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LA LEGALIDAD Y LA SEGURIDAD JURÍDICA EN LA JURISPRUDENCIA

TRIBUTARIA DE LA CORTE SUPREMA DE JUSTICIA ARGENTINA

Guillermo O. Teijeiro1

SUMARIO: I. Introducción. -- II. El principio de legalidad o reserva y la interpretación de la


ley tributaria. -- III. La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia sobre la interpretación
de la ley en general y la ley impositiva en particular. -- IV. Interpretación de la ley tributaria y
principio de la realidad económica en la doctrina de la Corte Suprema de Justicia V.
Conclusiones

I. Introducción

1.1 La conducta estatal y el necesario acatamiento a la Constitución Nacional y la ley

El catedrático español Sainz de Bujanda alertaba hace casi ya cincuenta años, en conceptos
que no han perdido vigencia a pesar del tiempo transcurrido, que:
El derecho financiero de nuestro tiempo ha de esforzarse por encontrar un punto de equilibrio entre la
soberanía fiscal del Estado y los derechos sagrados e irrenunciables de la persona humana. Nunca como
ahora la obra de los juristas podrá contribuir tanto a edificar sobre bases éticas las relaciones entre el
Estado y el súbdito o, dicho con nuestro lenguaje, entre el Fisco y el contribuyente. Cuando se perfile
un nuevo conjunto de instituciones, articuladas en los ordenamientos positivos, el caos actual se
convertirá en sistema. No olvidemos las palabras con que Ripert da fin a uno de sus libros más
sugestivos (Aspects juridiques du capitalisme moderne): La obra del jurista --escribe-- es la única que
perdura cuando se aplaca el tumulto de la revolución. Pero esa perduración sólo será posible si el
derecho no es un mero arsenal de técnicas, sino un refugio de los supremos valores humanos.2

El accionar de la administración tributaria, como condición de legitimidad, requiere


siempre una armónica coordinación entre el interés público y el respeto de los derechos y
garantías individuales. Cuando este equilibrio se quiebra --y, de hecho, la experiencia muestra
la tendencia en la administración a preocuparse más por la solución de los problemas que por
la legitimidad de su actuación--, son los tribunales los encargados de restablecer el equilibrio
a través de la decisión de los casos concretos.

1
Guillermo O. Teijeiro, LL.B, Summa Cum Laude, La Plata University, LL.M Harvard Law School. Visiting
Scholar HLS-ITP. Professor International Tax Law, Master Program in Taxation UCA, Austral University.
Member Academic Council, UTDT Master Program in Taxation. IFA Permanent Scientific Committee (2006-
2014) IFA General Council. President IFA LATAM (2018-2020) and President AAEF-IFA Argentina (2017-
2018).
2
"Hacienda y Derecho", Instituto de Estudios Políticos, Madrid, t. 1, p. 462/3.
Es que, precisamente, desde el punto de vista de las relaciones entre el Estado y los
individuos, "la seguridad jurídica es la promesa dada por aquél a éstos de que sus personas,
bienes y derechos no serán objeto de ataques violentos, o que si ellos se producen la sociedad
les asegurará protección y reparación"3. La seguridad jurídica es, entonces, el reflejo de la
vigencia del Estado de derecho que implica, a su vez, el incondicional sometimiento del Estado
y los individuos a la Constitución, y a la ley que sea respetuosa de ella.

Cuando el Estado, o uno de sus poderes, se sitúan fuera de este marco, y se afirman como
fuentes de la conducta estatal otros principios o valores por elevados que sean, incluida una
pretendida búsqueda de la equidad --entendida ésta en el sentido aristotélico como la dichosa
rectificación de la justicia rigurosamente legal-- se destruye el valor de la norma y se socavan
los cimientos mismos de la sociedad organizada.

En tanto percibida (y sufrida) por la comunidad de negocios, la inseguridad jurídica tiene,


por lo demás, efectos devastadores sobre la iniciativa privada y, a la postre, sobre la capacidad
económica nacional.

1.2 La seguridad jurídica y la función de la justicia

La inseguridad jurídica no es, por cierto, un fenómeno nuevo en la Argentina.4 Es verdad


también que algunas de las causas de inseguridad jurídica señaladas en un antiguo trabajo de
Franco y Klein, en tanto referidas al accionar de los poderes legislativo y ejecutivo en el campo
tributario, tienen hoy plena vigencia: la vaga o deficiente redacción de las disposiciones
normativas, la arbitraria o irrazonable interpretación administrativa de la muchas veces
ambigua terminología legal, la inversión de la jerarquía de las disposiciones legales, y la
inestabilidad de las normas jurídicas. Todas estas siguen siendo hoy, adentrado el siglo XXI,
anomalías que requieren un urgente esfuerzo de superación.5

Hemos dicho ya que, a la postre, la seguridad jurídica encuentra un último bastión en la


labor de los jueces quienes, en ejercicio de la competencia constitucionalmente asignada para
resolver los casos concretos sometidos a su decisión, están llamados a restablecer, si fuera el
caso, aquel equilibrio entre el interés público involucrado en la recaudación de tributos y los
derechos y garantías de los contribuyentes.

3
GUASTAVINO E., "Tratado de la Jurisdicción Administrativa y su revisión judicial", Biblioteca de la
Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Buenos aires, t. 1, p. 28 y sus citas.
4
Véase, entre otros trabajos sobre el tema, MAIRAL, H. A., "La inseguridad jurídica en la Argentina", Revista
de la Unión Industrial, abril/junio, 1971; FRANCO, C. H. - KLEIN, G. W., "La actividad empresaria y la
seguridad jurídica en la República Argentina", t. III, p. 27, Derecho Empresario.
5
Sobre la problemática de la seguridad jurídica, véase también CUETO RUA, J. C., "Seguridad jurídica", LA
LEY, 1994-A, 742.
En un contexto donde la conducta de la administración fiscal parece verse esencialmente
regida y orientada a la consecución de los fines de interés general involucrados en la
recaudación de los tributos, con prescindencia (o sin la adecuada atención) del respeto de las
garantías constitucionales, aquella tutela judicial de las garantías individuales resulta ser un
contrapeso indispensable en el sostenimiento del Estado de derecho. Así, cuanto mayor sea el
acrecentamiento de la órbita del poder, más vigorizadas deben estar las garantías de los
derechos civiles.6

Señala al respecto Linares Quintana que "escapa a la competencia del Poder Judicial el
contralor del modo como los poderes políticos del gobierno ejercitan las facultades que la
Constitución les ha otorgado ... Mas los tribunales están llamados a intervenir apenas esos
poderes actúen arbitraria u opresivamente, violando los derechos y garantías constitucionales
y en general cualesquiera normas establecidas por la Constitución ...el instituto de la separación
de poderes reconoce como finalidad última asegurar la protección efectiva de la libertad
individual".7

La obligación de velar por el sostenimiento del orden jurídico, aun con las limitaciones y
condicionamientos de jerarquía legal que pudieran existir, no es una tarea reservada a los
tribunales judiciales sino que compete también a aquellos organismos administrativos a los que
la ley les ha otorgado facultades jurisdiccionales (i.e., la competencia para decidir como tercero
imparcial contiendas entre la administración y los particulares), tales como el Tribunal Fiscal
de la Nación, quienes deben cumplir con aquella obligación, como justificación de su propia
existencia, interpretando y aplicando las leyes con profundo sentido constitucional en la
decisión de las causas sometidas a su consideración, y ejerciendo un eficaz control de
constitucionalidad en su faz positiva.8

