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TEMA 5.

2 LAS PRINCIPALES ECONOMÍAS AVANZADAS DE LA UNIÓN EUROPEA

1. INTRODUCCIÓN

Los candidatos actuales a la adhesión son Turquía, Macedonia del norte, Serbia, Montenegro
y Albania (son candidatos potenciales que empezarán las negociaciones cuando estén
preparados Bosnia Herzegovina y Kosovo).

El tamaño del PIB de los países de la Unión Europea es muy diverso.

La Unión Europea constituye uno de los procesos de integración económica más avanzados a
nivel mundial (19 de sus 27 miembros conforman una unión monetaria y los 27 conforman un
mercado común.
Y los beneficios de la integración son tanto económicos (la ampliación de mercados aumenta
la competencia, permite una mejor división del trabajo y, en consecuencia, mejora la
asignación de recursos reales y financieros).

Como políticos (la Comunidad Económica Europea nació en parte para intentar superar los
enfrentamientos bélicos que se habían repetido históricamente entre Francia y Alemania).

En los últimos años ha variado el número de países miembros de la Unión Europea, con varias
ampliaciones (2004 2007 y 2013) y la baja del Reino Unido (con el denominado Brexit en
2020).

Así, en mayo de 2004 se incorporaron 10 países a la Unión Europea (Letonia, Estonia,


República Checa, Eslovaquia, Eslovenia, Polonia, Hungría, Malta y Chipre) en 2007 lo hicieron
Rumanía y Bulgaria y en 2013 Croacia.

Los países de las últimas ampliaciones están muy vinculados a los antiguos miembros de la
UE desde un punto de vista histórico y económico (tanto en flujos de bienes como de
capitales), pero presentan rasgos económicos muy distintos.

Así, la renta per cápita de los países de las ampliaciones de 2004 2007 y 2013 es
sustancialmente inferior a la de los de la UE-15.

Y la importancia relativa de la agricultura es mayor en estos países que en la UE-15.

Por lo que se trata de países que son importantes perceptores netos de fondos comunitarios
(procedentes fundamentalmente de los Fondos estructurales y el Fondo de Cohesión
destinados ambos a los países con menores rentas per cápita y de la Política Agraria Común).

Se han incorporado en las últimas ampliaciones países con rentas per cápita sustancialmente
inferiores a las del núcleo de la UE.

Y se está produciendo convergencia en renta per cápita entre los países de las últimas
ampliaciones y quienes ya formaban parte de la UE.

Lo que ocurre, entre otras razones, por las importantes transferencias netas que reciben de la
Unión Europea.

Algo que ya ocurrió tras ampliaciones anteriores con países de baja renta (como Irlanda,
España o Portugal).

2. LA ECONOMÍA DE LA UNIÓN EUROPEA


2.1. RASGOS GENERALES

En comparación con Estados Unidos, la Unión Europea tiene en conjunto un PIB ligeramente
superior, una renta per cápita inferior, un desempleo mayor un gasto público más elevado y
un sector exterior superavitario.

La menor renta per cápita de la Unión Europea en relación con Estados Unidos se explica por
la menor tasa de empleo y, especialmente, por la menor productividad (estos son los dos
componentes de la renta per cápita), la cual presenta tasas de crecimiento relativamente
reducidas.

…Lo que ayuda a explicar que el crecimiento potencial en la Unión Europea sea
comparativamente reducido en relación con otras economías desarrolladas.
El efecto de las últimas crisis ha sido mayor en Europa que en Estados Unidos (de modo que la
Gran Recesión tuvo un mayor impacto y una réplica específica en Europa a partir de 2011 y el
impacto de la Gran Reclusión también ha sido mucho más intenso).

Presentando también Europa unas peores perspectivas de recuperación de la última crisis


que Estados Unidos.

La tasa de inflación en la zona euro se ha situado en niveles muy bajos en los últimos años, lo
que implica la existencia de una cierta amenaza de deflación y de depresión (esto es, de
japonización) de la economía europea ante lo que el Banco Central Europeo ha reaccionado
aplicando una política monetaria muy expansiva.

(En el segundo semestre de 2021, sin embargo, la inflación ha repuntado por una conjunción
de factores de forma posiblemente transitoria: en octubre de 2021 en la zona euro inflación
general del 4,1% e inflación subyacente del 2,1%).

