Está en la página 1de 4

Integrantes:

Profesor:

Aureliano González. PhD. Luis


Velázquez.

Dayana Sáez.

Jesús Ortegano.

Ronald González.

Rosana Díaz.

Marlyn. Sección A1

Contexto histórico del Conocimiento Griego:

Como primera instancia debemos establecer la filosofía como el conocimiento totalitario


dentro de la cultura griega en la que resaltan tres principales periodos: Pre-Socrático,
Clásico y Helenístico. Estos tres periodos se caracterizaron por una variedad de
propuestas distintas sobre cómo entender el mundo y el lugar del hombre en él, el
hombre pasó a ser el centro de las reflexiones filosóficas, abordando los grandes
problemas éticos y políticos del mundo griego hasta este entonces, durante estos
periodos resaltan la figura de Sócrates, Platón y Aristóteles, quienes sentaron las bases
del conocimiento griego; desde la opinión pública por parte de “Sócrates”, y desde un
punto de vista más individualista por parte de “Platón”; Partiendo de la pregunta
Socrática de la forma, y finalmente dándole rumbo a la doctrina de la definición.
“Aristóteles”, por su parte, creó la filosofía de la ciencia, estableciendo así algunos de
los supuestos filosóficos fundamentales que fueron decisivos hasta la modernidad. Los
orígenes del pensamiento griego nos obligan a tener en cuenta los conceptos
filosóficos creados en la antigüedad griega como “Logos”: Símbolos, razón, verdad,
conocimiento, ética, belleza, justicia, y además conceptos políticos como la Polis (o
Ciudadanía) y democracia, que hoy en día siguen siendo recursos de discusión de los
nuevos pensadores y filósofos. Si analizamos la Historia de la Filosofía que, comienza
en Grecia alrededor del siglo VII a.c. hasta el siglo III a.c. Entendemos que los grandes
períodos habitualmente creados en la historia de la filosofía no son del todo precisos,
porque el pensamiento filosófico no evoluciona linealmente, sino por ciclos, lo que
quiere decir que hay tanto avances como retrocesos. La principal característica de la
filosofía griega es que la razón humana se esfuerza por explicar todos los fenómenos
cósmicos y humanos a través del análisis y la argumentación racional, sin recurrir a
explicaciones mitológicas o religiosas. En la antigua Grecia, algunas personas fueron
interesándose cada vez más por el conocimiento de las cosas. Estos hombres
“Pensaron” y ese pensar dió como resultado un total desacuerdo con las explicaciones
confusas que la Polis daba a las cosas. Tras todo un proceso de aprendizaje
comenzaron a explicar las cosas de manera diferente, no basadas en suposiciones sin
base sino en el principio fundamental de todo lo que existe “La Razón”. Ante este tipo
de pensamiento podemos distinguir en 2 tipos de conocimiento filosófico que se
establecía en 2 ramas ese entonces: La Doxa: Es el término griego que se suele
traducir por "opinión" y con el que se refiere a aquel tipo de conocimiento que no ofrece
certeza absoluta, ya que no podría ser más que una creencia razonable, un
conocimiento "aparente" de la realidad, en este sentido parecen utilizarlo tanto
“Parménides” al distinguir la "vía de la verdad" de la "vía de la opinión", como Platón al
distinguir también contraponiéndolas, la "doxa" de la "episteme" para Platón la "doxa”
se trata de un conocimiento fenoménico y en consecuencia según él, es engañoso.
Para nuevas ciencias como la Sociología moderna, la doxa funciona como
motivaciones que parecen naturales e inherentes a cualquier actividad social humana.
Doxa es una base de conocimiento o creencias, una masa sólida de pensamientos
comunes que pueden ser inestables en algunas áreas, pero que tiene suficientes
seguidores para crear un argumento sustancial, un principio importante de Doxa es que
es culturalmente contingente, cambia de una cultura a otra, por lo que excluye a una
parte de la audiencia general. La Episteme difiere de Doxa en este sentido, ya que
trata con puntos de vista menos subjetivos y utiliza observaciones objetivas para hacer
que los argumentos sean más sustanciales; Es un término que viene de "Conocimiento
o Ciencia", los pensadores griegos hacían una clara distinción entre Episteme y Tekné,
para Platón episteme significa: "Conocimiento justificado como verdad" y se contrapone
a Doxa la cual solo se refiere a una opinión o la creencia común, para Platón
representa la forma más cierta de conocimiento, la que asegura un saber verdadero y
universal, lo cual puede ser obtenido a través del conocimiento o la intuición. Para
Aristóteles solo el intelecto el que puede dar los principios válidos y universales, y lo
considera el origen de la episteme representando la forma de conocimiento más cierto
comprobable, la palabra epistemología significa el estudio de la teoría del conocimiento
y es obtenida de episteme. En la metáfora del edificio, si doxa es el fundamento,
episteme es la viga de acero que constituye el armazón del argumento, además de
usar habilidades básicas de razonamiento para llegar a una conclusión, lo que
comúnmente se hace en doxa, episteme va más allá y revela el proceso real que lleva
a la conclusión, demostrando un conocimiento y una comprensión más profundos del
argumento que permite que la idea se vuelva inmutable, razón por la cual la ciencia es