En la práctica existe una percepción bastante generalizada de que, en muchos casos, los
tribunales recurren a interpretaciones sesgadas de las disposiciones legales para emitir
sentencias que por su contenido favorecen al Estado. Es como si el interés público y la idea de
la superación de una emergencia más o menos crónica en Argentina, se hubiese convertido
también en un estándar judicial, en un norte que los jueces consideran primordialmente en su
tarea de interpretación y aplicación de las leyes a los casos concretos sometidos a su
consideración. La idea podría quedar sintéticamente expresada en lo siguiente: cualquiera sea

6
Cfme. VANOSSI, J. R., "Teoría constitucional", t. II, p. 556, Ed. Depalma.
7
"Tratado de la Ciencia del Derecho Constitucional", t. III, p. 514/5, Ed. Plus Ultra; cfme. LUQUI, J. C.,
"Derecho Constitucional Tributario, p. 29 ss., Ed. Depalma.
8
Cfr. SPISSO, R. R., "Derecho Constitucional Tributario", p. 352 ss., Ed. Depalma, 1991.
el fundamento legal de la posición del contribuyente en la contienda, debe favorecerse la
decisión que directa o indirectamente (por sus efectos en casos similares), favorezca la
recaudación impositiva, o que no entorpezca el normal fluir de fondos de naturaleza tributaria
al Estado. Al ser ello así, y de hecho lo es en muchos casos, se desdibujan las garantías del
contribuyente y los principios constitucionales de la imposición (incluido el de legalidad o
reserva), se desconocen las reglas de la interpretación de la ley tributaria que, acuñadas al
amparo de aquel principio, prohíben la analogía, y se crea un nuevo (e inadmisible) derecho
tributario de naturaleza pretoriana que al mismo tiempo implica una verdadera
desnaturalización de la función de juzgar. Sebastián Soler sostenía que la previsibilidad de las
decisiones (esto es, la seguridad jurídica) no se funda en un misterioso poder adivinatorio, sino
en el hecho de que las sentencias efectivamente dictadas se correspondan con las que se deben
dictar, a pesar de todas las interferencias que tiendan a desviar al juez de la ley9.

Frente a esta situación, volveremos sobre el principio de legalidad o reserva en su relación


con la interpretación de la ley, según ha sido entendido por la jurisprudencia de nuestra Corte
Suprema de Justicia, con el propósito de resaltar su vigor constitucional y vigencia. En efecto,
una revisión de la jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia nos permitirá apreciar el
significativo papel que ha jugado la Corte en esta materia, resaltando la supremacía de aquél
principio incluso frente a principios interpretativos infra constitucionales propios del Derecho
Tributario, como lo es el principio de la realidad económica en sus dos vertientes: como
principio interpretativo de la norma tributaria, y como principio interpretativo de los hechos y
actos del contribuyente.

II. El principio de legalidad o reserva y la interpretación de la ley tributaria

La Constitución Nacional consagra el principio de legalidad genéricamente en su art. 19º,


y lo confirma con aplicaciones particulares en los arts. 4º, 14º, 17º, 18º, 28º y 33º. De ahí resulta
la necesidad de una ley formal o material formal para que el Estado pueda: i) establecer
regulaciones que limiten la libertad jurídica del individuo, ejercitando el poder de policía (arts.
14º, 28º y 33º); ii) establecer y aplicar penas (art. 18º); iii) establecer y exigir contribuciones
en ejercicio del poder impositivo (arts. 4º y 17º); y iv) expropiar por causa de utilidad pública

9
"Las palabras de la ley", Fondo de la cultura Económica, 1969, p. 188; sobre la labor del juez y el valor de la
seguridad jurídica, véase también CUETO RUA, J. C., "Judicial methods of interpretation of the law", Paul M.
Herbert Law Center publication Institute, 1981, p. 220 y siguientes.
(art. 17º).10

El principio de legalidad se fundamenta en la necesidad de preservar la propiedad privada


y, en tal sentido, opera como limitación de la potestad tributaria del Estado. De acuerdo con
este principio constitucional, no puede haber tributos sin ley en sentido formal y material que
los establezcan. La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia ha aplicado reiteradamente
este principio, declarando inconstitucionales leyes, decretos y resoluciones por considerarlos
violatorios del principio de legalidad.11

Una particular vertiente del principio de legalidad es su aplicación en relación con la


interpretación judicial de la ley tributaria.

Toda norma jurídica implica una formulación más o menos abstracta de un precepto
jurídico. Esta naturaleza de la norma jurídica como formulación abstracta requiere que, en el
proceso de aplicación de las leyes a los casos concretos, deba interpretarse, esto es,
determinarse su verdadero sentido y alcance. A ello deben agregarse los problemas
interpretativos que genera la propia utilización del lenguaje. El lenguaje jurídico se nutre del
idioma cotidiano y este último adolece de falencias que no desaparecen por la sola
circunstancia de ser utilizado en el derecho.12

La interpretación de las normas en general se efectúa siguiendo diversos métodos ideados


por la ciencia jurídica que, fundamentalmente, tienden a desentrañar dos interrogantes: ¿qué
dice la ley? ¿qué quiso decir la ley?

Al primer interrogante responde el método de la interpretación literal o gramatical, que se


limita a declarar el alcance indubitable o manifiesto de las palabras empleadas en la ley. 13 Es
el método primario al que recurre el intérprete para determinar la comprensión y el alcance de
la norma.

10
Cfme. LINARES QUINTANA, S. V., obra cit., t. IV, p. 245 ss.
11
Sobre el tratamiento del principio de legalidad tributaria en la doctrina, véase, entre otros, GIULIANI
FONROUGE, C. M., "Derecho financiero", vol. I, p. 361; Ed. Depalma, JARACH D., "Curso Superior de
Derecho Tributario", Liceo Profesional Cima, t. I, p. 93 ss.; LINARES QUINTANA, S. V., "El poder impositivo
y la libertad individual", p. 177, Ed. Alfa; MARTIN, J. M., "Derecho Tributario Argentino", p. 207, Ed. Depalma;
GARCIA BELSUNCE, H. A., "Temas de Derecho Tributario", p. 78, Ed. Abeledo Perrot y "El principio de
legalidad en el derecho tributario, DF XLII, 1; VALDES COSTA, R., "Instituciones de Derecho Tributario", p.
121; Ed. Depalma, SPISSO, R. R., nota 8, obra cit., p. 189; Teijeiro, “El Principio de Legalidad, la Seguridad
Jurídica y el Ejercicio de la Función Judicial en Materia Tributaria”, La Ley 1994-C, p. 897 ss., in Impuestos,
Doctrinas Fundamentales 1942-2002, La Ley p. 428 ss; Casás, Derechos y Garantías Constitucionales del
Contribuyente, Ad-hoc, chapter VI, p. 507 ss. Casás, “Principios Jurídicos de la Tributación”, in Tratado de
Tributación (García Belsunce – Díaz Eds.) Astrea, 2004, I, 1, p. 258 ss.
12
Ver CARRIO, G. R., "Notas sobre el Derecho y el Lenguaje", Ed. Abeledo-Perrot, 1968; KRAUSE
MURGUIONDO, G., "El método dogmático y la interpretación de normas jurídicas, LA LEY, Sec. Doct., 1979-
D, 823, y La Interpretación de la Ley y el Derecho Tributario, La Ley, p. 33 ss.
13
Cfr. GARCIA BELSUNCE, H. A., "Temas de Derecho Tributario", p. 139, Ed. Abeledo-Perrot.
Al segundo interrogante responde lo que se ha dado en llamar la interpretación lógica que
tiende a desentrañar la ratio legis o intención del legislador plasmada en la ley. La
interpretación lógica puede dar como resultado: (i) una interpretación estricta, si se concluye
que el legislador no ha expresado en las palabras de la ley ni más ni menos que lo que pensaba
regular (en este caso el resultado de la interpretación lógica coincide con el de la interpretación
literal o gramatical); (ii) una interpretación restrictiva, si el legislador ha plasmado en las
palabras de la ley más de lo que pensaba; o, (iii) una interpretación extensiva, si por aplicación
del método de la interpretación lógica el intérprete llega a la conclusión de que el legislador
expresó en la norma menos de lo que se proponía.14

