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IES Huerta Alta

Profesor David Márquez García

Tema 15: El Proceso de Transición a la Democracia y la Constitución


de 1978.

El 20 de noviembre de 1975 moría el general Francisco Franco, y según lo que


establecían las Leyes Fundamentales del régimen franquista, debía ser sucedido por el Príncipe
de España, Juan Carlos de Borbón, con el título de rey. Pero pese a las previsiones, los
acontecimientos se sucedieron de un modo muy distinto del que imaginaron quienes pretendían
la continuación del franquismo sin Franco. Los políticos que procedían del franquismo se
dividieron en dos tendencias: inmovilistas y aperturistas. Los inmovilistas eran los viejos
falangistas, el ejército en su práctica totalidad y el sindicalismo vertical, que hablaban de la
necesidad de un “rearme ideológico del régimen”. Junto a ellos, se fue desarrollando un grupo de
aperturistas que pensaban que el régimen monolítico no podía durar, sobre todo una vez
desaparecido Franco.
Por otra parte, la oposición al franquismo fue creciendo, y a su vez, presentaba también
dos tendencias: la moderada y la radical. Había grupos de oposición moderada cuyos líderes no
habían tenido un contacto estrecho con el régimen de Franco, pero nunca se habían opuesto a él
de manera contundente, de manera que querían el final del régimen, pero siempre por
procedimientos no traumáticos. En esta se incluían los monárquicos partidarios de Juan de
Borbón, que contenía diversas corrientes, demócrata-cristianas y liberales como grupos
principales. Por otra parte, los grupos de oposición radical estaban representados por la
izquierda tradicional e histórica, que tenía una tradición obrerista: PSOE, PCE y los sindicatos
clandestinos como UGT, CCOO, USO, CNT, etc.

1. El gobierno de Arias Navarro.

El 22 de noviembre de 1975 se hizo efectiva la designación de Juan Carlos I como jefe


del Estado, a título de rey, y Carlos Arias Navarro fue confirmado como presidente del gobierno,
aunque el entendimiento entre ambos fue siempre dificultoso. Del gobierno de Arias Navarro,
compuesto por militares, viejos franquistas y algunos reformistas, se esperaba que activara las
reformas que se habían esbozado en el llamado “espíritu de febrero”, pero pronto se vería que no
era el hombre adecuado para llevar a España hacia un régimen democrático. Sus propuestas se
reducían a decir “participación” en lugar de “adhesión” al régimen, a definir una supuesta
democracia “a la española”, y a reformar el derecho de asociación política pero excluyendo lo
fundamental, los partidos políticos.
En esta situación, la oposición democrática tomó la iniciativa al impulsar movilizaciones
reivindicativas, que defendían la llamada “ruptura democrática”, constituida en 1976 en
Coordinación Democrática, cuyo programa insistía en la petición de una amnistía general para
los presos políticos del régimen, la legalización de los partidos y sindicatos prohibidos, la
defensa de las libertades y la celebración de elecciones libres. Ante la incapacidad de Arias y las
protestas, el rey comenzará a manejar abiertamente las riendas de la Transición, siendo su
principal preocupación desprenderse del cada vez más incómodo Arias Navarro, que en julio de
1976 presentó su dimisión, ante la presión del rey, demostrando la imposibilidad de un
franquismo sin Franco.

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2. LA REFORMA: EL GOBIRNO DE ADOLFO SUAREZ.

En julio de 1976 el rey sorprendió con el nombramiento de Adolfo Suárez como


presidente del gobierno, procedía de las filas de Falange y nadie creía que fuera el hombre
apropiado para traer la democracia a España. Pero entre julio de 1976 y junio de 1977 procedió
al desmantelamiento de las instituciones del régimen de Franco y a la celebración de unas
elecciones generales a diputados para unas nuevas Cortes. Este proceso de reforma es conocido
como la Transición Democrática, y sus principales pasos fueron:

2.1. Ley para la Reforma Política.


Esta ley proclamaba la democracia como organización política del Estado español, y
preveía la celebración de elecciones generales con sufragio universal directo. También preveía la
transformación de las Cortes franquistas en un Congreso de los Diputados y un Senado elegidos
por sufragio universal. Representaba pues, el inicio del desmantelamiento del franquismo.

2.2. Primeras Elecciones Democráticas: 15 de junio de 1977.


La difícil situación que vivió el país en los primeros meses de 1977 puso en peligro la
Transición a la democracia. Grupos de extrema derecha asesinaron a cinco abogados laboralistas
de izquierdas, “la matanza de Atocha”; por otro lado, ETA y el GRAPO secuestraban a militares
y asesinaban a miembros de la policía y de las instituciones del Estado. El gobierno de Suárez
llevó a cabo una serie de medidas, claves, con el objetivo del restablecimiento de las libertades y
la convocatoria de elecciones democráticas a Cortes Constituyentes como amnistía que permitía
la vuelta a España de destacados líderes comunistas como Dolores Ibárruri (Pasionaria),
supresión del Tribunal de Orden Público, autorización de la Diada Nacional de Cataluña,
reconocimiento del derecho de huelga, de libertad de expresión, de libertad de sindicación y la
legalización de partidos y sindicatos.
El panorama político estaba compuesto por una serie de coaliciones. Suárez desde el
gobierno creó la UCD, Unión de Centro Democrático, una coalición que incluía a 15 grupos
diferentes de centro. El antiguo ministro franquista Manuel Fraga fundó Alianza Popular, AP,
que incorporaba diversas personalidades y formaciones del régimen. Frente a estas dos
coaliciones, se situaban los partidos históricos de izquierda: PSOE y PCE. En cuanto a los
nacionalistas, en el País Vasco el Partido Nacionalista Vasco (PNV), y en Cataluña
Convergencia Democrática de Cataluña y Unión Democrática de Cataluña, que formarán
posteriormente CIU, Convergencia i Unió, además de ERC, Ezquerra Republicana de Cataluña.
La extrema derecha aparecía representada por Fuerza Nueva. Las elecciones de 1977 dieron el
triunfo a los partidos que utilizaron un lenguaje moderado, así la UCD obtuvo la victoria con
más de seis millones de votos, seguida del PSOE, con más de cinco millones.

