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Tema 1.

El crecimiento económico y
cambio estructural
1.1. Principales Rasgos del Crecimiento
Económico Español desde el Decenio de 1960
El análisis de la Economía española comienza en la década de los años 1960, cuando
Naciones Unidas elabora un manual de contabilidad nacional que los países debían tener
en cuenta a la hora de elaborar sus cuentas. Gracias a esto, se forma un sistema estadístico
muy homogéneo de los principales agregados macroeconómicos a nivel mundial.
Comienza, por tanto, el análisis de economía aplicada.
En el caso de España iniciar el análisis este año tiene una significación especial: hasta
los años 50 la de España era una economía cerrada al exterior, la peseta no era una moneda
convertible y no pertenecía a los grandes organismos internacionales. En el año 1959,
España solicita su entrada en Naciones Unidas, en la OCDE, en el FMI o incluso en la UE -
que fue denegada por no ser una democracia.
Para entrar en estos organismos, España fue requerida a realizar un programa de
estabilización, a realizar una intensa modernización de su economía, dejar que su moneda
circule en los mercados y cumpla los requisitos del SMI y, sobre todo, dejar de ser un estado
autárquico y abrirse al exterior. Por tanto, España comienza a incorporarse al concierto
internacional.
España ha experimentado en los últimos 50 años un crecimiento económico
espectacular, pero también ha sufrido un proceso de transformación y modernización
muy intenso, sobre todo:

1) A mediados de los años 60 y hasta la mitad de los 70 (crisis del petróleo),


aprovechando la ola expansiva que estaban experimentado los países occidentales.
2) También experimentará un crecimiento espectacular tras la entrada en la Unión
Europea en 1986, tan solo interrumpido solo en 1992-1993, y que durará hasta la
crisis de 2008. Por tanto, duró cerca de 20 años.

Sin embargo, España no solo experimentó un intenso crecimiento económico pero


también un cambio estructural y una intensa modernización. No solo hemos crecido y
tenemos mayores niveles de bienestar sino que, además, hemos cambiado la forma de
organización de la economía española. No solo ha habido modernización económica, pero
también modernización social y una gran transformación institucional que no solo

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afecta a la economía pero también a otros aspectos de la vida social. La forma de
organización de la vida y la sociedad española ha cambiado profundamente.

A. El crecimiento español ha sido superior al del conjunto de


las economías europeas

El indicador que vamos a utilizar para analizar el crecimiento económico es el pib


per cápita - es el más exacto porque el pib mide el tamaño de la producción española pero
no tiene en cuenta el bienestar de la población. Vamos a analizarlo desde dos perspectivas:

A) Las tendencias a largo plazo. En un gran periodo de tiempo, analizamos la tendencia


a la que ha crecido la economía - crecimiento medio de la economía a largo plazo.
B) Las fluctuaciones a corto plazo. Distintas fases que ha experimentado el crecimiento
de la economía española.

Esto se explica porque los factores que determinan el crecimiento a largo plazo
(factores estructurales) no son los mismos que explican las distintas fases de crecimiento que
una economía ha tenido a corto plazo (factores coyunturales). Podemos destacar como:

1) En los últimos 60 años, España ha experimentado un crecimiento económico


superior a la media de los países industrializados (tanto europeos como no
europeos). El ritmo medio acumulado anual del pib per cápita (pendiente) ha sido
del 2,6% - 0,5% por encima de los países de la Unión Europea.
2) El crecimiento económico de España ha sido superior al de las economías
europeas más maduras.
3) También ha crecido por encima de Irlanda, Portugal o Grecia.
4) Las naciones más atrasadas tienen mayor potencial de crecimiento económico
(con tasas de ahorro y crecimiento de la población similares a las avanzadas). Los
países van aproximando sus tasas de ahorro a los de los países más avanzados y
comienzan a experimentar un ritmo de crecimiento más intenso.
5) Este crecimiento ha tenido otra consecuencia: la renta nacional española se ha
multiplicado por seis.
6) Este crecimiento de la economía española ha ido acompañado de una
transformación radical de la estructura económica y social.

B. Perfil temporal de la renta per cápita similar a la UE:


trayectoria plenamente europea incluso antes de pertenecer a la UE

El perfil temporal que ha seguido la renta per cápita española ha sido muy similar a
la media de los países de la Unión Europea. Incluso, antes de pertenecer a la UE España

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ya experimentaba los mismos acontecimientos económicos que la UE. El perfil temporal de
crecimiento del pib per cápita es, por tanto, muy similar al de la UE.

Cabe distinguir 6 etapas diferentes:

1) Desde los años 60. Crecimiento económico muy intenso: “La edad dorada del
capitalismo mundial”. Durante esta etapa aumenta la convergencia española con el
resto de países de la Unión Europea.
2) Crisis del petróleo. Se inicia con la subida del petróleo y supuso una
reestructuración de los sistemas productivos de los países industrializados y de
moderación del crecimiento económico. En el caso español, se tratará de una crisis
más intensa que reducirá la convergencia de España con el resto de países de la UE.
3) A mediados de los años 80, tras superar la crisis del petróleo. Coincide con la
incorporación de España a la UE y dura hasta la crisis del año 2008. Es una etapa de
crecimiento mundial muy intenso, tanto a nivel europeo como español. España
creció a un ritmo medio anual del 2%, superior a la media de los países europeos. Este
crecimiento solo se verá interrumpido en 1992-1993 como consecuencia de la
reunificación alemana y la aplicación de políticas monetarias restrictivas que
afectaron a los países europeos.
4) 2008. Afectó a la economía mundial y supuso caídas muy importantes del pib per
cápita a nivel mundial.
5) 2014. En este año se vuelve al crecimiento económico de nuevo. Puede hablarse de
recuperación económica en el año 2017, cuando España recupera el pib per cápita
anterior a la crisis. Por tanto, primero hay una fase de recuperación, y después se
inicia una fase de crecimiento - que ya se ha visto interrumpida por la pandemia.

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C. En comparación con los países comunitarios, crisis más
profundas, 1975-1985 y 2008-2014: retroceso en convergencia.

A pesar de haber seguido el mismo perfil temporal, en comparación con la UE, las
crisis económicas han sido siempre más intensas en España que la media de la UE.
Que la crisis del petróleo afectase especialmente a España tiene su explicación: provocó un
aumento de los costes de producción que algunos países pudieron controlar (evitando
espirales inflacionistas costes-precios) pero en la economía española coincidió con la transición
a la democracia - todavía teníamos un régimen y una regulación económica propia de un
régimen dictatorial. Ahora bien, esto no explica la mayor intensidad española en la crisis de
1993 o en la de 2008 y que se deben, en gran mayoría, a la enorme rigidez de algunos
mercados productivos y de trabajo.

D. Fluctuaciones del PIB más pronunciadas que la media de la


UE.

Las fluctuaciones del pib español - tanto crisis como expansiones - han sido
siempre más pronunciadas que la del pib europeo. Esto se explica por:

1) El ámbito de comparación. Estamos comparando un país con una media de 15


países: lo que implica que el fenómeno aislado tiene un comportamiento más
errático.

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2) Las rigideces de la economía española en la regulación y en el funcionamiento de
los mercado de bienes, servicios y, sobre todo, de factores productivos.
3) Las mayores etapas de expansión económica y la sobrerreacción de la economía
española también están relacionadas con la apertura exterior: autarquía, ingreso
UE, adopción del euro. España ha decidido siempre integrarse con el resto de países
europeos en momentos de gran crecimiento económico.
4) Etapas de recesión agravadas por rigideces en los mercados y en el marco institucional

1.2. Determinantes del Crecimiento a Largo


Plazo
A. La productividad del trabajo.

Para que una economía crezca, se hace la siguiente descompensación:

Es imposible que una economía crezca sin un aumento de uno de esos dos
indicadores (empleo per cápita o productividad de la economía). Crecer aumentando solo el
empleo per cápita es complicado porque no depende solo de factores económicos sino
también demográficos, culturales o sociales que limitan su crecimiento. Para que una
economía pueda crecer aumentando principalmente su empleo per cápita, no solo debe
aumentar la población y la tasa de actividad de la población, sino que además debe aumentar
la capacidad de producción - y para aumentar esta capacidad productiva es imprescindible
mejorar la eficiencia productiva, es decir, la capacidad productiva.
Por tanto, el determinante del crecimiento a largo plazo es la productividad
del trabajo - que, además, es una pieza clave del crecimiento porque permite incrementar el
salario real y la renta familiar.
En el periodo 1961-2018, el único país que ha crecido aumentando el empleo per
cápita y no solo mediante mejoras de la productividad del trabajo había sido Estados
Unidos. En contraste, los países europeos y Japón habían basado su crecimiento en una

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mejora de su eficiencia productiva sin prácticamente generar empleo per cápita - o incluso a
costa de este.

