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Universidad Autónoma De Santo Domingo

Nombre: Mercedes De Jesus Garcia.


Matricula: 1005315.
Sección: 14.
Maestra: Josefina Lorenzo.

1. ¿En qué se basa el deseo de ejercer el control personal? se basa en la


creencia de una persona de que tiene el poder de producir resultados favorables.
Cuando los individuos creen que 1) “tienen lo necesario” para influir en su ambiente y
2) el ambiente responderá a sus intentos de influirlo, harán lo necesario para lograr
que las cosas sean mejores; se sentirán motivados a ejercitar un control personal sobre
los resultados en su vida.

2. ¿Qué es una expectativa? ¿Cuáles son los dos tipos de expectativas? es


una predicción subjetiva de cuánta probabilidad existe de que suceda un
acontecimiento. Ese suceso puede ser un resultado (p. ej., perder cinco kilos) o un
curso de acción que obtenga el resultado (p. ej., correr 20 minutos en una caminadora
sin sufrir un infarto). Cuando los políticos participan en una elección o los atletas
entran en una competencia, estiman la probabilidad de ganar. Antes de que la gente
salte sobre un arroyo o cuente un chiste pasado de tono, estima la probabilidad de
aterrizar sobre terreno sólido. Al anticipar sucesos y resultados, la gente depende de
sus experiencias pasadas y de sus recursos personales para hacer previsiones de qué le
espera en el futuro y de cómo afrontará lo que está por venir. Una expectativa eficacia
es un juicio sobre la propia capacidad para realizar un acto o curso de acción
particulares. La pregunta es: “¿Puedo hacerlo?”. Una expectativa de resultado es un
juicio acerca de que una acción determinada, una vez llevada a cabo, producirá un
resultado particular. La pregunta aquí es: “¿Lo que haga funcionará?”.

3. Hable acerca del control percibido: potencial personal, acción y


control. La figura 9.1 coloca a las interrelaciones entre persona, conducta y resultado
al centro de la motivación de expectativa. Algunos investigadores prefieren utilizar la
terminología alternativa de potencialidad personal (self) → acción → control para
comunicar esta misma idea (Skinner, 1997), de modo que la figura 9.2 presenta esta
terminología alternativa (pero intercambiable). Como se indica en esa figura, la
relación definitoria en el estudio del control percibido es la que existe entre potencial
personal (self) (agente) → control (fines). Las personas expresan esta relación en
preguntas cotidianas como: “¿Puedo mejorar mi salud?” y “¿Puedo mejorar mi
matrimonio?” En otras palabras, el control percibido gira alrededor de la manera en
que el potencial personal (self) (agente) puede ejercer control (fines). La figura 9.2, al
igual que la figura 9.1, presenta la forma en que puede desglosarse el control percibido
en las preguntas más básicas, como: “¿Puedo generar un afrontamiento eficiente?”
(potencial personal (self) → acción) y “¿Mi afrontamiento mejorará mi salud o mi
matrimonio?” (acción → control). De este modo, las figuras 9.1 y 9.2 comunican el
mismo mensaje, pero la segunda figura introduce y destaca el constructo
superordinado más amplio del control percibido (potencial personal (self) → control).

4. ¿Qué es la Autosuficacia? ¿Qué tipo de facultad es? una capacidad más


generalizada en la que el individuo (es decir, la parte relativa a “auto” en autoeficacia)
organiza e instrumenta sus habilidades para lidiar con las demandas y circunstancia
que enfrenta. Es la capacidad para utilizar bien los propios recursos personales dentro
de circunstancias diversas y complicadas. En términos formales, la autoeficacia se
define como el propio juicio acerca de qué tan bien (o mal) se afrontará una situación,
dadas las habilidades que se poseen y las circunstancias que se enfrentan. La
autoeficacia es la facultad generativa en la que la persona improvisa maneras de
traducir mejor sus capacidades personales en un desempeño eficiente.