2.3. Acuerdos Sociales: Los Pactos de la Moncloa.


La situación económica y social era muy delicada, sobre todo por el impacto de la crisis
petróleo de 1973, que generó un estancamiento económico en toda Europa, siendo las
consecuencias especialmente graves para España. En este ambiente de depresión económica, el
gobierno y la oposición firmaron los Pactos de la Moncloa en octubre de 1977, con el objetivo de
hacer frente la crisis. La oposición acordaba reducir la conflictividad laboral, que los aumentos
salariales no fueran superiores a la inflación y, como contrapartida, el gobierno elaboraría un
plan de ampliación de servicios sociales, realizaría inversiones públicas y una reforma fiscal
moderada. Los efectos de este primer pacto social de la democracia fueron inmediatos, y en 1978
se había reducido la inflación en diez puntos, aunque el paro continuaba creciendo.

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3. LA CONSTITUCIÓN DE 1978.

Tras las elecciones generales del 16 de junio de 1977, en un ambiente de continuo riesgo
a causa del terrorismo y la amenaza de un golpe de Estado militar, el rey y Adolfo Suárez, en la
línea de la ruptura con el franquismo, plantean la necesidad de elaborar una Constitución que
sirviera de base para la organización de una democracia y un Estado de derecho. Se formó una
Comisión Constitucional con el objetivo de conseguir el consenso entre las distintas fuerzas
políticas, para que por primera vez en la historia de España la constitución no fuera la imposición
unilateral de un partido, sino fruto del acuerdo. La Comisión estuvo compuesta por siete
personas: tres de UCD, y uno del PSOE, PCE, AP y Minoría Catalana, fue nombrada en 1977
para elaborar el borrador. El 6 de diciembre de 1978 fue aprobada la Constitución en referéndum
con el 88% de votos favorables.
La Constitución de 1978 definía a España como un “Estado social y democrático de
Derecho”, cuya forma es la monarquía parlamentaria, limitando drásticamente las facultades de
la corona y garantizando a las Cortes el ejercicio del poder. Se establecía la división de poderes:
el legislativo residía en las Cortes; el ejecutivo en el gobierno; y el judicial en los tribunales de
justicia. Asimismo, el texto fijaba el carácter no confesional del Estado y contenía una
declaración de derechos y libertades civiles y políticas muy completa. Se abolía la pena de
muerte y se incluía un amplio capítulo de derechos sociales y económicos. La Constitución
consagraba el derecho a la autonomía de las nacionalidades y regiones, reconociendo como
leguas oficiales el castellano y las demás lenguas españolas en las Comunidades Autónomas
correspondientes.

4. LA CRISIS DE LA UCD Y EL 23 F.
La normalización democrática se completó en 1979, con la convocatoria de elecciones
municipales con la victoria en las grandes ciudades del PSOE, a la vez que en la UCD, el partido
de Adolfo Suarez, comenzaron a evidenciarse diferencias internas con respecto a leyes como la
del divorcio o la educación. El desprestigio del presidente aumentaba, en medio del malestar de
los militares, alarmados ante el proceso autonómico y el terrorismo etarra. Sorpresivamente en
enero de 1981, Adolfo Suárez dimitió ante la descomposición de su partido, además de
especularse con posibles presiones del monarca. El 23 de febrero de 1981, el día que se votaba la
investidura del nuevo presidente del gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo, un grupo de militares y
miembros de la Guardia Civil dirigidos por el teniente coronel Tejero, asaltó el Congreso de los
Diputados. En el fracaso del golpe de Estado fue decisivo el mensaje televisado de Juan Carlos I
en el que desautorizaba la intentona golpista y ordenaba al ejército que respetara el orden
constitucional. En las elecciones de 1982 cambiaba el panorama político español, con una muy
amplia mayoría socialista con 202 diputados, mientras la UCD se hundía.

5. CONCLUSIÓN.
La Transición constituye uno de los períodos más interesantes de nuestro pasado reciente,
la incertidumbre de los primeros años dio paso a la esperanza, no sin sobresaltos. El gobierno de
Adolfo Suárez y la oposición democrática, pactaron un proceso de transición política que
comportó el desmantelamiento de la dictadura franquista, y la instauración de un régimen
democrático que quedó plasmado en la Constitución de 1978. La historia de los siguientes años
posteriores ha conformado una nueva España constitucional, que ha acercado el país al modelo
de las sociedades de nuestro entorno europeo y occidental.
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