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1.

El grupo o movimiento talibán es una organización que tiene presencia en


Afganistán y Pakistán, se fundó en 1994 (aunque tiene antecedentes en
años anteriores, particularmente desde el impacto de la invasión de la unión
soviética a Afganistán en 1979 para salvar al gobierno del pdpa -partido
democrático popular de Afganistán que ocupaba el poder un año antes-).
ello provocó el surgimiento de los famosos muyahidín (singular muyahid),
quienes conformaron una amalgama de grupos. de allí saldría el futuro
liderazgo talibán, participante de la guerra civil afgana hasta el 2001 para
entender el credo del talibán a nivel religioso, es necesario considerar
diversas fuentes. su visión ultraconservadora es producto de la influencia
del pensamiento wahabí (ideología sectaria con un discurso violento y
fundacional del reino de arabia saudí, vigente a pesar de las recientes
reformas), de una interpretación de la escuela deobandi (fundada en india
en 1867) y de elaboraciones propias interpretativas de las fuentes del islam
que a menudo contradicen los textos sagrados. para entender al talibán
también es necesario considerar elementos del pashtunwali, código de
conducta de la comunidad pashtún (aunque haya pashtúnes en contra del
talibán) como observamos, el reto en entender a este grupo que tiene una
elaboración precaria a nivel ideológico, no es solo a partir del islam (que es
supremamente diverso) sino de considerar otras variables, incluso el
entorno de guerra afgano.
2. Son muchas las razones. Algunas de ellas son, por ejemplo, que el grupo,
contrario a lo comúnmente establecido, no fue eliminado ni erradicado en
2001 cuando Estados Unidos invadió el país. Si bien fue desplazado de los
principales centros urbanos, como Kabul, permaneció en zonas rurales
restructurándose y aguardando un momento propicio para iniciar ofensivas
militares Así, por ejemplo, en el 2006 el talibán retomó actividades militares.
En 2014, con el plan de retiro de tropas anunciado por Barack Obama, el
grupo siguió creciendo y consolidando una guerra de desgaste que alternó
con diálogos tendientes a un proceso de negociación para explicar la toma
del poder en el 2021 hay que tener en cuenta este periodo de 20 años, pero
también que en realidad no había fuerzas armadas afganas fuertes y
consolidadas. Muchos soldados decidieron simplemente evitar el combate
(no veían el propósito), algunos se aliaron con el talibán y otros,
simplemente con la salida de EE. UU., no creían en el gobierno afgano de
Ashraf Ghani. El gobierno de Ghani y el del anterior presidente, Hamid
Karzai, son importantes aquí porque el talibán se benefició del fracaso de
estas administraciones, de sus múltiples señalamientos de corrupción
(incluso de vínculos con el mercado ilegal del opio), ineficacia y de no crear
un ambiente económico próspero y favorable para todos los habitantes del
país.
3. Por miedo, precisamente, al retorno de un talibán agresivo y opresor y
porque no comparten o no desean vivir bajo este grupo.
4. Afganistán está de facto gobernada por el Emirato Islámico de Afganistán,
controlado por los combatientes talibanes, luego de la retirada de las tropas
occidentales y las instituciones de la internacionalmente
reconocida República Islámica de Afganistán, ocurrida el 15 de agosto de
2021 tras la toma de la capital, Kabul, por parte de los combatientes
talibanes.
5. Como lo mencioné anteriormente, Estados Unidos intervino en los asuntos
afganos en múltiples ocasiones. Las más representativas sin duda fueron
su apoyo logístico, financiero y militar al muyahidín por intermedio de Arabia
Saudí y Pakistán (servicio de Inteligencia) para combatir a la unión
Soviética. Entre estos grupos había sectores integristas islámicos que
Washington cobijó sin importarles su ideología sectaria y violenta, pero que
fueron llamados “luchadores de la libertad” en diferentes posters
