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La orientación personal y
vocacional.
Guía de Conceptos
Unidad III
Orientación Educacional y Vocacional II – Unidad III
Contenido
INTRODUCCIÓN ................................................................................................................................... 2
FORMACIÓN DEL AUTOCONCEPTO EN EL NIÑO ...................................................................................... 3
DEFINICIÓN DE AUTOCONCEPTO ...................................................................................................... 4
TÉCNICAS PARA MEJORAR LA AUTOESTIMA DEL NIÑO ........................................................................ 5
ORIENTACIÓN Y EDUCACIÓN ............................................................................................................... 7
LA EDUCACIÓN MORAL COMO EJE DE LA EDUCACIÓN ......................................................................... 7
LA ORIENTACIÓN Y EDUCACIÓN SEXUAL ........................................................................................... 9
LA ORIENTACIÓN VOCACIONAL, FACTORES Y PROCESOS ................................................................. 10
TÉCNICAS DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL ........................................................................................... 12
TÉCNICAS SUBJETIVAS ................................................................................................................. 12
TÉCNICAS OBJETIVAS ................................................................................................................... 13
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS ......................................................................................................... 14
Introducción
Podríamos decir que entender e interpretar la conducta del niño resulta sumamente complejo,
ya que cada patrón de comportamiento puede admitir diversas explicaciones, que
dependerán en gran medida de los marcos teóricos de referencia que se tengan en relación
con el desarrollo infantil. Actualmente, el campo de estudio e investigación sobre el desarrollo
del niño se ha multiplicado, principalmente en aspectos relacionados con el ámbito educativo
y los procesos de aprendizaje, las teorías y enfoques más importantes proporcionan de
manera conjunta explicaciones para comprender mejor la evolución de los diversos dominios
que conforman la personalidad.
Respecto a la educación preescolar, los sujetos principales del proceso educativo son los
niños, cuyas edades fluctúan de 3 a 5 años, y que en esa etapa se encuentran en plena
construcción de las estructuras operacionales que sustentan sus aprendizajes posteriores,
también está en proceso la formación del autoconcepto que se afirmará positivamente si las
relaciones sociales que establecen con los otros se dan en un marco de afecto, respeto y
cooperación.
Es así que en esta lectura vamos a analizar en primer lugar, la formación del autoconcepto
en el niño así como las técnicas para mejorar la autoestima en la escuela, en segundo lugar,
hablaremos de la orientación y la educación, centrándonos en la educación moral y sexual
en la escuela y finalmente analizaremos las técnicas de orientación vocacional.
Fuente: Extraído de International Journal of Developmental and Educational Psychology, Nº 1, 2008. ISSN: 0214-9877. pp 15.
Podemos llegar a la conclusión de que existen varios elementos, cada uno emergente en un
momento diferente, que son fundamentales en el desarrollo del autoconcepto: la valoración
recibida por los otros, las experiencias de éxito y fracaso, las comparaciones sociales y,
finalmente, la elaboración del marco interpretativo propio (Fernández y Goñi, 2008).
Definición de autoconcepto
El autoconcepto hace referencia a las percepciones que el individuo tiene de sí mismo.
Es una formación cognoscitiva que se crea a partir de una mezcla de imágenes de lo que
somos, de lo que deseamos ser y de lo que manifestamos a los demás (González y Tourón,
1992). Se trata de un conocimiento que no está presente en el momento del nacimiento, sino
que es el resultado de un proceso activo de construcción por parte del sujeto a lo largo de
todo su desarrollo evolutivo.
“El autoconcepto se construye y define a lo largo del desarrollo por influencia de las
personas significativas del medio familiar, escolar y social, y como consecuencia de
las propias experiencias de éxito y fracaso” (Machargo, 1991, pp.33).
Por consiguiente, podríamos decir que el éxito y el fracaso se mezclan en la vida de toda
persona; la experiencia del éxito genera un sentimiento de eficacia y de valía, lleva a verse
de forma positiva, a confiar en la capacidad propia para solucionar problemas y a proponerse
metas elevadas con expectativas de éxito. Las primeras experiencias de este tipo ocurren en
la escuela.
Es importante considerar que, es a partir de los 5-6 años, cuando empezamos a formarnos
un concepto de cómo nos ven nuestros mayores (padres, maestros), compañeros, amigos,
etc. y las experiencias que vamos adquiriendo.