Podemos diferenciar dos periodos diferentes:

1) 1961-1985. La pauta de crecimiento de los países - excepto EEUU - ha sido crecer


aumentando la eficiencia productiva e incluso reduciendo su empleo per cápita.
2) 1986-2018. La pauta de crecimiento de todos los países ha cambiado. Crecen
aumentando la eficiencia productiva y aumentando el empleo per cápita. Es un
crecimiento más equilibrado. Este cambio de tendencia se ejemplifica sobre todo en
España e Irlanda.

Las diferentes dinámicas según los países en el empleo per cápita guardan relación
con la también dispar evolución de un factor demográfico clave: la proporción que
representa la población en edad de trabajar (PET) en el total de la población, a su vez
dependiente de la natalidad de años anteriores. De hecho:
El empleo per cápita = tasa de empleo (empleados/PET) * proporción de la población en
edad de trabajar (PET/población).
Hay que tener en cuenta que la tasa de empleo (numerador) depende de
acontecimientos económicos; pero la PET no depende de factores económicos sino
demográficos (natalidad anteriores y estructura poblacional).

En este periodo, España ha seguido creciendo más que la UE-15 pero lo ha hecho
siguiendo pautas radicalmente diferentes a las del periodo anterior, elevando

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sustancialmente el empleo per cápita, para absorber un volumen creciente de población en
edad de trabajar y logrando un avance muy modesto en la productividad del trabajo.

Si atendemos a la importancia de la población en edad de trabajar por países, en


Estados Unidos crece desde el principio del periodo (del 59,7% al 67,1%) y solo en los
últimos años se reduce (del 67,1% al 65,3%). En cambio, en algunas economías europeas
(España o Irlanda) el crecimiento de la PET es más pausado y algo más tardío.
En el caso de la evolución de la productividad del trabajo en España podemos
destacar que PIB per cápita y productividad han mostrado en España, ya desde 1970,
diferencias notables en su evolución, que no tienen parangón con las primeras potencias
europeas. Ha existido un comportamiento anticíclico de la productividad en relación
con el crecimiento económico, hecho que no se produce en el resto de la UE.

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Esto se puede explicar por:

1) Cambio demográfico tardío, prolongado hasta bien entrado el siglo actual, como
consecuencia de una intensa inmigración.
2) La dificultad para absorber la oferta creciente de trabajadores en actividades y
empresas de elevada productividad.
3) Peculiar organización del mercado de trabajo. El crecimiento de la productividad
en épocas de crisis está íntimamente relacionado con la destrucción de los empleos
menos productivos.

Las características 2 y 3 están íntimamente relacionadas: España tiene dificultades


para absorber actividades y empresas de elevada productividad, que aguantan mejor las
crisis, y además, durante estas destruye empleos de baja productividad, que incrementan la
productividad media de la economía española.

B. Productividad, capital y progreso tecnológico.

Los determinantes del crecimiento de la productividad son:

1) Capitalización de las exportaciones: aumento del capital físico y humano por


trabajador (intensificación del capital). Un uso más intensivo de capital físico y
humano es clave para la productividad.
2) Mejora de la eficiencia conjunta del capital y el trabajo: avance tecnológico
(productividad total de los factores PTF).

La liberalización o rigidez de la economía también puede influir a corto plazo en el


incremento/descenso de la productividad.

En el periodo de análisis (1960-2018), la productividad española se ha


multiplicado por 4,6 (de 14.000 euros por persona a ocupada a 64.000). Este crecimiento
se puede desglosar en:

1) El capital físico (32%). El capital físico por trabajador se ha multiplicado por 5,4.
El incremento del producto por trabajador ha sido de 12.000 euros.
2) El capital humano (15%). El número medio de años de estudio de la población
ocupada se ha casi duplicado (de 5,3 años a 12 años). El incremento del producto por
trabajador ha sido de 7.000 euros.

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Por tanto, el 47% del aumento de la productividad española ha provenido de la
intensificación del capital.
3) La mejora de la eficiencia conjunta de los factores (53%). Es el elemento clave.
La incorporación tecnológica a los procesos productivos mejora la eficiencia
conjunta de los factores y provoca un incremento de la productividad. El incremento
del producto por trabajador ha sido de 27.000 euros.

Atendiendo a la evolución que ha experimentado estos 3 aspectos, podemos


resaltar que:

1) El capital físico ha crecido extraordinariamente en los últimos años. Creció de


forma muy elevada hasta principios de los 80. Una vez que España incorporó capital
a sus producciones, el crecimiento del uso del capital físico ha sido más lento: la tasa
media anual se ha situado en torno al 2%, a un ritmo propio de economías maduras.
Para que el capital físico crezca, es necesario aumentar la inversión (formación bruta
de capital). El esfuerzo inversor de una economía se mide a través de la relación entre
la formación bruta de capital y el PIB. Esta tasa de inversión en España se ha situado
en torno al 20/22%, a niveles similares a los del resto de países europeos y algo más
baja que Alemania o Francia. Sin embargo, el esfuerzo inversor de España llegó a
alcanzar tasas del 30% - que se debió sobre todo a que la contabilidad nacional
incluye en el esfuerzo inversor la vivienda.
2) El capital humano. Ha existido un aumento sostenido: primero se estableció la
educación obligatoria a los 14 años, y después se amplió a los 16 años.
3) La productividad del trabajo. Ralentización de su crecimiento por menor impulso
del capital físico y humano y desaceleración de la PTF.

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Al principio, el crecimiento de la productividad sigue un comportamiento correcto:
la productividad es superior a la contribución del capital físico y humano por trabajador y,
por tanto, esa diferencia se explica por la mejora de la eficiencia conjunta de los factores. Sin
embargo, hay muchos años en los que la productividad crece menos que lo ha aumentado la
intensificación del capital físico y humano. Esto se explica porque se ha producido un
estancamiento y deterioro de la eficiencia conjunta de los factores.
Desde la década de 1990 hasta 2007, España ha asistido a un estancamiento y casi
nulo crecimiento de la productividad total de los factores productivos. Esto se explica
por:

1) Estancamiento de la eficiencia del trabajo y del capital por la creación de empresas de


baja eficiencia y la expansión de la construcción.
2) Crecimiento de la PTF durante la crisis, aunque no ha habido avances en el progreso
tecnológico. La crisis destruyó las empresas menos eficientes que se crearon en el
proceso expansivo y corrigió el boom del sector de la construcción (sector poco
eficiente); todo esto ha aumentado la productividad. Pero no ha habido avance
tecnológico.

No obstante, el crecimiento de la productividad total de los factores se debe a la


incorporación del proceso tecnológico a la producción. La innovación tecnológica es la
incorporación a los procesos productivos y a los productos de nuevos conocimientos,
métodos y procedimientos que mejoran la eficiencia de los procesos productivos y la calidad
de las producciones.

1) En las primeras etapas de desarrollo económico los países tienen muy fácil acceder
al conocimiento tecnológico existente e incorporarlo en sus procesos productivos.
Estos nuevos métodos, procedimientos y conocimientos los países los pueden

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adquirir simplemente mediante la importación de bienes de equipo o la adquisición
de patentes, marcas , imitación y/o localización de empresas extranjeras en el
territorio nacional.
2) Cuando las economías han alcanzado un nivel de desarrollo elevado, para seguir
incorporando tecnología es fundamental el esfuerzo propio (las patentes no se
pueden comprar, los bienes de equipo tampoco se pueden comprar).

a) En capital humano, aún siendo inferior, se encuentra cercano al del resto de


países avanzados.
b) El esfuerzo del gasto en I+D+I en España es bastante inferior al del resto de
países más avanzados. Además, el esfuerzo en I+D+I realizado por las
empresas en España es muy inferior al de el resto de países analizados.
c) Como consecuencia, el desempeño español es regular: el número de patentes
españolas es muy reducido.

La clave es que España no ha transitado bien de una fase a otra. Desde los años
80 ya incorporó la tecnología exterior que podía comprar, y desde esa fecha debería haber
incorporado tecnología propia para lo cual debería haber hecho más esfuerzo en la
obtención de esa tecnología propia para haberla incorporado a los procesos productivos.
Esto explica el estancamiento de la productividad total de los factores.

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1.3 Fluctuaciones Cíclicas y Desequilibrios
Macroeconómicos
Todas las economías experimentan desequilibrios económicos, fluctuaciones,
ninguna crece siguiendo un ritmo constante. Ahora bien, qué factores determinan los
desequilibrios macroeconómicos:

1) Del lado de la oferta, los factores de oferta (población, capital físico, capital
humano y PTF) no evolucionan de forma constante a lo largo del tiempo. E incluso,
a corto plazo, los desequilibrios de estos factores pueden verse más o menos
intensificados en virtud de los procesos de liberalización y flexibilización de los
distintos mercados de bienes y servicios.
2) Del lado de la demanda, los determinantes de la demanda (la inversión, el consumo,
y la exportaciones netas) tampoco experimentan un comportamiento regular a lo
largo del tiempo.
3) A su vez, los gobiernos con las medidas de política fiscal y monetaria que tomen
también puede influir en el crecimiento económico a corto plazo de una economía.

