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Licenciatura en Psicología Mixto

Ensayo

SELF – HANDICAPPING

Isis Irazema Baltazar Balmaceda

Psicología Social I

Dr. Juan Pablo Angulo Partida

13 de marzo de 2021
SELF – HANDICAPPING

Todos estamos generalmente ávidos de recibir información precisa acerca de la


naturaleza del medio que nos rodea (Berglas y Jones, 1978) así como también estamos
motivados a profundizar en el medio social y su estructura causal para ganar
entendimiento y un cierto control sobre el mismo (Kelley, 1971 como citado por Berglas
y Jones, 1978). Así pues, que para llegar a este entendimiento procesamos e
interpretamos la información que percibimos de tal manera que construimos
explicaciones en respuesta al ¿por qué? que nos acompaña en el día a día. Atribuimos
causas a las situaciones que vivimos incluyendo, las causas del comportamiento de los
demás y el de uno mismo. Estamos conscientes de que en el mundo social otros nos
observan y en distintas situaciones nos vemos en la posición de explicar las razones de
nuestras acciones cuando por ejemplo, las motivaciones de nuestro comportamiento son
cuestionadas, cuando nuestro comportamiento es mal entendido por los demás y cuando
nuestras acciones se desvían dando lugar a situaciones o resultados indeseables
(Forsyth, 1980) y a veces porque necesitamos reafirmar nuestros propios conceptos.
Para esto, utilizamos estrategias que presentan por otro lado una manera de controlar
las percepciones y atribuciones que los demás puedan tener o crear de nosotros con el
fin de proteger la imagen personal que proyectamos, ejemplo de estas es la que se
conoce como self – handicapping. Self-handicapping es una estrategia que, si no hemos
utilizado alguna vez, por lo menos conocemos a alguien que lo haya hecho, sugiere que
las personas creamos impedimentos que nos permiten excusarnos ante un contexto de
evaluación con la posibilidad de fracaso.

Un estudiante que procrastina y tiene que desvelarse por tres días consecutivos para
poder terminar sus ensayos y estudiar para sus exámenes.
Un golfista que habitualmente llega al campo minutos antes de su juego impidiéndole
calentar apropiadamente.
Un oficial financiero que siempre se toma un par de martinis a la hora de la comida y en
días en que tiene que presentar su reporte a la junta de directores.
Un adolescente que llega a la primera cita con la chica de sus sueños y viste de manera
inapropiada para conocer a sus padres (Rhodewalt, F. 2008).

Todos los enunciados anteriores son ejemplos de self-handicapping. Pero ¿en qué
consiste exactamente? ¿cuáles son sus causas y consecuencias? ¿qué hay más por
saber? Las respuestas a estas preguntas serán abordadas en el presente ensayo.

El término self – handicapping fue introducido por primera vez en el año de 1978 por
Berglas y Jones (Török y Szabó, 2018) quienes lo definieron como “cualquier acción o
elección de contexto performativo que aumente la oportunidad de externalizar (o
excusar) el fracaso e internalizar (aceptar razonablemente el crédito por) el éxito”. En el
supuesto de tener un examen importante en puerta, la decisión de salir de fiesta la noche
anterior en lugar de repasar o simplemente descansar para estar listos para la evaluación
supone el uso del self – handicapping. Si el resultado del supuesto examen no es lo que
esperamos u optimo entonces tendríamos una excusa en el impedimento que
construimos, restándonos responsabilidad interna o disposicional (falta de habilidades)
del fallo y aumentándonos el crédito por el éxito (lo logré a pesar del impedimento)
(Kelley, 1971, como citado por Zuckerman, M., & Tsai, 2005). Por lo anterior, se dice que
los self-handicappers hacen uso del principio de aumento y disminución de Kelley
(Berglas y Jones, 1978). Los pioneros del self-handicapping especularon que la
tendencia proviene de la incertidumbre que concierne el cuan competentes somos
(Berglas y Jones, 1978). Baumgardner (1985, como citado por Kimble, Kimble y Croy,
1998) agrega por su parte que tendemos al self-handicapping cuando nos enfrentamos
a una situación donde se evalúa nuestra competencia y no estamos seguros de
desempeñarnos de la mejor manera en la misma, por lo que cuando se nos presentan
este tipo de situaciones preferimos crear una desventaja que prepararnos para dar lo
mejor de nosotros. Según Leary y Shepperd (1986, como citado por por Kimble, Kimble
y Croy, 1998) las estrategias de self-handicapping se traducen en comportamientos que
pueden tomar dos variantes o tipos. La primera lleva el nombre de behavioral self-
handicapping o self-handicapping conductual y la segunda se denomina self-reported
self-handicapping o self-handicapping auto declarado. El primero tiene que ver con crear
activamente la desventaja o impedimento previamente a la evaluación (Kimble, Kimble y
Croy, 1998)., como ejemplos tenemos el uso del alcohol o drogas tal como lo propusieron
Jones y Berglas (1978). Otros ejemplos de este tipo de self-handicapping son: la
procrastinación (Ferrarri y Tice, 2000), enfrentarnos a una situación performativa sin
incrementar nuestro esfuerzo (Rhodewalt et al., 1984) enfrentarnos a la situación
reduciendo el esfuerzo (Thompson y Richardson, 2001) e incluso el realzar o alabar a
otros (Shepperd y Arkin, 1991) (como citados por Török y Szabó, 2018). En el supuesto
utilizado para ejemplificar el self-handicapping en este texto, podríamos decir entonces,
que la decisión de salir de fiesta que pudo además haber involucrado el uso del alcohol
o drogas se trata de un ejemplo de self-handicapping conductual, sin embargo, quejarse
de malestar por una posible resaca previamente al examen nos da un ejemplo de self-
handicapping auto declarado. El self-handicapping auto declarado son precisamente
esos enunciados con los que pretendemos explicar que debido a factores ocultos hemos
fracasado o fallado (Török y Szabó, 2018). Otros ejemplos de este segundo tipo de self-
handicapping son: expresiones acerca de síntomas físicos o de enfermedad (Mello-
Goldner y Jackson, 1999), quejarse de un dolor exagerándolo (Uysal y Lu, 2010) y
aquellos enunciados que hacen referencia a la ansiedad (Smith et al., 1982) o al estado
de ánimo (Baumgardner et al., 1985) (como citados por Török y Szabó, 2018). De esta
manera, expresiones como “me siento mal”, “me duele mucho la cabeza”, “estoy muy
estresado” utilizados previamente a una situación en la que se nos evaluará suponen
también el uso del self-handicapping.