publicitarios, lo que se puede reflejar en la participación del personaje
Rambo en su tercera entrega fílmica posteriormente, hacia el 2001, el país
intervino para eliminar la presencia de al-Qaeda en Afganistán, que había
sido permitida por el entonces mulá Omar, pero todo bajo la bandera de la
venganza (paradójicamente ningún afgano participó del ataque aéreo a las
Torres Gemelas del 11 de septiembre), de salvar a la mujer afgana y de la
democracia. Todo esto fue una gran farsa, lastimosamente.
6. En los diálogos de Doha, llevados a cabo en años recientes, desde la era
de Barack Obama, Estados Unidos aceptó que no podía derrotar al talibán,
que sumado a su deseo de retirarse de Afganistán, propuso un diálogo con
este grupo que sería materializado por la administración de Donald Trump y
apoyado luego por Joe Biden en general, supuso que EE. UU. se retiraría
del país pero que el talibán se comprometería a no atacar a Washington ni
permitir que en territorio afgano se estableciera un grupo que atente contra
Estados Unidos o sus intereses. Como vemos, es una aceptación expresa y
de “luz verde” para que el talibán tomara el poder mientras también
argumentaban la necesidad de un diálogo con el gobierno afgano de turno
(al que no invitaron).
7. Soy un crítico del concepto “comunidad internacional”, pues no sé si incluye
a todas las naciones y pueblos del mundo o más bien a Estados Unidos y
Europa occidental. Lo que hemos observado es una aceptación tácita de
poderes como Rusia, China y el mismo Estados Unidos desde los diálogos
de Doha. A nivel regional, vecinos como Irán, Pakistán e India no han
manifestado su oposición a la llegada del poder del talibán.
8. Si nos basamos en el talibán de 1996 sin duda no solo limita sino elimina
libertades de las mujeres, que de hecho están consagradas por la religión
del islam (de allí una de sus más grandes contradicciones) considero que él
o la lectora de esta entrevista se proponga pensar: ¿Será el mismo talibán
de hace más de 20 años? ¿Algo pudo haber cambiado? Si nos basamos en
sus pronunciamientos de estos días, que nadie cree, incluyéndome, al
parecer hay una nueva lectura de la realidad. Prometieron libertad de actuar
de las mujeres, pero bajo la difusa consigna de “los límites de Sharía” (que
no traduce ley como se asegura en algunos medios de comunicación, sino
como camino o sendero trazado por Dios para sus fieles) contrario a lo que
podríamos encontrar en redes sociales, Afganistán antes del talibán (en
este mes de agosto), tampoco era el país liberal del que todos
elocuentemente hablan. Había restricciones a la mujer, especialmente en
los ámbitos rurales, pues estamos ante una sociedad conservadora, que
claro, tuvo algún avance en estos 20 años, (algunas mujeres pudieron
ejercer el periodismo, ir a las escuelas, hubo una embajadora de Afganistán
en Estados Unidos) pero está lejos de ser significativo. Desde el seno de
las familias ya comienzan las restricciones la gente solo analiza Kabul, pero
las zonas rurales, (entre 75 % y 80 % del país) está habitado por gente muy
conservadora.
9. Una mayor implementación de medidas ultraconservadoras en espacios urbanos,
donde se sentirá más el cambio y lastimosamente el declive de la libertad de
expresión, que incluso durante la época de la ocupación estadounidense,
Afganistán era uno de los países más peligrosos para ejercer el periodismo.

10. Los talibanes que significa ‘los estudiantes’ en pastún tomaron el control de
Afganistán en 1996 después de capturar Kabul en la guerra civil afgana.
Establecieron un gobierno basado en su interpretación extrema de la ley
islámica Sharia y gobernaron durante cinco años. El régimen talibán fue
derrocado en 2001 por la invasión de Afganistán liderada por Estados
Unidos.

ESTUDIANTE: NICOL DAYANA TAMAYO BUSTAMANTE


GRADO: 6°D

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