Está en la página 1de 3

Diálogo de geopolítica.

INTRODUCCIÓN
En la declaración institucional previa a la invasión, Vladimir Putin, explicó cuál era nuestra
intención como gobierno, que radica en proteger a las personas que son objeto de abusos y
del genocidio del régimen de Kiev durante ocho años, y para ello buscamos desmilitarizar y
desnazificar Ucrania.

(Una de las principales exigencias de nuestro presidente Vladimir Putin a la Alianza


Atlántica para evitar la invasión de Ucrania era la negativa a que el país ucraniano forme
parte de la organización.) Los lazos sociales, políticos y culturales entre Rusia
y Ucrania trascienden las fronteras estatales. Unos lazos que vienen
fortalecidos precisamente durante el periodo en que Ucrania formó parte
de la Unión Soviética hasta su disolución en el año 1991. "Ucrania es
parte inalienable de nuestra propia historia.
Precisamente son estos lazos los que fundamentan la decisión de Putin
sobre considerar como "un solo pueblo" a ambos países. "Nuestro
parentesco se ha transmitido de generación en generación. Está en los
corazones y en la memoria de las personas que viven en la Rusia y
Ucrania modernas. Juntos siempre hemos sido y seremos mucho mas
más fuertes y exitosos, y nunca permitiremos que nuestros territorios históricos y las
personas cercanas a nosotros que viven allí se utilicen contra Rusia.
Sin embargo, las razones no se quedan solamente en motivos históricos y culturales, sino
también en la cooperación económica que ambos países mantuvimos desde la disolución de
la URSS hasta la actualidad. Defendemos el papel indispensable que jugamos en el
desarrollo económico y social de Ucrania, y argumentamos que tanto Rusia como Ucrania
forman un único sistema económico, debido a la profunda cooperación que tuvimos hace
30 años, que es un ejemplo que la Unión Europea debe admirar. Una relación tan estrecha
puede fortalecer las ventajas competitivas, aumentando el potencial de ambos países.
DE ACUERDO CON EL TEXTO DE HUGO FAZZIO

(Durante toda la época de la Guerra Fría y los primeros años de los noventa, los conflictos y
las situaciones de inseguridad económica y financiera podían contenerse dentro de las
fronteras nacionales y/o regionales en las que estas situaciones tenían lugar. Con el 11 de
septiembre (el ataque terrorista a las torres gemelas) la inseguridad llegó a los mismos
países desarrollados y, como tal, demostró que algunos conflictos ya no pueden seguir
confinándose dentro de las fronteras regionales, porque por su naturaleza son globales y
requieren respuestas de la misma envergadura. Ello lo podemos ver cuando, en 1994, Rusia
firmó un acuerdo en el que se comprometía a respetar la independencia y soberanía de
Ucrania. Pero el año pasado, Putin escribió un extenso artículo en el que describía a los
rusos y ucranianos como "una nación", y ahora ha dicho que la Ucrania moderna fue creada
enteramente por la Rusia comunista. Putin también ha argumentado que, si Ucrania se une a
la OTAN, la alianza podría intentar recuperar Crimea, la estratégica península que Rusia se
anexionó en 2014. Además de supuestas cuestiones de amenaza a su seguridad y de poner
en duda el reconocimiento de Ucrania como nación soberana, Putin acusa al gobierno de
Kiev de ser un títere de Estados Unidos.)

En un mundo que se globaliza, el atentado a las Torres demuestra que se requiere apoyo
para afianzar la seguridad internacional pero también para hacer factible la seguridad
interior. Las fronteras de lo interno y lo externo se han vuelto aún más porosas, porque el
mundo es interdependiente y ello exige sellar compromisos de negociación a nivel
transnacional para resolver los problemas más urgentes a los que el mundo deberá
enfrentarse. Ello ratifica la importancia de los lazos establecidos durante el
pasado siglo entre Ucrania y Rusia, los que fundamentan la decisión de
Putin sobre considerar como "un solo pueblo" a ambos países. Sin contar
también que hemos sellado compromisos de negociación con Bielorrusia,
uno de nuestros más grandes aliados. Eritrea decidió posicionarse en nuestro lado en la
Asamblea General de la ONU. Aunque muchos países africanos decidieron abstenerse en la
votación, Eritrea fue el único del continente que nos apoyó, en gran parte porque, como
dice el texto, buscamos apoyo para afianzar la seguridad internacional, y sobre todo hacer
factible la seguridad interior.

DE ACUERDO CON SUN TZU.


Tal como lo menciona Sun Tzu, un líder inteligente analiza de manera objetiva el beneficio
y el daño. Nuestro presidente Vladimir Putin consideró las consecuencias de llevar a cabo
las decisiones que vemos hoy, entre las cuales está el apartar a Rusia de Occidente. Ese es
el camino que han decidido seguir las grandes potencias como Europa o Estados Unidos,
bancados por otro gran número de países, por medio de sanciones de carácter económico,
como el cierre al sistema financiero occidental, que para ser más específica es la
prohibición de hacer o recibir transferencias internacionales a través del sistema de pagos
globales SWIFT (una red internacional de comunicaciones financieras entre bancos y otras
entidades financieras). Esta sanción impide a Rusia cobrar sus exportaciones de gas,
petróleo, minerales y trigo, y pagar sus importaciones de otros bienes. También se han
impuesto sanciones contra líderes políticos y un número importante de oligarcas
rusos . Dichas acciones, aunque afectan el patrimonio de la élite política y económica rusa
y, por consiguiente, al apoyo interno a la invasión, no detuvieron a Putin, quien busca
preservar la soberanía del país y los lazos con Ucrania. ( Ahí evidenciamos que un buen
líder a pesar de no tener completamente el apoyo popular es capaz de tomar decisiones en
pro del bien de sus ciudadanos y en este caso de sus aliados. )

CONCLUSIONES
Nuestros intereses son mantener nuestra soberanía y evitar que países como Estados
Unidos puedan tener una influencia mucho más significativa tanto en Ucrania como en
otras partes del mundo.

También podría gustarte