La tasa de desempleo promedio de la zona euro están muy por encima del promedio de las
economías avanzadas y en circunstancias normales suele duplicar la de Estados Unidos.

Si bien durante la Gran Reclusión la tasa de desempleo de Estados Unidos alcanzó


puntualmente la de la zona euro.

La zona euro registra un superávit externo en balanza por cuenta corriente (destacando
especialmente el papel de Alemania lo que contrasta con el fuerte déficit comercial y por
cuenta corriente de Estados Unidos.

La zona euro registra unas cuentas públicas menos deterioradas que Estados Unidos, con
niveles más reducidos de déficit público en los últimos años (saldo público como Net Lending
en el cuadro del PIB)) y también niveles más bajos de deuda pública (Gross Debt en el cuadro
del PIB).

2.2. LAS ESTRATEGIAS DE CRECIMIENTO DE LA UNIÓN EUROPEA

Aunque en los últimos años se han impulsado en la Unión Europea estrategias generales para
estimular el crecimiento y cerrar la brecha con países con mayor renta per cápita como
Estados Unidos, las mismas no han funcionado.

Así, la estrategia de Lisboa (o agenda de Lisboa) fue un acuerdo tomado en 2000 por los
miembros de la Unión Europea para hacer de ella “el área económica más dinámica, próspera
e innovadora del mundo, con la mayor capacidad de crecimiento y creación de empleo en
2010”.

Y sus objetivos básicos eran aumentar las tasas de empleo y los niveles de productividad (con
especial atención a la inversión en I+D+i y en educación).

En 2005 se reformuló la estrategia porque no se estaban consiguiendo los objetivos -A new


start for the Lisbon Strategy.

Pero en 2010 se constató que tampoco está reformulación había tenido éxito y la Comisión
Europea propuso el programa Europa 2020 (Europa 2020), vigente en la actualidad.

Los 5 objetivos para la Unión Europea en 2020 establecidos en Europa 2020 eran:

1. Empleo
Empleo para el 75% de las personas de 20 a 64 años

2. I+D e innovación

Inversión del 3% del PIB de la UE en I+D e innovación (sumando sector público y privado)

3. Cambio climático y energía

Emisiones de gases de efecto invernadero un 20% menor a los niveles de 1990

20% de energías renovables

Aumento del 20% de la eficiencia energética

4. Educación

Tasas de abandono escolar por debajo del 10%

Al menos un 40% de las personas de 30 a 34 años de edad deberán completar estudios de nivel
terciario

5. Lucha contra la pobreza y la exclusión social

Reducir al menos en 20 millones las personas en situación o riesgo de pobreza y exclusión


social.

Recientemente la Comisión Europea estableció una nueva estrategia de crecimiento para el


periodo 2019-2024, la Estrategia Anual de Crecimiento Sostenible como parte del
denominado Semestre Europeo la cual se centra en 4 dimensiones (sostenibilidad ambiental,
productividad, justicia y estabilidad macroeconómica).

En la cual se enmarca el Pacto Verde Europeo el cual establece 8 objetivos centrados en el


desarrollo sostenible (por ejemplo, reducir las emisiones netas de gases de efecto invernadero
en al menos un 55 hasta 2030 con respecto a los niveles de 1990).

Los programas nacionales de reforma son la principal herramienta de seguimiento del


cumplimiento de los compromisos de cada país.

Los elaboran los gobiernos de cada estado cada año junto con los programas de estabilidad o
de convergencia.

E incluyen los objetivos nacionales que se derivan de los objetivos principales establecidos
para toda la Unión Europea y exponen qué medidas nacionales van a adoptarse.
En el contexto de la crisis del covid-19 los países miembros han podido desarrollar
excepcionalmente planes de recuperación y resiliencia como alternativa a los programas
nacionales de reforma.

3. LAS POLÍTICAS ECONÓMICAS EN LA UNIÓN EUROPEA. LA UNIÓN ECONÓMICA Y


MONETARIA.
3.1.¿POR QUÉ UNA MONEDA ÚNICA? VENTAJAS Y RIESGOS DEL EURO

Aunque no formaba parte inicialmente del proyecto europeo, en el Tratado de la Unión


Europea (firmado en Maastricht en 1992) se tomó la determinación de alcanzar una unión
monetaria con una moneda única (el euro y una autoridad monetaria común el Banco Central
Europeo).

