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REPUBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

UNIVERSIDAD NACIONAL EXPRIMENTAL DE LA GRAN CARACAS UNEXCA


FRANCISCO DE MIRANDA SEDE ALTAGRACIA
CONTADURIA PUBLICA

COMPRENSION DE LA FORMACION SOCIOECONOMICA DEL SISTEMA ECONOMICO


Y MODELO DE DESARROLLO VENEZOLANO DESDE EL COMUNISMO PRIMITIVO
HASTA LA LLEGADA DE LA INVACION EUROPEA 1492

ALUMNO YANEISKA ANDRADE


C.I 17.347.756
SECCION 30221
Analisis critico Poblacion y Economia en el Pasado Indigena

La situación actual de los pueblos indígenas en América Latina solo puede ser comprendida
como resultado del proceso histórico que comenzó hace más de cinco siglos. En 1492 los
europeos llegaron a América buscando rutas alternativas para el comercio con Asia de
especias y productos de lujo, como sedas, joyas y perfumes, entre otros1. De forma
paulatina fueron descubriendo un continente entero, poblado por otras personas, a quienes
los castellanos llamaron “indios” por considerarlos inicialmente habitantes de la India, de las
“Indias Occidentales” (Antillas y Bahamas, islas del Caribe). Lo primero que sorprendió a los
recién llegados, cuyas filas estaban integradas por hidalgos (se habían dedicado a la milicia,
donde lucharon contra los musulmanes), una minoría de clérigos y caballeros (quienes
podían comprar un caballo) y, sobre todo, por soldados y campesinos pobres, fue lo
saludables que parecían los indígenas en comparación con ellos: más altos y robustos,
limpios y con una dieta muy nutritiva. Pero esta imagen no persistió. Las expediciones
inglesas de peregrinos que llegaron años después de los primeros contactos a la llamada
“Nueva Inglaterra” (Estados Unidos), por ejemplo, describieron pueblos abandonados,
cadáveres y esqueletos desparramados por el suelo de antiguos asentamientos Las
consecuencias pueden parecer hoy inimaginables: murieron nueve de cada diez habitantes
la población indígena estimada al momento de la llegada de los europeos. 1 De acuerdo con
Miguel Alfonso Martínez: “En una fase más tardía, aparecieron otros factores contribuyentes
a este expansionismo: la intolerancia religiosa, la opresión basada en el origen nacional y la
marginalización económica y social de ciertos sectores de la población europea, así como,
en diversas épocas, antagonismos y confrontaciones entre potencias europeas. En siglos
ulteriores todos estos factores contribuirían a fomentar el establecimiento de nuevos
contactos iniciales hacia el interior de los territorios ‘descubiertos’ así como a un mayor
desarrollo y consolidación del fenómeno colonial en su conjunto” y también la estructura
excesivamente centralizada de la cadena de mando Inca, por ejemplo. Además, los
gérmenes diezmaron de forma decisiva a la población indígena, en lo que se denomina la
invasión mórbida . Las derrotas militares y el despoblamiento acabaron por definir lo que hoy
se conoce como América. La pérdida de la “territorialidad política” de los pueblos indígenas
del continente, de la soberanía sobre sus territorios, fue un hecho decisivo que inauguró un
ciclo de extensa duración histórica. los españoles y los portugueses se valieron de las bulas
papales de Alejandro VI (1493) para justificar la ocupación del territorio y el dominio sobre
otros pueblos2, y los ingleses utilizaron luego el concepto derivado del derecho latino de
terra nullius (ausencia de población o tierra vacía), es decir, la colonización de un territorio
despoblado, sin habitantes, o bien habitado por “bárbaros” Salvo algunos casos muy
específicos, no se consideraron los derechos territoriales previos de los habitantes
originarios. demandas de la Corte española, el Papa otorgó una serie de bulas. La más
importante, la bula de donación y partición Inter Caetera (4 de mayo de 1493), concedía a
los Reyes Católicos las tierras descubiertas o por descubrir que se hallasen hacia el
Occidente o el Mediodía, hacia la India o cualquiera otra parte del mundo, siempre que
estuviesen situadas más allá de la línea imaginaria que, de polo a polo, pasase a cien
leguas al oeste de las islas Azores. La determinación del Papa era demasiado favorable a
los españoles, de manera que al año siguiente, para calmar las iras de Juan II, Rey de
Portugal, los Reyes Católicos firmaron un nuevo tratado de partición, el Tratado de
