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Reconversión Económica
El objetivo era que España pudiera estar en situación de competir con los países más
ricos. Para ello se produjo, en la década de los 80, una reconversión industrial,
especialmente en el sector naval, siderúrgico y textil, que significó inversiones en
tecnología, en preparación profesional y en mejoras de la gestión pero que provocó el
cierre de empresas y acentuó la conflictividad social.
En la ganadería y la agricultura se establecieron cuotas a la producción. En el sector
pesquero se limitaron las capturas y se modernizó la flota.
Para reducir el déficit público y la inflación, imprescindible para que la economía fuera
competitiva, el gobierno llevó a cabo una política fiscal y monetaria restrictiva que
afectó directamente a los salarios y el gasto público.
Todas las exigencias de la CEE se desarrollaron en medio de una crisis económica, con
una tasa de desempleo del 22% y con fuertes tensiones sociales.
Para el ingreso en la CEE también fue necesario adecuar las leyes, normas e impuestos a
los del resto de países miembros. Se mejoró el sistema de recaudación de impuestos y se
introdujo uno nuevo, el IVA. Con los impuestos se sufragaron las inversiones del
Estado en políticas sociales (Educación, Sanidad, Seguridad Social,…) y en
infraestructuras (Transportes, energía,…)
Finalmente, el 12 de junio de 1985 Felipe González, como jefe del gobierno, firmó en
Madrid el “Tratado y el Acta de Adhesión a la Comunidad Económica Europea”.
El 1 de enero de 1986, España se incorporó a la CEE como miembro de pleno derecho.
La entrada de España en la CEE fue acogida con satisfacción por la opinión pública,
pero planteaba unos retos muy grandes porque la economía española, que
históricamente se había desarrollado en gran medida gracias a una política fuertemente
proteccionista, con unos elevados aranceles, tenía que adaptarse a un nuevo marco de
relaciones económicas basadas en el librecambismo.
Para acelerar su acercamiento económico al resto de países, España recibiría cuantiosas
ayudas. La integración significó participar de un amplio mercado de productos,
capitales y personas, y pertenecer al ámbito político de los países democráticos
occidentales.