Podemos indagar más analizando el pib potencial: es un análisis anual que realiza el
Banco de España donde determina el crecimiento que hubiese experimentado la economía
española atendiendo sólo al crecimiento de la población, de su intensificación en el uso de
capital y el crecimiento de la PTF. A lo largo de los últimos 60 años, las dos curvas se
superponen. Hay años en el que:

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1) El pib real de la economía ha crecido por encima del pib potencial (desde los 60
hasta la crisis del petróleo, mediados de los 80, desde los 90 (con la excepción de
1992-1993) hasta 2008 y algunos años de la recuperación económica).
2) También ha habido años en los que ha crecido por debajo del pib potencial, que
han coincidido con épocas de crisis económicas (de mediados de los 70 hasta la
entrada en la UE, la crisis 1992-1993 y la crisis 2008-2014).

En el primer caso, las economías crecen por encima de su senda natural de


crecimiento y, por tanto, no se quedan recursos sin emplear; mientras que en los segundos
crecen por debajo de lo que le correspondería utilizando sus capacidades productivas,
supone la no utilización de todos recursos productivos. Estos periodos son los que
determinan los distintos ciclos económicos:

A) Una etapa expansiva implica que un país está creciendo por encima de su
capacidad, de su pib potencial.
B) Un periodo recesivo implica que una economía está creciendo de su capacidad; está
dejando recursos sin utilizar.

Las perturbaciones que determinan esos distintos ciclos económicos son debidas a las
perturbaciones de la demanda, a las perturbaciones de la oferta o de las perturbaciones tanto
de la demanda como de la oferta. Las consecuencias de una y otra son diferentes:

1) Las perturbaciones de oferta provocan movimientos en signo contrario de la


producción y de los precios. Son menos frecuentes pero su impacto es más
perdurable en el tiempo.
- Una perturbación positiva de la oferta marcada, por ejemplo, por un
crecimiento de la productividad debido a la incorporación de nuevas
tecnologías, provoca un incremento de la producción sin afectar o incluso
disminuyendo los precios. Esto provoca una mejora en el tipo de cambio real y
un impacto positivo en el equilibrio externo de la economía.
- Una perturbación negativa de la oferta provocaría un deterioro de nuestro
tipo de cambio y de nuestro equilibrio exterior.
2) Las perturbaciones de demanda provoca un movimiento en el mismo sentido de la
producción y de los precios. Han predominado en España y son menos duraderas.
- Una perturbación positiva de la demanda, determina un incremento de la
inversión o del consumo (o de las dos a la vez) que provoca una subida de los
precios, lo que afecta negativamente al tipo de cambio real y acaba provocando
un impacto negativo sobre en el equilibrio exterior de la economía. Por tanto, por
un lado es positiva para la economía porque el aumento de la demanda provoca
que el pib crezca por encima del pib potencial, pero por otro lado, este

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aumento de los precios provoca un aumento de los precios, un deterioro del
tipo de cambio real y un impacto negativo sobre el equilibrio exterior.
- Una perturbación negativa de la demanda provocaría una mejora de
nuestro tipo de cambio real y de nuestro equilibrio exterior.

Las perturbaciones positivas de oferta y demanda provocaría un crecimiento real de


la economía por encima de nuestro crecimiento potencial, pero tendrán efectos distintos.
Las perturbaciones de la demanda provocaría un empeoramiento de nuestro equilibrio
externo y las perturbaciones de oferta provocarán una mejora de nuestro equilibrio externo.

A. Las Perturbaciones de Demanda

El crecimiento económico que se originó con la salida de la autarquía y la entrada en


el concierto internacional de la década de los 60, la entrada de España en 1986 en la UE y el
crecimiento de la demanda interna y externa que supuso, así como nuestra incorporación en
1995 al Tratado de Maastricht y el cumplimiento de sus criterios. Todas ellas se han
producido siempre en momentos de apertura al exterior, en momentos de crecimiento de la
economía mundial y europeas, lo que ha provocado un aumento de la demanda externa
que se trasladaba con bastante facilidad en un crecimiento de la demanda interna (las
empresas tenían que aumentar su inversión como consecuencia de su demanda y para
mejorar la competitividad de sus producciones, aumentando su calidad). Este crecimiento
de la inversión provocaba, a su vez, un incremento de las rentas de las familias y del
consumo.

Este crecimiento inicial de la demanda externa iba acompañado de un incremento de


la demanda interna, tanto en su componente inversión como en su consumo. Estos
crecimientos tan espectaculares de la demanda a veces provocaron un incrementos de los
precios y un deterioro del tipo de cambio real y nominal - cuando estaba todavía la
peseta - y del tipo de cambio real, ya con el euro. Esto ha obligado siempre a los gobiernos a
tomar medidas para corregir ese deterioro de los tipos de cambio mediante devaluaciones y a
medidas de PM y PF.

Esta fue la regla general en todas las perturbaciones positivas de la demanda. Excepto
en el periodo expansivo de finales de los 90 y principios del siglo XX, que tanto en su origen
como en su conclusión fueron diferentes. El origen de la perturbación positiva de los años
90 no fue como consecuencia de una liberalización exterior, sino por un crecimiento
extraordinario de la liquidez internacional y una bajada del tipo de interés y de la prima
de riesgo española. En el caso español, la demanda de crédito se concentró principalmente
en el sector de la construcción así como compra de viviendas. El resultado fue un
crecimiento de la demanda, de los precios y un deterioro del tipo de cambio real. Sin

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embargo, la resolución de la misma, ante la imposibilidad de devaluar la moneda, se tuvo
que realizar mediante un proceso de devaluación interna.

B. Las Perturbaciones de Oferta

La salida de la autarquía vino acompañada de una perturbación de la oferta (positiva)


como es el aumento de la productividad, la entrada masiva de inmigración a finales del siglo
pasado y principios del presente (positiva) o la crisis del petróleo (negativa).

Los desequilibrios macroeconómicos básicos de la economía española son la


inflación, el paro, el déficit público y el déficit exterior:

1) Desempleo. España se ha caracterizado por ser una economía que ha crecido


generando siempre por una mayor tasa de desempleo.
2) Tasa de inflación. Otro de los grandes desequilibrios que ha sido una economía con
mayor tasa de inflación.
3) Desequilibrio exterior. Nuestra tendencia inflacionista ha provocado un deterioro
de nuestro tipo de cambio real que ha afectado negativamente al equilibrio exterior.
4) Déficit público. Eso sí, España ha tendido siempre a tener menos déficit público y
de deuda pública. La corrección realizada para entrar en los criterios de Maastricht,
España ha pasado a ser una economía menos inflacionaria aunque no ha superado su
problema de destrucción de empleo y es una de las que más déficit público ha
generado. Eso sí, ha conseguido crecer sin generar desequilibrios externos ni
inflación.

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Tema 2. España en la Gran Recesión y
en el Gran Confinamiento
2.1. Introducción
La entrada de España en la UEM fue un éxito para la economía española al
alcanzar un deseo secular de la economía española: incorporarse al concierto europeo en la
primera fase. Además, suponía homologarse con un conjunto de economías prósperas con la
que se deseaba compartir un marco institucional propicio para el crecimiento y el mayor
bienestar.

Así como el ingreso en la CE en 1986 significó un paso crucial en la modernización


e internacionalización de la economía española. Creó efectos expansivos muy favorables
(comercio internacional, inversión y producción).

Por último, en el decenio de 1990 la firma del Tratado de Maastricht - y nuestro


compromiso a ajustar nuestra economía y a liberalizar los sectores productivos no
liberalizados a la competencia externa e interna - supuso un nuevo y decisivo acicate. España
alcanzó los objetivos fijados de estabilidad de precios y avances en la consolidación de sus
cuentas públicas. También avanzó en la dotación a su estructura productiva de mayor
eficiencia y flexibilidad.

Desde la entrada a la UEM, en los 20 años transcurridos desde la creación del


euro, España ha pasado por tres etapas diferentes.

2.1.1 Primera Etapa (1999-2008). Fuerte Expansión


Económica y Creación de Empleo

Los resultados en términos nominales fueron espectaculares:

1) El pib español en PPA aumentó en más de 70%.


2) De los apenas más de 15 millones de ocupados en 1990 a más de 20 millones en
2008.
3) Convergencia PIB real per cápita: los quince puntos de diferencia de España en la
zona euro en 1999 se habían reducido a 5 en 2008.
4) De una tasa de desempleo del 26% a principios de los años 90, llegamos a una del 8%
en torno a 2008, incorporando a más de 3,5 millones de personas al mercado de
trabajo.

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Sin embargo, se fueron creando divergencias y desequilibrios en el seno de la
eurozona que la hicieron vulnerable a cualquier perturbación económica y que junto con el
estallido de la crisis económica-financiera, nos llevó a un proceso de fuertes perturbaciones
económicas.