Tordesillas (4 de junio de 1494), que modificaba en favor de Portugal las estipulaciones de
la bula Inter Caetera” (De Roux, 1990, pág. 39). Recuadro I.1 Las doctrinas de terra nullius y
del “descubrimiento” Las doctrinas del desposeimiento que surgieron con posterioridad a la
conquista y colonización, en el desarrollo del derecho internacional moderno, de terra nullius
y del “descubrimiento”, tuvieron efectos perjudiciales incalculables para los pueblos
indígenas. La doctrina de terra nullius, tal y como se aplicaba a los pueblos indígenas,
sostenía que las tierras indígenas estaban legalmente desocupadas hasta la llegada de una
presencia colonial, y por tanto, podían convertirse en propiedad de la potencia colonizadora
mediante la ocupación efectiva. En sentido estricto, en los siglos XVII, XVIII y XIX, la
doctrina del “descubrimiento” otorgó a los Estados que descubrían tierras previamente
desconocidas para estos un título imperfecto que podía perfeccionarse mediante la
ocupación efectiva dentro de un plazo razonable. Esta doctrina, tal y como fue aplicada por
los Estados, con escaso o ningún apoyo del derecho internacional, otorgaba a la potencia
colonial “descubridora” jurisdicción sobre las tierras indígenas que eran utilizadas y
ocupadas por estos, a lo que a veces se hacía referencia como título aborigen. Los pueblos
indígenas en América Latina: avances en el último decenio… Este proceso se tradujo en la
creación de instituciones para aprovechar el trabajo de la población indígena. Es decir, el
verdadero El Dorado, el mito del hombre y el lago de oro construido a partir de las
informaciones entregadas por un indígena a los españoles en 1534, fueron las manos y el
sudor indígena, que pagaron con creces cualquier gasto o deuda de la empresa americana y
la aversión al trabajo manual de los recién llegados (véase el recuadro I.2). De ahí el dicho
popular del siglo XVI, “sin indios no hay Indias”, subrayando el aspecto económico de la
conquista. La primera de estas instituciones es la encomienda, un sistema de mano de obra
indígena que consistía en el pago en tributo como oro y en trabajo, aprovechando las
“reducciones de indios”, y que se debía combinar con la evangelización. Siguiendo la
experiencia medieval previa de servidumbre a cambio de protección, la Corona española la
instauró desde 1503 en América. Además, se hizo propietaria de las tierras, con algunas
pautas y mecanismos de control (como la figura del “visitador”), a partir de las Reales
Ordenanzas de Burgos (1512-1513). La carencia de mano de obra se empezó a resolver en
el siglo XVII con quienes trabajaban a cambio de salario, los mestizos y los indios fugados
de las encomiendas, así como por el incremento del comercio de esclavos desde África. El
pasado colonial En algunas zonas del continente, el interés inicial de los colonos condujo
rápidamente a la explotación de la mano de obra indígena en empresas extractivas. Con
posterioridad, su atención se dedicó a ordenar y explotar la tierra y los recursos agrícolas.
Los colonos exigían servicios obligatorios a las poblaciones indígenas residentes en las
haciendas agrícolas y ganaderas creadas. En otras áreas, solo hubo explotación de la mano
de obra indígena en ciertos lugares, mientras que a otras zonas este sistema llegó más
tarde, junto con la introducción de las formas iniciales de asentamiento agrícola, cultivadas
principalmente por los propios colonos. Cuando después se estableció una economía
basada en plantaciones, se obtuvo la mano de obra en diversos grados, según los sectores,
con el reclutamiento de trabajadores indígenas e importados, y con frecuencia mediante la
importación de esclavos. La encomienda, que acabó en una esclavitud encubierta, junto con
la “merced de tierra”, entregada a los conquistadores por la Corona y que constituiría la
hacienda, que adquirió importancia desde el siglo XVI, deben analizarse como parte del
sistema relacionado de apropiación territorial y de trabajo forzado indígena. Este sistema
incluía además la mina y el obraje, incipientes empresas manufactureras dedicadas a la
exportación y el mercado local, mediante la repartición de indios, o la mita en los Andes3. A
pesar que la encomienda fue abolida en el siglo XVIII, cabe resaltar que la hacienda ha