5.Explique las fuentes de la autoeficacia. Las creencias sobre la autoeficacia no


surgen de la nada; tienen causas y antecedentes. Estas creencias provienen de 1) la
propia historia personal al tratar de ejecutar esos comportamientos específicos, 2)
observaciones de personas similares a uno que también intentaron realizar esas
conductas, 3) persuasiones verbales (palabras de ánimo) de otros y 4) estados
fisiológicos como un corazón acelerado en lugar de tranquilo.

6. ¿Qué son los antecedentes conductuales personales? son los que tienen
mayor influencia, Experiencia vicaria, Persuasión verbal y Estado fisiológico.

7. ¿Cuál es la importancia de cualquier ejecución para la eficacia futura?


depende de la fortaleza de las expectativas preexistentes de la persona. Una vez que la
propia historia personal ha producido un fuerte sentido de eficacia, una ejecución
incompetente ocasional no reducirá en gran medida la autoeficacia (o una actuación
competente ocasional no elevará en gran medida un fuerte sentido de ineficacia). No
obstante, si el ejecutante es menos experimentado (es decir, carece de una historia
personal), cada nueva ejecución competente o incompetente tendrá mayor efecto
sobre la eficacia futura. Éste es un punto muy importante en las situaciones de
enseñanza en las que los educandos ponen en práctica nuevas conductas y actividades.

8. ¿Cuáles son los dos factores de los cuales depende un modelo que
afecte nuestra propia eficacia? Primero, a mayor semejanza entre el modelo y el
observador, mayor será el impacto que tendrá el comportamiento del modelo sobre el
pronóstico de eficacia del observador (Schunk, 1989b). Segundo, mientras menos
experiencia tiene el observador en cuanto a la conducta (principiante), mayor el
impacto de la experiencia vicaria (Schunk, 1989a). De este modo, la experiencia vicaria
es una potente fuente de eficacia para los observadores relativamente inexpertos que
observan el desempeño de otros individuos similares.

9. Explique la persuasión verbal. Entrenadores, padres, maestros, patrones,


terapeutas, compañeros, cónyuges, amigos, espectadores, clérigos, autores de libros
de autoayuda, infomerciales, carteles con lemas inspiradores, calcomanías de caritas
felices y canciones en la radio frecuentemente hacen el intento de convencernos de
que podemos ejecutar en forma competente una acción determinada a pesar de
nuestra arraigada ineficacia si tan sólo hacemos el intento. Cuando son eficaces, las
charlas alentadoras persuaden a la persona a enfocarse cada vez más en sus propias
fortalezas y potenciales y menos en sus debilidades y deficiencias. Las palabras de
ánimo desvían la atención del individuo de las fuentes de ineficacia y la dirigen a las
fuentes de eficacia. Pero la persuasión verbal sólo llega hasta donde la contradice la
experiencia directa. Su validez se restringe a los límites de lo posible (en la mente de
quien ejecuta la conducta) y depende de la credibilidad, pericia y confiabilidad de
quien realiza la persuasión. Los individuos también se animan a sí mismos, en general
en forma de autoinstrucción que puede elevar la eficacia, cuando menos por un
momento.

10. ¿Qué es un estado psicológico anormal? La fatiga, dolor, tensión muscular,


confusión mental y temblor en las manos son señales fisiológicas de que las demandas
de la tarea superan en el momento presente la capacidad del ejecutante para
afrontarlas (Taylor, Bandura, Ewart, Miller y DeBusk, 1985). Un estado fisiológico
anormal es un mensaje privado, pero que consigue obtener atención, y que contribuye
al propio sentido de ineficacia. Por otro lado, la ausencia de tensión, temor y estrés
incrementan la eficacia al proporcionar realimentación corporal de primera mano de
que uno es capaz de afrontar de modo adecuado las demandas de la tarea (Bandura y
Adams, 1977). La dirección causal entre eficacia y actividad fisiológica es bidireccional:
la ineficacia aumenta la excitación y ésta, a su vez, retroalimenta información sobre la
ineficacia percibida (Bandura et al., 1988). La información fisiológica comunica más
evidencias cuando la eficacia inicial es incierta (cuando se realiza una tarea por vez
primera). Cuando se tiene una eficacia relativamente segura, a veces la gente descarta
o incluso reinterpreta estas señales fisiológicas como fuente positiva de eficacia, por
ejemplo, cuando se piensa: “estoy muy emocionado de hacer esto”.

