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Manifestación de la violencia: agresión (intención de hacer daño – Moyer, 1976) que puede ser:
- Intencional o accidental.
- Predeterminada o impulsiva.
- Directa o indirecta.
- Física o gestual – verbal
Desde quien ejerce la violencia hay que intentar entenderla sin mediatizarla por factores
situacionales o de moda. Se puede trabajar con personas violentas.
1. HALLAZGOS
- Factores genéticos.
- Alteraciones neurológicas (tumores, traumatismos, etc.) y psicopatologías.
- Cambios neurobiológicos por estrés psicosocial. - Consumo de sustancias
psicoactivas.
Tipos de personas que tienen un comportamiento violento: personas que cometen el acto y se
arrepienten (impulsivos) y personas que cometen el acto y no se arrepienten (premeditada) e
incluso disfrutan con ello. Detrás de estas dos categorizaciones hay dos formas de
procesamiento cerebral.
Neuroimagen y C violenta
En un estudio clásico, Raine y Venables (1998) con asesinos afectivos (impulsivos) y predadores
(premeditados) se les aplicó un PET ante la realización de tareas de atención sostenida
(activación frontal). Ambos grupos presentaban un mayor metabolismo subcortical derecho
que controles normales (incremento de actividad derecha se asocia con generar sentimientos
negativos, predisponiendo a la violencia).
Los impulsivos mostraban una hipoactivación en las regiones lateral y medial de la corteza
prefrontal. Los premeditados mostraban una actividad prefrontal similar a los controles,
aunque con mayor activación subcortical.
Según Raine y Venables, en los impulsivos el daño frontal sería responsable de la impulsividad,
pérdida de autocontrol, inmadurez, alteración de las emociones y la falta de habilidad para
modificar la conducta, lo que predispondría a generar una agresividad impulsiva. Sin embargo,
la agresión premeditada parece corresponderse con un funcionamiento prefrontal normal,
pudiendo modular su violencia hacia objetos muy concretos.
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Estudios de neuroimagen estructural han encontrado alteraciones anatómicas en diferentes
áreas prefrontales y temporales.
Diversos estudios con PET, SPECT Y RMF (funcional) apuntan la existencia de un déficit de
activación cerebral especialmente en la amígdala, en las áreas prefrontales mediales y laterales
y en regiones temporales en poblaciones asociadas con la comisión de delitos y C violentas.
Los datos de tractografía apoyan que la impulsividad y la agresión se asocian con una
disfunción en determinados circuitos de materia blanca de la región frontal inferior,
especialmente del HD, que dificultarían la funcionalidad de esta región y la adecuada
comunicación con otras zonas cerebrales. Se ha sugerido que este territorio frontal inferior
derecho está implicado en las conductas de retirada o huida y su alteración neurofuncional
podría provocar como consecuencia la incapacidad para evadir una situación conflictiva de
violencia.
Hallazgos neuropsicológicos
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- Daños en etapas postparto. Problemas de nutrición, aislamiento social, maltrato físico y
psicológico, enfermedades neurológicas, TCE.
Genética y violencia
- Entre las variantes del genotipo MAOA está el MAOAL (portador de 2, 3 o 5 repeticiones en
tándem del gen MAOA).
- Los varones portadores de MAOAL son más vulnerables a los efectos de eventos
estresantes y mas proclives al desarrollo de rasgos antisociales en la vida adulta.
Se ha identificado un polimorfismo del gen DRD4 (del receptor de dopamina D4) observándose
que el alelo de 7 repeticiones de DRD4 está asociado a delincuencia en la adolescencia,
temperamento explosivo, búsqueda de peligro y con agresión física enesquizofrenia.
Neurotransmisores y agresividad
Vinculados a la inducción Vinculados a la inhibición
Dopamina Noradrenalina
Histamina Serotonina
Acetilcolina GABA
Sustancia P
Cortisol
- Incremento agudo: induce agresión.
- Incremento crónico: inhibe agresión. Disminuye respuestas desafiantes activas, como
sucede en el estrés postraumático.
- Nivel en delincuentes violentos y antisociales: disminuido.
2. ETIOPATOLOGÍA DE LA PSICOPATÍA
Primeros estudios: segunda década del s. XX cuando Partridge habla de rasgos psicopáticos.
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Factores genéticos explican entre el 40%- 50% de la varianza de los rasgos asociados al
trastorno antisocial incluyendo la violencia. Se ha observado una elevada concordancia (75-
55% dependiendo de los estudios) entre las C antisociales en gemelos monocigóticos bajando a
valores de un 13% en gemelos dicigóticos.
Howard (1986) sugirió una predisposición genética al retraimiento social observado en algunos
psicópatas. Los niños que se muestran biológicamente predispuestos a desarrollar un cuadro
de psicopatía están predispuestos también al aislamiento social mostrando en muchos casos
hipersensibilidad ante las amenazas de castigo.
