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Art. 233. La mujer no puede ser despedida de su empleo por el hecho de estar
embarazada.
Todo despido que se haga de una mujer embarazada o dentro de los seis
meses después de la fecha del parto debe ser sometido previamente al
Departamento de Trabajo o a la autoridad local que ejerza sus funciones, a fin
de que ésta determine si obedece al hecho del embarazo o es consecuencia
del parto.
Art. 235. Si como consecuencia del embarazo o del parto, el trabajo que
desempeña es perjudicial para su salud o la del niño y así se acredita mediante
certificación expedida por un médico, el empleador está obligado a facilitar a la
trabajadora que cambie de trabajo.
Art. 237. El descanso pre y postnatal nunca será menor, en conjunto, de doce
semanas y, durante el mismo, la trabajadora conservará su empleo con todos
los derechos que del mismo se derivan.
Art. 241. Cuando fuera de los plazos establecidos en el artículo 236 y como
consecuencia del embarazo o del parto la mujer no pueda concurrir a su labor,
lo notificará al empleador y al Departamento de Trabajo.
Art. 242. En caso de ser cierta la imposibilidad a que se refiere el artículo 241,
se concederá licencia a la trabajadora, sin disfrute de salario, siempre que el
empleador esté al día con la cotización de la trabajadora en el Instituto
Dominicano de Seguros Sociales, o ésta disfrute de un seguro o iguala médica,
salvo convención en contrario, por todo el tiempo que los médicos estimen
necesario.
Art. 243. Durante el primer año del nacimiento del hijo, la trabajadora podrá
disponer de medio día cada mes, según su conveniencia, para llevarlo a la
atención pediátrica.