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Dedicatoria

A mis Padres por su apoyo constante, por su recomendación, por sus

cualidades, por la inspiración constante que nos ha permitido llegar lejos con pericia.
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Agradecimiento

Agradecidos a nuestra gente por su genuina ayuda a lo largo de nuestra

profesión universitaria. A esa multitud de educadores que contribuyeron en el arreglo

escolástico y la dirección consistente durante el ciclo de exámenes.


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Índice

Dedicatoria..............................................................................................................2

Agradecimiento.......................................................................................................3

I. Introducción.......................................................................................................5

1.1. Planteamiento del problema...................................................................6

1.2. Justificación.............................................................................................7

II. Marco teórico.................................................................................................8

2.1. Marco referencial....................................................................................8

2.1.1. Antecedentes históricos del abuso sexual infantil..............................8

2.2. Violencia..................................................................................................9

2.2.1. Consideraciones teóricas, conceptuales y fenomenológicas.............9

2.2.2. Bases biológicas...............................................................................10

2.2.2.1. Carácter aprendido.....................................................................10

2.2.2.2. Factores demográficos...............................................................11

2.2.2.3. Factores económicos.................................................................11

2.2.2.4. Violencia infantil..........................................................................11

2.3. Abuso sexual infantil.............................................................................13

2.3.1. Consideraciones teóricas, conceptuales y fenomenológicas...........13

2.3.1.1. Indicadores de la severidad del abuso sexual infantil................14


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2.3.1.2. Consecuencias iniciales del abuso sexual infantil.....................15

2.4. Definición de términos..........................................................................15

Conclusiones........................................................................................................16

Recomendaciones................................................................................................17

Referencias...........................................................................................................18

Anexos..................................................................................................................19
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I. Introducción

El abuso sexual infantil (ASI) es un tipo de brutalidad que afecta esencialmente a

los órdenes sociales de todo el planeta, sin importar la raza, la cultura, el sexo, la

religión o el bienestar económico; sin embargo, aún hoy apenas se conocen casos,

principalmente por los obstáculos que surgen al intentar establecer una definición y

caracterización.

No obstante, algunos estudios demuestran que los jóvenes que expresan,

comprenden e incorporan las realidades actuales, tienen secuelas insignificantes, en

todo caso, creciendo normalmente; mientras que las personas que no reciben la

consideración y los cuidados fundamentales, son más indefensas genuina e

interiormente.

La mayoría de los casos de ASI ocurren en el clima rápido de la víctima, ya sea

en la familia, en el área o en la escuela; por lo tanto, el temor y la falta de protección,

debido a la apertura constante, energizan su reiteración.

No obstante, teniendo en cuenta aquellos casos cuyo resultado en la

circunstancia de ASI varía de los resultados descritos anteriormente, existen enfoques

que validan la posibilidad de que los jóvenes sobrevivan e intenten fomentar los límites

de la imagen de sí mismos que les permitan afrontar de forma suficiente las

circunstancias problemáticas o de alto estrés, lo que últimamente se ha entendido a

través de la idea de versatilidad, comprendida como la capacidad de vencer las

ocasiones desgarradoras, teniendo la opción de tener una mejora efectiva a pesar de

las condiciones.
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I.1. Planteamiento del problema

En todo el mundo, según UNICEF, la crueldad con los niños ha llegado a límites

nunca vistos, en los que el asesinato es sólo un indicio de algo mayor.

En 58 países, la mayor parte de los niños son víctimas de la brutalidad en sus

hogares o escuelas, y en países como Tanzania, Kenia o Zimbabue, 1 de cada 3

mujeres jóvenes y 1 de cada 6 hombres jóvenes han sufrido algún tipo de maltrato

sexual. Mientras tanto, en otras naciones creadas como Estados Unidos, prácticamente

el 25% de las jóvenes y el 10% de los jóvenes han sufrido algún tipo de episodio

sexual, abuso, robo o ataque.

A nivel latinoamericano en 2012, según el Panorama de la Explotación de la

Infancia del Departamento de Medidas de Equidad, se contabilizaron 346.830

agresiones o violaciones a menores de 12 años o más establecidos.