Por último, también debe tenerse en cuenta, lo que se ha dado en llamar la interpretación
sistemática de la ley, reiteradamente aplicada por la jurisprudencia de la Corte Suprema de
Justicia, en virtud de la cual debe considerarse la vinculación y conciliación de la norma
interpretada con el resto de las disposiciones del orden jurídico; las normas deben interpretarse
evitando darles aquel sentido que ponga en pugna sus disposiciones y destruyendo las unas por
las otras.15

Todos los métodos interpretativos arriba enunciados son aplicables en materia de


interpretación de las normas tributarias con sujeción a los preceptos constitucionales.16 En la
interpretación de la norma tributaria, sin embargo, asume importancia particular el texto
expreso de la ley en función del principio de legalidad: la imposición sólo puede nacer por
norma expresa de la ley que la establezca. En virtud del mismo principio, la analogía no es
admisible para la interpretación y aplicación del derecho tributario sustantivo. Al respecto,
sostiene Sanz de Urquiza:
Resulta claro que la aplicación de la ley impositiva por extensión analógica encuentra sus límites,
cuando de su aplicación resulten restricciones a derechos amparados por garantías constitucionales, o
surja la creación de un tributo no previsto expresamente en la ley, ampliando los límites fijados por el
legislador y dando a las expresiones de una norma un significado tal que invada la esfera de
competencia de aquél. No puede hacerse por vía de integración analógica lo que no puede hacerse más
que por disposición expresa de la ley.17

El procedimiento analógico consiste en la extensión de un precepto de ley a un caso no


comprendido en ella, pero que tiene relación de afinidad tal que hace suponer, por aplicación
de un principio lógico, que a igual premisa debe corresponder igual consecuencia y que tal

14
Cfme. CHOUHY, A. S., "Irretroactividad de la nueva interpretación de la ley impositiva", DF X, 521, esp.
522.
15
Fallos 307:2053; cfme., entre otros, fallos 278:62; 297:143; 303:248 y 1041; 307:983; y 2071; 311:193,
316:2499.
16
Cfme. GIULIANI FONROUGE, obra cit., vol. I, p. 97.
17
SANZ DE URQUIZA, F. G., "La interpretación de las leyes tributarias", p. 64/65, Ed. Abeledo-Perrot, 1990.
habría sido la voluntad del legislador. 18 La analogía no se confunde con la interpretación
extensiva a la que se llega por medio de la interpretación lógica. Con la analogía se
complementa un precepto jurídico, se lo "integra"; con la interpretación extensiva se remedia
la deficiente formulación de la ley interpretada.19

En nuestro ordenamiento positivo argentino existe, además, un criterio interpretativo


propio de la norma tributaria; es el llamado criterio de la realidad económica que, en tanto
referido a la interpretación de la norma tributaria está plasmado en el art. 1 de la ley 11.683, y,
en tanto vinculado con la caracterización del hecho imponible, en el art. 2 de la misma ley.20

Señala García Belsunce que dos son las bases fundamentales de este método interpretativo:
el contenido económico del presupuesto de hecho de la obligación tributaria, y la prescindencia
del formalismo jurídico respecto de las relaciones que el derecho tributario regula para atender
a la realidad de ellas. 21 En orden a delimitar el contenido y alcance de este principio
interpretativo, agrega el autor:
...la variante consiste en que señala el sentido con que ha de investigarse el fin de la ley: con sentido
económico ... Tampoco es esto una novedad que justifique una revolución en la hermenéutica jurídica,
pues en todos los casos al indagar el intérprete el fin de la ley, debe hacerlo atendiendo a las
particularidades que determinan cierta naturaleza especial de las relaciones reguladas.22

Es en este contexto que el criterio interpretativo de la realidad económica debe ser


entendido y aplicado. Su utilización exagerada y arbitraria, fundada en consideraciones
políticas o en las necesidades del Estado, como bien lo demuestran algunos conocidos
precedentes de la historia jurisprudencial argentina, conduce necesariamente a la inseguridad

18
Cfme. GARCIA BELSUNCE, H. A., obra cit., en nota 12, supra, p. 141.
19
La Corte Suprema argentina ha sostenido reiteradamente que no es posible admitir la analogía en la
interpretación de las normas tributarias sustantivas. Cfme. Fallos 312:912; concordantemente Fallos 103:155;
180:384; 209:87; 310:290; 316:2329.
20
Para un comprensivo análisis del sentido y alcance de esta norma ver, entre otros, MARTINEZ F., "El criterio
económico y la importancia que para el Derecho Fiscal tiene la divergencia en el negocio jurídico entre la
intención empírica (intentio facti) y la intención jurídica (intentio juris)", DF XX-B, p. 849 ss.; Tarsitano, “El
Principio de Realidad Económica y el Exceso de la Potestad Calificatoria del Fisco”, en Protección
Constitucional de los Contribuyentes (R.O. Asorey, ed.), Marcial Pons, p. 265 ss., y” La Realidad Económica
y la Calificación Jurídica en la Interpretación de la Ley Tributaria”, ED 198, p. 691ss.; Teijeiro, “Las Normas
Anti-elusión en el Derecho Tributario Argentino: su Aplicación y Alcances en el Contexto Internacional”, en
Interpretación Económica de las Normas Tributarias, Casás ed. p. 505 ss., at 541; Editorial Ábaco de Rodolfo
Depalma, 2004; González de Rechter, “Tax Avoidance/Tax Evasion”, LXVIIIa Cahiers de Droit Fiscal
International, p. 211; Díaz Siero, “Form and Substance in Tax Law,” LXXXVIIa Cahiers de Droit Fiscal
International, p. 71; Teijeiro, “Argentine Anti-Avoidance Rules: Application under Domestic and International
Conventional Law”, Tax Notes International, Octubre 2003, p. 89; Tarsitano, “Tax Treaties and Tax Avoidance:
Application of Anti-avoidance Provisions,” LIXVa Cahiers de Droit Fiscal International, p. 59 ss; Teijeiro,
103aCahiers de Droit Fiscal International, “Seeking anti-avoidance measures of general nature and scope -
GAAR and other rules”, 2018.
21
GARCIA BELSUNCE, H. A., obra cit. en nota 12, supra, p. 153.
22
GARCIA BELSUNCE, H. A., obra cit. en nota 12, supra, p. 154.
23
jurídica. Narciso Amorós Rica, quien admitía la consideración económica en la
interpretación de las normas tributarias, sostenía, sin embargo, que "en un terreno teórico no
creo que nadie pueda oponerse a la consideración económica de las normas tributarias, pero el
excesivo fiscalismo, lógico, acostumbrado y excusable, de la administración, nos hace vacilar
sobre su admisión clara y sin restricciones. El principio de legalidad y su consecuencia lógica:
la seguridad jurídica quedarían en ese terreno práctico desconocidos y vulnerados".24