sobrevivido hasta el siglo XXI, con mano de obra indígena cautiva (concertaje, peonaje),
servidumbre o trabajo forzoso, basado en que el trabajador contrae una deuda (el empeño,
“habilito” o “socorritos”) con el hacendado imposible de pagar y, en consecuencia, debe
quedarse en el lugar trabajando indefinidamente, mientras que la deuda que se traspasa a
sus hijas e hijos. la situación de los derechos humanos y libertades fundamentales de los
indígenas, Rodolfo Stavenhagen, Misión a Bolivia (25 noviembre al 7 de diciembre de 2007).
Persistencia de algunas formas de esclavitud en la región “El dueño nos da azúcar, fideos,
arroz, dos poleras, pero la deuda es siempre mayor que el salario”, relata un hombre
Guaraní (cuya identidad no se revela por motivos de seguridad), en mayo de 2009. “Los
ganaderos se salen con la suya, una y otra vez, la gente trabaja y nunca puede pagar su
deuda, cada año hacen una lista (“arreglos”) y esta sigue creciendo. en el marco
latinoamericano de la teoría de la dependencia5, un debate relevante sobre si la conquista
de América Latina, y la consiguiente expansión mercantil y conformación de Europa como
metrópolis, ocurrió bajo un esquema feudal o capitalista primitivo. Se trató de un debate de
André Gunder Frank y Luis Vitale respecto de la “izquierda tradicional” (Cueva, 1979), y fue
importante porque abordaba el papel de la región en la historia y la interrogante sobre si
podía haber una revolución socialista sin atravesar por un período de capitalismo.
Independientemente de los modos de producción, lo que parece no estar en discusión es
que la acumulación de capital con mano de obra indígena servil y negra esclava conformó el
sistema económico mundial que se conoce en la actualidad (Wallerstein, 1974-89) , incluida
la clasificación social de la población sobre la idea de raza (Quijano, 2000). La justificación
religiosa para la ocupación europea de América y la obtención del tributo indígena por parte
del encomendero condujeron a la acumulación de tierras y capital, en un proceso en que
hubo oposición y alternativas. La principal expresión de este choque ideológico y de
principios ocurrió entre Juan Ginés de Sepúlveda y Bartolomé de las Casas en 1550, en
Valladolid, en un panel teológico jurídico del Consejo de Indias conocido como “polémica de
los naturales”. En 1510, De las Casas fue el primer sacerdote ordenado en América.
Inicialmente fue favorable al sistema de la encomienda —él fue encomendero—, pero tuvo
una conversión espiritual en 1514, renunció al sistema de encomiendas y regresó a España
para denunciar las injusticias que este generaba Su labor pionera en la causa de los
derechos indígenas tuvo su primer fruto en las Leyes Nuevas (1543) dictadas por Carlos V,
que incluían el fin de la entrega de más concesiones de encomiendas, aunque tuvo limitada
aplicación (incluyendo la sublevación de Gonzalo Pizarro en el Perú en 1544-1548). La
mirada de Bartolomé de las Casas “La causa por que han muerto y destruido tantas y tales e
tan infinito número de ánimas los cristianos ha sido solamente por tener por su fin último el
oro y henchirse de riquezas en muy breves días e subir a estados muy altos e sin proporción
de sus personas (conviene a saber): por la insaciable codicia e ambición que han tenido,
que ha sido mayor que en el mundo ser pudo, por ser aquellas tierras tan felices e tan ricas,
e las gentes tan humildes, tan pacientes y tan fáciles a sujetarlas; a las cuales no han tenido
más respecto ni dellas han hecho más cuenta ni estima (hablo con verdad por lo que sé y he
visto todo el dicho tiempo), no digo que de bestias (porque pluguiera a Dios que como a
bestias las hubieran tractado y estimado), pero como y menos que estiércol de las plazas. Y
así han curado de sus vidas y de sus ánimas, e por esto todos los números e cuentos dichos
han muerto sin fee, sin sacramentos. Y esta es una muy notoria y averiguada verdad, que
todos, aunque sean los tiranos y matadores, la saben e la confiesan: que nunca los indios
de todas las Indias hicieron mal alguno a cristianos, antes los tuvieron por venidos del cielo,
hasta que, primero, muchas veces hubieron recebido ellos o sus vecinos muchos males,
robos, muertes, violencias y vejaciones dellos mesmos”. Fuente: Bartolomé de las Casas,
