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TEMA 20: TRASTORNO DE LA PERSONALIDAD

INTRODUCCIÓN
Los rasgos de personalidad se definen como "patrones persistentes de formas de percibir,
relacionarse y pensar sobre el entorno y sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una
amplia gama de contextos sociales y personales".  La Personalidad es un concepto complejo y
en permanente estudio.

 Podríamos definir la Personalidad como aquello que de único y de singular tiene un individuo,
es decir, las características más o menos consistentes y duraderas en el tiempo que lo
distinguen de los demás y que le llevan a relacionarse con el entorno.

La forma de pensar, de sentir, de comportarse y de relacionarse nos ayudan a conocer a la


persona en su totalidad e individualidad (yo, self o sí mismo) y en su desarrollo evolutivo
juegan un papel muy importante la carga genética, las experiencias personales, las relaciones
interpersonales significativas y el entorno sociocultural en el que se vive; por eso, podríamos
decir que la Personalidad – y por tanto el ser humano- es un todo integrado, con componentes
biológicos, psicológicos y sociales innatos y aprendidos.

Cada persona tiene patrones característicos de percepción y de relación con otras personas y
situaciones (rasgos personales). Dicho de otro modo, toda la gente tiende a enfrentarse a las
situaciones estresantes con un estilo individual pero repetitivo. Por ejemplo, algunas personas
tienden a responder siempre a una situación problemática buscando la ayuda de otros. Otras
siempre asumen que pueden manejar los problemas por sí mismas. Algunas personas
minimizan los problemas, otras los exageran.

Aunque la gente tiende a responder siempre del mismo modo a una situación difícil, la mayoría
es propensa a intentar otro camino si la primera respuesta es ineficaz. En contraste, las
personas con trastornos de la personalidad son tan rígidas que no pueden adaptarse a la
realidad, lo cual debilita su capacidad operacional. Sus patrones desadaptados de pensamiento
y comportamiento se hacen evidentes al principio de la edad adulta, frecuentemente antes, y
tienden a durar toda la vida. Son personas propensas a tener problemas en sus relaciones
sociales e interpersonales y en el trabajo.

Las personas con trastornos de la personalidad generalmente no son conscientes de que su


comportamiento o sus patrones de pensamiento son inapropiados; por el contrario, a menudo
creen que sus patrones son normales y correctos. Con frecuencia, los familiares o los
asistentes sociales los envían a recibir ayuda psiquiátrica porque su comportamiento
inadecuado causa dificultades a los demás. En cambio, la gente con trastornos por ansiedad se
causa problemas a sí misma pero no a otros. Cuando las personas con trastornos de la
personalidad buscan ayuda por sí mismas (frecuentemente, a causa de frustraciones), tienden
a creer que sus problemas están causados por otras personas o por una situación
particularmente dificultosa.

Los rasgos disfuncionales son aspectos del comportamiento, de la percepción de los demás,
del manejo ante la vida o de la autoestima (es decir, de los grandes ámbitos en los que nos
desenvolvemos todos con nuestro carácter) que provocan sufrimiento en uno mismo y/o en
los otros. Imaginemos, por ejemplo, a una persona enormemente desconfiada, que es suspicaz
incluso con sus seres queridos y que siempre piensa que la están engañando o que se están
queriendo aprovechar de ella, humillarla, burlarse, etc. Esta persona tiene rasgos
disfuncionales de personalidad de tipo paranoide, hasta el punto de que podría ser tributaria

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de un diagnóstico de trastorno paranoide de la personalidad por su suspicacia excesiva y
generalizada. Otros ejemplos de rasgos disfuncionales son la timidez extrema, el
comportamiento delictivo, la soberbia excesiva, etc. Como se puede observar, son "formas de
ser" constantes, que no obedecen a un mal momento concreto sino que están muy arraigadas
en el individuo.

El trastorno de la personalidad se da cuando estos rasgos, que son egosintónicos (es decir, la
persona se siente bien como es, o en todo caso percibe su sufrimiento emocional como algo
inevitable, sin relación alguna consigo mismo, con su manera de ser y comportarse), se hacen
inflexibles y desadaptativos (hacia el final de la adolescencia se consolidan de forma
permanente y estable), y cuando causan un deterioro funcional significativo o un malestar
subjetivo.
Afectan entre un 10 y un 13% de la población y, en general, por igual a ambos sexos; además,
en gran parte de los casos se han observado antecedentes psiquiátricos en familiares.

 Criterios diagnósticos generales para un Trastorno de la personalidad


o Patrón permanente de experiencia interna y en la forma de comportarse de un
sujeto que afecta a varias áreas:
- Cognición
- Afectividad
- Control de los impulsos
- Actividad interpersonal
o Este patrón es permanente e inflexible.
o Este patrón provoca malestar clínicamente significativo y deterioro social,
laboral y familiar.
o Este patrón es estable y de larga duración. El inicio al menos se remonta a la
adolescencia o al inicio de la edad adulta.
o Este patrón no es debido a un trastorno mental.
o Este patrón no es debido al efecto de una sustancia.