La ocasión sexual una vez ocurrida produce daños físicos y mentales al menor,

causando zonas de fuerza para un efecto, heridas graves, cambios mentales y de

conducta sexual, modificando igualmente sus asociaciones con los demás, entregando

así la carencia de agravios por parte del maltratado, que muchas veces pasa a una

condición de rechazo, pérdida de confianza y, sorprendentemente, algunas veces una

inusual sensación de indecisión hacia el victimario tendiente a sentimientos como la

trepidación y la hostilidad.

Esta problemática se expande paso a paso en el Perú, según el Servicio de

Damas y Poblaciones Débiles (MIMP) entre enero y septiembre de este año, se han

registrado 356 maltratos sexuales en menores de edad, ocupando el tercer lugar en

casos de agresión.
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I.2. Justificación

La investigación propuesta contribuirá a contrarrestar este problema de los

jóvenes maltratados físicamente, según los elementos considerados para dar medidas

preventivas a los tutores que avanzan en el tratamiento de los niños, o al menos, para

percibir al niño personalmente y sus privilegios, para considerar el giro transformador

del niño, para establecer la compasión y la correspondencia convincente con él, para

abordar sus preocupaciones de una manera latente y pacífica.

Desde el punto de vista hipotético, la presente investigación es significativa

porque descubre esta cuestión y los diferentes factores relacionados: familiares,

financieros y sociales, para limitar el efecto de ser víctimas. Desde el punto de vista

razonable, los resultados obtenidos en este estudio serán de gran utilidad para la

población, ya que proporcionarán datos a los tutores en el hogar y en el entorno, por lo

que se trabajará en la identificación y la revelación, así como en el caso de los niños,

de la cuestión de la sexualidad, para reducir la frecuencia y los daños resultantes del

maltrato sexual.
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II. Marco teórico

II.1. Marco referencial

II.1.1. Antecedentes históricos del abuso sexual infantil.

La peculiaridad del maltrato sexual en niños y adolescentes en la nación tiene

una frecuencia extraordinaria en la familia y en la opinión pública por sus resultados

psicosociales. El maltrato sexual no es definitivamente una peculiaridad más, sea como

sea, hoy es la preocupación y el interés de analistas, especialistas en niños,

trabajadores sociales y de todo el mundo. Este tema es conocido en todos los órdenes

sociales del mundo y en diversos ámbitos sociales.

Los casos de maltrato sexual tienen repercusiones negativas en el desarrollo

psicosocial de los jóvenes, a pesar de que en ocasiones puede provocar fortaleza y, en

otras, segregación. Esta cuestión varía según los diferentes tipos de maltrato a los

jóvenes.

Según Viviano (2014)

El maltrato sexual prohibido está restringido por un montón de leyendas y

convicciones erróneas que deben ser percibidas, a la luz del hecho de que

influyen en la visión de las personas que buscan ayuda y las personas que la

dan, por ejemplo, a). El maltrato sexual es sólo cuando hay agresión o infiltración

por parte del victimario; b) El maltrato sexual es poco común; c) Los

malhechores sexuales están trastornados; d) El maltrato sexual no es difícil de

reconocer; e) Los jóvenes suelen mentir cuando denuncian haber sido

maltratados; f) El maltrato sexual infantil ocurre sólo cuando hay necesidad; g) El


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maltrato sexual es incitado por la persona en cuestión; h) El maltrato sexual

infantil se produce en el hogar; I) El maltrato sexual infantil se produce en el

hogar; j) El maltrato sexual infantil se produce en la familia; k) El maltrato sexual

infantil es cualquier cosa menos un defecto del niño; l) El maltrato sexual infantil

no es definitivamente un problema del niño h) El maltrato sexual infantil ocurre

en lugares singulares y en la oscuridad. I) El maltrato sexual influye en niños o

adolescentes más consolidados. (p. 56-60)

II.2. Violencia

II.2.1. Consideraciones teóricas, conceptuales y fenomenológicas.