Kety et al. (2008) realizaron un estudio longitudinal durante 23 años de seguimiento de 14.427
participantes con padres biológicos y adoptivos y sus hijos, observándose que la tasa de
condenas y reincidencia entre padres biológicos y sus respectivos hijos masculinos fue más
elevada que entre estos y los padres adoptivos. El patrón encontrado fue semejante para
madres con condenas criminales y sus hijas, pero mostrándose valores algo más bajos →
hallazgos no concluyentes, pero indican predisposición genética.
Se ha observado también una disminución en la actividad MAO (enzima mono amino oxidasa
contenida en las mitocondrias de las neuronas monoaminérgicas que regula el nivel de
neurotransmisores) en individuos diagnosticados de psicopatía. Bajos niveles de MAO también
se han asociado con un incremento en las conductas de búsqueda de sensaciones y con altos
niveles de criminalidad, consumo de tabaco, alcohol y otras sustancias adictivas.
Los hallazgos bioquímicos en la psicopatía sugieren una correlación positiva entre niveles de
testosterona y la manifestación de conductas violentas y/o impulsivas y una disminución de la
actividad MAO que implicaría niveles alterados de serotonina y norepinefrina.
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- Esta alteración podría estar en la base del bajo condicionamiento al miedo, falta de
conciencia y problemas de autocontrol.
Esto puede deberse a que se ha observado una reducción en materia gris orbitofrontal y
temporal anterior en personalidad psicopáticas.
La atrofia en corteza orbitofrontal derecha y la corteza cingulada anterior derecha así como la
corteza prefrontal dorsolateral izquierda parecen estar vinculadas a comportamiento
antisocial.
Las alteraciones en las funciones ejecutivas parecen ser un importante factor de riesgo para el
desarrollo de comportamientos antisociales y psicopáticos.
Parece existir una correlación entre el grado de psicopatía y el déficit cognitivo, de manera que
a mayor grado de psicopatía mayor déficit cognitivo en las áreas de atención, lenguaje,
memoria y razonamiento. Presentan un pensamiento concreto y poco flexible y poca
capacidad de generalización y abstracción.
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2.6. Hallazgos electrofisiológicos: P.E en psicópatas
Los estudios con personalidad con alto perfil psicopático revelan una alteración en los
componentes P200, P300 y N300 (sensible a rasgos afectivos de los estímulos) de potenciales
evocados. Esto se ha relacionado con la presencia de déficit funcional frontal.
Cuando el sueño se altera durante un periodo de tiempo prolongado, las AVD pueden verse
afectadas repercutiendo en el estado anímico, la atención y el comportamiento.
La sincronización de los ritmos del sueño durante los ciclos noche- día se encuentra regulada
por la luz, la actividad física e intelectual y por las costumbres, por tanto, a nivel
neurofisiológico la arquitectura del sueño no es homogénea.
El control del sueño es un proceso complejo que implica la corteza cerebral, el tálamo y el
tronco cerebral, donde se localizan núcleos responsables de funciones vitales. También juega
un papel importante los grupos neuronales mediados por diferentes NT y distribuidos por el
tronco encefálico y diencéfalo.
ESTRUCTURAS CEREBRALES NT
Área ventrolateral posterior del núcleo GABA, galanina
preóptico
Región tuberomamilar del hipotálamo Histamina
posterior
Núcleo dorsal del rafe Serotonina
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Mesencéfalo Dopamina
Locus coeruleus Noradrenalina
Área tegmental laterodorsal o núcleo Acetilcolina
pontino
El equilibrio que permite iniciar y mantener el sueño depende fundamentalmente de los NT
inhibidores GABA y galanina presentes en el núcleo preóptico ventrolateral.
Las hipocretinas u orexinas son neuropéptidos excitatorios liberados por neuronas del
hipotálamo posterolateral. Actúan sobre receptores específicos denominados Hcrt1 y Hcrt2.
2.1.1. Melatonina.
Insomnio. Sensación subjetiva de malestar respecto a la duración y/o calidad del sueño. Puede
ser consecuencia de trastornos orgánicos, psíquicos o factores externos. Aproximadamente en
un 10-20% de los casos se puede considerar como un trastorno primario. Mayor prevalencia en
mujeres y a medida que avanza la edad.
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Los mecanismos fisiopatológicos subyacentes al insomnio primario no están aún
suficientemente esclarecidos, aunque podrían depender de un desequilibrio entre la inhibición
de los sistemas mantenedores de la vigilia y los encargados de activar los sistemas generadores
del sueño. NT muy implicados: GABA, 5-HT, NA.
Narcolepsia. Enfermedad crónica caracterizada por una regulación anormal del ciclo
sueñovigilia que da lugar a una excesiva somnolencia diurna, alteraciones de la fase del sueño
REM y cataplejía.
El inicio de la narcolepsia acontece en la adolescencia aunque puede debutar años más tarde
afectando por igual a ambos sexos. Existen dos tipos, siendo el de tipo I el que genera mayor
disfuncionalidad y sintomatología más discapacitante con cataplejía y con un componente
autoinmune. La narcolepsia se caracteriza por los siguientes síntomas:
➢ Excesiva somnolencia diurna. Suele aliviarse tras un sueño de corta duración con intervalo
de minutos a horas y variable a lo largo del día.
