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El ritual de la casa del oso

El rito es la apertura del ámbito y del horizonte de realización de la esencia humana. Aquí se va a
usar la palabra inteligencia e intelecto con el sentido del término griego nous.

Al parecer, entre el 150.000 a.C. y el 30.000 A.C convivieron en Eurasia el oso cavernario, el oso
pardo y el neandertal, se disputaban las cavernas para habitarlas y los neandertales lograban
frecuentemente su objetivo gracias al dominio del fuego. Hay signos de un culto del oso entre los
neandertales en Drachenloch (Suiza), con acumulación y disposición de los huesos del animal y,
especialmente del cráneo, de una determinada manera y en un determinado lugar.

Es posible que los primeros sapiens que llegaron de África fueran carroñeros, y que se alimentaran
con los restos de las presas de los neandertales o de los osos, y que practicaran el canibalismo en
algunos momentos. Parece que esas prácticas cesaron relativamente pronto, y que no tuvieron al
oso cavernario como una de las presas frecuentes en su caza, pero sí al oso pardo en toda la
Europa meridional, y que también practicaron cultos al oso en el ártico desde el 40.000 a.C.

Los pueblos que habitan en la Europa ártica practican todavía en el siglo xx un culto al oso que
mantiene elementos de los ritos practicados en el 40.000 a.C., y que concuerda con los mitos y
hallazgos artísticos que han mantenido esos pueblos durante los milenios que van de entonces
hasta ahora.

La ceremonia de la muerte del oso está dividida en dos actos, la ejecución misma y la fiesta
posterior. Ejecutar a un oso que está protegido por el espíritu guardián de los bosques implica un
ritual muy complejo, que termina con el traslado del oso al hogar. Las mujeres creen que tienen
que mantenerse a una cierta distancia para que el oso no las deje embarazadas. La fiesta de la
celebración de la muerte del oso dura dos días y está llena de simbolismo matrimonial. El oso es
tratado ceremoniosamente y se le escoge un hombre o una mujer joven como su pareja. Durante
una prolongada comida se consume abundantemente carne de oso. Finalmente, la calavera del
oso es llevada en procesión hasta la rama de un pino en lo alto de una montaña.

se puede apuntar un paralelismo con uno de los rituales más conocidos en la cultura occidental
contemporánea, la misa católica. Con este paralelismo se consigue, por una parte, señalar hasta
qué punto en los ritos contemporáneos hay sedimentos de ritos de los primeros sapiens.

El sacrificio primordial

Una versión narrativa abreviada del ritual de la misa católica es la profesión de fe católica, es decir,
el credo. Se pueden establecer ocho elementos en los que coinciden el culto al oso de los pueblos
árticos con la misa y el credo católicos, aunque su momento y posición en el ritual registre algún
cambio, a saber:

1) El dios del cielo envía a la tierra a su hijo-dios.

2) Hay un matrimonio entre el dios del cielo y una mujer humana, de la que nace una tribu.

3) El dios-hijo enviado es muerto por los hombres de un modo cruel y cruento.

4) Se come la carne y la sangre del dios-hijo muerto


5) La carne y la sangre del dios-hijo muerto distribuye vida a toda la comunidad.

6) La muerte del dios-hijo tiene relación con culpas de los hombres (de todos o de unos en
particular)

7) El dios-hijo muerto es de alguna manera ofrenda al dios-padre del cielo

8) El dios-hijo enviado y muerto vuelve al cielo.

Para percibir mejor su concordancia con la estructura del rito sacrificial originario, se puede
comparar con el rito de fumar la pipa de los indios sioux de las praderas de América del norte, que
«se aproxima a la relación de los cristianos con la eucaristía».

La pipa sagrada representa el universo. La cazoleta representa la tierra. El búfalo tallado en ella
representa «los vivientes de cuatro patas», o sea, todos los animales terrestres. La boquilla
representa a «los vivientes que están en pie», o sea, todos los árboles y plantas. Las plumas con
que se adorna la pipa representan «los vivientes con alas». Por una parte, la pipa representa el
macrocosmos. Por otra, representa el microcosmos, porque las partes de la pipa se corresponden
con las partes del cuerpo humano.

Cuando la pipa se llena con yerbas y cortezas, y se aprieta, el universo entero se contiene en el
corazón de la pipa, que es también el corazón del hombre. El hombre, que llena la pipa, se
identifica con todo lo que introduce en ella, y asume todo el universo en su corazón.

Cuando prende fuego a lo introducido en la pipa, presenta la boquilla en las seis direcciones del
espacio (delante, detrás, izquierda, derecha, arriba y abajo), aspira el humo y lo expande, el
hombre deja de ser una parte del cosmos, se funde con cada parte y con el todo y queda
santificado.

