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2. Permeabilidad de las vías ópticas: Estudio que tiene como finalidad la detección
de anomalías oculares y neurológicas, e incluso se puede llegar a determinar la zona del
sistema visual lesionado. El tamaño de la apertura pupilar es controlado por el musculo
constrictor (miosis), inervado por el sistema nervioso parasimpático y el músculo
dilatador (midriasis), inervado por el sistema nervioso simpático.
El reflejo pupilar se inicia en la retina y sigue la vía óptica a través del quiasma óptico,
hasta el cuerpo geniculado lateral y el núcleo pretectal. Este trayecto constituye la vía
aferente parasimpática.
Los núcleos pretectales distribuyen el impulso de forma simétrica hacia los dos núcleos
de Edinger-Westphal, de ahí que se produzca una reacción bilateral, aunque el estímulo
luminoso sea unilateral. A partir de los núcleos de Edinger-Westphal se forma la vía
eferente hasta llegar al músculo esfínter pupilar y al cuerpo ciliar.
Los defectos pupilares aferentes se forman principalmente en la retina o en el nervio
óptico principalmente, no son causantes de la Anisocoria, pero pueden producir reflejos
pupilares anormales.
Los defectos pupilares eferentes son causados en sistema neuronal motor del III par
craneal.
Procedimiento:
1. Exploración de Anisocoria: A simple vista y con ayuda del pupilómetro debemos
observar si hay alguna diferencia en el tamaño de las pupilas entre los dos ojos. No
debe ser una diferencia superior a 1mm.
2. Exploración de la sincinesia de la visión cercana: Al acercar un texto, el ojo acomoda y
se produce una reacción de miosis pupilar.
3. Test de la oscuridad: Disminuimos el nivel de luminancia de la sala por lo que
debemos observar la midriasis de la pupila y la ausencia de Anisocoria.
4. Test de la linterna: Sirve para estudiar el reflejo fotomotor directo y consensual de
cada pupila, en un ambiente con baja luminancia, el objeto fija la vista en un objeto
lejano para evitar la miosis que tiene lugar durante la acomodación.
Con la luz de la linterna debemos iluminar ambos ojos y la respuesta normal a este
estímulo debe ser una constricción pupilar, tanto en el ojo iluminado (reflejo fotomotor
directo), como en el que no ha sido iluminado (reflejo fotomotor consensual).
Esta respuesta está seguida de una redilatación pupilar, hasta que las pupilas alcanzan
un diámetro estable.
Anotaciones: Anotar irregularidades en el tamaño de las pupilas.
Si todas las respuestas pupilares son idóneas anotar PIRRLA (Pupila isocoricas,
redondas, responden a la luz y acomodación) no MG (defecto pupilar relativo).
En caso contrario, si hubiera algún
fallo en el reflejo directo y
consensual debemos usar una
escala que va de 0-4, donde 0 es
nulo y 4 es una respuesta normal.
Ejemplo: OD 4, OI 4, D y C=3 OD y OI, DPA OD
Las pupilas deben ser iguales en tamaño y forma, aunque puede existir una anisocoria
fisiológica menor de 1mm. Una respuesta anormal del reflejo fotomotor directo con el
reflejo fotomotor consensual se debe a un defecto en la vía aferente.
Una anisocoria patológica se debe a un defecto en la vía eferente.
9. Medida del ángulo camerular: Se realiza mediante la técnica de Van Herick que
consiste en iluminar de forma directa el limbo entre la córnea y la esclera. Se utilizará
una franja mínima, iluminación máxima y aumentos altos. Se valora determinando el
cociente que hay entre el espesor de la córnea y el espacio de la cámara anterior.
En función de la anchura de la sobra que se forma sobre el iris hay distintos grados:
-Grado 1: Muy estrecho, hay posibilidad de cierre, la anchura de la sobra es mayor de
5mm.
-Grado 2: Estrecho, probabilidad de cierre, la anchura de la sombra está entre 3.5-5mm.
-Grado 3: Abierto, la anchura de la sombra esta entre 1.5-3mm.
-Grado 4: Abierto, la anchura de la sombra está entre 0-1mm.