La unión monetaria culminó con la creación en la práctica de la Unión Económica y Monetaria


en 1999.

(No entraron a formar parte todos los miembros de la Unión Europea)

Un precedente relevante en la integración monetaria de Europa fue el Sistema Monetario


Europeo creado en 1979 y en vigor hasta el nacimiento del euro, por el cual existieron tipos de
cambio cuasifijos entre las monedas de buena parte de los países de la Unión Europea.

El Tratado de la Unión Europea establece las condiciones (los denominados criterios de


convergencia) que debe cumplir cualquier país de la Unión Europea para entrar a formar
parte de la Unión Económica y Monetaria.

Y todos los miembros de la Unión Europea están en principio obligados a intentarlo.

(Excepto Dinamarca, que firmó un opt out la potestad de decidir no entrar en el euro --; Suecia
se ha arrogado en la práctica también esta potestad).

Los criterios de convergencia garantizan la estabilidad macroeconómica de los nuevos


miembros de la zona euro (pues tienen que ver con límites en inflación, tipos de interés,
déficit público, deuda pública y tipos de cambio).

La Unión Económica y Monetaria se creó en 1999 con todos los países de la UE-15 menos
Grecia, que incumplió inicialmente los criterios de convergencia (este país se incorporó más
tarde en 2001 al cumplir los criterios falseando los datos de déficit público y Suecia, Dinamarca
y Reino Unido que se autoexcluyeron.

En 2007 se produjo la entrada de Eslovenia en 2008 la de Malta y Chipre; en 2009 la de


Eslovaquia; en 2011 la de Estonia; en 2014 la de Letonia y en 2015 la de Lituania: en la
actualidad hay 19 países miembros.

Los criterios de convergencia

 Inflación

Tasa de inflación, observada durante un período de doce meses antes del examen, que no
rebase en más de 1 5 puntos porcentuales la inflación promedio de los tres estados
miembros de la Unión Europea con menor inflación.

 Déficit público
La relación entre el déficit de las administraciones públicas y el PIB a precios de mercado no
debe superar el 3%.

(A no ser que esta relación haya disminuido sustancial y continuamente y se haya acercado
hasta este nivel de referencia, o bien que el exceso sobre el nivel de referencia sea sólo
excepcional y temporal y que la relación permanezca cercana al nivel de referencia).

 Deuda pública

La relación entre el endeudamiento de las administraciones públicas y el PIB a precios de


mercado no debe superar el 60%.

(A menos que la misma haya bajado suficientemente y se esté acercando al nivel de referencia
a un ritmo satisfactorio).

 Tipo de cambio

La moneda del estado miembro deberá haber respetado los márgenes de fluctuación normales
del mecanismo de cambios del SME sin experimentar graves tensiones durante al menos los
dos años anteriores a la fecha de la evaluación En particular, el estado miembro no debe
haber devaluado su paridad central contra el euro por iniciativa propia durante el mismo
período.

 Tipo de interés

Durante los doce meses anteriores al examen el promedio de los tipos de interés nominales a
largo plazo no debe exceder en 2 puntos porcentuales como máximo los de los tres mejores
países de la Unión Europea en términos de inflación.

La pertenencia de la moneda nacional al equivalente actual del Sistema Monetario Europeo


(SME) durante dos años sin sufrir una devaluación constituye el quinto de los criterios de
convergencia establecidos como requisitos para que un país pueda acceder a la Unión
Económica y Monetaria (zona euro).

Así, actualmente si un miembro de la Unión Europea quiere incorporarse a la Unión


Económica y Monetaria ha de cumplir, entre otros, el requisito de estabilidad de su moneda
durante dos años con un tipo de cambio cuasifijo con el euro con bandas de fluctuación, como
máximo, del +-15 % (es el denominado Mecanismo de Tipos de Cambio II o Sistema
Monetario Europeo bis).

En la actualidad forma únicamente parte del Mecanismo de Tipos de Cambio II Dinamarca


(desde 2001; voluntariamente con bandas de ±2,25%).