2.1.2 Segunda Etapa (2008). Fuerte Crisis Económica

Se inició por la crisis financiera y económica de 2008 y donde afloraron todos los
desequilibrios acumulados por la economía española en periodos anteriores. Fue una crisis
económica más profunda y prolongada que la registrada en las economías más prósperas de
la región.

Las principales variables económicas mostraron peores registros que en cualquier


otra crisis económica registrada por la economía española. Fueron los años de la gran
divergencia y el inicio de fuertes conflictos en el seno de la Eurozona que hicieron temer por
la continuidad del euro.

2.1.3 Tercera Etapa (2013). Ajuste y Recuperación de la


Economía

A través de un proceso de devaluación interna, pudo corregir sus desequilibrios y


ajustar su economía y en 2017, España recobró el nivel de su PIB aunque la tasa de paro
todavía permanece alejada de los niveles alcanzados en la etapa de prosperidad.

Esta fase de expansión se produce con unas tasas de crecimiento de en torno al 3%


(superior a la media de los países de la UE) hasta el 2019 y que ha venido acompañada de
una subida muy moderada de los precios y de un superávit exterior. Parece que España ha
cambiado su forma de crecimiento. Esta fase se paraliza con la crisis sanitaria.

2.2. Los Años de Expansión y de Acumulación


de Desequilibrios Macroeconómicos
El caso español fue uno de los más elocuentes: cómo un crecimiento económico tan
extraordinario (“el milagro español”) desde 1999 a 2007 propició la acumulación de unos
desequilibrios que afloraron tras la crisis, y mostraron la debilidad de la economía española.
Esas cifras nominales escondían fuertes desequilibrios que necesitaban ser ajustados:

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1) Tasa de inflación sistemáticamente superior a la media de los países de la Unión
Monetaria. Para que no haya deterioro de los tipos de cambio real, es necesario que
las tasas de inflación sean similares.
2) Enorme déficit por cuenta corriente que España fue acumulando desde la entrada
a la UEM y que hizo que España se convierta en una de las economías más
endeudadas del mundo. Era deuda del sector privado, no del sector público. España,
además, tiene pocos recursos para generar recursos externos con los que pagar esa
ciudad.
3) La gestación de una burbuja inmobiliaria cuyo estallido afectó no solo a la
solvencia de las entidades bancarias, pero también a las cuentas de las
Administraciones Públicas.

2.2.1. La Tasa de Inflación

España ha sido hasta la crisis de 2008 una economía tendente a la inflación. El


incremento de la liquidez internacional, con unos tipos de interés muy reducidos, alentó
una demanda extraordinaria de crédito para financiar a la demanda interna española. Esto
provocó un incremento extraordinario de los precios (a pesar del crecimiento de las
exportaciones y la producción española), lo que se tradujo en una elevación de los precios
motivado por el impulso de la demanda interna y en una depreciación de los tipos de
cambios real, esto es, los productos españoles se encarecieron.

La moneda única marcaba un tipo de cambio nominal para España idéntico al del
resto de sus socios; pero el tipo de cambio real acusaba una persistente apreciación,
posponiéndose siempre las medidas compensadoras del ajuste.

La política monetaria del BCE ha sido establecer como objetivo de inflación el 2%.
Los países europeos acomodaron sus precios a esta meta, la política no fue restrictiva porque
la media de la UE estaba cumpliendo con el objetivo de la inflación. España hubiese
necesitado durante estos años una política monetaria restrictiva, para contener el
crecimiento de los precios, sin embargo, esta no fue la elegida por el BCE.

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En España, los precios desde 1999 hasta 2008 los precios crecieron un 41%. La tasa
de inflación anual se situaba en el 4,5%, lejísimos del objetivo de inflación del BCE. En
Francia, durante este mismo periodo aumentaron un 17%, en torno al 1-1.5% anual. En
Alemania crecieron sólo un 7,7% - la tasa de inflación media estuvo por debajo del 1%. Esta
subida de precios se tradujo en un deterioro del tipo de cambio real y una pérdida de
competitividad de España. Esto se puede analizar a través de los CLU (salarios entre número
de asalariados y después entre la productividad).

Debido a la mayor tasa de inflación española, los costes salariales crecieron por
encima de la productividad, lo que se tradujo en un deterioro de la competitividad
española. Esa subida de los CLU por encima de la productividad española provocó una
reducción de la competitividad española en relación con los países de la UEM.

2.2.2. El Desequilibrio Exterior

El crecimiento español viene determinado por un crecimiento muy relevante de la


demanda interna, que no externa, que además se encontró con un sistema productivo
incapaz de abastecer a todos los requerimientos de la demanda. Es decir, España fue incapaz
de abastecer a toda esa demanda interna. Por tanto, parte del crecimiento de la demanda
interna español se hizo aumentando las importaciones.

Esto fue sucesivamente provocando un déficit por cuenta corriente. En 1999 tuvo un
déficit de en torno al 2.9%, cantidad que fue creciendo hasta llegar en el año 2007 al 10% de
nuestro pib. En solo un año nos endeudamos más de 100.000 euros. El crecimiento de la

19
deuda neta española fue de 650.000 millones de euros como consecuencia de la pérdida de
productividad y el aumento incontrolado de la demanda interna. Esto ha llevado a que
España se convirtiera en una de las economías más endeudadas del mundo.

Evolución del saldo por cuenta corriente en la UEM, 1999-2018 (en porcentaje del PIB)

En el caso de España, la magnitud de la deuda dificultó la recuperación de la crisis


o incluso llevó a agravarla. A finales de 2017, la deuda bruta española frente al resto del
mundo alcanzaba ya la cifra de 1.943 miles de millones (167% del PIB), siendo la deuda neta
una de las más elevadas del mundo 965 miles de millones (82,9% del PIB).

La situación de déficit por cuenta corriente y el endeudamiento no hubiese sido


posible sino nos hubiésemos integrado en la UEM. Los países hubiesen exigido a España
medidas de ajuste para contener la subida de su endeudamiento antes de 2007. Hubiese
tenido dificultades de financiación en los mercados y hubiese sido requerida para tomar
medidas de ajuste, que supusieran una contención de su pérdida de competitividad y una
contención del deterioro de su balanza de pagos y de su endeudamiento. La creencia de que
las economías europeas se acompasaran y el paraguas del euro facilitó que España alcanzase
estos niveles de endeudamiento en paraguas no dificultó la financiación de la economía
española.

2.2.3. La Burbuja Inmobiliaria

Una parte muy considerable de los fondos que vinieron del exterior se dedicaron, a
través del sistema financiero español, a la construcción y a la venta de viviendas. Las familias
los destinan a la compra de vivienda, mientras que las empresas a la financiación de
proyectos de construcción tanto dentro como fuera de las fronteras. Esto provocó un

20
aumento incontrolado de la construcción de viviendas (en el año 2006 se edificaron 800.000
viviendas nuevas, suma de lo construido por Alemania, Francia e Italia). Fue tal la demanda
del sector de la construcción que, a pesar de su gran capacidad de respuesta, los precios de las
viviendas aumentaron hasta el 2007 un 200%.

Este desequilibrio acabaría desencadenando una grave crisis económica y financiera,


agravado, además, por dos problemas adicionales:

1) Los recursos prestados se destinaron principalmente a la producción de un bien que


no es susceptible de exportarse para generar los recursos que permitiesen devolver
los préstamos
2) Las viviendas tienen la peculiaridad de ser un producto cuya venta minorista
requiere una financiación a largo plazo, en tanto los recursos exteriores se
aportaban por plazos mucho más cortos. La liquidez internacional que entraba en
España a través de su sistema bancario, a corto y a medio plazo, se destinaba a
conceder préstamos a muy largo plazo.

2.3. Crisis Financiera y Crisis Económica


La crisis económica tuvo su origen en un exceso de endeudamiento y acumularon
una serie de desequilibrios. No fue una crisis de balanza de pagos como las que hasta ese
momento se producían. Además, el estallido de la crisis financiera puso de manifiesto el
desequilibrio exterior y el endeudamiento de muchos países.

La crisis se inicia en el verano de 2007 con el derrumbamiento de las hipotecas


subprime en Estados Unidos. Esto puso de manifiesto los desequilibrios de la economía
estadounidense y entró rápidamente en una etapa de corrección de excesos financieros y
desequilibrios macroeconómicos.

En Europa los efectos de la crisis se empiezan a notar en la segunda mitad de 2008


fue cuando las perturbaciones financieras internacionales originaron una recesión ya global.
En septiembre de 2008 los mercados financieros comenzaron a ser conscientes que los países
de la periferia europea habían acumulado enormes deudas frente al resto del mundo y unas
pérdidas de competitividad respecto a los países centrales. Los mercados financieros
empezaron a distinguir las peculiaridades de cada país y los nuevos préstamos/renovación
se otorgaban en condiciones cada vez más gravosas.

