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1. Marca objetivos
Al comienzo de cada año o cuando un empleado se incorpora a la empresa es importante
reunirse para establecer objetivos que servirán para medir el desempeño de cada
miembro de la compañía.
La mejor manera de hacerlo es utilizar el marco SMART para que cada uno de los
objetivos cumpla los siguientes requisitos:
o Specific = específico.
o Measurable = medible.
o Attainable = alcanzable.
o Relevant = relevante.
o Timely = a tiempo.
Por ejemplo:
Dick Grote, autor del libro “How to be good at performance appraisals”, comenta la
importancia de celebrar sesiones previas con cada uno de los empleados para
definir objetivos y explicar cuáles serán los procesos de evaluación,
consecuencias, etc. “Esto produce una mejora inmediata del rendimiento porque
todos los empleados saben lo que el jefe espera”, explica. Y añade: “así se
obtiene el derecho de responsabilizar a cada una de las personas a final de año”.
3. Definir los indicadores de evaluación de desempeño
Al decidir cómo evaluar el desempeño laboral de la plantilla, hay que
definir indicadores de evaluación de desempeño. Estos son métricas clave que te
permitirán cuantificar la calidad del trabajo realizado por los empleados. Estas
métricas irán en consonancia con las competencias a medir en la evaluación de
desempeño.
o Ingresos generadores.
o Horas extras realizadas.
o Número de errores.
o Productos defectuosos.
En los días previos pide el feedback de otras personas que trabajen con el
evaluado y haz un repaso de las notas, evaluaciones previas, etc. Es decir,
prepara la reunión y deja por escrito su evaluación final.
Grote propone ser directos. “La mayoría de las personas son buenos profesionales
por lo que deberíamos concentrarnos en las cosas que han hecho bien ”, explica. Este
método, según el experto, tiende a motivar a las personas que ya son
competentes en sus trabajo.
Sin embargo, para ese pequeño grupo de empleados que no están dando lo
esperado, recomienda no “endulzarles” las noticias. Las evaluaciones de
desempeño son una oportunidad de confrontar los problemas, poner sobre la mesa
el bajo rendimiento y exigir mejoras. “Con el paso del tiempo, esa persona no
recibirá ascenso ni tampoco obtendrá un aumento. No le estás haciendo ningún
favor evitando sus deficiencias”, explica.
6. Pide al evaluado que comparta una auto-crítica
Otro de los objetivos de estas reuniones es invitar al empleado a hacer una
reflexión propia sobre su desempeño y redactar una autoevaluación. Esto no solo
le ayuda a sentir que tiene algo que decir en su evaluación, sino que además le
obliga a mirarse al espejo y analizar qué ha hecho los últimos doce meses.
Para guiar al personal, podemos enviarle una serie de preguntas orientativas a las
que deberá responder:
o ¿Cómo han sido los últimos meses para ti?
Si, en general, la evaluación ha sido positiva debemos repasar los puntos fuertes
del empleado y, sino, ver las áreas de mejora ofreciendo críticas constructivas. De
esto último puede salir un plan de formación o mentoría.
Este debe incluir un par de párrafos introductorios con los comentarios generales
del evaluador, los resultados obtenidos y los próximos pasos acordados.
"Ana está superando las expectativas en su papel de junior. Aporta actitud positiva,
soporta la presión y está siempre pendiente de los detalles.
Ana trabaja bien dentro de un equipo y demuestra liderazgo entre sus compañeros más
jóvenes. Se ha ofrecido voluntaria para participar en diferentes proyectos y ha
desarrollado buenas relaciones con muchos clientes.