Asimismo, cuando un niño tiene una buena autoestima, se sabe valioso y competente, y
entiende que aprender es importante, con lo cual no se siente disminuido cuando necesita
ayuda. A la vez, es responsable, se comunica bien y es capaz de relacionarse
adecuadamente con otros.
A diferencia, un niño con baja autoestima no confía en sí mismo y por lo tanto tampoco en los
demás. Suele ser tímido, hipercrítico, poco creativo y en ocasiones puede desarrollar
conductas agresivas, de riesgo y desafiantes. Por lo tanto, esto provoca rechazo en los
demás, lo que a su vez repercute en su autovaloración.
son valores sociales admitidos y el niño los tiene, se le facilitará una buena autoestima. Pero,
además, es importantísima la consideración y crítica que reciba por parte de los adultos, sobre
todo de aquellos más significativos para el niño (mientras más importante sea una persona
para él o ella, mayor valor tendrá su opinión y mayor será la influencia en la percepción que
se va formando de sí mismo).
También es digno destacar que, todos los niños alguna vez, demostrarán síntomas de baja
autoestima. Los padres deben poner atención a ciertos tipos de comportamiento que no dan
indicación de desaparecer. Si el esfuerzo para mejorar la autoestima del niño no da buen
resultado, deberían consultar a su pediatra o a un profesional de salud mental, para que los
pueda orientar a mejorar.
La imagen corporal y la autoestima están muy relacionadas; la imagen mental que uno tiene
de su apariencia física, puede afectar a cómo se ve como persona. Los padres deben hablar
con sus hijos e hijas sobre estos temas, dando mensajes positivos y apropiados a su edad,
que les ayuden a sentirse mejor sobre sí mismos (Machargo, 1991).
Los estudiantes que presentaron autoestima adecuada, también obtuvieron altos niveles en
creatividad, mayor autonomía, menor impulsividad y mejor rendimiento académico.
La autoestima es una necesidad emocional, que en el caso de los niños depende también de
su entorno familiar y académico. Los profesores tienen que entender que su profesión no
termina en el ejercicio de dar unos contenidos teóricos: están tratando con personas, por ello,
tienen que educar en base a la individualidad que muestra que cada niño es diferente y tiene
unas necesidades concretas. Villegas (2017) nos brinda algunas pautas para potenciar la
autoestima de sus alumnos:
Un alumno es un todo
Cada alumno/a tiene
un talento. integral, como
persona
Orientación y Educación
Tomando en consideración distintas conceptualizaciones del término, se entiende la
Orientación como un proceso de ayuda a la persona para que pueda elegir y tomar las
decisiones vocacionales adecuadas, como forma de asesorar para la resolución de
problemas personales y/o sociales, como modelo de intervención con función asistencial y/o
como eje transversal del currículo (Martínez, 1998).
Podríamos definir, que los comienzos de la Orientación Educativa, hay que situarla a
comienzos del Siglo XX y tiene un origen fuera del mundo escolar. En un momento histórico
de profundas reformas sociales, en especial con el desarrollo de la tecnología industrial, lo
que generó la necesidad de enseñar nuevas profesiones. En este marco contextual, se crea
en Boston, de la mano de Frank Parsons, el primer Buró profesional de Orientación
Vocacional (“Vocational guidance”) en 1908, con la finalidad de facilitar y orientar a las
personas de acuerdo a sus más idóneas capacidades. La labor desempeñada por Parsons
estaba centrada específicamente en el mundo laboral, fuera de las aulas. Tras su muerte,
con los años, el buró se fue transformando en lo que terminó siendo el Departamento de
Orientación Profesional dependiente de la Universidad de Harvard (Repetto, 2008).
De esta manera, en palabras de Repetto (2002) “El año 1920 suele tomarse como punto de
partida en el desarrollo de la orientación en las escuelas hasta alcanzar su estatus actual,
como campo profesional y con diversos programas para los estudiantes. De este modo,
aparece en primer lugar la figura del profesor que dedica ciertas horas al día o a la semana a
la función orientadora, sustituido más adelante por un orientador con dedicación a tiempo
completo (pp. 44-45)”.