De cualquier forma, el impacto de la crisis económica internacional arrastró a todas


las economías europeas a una etapa recesiva, registrándose una fuerte contracción de la

21
actividad productiva, junto con el colapso del comercio internacional y la paralización de la
inversión mundial.
2.3.1. Crisis de la Eurozona

Comienza en Grecia en enero de 2010, al revelarse la magnitud de los desequilibrios


de sus cuentas públicas y la incapacidad del país, tanto para cumplir sus compromisos de
pago internacionales, como para hacer frente a los gastos públicos corrientes. Cuando las
autoridades europeas empiezan a intervenir la economía griega, la crisis soberana se había
extendido a Irlanda (crisis bancaria: rescata con sus presupuestos públicos al sistema
financiero incurriendo en un fuerte déficit presupuestario) y Portugal.

Ante la ausencia de mecanismos de ayuda a los países, en el año 2010 se crean dos
fondos para ofrecer soluciones temporales a los países en crisis: FEEF y MEEF (provisionales
y soportados por el BCE, FMI y la CE); que más tarde serían sustituidos por el MEDE.

2.3.2. Actuación del Banco Central Europeo

BCE a finales 2011 y principios de 2012 inyectó liquidez en el Eurosistema, por un


valor superior al billón de euros, a fin de evitar una quiebra desordenada de los sistemas
bancarios. Las tensiones financieras sobre la viabilidad del euro se agravaron durante 2012, el
presidente del BCE tuvo que intervenir para frenar la desconfianza en el euro, declarando
que haría todo lo que fuese necesario para garantizar la irreversibilidad de la moneda única.
Para abordar futuras crisis en 2012 se creó, con carácter permanente, el Mecanismo
Europeo de Estabilidad (MEDE).

2.3.3. El Origen de la Crisis en España

La intensidad con la que la crisis azotó en España se debe al abrupto cambio de la


escena financiera internacional (bajos tipos de interés, abundante liquidez internacional,
prima de riesgo cero) provocado por el afloramiento de los excesos de los años previos.

A su vez, la gravedad de la crisis fue consecuencia de la magnitud de los desequilibrios


acumulados y del enorme endeudamiento del sector privado familiar (87% del PIB) y de
las empresas no financieras (137% PIB). Ese endeudamiento se había utilizado
principalmente para la inversión en el sector inmobiliario por parte de las familias y a la
financiación de proyectos nacionales (y algunos internacionales) para la construcción
inmobiliaria en el caso de las empresas no financieras. El cierre de los mercados
internacionales hizo imposible la refinanciación de créditos por la falta de liquidez y, por
tanto, había que pagarlos.

22
El proceso de desapalancamiento (devolver los créditos) tuvo un importante efecto
negativo en épocas de crisis. Las familias tienen que dedicar parte de su renta a devolver los
préstamos y disminuyen su demanda de consumo. Las empresas tienen que destinar parte
de sus ingresos al pago de préstamos que no pueden refinanciar, lo que provoca una
disminución de su inversión. Esa caída del consumo y la inversión provoca una caída de
la demanda interna.

Esa caída de la demanda interna impacta en la actividad productiva primero, con


una reducción de la actividad y más tarde del empleo. A su vez, esto impacta negativamente
en la renta de las familias, que están además en un proceso de desapalancamiento, y en la
demanda interna (tanto en su vía consumo como inversión) y vuelve a crear más desempleo
y afecta negativamente a la solvencia del sistema bancario y la pérdida de actividad y de
desempleo afecta negativamente al equilibrio presupuestario.

Esto acaba provocando un círculo vicioso: depresión económica, impago públicos y


privados, cierre de empresas, fragilidad de las entidades financieras y recortes
presupuestarios.

Las dificultades de financiación fueron no sólo consecuencia de la elevada deuda


externa, sino, sobre todo de la desconfianza de España de afrontar sus retos en el marco de la
eurozona:

— La incertidumbre de la economía española era que si dado el nivel de


endeudamiento que acumulaba y la incapacidad que había demostrado el sistema
productivo español para atender su demanda interna (de ahí el aumento de las
importaciones) si España iba a ser capaz dentro de la UEM (sin política cambiaria ni política
monetaria y con el PEC).
— La economía española parecía incapaz de crecer generando el flujo de recursos que
le permitiese reducir el endeudamiento exterior.
—Su estructura de costes de producción le impedía reorientar su actividad
productiva hacia el exterior para compensar con la demanda externa las debilidades de la
demanda interna.
— Gran desafío: reestablecer sus equilibrios macroeconómicos. Problema: carecía
de los instrumentos tradicionales, la política monetaria y en especial, el tipo de cambio.
España tenía que devaluar, pero no podía hacer una devaluación nominal, sino una proceso
de devaluación interna ( estructuralmente mejor pero económica y socialmente muy
duro).

4. La Recuperación de la Economía Española

23
Este proceso de devaluación empezó a hacer España desde el rescate y lo que hizo
para iniciar su recuperación económica. La recuperación de los desequilibrios
macroeconómicos se hizo a través de un proceso de devaluación interna. Esto tiene ventajas
para la economía real, pues desaparecen los empleos, tareas y establecimientos menos
eficientes, que en una época expansiva se crearon para atender el aumento de la demanda
interna, pero que en época recesiva resultan redundantes. La desaparición de estos lleva a
una reducción de la actividad productiva, a un aumento del desempleo, a un crecimiento de
la productividad y a una contención de los precios y los costes. Por tanto, la recuperación
económica buscaba:

— Restablecer la competitividad de su sistema productivo


— Devaluación interna. De hecho, en el análisis de los CLU se observa como hasta
2007 aumentaron, mientras que a partir de la crisis económica se produjeron mejoras en los
CLU que se puede interpretar como una medida de la devaluación interna. Eso sí, es un
ajuste que presenta costes económicos y sociales muy relevantes.
— Permitiese reducción de los costes de producción y precios de bienes y
servicios.

Este es el ajuste que se ha venido realizando desde 2008.

Ahora bien, para que todo el proceso de ajuste no recayese por el lado de la oferta
(Para que el ajuste no respondiese solo a la caída de la producción y del empleo), Europa
exigió a España realizar una serie de reformas estructurales:

1) Reforma laboral. La crisis económica puso de manifiesto que la regulación del


mercado de trabajo presentaba defectos importantes de cara a adaptarse a una crisis
económica con pocos ajustes económicos. Uno de estos era la existencia de un
mecanismo de negociación colectiva muy proteccionista que facilitó en un clima de
crisis económica las subidas salariales (exceso de ultractividad en la negociación
colectiva). Otro de los problemas fue el exceso de temporalidad española (en el inicio
de la crisis en torno al 35% de los ocupados tenían contratos temporales). Por tanto,
es muy difícil ajustar los salarios pero muy fácil ajustar el empleo.
2) Reestructuración del sistema bancario español. Fue necesario realizar una amplia
reordenación del sistema bancario. Para ello se produjo la intervención de las
entidades (mayoritariamente cajas de ahorro) mediante las ayudas públicas. Se
diseñaron diferentes mecanismos para ayudar a su solvencia como la emisión de las
participaciones preferentes (activos financieros cuasi-acciones) y se les obligó a
convertirse en bancos (aislando la actividad social de la actividad financiera). La
mayoría de las emisiones de preferentes fueron fraudulentas o no tenían capacidad
para emitirlas, por lo que tuvieron que ser rescatadas en 2012. Para ello se crea el
SAREB (banco malo) donde las entidades financieras pueden depositar sus activos

24
tóxicos, principalmente activos de la construcción o garantías de créditos por
morosidad, y sanear su balance.

Esa devaluación interna fue lo que permitió la recuperación de la economía española. La


recuperación económica comenzó en el año 2013.
1) El sector exterior f ue un pilar clave de la recuperación económica. Las
ganancias de competitividad que la economía española había conseguido como
consecuencia de la devaluación externa fueron claves. El clima de contención de
precios ayudó.
2) La inversión empresarial comenzó a reaccionar. El crecimiento de la demanda
externa provocó que las empresas tuvieran que aumentar sus capacidades
productivas y la calidad de las producciones, lo que impactó positivamente en las
empresas más exportadoras, lo que se acabó trasladando al gasto en consumo de las
familias.
3) El gasto de las familias dejó de contraerse.

En el año 2013 dejamos de decrecer y en 2014 tuvieron un crecimiento positivo e


iniciamos una senda positiva de crecimiento. En 2017 recuperamos nuestro PIB precrisis e
iniciamos un fuerte periodo expansivo hasta 2019.

Desde finales de 2014 se produjeron tres acontecimientos que apuntalaron


definitivamente la recuperación de la economía española:

1) Depreciación significativa del euro por el despegue de la economía americana. Los


precios siguen siendo muy relevantes en la competitividad exterior española.
2) Caída del precio del petróleodesde el último trimestre de 2014.
3) Puesta en marcha en el año 2015 de la expansión cuantitativa por parte del BCE.

