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Diálogo de teorías

En los antecedentes también tenemos esta noticia, es del 23 de septiembre


de este año y menciona un documento publicado que lleva como título
“Afghanistan’s fall into the hands of the Taliban”, que en español es
“Afganistán cae en manos de los talibanes ". En él se describe una larga
lista de abusos contra los derechos humanos, entre ellos, homicidios
selectivos de civiles y soldados que se habían rendido, así como el
bloqueo de la ayuda humanitaria en el valle de Panjshir, que constituyen
crímenes de derecho internacional. Además, se han vuelto a imponer
restricciones a las mujeres, la libertad de expresión y la sociedad civil.
La amenaza a la que se enfrentan las personas defensoras de los
derechos humanos atrapadas en Afganistán es real. Son objeto de
ataques porque se las considera enemigas de los talibanes. Allanan sus
oficinas y domicilios. Golpean a sus compañeros. Se ven con la
obligación de esconderse. Viven bajo la amenaza constante de arresto,
tortura o algo peor. Quienes han logrado salir del país están ahora
atrapados en campamentos militares o en países vecinos, sin saber cuál
será su destino final ni cómo podrán reconstruir sus vidas destrozadas de
la noche a la mañana

2.

Como consecuencia del clima de temor provocado por la toma de poder


de los talibanes, muchas mujeres afganas ahora usan el burka, se
abstienen de salir de casa si no es acompañadas de un hombre y han
abandonado otras actividades para evitar violencia y represalias. A pesar
de las múltiples amenazas que se presentan ahora contra sus derechos,
las mujeres han organizado protestas en todo el país. Aquí pueden ver
unos screenshots de noticias que se publicaron en la red social Twitter
con respecto a la situación de las mujeres afganas. En la siguiente
diapositiva también hay un video corto donde muestran protestas contra
el régimen talibán y otro tweet.
3.

La pregunta guía que nosotras formulamos es “¿Un gobierno talibán


limita las libertades de las mujeres?”.

El grupo o movimiento talibán es una organización que tiene presencia en


Afganistán y Pakistán, se fundó en 1994 (aunque tiene antecedentes en años
anteriores, particularmente desde el impacto de la invasión de la Unión Soviética a
Afganistán en 1979). Ello provocó el surgimiento de los famosos muyahidín
(singular muyahid), quienes conformaron una amalgama de grupos. De allí saldría
el futuro liderazgo talibán, participante de la guerra civil afgana hasta el 2001.

Para entender el credo del talibán a nivel religioso, es necesario considerar


diversas fuentes. Su visión ultraconservadora es producto de la influencia del
pensamiento wahabí (una ideología sectaria con un discurso violento y
fundacional del Reino de Arabia Saudí, vigente a pesar de las recientes reformas),
de una interpretación de la escuela Deobandi (fundada en India en 1867) y de
elaboraciones propias interpretativas de las fuentes del islam que a menudo
contradicen los textos sagrados.

Cuando los talibanes gobernaron Afganistán en el pasado, impusieron


una sharía estricta que prohibía que las mujeres trabajaran fuera del hogar o
salieran de casa sin la compañía de un varón, eliminaron la instrucción escolar
para las niñas y golpeaban con latigazos a las personas que violaban el código
moral del grupo.

La sharía se basa en el Corán, en los relatos de la vida del profeta Mahoma y las
decisiones de los académicos religiosos que forman el marco moral y jurídico del
islam. Cabe aclarar que el Corán establece un camino para la vida moral pero no un
conjunto de leyes en particular.
Esto quiere decir que una interpretación de la sharía podría brindar extensos
derechos a las mujeres, mientras que otra podría hacer que las mujeres queden con
pocos. Muchos críticos han dicho que algunas de las restricciones de los talibanes a
las mujeres con el pretexto de la ley islámica en realidad están fuera de los confines
de la sharía.

Entonces como observamos, el reto en entender a este grupo que tiene una
elaboración a nivel ideológico, no es solo a partir del islam (que es supremamente
diverso) sino de considerar otras variables, incluso el entorno de guerra afgano.