11. ¿Qué ofrecen los antecedentes conductuales personales y la


experiencia vicaria? El grado en que una persona considera que puede realizar en
forma competente un curso específico de acción se deriva de su historia personal al
tratar de ejecutar ese curso de acción en el pasado. La gente obtiene su autoeficacia
actual a partir de sus interpretaciones y recuerdos de los intentos pasados por ejecutar
la misma conducta. La memoria y recuerdos de los intentos pasados por realizar el
comportamiento que se juzgaron como competentes elevan la autoeficacia, en tanto
que la memoria y recuerdo de comportamientos juzgados como incompetentes
reducen la autoeficacia. Por ejemplo, a medida que un niño se prepara para montar en
bicicleta, sus antecedentes personales de ser capaz de realizar esa conducta en
ocasiones anteriores funcionan como información de primera mano acerca de la
autoeficacia en el encuentro actual con la situación. Por supuesto, la historia
conductual de una persona respecto a cualquier curso específico de acción cambia en
pequeño grado con cada nueva realización del comportamiento. La experiencia vicaria
implica observar a un modelo que ejecuta el mismo curso de acción que el individuo
está a punto de realizar (p. ej., “tú hazlo primero y yo te veo”). Ver que otros ejecutan
con habilidad una tarea eleva el propio sentido de eficacia del observador (Bandura,
Adams y Howells, 1980; Kazdin, 1979). Esto se debe a que la observación de otros que
realizan la misma conducta inicia un proceso de comparación social (p. ej., “si él puede,
yo también”). Pero la experiencia vicaria funciona también en sentido inverso, de
modo que cuando se observa que alguien más realiza la conducta de manera torpe,
eso reduce el propio sentido de eficacia (p. ej., “si no pudieron hacerlo, ¿qué me hace
creer que yo sí podré?”; Brown e Inouye, 1978). El grado al que la ejecución de un
modelo afecta nuestra propia eficacia depende de dos factores. Primero, a mayor
semejanza entre el modelo y el observador, mayor será el impacto que tendrá el
comportamiento del modelo sobre el pronóstico de eficacia del observador (Schunk,
1989b). Segundo, mientras menos experiencia tiene el observador en cuanto a la
conducta (principiante), mayor el impacto de la experiencia vicaria (Schunk, 1989a). De
este modo, la experiencia vicaria es una potente fuente de eficacia para los
observadores relativamente inexpertos que observan el desempeño de otros
individuos similares

12. Hable acerca de los afectos de la autoeficacia en el comportamiento.


En contraste, cuando las personas esperan no poder realizar adecuadamente la tarea
requerida, no estarán dispuestas a participar en actividades que demanden esa
conducta. En lugar de ello, aminorarán su esfuerzo, aceptarán en forma prematura los
resultados mediocres y se darán por vencidas ante los obstáculos (Bandura, 1989). En
un sentido más específico, las creencias sobre la autoeficacia afectan 1) la elección de
actividades y la selección de ambientes, 2) el grado de esfuerzo y persistencia ejercido
durante el desempeño, 3) la calidad del pensamiento y toma de decisiones durante el
desempeño y 4) las reacciones emocionales, en especial aquellas relacionadas con el
estrés y la ansiedad. Las cuatro fuentes de eficacia y los cuatro efectos de las creencias
fuertes frente a las débiles se organizan a manera de resumen.