➢ Cataplejía. Pérdida de tono muscular durante la vigilia. Puede ser generalizada o limitarse a
grupos musculares. La respiración y los movimientos oculares no se ven afectados. FR
bulbar
➢ Parálisis del sueño. Consiste en una incapacidad para mover los músculos estriados
respetando la musculatura diafragmática y músculos extrínsecos oculares. Se puede
acompañar de alucinaciones visuales o incluso auditivas y en ocasiones de parestesias.
➢ Alucinaciones. o Hipnagógicas. Alucinaciones auditivas, visuales o táctiles, que se
producen poco antes del inicio del sueño.
o Hipnopómpicas. Se producen en un estadio intermedio entre el sueño y la vigilia que, al
igual que las anteriores, no se corresponden con la realidad, pero son vividas como
tales.
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Aunque el sistema hipocretinérgico central representa un papel importante en la narcolepsia
con cataplejía, actualmente no se dispone de tratamientos consolidados que actúen sobre esta
diana. Para la prevención de la cataplejía se utilizan fármacos antidepresivos.
Apnea obstructiva del sueño. Forma más común de los trastornos respiratorios del sueño. Se
caracteriza por una obstrucción de las vías aéreas superiores repetidamente durante el sueño.
Presentan excesiva somnolencia diurna que, junto con la hipoxia recurrente y la activación del
SN simpático durante el sueño, puede conducir a consecuencias metabólicas adversas.
Trastornos del ritmo circadiano. Sueño retrasado, jet lag, cambios de turno de trabajo, no
especificado.
PARASOMNIAS: trastornos relacionados con estados específicos del sueño. Son conductas
anormales que se producen durante el sueño, algunos durante la fase de sueño No-REM, que
van desde despertares breves y confusos hasta el sonambulismo y los terrores nocturnos.
Terrores nocturnos. Frecuentes en niños pequeños durante las primeras horas después del
inicio del sueño. Ocurre en las fases 3 y 4 No- REM. El niño suele gritar de repente y presenta
un despertar con signos de estimulación autonómica como sudación, taquicardia e
hiperventilación. Junto con el sonambulismo, son considerados como anormalidades en el
sistema del despertar.
Pesadillas. Surgen durante el sueño desincronizado (REM). Causan un despertar muy vivo con
recuerdos intactos del episodio perturbador. Características:
- Al despertar suele mostrarse rápidamente orientado y en estado de alerta.
- Pueden aparecer conductas de agitación.
- Más frecuente en la infancia.
- En adultos es más frecuente en mujeres, aunque en niños no diferencia entre sexos.
- Fármacos o sustancias que pueden incrementar su incidencia:
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o L DOPA agonistas dopaminérgicos. o Propanol. o Fluoxetina.
o Imipramina. o Parches de nicotina.
o Privación de alcohol.
- No se evidencian relaciones claras con personalidad, aunque desencadenante: estrés.
Bruxismo: rechinar de dientes fuerte e involuntario durante el sueño. Edad típica de comienzo
se sitúa entre los 17 y 20 años. La remisión espontánea suele ocurrir alrededor de los 40 años.
Su tratamiento es sintomático. En caso grave: colocarse protector de caucho sobre los dientes.
En caso de asociarse a estrés requiere un tratamiento específico de este aspecto.
Enuresis nocturna. Se produce antes de los 5-6 años de edad y suele mejorar
espontáneamente en la pubertad. En pacientes mayores con enuresis se debe diferenciar
entre: - Enuresis primaria. Más asociada a anomalías urológicas.
Síndrome de piernas inquietas. Comienza en las primeras etapas de la vida adulta. Se asocia
con un movimiento periódico de las piernas durante el sueño que acontece mayoritariamente
durante el estadio II. La alteración dl sueño provoca fatiga durante el día a un 85% de los casos.
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Consumo mínimo de cafeína. Exceso en consumo de cafeína.
No consumir nicotina. Consumo habitual de tabaco.
No consumir alcohol, especialmente por la Consumo de alcohol.
tarde.
Ingerir cena ligera. Cenas hipercalóricas.
Realizar ejercicio físico por la tarde. Sedentarismo o ejercicio nocturno.
Promover ambiente nocturno tranquilo. Entorno previo al sueño con mucha actividad
o estrés.
4.1. Valoración de los trastornos del sueño
Desde la perspectiva clínica existen diferentes cuestionarios para valorar los trastornos del
sueño. Uno de ellos es el de la Escala autoadministrada de Epwoth. En este cuestionario se
pregunta al paciente con qué frecuencia se
queda dormido en diferentes situaciones
utilizando la siguiente escala de puntuación:
- 0 = nunca se ha dormido.
- 1 = escasa posibilidad de dormirse.
- 2 = moderada posibilidad de dormirse. -
3 = elevada posibilidad de dormirse.
Cuando la puntuación total es >10 es indicativo de excesiva somnolencia diurna o trastorno del
sueño. Cuando la puntuación es >18 es indicativo de trastorno del sueño grave.
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