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Lección 2: Introducción a la Constitución Española de 1978

Varias son las fechas importantes cuando hacemos referencia a la Constitución española de
1978: el 6 de diciembre, día de su aprobación tras haber sido sometida a referéndum popular; el 27
de diciembre, día en que es sancionada por el rey; y el 29 de diciembre, fecha en la que se publica
en el BOE la Constitución española, entrando en vigor este mismo día, lo cual venía recogido en la
propia Constitución.

La Constitución es el resultado de un proceso de transición política de tres años que


comienza con la muerte de Franco el 20 de noviembre de 1975 y culmina en 1978 con la aprobación
del texto constitucional. La transición fue un proceso algo peculiar debido a que en ella tuvieron un
papel importante personas que con anterioridad habían estado muy ligadas al franquismo. Fueron
estos, sin embargo, los que impulsaron el paso de la dictadura a la democracia. Algunos de los más
importantes fueron el rey Juan Carlos, que había sido designado sucesor por el Franco y Adolfo
Suárez, (presidente del Gobierno durante la transición) que había sido secretario general del
movimiento. Otro hecho peculiar fue el paso de la dictadura a la democracia sin romper con la
legalidad vigente, todos los pasos dados fueron siguiendo el ordenamiento jurídico.

Hay que tener en cuenta que ciertos antecedentes acaecidos durante la dictadura fueron
decisivos para que posteriormente fuera posible la transición:

- Designación por Franco del príncipe Juan Carlos como sucesor a la jefatura de Estado.
- Asesinato de Carrero Blanco, en ese momento presidente del gobierno. En junio de 1973,
cuando Franco ya era muy mayor, decide nombrar a Carrero Blanco presidente del gobierno
para asegurar la continuidad del sistema (hasta ese momento no había desdoblamiento entre
presidente y jefe de Estado, sino que ambas posiciones estaban concentradas en la figura del
dictador). La intención era que tras su muerte hubiera un presidente del gobierno que dirigiera el
Estado y un jefe de Estado como figura meramente simbólica. Franco eligió a Carrero Blanco
como presidente del gobierno dado que este era considerado el “más fiel depositario de las
esencias del franquismo”, que garantizaría la continuidad del régimen tras la muerte del
dictador. Sin embargo, con el asesinato del presidente del gobierno a manos de ETA tiene lugar el
“principio del fin del continuismo”. Muerto Carrero Blanco, Franco designa como presidente a
Carlos Arias Navarro.
- Cambio en la sociedad española ocurrido durante los casi 40 años que dura la dictadura. Las
instituciones del franquismo descansaban originalmente en una sociedad de base
fundamentalmente agraria y con alto índice de analfabetismo, y contaban con el apoyo de la
iglesia católica. Había, a nivel económico, una total desconexión con el mundo exterior, pero con
el tiempo esto cambia, principalmente por la apertura económica que España se ve obligada a
realizar. Además, las juventudes empiezan a manifestarse por el cambio político, se va
perdiendo el apoyo de la iglesia católica desde el Concilio Vaticano II, se manifiesta de forma
más clara el rechazo por parte del exterior (críticas de otros países hacia el régimen), la
oposición se organiza en el exilio, y ocurren otros cambios sociales. Todas estas son
circunstancias que influyen en gran medida en el origen de la transición política.

Con la muerte de Franco, el entonces príncipe Juan Carlos es nombrado jefe de Estado y
este confirma a Arias Navarro como presidente del gobierno. La confirmación de Arias Navarro
como presidente genera muchas críticas hacia la corona derivadas de que la idea de que mantener
el presidente que Franco había designado suponía perpetuar el régimen, con lo que el rey se ve





obligado a nombrar a un nuevo presidente del gobierno, que será Adolfo Suárez. Este hecho hizo
patente que se optaba por un cambio controlado.

