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La exhibición de documentos entre socios y comuneros

Uno de los aspectos más importantes entre los socios y comuneros es el derecho que
estos tienen para poder solicitar o revisar información esencial acerca de los términos
que se han establecido entre ellos mismos. Se dice, que no es recomendable que
cualquier comunero, sin ningún motivo real, en cualquier momento pueda exigir que le
sea exhibida determinada documentación de la Comunidad, no obstante, concurriendo
dicho supuesto, si el Administrador-Secretario le denegara la referida exhibición, el
comunero interesado podría requerirla de la Junta de Propietarios solicitando incluso
convocatoria de Junta al efecto, y por tanto incluyendo la petición en el orden del día o
en ruegos y preguntas, y para el supuesto de no estimación de la petición, le cabría
ejercitar las acciones de impugnación referidas e incluso la de formular medidas
preliminares en los términos de la Ley Enjuiciamiento Civil.

Los comuneros, como previamente lo expresamos no cuentan con un derecho absoluto


para poder solicitar información, como sería el caso de documento que no puedes ser
entregados a todos los comuneros son copias de los depósitos de los otros comuneros,
por ejemplo: facturas, contratos, etc.; si, se llegaran a entregar dichos documentos, se
estaría violando la ley de protección de datos.

Cuando se trate de la información propia de cada comunero o cualquier otra


información que no verse con la vida comunitaria, esta si podrá ser remitida a quien lo
solicite de manera rápida y eficiente o en un tiempo razonable. Cuando la
administración niegue o no entregue dicha información a tiempo, se pueden presentar
ciertas quejas, pero no se encuentran sanciones especificas que se les pueda aplicar
por incumplimiento de la petición. En esos casos, el comunero puede solicitar la
información directamente con el presidente, ya que este si cuenta con la potestad de
poder entregar dicha documentación, siendo este el representante de la comunidad.

256.1.4 LEC muestra de manera expresa los documentos y cuentas de la comunidad,


lo cual nos ordena a plantearnos la expansión del objeto de la diligencia en un entorno
en el cual, ejemplificando, las cuentas de una sociedad son objeto de publicación oficial
en el Registro Mercantil al que cualquier interesado, integrado el socio, puede solicitar.
Sabemos que en los supuestos en que se pretenda la exhibición de documentos que
obren publicados en un registro público la mera negativa de la sociedad su exhibición
no va a poder servir de excusa para pretenderlos de la sociedad o sociedad por medio
de las diligencias preliminares, al ser un mecanismo tendente para remediar la
incapacidad de obtención de la información fundamental para la preparación del ulterior
pleito que no se encuentre ni logre estar al alcance de los solicitantes

En cuanto a los presupuestos de admisión de la diligencia preliminar, como se afirma


con carácter general respecto del resto de diligencias, la misma será admisible cuando
la información pretendida no pueda ser obtenida por los medios, que según las normas
civiles o mercantiles, se tenga derecho a la información y no se haya consentido al
solicitante el acceso a ella evitando así que el socio o comunero se vea en la obligación
de comenzar un procedimiento declarativo para así poder obtener la entrega de los
documentos en los cuales estén plasmados los datos solicitados.
La exhibición de contratos seguros

Para empezar, un contrato de seguro es aquel por el que el asegurador se obliga


mediante el cobro de una prima y para el caso que se produzca el evento cuyo riesgo
es objeto de cobertura, a indemnizar, dentro de los límites que se acordaron, el daño
producido al asegurado a satisfacer un capital, una renta u otras prestaciones
convenidas.

Los elementos de un seguro son: La póliza, el riesgo y el siniestro. El primer elemento,


consiste en un documento el cual detallan los derechos y obligaciones tanto de
asegurados y el asegurado sobre el contrato de seguros y cuanto será la cantidad
objeto contra el pago que se hará por medio de las primas establecidas. El segundo
elemento, consiste en sucesos indeterminados que produzca un daño a nivel
patrimonial, y el ultimo elemento, consiste en la determinación concreta del riesgo
asegurado.

Este tipo de diligencia mercantil consiste en una solicitud que puede ser dirigida tanto a
la seguradora como al asegurado teniendo como objetivo principal averiguar si existe el
seguro, que tipo de seguro posee, de que situaciones o daños este cubre, en otras
palabras, si incluye los seguros de responsabilidad civil y los seguros de vida. No
obstante, sí el contrato carece de ciertos aspectos importante como por ejemplo, las
consecuencias que puede acarrear el incumplimiento de una de las partes de dicho
contrato, la manera en cómo se puede solucionar lo vemos reflejado en la ley de
procedimientos mercantiles en el art. 10, expresa: “Si no hubiere acuerdo en el caso
contemplado en el Art. 1407 del Código de Comercio, cualquiera de las partes de un
contrato de seguro, podrá ocurrir al juez competente pidiendo que se nombre peritos
para evaluar el daño ocasionado por el siniestro.”

Con respecto a la solicitud de información, como también lo vimos en la diligencia


anterior, esta debe de entregar cierta documentación, copias o archivos, así como lo
estipula el art. 34 Inc. 3, en los cuales se encuentre cada uno de los detalles de dicho
contrato o si este sufre algún cambio, ya que con esto si ocurriera alguna situación en
la cual se presentarán daños privativos o comunitarios; el derecho de repetición puede
ser valido porque tanto el particular como la comunidad de propietarios habrán
presentado su contrato si es que en ese caso dicho contrato asegura dichos daños.
Además, se permite la presentación de una garantía de devolución, como póliza de
garantía de responsabilidad civil contractual, al ser vital para presentar además la
demanda contra la entidad que garantiza la devolución.

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