El tener en cuenta únicamente la realidad económica y la necesidad de obtener recursos


del Estado hace desaparecer la diferencia que, conforme a la ley, pueda existir entre las
situaciones sujetas a impuesto y las no alcanzadas o exentas orientando la interpretación hacia
la máxima in dubio pro fisco y violentando el principio constitucional de reserva o legalidad.
La interpretación de la ley por la realidad económica debe partir de la misma ley y basarse en
ella ya que el intérprete no puede ir más allá de lo expresado en la norma, suplantando su
espíritu y otorgándole un sentido que violente su contenido manifiesto.25

III. La jurisprudencia de la Corte Suprema de Justicia sobre la interpretación de la ley


en general y la ley tributaria en particular

Es doctrina reiterada de la Corte Suprema de Justicia, como dato fundamental del


ordenamiento jurídico, que tanto la organización social como política y económica del país
reposan en la ley.26 En consecuencia, la función judicial debe cumplirse con sujeción a las
leyes válidas que estructuren las instituciones, en el fiel acatamiento de aquéllas y en los
términos de la propia competencia constitucional y legal.27

En el fallo Cabaña,28 concordantemente, la Corte sostuvo:


Al arrogarse la facultad de modificar a sabiendas la ley (el tribunal inferior) ha incurrido en violación
del principio de división de poderes, fundamental en nuestro sistema republicano de gobierno... Esta
violación no se justifica con el argumento de que la ley a aplicar es anticuada y que no satisface ya las
exigencias de justicia que tuvo originariamente en vista, pues esta consideración no basta para ampliar
las facultades que por la Constitución corresponden al Poder Judicial....29

Ha dicho también la Corte Suprema de Justicia que la injusticia o desacierto de la ley no

23
Véanse, sobre el particular, las reflexiones de LE PERA, S. y LESSA, P., en "The disregard of the legal entity
for tax purposes", Cahiers de Droit Fiscal International, vol. LXXIV, p. 157 ss., esp. 164/166.
24
AMOROS RICA N., "Derecho Tributario", p. 185, Ed. de Derecho Financiero, Madrid, citado por Díaz V. O.,
"La influencia de la ley fiscal en la formación de los contratos", L. I., XXIII, 266.
25
Cfme. SANZ DE URQUIZA, F. G., obra cit., p. 30, 35.
26
Fallos 234:82; 253:474, entre otros.
27
Fallos 155:248
28
Fallos 234:310.
29
Cfme. doctrina Fallos 306:783 y 1472.
permite prescindir de su aplicación:
Por amplias que sean las facultades judiciales en orden a la aplicación e interpretación del derecho, el
principio de separación de poderes, fundamental en el sistema republicano de gobierno adoptado por
la Constitución Nacional, no consiente a los jueces el poder de prescindir de lo dispuesto expresamente
por la ley respecto al caso, so color de su posible injusticia o desacierto.30

En síntesis, es doctrina del Superior Tribunal que, por aplicación del principio de división
de poderes, sólo el legislador es soberano en la sanción de la ley. Los jueces no pueden juzgar
de la equidad de la ley; en todo caso, en ejercicio de su competencia constitucional, deben
aplicarla en forma equitativa.

La sentencia debe ser siempre una derivación razonada del derecho vigente. En mérito a
este principio, la Corte Suprema ha declarado arbitrarias las sentencias que se basan en
afirmaciones dogmáticas, sin sustento legal o contrarias a la ley misma, aun cuando tengan
algún fundamento normativo aparente.31 "No es admisible una interpretación que equivalga a
la prescindencia de la norma que gobierna la cuestión de cuyo juzgamiento se trata, en tanto
no medie su concreta declaración de inconstitucionalidad...".32

La exigencia de fundamentación normativa invalida también las sentencias que se basan


en disposiciones no aplicables a la contienda en razón de su vigencia (casos de normas
derogadas o que no han entrado todavía en vigencia).33

Las pautas jurisprudenciales antedichas en torno a la reafirmación del principio de división


de poderes y la naturaleza de la función judicial en tanto tarea fundamentalmente encaminada
a la aplicación de la ley al caso, adquiere, como ya se ha referido, significación particular en
materia de derecho tributario sustantivo donde rige el principio de legalidad o reserva, cuya
plena vigencia ha sido reafirmada por la Corte Suprema en numerosos precedentes. Así, en
Doucel de Cook la Corte sostuvo:
...Entre los principios generales que predominan en el régimen representativo republicano de gobierno,
ninguno existe más esencial a su naturaleza y objeto, que la facultad atribuible a los representantes del
pueblo para crear las contribuciones necesarias para la existencia del Estado. Nada exterioriza más la
posesión de plena soberanía que el ejercicio de aquella facultad, ya que la libre disposición de lo propio,
tanto en lo particular como en lo público, es el rasgo más saliente de la libertad civil.34

Al dar particular vigor constitucional a la ley como fuente del derecho tributario sustantivo,
la Corte Suprema ha sostenido que cuando la ley es clara se debe respetar su texto ya que éste

30
Fallos 249:425.
31
Cfme., entre otros, Fallos 236:27; 294:131; 295:417; 298:317; 304:583; 304:629; 306:626.
32
Fallos 281:170.
33
Sobre distintas hipótesis resueltas por la Corte Suprema de Justicia, ver SAGÜES, P., "Derecho Procesal
Constitucional, Recurso extraordinario", t. 2, p. 252/257, Ed. Astrea, 1989.
34
Fallos 155:290, esp. 297; cfme. Fallos 178:226; 181:268; 182:248; 185:150; 195:65; 294:152; 303:245 y 1522.
revela la voluntad legislativa.35 Aun cuando ello no implique necesariamente prescindir de
otros métodos interpretativos, en tanto sirvan para verificar el resultado obtenido a través del
análisis gramatical, frente a la finalidad o propósito de la ley, lo cierto es que la Corte Suprema
también ha sostenido que la interpretación teleológica no puede equivaler a prescindir del texto
legal, atribuyéndole un alcance que difiera de su literalidad.36

Frente a pretensiones tendientes a torcer el texto legal mediante la integración de la norma


por vía interpretativa, la Corte ha dicho, también reiteradamente, que la inconsecuencia o falta
de previsión en el legislador no se suponen37 y que suponer la falta de previsión por parte del
legislador es una conducta que le está vedada al intérprete.38