Los valores normales son el grado 3-4, ya que grados menores sería una señal de
anomalías, en este caso no habría que instilar midriático ya que podría cerrarse el
ángulo camerular, formando así un glaucoma de ángulo cerrado.
La profundidad del lado nasal es ligeramente mayor que la temporal, habría que hacer
un promedio de ambos lados.
4. Transparencia de medios oculares. Oftalmoscopía directa: Cuando
iluminamos la retina, la luz se refracta y en ausencia de opacidades observamos un
reflejo uniforme de color rojizo en el área pupilar. Cuando existe cualquier alteración
que impida o disminuya la transmisión de la luz observaremos que el color ya no tiene
esa uniformidad característica. (Reflejo rojo del ojo)
Cuando nos acercamos más al ojo del paciente con un oftalmoscopio directo somos
capaces de apreciar los distintos elementos del sistema óptico ocular, como el iris,
cristalino, humor vítreo y retina. Si el paciente o el examinador presentan alguna
emetropía será necesario interponer una lente mediante el disco de Rekoss para
focalizar la imagen de la retina del paciente, en la retina del observador.
-Oftalmoscopio directo standard- PanOptic: La habitación debe tener una iluminación
baja, el sujeto debe observar un punto en el infinito y a la hora de realizar el examen si
el examinador explora el ojo derecho del paciente, debe hacerlo con su ojo derecho. La
mano que no sujeta el oftalmoscopio debemos apoyarla en la frente del sujeto para ir
guiándonos y con el pulgar de la mano que sujeta el oftalmoscopio, debe ir siempre en
el disco de Rekoss.
A unos 40 cm del paciente iluminamos simultáneamente ambos ojos para estudiar la
simetría del reflejo rojo de ambos ojos, ya que a esta distancia se aprecian mejor las
opacidades del cristalino. (Test de Bruckner)
A través de este examen también podemos detectar posibles diferencias en el tamaño
de las pupilas. Después de estudiar el reflejo rojo, examinaremos las transparencias de
los medios moviendo el oftalmoscopio de izquierda- derecha y arriba-abajo. Cuando no
hay opacidades de medios no observaremos nada.
A continuación, vamos a pasar a estudiar el fondo del ojo, primero tendremos que
encontrar la papila óptica, después debemos seguir las venas y arterias principales hasta
la periferia, dejando para el final la observación de la región foveal, en vez de decirle al
sujeto que mire a la luz deberíamos buscarla nosotros mismos ya que así se reduce la
fotofobia.
Hay que estudiar los cuatro cuadrantes: nasal superior e inferior y temporal superior e
inferior. Posteriormente, realizamos este mismo procedimiento en el ojo derecho.
Debemos anotar los siguientes datos del ojo examinado:
-Reflejo rojo del ojo.
-Elevación del borde de la pupila.
-Estado de los bordes de la pupila.
-Anillo neurorretiniano y si su espesor cumple la regla ISNT.
-Relación que hay entre papila óptica y la excavación óptica.
-Si el tronco vascular presenta o no anomalías. Las venas tienen un mas grosor que las
arterias. (A/V)=2/3.
- Estudio del pulso venoso espontaneo. (PVE)
-Cruces arteriovenosos: Continuos o interrumpidos.
-Mácula: estudiar si el brillo es homogéneo. (RF+ o RF-)
-Tipo de fijación: Central o excéntrica.
8. Tonometría: Técnica utilizada para medir la PIO, así podemos evitar uno de los
principales factores que afectan a la aparición del glaucoma. La campimetría y el
estudio de la excavación papilar serán las pruebas definitivas a la hora de diagnosticar
esta patología. La tonometría implica la aplicación de una fuerza contra la córnea y
existen diversos métodos para medirla:
-Tonómetro de rebote: Con el instrumento alineado con el ojo del paciente, colocamos
la bola a unos 4-5mm de la córnea del paciente y presionamos el segundo botón unas 6
veces hasta que el pitido nos marque el valor medio, de las medidas que hemos
tomado. El tiempo de contacto de la bola con la córnea es mínimo y por lo tanto no se
necesita de anestesia. La sonda debe ser cambiada de un paciente a otro.