La primera tarea de este gobierno fue elaborar un proyecto de ley fundamental, el proyecto
de la Ley para la Reforma Política (mirar materiales), que sería presentada ante las Cortes
franquistas para su tramitación y posterior aprobación (siguiendo el proceso de aprobación de las
leyes fundamentales). La aprobación de esta ley supuso el “harakiri” para las Cortes franquistas, ya
que preveía la disolución de estas una vez aprobada, y la posterior creación de unas nuevas Cortes.
La Ley para la Reforma Política fue la ley 1/1977 del 4 de enero. Se convirtió en la ley fuente, ley
que permitiría el cambio total del sistema. En esta ley se proclamaba la soberanía popular, se
establecía el sufragio universal, se reconocía implícitamente el pluralismo político, se hacía
referencia a los derechos y libertades de los ciudadanos, y preveía la existencia de unas nuevas
Cortes de carácter bicameral (Congreso y Senado) elegidas por sufragio universal (en el caso del
Senado, al rey se le permitía un porcentaje mínimo de designación de senadores). A estas Cortes se
les encomienda la elaboración de una nueva normativa fundamental.

Una vez aprobada la Ley para la Reforma Política, había una serie de pasos a seguir. Se
convocaron elecciones generales el 15 de junio de 1977 para elegir a los integrantes de la nuevas
Cortes, se aprobó un decreto ley de modificación de la ley de asociaciones para reconocer a los
partidos políticos, y además se aprobó otro decreto ley que regulaba el sistema electoral. Este
último, aprobado por el gobierno de Suárez, estuvo vigente hasta el año 85, teniendo aplicación
incluso cuando ya estaba aprobada la Constitución. A partir de 1985, se aplica la Ley Orgánica
reguladora del sistema electoral, que toma al decreto anterior como base. Se convocan las
elecciones y en las nuevas Cortes ningún partido obtiene mayoría absoluta (ganó UCD, seguido del
PSOE, el Partido Comunista, Alianza Popular y detrás otras minorías). Las nuevas Cortes
resultantes de las elecciones se constituyen el 22 de julio de 1977. Con el tiempo, estas serían
conocidas como Cortes constituyentes porque sus funciones, además de las de cualquier
parlamento, eran las de llevar a acabo la elaboración de la nueva normativa fundamental, esto es,
la Constitución.

Para elaborar la nueva Constitución había que ejercer la iniciativa constitucional, es decir,
debía haber alguien que llevara a cabo la iniciativa de elaboración del proyecto de Constitución.
LA Ley para la Reforma Política establecía que la iniciativa podía ser ejercida por el Gobierno
(creando proyectos de leyes de carácter constitucional y presentándolos a las Cortes para su
tramitación parlamentaria), por el Congreso de los Diputados, o por el rey, que bajo impulso del
Gobierno podía someter al pueblo a una opción política de interés nacional, fuere o no de carácter
constitucional, y sin pasar previamente por las Cortes podía someterla directamente a referéndum.
De las tres, lógicamente, la tercera fue descartada, al ser la menos democrática. El gobierno de
Suárez manifestó la intención de ejercer la iniciativa, pero se encontró con una total oposición por
parte de las Cortes, por lo que se optó por la opción más democrática: que fuera en el seno del
Congreso de los Diputados donde se estableciera el nuevo proceso de constitución y se tramitara
por las dos cámaras. A estos efectos, el Congreso de los Diputados nombró en su seno a una
comisión que se denominó la Comisión de Asuntos Constitucionales y Libertades Públicas para
que redactara el proyecto de constitución (el 25 de julio de 1977). Dicha comisión estaba integrada
por 36 miembros (17 de UCD, 13 del PSOE, 2 de Alianza popular, 2 del PCE y 2 de la minoría
vasco-catalana). Para aligerar la tarea, esta Comisión nombró una ponencia de 7 personas, que
debían redactar el anteproyecto que luego estudiaría la Comisión. Estas siete personas fueron
conocidas como los padres de la Constitución. Sus miembros fueron: de UCD, Miguel Herrero de