Los beneficios del euro

La adopción de una moneda única por los integrantes de la Unión Económica y Monetaria
implica importantes beneficios (pero también costes).

Entre los beneficios (en buena medida los típicos derivados de la adopción de un tipo de
cambio fijo) cabe destacar.

1. Disminución de los costes de cambio de divisas y eliminación de la incertidumbre asociada


al riesgo cambiario en todas las transacciones exteriores con otros países de la zona euro.
2. Dado el relevante papel del euro como segunda moneda de reserva internacional los
beneficios anteriores se extienden a parte de las transacciones exteriores con países fuera de
la zona euro.

3. Tipos de interés bajos debido al alto grado de estabilidad de precios.

Los riesgos del euro

El principal coste para un país de pertenecer a la Unión Económica y Monetaria es el asociado


a la renuncia a importantes instrumentos de política económica:

1. Se pierde la política monetaria nacional, que pasa a depender del Banco Central Europeo.

2. También se pierde la política cambiaria nacional, pues la política cambiaria de la zona euro
es también gestionada por el Banco Central Europeo.

(Sobre el papel, a indicaciones del Ecofin, aunque el Banco Central Europeo se caracteriza por
no llevar a cabo nunca intervenciones cambiarias en el mercado de divisas)

Esto supone un riesgo en caso de que se produzcan en la zona euro perturbaciones


asimétricas (esto es, perturbaciones económicas negativas que afectan sólo a una parte de los
miembros).

Pues los países afectados no pueden afrontarlas con las políticas monetaria y cambiaria y lo
han de hacer mediante políticas económicas y mecanismos de ajuste alternativos que en la
práctica son muy limitados.

Los potenciales mecanismos alternativos a la política monetaria y cambiaria nacional para


hacer frente a una perturbación asimétrica son:

1. Una elevada movilidad del factor trabajo

Los desempleados en el país que sufre una perturbación asimétrica pueden emigrar a los
países que no la sufren (como ocurre en Estados Unidos, donde la movilidad entre estados es
elevada), pero las migraciones no son en la práctica un mecanismo de ajuste relevante en la
Unión Europea, donde la movilidad laboral entre países es muy baja.

2. Mejorar la competitividad-precio y el crecimiento a través de las exportaciones.

En un contexto de moneda única/tipos de cambio fijos esto se puede lograr sólo con una
devaluación interna (esto es, una depreciación del tipo de cambio real), lo que requiere una
caída de salarios y precios.

(Por este motivo, en el contexto de la crisis de la zona euro diversos países europeos como
España abordaron reformas estructurales y liberalización de mercados, con especial énfasis en
la flexibilización del mercado laboral y la devaluación salarial).

3. Una vía de ajuste alternativa pasaría por aplicar una política presupuestaria expansiva, pero
esta posibilidad está limitada, pues el margen de maniobra está muy limitado (excepto si las
cuentas públicas están muy saneadas).

- El presupuesto de la Unión Europea no da margen pues se sitúa en torno al 1% del PIB


comunitario y está comprometido.
- Las políticas fiscales nacionales expansivas están muy limitadas en la práctica por
mecanismos de control establecidos por la Unión Europea.

(Como el Pacto de Estabilidad y Crecimiento, el cual establece, bajo amenaza de sanción, un


límite máximo al déficit público del 3% y de la deuda pública del 60%).

En conclusión, los mecanismos de ajuste alternativos a la política monetaria y la cambiaria


son muy limitados.

Por lo que las perturbaciones asimétricas constituyen un riesgo considerable para los países
de la zona euro.

(El riesgo es mayor para los países con ciclos menos sincronizados con economías como
Alemania y mayores probabilidades de sufrir perturbaciones asimétricas: tradicionalmente
economías periféricas como España).

3.2.LA POLÍTICA MONETARIA EN LA UEM Y EL BANCO CENTRAL EUROPEO

El Banco Central Europeo gestiona la política monetaria común de los 19 países de la zona
euro.

(El Banco Central Europeo conforma, junto con los bancos centrales de los países de la Unión
Europea, el Sistema Europeo de Bancos Centrales, y junto con los bancos centrales de los
países de la zona euro el Eurosistema)

El Banco Central Europeo es completamente independiente en su toma de decisiones sobre


política monetaria (por lo que no existe ningún tipo de control político sobre esta institución),
una característica que hereda del banco central alemán, el Bundesbank.