La violencia es descrito por Pinheiro (2006) como una cuestión mundial,

considerable y difícil, cuya presencia se remonta a antiguas civilizaciones. Hoy en día,

esta cuestión sigue ocurriendo en todo el planeta en diversas estructuras que están

igualmente bien establecidas en diversas prácticas sociales, financieras y sociales, con

el resultado de ser naturalizadas, inclinadas o legitimadas.

No obstante, se ha establecido una idea ampliamente reconocida:

La utilización intencionada del poder real o del poder, como una cuestión de

hecho, o como un peligro, contra uno mismo, contra otra persona, o contra una

reunión o área local, que causa o tiene una alta probabilidad de causar lesiones,

muertes, daños mentales, problemas de formación o dificultades (Skillet

American Wellbeing Association, 2002).


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II.2.2. Bases biológicas.

Las variables biologicas y naturales, los cambios naturales producidos por el

consumo de alcohol y medicamentos, y la cooperación con un clima perturbador

incrementan la inclinación a mostrar formas de comportamiento enérgicas y rudas. Los

encuentros juveniles, por ejemplo, la falta de atención física y cercana al hogar o la

apertura del niño recién nacido al salvajismo horrible son pertinentes en la asociación

de la mente adulta, ya que modifican el avance del sistema sensorial focal, inclinándolo

hacia la brutalidad; estas ocasiones además se suman a su recogida, subrayando la

comunicación entre lo natural y lo ecológico.

II.2.2.1. Carácter aprendido

La forma brutal de comportarse puede ser estudiada por primera vez en el

hogar, sobre todo al observar y emular la forma contundente de comportarse de los

tutores, de otros familiares o incluso de los personajes que aparecen en programas de

comunicación amplios (Bandura, 1973, c.p. Buvinic et al., 2005, p. 173).

Los estudios muestran una enorme conexión entre la explotación durante la

juventud (tanto en las personas que sufren abusos como en las que son testigos de

constantes maltratos por parte de otros familiares) y la posterior predisposición a

comportarse de forma salvaje (Dahlberg, 1998, c.p. Buvinic et al., 2005, p. 173).

II.2.2.2. Factores demográficos

La edad, el género y la densidad poblacional, son aspectos remarcables en

patrones culturales autoritarios que reproducen la violencia.


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II.2.2.3. Factores económicos

El agresor, luego de examinar la relación costo-beneficio, toma la decisión

racional de realizar alguna acción violenta. Una revisión más minuciosa de las causas

de la violencia señala la existencia de factores de riesgo que, en algunos casos, serán

las causas directas, mientras que en otros incrementarán la probabilidad de ocurrencia.

II.2.2.4. Violencia infantil

Buvinic et al. (2005) expresan que la brutalidad contra los jóvenes es normal en

América Latina y que la edad es uno de los factores del segmento que más influye en

la probabilidad de ser agresor o víctima.

Del mismo modo, Pinheiro (2006) agrega que la probabilidad de experimentar

brutalidad real se expande en los jóvenes más jóvenes, y es más normal en los

hombres jóvenes.

En este sentido, la brutalidad contra los jóvenes puede ser rastreada en varios

espacios; no obstante, Unicef (2006) afirma que la probabilidad se expande en las

condiciones acompañantes:

En el hogar y la familia. La familia es la principal responsable de la seguridad,

tanto física como profunda, de los jóvenes a su cargo; sin embargo, en los últimos

tiempos se ha producido una expansión del salvajismo infantil por parte de los tutores u

otros familiares, una realidad que en general pasa desapercibida para todos, ya que se

encubre como disciplina.


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En las escuelas y entornos educativos. La escuela es el segundo lugar más

importante para los niños, ya que es un espacio de aprendizaje y seguridad; sin

embargo, también están más expuestos a la violencia, ya sea como víctimas o como

agresores.

En los establecimientos de seguridad y equidad. Según la información recogida

por Unicef (2006), aproximadamente 8 millones de jóvenes en todo el planeta están

estandarizados (especialmente por razones de sangre). En estos espacios, la

brutalidad puede provenir de otros jóvenes o de sus figuras parentales, que utilizan la

disciplina real como tipo de disciplina.

