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Gametogénesis:

1. Ovogénesis:

La ovogénesis es el proceso por medio del cual los ovogonios se diferencian para
transformarse en ovocitos maduros.

➔ La maduración de los ovocitos empieza antes


del nacimiento:

Cuando las células germinales primordiales llegan a la


gónada de una mujer genéticamente femenina se
diferencian en ovogonios. Pasan por varias divisiones
mitóticas y al final del tercer mes ya se encuentran
dispuestos en grupos rodeados por una capa de células
epiteliales planas. La mayoría de los ovogonios continúan
dividiéndose por mitosis, pero algunos dejan de hacerlo
en la profase de la meiosis I para formar los ovocitos
primarios. en los proximos meses el número de
ovogonios aumenta rápidamente y al quinto mes del
desarrollo prenatal el número total de las células germinales
en los ovarios alcanza unos 7 millones.

En el séptimo mes la mayoría de los ovogonios degeneraron


menos unos cuantos cercanos a la superficie. El resto de los
ovocitos primarios que sobrevivieron ya iniciaron la profase
de meiosis I y casi todos están rodeados individualmente
por una capa de células epiteliales foliculares planas.

Folículo primordial ovocito primario, lo mismo que a las


células epiteliales planas circundantes.

➔ maduración de los ovocitos continúa en la


pubertad:

Al acercarse el momento del parto los ovocitos primarios ya


comenzaron la profase de la meiosis I, pero en lugar de
pasar a la metafase entran en la etapa de diploteno. Los
ovocitos primarios permanecen en la profase y no concluyen
su primera división meiótica antes de la pubertad. Esta fase
de reposo es producida por el inhibidor de maduración de
los ovocitos.

Durante la niñez, la mayor parte de ellos se vuelve atrésico, y solo unos 40,000
están presentes al comenzar la pubertad y menos de 500 ovularán, uno cada mes
hasta la menopausia.
En la pubertad se crea una reserva de folículos en crecimiento que se mantiene
gracias al suministro de folículos primordiales. Cada mes empiezan a madurar
algunos de los 15 o 20 seleccionados. Varios de ellos mueren; otros comienzan a
acumular líquido en un espacio denominado antro para comenzar la fase antral o
vesicular. El líquido sigue acumulándose tanto que, inmediatamente antes de la
ovulación, los folículos están muy edematosos y reciben el nombre de folículos
vesiculares maduros. La fase antral es la más larga, mientras que la fase vesicular
madura se prolonga alrededor de 37 horas antes de la ovulación.

En el momento que los folículos primordiales empiezan a crecer, las células


foliculares circundantes pasan de planas a cuboidales, proliferando para producir un
epitelio estratificado de células granulosas folículo primario. Las células
granulosas descansan sobre una membrana basal; ésta las separa del tejido
conectivo circundante que forma la teca folicular.

Tanto las células granulosas como el ovocito segregan una capa de glucoproteínas
sobre la superficie de éste, dando lugar a la zona pelúcida. Al seguir creciendo los
folículos, las células de la teca folicular se organizan en una capa interna de células
secretoras, la teca interna, y en una cápsula fibrosa externa, la teca externa.
La coalescencia de estos espacios da
origen al antro y al folículo se le llama
folículo vesicular o antral. Al inicio el antro
presenta forma de arco, aunque con el
tiempo aumenta de tamaño. Las células
granulosas que rodean el ovocito
permanecen intactas, formando el cúmulo
ovóforo. En la madurez el folículo De Graaf
lo rodea la teca interna y la teca externa
que gradualmente se fusiona con el tejido
conectivo del ovario.