Según recogen sus estatutos, el objetivo primordial del Banco Central Europeo es el control de
la inflación, mientras que el estímulo del crecimiento económico es un secundario (esta
característica la hereda también del banco central alemán, el Bundesbank.

(Esto supone una diferencia destacada con la Reserva Federal, donde ambos objetivos tienen
la misma relevancia y donde desde 2020 se ha priorizado el crecimiento sobre la inflación).

Lo que implica que en la práctica, la política monetaria del Banco Central Europeo ha tenido
por defecto un sesgo antiinflacionista (no en el contexto actual, donde está aplicando políticas
monetarias ultraexpansivas.

El BCE se ha fijado tradicionalmente como referencia para la inflación anual del área del euro
un valor del 2% (históricamente era un máximo, en los últimos años se buscaba situarse
ligeramente por debajo y desde 2021 es el objetivo concreto, para lo que se van a permitir
desviaciones puntuales por encima sin reaccionar).

En los últimos años preocupa mucho el bajo nivel de la inflación de la zona euro, el cual
implica un significativo riesgo de deflación.

Por lo que Banco Central Europeo viene aplicando en los últimos años una política monetaria
ultraexpansiva (con tipos de interés oficiales en niveles prácticamente nulos desde 2014
hasta la actualidad y la adopción de medidas de expansión cuantitativa entre 2015 y 2018 y,
de nuevo desde 2019 hasta la actualidad).
Así, en 2014 se produjo una inflexión en la política monetaria del Banco Central Europeo y se
acentuó el tono expansivo en un contexto de escaso crecimiento y amenazas deflacionistas
para la zona euro que suponían un riesgo de japonización de la economía europea.

De modo que entre 2015 y 2018 el Banco Central Europeo realizó una intensa expansión
cuantitativa mediante un programa de compra de activos (deuda privada y, especialmente,
deuda pública).

El cual inicialmente tenía una cuantía global de algo más de 1 billón de euros y una duración de
un año y medio, aunque se decidió extenderlo hasta diciembre de 2018, con compras que
implicaron finalmente un volumen total de compra de activos entre 2015 y 2018 de 2,6
billones de euros.

Dicho programa se mantuvo inactivo durante parte de 2019 hasta que se decidió reactivarlo a
finales de 2019 (con compras mensuales inicialmente de 20.000 millones de euros y
actualmente de 25.000) ante la reaparición de un crecimiento reducido y amenazas
deflacionistas.

Y desde 2020, en el contexto de la Gran Reclusión, la respuesta del BCE está siendo muy
intensa, otorgando liquidez al sector financiero y, en términos de política monetaria,
manteniendo los tipos de interés oficiales nulos e intensificando mucho los programas de
expansión cuantitativa.

De modo que (tras un titubeo inicial, pues Christine Lagarde declaró en marzo de 2020 que la
función del BCE no era reducir la prima de riesgo de los países con problemas, para retractarse
de inmediato y declarar que el BCE haría todo lo que fuera necesario) el Banco Central
Europeo alcanzó el compromiso de inyectar 1,85 billones de euros hasta el verano de 2021
con compras mensuales de 80.000 millones de euros en su Programa de Compras de
Emergencia Pandémica (que se mantendrá al menos hasta marzo de 2022.

Una circunstancia que pudiera verse alterada en el futuro debido al fuerte repunte de la
inflación en el segundo semestre de 2021 (en octubre de 2021 inflación general del 4,1% e
inflación subyacente del 2,1%) debido a una conjunción de factores (cuellos de botella en la
producción, subida del precio de las materias primas y fortaleza de la demanda), si el mismo
no tiene un carácter transitorio.

3.3.LA POLÍTICA PRESUPUESTARIA DE LA UNIÓN EUROPEA: EL PACTO DE


ESTABILIDAD Y CRECIMIENTO (PEC)

Aunque la política presupuestaria/fiscal sigue teniendo un carácter nacional y está en manos


de los gobiernos de los países miembros de la zona euro, existen mecanismos de vigilancia y
control por la Unión Europea que establecen límites al déficit y la deuda pública (en
consecuencia, a la aplicación de políticas presupuestarias expansivas).