Mientras se celebra el ritual se invoca a Wakan-Tanka y se expresa la relación del hombre con el
mundo y con dios mediante el ritual.

La ceremonia de la pipa es más conocida como parte de las celebraciones de treguas y tratados,
porque es también un rito de sanación, de restablecimiento del orden y de reconstitución de la
armonía originaria (justamente como la eucaristía católica).

Algún viviente de la tierra se recoge, se mata, se aprieta o se quema, su vida, que viene del poder
sagrado, se difunde y lo vivifica todo, y retorna al poder sagrado devolviéndolo todo al principio
sagrado del que salió.

Si se toma el ritual de la caza del oso, y de la caza en general, como acto fundacional de cada
sociedad humana, se examinan los ritos de caza desde hace 40.000 años y su persistencia en
formas culturales más tardías.

Todos esos factores pueden ser esenciales en el sacrificio y en los rituales de caza, y los rituales de
caza pueden tomarse como el big-bang de la cultura humana hace 50.000 años, o hace 100.000
años, cuando salen de África antes de o en el momento de esa supuesta mutación que modifica su
cerebro.
Si se define la cultura como el conjunto de los procedimientos de los sapiens para sobrevivir, como
se ha hecho, y los sapiens sobreviven mediante la caza con sus correspondientes ritos (después de
o además del alimento de la carroña y del canibalismo).

El sacrificio es el origen y fundamento de la cultura, incluyendo en la noción de sacrificio desde los


rituales de la caza del oso hasta la misa católica.

El principio de la conciencia es el haber comenzado de la conciencia, el principio del lenguaje es el


haber comenzado la comunicación potencialmente infinita, y el principio de la cultura es el haber
comenzado de la cultura. A partir de ahí, se puede sostener que el fundamento de todo eso es la
represión sexual, como dice Freud, o la alimenticia como dice Harris, la comunicación simbólica
como dicen Durkheim y Lévi-Strauss, la donación y el intercambio universal como dicen Hubert y
Mauss, la violencia como dice Girard, o el binomio ahorro-inversióncomo dice Jacques Attali.

Los ritos son suficientemente explicativos de la génesis y desarrollo del sistema social y del
sistema cultural, como se ha indicado y se verá más detenidamente. Ahora se trata de ver en qué
medida esos ritos son también explicativos de la autoconciencia subjetiva y del reconocimiento
intersubjetivo.

2. CODIFICACIÓN Y DESCIFRAMIENTO DE LOS SÍMBOLOS PALEOLÍTICOS.


La piedra roseta del paleolítico. El primer mandala.

En las ultimas décadas del siglo xx, y en la línea de los trabajos de Leroi-Gourhan y otros sobre los
símbolos del arte parietal, Alexander Marshack descifró algunos calendarios de los primeros
sapiens y Marija Gimbutas propuso una lectura de esos símbolos. De sus trabajos ha resultado la
llamada Piedra Roseta del Paleolítico. Dicha Piedra Roseta es un hueso tallado de la cueva de
Lorthet con símbolos y pictogramas diversos.

1SSSSO0OOOOOOSSS==

2 / / // / / X X X X / / / / / / Y Y Y / / / / / / / /

3 DDDF F F F F F T T T DDD HHHHHH <<<<<<<

4\\\\XXXXX\\\YYY\\\\\

5/0\/0\/O\000OOOSSS==

Los signos circulares de las filas 1 y 5, que no hace falta que sean tan regulares como los ceros y las
O del alfabeto, indican concentración, origen, fuente. Los signos verticales de las filas 2 y 4
inclinados hacia la izquierda o hacia la derecha, las X y las Y significan bifurcación, crecimiento,
emergencia, incisión, golpe. Así es como todavía en los comics actuales se representan los golpes,
las incisiones, las heridas, la ira, o la respiración (esta última suele representarse mediante líneas
que salen de la boca).

Los signos ondulados como una S, horizontal o vertical, o como el signo aritmético igual, de las filas
1 y 5, significan fluir, serpentear, expandirse, como se representan el agua y el mar en los dibujos
infantiles y cómics. Los signos cerrados de la fila 3 como la D, la H o como los de mayor que (>) y
menor que (<) significan rama, espiga, fruto, árbol cuajado, abundancia.
Este alfabeto fenicio, utilizado entre 1200 a. C. y 250 d. C., deriva de la escritura cuneiforme, James
B. Harrod, siguiendo el procedimiento con que se leen algunos pictogramas egipcios, algunos
ideogramas chinos, algunos ideogramas chinos y los pictogramas análogos de las tribus de indios
Ojibway del norte de América (supuestamente los parientes más cercanos a los sapiens franco-
cantábricos), hace una lectura de la Piedra Roseta como un himno o una plegaria, en los siguientes
términos.