En el entorno laboral. A pesar de que el trabajo de los jóvenes es ilegal en varias

regiones del planeta, hay numerosas naciones en las que todavía es habitual. La

simple realidad de hacer este entrenamiento es vista como una demostración de

brutalidad; en cualquier caso, dentro del movimiento real, se utilizan diferentes

hostilidades (físicas, sexuales o mentales) como un tipo de coacción para asegurar la

ejecución del trabajo.

A nivel local. Por último, el ámbito local es otro clima en el que los jóvenes

pueden encontrar cobertura, a pesar de que también pueden ser supervivientes de

demostraciones de salvajismo, ya sea por parte de sus amigos, de reuniones

criminales o policiales, de los medios de comunicación (donde la maldad está

normalizada), de la web (fuente de ciberacoso), entre otros.


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II.3. Abuso sexual infantil

II.3.1. Consideraciones teóricas, conceptuales y fenomenológicas.

El maltrato sexual es un tipo de abuso que influye innegablemente en todos los

órdenes sociales del planeta, siendo la población infantil una de las más

desamparadas. Orjuela y Rodríguez (2012) caracterizan el maltrato sexual infantil (ASI)

como:

Incluye la carga de formas de comportamiento de sustancia sexual por parte de

un individuo (un adulto u otro menor de edad) hacia un niño, completado en un

entorno de disparidad o desviación de la fuerza, por lo general a través de la

duplicidad, el poder, las falsedades o el control... puede incorporar el contacto

sexual, aunque también ejercicios sin contacto directo como el exhibicionismo, la

apertura de los jóvenes a material explícito, la preparación o la utilización o el

control de los niños para el desarrollo de material visual con sustancia sexual. (p.

7).

Los jóvenes que corren más peligro de ser sobrevivientes del abuso son

aquellos que tienen capacidades disminuidas para oponerse a la agresión, incluyendo

a las personas que presentan diferimientos formativos, discapacidades físicas y

además mentales; los individuos que aún no se manejan con el lenguaje comunicado;

las personas que, por diversas razones, no pueden desvelar a otros familiares o

especialistas; y los niños con necesidades de amor y conexión, que generalmente se

sentirán inseguros y halagados por la consideración que reciben del posible victimario.

Frente a esta realidad, varios elementos han adoptado proyectos para

salvaguardar y prevenir el maltrato de niños y jóvenes. La Asociación Mundial del


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Bienestar (2016) afirma que parte de los movimientos realizados en varios países han

consistido en prevenir "... su presencia en la familia, y después llevarlo a niveles

sociales, proponiendo tipos de mediación que buscan disuadir su coherencia en un

público general donde ganan la hostilidad y la viciosidad".

II.3.1.1. Indicadores de la severidad del abuso sexual infantil

De esta manera, UNICEF (2000) afirma que la alta incidencia es

significativamente más preocupante a la luz del hecho de que el mal uso, en su mayor

parte, ocurre dentro de la familia, donde en general se hará imperceptible a la luz del

hecho de que es visto como intocable:

Teniendo en cuenta que la mayor parte de las veces el maltrato es perpetrado

por el padre, el padrastro, el abuelo, el hermano, el tío u otro pariente masculino de la

persona en cuestión o, al menos, por un individuo de confianza dentro de la familia, los

privilegios del niño se pierden en su mayor parte para salvar el gran nombre de la

familia y del adulto legítimamente culpable de la agresión (Unicef, 2000). Sin embargo,

aunque en general las víctimas optan por permanecer en silencio, el maltrato se

conoce normalmente de forma incidental, a través de señales específicas que permiten

a los que están cerca del niño aceptar el maltrato.

Por otra parte, los resultados del ASI en sus víctimas son increíblemente

diferentes y dependen de varios factores como la situación única, los atributos del

maltrato, su recurrencia, la relación actual con el agresor (cuanto más notable sea el

nivel de cercanía con el agresor, más notable será el grabado mnémico), los impactos

relacionados con su revelación, etc.