Ya que la principal motivación detrás de los comportamientos y explicaciones anteriores


es la protección o aumento de la competencia percibida y por consiguiente de la
autoestima, (Zuckerman y Tsai, 2005) una de sus causas es como se mencionó
anteriormente la incertidumbre o desconocimiento de la propia competencia, aquellos
que están seguros de sus capacidades y saben utilizarlas en los diferentes retos que les
presenta la vida son menos propensos a escudarse detrás de estas estrategias, mientras
que en el otro extremo se encuentran aquellos que muy probablemente han disfrutado
del éxito en escasas ocasiones y que no están seguros de su competencia
convirtiéndose en aquellos con más tendencia a involucrarse en este fenómeno. Estas
estas personas a su vez tienden a evadir el fracaso y disminuyen su esfuerzo (Berglas
y Jones, 1978). Tal parece que los mismos autores que propusieron lo anterior ligan el
sentido de competencia con la autoestima porque agregan que aquellos con baja
autoestima son los que tienden a evitar el éxito y obstaculizarse (self-handicapping).
Dicen, además, que esto se debe a que los últimos han tenido una historia en la que el
éxito lo atribuyeron a algo que estaba fuera de su control y se creyeron con suerte,
estando simplemente en el lugar y hora adecuados. Rhodewalt, F. (2008) encontró en
sus investigaciones que además de la historia y autoestima de las personas que están
involucrados en la tendencia al uso del self-handicapping, el género puede jugar un papel
importante. Encontró que los hombres son más propensos a usar la estrategia, aunque
usan más el self-handicapping conductual, las mujeres por su parte tienden a usar más
el self-handicapping auto declarado, esto simplemente comprueba que “sin duda hay
personas más propensas a adoptar las estrategias del self-handicapping que otras”
(Berglas y Jones, 1978). Hasta aquí, se entiende entonces que los “self-handicappers”
sean hombres o mujeres piensan que no hay razón en esforzarse para lograr el éxito, y
que como están inseguros de sus capacidades les da igual lograrlo, no obstante, ante la
mirada de otros se esfuerzan por parecer competentes y en lugar de mejorar sus
habilidades prefieren escudarse detrás de sus quejas e impedimentos que han
construido ellos mismos y los cuales les quitan responsabilidad del resultado de sus
propias acciones e inacciones. El crearse impedimentos y obstáculos sólo está
permitiendo que el fracaso sea inminente, lo que implica una consecuencia negativa del
uso de esta estrategia. También el uso constante de estos impedimentos puede traer
otras consecuencias como el que vivamos apegados a estos, debilitarnos y
eventualmente impedirnos el desempeño apropiado afectando nuestro bienestar
(Zuckerman y Tsai, 2005).