“Brevísima relación de la destruición de las Indias”, 1552, Es curiosa la actualidad que
pueden revestir estas justificaciones. En el fondo, tanto los argumentos represivos, que
califican al indígena como “bárbaro”, como los más paternalistas, en la línea posterior del
“buen salvaje”, se orientan en similar dirección: la necesidad de evangelizar el Nuevo Mundo
y de tutelar a personas y pueblos antes soberanos. se presenta una breve descripción
desde la perspectiva indígena de lo que significó la colonización y evangelización en
América. El primer ciclo colonial conllevó la desposesión y presión creciente sobre las tierras
indígenas para ampliar las fronteras agrícolas y ganaderas, la utilización abusiva de la mano
de obra indígena, y la abolición, limitación o mera tolerancia del autogobierno, y se extendió
hasta el siglo XIX con campañas militares, en especial en Chile y la Argentina (Toledo
Llancaqueo, 2005). Hubo un breve período de igualdad jurídica de españoles, mestizos e
indígenas bajo la Constitución liberal española de 1812. Estableció que el repartimiento, en
cualquier modalidad, era ilegal, pero este igualmente persistió al restablecerse el
absolutismo y hasta el siglo XIX en algunos países. De hecho, la desposesión indígena se
incrementó con la Independencia, debido a la aprobación de códigos civiles que privilegiaron
las formas privadas de propiedad y el derecho individual al colectivo, con los que durante los
conflictos el indígena siempre terminó perdiendo en tanto individuo y como parte de su
pueblo o cultura7. Las guerras por la Independencia fueron una oportunidad perdida para los
indígenas, puesto que los nuevos aires de libertad fueron sobre todo patrimonio de los
criollos, es decir, de los europeos nacidos en América. A pesar de participar en las guerras a
partir de las promesas de mayor igualdad, después de la culminación del proceso de
independencia estas no se cumplieron. Al contrario, surgió la ideología del “problema indio”,
que caracterizó al indígena como un obstáculo al proyecto liberal modernizante del Estado-
nación. En México, por ejemplo, la “Ley Lerdo” o Ley de Desamortización de las Fincas
Rústicas y Urbanas de las Corporaciones Civiles y Religiosas, promulgada el 25 de junio de
1856, se tradujo en la práctica en la fragmentación y venta de gran parte de las tierras que
los ayuntamientos indígenas habían mantenido durante la colonia. Leyes de este tipo se
dictaron en muchos países de la región y fueron precedidas en las nuevas Constituciones,
donde el tema indígena fue prácticamente ignorado o inserto en el paradigma civilizatorio.
Conservamos principios y prácticas ancestrales como la reciprocidad y la
complementariedad, nuestra identificación con la Madre Tierra, nuestros sistemas propios
de trabajo y economía colectivos, de organización social, nuestros sistemas de autoridades
y de justicia, nuestra cultura”. “Para invadirnos, someternos, saquearos y diezmarnos, los
conquistadores europeos se valieron de dos instrumentos, la cruz y la espada, para imponer
su doctrina: un solo dios, un solo rey. Obtuvieron una bula papal que les otorgaba estas
tierras con la condición de “evangelizar” a los indígenas (extirpar idolatrías). E inventaron el
racismo, el criminal concepto de razas “superiores” e “inferiores”, sustento ideológico de ese
y posteriores genocidios”. Fuente: Caucus Latinoamericano ante el Foro Permanente (9 de
mayo de 2012), La categoría atribuida a los indígenas de incapaces, inocentes o menores
de edad influye en los textos jurídicos acordados por ambas partes. Por ejemplo, los
tratados de fronteras de España y los Estados Unidos de 1795 y 1819 ignoran los acuerdos
previos contraídos por España y las naciones indígenas de esa zona , como si
repentinamente el derecho internacional solo fuera posible entre Estados occidentales
modernos. Aunque los Estados modernos no tienen interés en la revisión de estos acuerdos
previos, los pueblos indígenas continúan asignándoles validez. Hasta el punto que,
siguiendo el clásico Estudio del problema de la discriminación contra las poblaciones
indígenas, del Relator Martínez Cobo (1987), donde se destacó la importancia fundamental
que para ciertos pueblos indígenas tienen los tratados celebrados con los Estados hoy
existentes o con los países que en la época ejercían poderes administrativos coloniales, el