13. Explique la elección: selección de actividades y ambientes. Las


personas eligen continuamente qué actividades realizarán y en cuáles ambientes
ocuparán su tiempo. En general, buscan y abordan con emoción aquellas actividades y
situaciones para las que se sienten capaces de adaptarse o manejar, en tanto que
rehúyen y evitan en forma activa aquellas actividades y situaciones que consideran que
es probable que superen sus capacidades de afrontamiento (Bandura, 1977, 1989). En
un análisis de autoeficacia, a menudo una persona evitará ciertas tareas y ambientes
como un acto de protección personal para resguardarse de la posibilidad de verse
superado por sus demandas y retos. Si un estudiante espera que una clase de
matemáticas o de una lengua extranjera sea abrumadora, confusa y frustrante, la duda
superará a la eficacia y producirá una decisión de evitación, como retraerse de las
discusiones en clase o ni siquiera inscribirse en el curso. Las mismas elecciones de
evitación influidas por la culpa se aplican a las oportunidades sociales, como tener una
cita romántica, participar en deportes, seleccionar (o evitar) un instrumento musical
específico y las carreras profesionales que se siguen y evitan. Las elecciones de
evitación ejercen un efecto profundo, perjudicial y a largo plazo sobre el desarrollo de
la persona (Bandura, 1986). Las creencias débiles en la autoeficacia establecen el
escenario para que las personas rehúyan las actividades y, por ende, contribuyen a
atrofiar el potencial de desarrollo (Holahan y Holahan, 1986). Cuando las personas
evitan una actividad debido a sus dudas sobre su competencia personal, se sumergen
en el proceso autodestructivo de retrasar su propio desarrollo. Si hoy la duda conduce
a una persona a no tomar un curso de lengua extranjera, entonces es probable que su
futuro implique menos viajes, menos interacciones con estudiantes internacionales,
preferencias culinarias más estrechas, creencias nacionalistas más arraigadas, y así
sucesivamente. Asimismo, entre más se eviten tales actividades, más arraigada se
volverá la duda acerca de sí mismo, porque tales personas nunca tienen oportunidad
de probarse que estaban equivocadas y nunca se dan la oportunidad de observar a
modelos expertos o recibir instrucción.

14. Hable acerca del esfuerzo y persistencia. A medida que las personas llevan
a cabo una actividad, sus creencias en la autoeficacia influye en cuánto esfuerzo
ejercerán, al igual que durante cuánto tiempo realizarán ese esfuerzo ante las
adversidades (Bandura, 1989). Las fuertes creencias en la autoeficacia producen
esfuerzos de afrontamiento persistentes dirigidos a superar los reveses y las
dificultades (Salomon, 1984). Por otro lado, la duda conduce a la gente a reducir su
esfuerzo cuando se enfrenta con dificultades o a darse totalmente por vencida
(Bandura y Cervone, 1983; Weinberg et al., 1979). La duda de sí mismo también
conduce a las personas a aceptar de manera prematura las soluciones mediocres.
Cuando se intenta dominar actividades complejas, el aprendizaje siempre está plagado
de dificultades, obstáculos, reveses, frustraciones, rechazos y desigualdades, cuando
menos hasta cierto grado. Para ilustrar este concepto, Bandura y otros investigadores
sobre este tema citan historias sobre esta flexibilidad tomadas del libro de John White
(1978), Rejection. Por ejemplo, Michael Jordan fue eliminado del equipo de baloncesto
de la secundaria cuando cursaba el décimo grado, a Walt Disney lo despidió el editor
de un periódico porque pensaba que “carecía de imaginación” Decca Records declinó
un contrato con los Beatles porque “no les gustaba como sonaban” y J. K. Rowling fue
rechazada por 12 editoriales diferentes antes de que se aceptara su manuscrito de
Harry Potter y la piedra filosofal.