Si bien los mismos no se han aplicado de forma estricta y sistemática en muchos momentos
(por ejemplo, están actualmente suspendidos para facilitar la aplicación de políticas
keynesianas en el contexto de la Gran Reclusión).

Y el principal es el Pacto de Estabilidad y Crecimiento el cual se estableció para salvaguardar la


disciplina presupuestaria en los países que ya forman parte de la zona euro (a los que se les
aplica de forma indefinida desde el momento de su incorporación).
El Pacto de Estabilidad y Crecimiento se aprobó en 1997 para salvaguardar la disciplina
presupuestaria de la zona euro.

Y establecía originalmente que para los países miembros de la zona euro el déficit público
debía ser inferior al 3% del PIB (si no, se podían imponer sanciones, salvo circunstancias
excepcionales) y la deuda pública no debía superar el 60% del PIB (por este incumplimiento no
había sanciones prorrogando así indefinidamente 2 de los 5 criterios de convergencia que
debe cumplir cualquier país para acceder a la Unión Económica y Monetaria).

De modo que si el déficit público de un miembro de la zona euro supera el 3% del PIB se exige
el cumplimiento de las recomendaciones de la Unión Europea (mecanismo de alerta
temprana) y si no se corrige en un cierto plazo se establece una sanción, inicialmente un
depósito sin devengo de intereses en el Banco Central Europeo el cual con posterioridad se
transforma definitivamente en multa (mecanismo de procedimiento de déficit excesivo).

(La cuantía de la multa corresponde a un componente fijo 0,2% del PIB del país más un
componente variable 0,1% del PIB del país por cada punto porcentual en que el déficit supere
el 3%, con un límite del 0,5% del PIB. Como ejemplo hipotético, con un PIB superior a 1 billón
de euros en los últimos años, España podría llegar a pagar en caso de déficit público excesivo
más de 5.000 millones de euros).

En 2005 se flexibilizó el Pacto de Estabilidad y Crecimiento (el detonante de la reforma fue el


incumplimiento del límite máximo de déficit público por parte de Alemania y Francia sin que
estos países fueran objeto de sanción).

De modo que se aumentó el margen para no sufrir sanciones por el incumplimiento del déficit
en ciertas situaciones excepcionales (la más relevante, que el déficit excesivo coincidiese con
una recesión económica) y se ampliaron los plazos que se daban a los países para combatir el
déficit excesivo.

Lo que dio lugar a cierta laxitud en el control de las finanzas públicas de los países de la zona
euro en los años previos a la crisis, de modo que las finanzas públicas no estaban saneadas
cuando Gran Recesión provocó fuertes aumentos del déficit y la deuda públicos.

Con lo que a partir 2010 se multiplicaron los procedimientos de déficit excesivo y los países de
la Unión Europea se comprometieron a corregir las cifras de déficit público, para lo que se
embarcaron durante varios años en una intensa austeridad fiscal, con políticas
presupuestarias muy restrictivas (que en general mejoraron la situación de las finanzas
públicas a costa de agravar los efectos de la crisis).

Tras la crisis de la zona euro se decidió endurecer el control de las políticas presupuestarias
por parte de la Unión Europea mediante dos mecanismos.

La aprobación en 2011 de un notable endurecimiento del Pacto de Estabilidad y Crecimiento,


tanto en su parte preventiva (el incumplimiento de un techo al crecimiento del gasto público
puede acarrear sanciones de hasta el 0,2% del PIB) como correctiva (el procedimiento de
déficit excesivo y la posible multa se aplica también si la deuda pública supera el 60 del PIB y
no se reduce a un ritmo apropiado, y la aplicación de sanciones tiene un carácter más
automático).
Y la aprobación en 2012 del Tratado de Estabilidad aplicable a casi todos los países miembros
de la Unión Europea que establece una regla de equilibrio presupuestario (que debe ser
incorporada preferentemente por los países a los textos constitucionales).

La cual establece la obligatoriedad de tener un saldo público nulo o positivo (con un límite del
0,5% del PIB para el déficit público estructural, en términos del saldo anual ajustado de ciclo,
una vez excluidas las medidas puntuales y las de carácter temporal, excepto en circunstancias
excepcionales) y del 60% del PIB para la deuda pública (si se supera debe reducirse una
veinteava parte cada año).