Grupo de Trabajo sobre Poblaciones Indígenas (1982-2007), mediante resolución 1987/17,
requirió al entonces Relator Especial sobre Cuestiones Sociales y Derechos Humanos,
Miguel Alfonso Martínez, la elaboración de un estudio sobre los tratados, convenios y otros
acuerdos constructivos de los Estados y las poblaciones indígenas, cuyo informe final fue
publicado en 1999. En su informe, Martínez incluye el concepto de proceso de
“retrogresión”, que subraya que se han privado (o reducido en gran medida) tres de los
cuatro atributos esenciales en que se basaba la situación original de los pueblos indígenas
como naciones soberanas: territorio, capacidad reconocida de suscribir acuerdos
internacionales y formas específicas de gobierno; además de la reducción sustancial de sus
correspondientes poblaciones en muchos territorios del mundo, como consecuencia de
diversos factores, entre los que figuran las políticas asimilacionistas. El aspecto clave estriba
en que, tanto en el pasado como en la actualidad, los tratados entre los Estados coloniales
expansionistas y las naciones indígenas no fueron respetados ni son reconocidos sobre la
base de varios supuestos poco sostenibles jurídicamente Los tratados entre pueblos
indígenas y Estados en el derecho internacional Ante todo, en el caso de las relaciones de
tratados, se observa una tendencia general a poner en tela de juicio que los tratados en los
que intervienen poblaciones indígenas tengan vigencia actual en el derecho internacional.
Este punto de vista, muy extendido en los medios jurídicos y en las publicaciones
universitarias, se ha ido basando alternativamente en tres supuestos: o bien se ha
considerado que los pueblos indígenas no son pueblos en el sentido que da a este término
el derecho internacional; o bien que los tratados que implican a pueblos indígenas no son
tratados en el actual sentido convencional del término, es decir, de instrumentos
concertados entre Estados soberanos (de aquí la posición adoptada por el aparato judicial
de los Estados Unidos y Canadá en virtud de la cual los tratados que implican a pueblos
indígenas se consideran como instrumentos sui generis); o bien que esos instrumentos
jurídicos han sido simplemente superados por la realidad de la vida tal como se refleja en la
legislación interna de los Estados. Fuente: Miguel Alfonso Martínez,. A mediados del siglo
XX, con los procesos de colonización en la Amazonia y otras “zonas periféricas” de los
Estados tuvo lugar un segundo ciclo de “desterritorialización”. Más recientemente, el ciclo de
la presión extractiva sobre los recursos naturales por parte de las empresas nacionales y
transnacionales, y la ejecución de grandes obras civiles con la colaboración de bancos
internacionales de inversión, han tenido también impactos negativos sobre los ecosistemas
en territorio indígena. El último ciclo ha sido el de la apropiación de los conocimientos
tradicionales y de la biodiversidad asociada a ellos. En general, la mayoría de estos ciclos
pueden superponerse, puesto que en la actualidad siguen ocurriendo: i) intervenciones
militares en territorios indígenas, en especial para asegurar la extracción de los recursos
naturales; ii) colonizaciones por parte de la población blanca y mestiza, y iii) presiones de las
empresas respecto de los recursos naturales como de los conocimientos tradicionales
indígenas. A principios del siglo XX hubo nuevas Constituciones que aseguraban las tierras
indígenas, durante el siglo XX se aplicaron distintos programas de reforma agraria en la
región, que buscaban conseguir una distribución más justa de la propiedad de las tierras, en
primer término en México con la Revolución de principios de siglo, y las reformas agrarias no
incidieron en el origen del problema debido a varios factores: el indígena fue tratado como
campesino, no se reconoció el carácter comunitario de la tierra, se adjudicaron terrenos
poco fértiles y muy alejados de los centros de comercio, y la reforma agraria no llegó a los
indígenas de la Amazonia, de las “tierras bajas”. Las demandas de tierras y territorios, así
como de autogobierno, persisten hasta el presente, cuando se funden con la llamada
“demanda madre”: el derecho a la autodeterminación. B. Derechos de los pueblos indígena
Nota del Autor