La Corte Suprema ha rechazado desde antaño, invariablemente, la interpretación analógica


respecto de las leyes impositivas:
...No cabe aceptar la analogía en la interpretación de las normas tributarias materiales, para extender el
derecho más allá de lo previsto por el legislador... ni para imponer una obligación, habida cuenta de la
reiterada doctrina en el sentido de que atendiendo a la naturaleza de las obligaciones fiscales, rige el
principio de reserva o legalidad...39

El valor de la seguridad jurídica y la previsibilidad se ha visto reafirmado por la Corte al


subrayar sus interpretaciones de la ley en los casos sometidos a su consideración, en tanto
ratifican la vigencia del principio de legalidad o reserva, sosteniendo que aquéllas se
corresponden de manera adecuada "con la necesidad de que el Estado prescriba claramente los
gravámenes y exenciones para que los contribuyentes puedan fácilmente ajustar sus conductas
respectivas en materia tributaria".40

En cuanto a exenciones impositivas, y haciendo abandono de su posición original


(expresada in re: "Mignone y Cía." del 20 de diciembre de 1939), según la cual las exenciones
debían interpretarse restrictivamente, la Corte Suprema ha dicho reiteradamente:
...Ha de estarse no sólo a la letra de la ley sino también a la indudable intención del legislador y a la
necesaria implicancia de la norma que la establezca (Fallos 262:60). Tratándose de normas impositivas
no deben ellas por fuerza entenderse con el alcance más restringido que su texto admita, sino antes
bien, en forma tal que el propósito de la ley se cumpla en forma razonable y discreta.41

Por último, cabe destacar que, en torno a la prevalencia de las normas del derecho
tributario y el carácter supletorio del derecho común, la Corte Suprema de Justicia ha sostenido

35
“Saffores de Doumecq A. M.”, Fallos 184:5.
36
Fallos 300:558 y 687; 301:595 y 958; 310:865; 314:458.
37
Fallos 307:517.
38
Fallos 278:62; 289:200; 297:142; 300:1680; 301:460; 308:283.
39
Fallos 312:912; cfme. entre otros, Fallos 103:155; 180:384; 209:89; 310:290 310:290.
40
Fallos 253:332; 312:912; 319:3208, entre otros.
41
Fallos 268:68; cfme. Fallos 304:1737; 305:635 y 1364: 307:1091;310:181; 315:257; 316:1334.
que:
En materia de interpretación de las leyes tributarias --sustanciales y formales-- es doctrina de la Corte
que su exégesis debe efectuarse a través de una razonable y discreta interpretación de los preceptos
propios del régimen impositivo y de los principios que los informan con miras a determinar la voluntad
legislativa. Si tales fuentes no son decisivas, cabe recurrir a los principios del derecho común con
carácter supletorio posterior, regla metodológica que se encuentra legislada en el art. 11º de la ley
11.683.42

Conviene recordar, a esta altura, que si bien en Argentina no rige el sistema del predecente
judicial o derecho del precedente (stare decicis), los fallos o decisiones de la Corte Suprema
no sólo condicionan la labor futura de la propia Corte, sino también que, sobre la base de su
reiterada jurisprudencia a partir del fallo Baretta, ellos poseen autoridad institucional, de tal
modo que las decisiones de los tribunales inferiores que se aparten de aquéllos sin argumentos
serios y fundados que lo justifiquen, constituyen actos judiciales desprovistos de validez y
deben ser revocados.

IV. Interpretación de la ley tributaria y principio de la realidad económica en la doctrina


de la Corte Suprema de Justicia

IV.1 El principio de la realidad económica aplicado a la interpretación de la ley


tributaria

La Corte Suprema ha dejado en claro que la interpretación de la ley conforme con el


principio de la realidad económica contemplado en el artículo primero de la ley 11683 no puede
anular el principio constitucional de reserva o legalidad. In re Autolatina Argentina S.A. la
Corte sostuvo que ...sin ignorar la importancia del principio de la realidad económica en
material tributaria, su aplicación no puede llevar a contradecir lo que está específicamente
contemplado en la ley sin afectar el principio de legalidad en materia tributaria... (más aún, tal
práctica) ... pone seriamente en peligro la seguridad jurídica.43

Esta doctrina ha sido ratificada recientemente in re “Transportadora de Energía SA”, del


26 de diciembre de 2018, donde la Corte --haciendo suyo el dictamen de la Procuración, a
cuyos fundamentos remite-- declara admisible la queja y procedente el recurso extraordinario
presentado por el reclamante, revoca la sentencia apelada y devuelve el expediente al tribunal

42
Fallos 304:205; cfme., entre otros, Fallos 304:1061; 305:1219; 307:418; 308:217.
43
Fallos 319:3208, p. 3220; ver concordantemente CSJN, “YPF v. Tierra del Fuego”, 15 de Abril de 2004
(Opinión del Procurador General VIII); CSJN,” San Buenaventura S.R.L.”, 23 de Mayo de 2006 (considerando
cuarto).
de origen para que se dicte nuevo pronunciamiento con arreglo al pronunciamiento de Corte.

En los autos se discutía la recalificación como aporte de un contrato de préstamo con la


casa matriz brasileña (tenedora del 99,99% del capital de la recurrente), efectuada por
aplicación del principio de la realidad económica, y el consecuente castigo de deducciones
(diferencias de cambio e intereses) bajo el préstamo. Entre otras consideraciones relativas a las
propias características del préstamo y circunstancias concordantes que reafirmaban esa
naturaleza, y en lo que aquí interesa, el dictamen de la Procuración que hace suyo el fallo de
la Corte sostiene que:

“…también ha dicho con firmeza esa Corte, Fallos: 319:3208, "Auto latina Argentina S.A. (T. F.
12.463—1) Dirección General Impositiva' del 27/12/1996, que sin desconocer la significativa
importancia que tiene en esta materia el principio de la 'realidad económica ' su aplicación no puede
conducir a desvirtuar lo establecido específicamente por las normas legales que regulan concretamente
la realidad tributaria. Una conclusión contraria afectaría el principio de reserva o de legalidad (...),
supondría paralelamente un serio menoscabo al de seguridad jurídica, e importaría prescindir de la
'necesidad de que el Estado prescriba claramente los gravámenes y exenciones para que los
contribuyentes puedan fácilmente ajustar sus conductas respectivas en materia tributaria'.”
(Considerando VIII del Dictamen).

VI.2 El principio de la Realidad Económica aplicado a la interpretación de los hechos y


actos de los contribuyentes

En términos generales, el abordaje de la cuestión por parte de la Corte, tal como se refleja
en sus decisiones, ha sido a medida de los hechos y circunstancias de cada caso bajo la ley
aplicable al caso, evitando la emisión de pronunciamientos o estándares generales que, de
haberse formulado, podrían haber servido para limitar más precisamente el ámbito de
aplicación del artículo 2 de la ley 11683. En cualquier caso, de la rica jurisprudencia de la Corte
en esta materia se desprende una línea invariable, tendiente a que la aplicación de este principio
(sea a favor del fisco o del contribuyente) no se convierta en un instrumento que contradiga el
principio de legalidad y, a la postre, afecte la seguridad jurídica.