15. Hable acerca del pensamiento y forma de decisiones. La gente que


tiene una fuerte creencia en su eficacia para solucionar problemas sigue siendo
notablemente eficiente en su pensamiento analítico durante episodios de estrés, en
tanto que las personas que dudan de sus capacidades piensan de manera errática
(Bandura y Wood, 1989; Wood y Bandura, 1989). Para lograr su mejor desempeño, la
gente debe utilizar primero el recuerdo de sucesos pasados para predecir el curso de
acción más eficaz. También deben analizar la realimentación para evaluar una y otra
vez el mérito de sus planes y estrategias. Un fuerte sentido de eficacia permite que la
persona siga enfocada en la tarea, incluso ante el estrés situacional y los atolladeros en
la solución de problemas. En contraste, la duda sobre sí mismo distrae a la persona de
tal pensamiento enfocado en la tarea, ya que la atención se dirige a las propias
deficiencias y a las abrumadoras demandas de la tarea. En pocas palabras, la duda
deteriora, en tanto que la eficacia impulsa, la calidad del pensamiento y toma de
decisiones de un individuo durante la realización de una tarea.

16. Explique la emocionalidad. Antes de que los individuos comiencen una


actividad, es típico que ocupen tiempo pensando en cuál será su desempeño. Las
personas con un fuerte sentido de eficacia atienden a las demandas y retos de la tarea,
visualizan escenarios competitivos para las futuras conductas y albergan entusiasmo,
optimismo e interés. Por el contrario, las personas con un débil sentido de eficacia se
concentran en sus deficiencias personales, visualizan los formidables obstáculos que
tienen enfrente y albergan pesimismo, ansiedad y depresión (Bandura, 1986). Una vez
que inicia el desempeño y las cosas comienzan a salir mal, lo fuerte de las creencias en
la autoeficacia mantiene a raya la ansiedad. Sin embargo, las personas que dudan de
su eficacia se sienten amenazadas por las dificultades, reaccionan con angustia ante los
reveses y la realimentación negativa y su atención se desvía hacia sus deficiencias
personales y la emocionalidad negativa.

17. Hable acerca de la potencialidad. Es importante destacar dos cuestiones


prácticas sobre la autoeficacia. Primero, las creencias de autoeficacia provienen de los
antecedentes conductuales personales, las experiencias vicarias, la persuasión verbal y
los estados fisiológicos (p. ej., figura 9.3). Lo que hace que esto sea un asunto práctico
es que las creencias de autoeficacia se pueden adquirir y cambiar. Segundo, el nivel de
autoeficacia pronostica los modos de afrontamiento que pueden denominarse
“funcionamiento competente” o “atribución personal de facultades” (p. ej., superar el
temor basado en la evitación, ejercitar un mayor esfuerzo, persistir ante la adversidad,
pensar con claridad y ejercer control durante el desempeño). De este modo, una vez
aumentadas, las expectativas de autoeficacia proporcionan la base cognitiva-
motivacional que subyace a la propia atribución de facultades.

18. ¿Qué es el programa del moldeamiento del individuo? Un programa


formal para otorgarle facultades a la gente a través de la capacitación en autoeficacia
consiste en emplear un programa de modelamiento del dominio. En este tipo de
programas, un experto en el área de habilidad trabaja con un grupo de personas
relativamente neófitas para mostrarles cómo afrontar una situación que les produce
temor. En el ejemplo anterior, los profesionales atribuyeron facultades a las mujeres a
través de las habilidades de defensa personal; en la escuela, los maestros podrían
utilizar un programa de modelamiento del dominio para atribuírselas a los niños en las
áreas de lectura, uso de computadoras u oratoria en público.
19. ¿Qué reflejan las creencias en el dominio? reflejan el grado de control
percibido que se tiene para lograr resultados deseables y prevenir resultados aversivos
(Peterson et al., 1993). Cuando las creencias de control personal son fuertes y flexibles,
el individuo percibe un fuerte lazo causal entre las acciones y los resultados. Cuando
estas creencias son débiles y frágiles, el individuo percibe que las iniciativas y acciones
personales tienen poco efecto sobre lo que sucede.