A partir de 2011 Europa adoptó un conjunto de mecanismos preventivos y


correctivos para detectar con mayor antelación los desequilibrios macroeconómicos
incompatibles con la eurozona:

— Sistema de vigilancia que contempla la evolución de la tasa de paro, el


comportamiento de las exportaciones, el déficit por cuenta corriente, los costes laborales, el
tipo de cambio real, la deuda pública y privada, entre otros factores. Además, con capacidad
para imponer determinadas decisiones en política económica. Las economías están obligadas
a remitir información sobre determinados indicadores.
— En 2012 se creó el Mecanismo Europeo de Estabilidad, con el fin de
proporcionar ayuda a los países con dificultades para restablecer su sostenibilidad fiscal y la
estabilidad financiera y recuperar su competitividad

25
— Desde 2014 se han dado pasos fundamentales para la creación de la Unión
Bancaria Europea con un nuevo mecanismo de supervisión bancaria (MUS).

Ahora bien, todavía existen retos importantes que debe afrontar la Eurozona
para su supervivencia:

1) Creación de un sistema bancario integrado, ya que ello ayudaría decisivamente a


realizar los ajustes necesarios ante nuevos desequilibrios macroeconómicos sin
incurrir en elevados costes económicos y sociales.
2) Resolver definitivamente cuál será el mecanismo de generación de liquidez en
situaciones de emergencia para evitar que el pánico en los mercados financieros
desencadene crisis económicas.
3) Instrumentación, en alguna medida, de una política fiscal federal encargada de
transferir fondos permanentes a los países o regiones menos favorecidas y a aquellos
países que experimenten perturbaciones económicas adversas.

5. Efectos Económicos de la Crisis Sanitaria


Los efectos de la crisis sanitaria se debe tanto a la crisis sanitaria como a las medidas
que se toman para controlarla. El objetivo de todas estas ha sido siempre limitar la
movilidad, con el consiguiente perjuicio para la actividad económica. Esto provoca una caída
de la demanda impuesta primitivamente por la reducción de la movilidad y de los contactos
sociales.

Este descenso provoca a su vez una caída de la producción, que vuelve a conllevar una
caída de la demanda por motivo precaución (ingresos esperados futuros). Esto afecta
negativamente a las empresas: que deben mantener gastos sin generar ingresos. La viabilidad
de empresas y del sistema financiero, comprometida. Por tanto, se produce tanto un shock
de demanda como un shock de oferta (produce una restricción de la actividad
productiva).

5.1 Los shocks de oferta y demanda

A. Shocks de oferta

— Interrupción de las cadenas globales de valor.


— Alteración de los intercambios comerciales.
— Suspensión de las actividades que entrañan mayor riesgo de contagios (viajes,
transportes, restauración, ocio).

26
B. Shocks de demanda

— Cae la demanda interna, por confinamiento y caída de las rentas de las empresas y
las familias.
— Cae la demanda externa por restricciones a la movilidad internacional y el
encarecimiento de las transacciones.

Junto a esa situación, la dimensión del shock de demanda y el shock de oferta,


dependerá de:

1) Duración e intensidad de las limitaciones impuestas.


2) Estructura productiva y empresarial.
3) Capacidad del marco institucional.
4) Aparición de respuesta eficaz contra la pandemia.

5.2 Dicotomía salvar vidas / salvar la economía

Hacia arriba: nuevos casos; hacia abajo, profundidad de la recesión.

— Azul: Lo objetivo es aplanar la curva para que los casos no suban rápidamente (y
no tenga forma de u invertida). Aplanar la curva de contagios hace más profunda y duradera
la contención del PIB. Es el caso de España: no colapso el sistema sanitario.
— Roja: Más casos y menos medidas. Menos profunda y duradera la contención del
PIB. Es el caso de Suecia.

Con o sin medidas de confinamiento, hay shock de demanda y shock de oferta,


provocado por la propia crisis sanitaria. Con políticas encaminadas al sostenimiento de
ingresos se suaviza el trade-off entre emergencia sanitaria y crisis económica.

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Los distintos países han buscado el aplanamiento simultáneo de las dos curvas.
Reino Unido, Estados Unidos y Suecia se resistieron a aplicar medidas de paralización de la
actividad. Estados Unidos ha asumido elevados riesgos.

Impacto de la pandemia (depende de las medidas adoptadas y de la capacidad


sanitaria, económica - restricción y apoyo a la actividad económica - y de gestión).

— Mejor parados: Alemania, Portugal, Eslovaquia, Japón, Austria, Dinamarca,


Polonia y Malta.
— Castigo más severo: Reino Unido, España, Francia, Italia, Irlanda y Bélgica.

5.3 Impacto sobre la Economía Española

1) Severas medidas de contención, con mayor reducción de la movilidad


(transporte y laboral) que en los países de nuestro entorno.
2) La situación de entrada de España a la pandemia no fue semejante a la de la
crisis de 2008: a esta crisis no entramos con una serie de desequilibrios que habíamos
acumulado con el paso de los años. En este caso, el impacto no ha estado relacionado con
esto, sino todo lo contrario. Mientras que en el 2008 el principal flanco débil fue el sector
privado, mientras que en la actualidad era el sector público (que todavía seguía teniendo
déficit).

Fortalezas.

— Equilibrio financiero de empresas y familias


— Economía internacionalizada y firmeza exportadora
— Sistema financiero saneado

Flancos vulnerables

— Composición del tejido productivo. Elevado peso sectores sensibles a


restricciones a la movilidad y relaciones sociales. Más de un cuarto de la actividad
productividad depende de sectores basados en la movilidad (coches, hostelería, viajes y sobre
todo el turismo - en torno al 10% del PIB -). Sectores estratégicos para el empleo y la balanza
de pagos: turismo, automoción (Nissan). España es el segundo país con más producción de
coches de Europa, somos muy competitivos, aunque no tenemos empresas automóviles.
— Alta proporción de autónomos y microempresas. El 55% no tienen
asalariados. Por tanto, tienen una estructura financiera frágil, por lo que el cese de actividad
pone en riesgo su supervivencia.

28
— Elevada temporalidad en el mercado de trabajoque facilita el desempleo. El
35% de los ocupados en el 2019 tenían contrato temporal. Actualmente, el empleo está
sostenido, pero cuando el ajuste llegue será con mayor virulencia. En Andalucía, la demanda
de la hostelería cayó un 53% mientras que el empleo solo el 11%.

5.4 Previsiones del Impacto del Covid-19 sobre el PIB de


España

Han existido diversas previsiones, aunque en todas las situaciones, en España el


impacto ha sido mayor que en economías de nuestro entorno. La caída del PIB ha sido del
10.8% - más que lo que cayó en el peor año (2009) de la crisis económica del 2008. Esto
contrasta con algunos países de nuestro entorno, que no han caído tanto.

5.5 El Gran Confinamiento vs. la Gran Recesión

A. La Gran Recesión

Origen. Se produjo por un exceso de endeudamiento de los agentes económicos, que


debieron ajustar sus posiciones patrimoniales para que el consumo y la inversión, y luego el
empleo, pudieran crecer.

— Crisis financiera por exceso de endeudamiento privado (expansión activos


financieros con base hipotecaria, burbuja inmobiliaria).
—Desaceleración precio de los inmuebles, morosidad en hipotecas, cierre de los
mercados financieros para títulos con base hipotecaria.
— Ajuste a la baja en el valor de los activos bancarios, contracción del crédito.
— Efecto negativo sobre la inversión y supervivencia de empresas.
— Aumento del desempleo, ajustes salariales.
— Reducción del consumo de las familias para reducir el endeudamiento.
— La corrección de los desequilibrios exigió tiempo.

Respuesta europea: austeridad.

B. El Gran Confinamiento

Origen. No está relacionado con desequilibrios económicos.

— Paralización repentina de las actividades económicas y confinamiento de la


población provocan caída simultánea y abrupta de la oferta y la demanda.

29
— Si no se prolongara, la crisis de la Covid-19 no debería exigir grandes ajustes en los
balances de los agentes económicos, salvo en el caso del sector público.

Respuesta europea: facilitar la expansión del gasto público y articular propuestas


para la recuperación y las reformas estructurales.

6. Medidas para Sortear y para Recuperar


Las medidas que ha tomado España buscan un triple objetivo:

1) Garantizar la actividad de las empresas (recursos comprometidos por debajo de


la mayoría de los países europeos). Línea de avales ICO, cobertura asegurada para las
PYMES exportadoras y aplazamiento de impuestos y cotizaciones
2) Mantener el empleo. Mediante los ERTE, para que no cayesen la renta de las
familias, y la puesta en marcha de una prestación extraordinaria por cese de actividad
para autónomos con exoneración de cotizaciones.
3) Dar cobertura a la población más desfavorecida. Mediante la creación del
Ingreso Mínimo Vital (IMV), una renta básica de reinsercción con vocación de
permanencia.

Conseguir que cierren el menor número posible de empresas y los trabajadores


acogidos a los ERTE vuelvan a la actividad normal. Si no es así, aparecerá recaída y la
depresión se prolongará durante varios años, con ajuste severo por agotamiento de los
recursos públicos.

El paquete de medidas de España en comparación con la UE ha sido pequeño en


términos relativos. La situación del presupuesto del Estado no era la más favorable.