Es necesario destacar también que la Organización de Estados Americanos (OEA) inició un


proceso normativo para redactar una "Declaración Americana sobre los Derechos de los Pueblos
Indígenas". Este interesantísimo proceso se encuentra-- lamentablemente --paralizado, pero
noticias recientes dejan entender que pronto se retomarán las negociaciones.

La lucha por los "buenos tratos" y la "humanidad" de los indígenas que-- en los inicios del período
colonial --llevaron a cabo algunos juristas-teólogos tiene una evidente contradicción: hay que
tratar bien a los indígenas para poder imponerles nuestro rey, nuestro dios y nuestra fe; los
indígenas tienen que pagarnos impuestos y alimentarnos, trabajar sacando minerales y perlas, y,
si no lo hacen les haremos "guerra justa" 3. A veces, los conquistadores llegaron haciendo "guerra
justa" y después impusieron sus condiciones divinas y materiales.

La Convención Internacional sobre la Eliminación de todas las Formas de Discriminación Racial


(1965) y los Pactos internacionales de derechos humanos (1966) marcan hitos importantes en la
lucha contra la discriminación. Aquí no se deben olvidar (en sus respectivos campos de
competencia) el Convenio No. 111 de la OIT relativo a la discriminación en materia de empleo y
ocupación (1958) y la Convención de la UNESCO relativa a la Lucha contra las Discriminaciones
en la Esfera de la Enseñanza (1960).
Específicamente, con respecto a la no discriminación de los pueblos indígenas es preciso
destacar: el Convenio No. 169 de la OIT sobre pueblos indígenas y tribales en países
independientes (1989); las referencias hechas en las declaraciones y en los programas de acción
de las Conferencias internacionales de derechos humanos (Río de Janeiro (1992), Viena (1993),
El Cairo (1994), Copenhague (1995), Beijing (1995), Estambul (1996), Roma (1996), Durban
(2001) y Johannesburgo (2002))5; la Recomendación General XXIII (51) relativa a pueblos
indígenas adoptada por el Comité para la Eliminación de la Discriminación Racial en 1997; y el
documento del Comité de los Derechos del Niño sobre los derechos de los niños indígenas
(2003).

El Parafraseo
Mediante este relato del libro analizamos como fue la influencia de la conquista en el pasado
indígena , y los cambios que genero en las costumbres de vida de todos los indígenas
venezolanos en todos los aspectos económicos, sociales que ifluenciaron cambios radicales
en la sociedad durante el año 1492 en todas las etnias indigenas.
Referencia Bibliogarfica

Título: Movimiento Indigena en Venezuela /Nemesio Montiel Fernandez,

Autor: Montiel Fernandez, Nemesio

Materia: HISTORIA-INDIGENAS ;

Título: Historia de la Venezuela /por Jiménez G. Morella , Miliani, Marina y Salazar, Cenia.

Autor: Jiménez G. Morella

Materia: VENEZUELA COLONIAL ; VENEZUELA INDEPENDIENTE ; HISTORIA - VENEZUELA ; INDIGENAS


DE VENEZUELA - HISTORIA ; EDUCACION ;

Título: Derechos de los pueblos indígenas en el nuevo ordenamiento jurídico


venezolano/Luis Jesús Bello.

Autor: Bello, Luis Jesús.

Materia: DERECHO - PUBLOS INDIGENAS. ; DERECHO - JURIDICO


VENEZOLANO. ; DERECHO. ; DERECHO - VENEZUELA - CONSTITUCION - COLONIA. ;

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