20. Explique los modos de afrontamiento. La cantidad de dominio que se


ejerce sobre los resultados depende de manera significativa de cómo se elige afrontar
la situación. El cuadro 9.1 lista una variedad de modos posibles de afrontamiento
(Skinner, Edge, Altman y Sherwood, 2003). Las personas pueden afrontar a través de
tomar una acción proactiva o reactiva, aproximándose al problema y realizando una
acción o evitándolo y alejándose de él, por sí solos o en el contexto de un grupo u
organización, enfocando su atención en el problema a resolver o en la regulación de
sus emociones para manejar mejor lo que les está sucediendo, y también mediante
elegir poner en práctica modos adicionales de afrontamiento.

21. ¿A qué se refiere la orientación motivacional del dominio? se refiere a


una representación fuerte y resistente de uno mismo durante los encuentros con el
fracaso. Con una orientación motivacional de dominio, la persona responde ante el
fracaso permaneciendo enfocada en la tarea y empeñada en alcanzar el dominio a
pesar de dificultades y reveses (Diener y Dweck, 1978, 1980). Por otro lado, una
orientación motivacional de desamparo se refiere a una perspectiva frágil de uno
mismo durante los enfrentamientos con el fracaso. Con una orientación motivacional
de desamparo, la persona responde ante el fracaso dándose por vencida y
retrayéndose, actuando como si la situación estuviese fuera de su control (Dweck,
1975; Dweck y Repucci, 1973).

22. ¿Cómo reaccionan las personas orientadas al desamparo? Las personas


orientadas al desamparo se alejan de los retos, se desmoronan ante los reveses y
comienzan a cuestionar y luego a dudar francamente de su capacidad. En aquellas
ocasiones en las que la realimentación del éxito se convierte en realimentación del
fracaso, los individuos orientados al dominio aumentan sus esfuerzos y cambian sus
estrategias (Diener y Dweck, 1978, 1980).

23. ¿Qué es el desamparo aprendido? Del mismo modo que las expectativas de
eficacia son las bases de la autoeficacia, las expectativas del resultado son las bases del
desamparo aprendido. Cuando la gente participa en una tarea, es típico que esté en
juego algún resultado. Durante tales actividades, las personas hacen pronósticos sobre
qué tan controlable o incontrolable será el resultado posible. Para los resultados
controlables, existe una relación uno a uno entre la conducta (aquello que hace la
persona) y los resultados (lo que le sucede a la persona). En el caso de resultados
incontrolables, existe una relación aleatoria entre conducta y resultado (p. ej., “no
tengo la menor idea de qué efecto tendrá o no tendrá mi conducta sobre lo que me
ocurra”). El desamparo aprendido es el estado psicológico que se produce cuando un
individuo espera que los resultados en su vida sean incontrolables (Mikulincer, 1994;
Seligman, 1974). Reducido a su esencia última, el desamparo aprendido se puede
entender según la magnitud de la relación percibida entre la conducta de la persona y
su destino, o resultado, subsiguiente.

24. Hable acerca del aprendizaje del desamparo. La indefensión o desamparo


se aprende. Consideremos el siguiente experimento con tres grupos de perros a los
que se les aplicó 1) un choque eléctrico inevitable; 2) un choque eléctrico evitable, y 3)
ningún choque eléctrico (grupo control) (Seligman y Maier, 1967). Los perros en los
dos grupos con choque eléctrico fueron colocados en un cabestrillo y se les aplicaron
choques eléctricos leves durante cinco segundos, una vez al día, durante 64 días
consecutivos. En el grupo de choque inevitable, los choques ocurrieron de manera
aleatoria y ninguna respuesta podría eliminar la corriente eléctrica. Sin importar que el
perro ladrara, aullara o se moviera de manera frenética, el choque continuaba durante
los cinco segundos completos. En otras palabras, el choque era inevitable. En el grupo
de choque evitable, el perro podía terminar el choque. Si el perro oprimía un botón
montado en la pared (colocado justo frente a su hocico), el choque se detenía. La
exposición al choque inevitable, al choque evitable y a la ausencia de choque
constituyó la primera fase la fase de aprendizaje del experimento de dos fases. En la
segunda, todos los perros de cada grupo recibieron el mismo tratamiento. Cada perro
era colocado en una caja dividida en la que sus dos compartimientos estaban
separados por una valla a la altura del codo. Ambos compartimientos eran del mismo
tamaño, y similares en casi todos aspectos, excepto que el primero tenía una rejilla en
el piso a través de la cual se podía aplicar un choque eléctrico leve, en tanto que en el
segundo el choque estaba ausente.