A tenor de esta interpretación de Harrod, se puede tomar la Piedra Roseta Paleolítica como una
guía para un ritual, como una representación del cosmos, como una imagen del puesto del
hombre en el cosmos, y como expresión de la relación con él es decir, como la versión más antigua
conocida de un mándala.

Un «mandala» es una representación esquemática del cosmos, del cielo, la tierra y el infierno, del
centro del universo y de lo periférico, de la relación entre lo sagrado y lo humano en él. Un
mandala es una representación de contenido similar al de la pipa de los sioux, y de los retablos
cristianos, pero en el que los momentos y factores salvíficos están representados por elementos
cósmicos naturales, y no por figuras históricas

La palabra mandala es de origen sánscrito y significa «circulo». Designa las representaciones


cósmicas hindúes, pero hay mandalas en casi todas las culturas, construidos de diversos modos y
con gran variedad de materiales: sobre el caparazón de una tortuga, o sobre una tortuga
completa, ubicando en cada campo de su superficie los diferentes poderes y significados, sobre
conchas de moluscos, colmillos de animales, piezas de madera.

La Piedra Roseta, como todo mandala, tiene las funciones de representar el cosmos, de indicar el
puesto del hombre en él y de señalar la dinámica de los ritos, por los cuales la vida sale de su
origen y retorna a él. Un mandala es la codificación de todos los ritos y de todos los mitos. Por otra
parte, el mandala, como símbolo y como ritual, se puede considerar como el modo en que
inevitablemente se encuentra el intelecto consigo mismo, cuando aparece por primera vez. El
intelecto, como los filósofos sostienen, cuando aparece, aparece para sí mismo todo de golpe,
como totalidad y como infinitud, y no puede aparecer ni ser de otra manera.

Así es como se origina y aparece, de golpe, el lenguaje, lo que los psicólogos y neuropsicólogos
llaman la teoría de la mente y lo que los filósofos llaman la subjetividad trascendental.

La aparición del intelecto para sí mismo es lo que los


filósofos llaman fenomenología, y la descripción más
completa del fenómeno quedó plasmada en 1807 en una de
las obras claves de la filosofía la Fenomenología del
espíritu, de G.W.F. Hegel, que aquí se toma como clave para
interpretar la autocomprensión de los primeros sapiens.

2.2 El cuadrado lógico y el protolenguaje paleolítico


La Piedra Roseta del Paleolítico ha permitido una comprensión creciente de los ritos de aquellos
humanos, de su lenguaje y de su escritura. Dicha comprensión, todavía muy debatida desde luego,
se ha intentado mediante la interpretación de unos pictogramas, que son símbolos y signos a la
vez, que desempeñan simultáneamente la función de significante y significado, y que pueden
articularse en estructuras lógicas como las de las gramáticas de las lenguas habladas.

Harrod trabajó sobre el cuadrado aristotélico de oposición entre los términos y sobre las
relaciones entre elementos significativos según las tesis de Saussure y Peirce. Aristóteles clasifica
los juicios del lenguaje en cuatro tipos. A = universal afirmativo; «todo s es p». E = universal
negativo; «ningún s es p». I = particular afirmativo; «algún s es p». O = particular negativo; «algún s
es no-p». Aristóteles sitúa los tipos de juicio en los vértices de un cuadrado y señala el tipo de
relación que hay entre ellos.

A y E son contrarios porque difieren en cualidad siendo universales. I y O son subcontrarios,


porque siendo particulares difieren en la cualidad. A con respecto a O, e I con respecto a E son
contradictorios, porque difieren en cantidad y cualidad. A con respecto a I y E con respecto a O son
subalternos porque difieren en la cantidad.

 Los puntos y momentos desde los cuales la vida surge (pictogramas A)


 los modos en que la vida se despliega y se expande (pictogramas I)
 los modos en que la vida fluye y se irradia a todo (pictogramas O)
 los modos en que la vida fructifica y culmina en una forma desde la que se vuelve a
empezar el proceso (pictogramas E).

Estos son los elementos con los que a través de las experiencias y los rituales se forman las
concepciones del mundo.

Según Harrod, el lenguaje del Paleolítico Superior Europeo es un protolenguaje en la medida en


que cumple todos los requisitos de un sistema semiótico tal como lo define la semiótica. Los
cumple porque:
1) tiene una «semántica fundamental» estructurada por un cuadrado semiótico de campos
semánticos, formando cada uno de ellos un micro-universo semántico, con sus signos propios.