En el contexto de la Gran Reclusión, la cual se está combatiendo con políticas fiscales


fuertemente expansivas que están provocando fuertes aumentos del déficit público y la deuda
pública, se ha decidido dejar en suspenso temporalmente las restricciones fiscales del Pacto
de Estabilidad y Crecimiento (hasta que se alcance el nivel de actividad económica previo a la
pandemia, lo que se prevé para para 2023).

3.4.LAS CRISIS RECIENTES


3.4.1 LA GRAN RECESIÓN Y LA CRISIS DE LA ZONA EURO

La crisis financiera originada en Estados Unidos alcanzó a la Unión Europea en el segundo


semestre de 2008 trasladándose posteriormente a la economía real en 2009 el contexto de la
Gran recesión.

Tras la aplicación inicial de políticas fiscales y monetarias muy expansivas y el rescate público
de una parte muy significativa del sistema financiero, en el segundo semestre de 2010 la crisis
parecía superada en la Unión Europea, al igual que en otras economías avanzadas.

Pero las noticias en 2010 sobre las cifras de la deuda pública griega (y su falta de realismo)
generaron mucha desconfianza en los mercados.

Produciéndose un efecto contagio hacia otros países vulnerables o bien por la situación de sus
finanzas públicas o bien por presentar otros desequilibrios macroeconómicos (esencialmente
economías periféricas como Irlanda, Portugal y España) y una segunda recesión en la zona
euro.

La desconfianza de los mercados se manifestó en enormes aumentos de los diferenciales de


las emisiones de deuda pública en relación con el bono alemán de referencia (o prima de
riesgo).

Y el contagio se extendió al sistema financiero de toda la zona euro, el cual afrontó severos
problemas de liquidez.

Lo que finalmente desembocó en la necesidad de rescatar a varios países en apuros porque


no conseguían financiarse en el mercado a unos tipos de interés razonables, solicitan
financiación a la troika (Comisión Europea y FMI) a cambio de la aplicación de planes de ajuste,
en la modalidad de rescate del conjunto del país como Grecia (3 veces, en 2010 2012 y 2015)
Irlanda (2010) y Portugal (2011) o bien exclusivamente al sistema financiero, como España
(2012) o Chipre (2013).

Las ayudas financieras de los rescates estaban sujetas a una estricta condicionalidad sobre la
política económica.
Así, países como Grecia, Irlanda, Portugal, Chipre y España fueron obligados por la troika
(Banco Central Europeo, Unión Europea y Fondo Monetario Internacional) a llevar a cabo
reformas estructurales y aplicar planes de consolidación fiscal (con políticas presupuestarias
restrictivas).

Lo que, junto con el endurecimiento general del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, supuso
un giro general de la política presupuestaria hacia la aplicación de una política muy restrictiva
en el marco de una fuerte austeridad fiscal.

Contribuyendo a una segunda recesión en la zona euro en 2011-2012 y que la duración de la


crisis fuera mucho mayor que en el resto del mundo.

A pesar de que el BCE tardó en reaccionar con la política monetaria no convencional a la Gran
Recesión y la posterior crisis del euro, hay que destacar numerosas actuaciones
extraordinarias del BCE gracias a las cuales esta institución desempeñó en la práctica un papel
clave en la resolución de la crisis de la zona euro en 2011 y 2012.

Mediante actuaciones clave como la barra libre de liquidez gratuita concedida a los bancos
privados o la compra de deuda pública de economías periféricas en crisis con primas de riesgo
disparadas (como Italia o España).

(A día de hoy el mecanismo Outright Monetary Transactions permite la compra ilimitada en el


mercado secundario de deuda pública por parte del BCE para aquellos países que soliciten el
rescate y acepten la condicionalidad de las medidas impuestas a cambio).

Y la promesa de Mario Draghi como presidente del BCE en el verano de 2012 de que el BCE
haría “lo necesario” para sostener el euro, la cual tuvo un efecto balsámico sobre los
mercados y acabó con las turbulencias financieras.