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En este sentido, Pereda (2009) ofrece una auditoría refrescada de los

concentrados más delegados en relación con los indicadores mentales o resultados

mentales que influyen en varias regiones de la vida de la víctima y que suelen ocurrir

en los principales años después del maltrato.

II.3.1.2. Consecuencias iniciales del abuso sexual infantil

En cuanto a él, Padilla (2011) señala que los jóvenes maltratados presentan más

efectos secundarios y problemas mentales en la edad adulta, siendo la tasa varias

veces superior a la de todos. De este modo, la Tabla 8 determina los resultados a corto

y largo plazo del ASI en el campo del bienestar psicológico

II.4. Definición de términos

Abuso sexual: Es toda interacción donde se utiliza a un niño, niña o adolescente

para la satisfacción sexual de una persona adulta sin su consentimiento.

Violación: Acceso carnal por vía vaginal, anal o bucal del menor.

Factor familiar: Las prácticas de crianza que se traducen en desamparo la falta

de información sobre la sexualidad en general, impiden al menor a identificar riesgos.

Violencia familiar: Es un concepto que designa aquellos actos violentos

recurrentes que uno o más integrantes de una familia ejerce contra uno o varios de sus

miembros.

Acoso sexual: Es un conjunto repetido de gestos como miradas insistentes,

tocamientos y/o palabras (comentarios groseros, rumores) que tienen una connotación

sexual hacia una persona de forma no consentida.


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Conclusiones

Los elementos singulares de la familia desintegrada son factores de riesgo

ineludibles en el maltrato sexual de los jóvenes, ya que son los que más víctimas

tienen, especialmente las jóvenes, las señoras y las adolescentes.

Los elementos de la familia reconstituida son factores de alto riesgo en el

maltrato sexual en jóvenes, la viciosidad intrafamiliar, el ambiente poco amigable, la

desatención y evasión de los padres y el conflicto a los problemas que surgen en la

familia.

Los agresores del maltrato sexual en compañeros de vida son individuos afines

de la familia, varones, adultos o jóvenes, impregnados de machismo, como contribuye

monetariamente a la alimentación y vestimenta familiar.


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Recomendaciones

Utilizar programas estatales para la consideración de los jóvenes cuando los

tutores salen a trabajar.

Fomentar proyectos preventivos, por ejemplo, estrategias públicas en las que el

ámbito local pueda criticar estas manifestaciones para que no sean toleradas, por

ejemplo, la jefatura de policía, el Servicio de Empresas de Damas y la Defensoría del

Pueblo, así como el asesoramiento en las escuelas mediante charlas preventivas.

Preparar al profesorado de equidad y bienestar para avanzar en una mejor

mediación en casos de maltrato sexual pervertido.


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Referencias

1. Buvinic, M., Morrison, A., & Orlando, M. (2005, enero-marzo). Violencia, crimen y

desarrollo social en América Latina y el Caribe. Papeles de Población,

11(43), 167- 214. Disponible en:

http://www.redalyc.org/pdf/112/11204309.pdf.

2. Organización Panamericana de la Salud. (2002). Informe mundial sobre la

violencia y la salud: resumen. Washington, D.C.: Oficina Regional para las

Américas de la Organización Mundial de la Salud.

3. Orjuela, L., & Rodríguez, V. (2012). Violencia sexual contra los niños y las niñas.

Abuso y explotación sexual infantil: guía de material básico para la

formación de profesionales. España: Save the Children.

4. Padilla, R. (2011). Trastornos de personalidad en víctimas de abuso sexual

infantil. Actas Esp Psiquiatr, 131-139.

5. Pinheiro, P. (2006). Informe mundial sobre la violencia contra los niños y niñas.

Estudio del secretario general de las Naciones Unidas sobre la violencia

contra los niños. Nueva York: Naciones Unidas.

6. UNICEF. Boletín informativo, diciembre 2018.

7. Viviano, T. (2004) Maltrato y abuso sexual en niños, niñas y adolescentes: Una

aproximación desde los casos atendidos en las GEM. Lima. Mimdes.


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Anexos

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