In re Atkinson Ltda. (1954), 44 la Corte Suprema analizó un recurso de repetición del


impuesto a los réditos retenido en la fuente sobre pagos de regalías debidas a Atkinson Londres.
De acuerdo con los términos del contrato de regalías entre las partes, las regalías eran pagables
anualmente, pero se devengaban, conforme a su registración contable, trimestralmente. En el
período relevante el contribuyente acordó con el licenciante extranjero una significativa
reducción de fin de año de las regalías devengadas, los registros contables fueron modificados

44
Fallos 237:739
concordantemente para reflejar el ajunte, y el contribuyente solicitó un reembolso del exceso
de retenciones pagado al fisco.

La Corte Suprema decidió que la reducción de las regalías acordada por las partes era
legítima y requería que la ley tributaria fuera aplicada concordantemente para arribar a una
justa decisión del caso bajo los principios interpretativos aplicables contenidos en la ley 11683,
en particular el artículo 13 de la ley 11683 (hoy, artículo 2, ley 11683).

En un caso contemporáneo45 y en relación con la valuación de ganado a los efectos del


impuesto sobre beneficios extraordinarios, la Corte Suprema rechazó un reclamo de repetición
del contribuyente basado en que si un cambio en la valuación del inventario estaba sujeto por
ley al consentimiento del fisco, por aplicación del principio de la realidad económica ese
cambio no podía dejarse a la sola discreción del contribuyente.

In re Huarte (1961),46 La Corte Suprema sostuvo que, a falta de una intención clara de
entrega gratuita o donación, el principio de realidad económica requería que las propinas
recibidas por el reclamante (un empleado de casino) fueran consideradas una compensación
por su actividad personal y, como tal, sujetas al impuesto a la renta.

En el mismo año, in re Cobo de Ramos Mejía47 la Corte Suprema decidió que la creación
de una compañía de responsabilidad limitada a la cual un contribuyente aportó bienes
inmuebles, seguida de una transferencia de los intereses en la sociedad a sus herederos a un
valor que no representaba el de los bienes inmuebles contribuidos, era un artilugio para evitar
el impuesto a la herencia sobre el valor real de los bienes subyacentes. Sobre la base de la
aplicación del principio de realidad económica, el Alto Tribunal consideró que el artilugio tenía
como objetivo disfrazar la verdadera naturaleza de la transacción. Y así, observando la realidad
subyacente, el Tribunal asignó a los intereses corporativos transferidos por el contribuyente a
sus herederos un valor igual al que se hubiera aplicado si los bienes inmuebles hubieran sido
transferidos a ellos directamente.

In re Refinerías de Maíz (1964)48 la Corte Suprema confirmó una decisión de la Cámara


Federal de Apelaciones, y analizando la situación de hecho a los efectos de la aplicación del
entonces vigente impuesto sobre beneficios extraordinarios, sostuvo que los pagos de regalías
hechos por el demandante a Corn Products Refining Co. (empresa matriz que poseía una

45
Fallos 237:246, “La Guasuncha”
46
Fallos 249:657.
47
Fallos 251:379.
48
Fallos 259:141.
participación del 96,6%) deberían re-caracterizarse como un dividendo a los efectos tributarios;
ello, basado en el principio de la realidad económica, que da preeminencia a la sustancia sobre
la forma.49

Más tarde (en1971), la Corte Suprema decidió un caso50 en relación con el impuesto sobre
el patrimonio neto vigente sobre las empresas (impuesto sustitutivo a la transmisión gratuita
de bienes), perforando el velo de una sociedad de responsabilidad limitada (en principio, no
sujeta al impuesto). El Tribunal confirmó así la aplicación del impuesto considerando que el
99% del capital de la empresa pertenecía a una sociedad anónima extranjera.

In re Lagazzio (1972)51 el Tribunal Supremo analizó el caso de una sociedad de personas


convertida en una sociedad anónima, en la que los dos socios originales mantenían más del
80% del capital aportado. Dos años después, un aumento de capital suscrito e integrado por un
tercer accionista redujo el interés de los accionistas originales al 79.59%. La cuestión a decidir
era si esta circunstancia hacía exigible el impuesto a la renta sobre el valor apreciado de los
activos transferidos a la sociedad anónima después de la conversión. El Tribunal sostuvo que
las normas y reglamentos existentes en ese momento no requerían el mantenimiento de una
participación del 80% en la entidad superviviente sine die, y que los hechos demostraban un
aumento posterior de las inversiones de capital en la sociedad, con la consecuente pérdida de
participación relativa de los accionistas originales, y no una transferencia efectiva de los
intereses de estos últimos a terceros.

El 31 de Julio de 1973, La Corte Suprema de Justicia decidió Parke Davis y Cía. de


Argentina S.A.I.C.,52 en la que ha sido, quizás, la más ambiciosa y extrema aplicación del
principio de la realidad económica en Argentina. El reclamante era la subsidiaria argentina de
Parke Davis & Co., una compañía estadounidense con sede en Detroit, que poseía el 99,95%
del capital de aquélla. Basado en la propiedad de la casa matriz de casi todas las acciones
emitidas por la subsidiaria argentina y en el principio de la realidad económica, el fisco había
rechazado la deducción de los pagos de regalías hechos a la matriz, considerando a ambas
compañías (casa matriz y subsidiaria) como una unidad económica. El Tribunal Fiscal y la
Cámara Federal de Apelaciones habían confirmado la posición del fisco.

El Tribunal Supremo confirmó las decisiones de los tribunales inferiores sobre la base de

49
Véase también Fallos 267:393, “Argentine Land and Investment Co. Ltd.”
50
Fallos 280:18, “Naarden Argentina S.R.L.”
51
Fallos 283:258.
52
Fallos 286:97.
la siguiente línea argumental: i) ausencia de una relación contractual real entre las partes en el
contrato de regalías; el Tribunal Supremo sostuvo que, aunque la matriz y la subsidiaria habían
ejecutado formalmente un contrato de regalías, era inconcebible que tal contrato existiera entre
las dos compañías debido a la comunidad de intereses entre ellas. Se sostuvo que el contrato
requería dos partes con voluntades independientes y libertad de elección, condiciones que se
consideraban ausentes en este caso; ii) verdadera naturaleza de la transacción; como
consecuencia de lo anterior, también se sostuvo que el llamado contrato de regalías era de
hecho una contribución de capital de la controlante a la subsidiaria; iii) prevalencia del
principio de la realidad económica por sobre el derecho privado; el Tribunal sostuvo que su
razonamiento no requería dejar a un lado la personalidad jurídica separada de las partes bajo el
derecho privado, sino simplemente examinar las entidades legales de acuerdo con el principio
de la realidad económica, que autorizaba la perforación del velo societario en el campo fiscal,
para evitar posibles abusos derivados de las complejidades de las relaciones y actividades de
ciertas estructuras corporativas; en el caso, la distribución de la mayoría de las ganancias de la
subsidiaria a su casa matriz a través de los pagos de regalías permitía que la matriz recibiera
dichas ganancias sin que se gravaran en la fuente (por imperio de la deducción atribuible al
pago de regalías).53

Lo cierto es que el extremo alcance del principio de la realidad económica emergente del
fallo Parke Davis no proyectó sus efectos sobre la interpretación de las transacciones inter
compañía transfronterizas por mucho tiempo, dado que una modificación a la ley del impuesto
a las ganancias en 1976 introdujo el principio del operador independiente, internacionalmente
aceptado, para que tales transacciones sean reconocidas como tales, independientemente del
nivel de propiedad de la empresa matriz o filial extranjera en la filial nacional.54

In re Mellor Goodwin,55 también decidido en 1973, la Corte Suprema aplicó la teoría del
corrimiento del velo societario a favor del contribuyente y contra los intereses del fisco. El caso
se refería a la aplicación del impuesto a las ventas sobre calderas vendidas por Mellor
Combustión S.A. a su matriz, Mellor Goodwin S.A. (otra sociedad argentina, dueña del 99%
de su capital), y el reclamo de repetición del impuesto a las ventas pagado por el contribuyente
sobre esas ventas durante varios años.