2) tiene una «semántica narrativa», estructurada por unas reglas de transformación de


combinaciones y permutaciones, capaces de generar fórmulas rituales y prohibiciones.

3) tiene un «discurso semántico», un marco general que puede ser percibido y asumido y en que
pueden ser situados un conjunto dado de actores y de acciones, de manera que pueden constituir
rudimentarios relatos de mitos, de dioses o de experiencias humanas.

Un modelo de Piedra Roseta o de mándala como el de Harrod, se puede construir y completar


mediante una clasificación y distribución de los tipos de significantes formando un cuadrado
semiótico-lógico, es decir, disponiendo los diversos significantes en los grupos A-I-O-E. De esta
manera, la lectura de la piedra Roseta podría tomarse como clave para la lectura de una gran
cantidad de ritos y de mándala. Como los ritos tienen cuatro elementos, se pueden establecer
cuatro tipos de significantes para cada uno de los cuatro campos del cuadrado:

La presencia de esos elementos fonéticos y semánticos en las lenguas actuales permite en efecto
pensar que ya existían con esos valores antes de la salida de los sapiens de África. Un cierto
número de esas raíces de Ruhlen se corresponden con los pictogramas de Marschack y Harrod, de
manera que sería posible completar el cuadrado semiótico de los símbolos gráficos con símbolos
acústicos y kinéticos, de manera que se pueda hacer una hipotética reconstrucción completa de
todos los elementos del rito.

La Piedra Roseta se puede leer también como un ceremonial para el rito de la caza del oso, que se
puede representar por una secuencia de pictogramas A - I- O - E, e igualmente el rito de la pipa de
los sioux y el de la misa católica. En efecto, otra versión narrativa de la misa católica, diferente del
credo.

3. La representación del cosmos. Emergencia del nous y del logos

Como es natural, si no hay diferencia entre significante y significado, tampoco hay


correspondencia biunívoca entre significante y significado y, por tanto, hay posibilidad de varios
sentidos y varias interpretaciones para cada icono y para cada secuencia, pero eso no altera el
sentido general de los ritos antiguos como no altera el de los ritos de los cazadores recolectores
actuales.

Si se interpreta así la Piedra Roseta, el cuadrado de Marshack-Harrod no solamente reproduce


performativamente y describe predicativamente, los momentos clave de todos los ritos, sino
también de todos los procesos naturales inorgánicos, orgánicos y mentales, como un mandala
especialmente fecundo, y pone de manifiesto la emergencia de eso que los filósofos han llamado
desde hace mucho tiempo logos, más en concreto el logos trascendental o los transcendentales
del ser.

Las tesis de Marshack y Gimbmutas continúan siendo debatidas, así como la lectura de Harrod de
la Piedra Roseta Paleolítica, pero esa discusión incide sobre el plano y los planteamientos
empíricos, y puede afectar a algunos momentos metodológicos de los procesos argumentativos.
Desde el punto de vista de la esencia y sentido de los ritos, de los procesos vivientes y culturales.
4. Lo sagrado y lo profano. El Phanum.

La vivencia del vivir y sobrevivir mediante la caza y mediante la comida, mediante el sol que
alumbra el campo de caza y mediante el fuego que alumbra el interior de la cueva en que se caza,
se cocina y se come, y mediante la sangre que anima a los vivientes y se derrama en la caza y en la
comida, es la vivencia de los sagrado, de la salvación, del milagro.

Vivencias estrechamente relacionadas con esa experiencia, son la de la admiración descrita a


menudo como comienzo de la filosofía, la de la inspiración artística y la del éxtasis erótico y
místico.

Vivencias estrechamente relacionadas con esa experiencia, son la de la admiración descrita a


menudo como comienzo de la filosofía, la de la inspiración artística y la del éxtasis erótico y
místico. Es legítimo pensar que los primeros sapiens experimentaran algo así ante el sol, el oso
acosado y muerto o el fuego que quema su carne. Como lo experimentan los hombres actuales en
los trances místicos, eróticos y artísticos y, también, en el trance venatorio, aunque quizá para los
primeros sapiens se concentraban en una sola vivencia esas cualidades que ahora están
diferenciadas.

Cuando los sapiens realizan los sacrificios de canibalismo ritual, de osos o de otros animales que
son sus parientes (padres o abuelos), sienten, según la Piedra Roseta de Marshack y Gimbutas, y
según el análisis de los ritos de Rappaport, que tocan el poder, la luz, lo divino, sienten que hacen
transfusiones de vida, de una vida que viene del misterio tremendo y fascinante.

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