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Estados Unidos tiene un sistema de gobierno federalista y presidencialista con separación de poderes. El país goza de estabilidad política a pesar de la polarización creciente. Estados Unidos se ha enfrentado al terrorismo y la guerra de maneras que han distorsionado el lenguaje legal y político. El país mantiene alianzas de defensa mutua con otros a través de tratados formales.
Estados Unidos tiene un sistema de gobierno federalista y presidencialista con separación de poderes. El país goza de estabilidad política a pesar de la polarización creciente. Estados Unidos se ha enfrentado al terrorismo y la guerra de maneras que han distorsionado el lenguaje legal y político. El país mantiene alianzas de defensa mutua con otros a través de tratados formales.
Estados Unidos tiene un sistema de gobierno federalista y presidencialista con separación de poderes. El país goza de estabilidad política a pesar de la polarización creciente. Estados Unidos se ha enfrentado al terrorismo y la guerra de maneras que han distorsionado el lenguaje legal y político. El país mantiene alianzas de defensa mutua con otros a través de tratados formales.
• El sistema de organización política (Ej. Centralista, federalista)
Estados Unidos constituye una república federal constitucional, con un régimen presidencialista como forma de gobierno basado en la separación de poderes en tres ramas: ejecutivo, legislativo y judicial. • La estabilidad y el riesgo político Por primera vez desde que elabora su informe anual, la consultora de riesgos Eurasia sitúa como principal riesgo del año a la política de Estados Unidos, que celebra elecciones presidenciales el próximo noviembre en medio de una creciente polarización. Asimismo, es la primera vez que la política en un país desarrollado es considerada un factor de riesgo e inestabilidad, una condición tradicionalmente asociada con los países emergentes, como recuerdan fuentes financieras internacionales. • El conflicto armado interno o externo y el terrorismo la calificación del terrorismo como guerra y de la guerra como lucha al terrorismo lo que ha trastornado el lenguaje de la política y del derecho. La manipulación del lenguaje, una vez encauzada, no conoce límites. Hemos asistido, en estos años, a un cambio del significado, en función de su legitimación o deslegitimación, de todas las palabras que tienen que ver con el uso de la fuerza. No sólo la guerra desencadenada por los Estados Unidos, sino también los saqueos, los secuestros de personas, las torturas e incluso los atentados que han realizado los vencedores en los territorios ocupados han sido a su vez llamados "lucha contra el terrorismo" en defensa de la democracia y las libertades. Y esta lucha, gracias a un ulterior deslizamiento semántico, ha sido etiquetada como "justa", resolviéndose en la criminalización del enemigo, al que no se le aplican los tratados internacionales sobre el tratamiento de prisioneros de guerra y, a la vez, en la militarización de los procesos, en los que no se aplican las garantías ordinarias de los procesados sino el modelo de lo que se viene llamando, con una contradicción de términos, el "derecho penal del enemigo". Por el contrario, todo lo que contrasta con los métodos de esta lucha, cualquier forma de violencia política e incluso de revuelta, es etiquetado y descalificado como "terrorismo" o "filo–terrorismo". Incluso el "pacifismo jurídico", en este desorden del lenguaje, es utilizado como un insulto, o en el mejor de los casos es desacreditado como una ingenuidad de almas bellas, y en el peor como una ideología desconsiderada e irresponsable, siempre como un rezago frente a la agresión del terrorismo. • La estabilidad social Si por algo se caracterizan las grandes potencias, y en particular Estados Unidos, es por su estabilidad política. • Las alianzas políticas internacionales No todos los países que se mencionan como “aliados” entran en la definición formal de un país que Estados Unidos ha indicado que está dispuesto a defender ante un ataque. Si bien, por ejemplo, Estados Unidos tiene asociaciones estrechas con Israel y Arabia Saudita esos países no son formalmente sus aliados. Aunque el abandono de los kurdos en el norte de Siria plantea cuestiones morales y estratégicas, no existe una relación de alianza formal con ellos. De igual modo, lo que hace que Ucrania sea diferente de Polonia o Estonia es que si bien durante mucho tiempo ha recibido el apoyo estadounidense, Estados Unidos no ha asumido compromisos al amparo de un tratado relativos a la defensa de Ucrania, por lo que no constituye un aliado en términos formales.
La característica esencial de las alianzas estadounidenses es su compromiso
recíproco de responder en forma colectiva a ataques armados, aunque diversos tratados celebrados por Estados Unidos varían levemente en la forma en que articulan este requisito. El más enérgico de esos compromisos es el previsto en el artículo V del Tratado del Atlántico Norte, el cual dispone que “un ataque armado contra un[o] o más de [los países miembros], que tenga lugar en Europa o en América del Norte, será considerado como un ataque dirigido contra todos ellos”. Si bien este compromiso se estableció para dar confianza a Europa occidental de que Estados Unidos acudiría en su ayuda ante un ataque de la Unión Soviética, el artículo V solamente fue invocado una vez en los 70 años de la historia de la OTAN: el 12 de septiembre de 2001, por los aliados no estadounidenses tras los atentados terroristas perpetrados en el territorio de Estados Unidos el día anterior. • La gobernabilidad Aun cuando a menudo se cataloga a Estados Unidos como una democracia, es más preciso definirlo como una república federal constitucional. ¿Qué significa eso? “Constitucional” se refiere al hecho de que el gobierno de este país se basa en una Constitución que es la ley suprema de la nación. La Constitución no sólo provee el marco que define cuál debe ser la estructura del gobierno federal y los gobiernos estatales, sino también impone límites significativos a los poderes de todos ellos. “Federal” significa que al lado del gobierno nacional existen los gobiernos de los 50 estados. La “república” es una forma de gobierno en la que el pueblo detenta el poder, pero elige representantes para que lo ejerzan.