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BARRILES DE PAPEL No 20
El término aniquilación pareciera duro para referirse a lo que está sucediendo en una
industria, pero cualquier sinónimo luciría blando para lo que está ocurriendo en la
industria petrolera venezolana, otrora ejemplo de innovación, pujanza y éxitos. Y
más delicado aún es el impacto que tendrá esta situación en el mercado interno y en
la economía del país, con graves daños para el país y sus ciudadanos.
¿Por qué estamos en tan grave situación? Sencillamente porque no se hacen las
inversiones requeridas para mantener y elevar la producción de petróleo y gas, por lo
que la producción está en franco descenso, la actividad de refinación está en
creciente deterioro, el comercio internacional en mengua, la seguridad de las
instalaciones en crisis, el presupuesto no se ejecuta, ya no hay planes de negocios, y
sus recursos humanos están en la peor situación laboral y de adiestramiento.
PDVSA perdió los recursos humanos que se necesitan para manejar una gran
empresa energética de petróleo y gas, que fue capaz de tener un potencial de
producción cercano a los cuatro millones de barriles diarios, que refinaba más de un
millón de barriles en el país y otro tanto en el exterior, que garantizaba el suministro
al mercado interno de hidrocarburos, que organizó un exitoso instituto de
investigaciones y creó una “universidad petrolera”, y que sus índices de incidentes y
accidentes eran tan bajos que ameritaron reconocimientos y premios a nivel
internacional.
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¿Qué hacían esos recursos humanos? Ni más ni menos que contribuir a que la
empresa funcionara como debía ser. Con todo lo que pudiera haberse dicho en forma
negativa de ellos, trabajaban, en las áreas y en Caracas, en un esfuerzo conjunto y
silencioso de planificación continua, aunque muchos no se percataran de ello.
Trabajaban en un proceso de planificación y ejecución continua. Ese personal
insustituible, era evaluado anualmente y remunerado y adiestrado por su desempeño,
sus aportes y logros individuales y colectivos.
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El problema de Venezuela es más grave de lo que piensan los políticos del gobierno y
de la oposición, opinadores, economistas y el ciudadano de la calle. Está
disminuyendo la producción de petróleos medianos, livianos y condensados, que son
los que alimentan nuestras refinerías, de donde salen los productos que se usan en
el mercado interno (gasolinas, diesel, fueloil, kerosén, grasas y aceites entre otros).
Con esos crudos también se produce el gas por tubería y el gas de bombona que
usan las plantas eléctricas, empresas de la CVG, las fábricas de cemento, la
petroquímica y los hogares. Ante esta situación, el país podría verse en una grave
crisis de energía, y tendría la necesidad de importar masivamente gasolinas, diesel,
fuel, kerosén y gas de bombona, a precios por supuesto internacionales, para que
continúen funcionando sus industrias, su parque automotor, marítimo y aéreo, y las
cocinas de cada hogar venezolano. ¿Habrá suficientes dólares para hacer semejante
gasto?
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Para los que piensen que las "gigantescas reservas" de la Faja pueden resolver la
situación, me permito decirles que es cierto que esos crudos extrapesados y
bitúmenes están allí, pero para producir algún día 3, 4, 5, o 6 millones de barriles
diarios (MMBD) de ese gran reservorio se necesita planificación, know-how,
inversiones y apertura y más apertura. Adicionalmente los materiales y equipos
que se necesitarían no están esperando por Venezuela. !Que salga alguien a buscar
las decenas de nuevos taladros para perforación horizontal que se necesitarían para
la Faja, así como todo lo que se requiere para construir nuevos mejoradores,
oleoductos, plantas eléctricas, medidores, materiales para muelles, y pare de
contar!. Y en lo financiero cada barril nuevo de la Faja está por encima de los 20.000
dólares de inversión, y eso lleva mucho tiempo en levantarlo y aplicarlo para ver
materializada esa producción.
Por otra parte, en la situación política actual y con una Ley de Hidrocarburos con
regalías exorbitantes y sin poder ser ajustadas a las realidades de las inversiones, y
con la figura obligada de las empresas mixtas con 60% para PDVSA, sencillamente
no se vislumbra que la Faja pueda aumentar su potencial de producción.
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gobierno. En segundo lugar se verá el efecto en las importaciones (estimadas en
47.000 MM$ para 2007), ya que es el factor que aporta el grueso de las divisas que
se mueven en la Nación.
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venezolana eventualmente también aplicará para las nuevas empresas privadas
que se creen.
5. Abrir el mercado de refinación y el petroquímico a consorcios internacionales
(por las altas inversiones y bajos retornos) con participación accionaria de
capitales venezolanos en las nuevas empresas.
6. Abrir el Mercado Interno de los hidrocarburos masivamente a los particulares
(se necesitan más de 1.500 estaciones de servicio y conveniencias). Habrá que
revisar los precios de los productos.
7. Apoyar las empresas nacionales proveedoras de Bienes y Servicios para que
participen activamente en el desarrollo de las nuevas actividades, donde
puedan tener participación accionaria si lo desean.
8. Y la joya de la corona: crear Ley para distribuir las regalías y los dividendos de
la estatal entre los venezolanos, a través de planes concretos de pensiones,
salud y educación; con distribución de efectivo por el rendimiento de la inversión
del Fondo de Regalías que se crearía con la Ley (prohibiéndole al gobierno
ejecutivo participar de forma alguna en el mismo).
* Después que escribí estos Barriles escuché la interpelación a Luís Vierma: pura
coincidencia que el Vice-presidente de PDVSA haya reconocido la delicada situación
en que está la estatal.