Donde la mayor parte de las medidas expansivas y no convencionales del BCE se han
enfrentado habitualmente a la fuerte oposición de Alemania.

(Sostienen que el BCE no cuenta con el mandato necesario para estas medidas; piensan que
tienen fuertes riesgos inflacionistas y para la independencia del BCE y, además, que permiten a
los gobiernos posponer o esquivar las reformas estructurales que deberían acometer
necesariamente).

Como resultado de la crisis de la zona euro se produjeron grandes cambios en la gobernanza


del euro, lo que incluye la mejora de los mecanismos de detección y corrección de los
desequilibrios macroeconómicos y fiscales de los miembros de la Unión Europea desde
instancias comunitarias

• Vigilancia en la elaboración de presupuestos nacionales

Los países elaboran sus Programas Nacionales de Reforma y Programas de Estabilidad y


Convergencia, la Comisión Europea informa sobre ellos y después los países elaboran sus
presupuestos nacionales, que deben ser aprobados por la Comisión.

• Vigilancia de desequilibrios macroeconómicos

Se creó un nuevo marco de vigilancia de los desequilibrios macroeconómicos, el cual incluye


recomendaciones preventivas, recomendaciones de correcciones en el marco del
procedimiento de desequilibrio excesivo y posibles sanciones (depósito con intereses o multa
equivalentes al 0,1 del PIB nacional).
Todo ello se enmarca en el denominado semestre europeo (un ciclo anual en el que se diseñan
y coordinan las políticas económicas y que incluye el análisis de la situación económica de los
Estados miembros, así como de sus planes de reformas presupuestarias, macroeconómicas y
estructurales)

Mecanismo de vigilancia de las divergencias competitivas y de los desequilibrios


macroeconómicos. Conjunto de indicadores del mecanismo de alerta utilizados en el
mecanismo de identificación y vigilancia de los desequilibrios externos y macroeconómicos y
de la situación del empleo.
3.4.2. LA GRAN RECLUSIÓN

La pandemia de covid-19 dio lugar de forma disruptiva a una crisis económica de alcance
global en 2020 (la Gran Reclusión) debido a shocks simultáneos de oferta y de demanda
derivados de las medidas de confinamiento y reducción de la movilidad y del aumento de la
incertidumbre.

Con efectos particularmente severos en Europa. Donde la caída del PIB en 2020 fue
comparativamente más acentuada. Y la Recuperación del PIB en 2021 menos vigorosa.

Y donde va a llevar varios años recuperar los niveles del PIB previos a la crisis.

La respuesta de política económica ante la crisis en Europa ha sido muy rápida e intensa en
términos expansivos tanto en política monetaria (por parte del Banco Central Europeo) como
en política presupuestaria (por parte de los gobiernos nacionales y también con carácter
supranacional por la Unión Europea), lo que contrasta con la crisis anterior (donde se
respondió tarde en política monetaria, no hubo una respuesta presupuestaria supranacional y
se impusieron políticas restrictivas de austeridad).

La política presupuestaria expansiva dio lugar a un fuerte aumento del déficit público y la
deuda pública (lo que fue posible por la suspensión temporal de las reglas fiscales sobre
déficit y deuda públicos del Pacto de Estabilidad y Crecimiento)

Y a un cierto aumento de las primas de riesgo en los países periféricos (controlado más tarde
por la política monetaria ultraexpansiva del Banco Central Europeo).

La respuesta supranacional a la Gran Reclusión en la Unión Europea se ha producido en


diversos frentes con la intervención de múltiples organismos

El BCE creó el Programa de Compras de Emergencia para Pandemias (PEPP el cual va a


permitir un aumento de la oferta monetaria de 1,85 billones de euros)

La Comisión Europea, el Banco Europeo de Inversiones y el Mecanismo Europeo de


Estabilidad, otorgaron financiación de hasta 540.000 millones de euros (apoyo a liquidez de
empresas financiación de desarrollo de tratamientos y vacunas, financiación de empleo y
costes de salud relacionados con pandemia).

Y la Comisión Europea creó un fondo de reconstrucción europeo (Next Generation EU) de


750.000 millones de euros (compuesto a partes iguales por subsidios y préstamos) financiado
con deuda mancomunada que reforzará el presupuesto de la Unión Europea para 2021-2027.

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