una buena forma de episteme porque es observacional, empírica y, muchas veces,
inductiva. Con esto, podemos decir que las bases del conocimiento son la “Doxa y la
Episteme”. Ahora bien, Cuando nos referimos a la filosofía presocrática, ésta reúne una
serie de doctrinas concebidas por un grupo de pensadores griegos, anteriores a
Sócrates, que estaban preocupados por comprender y descifrar e origen natural de
todo aquello que les rodeaba. Los Presocráticos más destacados fueron; Tales de
Mileto, Anaximandro, Anaxímenes, Heráclito, Diógenes de Apolonia, Jenófanes,
Pitágoras, Parmenides antes nombrado y sus discípulos de Elea, Empédocles,
Anaxágoras, Leucipo y Demócrito. El objeto fundamental del filosofar de los
presocráticos “El Cosmos” que se concebía como compuesto de elementos sensitivos
habituales: Tierra, Agua, aire, fuego y éter, los cuales se transforman mutuamente unos
en otros debido a la condensación y al enrarecimiento. Toda la filosofía de la naturaleza
de los presocráticos se caracteriza por la dialéctica de los elementos, expresada con
particular realce en las obras de Demócrito y Heráclito. Los Elementos sensoriales
estaban presididos por un principio organizador pero puramente material (Logos en
Heráclito; amor y enemistad en Empédocles). La filosofía presocrática comenzó en el
siglo VI a.C. con los tres miembros de la escuela de Mileto: Tales, Anaximandro y
Anaxímenes. Todos ellos atribuyeron el arché (palabra que podía tener el significado
de "origen", "sustancia" o "principio") del mundo a, respectivamente, el agua, el Ápeiron
(lo ilimitado) y el aire gobernado por el nous (mente o inteligencia). Otros tres filósofos
presocráticos procedían de ciudades jónicas cercanas: Jenófanes, Heráclito y
Pitágoras. Jenófanes es conocido por su crítica al antropomorfismo de los dioses.
Heráclito, que era notoriamente difícil de entender, es conocido por su máxima sobre la
impermanencia, Panta rei, y por atribuir al fuego ser el arche del mundo. Pitágoras
creó un culto que defendía que el universo estaba formado por números. La escuela
eleática (Parménides de Elea, Zenón de Elea y Meliso de Samos) le siguió en el
siglo V a.C. Parménides afirmaba que sólo existe una cosa y que nada puede cambiar.
Zenón y Meliso defendieron principalmente la opinión de Parménides. Anaxágoras y
Empédocles ofrecieron un relato pluralista de cómo se creó el universo. Leucipo y
Demócrito son conocidos por su atomismo, y su opinión de que sólo existen el vacío y
la materia. Los sofistas promovieron el pensamiento crítico y el relativismo filosófico. El
impacto de los presocráticos ha sido enorme, éstos, inventaron algunos de los
conceptos centrales de la civilización occidental, como el naturalismo y el racionalismo,
y prepararon el camino para el método científico. Sea como sea, que se entienda el
inicio o el fin del período histórico griego, nos encontramos allí con un grupo de
pensadores que dista mucho de ser homogéneo en sus intereses especulativos, en sus
métodos e incluso en sus formas expresivas. Sin embargo muchos autores antiguos y
modernos han ensayado diversas maneras de agruparlos, y de entender la estructura y
la evolución de esta época de la historia de la filosofía. Teofrasto, en su obra
Opiniones de los físicos, “habbía desarrollado una clasificación de filósofos por
escuelas. Diversos doxógrafos (de doxa, "opinión"), los escritores de "sucesiones",
continuaron y sistematizaron esta tendencia, sobre todo Soción de Alejandría.
Relacionaban a los filósofos con sus supuestos maestros y discípulos. De estas
sucesiones se nutrió el cronógrafo Apolodoro de Atenas para confeccionar sus
Crónicas. Generalmente bastaba saber que un filósofo era conciudadano de otro más
joven para que los doxógrafos y otros autores tardíos supusieran que el primero había
sido maestro del segundo. Así es como se fueron "inventando" filiaciones intelectuales
dispuestas en escuelas, cuyo máximo divulgador fue Diógenes Laercio, y que siguieron
como verdaderas los Padres de la Iglesia. Por otro lado, desde el siglo I hasta el
Renacimiento, el pensamiento cristiano dominó Occidente, las principales figuras del
pensamiento cristiano y católico que tuvieron mayor influencia cultural fueron Agustín
de Hipona y Tomás de Aquino, la principal característica de este período fue la
subordinación del pensamiento filosófico a la teología católica, que servía a todas las
culturas humanas al catolicismo y a la Iglesia. La Ilustración fue otro de los
movimientos filosóficos más resaltantes que tomo lugar durante los siglos XVII y XVIII,
en Europa principalmente, Hume y Kant son los Ilustralistas que más contribuyeron de
manera más significativa a la evolución de la filosofía de occidente, quienes se
enfocaron en la razón humana desde el empirismo y el racionalismo. El período
filosófico moderno comenzó con Descartes en el siglo XVI y se preocupó
principalmente por la reflexión sobre el conocimiento y la humanidad, desde el siglo XV
hasta el XVII, la revolución científica que condujo al surgimiento de la filosofía moderna
fue una de las fuerzas impulsoras de innovación más importantes en la historia de la
cultura humana.

También podría gustarte