7. La Cobertura Europea
7.1 Comisión Europea

— Autoriza a los EM a abandonar temporalmente la disciplina fiscal y es flexible en


los ajustes fiscales, lo que contrasta con la austeridad y recortes de la Gran Recesión.
— Programa para apoyar los seguros de desempleo nacionales (SURE)
— Fondo de Recuperación: 750.000 millones de euros (préstamos y
subvenciones). Esto se considera precedente hacia la Unión Fiscal.

30
7.2 Banco Central Europeo (actuaciones más decisivas)

— Programa dirigido a facilitar liquidez a las PYMES.


— Ampliación de programas de compras de títulos ya existentes.
— Nuevo programa flexible de compras de emergencia frente a la pandemia
(PEPP).
— Aumento del volumen de fondos puestos a disposición de las entidades
bancarias; relajando los requisitos en materia de colaterales o garantías exigidas como
garantía a la provisión de liquidez.
— Ha permitido a las entidades bancarias operar con niveles de capital inferiores a los
exigidos normalmente.
— Ha recomendado a los Bancos que en sus estimaciones de pérdidas esperadas
sobreponderen las perspectivas a largo plazo flexibilidad en la forma de contabilizar créditos
dudosos.

7.3 Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE)

— Fondo para agilizar la compra de material médico y equipamiento sanitario

7.4 Plan de Recuperación para Europa (Next Generation EU)

— Objetivo. Recuperación económica y transformación y resiliencia de las


economías: Pacto Verde Europeo y digitalización para impulsar el empleo y el crecimiento.
— Dotación. 750.000 millones de euros: Transferencias (433.000 millones),
Préstamos (250.000 millones), Provisión para garantías (67.000 millones). 684.000 millones
de euros para la recuperación económica y resiliencia de las economías y gastos destinados a
la transición hacia una economía verde y digital. 66.000 millones de euros, gastos autonomía
estratégica y sanitaria y cooperación en este ámbito.
— Financiación. Emisión de deuda extraordinaria a largo plazo con cargo al
presupuesto comunitario.
— Distribución. En función del impacto de la crisis en las distintas economías.
España puede recibir en torno a 140.000 euros, para paliar los efectos de la emergencia
sanitaria y para un amplio programa de reformas.

8. La Crisis Sanitaria, una Oportunidad


La economía española es ahora más fuerte, desde el punto de vista empresarial, que
en anteriores crisis. Además, la pertenencia a la UE supone contar con una red de seguridad

31
importante. Eso sí, España debe potenciar los programas de tecnología y competitividad
para atraer inversión y evitar deslocalizaciones.

Se le plantean los siguientes retos:

— Mayor gasto público en el sistema socio-sanitario, núcleo del Estado del bienestar.
— Crear un verdadero ecosistema de innovación.
— Mejorar el sistema educativo, con mayores dotaciones y exigencias.
— Combatir la desigualdad en la distribución de la renta y reducir la pobreza.
— Cambios en las modalidades laborales (acabar con la precariedad) y regulación del
teletrabajo.
— Reforma del sistema de pensiones, asegurando su sostenibilidad.
— Avanzar en la transición ecológica. Progresar en la digitalización.

Tema 3. La estructura Productiva


3.1 La Estructura Productiva: sus
Determinantes y Tendencias a Largo Plazo
¿Qué se entiende por una actividad productiva? Proceso de transformación de
recursos naturales o humanos mediante procedimientos físicos, químicos, naturales e
intelectuales en bienes y servicios, para satisfacer necesidades de las personas.

3.1.1 Crecimiento Económico: Cambio en la Estructura Productiva


(El Peso relativo de las actividades Económicas se Modifica)

La estructura productiva de los países ha cambiado extraordinariamente a lo largo de


los años. Todas las economías fueron antes eminentemente agrícolas. Con los nuevos
desarrollos técnicos, estas economías en un primer momento pasaron a ser industriales. Sin
embargo, conforme se han ido modernizando y creciendo, ese sector industrial perdió
relevancia en pro de los servicios. En la actualidad, aunque los países más desarrollados sean
catalogados como “economías industrializadas”, en realidad el sector predominante es el
servicios. Por tanto,

1) Primeras etapas del desarrollo económico: descenso de la participación de la


agricultura.

32
2) La industria avanza hasta alcanzar un máximo. Después pierde importancia
relativa.
3) La participación de los servicios aumenta de forma continua hasta llegar a superar
la tres cuartas partes del total.

Podemos analizar el papel que desempeña cada uno de ellos:

— Agricultura. Tiene un papel fundamental en las primeras fases de desarrollo:


suministra mano de obra, financiación al mercado. Después adapta la oferta a la demanda y
asume nuevas funciones.
— Industria. Iniciado el despegue económico es fundamental para mejorar la renta
per cápita. Su desarrollo impulsa la productividad: incorporación tecnología, capital. La
construcción proporciona infraestructuras.
— Servicios. Satisface variedad de necesidades y su demanda aumenta cuando la
sociedad progresa. La educación, p.e., favorece la acumulación del capital humano clave para
el crecimiento. Comercio, transporte y servicios financieros son fundamentales para la
articulación de los mercados.
Para clasificar los sectores económicos utilizamos la clasificación de Clark, que
divide a la estructura productiva en tres grandes bloques: primario o agrícola, industrial o
terciario o de servicios.

33
3.1.2 Evolución de la Estructura Productiva Española

La economía española, al igual que el resto de países más avanzados y siguiendo el


patrón europeo, ha experimentado la misma transformación en su estructura
productiva. Hemos pasado de ser una economía agrícola, a una industrial y posteriormente
a otra basada en el sector servicios.

Para analizar la estructura productiva española, vamos a dividir en cuatro sectores:


agricultura, industria, construcción y servicios.

Conforme los países crecen y se desarrollan, aumentan las capacidades productivas


(en términos absolutos) de todos los sectores. Pero el peso relativo de cada sector, esto es, la
composición sectorial, se modifica.

— En los últimos veinte años, la agricultura ha pasado del 4,1% de la producción


nominal en el 2000 al 2,9% de la producción nominal y 2,8% de la producción real en el año
2018. En el año 2000 empleaba casi al 6% y en la actualidad solo el 3,8%. La agricultura, por
tanto, en los últimos años ha perdido peso relativo - aunque en términos absolutos haya
aumentado la producción.
— La industria también ha ido perdiendo peso relativo, a pesar de los avances
tecnológicos que ha ido incorporando. España a principios del siglo la Industria suponía el
19,8% en términos reales y el 20,6% en términos nominales en el año 2000, mientras que en
la actualidad, 17% en términos reales y el 17,8% en términos nominales. Emplea el 12,1% en
la actualidad, mientras que a principios del siglos suponía el 18,4%.
Tenemos más o menos la dimensión industrial de los países más desarrollados, con
excepción de Alemania, Francia o Estados Unidos, que son países más industrializados (en
torno al 22% y el 15% del empleo).
En la década de 1980, el nivel de desarrollo era suficiente como para que el peso
relativo de la industria comience a decrecer. ¿Desindustrialización? Eficiencia y
externalización de servicios.
— La construcción. En España, como consecuencia del boom de la construcción,
esta siempre ha tenido una importancia relativa algo mayor. La construcción siempre ha
tenido algo de mayor peso relativo. A principios del siglo representaba el 11,8% del pib real y
el 10,1% en términos nominales, mientras que en el 2018 bajo hasta el 7% en términos reales
y el 6,4% en términos nominales. En cuanto al empleo, pasó del 11,1% en el año 2000 al
6,1% en el año 2018. La sobredimensión inicial de este sector se corrigió con el estallido de la
burbuja inmobiliaria; ahora, tiene una dimensión más razonable, todavía mayor que en
muchos países europeos.
— Los servicios (muy heterogéneo). Es el único que crece. Inicia el siglo con un
peso del 65% en la producción nominal y del 65,1% de la producción y en la actualidad

34
supone el 72,9% en términos nominales y el 73,2% en términos reales. En cuanto al empleo,
ha pasado del 64,6% en el 2000 al 78% en el año 2018 - ha habido un fuerte aumento, tanto
en términos relativos como absolutos.

3.1.3 Evolución del Patrón Productivo

Si atendemos a la transformación de la estructura productiva desde década de 1980


podemos advertir que:

1) Ha aumentado un aumento de la participación de los servicios en la


producción (términos nominales) en detrimento de los bienes
2) Ha aumentado la participación de los servicios en el empleo de forma sostenida
en detrimento de los bienes.

Si dividimos la actividad productiva española en dos grandes grupos siguiendo el


patrón de Estados Unidos: las actividades productoras de bienes (industria, agricultura y
la construcción) y de las actividades productivas de servicios (servicios), podemos
analizar el peso de la participación de los servicios.