En cada ciclo ovárico varios


folículos empiezan a
desarrollarse pero
generalmente sólo uno de
ellos alcanza plena madurez.
El resto degenera y se vuelve
atrésico. Al madurar el folículo
secundario, una descarga en
la LH induce la fase de
crecimiento preovulatorio. Al
terminar la meiosis I se forman dos células hijas de diferente tamaño, cada una con
23 cromosomas de estructura doble. Una de ellas, elovocito secundario, recibe la
mayor parte del citoplasma; la otra, el primer corpusculo polar , prácticamente no
recibe nada. Este corpúsculo se halla entre la zona pelúcida y la membrana celular
del ovocito secundario en el espacio perivitelino. Entonces la célula entra en la
meiosis II, sin embargo se detiene en la metafase unas 3 horas antes de la
ovulación. La meiosis II se completa sólo si el ovocito queda fecundado; de lo
contrario, la célula degenera aproximadamente 24 horas tras la ovulación.

2. Espermatogénesis
➔ La maduración de los espermatozoides comienza en la pubertad:

Al nacer, en los cordones testiculares las células germinales se reconocen como


células grandes, pálidas y rodeadas por otras de soporte. Estas últimas, que
provienen del epitelio celómico del testículo se convierten en las células
sustentaculares o de Sertoli.

Antes de la pubertad los cordones sexuales adquieren una luz, transformándose en


túbulos seminíferos. Al mismo tiempo las células germinales primordiales dan origen
a las células precursoras de espermatogonios. A intervalos regulares emergen
células de esta población para formar espermatogonios de tipo A, cuya producción
marca el inicio de la espermatogénesis.

➔ Función de las células de tipo A primeramente pasan por pocas divisiones


mitóticas para construir clones de células. La última división celular produce
espermatogonios de tipo B, que luego se dividen formando espermatocitos
primarios. Estos entran en una profase prolongada, acompañada de una
completación rápida de la meiosis I y la producción de espermatocitos
secundarios.
➔ Segunda división meiótica éstos de inmediato empiezan a formar
espermátida haploides. Durante esta serie de procesos la citocinesis queda
incompleta desde el momento en que las células de tipo A dejan la población
de células hasta el surgimiento de espermátidas, de modo que las
generaciones siguientes de células quedan unidas por puentes
citoplasmáticos. Los descendientes de un solo espermatogonio de tipo A
forman un clon de células germinales que mantienen contacto a lo largo de la
diferenciación. Durante su desarrollo los espermatogonios y espermátidas
permanecen en el interior de las cavidades profundas de las células de
Sertoli. De esta manera las células de Sertoli sostienen y brindan protección
a las células germinales, participan en su nutrición y colaboran en la
liberación de los espermatozoides maduros.
La espermatogénesis está regulada por la producción de la hormona luteinizante en
la hipófisis. Esa hormona se une a receptores en las células de Leydig para
estimular la producción de testosterona, la cual a su vez se une a las células de
Sertoli para promover la espermatogénesis. La hormona estimuladora de folículos
(FSH) también es esencial porque, al unirse a las células de Sertoli, estimula la
producción de líquido testicular y la síntesis de las proteínas receptoras de
andrógeno intracelular.

Espermiogénesis:

Estos cambios incluyen:

● Formación del acrosoma que cubre la mitad de la


superficie nuclear y contiene enzimas para ayudar a
penetrar el óvulo y sus capas circundantes durante la
fecundación.
● Condensación del núcleo.
● Formación del cuello, pieza intermedia y cola.
● Desprendimiento de la mayor parte del citoplasma como
cuerpos residuales que son fagocitados por las células de
Sertoli.

Un espermatogonio tarda en llegar a ser un espermatozoide


maduro aproximadamente 74 días; cerca de 300 millones de
espermatozoides se producen por día. Una vez formados por
completo, los espermatozoides entran en la luz de los túbulos
seminíferos. Luego son empujados hacia el epidídimo por elementos
contráctiles situados en la pared de los túbulos seminíferos. Aunque al
inicio tienen poca movilidad, alcanza su movilidad plena en el
epidídimo.
Embriología del aparato genital femenino:

En el desarrollo del aparato genital coexisten dos hechos fundamentales:

● La existencia de un estadio indiferenciado hasta el final de la sexta semana,


pese a la determinación del sexo del embrión desde el momento de la
fecundación;
● Las estrechas relaciones con el desarrollo del aparato urinario a partir de
esbozos parcialmente comunes.
● Los dos aparatos evolucionan a partir de proliferaciones mesoblásticas
(crestas urogenitales) que elevan la pared dorsal de la cavidad celómica.