Miñó, Gabriel Cisneros y Pérez Llorca; del PSOE, Gregorio Peces Barba; de Alianza Popular,
Manuel Fraga; del PCE, Jordi Solé Tura; y de la minoría catalana, Miguel Roca y Junyent. La
ponencia empezó a trabajar en la redacción del anteproyecto el 22 de agosto de 1977 bajo el lema
de la absoluta confidencialidad. Pasados unos meses, en la revista “Cuadernos para el Diálogo”,
apareció publicado el texto del anteproyecto, lo que generó muchas críticas. Ante estas críticas, la
ponencia retomó el trabajo y finalmente lo terminó. El anteproyecto fue publicado en el boletín de
las Cortes el 5 de enero de 1978. Una vez presentado el anteproyecto, le fueron presentadas más de
mil enmiendas, y posteriormente se trasladó a la Comisión para que esta debatiera el texto junto
con las enmiendas y adoptara un proyecto que presentar ante el pleno del Congreso de los
Diputados donde sería nuevamente discutido y finalmente aprobado. Las discusiones en el pleno del
Congreso de los Diputados tuvieron lugar del 4 al 21 de julio. El texto aprobado por el Congreso
siguió su camino hasta el Senado donde se le presentaron otras más de mil enmiendas, y fue
primero debatido en una Comisión Constitucional del Senado (que discutió el proyecto trasladado
junto con las enmiendas presentadas por los senadores) y posteriormente por el pleno del Senado.
Este lo aprobó, pero se trataba de un texto diferente al aprobado por el Congreso de los Diputados.
La Ley para la Reforma política también preveía que en el supuesto de que no hubiera coincidencia
entre Congreso y Senado se crearía una Comisión mixta entre diputados y senadores para elaborar
un texto de consenso, que se presentaría a la aprobación por separado de cada una de las cámaras.
Así ocurrió, y el el 31 de octubre es presentado y aprobado en ambas cámaras el texto de consenso.
Posteriormente, solo quedaba someter el texto al referéndum del pueblo, y la sanción del rey par su
entrada en vigor.

Algunas de las características más importantes del proceso constituyente fueron:

- Fue excesivamente largo. Pasa mucho tiempo desde que se forman las Cortes hasta que entra en
vigor la Constitución. En esto influyen muchos factores: el hecho de que las cortes fueran
bicamerales (tenía que pasar la tramitación por ambas cámaras), el tipo de iniciativa (que la
iniciativa la llevara el Congreso ralentizó el proceso), la Constitución no era la función
exclusiva de las Cortes (también debían ejercer las funciones normales de cualquier parlamento),
los protagonistas eran los líderes de los respectivos partidos políticos que compaginaban su
actividad parlamentaria con la del partido político…
- Fue un proceso de consenso. La Constitución española fue una constitución consensuada entre
las diferentes fuerzas políticas del parlamento. Diferentes circunstancias determinaron esto:
ningún partido tenía mayoría (todo tenía que negociarse), era necesaria una constitución para
todos, el proceso se alargaba y hubo que consensuar algunos temas para acabarlo cuanto antes

Las principales características de la Constitución española de 1978 son:

- Es muy larga. En la historia constitucional de España es la segunda más larga. Tiene 169
artículos además de las disposiciones adicionales, transitorias, derogatorias…
- Es bastante rígida en lo que se refiere al procedimiento de reforma. Contempla dos
procedimientos para llevar a cabo la reforma de la misma, y el segundo es muy complejo.
- Es poco original, lo más original que tiene es el exceso de plagio de muchas otras
constituciones, sin embargo, se trata de un hecho positivo. Es bueno tomar como modelo las
mejores constituciones que haya y construir la propia a partir de estas.
- Es una constitución para todos: permite la alternancia de diferentes partidos en el poder.
- Es una constitución inacabada desde el punto de vista de la organización territorial del
poder, porque no define el modelo de Estado desde el punto de vista de la organización

territorial del poder, sino que deja una puerta abierta reconociendo el derecho a regiones y
nacionalidades a que si lo desean puedan convertirse en comunidades autónomas.

Algunas de las influencias más importantes en la Constitución española (tanto


extranjeras como españolas) fueron:

- Extranjeras: la Constitución alemana de 1949 (Ley Fundamental de Bonn), que influye en la


regulación de la descentralización del poder los derechos y libertades; la Constitución Francesa
de 1958, la Italiana de 1947-1948 (influye de manera parecida a la alemana), la Portuguesa de
1976, y las constituciones de las monarquías nórdicas, además de otras.
- Españolas: la constitución de 1931, aprobada durante la Segunda República, que reconoce
derechos y libertades, Tribunal Constitucional, etc.

La estructura de la Constitución se caracteriza por contar con un título preliminar en el que


se recogen las grandes declaraciones. A continuación, se divide en diez títulos, siendo el primero de
ellos la parte declarativa de derechos y libertades, y el resto los títulos que regulan los distintos
órganos que ejercen los poderes del Estado.

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