— Desde que entramos en la UE, los servicios han aumentado su peso en la


producción nominal. De 100 a cerca de 135, en detrimento de la producción de bienes.
— Los servicios han ganado un peso extraordinario en el empleo de la economía.
— También los servicios han aumentado su peso en la producción real. Eso sí, el
avance de la producción real de los servicios ha sido menor que en la producción nominal.
En los años previos a la crisis, los servicios han avanzado poco en la producción real,

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mientras que han aumentado más en la crisis como consecuencia del sostenimiento de los
servicios públicos.

A. Factores de
Oferta

1. ¿Por qué ha aumentado el empleo de la producción de servicios? Como


sabemos, el incremento en la producción se puede conseguir via empleo o via mejora de la
productividad. Los servicios tienen una característica básica que la diferencia de las
actividades productivas de bienes: son actividades muy susceptibles de generar e incorporar
progresos tecnológicos. Son actividades que pueden aumentar su producción (sin afectar a
su calidad), incorporando avances tecnológicos y sin incorporar empleo.

Sin embargo, hay muchas actividades de servicios que tienen problemas para
aumentar su producción incorporando el progreso tecnológico (servicios estancados). Si
quieren aumentar su producción sin afectar a la calidad, inexorablemente tienen que
aumentar el empleo (no pueden sustituir trabajo por capital). Si quieren producir más,
tienen que aumentar el empleo sí o sí.

Esto explica que entre 1985 y el año 2018, la agricultura ha aumentado su


productividad media anual un 4,3%, mientras que la industria un 1,9% y los servicios solo el
0,1%.

2. ¿Por qué los servicios han aumentado excepcionalmente en la participación


nominal y menor en la producción real? Hay una serie de costes de producción (costes
salariales, alquileres, impuestos) que evolucionan igual para todas las actividades
productivas. Ahora bien:

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1) Las actividades más productivas (sector agrícola e industrial) han podido
compensar el aumento de los costes de producción con el aumento de la
productividad.
2) En el caso de los servicios, son menos eficientes y tienen problemas para
incorporar el progreso tecnológico (actividades estancadas). Por tanto, ante aumentos de los
costes de producción, semejantes al sector industrial y agrícola, estos no pueden cubrirlos
con mejoras de la productividad. Esto provoca que tengan que aumentar sus precios (son
actividades más inflacionistas que el sector agrícola e industrial).

Los servicios han aumentado sus precios a un ritmo del 3,5% anual frente al 2,5% de
la industria y el 1,5% de la agricultura. Por eso, una vez que quitamos los precios, el ascenso
es menor - parte del ascenso de los servicios se debe a los precios.

B. Factores de Demanda

También explican las diferencias de los bienes y servicios en las estructuras


productivas de las economías. Son más débiles que los de oferta.
1) Tradicionalmente se ha considerado que los servicios (en la separación
bienes/servicios) son superiores. La elasticidad renta de la demanda de servicios
es mayor que en los bienes. Conforme las economías avanzan, aumenta la
demanda de servicios (bienes superiores: superior a 1) en detrimento de los bienes
(bienes normales: en torno a 1). Por tanto, existía una tendencia a aumentar la
participación de los servicios en la producción y en el empleo
2) Los bienes satisfacen necesidades básicas, los servicios, necesidades superiores. Esto
conllevaba un aumento del nivel de vida asociado al crecimiento económico:
desplazamiento de la producción y empleo desde bienes a servicios
3) Sin embargo, este planteamiento ha sido desechado. Interpretación no
corroborada por estimaciones: las elasticidades no difieren significativamente
entre bienes y servicios. Los servicios en conjunto y los servicios en conjunto tienen
la misma elasticidad renta (en torno a la unidad). Individualmente, sí difieren. Por
tanto, las elasticidades no explican.
4) La composición del gasto depende no sólo de la elasticidad-renta de la demanda de
bienes y servicios sino también de los precios relativos.

C. En síntesis.

1) El incremento de la participación de los servicios en la producción nominal es


consecuencia de su encarecimiento. Los lentos avances de la productividad no
permiten compensar el aumento de los costes productivos, que sí ocurre en otras
actividades productivas.

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2) El encarecimiento de los servicios hace que la satisfacción de determinadas
satisfacciones humanas pueda hacerse consumiendo un bien. Esto explica que el
avance de los servicios en la producción real sea más lento a lo largo plazo cuando
quitamos el efecto precio.
3) Como en los servicios hay menor crecimiento de la productividad, para aumentar la
producción se quiere de mayores necesidades de empleo.

3.2 Eficiencia Productiva Comparada


Para mantener un crecimiento sostenido a largo plazo hay que aumentar la
eficiencia de las actividades productivas. El determinante a largo plazo del crecimiento
económico es el aumento de la eficiencia productiva (productividad del trabajo). Cuanto
más competitivo son los mercados, más fácil es su progreso. Este incremento de la
productividad del trabajo permite reducir los costes de producción y una mejorar la
retribución de todos los factores productivos (no solo del trabajo sino también del capital).

3.2.1 Productividad Sectorial del Trabajo

— Entre 2000 y 2007. El ritmo de crecimiento medio anual fue muy reducido (del
0,4%. Las dos actividades que consiguieron los mayores avances fueron la agricultura (2,5%)
y la industria (2,6%). Estas dos son actividades capaces de generar una fuerte productividad
del trabajo. En ese mismo periodo, la construcción no fue capaz de obtener ganancias de
productividad (retrocedió a un ritmo del 3,3% anual). Como creció tanto, el capital físico y
humano se agotó y se realizaron actividades de forma ineficiente. Los servicios, el sector que
más creció, vió estancada su producción.

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El lento avance de la productividad en este periodo es consecuencia de que las dos
actividades que más crecieron ( la construcción y los servicios) fueron un retroceso y un
estancamiento. Es más, los avances de la agricultura y la industria no fueron capaces de
compensar el estancamiento de los servicios y el retroceso de la construcción.
Por eso, se decía que era necesario cambiar el modelo productivo. La
productividad del trabajo, mayor en la industria que en resto de las ramas productivas, más
intensivas en mano de obra, menos susceptibles de incorporación del progreso técnico
ahorrador de trabajo y con un menor grado de exposición a la competencia externa.
— Entre 2008 y 2018. El mejor comportamiento de la productividad se debe al
aumento de la construcción (caída del empleo), en la industria (1,6%) y en la agricultura
(2,4%). Esto dió lugar a un avance moderado en el conjunto de la economía.

Por tanto, podemos llegar a dos conclusiones:

1) Disociación entre ramas que amplían su participación en la producción


(Construcción hasta la crisis, y servicios) y las que tienen una mayor capacidad para
impulsar la productividad
2) ¿Patrón productivo responsable del lento avance de la productividad?
Conveniencia de reorientarlo hacia actividades de más VA y con perspectivas de
avances en la productividad.

3.2.2 Explicaciones al Limitado Crecimiento de la


Productividad

Limitado incremento de la productividad por algunos factores estructurales e


institucionales en el funcionamiento de la economía:

— Sesgo del modelo productivo en favor de sectores menos productivos


(construcción, su ajuste tras la crisis ha favorecido la recuperación de la productividad).
— Excesiva carga de regulaciones gubernamentales.
— Falta de eficiencia en el funcionamiento de los mercados de bienes y servicios
— Ineficiencias y rigideces en el mercado de trabajo.
— Limitado esfuerzo innovador, lenta incorporación de las TICs y deficiencias del
sistema educativo, ciertas carencias en cuanto a la capacidad gerencial o la calidad
institucional.

Esto ha incidido negativamente en sus indicadores de competitividad. No obstante, a


pesar de la caída de la productividad, hay algunos indicadores de competitividad
(competitividad revelada: considerada las exportaciones) que sí fueron positivos.

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3.2.3 Comparación de la Productividad de la UEM

Si comparamos la productividad entre 2000 y 2007 en la UEM, en Europa:

1) Las que más crecieron en productividad fueron la agricultura, la industria (aumentos


superiores al 3%) y los servicios (0,6%). Aunque todos ellos con mayores ganancias .
2) La construcción sufrió pérdidas en la UE, pero en la UE las pérdidas fueron del 1%.

Por tanto, en todas las ramas productivas el avance de la productividad es más


limitado que en los países de la UEM. Por tanto, todas las actividades productividades
españolas tienen problemas de productividad en comparación con la UE - no es solo el
modelo productivo.

Vamos a analizar la productividad en relación con los países europeos en 2018.

— Agricultura. La productividad española se encuentra por encima de la zona euro.


y encima de Alemania, Francia e Italia.
— Construcción. También estamos por encima de la zona euro, pero por debajo de
Alemania y Francia
— Industria. Por debajo de la zona euro, mejor que Italia y bastante por debajo que
Alemania y Francia.
— Servicios. Es donde tenemos la mayor carencia, 14 puntos por debajo de la zona
euro, menor que Italia y muy alejados de Alemania y Francia. Preocupante por el peso del
sector en la economía y por la baja productividad de sectores, sobre todo nuevos sectores,
como los servicios a empresas. Factores explicativos: especialización, escasa competencia,
tamaño empresarial....

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