4.
Otro caso con la temática que estamos manejando es el de Cuba. El
domingo 11 de Julio de este año los cubanos salieron a las calles a
reclamar vacunas y comida porque llevan meses en hospitales con
condiciones deplorables. A pesar de que el impulso a salir fue por la
situación caótica que creó el COVID 19, esta fue solo la gota que colmó
el vaso. Cuba lleva siendo una dictadura bajo la esclavitud de los Castro
por 62 años. Miles de cubanos murieron a causa de ser fusilados en
frente de sus famillias y miles de presos políticos murieron siendo
torturados. El 11 de Julio, cuando el pueblo salió a protestar
pacíficamente por sus derechos, en marchas por todo el país reclamando
la libertad, el presidente mandó a matar a su pueblo en vivo por la
televisión nacional. El país entero está sin armas, sin medios de defensa
propia y tiene miedo de ser masacrado en las calles solo por reclamar
algo tan simple como tener libertad de expresión.

Aunque en Afganistán hayan permitido que algunas protestas continúen


de forma pacífica, los talibanes han reprimido con violencia muchas de
ellas. El 4 de septiembre, las fuerzas especiales talibanes dispersaron
aproximadamente a 100 mujeres que protestaban en Kabul, efectuando
disparos al aire y lanzando, según los informes, gas lacrimógeno. Otro
aspecto en común es la amenaza a la que se enfrentan las personas
defensoras de los derechos humanos atrapadas tanto en Afganistán
como en Cuba y en nuestro país cuando se llevaron a cabo las protestas.
Son objeto de ataques porque se las considera enemigas. Pese a que la
dictadura en Cuba no es impulsada por ideologías religiosas, podemos
concluir que lo es por una malinterpretación de posturas políticas (en
este caso comunistas y socialistas), lo que ha provocado el uso de la
violencia y la opresión como medio para mantener el poder.

5.
Así como Laura les dio la perspectiva negativa de la situación expuesta
en estas noticias, la otra cara de la moneda, por decirlo así, es que
Afganistán antes de la ocupación de los talibanes desde el mes de agosto,
tampoco era el país liberal del que muchos hablan. Había restricciones a la mujer,
especialmente en los ámbitos rurales, pues estamos ante una sociedad con
aspectos conservadores, que claro, presentó algún avance en estos 20 años,
(algunas mujeres pudieron ejercer el periodismo, ir a las escuelas, hubo una
embajadora de Afganistán en Estados Unidos) pero está lejos de ser significativo.
Desde el seno de las familias ya comienzan las restricciones.

Esta noticia tiene como base la entrevista a una mujer afgana que lucha
por los derechos de las mujeres, cuya identidad no fue revelada por lo
delicado de las circunstancias actuales. Ella decía que cuando los Estados
Unidos ocuparon Afganistán, la expectativa que tenían los afganos en ese
momento era de que se produjera un cambio. Pero no ocurrió nada
fundamental. Volvieron al gobierno afgano y al mismo tiempo
mantuvieron cierta relación con el Talibán, en el sentido de que no lo
presionaron, aunque intentaran demostrar que combatían al grupo. En
general, la población de las aldeas empezó a oponerse a los Estados
Unidos, y una de las principales razones fueron los bombardeos que se
estaban llevando a cabo. Estaban matando a los civiles.

Ahora la población está muy enfadada, especialmente las mujeres. Creen


que los estadounidenses deberían haber abandonado el país de forma
adecuada, a través de los medios apropiados. La gente no pidió que
vinieran.

Por último, una frase de la mujer entrevistada que me pareció muy


importante es “No se trata de que la gente va a extrañar a los
estadounidenses. Quiere un gobierno democrático, con representantes
y elecciones, donde las mujeres puedan tener sus derechos
garantizados. Incluso con 20 años de ocupación, los Estados Unidos no
han hecho nada para eso. Se trató apenas de una exhibición al mundo.”

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