En primer lugar, la pragmatografia refleja la religiosidad en los símbolos

religiosos desde la perspectiva prehispánica en el ensayo “Sacramentos”. En la

cultura prehispánica de América se estableció una correspondencia profunda

entre lo sagrado y la vida social, originando que la cosmovisión de los pueblos

mayas y aztecas se cimentara esencialmente en las diversas deidades y

prácticas religiosas. Esta es la idea que podemos extraer a partir de la

siguiente cita:

Veneran a la serpiente que ella aplasta bajo el pie. Ofrecen incienso a

la serpiente, viejo dios que da buen maíz y buen venado (...)celebran
al dragón, cubriéndolo de flores; (....) adoran la cruz por ser símbolo
de su inmolación, si no porque la cruz tiene la forma del fecundo
encuentro entre la lluvia y la tierra.
 Acompañar paso a paso los ciclos de muerte y resurrección del
maíz es, para los indios, una manera de rezar; (...). Para ellos toda
tierra es iglesia y todo bosque santuario (Galeano, 1994, p. 46?)
 
A través del símbolo serpiente se refleja una deidad de la religión

prehispánica: “Amaru”. La cual representa la fertilidad de la tierra y la caza, “buen maíz

y buen venado”. Esta cosmovisión religiosa se evidencia a partir de la pragmatografía

“ofrecen incienso”, puesto que denota la  gran devoción que se le otorgaba a esta

deidad. Esta es responsable de la sobrevivencia de los pueblos prehispánicos según

su cosmovisión religiosa. Asimismo, la cruz se configura como un símbolo religioso,

dado que según la perspectiva prehispánica representa la conexión entre el mundo

terrenal y el espacio espiritual, “encuentro entre la lluvia y la tierra”, siendo esta una

representación trascendental de su religiosidad. Por otro lado, mediante la

pragmatografía “celebran al dragón [Amaru] cubriéndolo de flores”, se evidencia las

ofrendas humanas. Un ritual común en el espacio prehispánico. Las flores son

configuradas como una representación simbólica de las juventudes que son

sacrificadas en honor a la figura divina del dragón. Esto con el propósito de que este

otorgue protección frente a los enemigos. Esto refleja la desmesurada devoción de los

pobladores, llegando al límite de sacrificar una vida humana por su gran religiosidad.
Este mensaje se acentúa a través de la pragmatografia “acompañar paso a paso los

ciclos de muerte y resurrección del maíz”, dado que refleja su perspectiva mística-

religiosa en prácticas cotidianas como la siembra y la cosecha del maíz. Lo que

evidencia la presencia omnipotente de su religiosidad. En otro plano, mediante el

símbolo del bosque se representa a la naturaleza como un espacio sagrado en el cual

se rompen las barreras físicas entre los pobladores y las deidades, fundiéndose

ambos en uno mismo. Esto connota el sólido vínculo que se forma entre su identidad y

religiosidad. Esto implica desde la perspectiva de Galeano una revaloración de la

religiosidad prehispánica en la sociedad moderna actual. El empleo de la

pragmatografia expone el simbolismo religioso prehispánico. Además, destaca las

múltiples prácticas religiosas y deidades de las culturas Azteca, Tiahuanaco y Maya en

base a valores como el orgullo y la altivez. En síntesis, la pragmatografia refleja la

religiosidad en los símbolos religiosos de la perspectiva prehispánica en el ensayo

“Sacramentos”.