En el fondo y en última instancia, estos aprendizajes pretenden dotar a la persona del bagaje
necesario para su integración social y cultural y para su inserción en la vida activa del grupo
al que pertenecen. A través de la educación se procura así que las personas logren niveles
progresivos de desarrollo y de participación en los ámbitos del trabajo, del tiempo libre, de las
relaciones interpersonales y de la cultura (Martínez, 1995).
La educación moral así entendida no es algo nuevo, es condición necesaria para la práctica
de una educación integral, es práctica habitual en muchas instituciones pedagógicas que,
preocupadas por la persona de sus alumnos y alumnas, enfatizan esta dimensión de la
formación humana; pero también es una práctica infravalorada, no comprendida en sus justos
términos e, incluso, confundida con la educación religiosa, la educación política y la educación
cívica y social.
Es imposible negar la importancia de la educación moral hoy, a pesar de que puedan existir
confusiones terminológicas o identificaciones inadecuadas que algunos aún no han superado.
Es urgente y necesario ocuparse de la educación moral y no entenderla como alternativa a la
religión, ya que la primera es necesaria para toda formación humana y no puede ser sustituida
ni confundida con la segunda, que persigue y se basa en modelos de educación con valores
propios y definidos.
Por ello, los orientadores deben contar con los conocimientos adecuados y los insumos
acordes con sus propias demandas y las de sus educandos; requiere tener en cuenta las
necesidades del entorno social para responder de manera adecuada a las exigencias de
brindar, a las nuevas generaciones, una formación en la dimensión de la sexualidad humana
con carácter científico, significativo y profesional, para que los vínculos afectivos y sexuales
adquieran niveles de funcionalidad adecuados, así como una educación sexual bien
cimentada y libre de sesgos, tanto conceptuales, actitudinales, como procedimentales
(Fallas, 2009).
Los orientadores y todas aquellas personas que se encuentren involucradas con el hacer
educativo deben conocer las distintas teorías y modelos de sexualidad y de la
educación sexual, así como las consecuencias que contrae situarse en uno u otro
modelo para nuestra propia vida, y en la construcción de sexualidad con la cual abordamos
el proceso de enseñanza y aprendizaje.
Podemos definirla como un proceso que tiene como objetivo despertar intereses
vocacionales, ajustar dichos intereses a la competencia laboral del sujeto y a las
necesidades del mercado de trabajo. El primer paso de la rehabilitación vocacional es la
elección de un interés realista que permita al sujeto alcanzar su meta laboral (Repetto, 2002).
Motivación
laboral
Busqueda de
Preferencias
empleo y
laborales
formación
Limiraciones Percepción
laborales de recursos
Motivo de
Situación
abandono
familiar
laboral
Usuario -
Historia
mundo
formativa
laboral
Cursos de
formación
❖ Técnicas Subjetivas
❖ Técnicas Objetivas
Técnicas Subjetivas
Incluye la historia personal (currículum vitae) y es un instrumento donde se expone la vida del
individuo a través de los periodos de su desarrollo. El estudio de los datos biográficos dentro
de su contexto socioambiental (ascendencia, educación, ámbitos sociales y culturales,
realizaciones etc.) permite al profesional disponer de una parrilla de información, que actuaría
como un comparativo en el que se insertan datos proporcionados por los demás medios
predictivos y establece con ellos una relación de mutua interpretación.
Técnicas Objetivas
Se diferencian de la anterior por utilizar en el estudio de los sujetos, instrumentos que
aprecian los diferentes rasgos (aptitud, personalidad, competencias, etc.) mediante pruebas
en las que se evita la influencia de la subjetividad del examinador. Las técnicas utilizadas
serían los test psicológicos y también los cuestionarios de conocimientos.
El test es un método riguroso y fecundo pero no exclusivo ni infalible, sus resultados deben
interpretarse a la luz de la historia personal del sujeto. Los criterios para la elección de un test
vienen dados por el caso concreto a abordar: nivel de cualificación del puesto y coherente
formación de los aspirantes.
Los tests pueden ser de aptitud, personalidad, rendimiento, inteligencia general, factores
intelectuales, cuestionarios o autoinforme de personalidad, proyectivos y de base psicosocial.
I LUSTRACIÓN 4: T ÉCNICAS DE ORIENTACIÓN VOCACIONAL
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