 Clasificación de los trastornos de personalidad:


 RAROS O EXCÉNTRICOS:
PARANOIDE (desconfianza excesiva o injustificada, suspicacia, hipersensibilidad y restricción
afectiva)
ESQUIZOIDE (dificultad para establecer relaciones sociales, ausencia de sentimientos cálidos y
tiernos, indiferencia a la aprobación o crítica)
ESQUIZOTÍPICO (anormalidades de la percepción, del pensamiento, del lenguaje y de la
conducta, que no llegan a reunir los criterios para la esquizofrenia)

 DRAMÁTICOS, EMOTIVOS O INESTABLES:


ANTISOCIAL (conducta antisocial continua y crónica, en la que se violan los derechos de los
demás, se presenta antes de los 15 años y persiste en la edad adulta)
LÍMITE (inestabilidad en el estado de ánimo, la identidad, la autoimagen y la conducta
interpersonal)
HISTRIÓNICO (conducta teatral, reactiva y expresada intensamente, con relaciones
interpersonales marcadas por la superficialidad, el egocentrismo, la hipocresía y la
manipulación)
NARCISISTA (sentimientos de importancia y grandiosidad, fantasías de éxito, necesidad
exhibicionista de atención y admiración, explotación interpersonal)

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 ANSIOSOS O TEMEROSOS
EVITATIVO (hipersensibilidad al rechazo, la humillación o la vergüenza; retraimiento social a
pesar del deseo de afecto, y baja autoestima)
DEPENDIENTE (pasividad para que los demás asuman las responsabilidades y decisiones
propias, subordinación e incapacidad para valerse solo, falta de confianza en sí mismo)
OBSESISVO-COMPULSIVO (perfeccionismo, obstinación, indecisión, excesiva devoción al
trabajo y al rendimiento; dificultad para expresar emociones cálidas y tiernas)

Por su relevancia clínica, vamos a exponer lo criterios del trastorno antisocial de personalidad:

 Trastorno Antisocial:
o Fracaso para adaptarse a las normas sociales
o Deshonestidad para obtener beneficio personal o por placer
o Impulsividad
o Irritabilidad y agresividad
o Despreocupación imprudente por su seguridad o por la de los demás
o Irresponsabilidad persistente
o Falta de remordimientos
o Más de 18 años
o Etipatogenia:
- Factores orgánicos: Genéticos y electrofisiológicos
- Factores psicológicos: experiencias tempranas negativas
- Factores sociales: Clase social baja.
- Disciplina educativa incorrecta

TRATAMIENTO DE LOS TRASTORNOS DE PERSONALIDAD


El  tratamiento de estas patologías es enormemente largo y complejo, pero es imprescindible
para mejorar la calidad de vida del sujeto. Más que hablar de "curación", al ser problemas
arraigados en la personalidad cabría hablar de mejora o de una mayor adaptación a los demás
y a las exigencias cotidianas, objetivo que es posible siempre con un buen profesional y con la
adecuada motivación en la terapia. En este sentido, siempre que el individuo confía en el
terapeuta y se muestra convencido y dispuesto a trabajar para mejorar, se consiguen
resultados desde aceptables hasta extraordinariamente positivos. No obstante, cuando el
sujeto no está por la labor de intentar cambiar y no muestra el suficiente interés, acudiendo a
las sesiones por pura inercia o esperando una especie de "milagro", todo se hace mucho más
difícil.
 
El principal tratamiento de estos problemas es el psicológico, la psicoterapia. Esto es
completamente normal ya que lo afectado es la personalidad en sí, por lo que se requiere un
profundo análisis del individuo, de su forma de proceder, de relacionarse con los  demás y
consigo mismo, de su manera de pensar, etc. Una vez realizado este análisis, habrá que
establecer una serie de objetivos de conformidad con el paciente, objetivos que realmente
configurarán un "cambio de chip", una forma de comportarse distinta a la habitual que estaba
trayendo problemas. Esto no significa que haya que cambiar de personalidad porque el sujeto
siempre va a ser el mismo, sólo mejorará en aquellas cosas con las que tampoco tiene por qué
identificarse. Por ejemplo, el individuo tímido tendrá que combatir contra su timidez, y el
suspicaz contra su desconfianza. 
Los fármacos son una ayuda interesante en algunos casos, pero lamentablemente su eficacia
es más bien modesta. Sirven como un "alivio sintomático" (por ejemplo, para los síntomas de
ansiedad, depresión, impulsividad...) pero realmente, como no puede ser de otra forma, no

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afectan a la personalidad. No existen pastillas para la suspicacia, la timidez, la necesidad
afectiva, la baja autoestima, los sentimientos de inferioridad, etc. 
 

ACTUACIONES DE ENFERMERÍA

Pautas de actuación en el trastorno antisocial:


- Poner límites al comportamiento del paciente
- Favorecer la expresión verbal de los sentimientos
- Evitar el empleo de castigos
- No tolerar la violación de los derechos de otros pacientes
- Utilizar técnicas de modificación de conducta para aumentar
comportamientos positivos
- Permitir que canalicen su agresividad hacia objetos inmediatos, juegos
de dramatización o deporte.

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