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Ciencia crítica y/o crítica de la ciencia, de Julia Kristeva.

La semiología situada en la historia y en el pensamiento de la ciencia. Toda práctica puede ser


científicamente estudiada en tanto que modelo secundario con relación a la lengua natural,
modelada sobre esa lengua y modelándola.

I. La semiología como modelado

La semiótica es una formalización, una producción de modelos, es decir, sistemas formales cuya
estructura es isomorfa o análoga a la estructura de otro sistema.

Hablaremos, más que de semiótica, de un nivel semiótico al referirnos a la axiomatización de los


sistemas significativos. En esta instancia se recurre a los modelos de la matemática y de la
lógica.

Objeto de la semiótica:
 Producción de modelos (representaciones).
 Producción de la teoría del modelado (que puede abordar lo que no es del orden de la
representación).

La teoría de los modelos constituye a la vez su objeto (y por lo tanto el nivel semiótico de la
práctica estudiada) y su intrumento (el tipo de modelo que correspondería a determinada
estructura semiótica designada por la teoría). En cada momento la semiótica piensa su objeto, su
intrumento y su relación, y por lo tanto se piensa y se convierte, en ese giro sobre sí misma, la
teoría de la ciencia que es. Es, por lo tanto, una reevaluación constante de su objeto y sus
modelos, una crítica de esos modelos (y por lo tanto de las ciencias de las que han sido
tomados) y de sí misma.

La práctica semiótica rompe con la visión teleológica de una ciencia subordinada a un sistema
filosófico y con ello destinada a convertirse en un sistema. Menos que una ciencia, es más bien
el lugar de agresividad y de desilusión del discurso científico en el interior mismo de ese
discurso. Es a su vez una ciencia de las ideologías y una ideología de las ciencias.

Al igual que la teoría marxista, rechaza un sistema absoluto (incluyendo el sistema científico)
pero conserva el intento científico, osea, el proceso de elaboración de modelos y de su teoría.
Mantiene el punto de vista de una toma de postura en la práctica social en curso. Esto implica:

1. relación particular de la semiótica con las demás ciencias (en especial con la
matemática, lógica y lingüística, de donde saca los modelos).
2. introducción de una terminología nueva y la subversión de la terminología existente. La
diferencia de sentido de un término en distintos contextos teóricos desvela el nacimiento
de la ciencia dentro de una ideología.
II. La semiótica y la producción

Marx plantea a la sociedad como un modo de producción específico. Según cómo se combine el
proceso de trabajo y las relaciones sociales de producción se tratará de diferentes sistemas
semióticos. Este pensamiento plantea el problema del trabajo productivo como característica
principal en la definición de sistema semiótico. Pero estudia el trabajo en tanto valor de cambio,
es decir, al producto del trabajo puesto en circulación. Al hablar del trabajo en tanto valor de uso,
dirá que son combinaciones de materia y trabajo.

En el consumo, o en la comunicación, el trabajo no representa nada fuera del valor en que se


cristaliza. Se mide al valor por la cantidad de tiempo social necesario para la producción. Existiría

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otra instancia, en la que el trabajo no se mediría por su valor, porque el trabajo no representa
aún ningún valor y no quiere decir nada, es decir, carece de sentido. Esta productividad anterior
al valor, ese trabajo pre-sentido, surge como crítica al sistema de intercambio de signos (valores,
dinero) que ocultan un trabajo-valor. El dinero remplaza a las cosas por sus signos.

Freud plantea el trabajo constitutivo de la significación anteror al sentido producido y al discurso


representativo con el mecanismo del sueño. Al titular El trabajo del sueño desvela la propia
producción en tanto que proceso no de intercambio (o de uso) de un sentido (de un valor), sino
de juego permutativo que modela la propia producción. Este concepto implica una producción
pre-representativa, un pensar antes del pensamiento.

Kristeva plantea como alternativa a la producción de modelos desde la comunicación, la


producción de sentido anterior al sentido, construyendo una nueva problemática científica con un
nuevo objeto: el trabajo como práctica semiótica distinta al intercambio. Prefiere una producción
regulada por intercambio más que un intercambio basado en la producción. La semiótica de la
producción, con su teoría de lo no-representable, acentuará la alteridad de su objeto con relación
al objeto de cambio (representable y representativo) que abordan las ciencias exactas.

III. Semiótica y literatura

Para la semiótica la literatura no existe, sino que es simplemente una práctica semiótica
particular que tiene la ventaja de hacer más comprensible que otras esa problemática de la
producción de sentido que se plantea una semiótica nueva, dado que es considerada en su
irreductibilidad al objeto de la lingüística normativa (codificada y denotativa).

La problemática de la escritura se desprende del mito y de la representación para pensarse en


su literalidad y espacio. La práctica debe definirse a nivel del texto en la medida que esa palabra
remite a una función que, si bien no expresa la escritura, la dispone. Una semiótica de la
producción deberá abordar los textos irredutibles a la representación para alcanzar una práctica
escritural vuelta hacia su producción a un pensamiento científico a la búsqueda de la producción.

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