25. ¿A qué se refiere la contingencia? se refiere a la relación objetiva entre la


conducta de una persona y los resultados ambientales. El ambiente puede estar en el
hogar, aula, sitio de trabajo, campo deportivo, hospital, relación interpersonal,
laboratorio de psicología y así en forma sucesiva. La contingencia existe en un continuo
que va desde los resultados que ocurren de manera aleatoria, sin contingencia (es
decir, resultados incontrolables) hasta los resultados que ocurren en perfecta sincronía
con el comportamiento voluntario de la persona (es decir, resultados controlables). De
este modo, el grado de contingencia de cualquier ambiente se puede clasificar en un
continuo que va desde 0 (resultados incontrolables) hasta 1 (resultados controlables).

26. ¿A qué se refiere la cognición? Una buena cantidad de interpretación


cognitiva ocurre entre las contingencias ambientales reales y objetivas que existen en
el mundo y la comprensión subjetiva de un individuo acerca del control personal sobre
tales ambientes. Los sucesos mentales distorsionan la relación entre contingencias
objetivas y comprensión subjetiva del control personal y, por ende, estos sucesos
crean cierto margen de error entre la verdad objetiva y la comprensión subjetiva. Tres
elementos cognitivos tienen particular importancia: predisposiciones (p. ej., la “ilusión
de control”); atribuciones (explicaciones de las razones por las que pensamos que
tenemos o no tenemos control); y expectativas, que son las ideas propias acerca del
control personal que tenemos de nuestras experiencias pasadas a nuestra situación
actual. Para ilustrar la importancia de la cognición, pregunte a dos personas que
experimenten la misma contingencia ambiental por qué evitaron una multa de
tránsito, evitaron la influenza, obtuvieron un empleo y demás.

27. Hable del comportamiento. De la misma manera que la contingencia existe


en un continuo, la conducta de afrontamiento para obtener o prevenir un resultado
también sigue un continuo. Por ejemplo, en un acontecimiento traumático, la
conducta voluntaria de afrontamiento de un individuo varía desde muy pasiva hasta
muy activa. Las respuestas de afrontamiento pueden ser letárgicas y pasivas o activas y
asertivas. El letargo, la pasividad y la renuncia tipifican un esfuerzo apático,
desmoralizado, que caracteriza al comportamiento del individuo indefenso (recuerde
la conducta pasiva de los perros en el grupo de choque inevitable). La alerta, la
actividad y el asertividad caracterizan a los individuos que no están indefensos (que
tienen cierta expectativa de control). Para ilustrar la conducta pasiva como un
componente del desamparo aprendido, considere de nuevo las situaciones enunciadas
antes (conducir por la carretera, buscar un empleo, competir con un contrincante).
Considere sus propias conductas de afrontamiento que abarcan el continuo entre
pasivas y activas ante tales situaciones y resultados potenciales. Quien busca empleo y
deja de leer los anuncios en el periódico, de revisar su currículum, de telefonear a los
posibles empleadores, y de levantarse temprano y con entusiasmo para buscar un
trabajo manifiesta el comportamiento apático y desmoralizado de afrontamiento que
caracteriza al desamparo aprendido.

