Está en la página 1de 3

Actitud Mindfulness.

Cultivar la
paciencia

Seguimos adentrándonos en el mapa que Mindfulness Transpersonal  nos brinda para


recorrer el día a día a través de las Actitudes Mindfulness. En anteriores posts hemos
integrado estas actitudes: Trascender el juicio, Aprender a
Aceptar, Soltar, Confiar, Mente de Principante . A través de este post, te invitamos a
integrar la Paciencia. La completa apertura al momento presente requiere paciencia y
aceptar que cada evento suceda a su propio ritmo. La experiencia Mindfulness, a través
de las Actitudes, propone experimentar de un modo distinto al habitual el acercamiento
a “lo que acontece”.
La completa apertura al momento presente requiere paciencia y aceptar que cada
evento suceda a su propio ritmo. La experiencia Mindfulness, a través de las
Actitudes, propone experimentar de un modo distinto al habitual el acercamiento a
“lo que acontece”.
Me saca de quicio que me hagan esperar. Cuánto tiempo hace que lo pedí. No tiene
nada mejor que hacer que pararse ahí delante de los demás. A ver si llega el fin de
semana y me olvido ya de todo…
Traigamos alguna situación o persona ante la que mostramos impaciencia y
reflexionemos: ¿Qué hay realmente detrás?
Si rascamos un poco en la superficie de la impaciencia, lo que encontraremos
debajo, sutil o no tan sutilmente, es la intensa energía de rechazar que las cosas
sean como son y de culpar a alguien o a algo por ello.
La mente se anticipa y nos volvemos impacientes por nuestro deseo de que las
cosas sucedan de otra manera. Es necesario reconocer que nada esencial puede ser
empujado y alterado y que la anticipación nos produce sufrimiento y frustración.
Cada vez que nos invade la impaciencia es como si tomáramos un vasito de cianuro,
vertiendo veneno sobre nuestra mente y nuestro corazón
Borja Villaseca
La impaciencia no tiene que ver tanto con la velocidad, sino con la falta de
aceptación. La impaciencia habla el lenguaje de la resistencia y la inconsciencia, del
rechazo y la intolerancia, mientras que la paciencia se expresa en forma de
aceptación y de lucidez.
Cuando ponemos el foco en aquello que no depende de nosotros conseguimos que
nos invada la impotencia y la queja. Si ponemos la mirada en aquello que
efectivamente depende de nosotros, evitamos que compañeros de viaje
desagradables nos fastidien el día: las sensaciones tóxicas que desata la impaciencia
se quedan con nosotros por más tiempo y además no consiguen ser la solución.
Internamente sabemos que todo se despliega según su propia naturaleza. Depende
de nosotros tener esto presente y permitir así que nuestras vidas se desplieguen del
mismo modo.
¿Tienes la paciencia de esperar a que el lodo se asiente y el agua se aclare? ¿Eres
capaz de permanecer inmóvil hasta que la acción correcta surja por sí sola?
Lao Tse
Ante la agitación y la turbación compulsiva de la mente la paciencia es una
alternativa siempre posible. Esto no significa que hagamos la vida más lenta.
Podemos elegir actuar deprisa y con paciencia, con atención plena, pero con
proactividad y ligereza.  La paciencia es una forma de sabiduría, es la capacidad de
afrontar la experiencia con calma, especialmente si es difícil. Requiere el cultivo de
la tranquilidad interior y de un grado de bondad y compasión hacia uno mismo y
hacia la experiencia.
La paciencia es una forma de sabiduría. Demuestra que comprendemos y
aceptamos el hecho de que las cosas se despliegan cuando les toca. Un niño puede
intentar ayudar, rompiendo la crisálida, a que una mariposa salga, aunque por regla
general, la mariposa no resulte en nada beneficiada por el esfuerzo. Cualquier
adulto sabe que la mariposa sólo puede salir cuando le llega el momento y que no
puede acelerarse el proceso.
Jon Kabat-Zinn
Sabemos que cultivamos la paciencia cuando encaramos un retraso o una situación
problemática sin quejarnos, al establecer metas y compromisos con ellas hasta
alcanzarlas y sin dramatizar si algo escapa a nuestro control. Conseguiremos cultivar
la paciencia con otros cuando lo hagamos primero con nosotros mismos.
Mindfulness nos ayuda a prestar atención a nuestras impaciencias, a distinguir si
nos mostramos impacientes con nosotros mismos, con los acontecimientos o con
los demás. Nos invita a rascar la superficie para encontrar nuestras resistencias.
Al detectar en nosotros la impaciencia, conseguimos contemplar la situación desde
el observador, dejando que se posen en el fondo las impurezas para que aparezca el
agua clara. Con atención plena podemos cultivar ahora la semilla de nuestra
paciencia, no como una resignación pasiva, sino como un profundo respeto a que la
vida siga su curso. Recordemos que la mariposa nunca llegaría a ser lo que es si no
acepta su etapa de crisálida.
 

También podría gustarte