La clave del dimorfismo sexual es el cromosoma Y; éste contiene el gen que rige la
formación de testículos y que se llama gen SRY (región de Y que determina el el
sexo) en su brazo corto (Yp11). El producto proteico de este gen es un factor de
transcripción, el cual inicia una cascada de genes en dirección 3’ que determina el
destino de los órganos sexuales rudimentarios. La proteína SRY es el factor que
rige la formación de los testículos; bajo su influencia se efectúa el desarrollo
masculino. En su ausencia se establece el desarrollo femenino.

➔ Gónadas:

En un principio las gónadas aparecen como un par de crestas longitudinales: las


crestas genitales o gonadales. Se forman mediante la proliferación del epitelio y
una condensación del mesénquima subyacente. Las células germinales no
aparecen en las crestas genitales antes de la sexta semana del desarrollo.Las
células germinales primordiales se originan en el epiblasto, migran a través de la
línea primitiva y hacia la tercera semana se alojan entre las células endodérmicas
de la pared del saco vitelino cerca del alantoides. Durante la cuarta semana migran
con un movimiento ameboideo a través del mesenterio dorsal del intestino posterior.
Llegan a las gónadas primitivas al comenzar la quinta semana e invaden las crestas
genitales. en la sexta semana. Si no alcanzan las crestas, no se desarrollan las
gónadas. Por eso las células germinales primigenias ejercen una influencia inductiva
sobre la conversión de las gónadas en ovario o testículo.

Antes y durante la llegada de las células germinales primordiales, el epitelio de la


cresta genital prolifera y las células epiteliales penetran en el mesénquima
subyacente. Aquí forman varios cordones de forma irregular: los cordones
sexuales primitivos. En embriones masculinos y femeninos, estos cordones están
conectados al epitelio superficial; es imposible distinguir una gónada masculina de
una femenina. Por eso se emplea la designación gónada indiferenciada.

Ovario:

Tienen una dotación cromosómica sexual


XX y sin cromosomas Y, los cordones
sexuales primitivos se disocian en grupos
celulares irregulares. Estos grupos, que contienen otros de células germinales
primitivas, ocupan la parte medular del ovario. Más tarde desaparecerán y serán
reemplazados por un estroma vascular que dará origen a la médula ovárica.El
epitelio superficial de la gónada femenina continúa proliferando a diferencia del
epitelio del varón. En la séptima semana crea los cordones corticales que penetran
en el mesénquima subyacente, pero permaneciendo cerca de la superficie. En el
tercer mes, los cordones se dividen en grupos aislados de células. Éstas
continuarán proliferando y comenzarán a rodear cada ovogonio con una capa de
células epiteliales llamadas células foliculares. Éstas junto con los ovogonios
constituyen un folículo primario.

Conductos genitales

Fase indiferenciada:

Al inicio los embriones masculino y


femenino tienen dos pares de conductos
genitales: conductos mesonéfricos (de
Wolff) y conductos paramesonéfricos (de
Müller). Los paramesonéfricos aparecen
como una invaginación longitudinal del
epitelio sobre la superficie anterolateral de
la cresta genital. En la región craneal el
conducto paramesonéfrico desemboca en
la cavidad abdominal con una estructura de
tipo embudo. En la región caudal primero
se desplaza en sentido lateral con el
conducto mesonéfrico para luego cruzarlo
ventralmente y crecer en la parte caudomedial.