28. Hable acerca del desamparo y depresión. Algunos psicólogos clínicos


consideran a la indefensión aprendida como un modelo de la depresión unipolar que
ocurre en forma natural (Rosenhan y Seligman, 1984; Seligman, 1975). La indefensión
aprendida y la depresión son similares en cuanto a que su causa proviene de las
mismas expectativas: el individuo espera que le ocurrirán cosas malas y nada hará que
pueda prevenir su ocurrencia (Rosenhan y Seligman, 1984). El desamparo aprendido y
la depresión también comparten síntomas (pasividad, baja autoestima, pérdida del
apetito) y estrategias de intervención comunes (tiempo, modificación cognitiva
conductual). El uso del modelo de desamparo aprendido para comprender la etiología
de la depresión unipolar indujo una andanada de investigaciones que produjeron tanto
fuertes críticas (Costello, 1978; Depue y Monroe, 1978) como intenso apoyo (Seligman,
1975). Uno de los hallazgos más emocionantes es que, en comparación con las
personas que no presentan depresión, los individuos con depresión a veces consideran
que los sucesos de sus vidas son menos controlables. Tal descubrimiento condujo a los
investigadores a preguntarse si la tendencia depresiva de las personas en cuanto a
considerar que su mundo es incontrolable podría ser la causa esencial de la depresión
unipolar. Quizá la raíz de la depresión resida en la incapacidad del individuo deprimido
para reconocer que tiene más control sobre los resultados de su vida de lo que él
mismo cree.
29. ¿Qué es el estilo explicativo y como se manifiesta? El estilo explicativo es
una variable relativamente estable, con una base cognitiva, que refleja la manera en
que la gente explica las razones por las que le ocurren sucesos desagradables
(Peterson y Barrett, 1987; Peterson y Park, 1998; Peterson y Seligman, 1984). Los
sucesos negativos le pasan a todo el mundo, pero la gente explica estos reveses con
atribuciones que varían en cuanto a su locus, estabilidad y nivel de control. Un estilo
explicativo optimista se manifiesta como la tendencia a explicar los sucesos negativos
con atribuciones que son inestables y controlables (p. ej., “Perdí el concurso por una
mala estrategia”). Un estilo explicativo pesimista se manifiesta en la tendencia a
explicar los sucesos negativos con atribuciones que son estables e incontrolables (p.
ej., “Perdí el concurso porque soy demasiado pequeño para competir”).

30. ¿Qué es un estilo explicativo pesimista y optimista? Un estilo explicativo


pesimista predispone a los individuos a esta última respuesta darse por vencidos en
momentos de fracaso y adversidad. Cuando un estudiante que tiene un estilo
pesimista enfrenta tales frustraciones y desilusiones educativas (p. ej., calificaciones
decepcionantes, cátedras ininteligibles, textos confusos), típicamente responde con un
estilo de afrontamiento pasivo y fatalista que conduce a una disminución en el
esfuerzo y calificaciones cada vez más bajas (Peterson y Barrett, 1987). un estilo
explicativo pesimista se asocia con fracaso académico, angustia social, enfermedad
física, deterioro en el desempeño laboral, depresión e incluso derrota electoral en las
elecciones presidenciales. estilo explicativo optimista. Las personas con este estilo
tienden a asumir un crédito sustancial por sus éxitos, pero aceptan poca o ninguna
culpa de sus fracasos (p. ej., “No es mi culpa que esté desempleado, divorciado, en
quiebra y que haya tenido un accidente automovilístico el mes pasado. Sin embargo, sí
soy responsable de que mi equipo haya ganado anoche el partido de softball”). Como
podría esperarse, los individuos con depresión rara vez tienen un estilo optimista y no
son vulnerables a la ilusión de control. Provistas con esta predisposición
autocomplaciente de una ilusión de control, las personas con un estilo explicativo
optimista fácilmente ignoran la información negativa relacionada consigo mismas,
imponen filtros que distorsionan la información que llega del exterior e interpretan los
resultados positivos y negativos de modos que les protegen. En cierto sentido, un
estilo explicativo optimista es ilusorio.

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