53
Ver Díaz Sieiro, id. nota 19, p. 81/82.
54
Artículo14 (hoy artículo 16), Ley del impuesto a las ganancias. Ver Teijeiro, How Foreign Corporation should
invest to Minimize Their Income Tax Liability (three-part article), 12 Tax Planning International (Nov/Dec 1985),
13 Tax Planning International (Feb 1986).
55
Fallos 287:79; cfr. Ford Motor Argentina (1974), Fallos 288:333.
Para apoyar el reclamo del contribuyente, la Corte Suprema sostuvo que los acuerdos de
compraventa de bienes entre las partes no eran tales (dado el grado de participación societaria)
y que, por lo tanto, no eran considerables como transacciones alcanzadas a efectos de la
aplicación del impuesto sobre las ventas. El reclamante había argumentado que ambas
compañías eran la misma persona a los efectos fiscales por esa misma razón.

En otra decision de 1973, in re The Dunlop Pneumatic Tyre Co. Ltd.,56 la Corte Suprema
de Justicia confirmó la posición del contribuyente consistente en la deducción de inversiones
en activos fijos, un beneficio que, por entonces, la ley concedía únicamente a aquéllas utilizadas
en actividades industriales de fabricación y valor agregado; ello, aun cuando Dunlop no
fabricaba llantas, sino que simplemente las adquiría de Goodyear SA (fabricante) a través de
un contrato de fabricación. Goodyear, sin embargo, llevaba a cabo las actividades de
fabricación con los activos fijos adquiridos por Dunlop, que se ponían a disposición de
Goodyear para este fin.

El Tribunal Supremo sostuvo que, basándose en hechos y circunstancias (a la luz del


principio de la realidad económica), Dunlop participaba en el proceso de fabricación de manera
concreta poniendo a disposición del fabricante (Goodyear) los elementos necesarios para
elaborar los neumáticos, de modo que la deducción de sus inversiones en activos fijos no podía
ser denegada.

In re Kellogg Co. Argentina (1985), 57 la Corte Suprema ratificó la doctrina de Parke


Davis, aunque reconoció que el desconocimiento de la personalidad jurídica separada y el
posterior tratamiento de las empresas como una unidad económica a los fines tributarios,
también aplicaba a favor del contribuyente al permitir ajustes correlativos dentro de una misma
estructura organizacional de tres partes.

Kellogg Co. Argentina vendía productos manufacturados para su distribución a su filial


Kellog Sales, en base a un acuerdo cost-plus (costo de producción, incluidas las regalías
pagadas a la matriz extranjera, más 4%). En los años relevantes (1970, 1971, 1972), Kellogg
Argentina dedujo los pagos de regalías efectuados a la matriz e incluyó como ingreso imponible
los créditos pendientes acumulados por las ventas realizadas a Kellogg Sales. El fisco impugnó
la deducción de los pagos de regalías sobre la base de que la matriz y la subsidiaria
conformaban una unidad económica. Basado en el mismo principio de unidad económica,

56
Fallos 287:408.
57
Fallos 307:118.
Kellogg Argentina argumentó que sus créditos contra Kellogg Sales no deberían estar
alcanzados por el impuesto a la renta.

En su decisión final, el Tribunal Supremo confirmó la posición del fisco al rechazar la


deducción de los pagos de regalías hechos a la matriz, pero consideró justo, en las
circunstancias particulares del caso, la admisión de un ajuste correlativo basado en el mismo
principio de unidad económica, permitiendo que Kellogg Argentina excluyera sus créditos
contra Kellogg Sales de la renta imponible.58

La decisión de Kellogg condujo a un vivo debate doctrinal sobre si la doctrina del fallo
Parke Davis había sobrevivido las modificaciones introducidas a la ley del impuesto a las
ganancias (artículo 14) en 1976. Prestigiosos académicos enfatizaron por entonces que el fallo
Kellogg estaba justificado solo dentro del marco legal vigente en el período 1970-1972
(Asorey, O'Farrell, Tarsitano), y sostuvieron que después de 1976 el principio de unidad
económica resultaba solo aplicable en los muy limitados y excepcionales supuestos previstos
en el artículo 14 de la ley del impuesto a las ganancias luego de la modificación (sucursales sin
registros contables o sin registros contables adecuados).59

En lo que respecta a beneficios fiscales otorgados bajo regímenes especiales a los


inversores en proyectos promovidos, la Corte Suprema utilizó el estándar de la realidad
económica, en ambos sentidos: para ampliar las definiciones legales de inversión e
inversionista, en un caso, y para sostener que la sustancia económica del acuerdo de las partes
no evidenciaba la intención de invertir, en otro.

In re Helfer (1990)60 la Corte Suprema analizó un contrato de servicios para recuperar


tierras áridas e, independientemente del nomen iuris del acuerdo, llegó a la conclusión de que
su sustancia económica evidenciaba la intención de las partes de hacer inversiones para los
fines previstos en la ley que regulaba el incentivo fiscal. Además, con base en la legislación
especial aplicable, el más Alto Tribunal sostuvo que el hecho de que los fondos fueran
reembolsados al contratista, con más sus ajustes y los intereses, no modificaban sus
conclusiones ya que el texto de la ley permitía establecer que los beneficios se acordaban a

58
Es dable tener en cuenta que en la decisión del caso la Corte Suprema aplicó la legislación tributaria vigente en
los períodos relevantes (1970-72), esto es, antes de la incorporación a la ley del impuesto a las ganancias del
principio del operador independiente en 1976
59
Corti, “El Caso Kellogg y el Restablecimiento de la Doctrina Parke Davis”, LL 1985-B, p. 414 ss.; Asorey, “La
Doctrina Parke Davis no ha sido Restablecida”, LL 1985-C, p. 980 ss; O’Farrell, “¿Cuál es la Verdadera Doctrina
del Caso Kellogg?”, LL 1986-B, 792 ss; Tarsitano, “El Concepto Económico y la Teoría de la Penetración en la
Doctrina Tributaria de la Corte”, ED 115, p. 566 ss.
60
Fallos 313:215.
inversiones directas o indirectas, así como a contribuciones de capital o dinero aportado como
préstamo al proyecto.

In re Eurotur (1995),61 La Corte Suprema analizó el mismo régimen para la recuperación


de tierras áridas, pero cambió su posición anterior en Helfer, negando los beneficios
reclamados por el contribuyente sobre inversiones efectuadas en forma de préstamos
reembolsables con ajustes e intereses. El Tribunal sostuvo que para que la inversión ofreciera
los beneficios fiscales asociados con los fines de la ley promocional, los fondos deberían
haberse puesto a riesgo en el proyecto, un hecho esencial que no sucedía en el caso; el inversor
sabía desde el principio que los fondos se repagarían en los tiempos y condiciones acordados
en el acuerdo contractual.