En la línea media entra en contacto estrecho con el conducto paramesonéfrico


desde el lado contrario. La punta caudal de ambos conductos se proyecta al interior
de la pared posterior del seno urogenital, donde produce una pequeña
protuberancia: el tubérculo paramesonéfrico o de Müller. Los conductos
mesonéfricos desembocan en el seno urogenital a ambos lados del tubérculo.
Conductos genitales en el sexo femenino

En la presencia de estrógeno y en la ausencia de testosterona y de la hormona


antimülleriana, los conductos paramesonéfricos se convierten en los principales
conductos genitales de la mujer. Al inicio se distinguen tres partes en cada
conducto:

● Una parte vertical craneal que desemboca en la cavidad abdominal.


● Una parte horizontal que cruza el conducto mesonéfrico.
● Una parte vertical caudal que se fusiona con su homólogo de la parte
contraria.

Tras el descenso del ovario, las dos primeras partes se convierten en la tuba uterina
o trompa de Falopio, y las partes caudales se fusionan dando origen a la cavidad
uterina. Cuando la segunda parte de los conductos paramesonéfricos se desplazan
en sentido mediocaudal, las crestas urogenitales paulatinamente se ubican en el
plano transversal. Después que los conductos se fusionan en la línea media, se crea
el ligamento ancho del útero a este pliegue que se extiende desde los lados
laterales de los conductos paramesonéfricos fusionados hacia la pared de la pelvis.
La tuba uterina se localiza en el borde superior y el ovario en la superficie posterior.

Los conductos paramesonéfricos fusionados dan origen al cuerpo y cuello del útero,
también a la porción superior de la vagina. El útero está rodeado por una capa de
mesénquima que forma el miometrio y el perimetrio.

Vagina:

Poco después que la punta sólida de los conductos paramesonéfricos entra en


contacto con el seno urogenital, dos evaginaciones sólidas aparecen a partir de la
parte pélvica del seno. Estas evaginaciones, los bulbos senovaginales, proliferan
dando origen a una placa vaginal sólida. La proliferación prosigue en el extremo
craneal de la placa, aumentando la distancia entre el útero y el seno urogenital.
Hacia el quinto mes, la evaginación está canalizada por completo. Los fondos de
saco vaginales se desarrollan a partir del paramesonefros.

Origen doble:

● Parte superior deriva de la cavidad uterina.


● Parte inferior del seno urogenital.

La luz de la vagina y la del seno urogenital están separadas por el himen. Éste
consta del revestimiento epitelial del seno y una capa delgada de células vaginales.

Genitales externos:

Fase indiferenciada:

En la tercera semana del desarrollo, las células mesenquimatosas en la región de la


línea primitiva migran alrededor de la membrana cloacal para formar un par de
pliegues cloacales un poco elevados. En posición craneal con la membrana cloacal,
los pliegues se unen para constituir el tubérculo genital. En la región caudal, se
subdividen en pliegues uretrales anteriores y en pliegues anales posteriores.

Mientras tanto, las protuberancias genitales, se vuelven visibles a ambos lados de


los pliegues uretrales. Más tarde, darán origen a los labios mayores en el sexo
femenino. Al final de la sexta semana resulta imposible distinguir entre ambos
sexos.

Genitales externos en el sexo femenino:

Los estrógenos estimulan el desarrollo de los genitales externos en la mujer. El


tubérculo genital se alarga un poco para crear el clítoris; los pliegues uretrales no se
fusionan como en el varón, sino que se convierten en labios menores. Las
protuberancias genitales se agrandan para dar origen a los labios mayores. El surco
urogenital se abre y produce el vestíbulo.Descenso de los ovarios:

El descenso de las gónadas es mucho menor en la mujer que en el hombre, y los


ovarios terminan situándose debajo del borde de la pelvis verdadera. El ligamento
genital craneal produce el ligamento suspensorio del ovario y el ligamento genital
caudal forma tanto el ligamento del ovario propiamente dicho como el ligamento
redondo del útero.

Bibliografía

Sadler, T. (2016). Embriología Médica Langman (13a ed.). WK.

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