Todo lo anterior parece indicar que no existen consecuencias positivas en el uso del self-
handicapping, sin embargo, en el área experimental de la psicología social, se han
encontrado entre sus beneficios potenciales que el self-handicapping puede reducir la
ansiedad, proteger la autoestima, como se mencionó previamente, aumentar la
atribución de habilidades, e incrementar la motivación interna (Bailis, D. S. 2001).
Por último, mencionar que existen estudios que se han preocupado más allá de buscar
sólo causas o factores y consecuencias del self-handicapping en encontrar maneras de
reducir y prevenir su uso. El primero de ellos se llevó a cabo en el ámbito académico y
demostró la efectividad de la autoafirmación en la reducción a la inclinación de incurrir
en el uso de las estrategias de self-handicapping, partiendo de la premisa de que las
personas necesitan verse a si mismas como “competentes, buenas, coherentes,
unitarias, estables, capaces de tomar sus propias decisiones, capaces de controlar
resultados importantes, entre otros.” (Steele, 1988, p. 262 como citado por Siegel, et al.,
2005). El otro, propone un método que consiste en básicamente “apagar” todas aquellas
actitudes negativas y auto percepciones que amenazan la autoestima, esto a través de
proporcionarle a las personas de valores positivos que los ayuden a el manejo de las
amenazas y la regulación de la autoestima (Schwinger y Stiensmeier-Pelster, 2011).

Self-handicapping es una estrategia que bajo el principio de aumento y disminución nos


permite excusar el fracaso a una causa externa que nosotros mismos construimos y
atribuirnos el crédito en caso de resultar exitosos. Aunque se le atribuyen más
consecuencias negativas que positivas, propone coadyuvar al aumento de la autoestima
además de otros beneficios. Sin embargo, hace falta profundizar en la temática
estudiando este fenómeno en otros ámbitos más allá del académico y de los deportes
donde por dada su naturaleza a presentarse ante una situación de evaluación es más
investigado. Existen otras situaciones y temáticas que podrían ser ligadas y estudiadas
mano a mano con este tema, en el ámbito del trabajo por ejemplo también se tiene
situaciones de evaluación. Relaciones como por ejemplo con el estrés serían
interesantes de abordar. Considerar ampliar el conocimiento y verlo desde otras
perspectivas puede contribuir a encontrar otras consecuencias, beneficios y finalmente
más maneras de prevenirlo y reducir a su tendencia si se encontrara pues que prevalecen
los perjuicios en su uso. A su vez, el estudio de esta y otras estrategias sociales nos
permitirán la mejor comprensión del mundo social que nos rodea.
REFERENCIAS

Bailis, D. S. (2001). Benefits of self-handicapping in sport: A field study of university


athletes. Canadian Journal of Behavioural Science/Revue canadienne des
sciences du comportement, 33(4), 213. https://doi.org/10.1037/h0087143
Berglas, S., & Jones, E. E. (1978). Drug choice as a self-handicapping strategy in
response to noncontingent success. Journal of Personality and Social
Psychology, 36(4), 405–417. https://doi.org/10.1037/0022-3514.36.4.405
Forsyth, D. R. (1980). The functions of attributions. Social Psychology Quarterly, 184-
189. https://doi.org/10.2307/3033621
Jones, E. E., & Berglas, S. (1978). Control of attributions about the self through self-
handicapping strategies: The appeal of alcohol and the role of
underachievement. Personality and social psychology bulletin, 4(2), 200-206.
https://doi.org/10.1177/014616727800400205
Kimble, C. E., Kimble, E. A., & Croy, N. A. (1998). Development of self-handicapping
tendencies. The Journal of Social Psychology, 138(4), 524-534.
https://doi.org/10.1080/00224549809600406
Rhodewalt, F. (2008). Self‐handicapping: On the self‐perpetuating nature of defensive
behavior. Social and Personality Psychology Compass, 2(3), 1255-1268.
https://doi.org/10.1111/j.1751-9004.2008.00117.x
Schwinger, M., & Stiensmeier-Pelster, J. (2011). Prevention of self-handicapping—
The protective function of mastery goals. Learning and Individual Differences,
21(6), 699-709. https://doi.org/10.1016/j.lindif.2011.09.004
Siegel, P. A., Scillitoe, J., & Parks-Yancy, R. (2005). Reducing the tendency to self-
handicap: The effect of self-affirmation. Journal of Experimental Social
Psychology, 41(6), 589-597. https://doi.org/10.1016/j.jesp.2004.11.004
Török, L., & Szabó, Z. P. (2018). The theory of self-handicapping: Forms, influencing
factors and measurement. Československá Psychologie: Časopis Pro
Psychologickou Teorii a Praxi, 62(2), 173-188. Recuperado de:
https://www.researchgate.net/profile/Zsolt-Szabo-
12/publication/324913710_The_theory_of_self-
handicapping_forms_influencing_factors_and_measurement/links/5b25209a0
f7e9b0e374c7cac/The-theory-of-self-handicapping-forms-influencing-factors-
and-measurement.pdf
Zuckerman, M., & Tsai, F. F. (2005). Costs of self‐handicapping. Journal of
Personality, 73(2), 411-442. https://doi.org/10.1111/j.1467-6494.2005.00314.x

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