In re Tejedor S.A.,62 el Tribunal Supremo abordó la cuestión de si los fondos recibidos de


accionistas y los créditos de accionistas informados como partidas del patrimonio neto de la
empresa deberían haberse registrado como pasivo a los efectos del ajuste impositivo por
inflación aplicable al tiempo de los hechos. Basado en un enfoque de sustancia económica y
legal, el Tribunal sostuvo que los elementos así informados en los estados contables –incluidas
contribuciones en efectivo aún no capitalizadas-- debían re-caracterizarse como deuda; en este
último caso, se adujo, pues no se había demostrado que se hubieran cumplido las condiciones
legales para excluirlas del pasivo a los fines fiscales.

In re Barmit S.A. (2001),63 el Tribunal Supremo analizó si el reclamante tenía derecho a


recuperar el IVA que se le había facturado en relación con exportaciones de un proveedor
económicamente relacionado que estaba exento (liberado) por un régimen especial de ingresar
la diferencia entre el IVA compras y el IVA ventas. La regla básica del IVA aplicable al caso
establecía que los reembolsos del IVA del exportador por el IVA facturado en el mercado
interno se limitaban a la obligación real del IVA, cuando la realidad económica mostrara que
el exportador y el beneficiario del tratamiento especial eran la misma persona. Las normas
reglamentarias de implementación del régimen establecían supuestos de afiliación legal y
económica considerados incluidos en esta regla.

Barmit argumentó que su caso no estaba expresamente contemplado por las normas
reglamentarias en el momento en que se realizaron las exportaciones, sino por una regulación
posterior que no podía aplicarse retroactivamente. El Tribunal sostuvo que, en todo caso, el

61
Fallos 318:637.
62
Fallos 315:2798.
63
Fallos 324:1833.
lenguaje de la norma legal era lo suficientemente amplio como para abarcar la situación de
Barmit y su proveedor dentro del enfoque de la realidad económica, independientemente de si
la normativa reglamentaria lo contemplaba expresamente en el período relevante.

En un resonante caso de 2014, la Corte Suprema aplicó el principio de la realidad


económica para impugnar un acuerdo de dos pasos o segmentos vinculado a una transacción
de bienes raíces, cuya intención era evitar el pago del impuesto a la renta a nivel del verdadero
vendedor. El acuerdo consistía en i) la venta realizada por una persona jurídica a una persona
física a un valor por debajo del precio de mercado, ii) seguida de una segunda venta por la
persona física a un precio de mercado al comprador final, otra entidad jurídica. Bajo este
esquema, y dado que al tiempo de los hechos las ganancias de capital provenientes de la
enajenación de inmuebles en cabeza de personas físicas no estaban alcanzadas por el impuesto
a la renta, la ganancia obtenida por el individuo interpuesto, esto es, la diferencia entre el precio
de compra y de venta (de lo contrario gravada en manos del vendedor corporativo original)
permaneció libre de impuesto a la renta, mientras que la venta al adquirente final a un valor de
mercado permitía a este último obtener un costo amortizable de mercado para el bien
adquirido.64

En “Consorcio de Empresas Mendocinas Potrerillos SA”, decisión del 31 de octubre de


2017, la Corte entendió en una determinación de oficio del fisco en materia del impuesto a las
ganancias e IVA. El fisco había considerado que por aplicación el principio de la realidad
económica, un acuerdo para la suscripción e integración de acciones por la provincia de
Mendoza en el Consorcio Potrerillos (CEMPPSA), debía ser considerado un contrato de
concesión de obra pública y, sobre esa base, estaba alcanzado por el IVA como
contraprestación de una concesión de explotación, y ganancias como ingresos gravados. El
Tribunal Fiscal y la Cámara Federal habían decidido en contra de los intereses del Fisco, y la
Corte avaló la postura de los tribunales inferiores.

El punto central de la controversia se centraba en “…establecer si –por aplicación del


principio de la realidad económica- el organismo recaudador pudo válidamente desconocer el
vínculo societario entre la provincia de Mendoza y los accionistas privados de CEMPPSA …
y recalificar la naturaleza de ese negocio jurídico considerándolo, desde el punto de vista
tributario, exclusivamente como un contrato de concesión de obra pública.”

La corte sostuvo que “… si bien el mencionado principio de la realidad económica …

64
CSJN, “Miracle Mille S.A. v. DGI”, June 3, 2014
faculta al organismo recaudador a desconocer las formas y estructuras asignadas por los
contribuyentes a sus actos o negocios, y le permite recalificarlos … dicha facultad solo puede
ser válidamente ejercida … cuando resulta manifiesta la discordancia entre la sustancia
económica del acto o negocio y la forma o estructura que los contribuyentes le han asignado
pues, como principio, salvo que se presente esa ostensible discordancia , “debe darse prioridad
a las estructuras jurídicas utilizadas por los particulares “, como bien lo señaló el Tribunal
Fiscal en su sentencia (confr., en similar sentido, Fallos 328:130 y 329:1812).” (Considerando
7 del voto de la mayoría)

Un planteo similar, en cuanto a la sustancia, atendió la Corte in re “Fernando de


Santibañes”, decisión del 17 de octubre de 2019. Una vez más la Corte avaló las decisiones del
tribunal Fiscal y la Cámara Federal que habían decidido a favor del contribuyente una
controversia planteada por el fisco en torno a las características de ciertas operaciones de
compraventa de acciones de la actora. La cuestión central radicaba en determinar si los
intereses pactados e incluidos en el precio de las acciones estaban exentos como precio por la
compraventa de acciones, o alcanzados por el impuesto a las ganancias como producto de la
colocación de un capital.

En lo que aquí interesa, la Corte sostuvo que:

...aunque es cierto que el principio de la realidad económica consagrado en el artículo 2 de la ley 11683
(t.o. 1998) debe guiar la interpretación de las normas tributarias (cf. Doctrina de Fallos 237:246; 249:256;
251:379; 283:258; 307:118; 328:130; 329:1812 y 340:1513), no es posible que sin el aporte de
argumentaciones contundentes -como ocurre en el caso- se pueda desandar el camino seguido por el
contribuyente al instrumentar la operación de compraventa aquí examinada, ni modificar las conclusiones a
las que llegó el a quo sobre cuestiones fácticas que –aunque pudieran resultar opinables- fueron resueltas
con apego a las constancias acompañadas a la causa.

V. Conclusiones
El razonamiento judicial en materia tributaria es siempre vasallo del principio de
legalidad. Una mirada retrospectiva sobre la jurisprudencia tributaria de la Corte Suprema de
Justicia de la Nación Argentina permite apreciar que el cimero Tribunal, así lo ha entendido en
su labor de interpretación de la ley tributaria, manteniendo un adecuado balance entre el interés
público de la recaudación y el imperio de la legalidad erguido como valladar inexpugnable
contra los excesos del poder público que amenazan los derechos y garantías individuales. Esa
labor se ha extendido por igual en la aplicación de los principios interpretativos propios de la
ley tributaria (la realidad económica), y ha contribuido así a la previsibilidad y seguridad
jurídica que requiere la iniciativa privada como factor de crecimiento económico.

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