento
verbal deficientes en adolescentes y adultos. El rendimiento cognitivo se ve particularmente afectado en
las pruebas neuropsicológicas que son sensibles a la disfunción frontal y temporal. Las tareas que se
basan en la inhibición del comportamiento muestran más déficits en individuos con comportamiento
agresivo y violento, y las respuestas reducidas en tareas de potenciales evocados han predicho la
impulsividad en poblaciones carcelarias agresivas.

Tratamiento
● Los déficits en la inhibición prefrontal que proporcionan "frenos" insuficientes en
comportamientos agresivos impulsivos, pueden mejorar con los ISRS, pues al aumentar la
serotonina en regiones prefrontales (particularmente la COF), pueden facilitar la inhibición de
las regiones subcorticales.
● Los estabilizadores del estado de ánimo y los anticonvulsivos, que alteran el equilibrio
glutamatérgico/gabaminérgico, reducen la irritabilidad. e impulsividad
● Los antagonistas de opiáceos pueden reducir la conducta autolesiva.
● Las psicoterapias, ya sean psicodinámicas, como la terapia basada en la transferencia, o
conductuales, como la terapia conductual dialéctica, pueden servir para aumentar la capacidad
de retrasar e inhibir las conductas agresivas, aumentando las capacidades de función
verbal/reflexiva y ayudando a reducir el exceso de sensibilidad a las emociones.

REFERENCIAS:
1. Ortega-Escobar J, Alcázar-Córcoles MÁ. Neurobiología de la agresión y la violencia. Anu
Psicol Juridica [Internet]. 2016;26(1):60–9. Disponible en:
http://dx.doi.org/10.1016/j.apj.2016.03.001
2. Loscalzo DEHRCJ. 基因的改变NIH Public Access. Bone. 2011;23(1):1–7.
Valeria Landaeta y Camila Agredo
AIAS Medicina del Comportamiento
3. Nelson RJ, Trainor BC. Neural mechanisms of aggression. Nat Rev Neurosci.
2007;8(7):536–46.

También podría gustarte