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Asignaturas
Ética empresarial
Sección
II
Grupo
3
Catedrático(a)
Paola Jasmim Arriaga
Integrantes
Maynor Cristóbal Manueles Manueles
Kristopher Anael Martínez salgado
Eva Maritza Cruz Sánchez
Noe Servellón santos
Jaser Esau sarmiento castellanos
Tema
Ética en la economía
Fecha de Entrega
23/10/2023
ÍNDICE
INTRODUCCIÓN........................................................................................................................................................3
OBJETIVOS................................................................................................................................................................4
Recurrir al soborno:....................................................................................................................................14
Espionaje industrial:...................................................................................................................................14
Robo de información:.................................................................................................................................14
CONCLUSIÓN..........................................................................................................................................................15
Bibliografía.............................................................................................................................................................17
INTRODUCCIÓN
OBJETIVOS
Buscar una forma de promover el cambio social, incorporando la ética a las decisiones
económicas diarias ya que es fundamental, dado el profundo efecto transformador de la
sociedad que tiene el poder de influir en los tipos de actividades que se financian y, por
tanto, en el tipo de sociedad que construimos.
Conocer algunos conceptos importantes de ética económica, que son relevantes para
la práctica profesional del futuro economista, y desarrollar capacidad para identificar y
comprender los significados morales relevantes implícitos en el estudio teórico de la
ciencia económica.
DESARROLLO ÉTICA ECONÓMICA
Pero bueno, ¿eso qué es? Lo pregunto porque la ética no se vende, porque no está de oferta,
porque vale o no vale, es o no es, y en modo alguno se degrada y se acomoda a la demanda.
Si los empresarios, si los banqueros, necesitan una ética con rebaja, una ética de excepción
en situaciones excepcionales o para personas excepcionales, privilegiadas, se equivocan. Ese
no es el caso de la ética económica, que es ética para la economía o, mejor, en el campo de
la economía. No para los empresarios o los banqueros que, como personas, deben atenerse
igual que todos los otros a una misma ética. Pero de la misma manera que hablamos de una
ética política, que es la ética aplicada en el campo de la política y no la excepción de la ética
para los políticos, podemos hablar y es urgente hacerlo de una ética económica. Los agentes
económicos asumen responsabilidades éticas en el campo de la economía.
Cuando se analizan los efectos colaterales que produce el sistema económico en su entorno,
en la sociedad y en la naturaleza, esto es, los efectos perversos de la actividad económica,
decimos que la causa no es otra que la racionalidad de un sistema orientado a conseguir el
mayor lucro bajo condiciones de obligada competencia. Sin que importe mucho la conducta
individual y los buenos deseos de una persona buena que, además, pueda ser o no un buen
empresario. Los empresarios, individualmente tomados, se hallan ante un dilema cornuto de
imposible escapatoria. Hagan lo que hagan les cogerá el toro: si no es en la plaza de la
eficiencia económica y del mercado, será en el foro de la conciencia moral.
Una ética económica, esto es, que se haga responsable de la marcha de la economía y de las
consecuencias que produce en su entorno, es una ética que apela a la responsabilidad
colectiva. Si la causa de los males es colectiva, el remedio ha de ser colectivo. Una ética
responsable de la economía y del mundo, que no se desentienda de la crisis pase lo que pase
bien porque "Dios proveerá después de todo" y "sálvese quien pueda" o porque la "mano
invisible" hace milagros; una ética que no prometa solo a la conciencia individual la
satisfacción de las manos limpias y se responsabilice de la historia de la humanidad; que esté
en el tajo, que haga lo imposible para que el mundo sea de hecho como debe ser y se aleje al
menos de lo que nunca debió haber sido, es una llamada urgente a la acción colectiva. La
cual no es hija de la voluntad general y ésta una suma de voluntades individuales, sino hija del
consenso y la coordinación de voluntades individuales en el campo de la economía. Por tanto
nada que ver con el descargo de la responsabilidad personal en una instancia superior: la
responsabilidad moral se comparte, pero no se delega.
Desde este punto de vista es razonable proponer una especie de contrato social entre
agentes económicos --empresarios y banqueros-- para introducir medidas de control de la
actividad económica y financiera, sanear el sistema económico de prácticas parasitarias, de la
avaricia que rompe el saco, y de prácticas incompatibles con la cooperación y la eficiencia de
la economía en su conjunto, así como insolidarias con la humanidad y dañinas para la
naturaleza. Dicha propuesta es todo lo contrario de una mafia para delinquir y un ejemplo de
lo que entendemos por una ética económica.
Incorporar la ética a las decisiones diarias de ahorro y de inversión tiene un gran efecto
transformador, al poder influir de esta forma en los tipos de actividades que se financian y, por
lo tanto, en el tipo de sociedad que estamos construyendo.
Los ahorradores, personas o entidades, deben ejercer su derecho a saber dónde se invierten
sus ahorros. Por lo tanto, las entidades financieras, o bien dejan de financiar actividades
éticamente reprobables, o bien invierten sólo en proyectos con contenido social y/o
ecológico.
En las inversiones éticas se tienen en cuenta proyectos viables basados en el respeto a los
derechos humanos, educación, protección del medio ambiente, ocupación laboral de
disminuidos, desarrollo de proyectos en el Tercer Mundo y otros principios afines.
Existirá un ideario ético donde se considerarán dos tipos de criterios a través de los que
calificar las inversiones éticas:
Criterios positivos. Aquellos que apoyan las inversiones en empresas que contribuyan
positivamente al desarrollo de las convicciones del inversor. Por ejemplo, actividades
de protección del Medio Ambiente, uso de energías limpias, o fomento del bienestar y
desarrollo de los empleados.
Debe distinguirse entre inversión ética y aquellas inversiones que, aunque no son éticas y no
cumplen criterios éticos, puedan ceder parte de sus beneficios o comisiones de gestión a
entidades solidarias (ONG). La mayoría de las inversiones que se promocionan como
solidarias en los bancos y cajas de ahorro tradicionales, como por ejemplo los llamados
fondos solidarios, no cumplen criterios éticos en sus inversiones, con el consiguiente peligro
de confusión (o engaño más o menos consciente) al contratar un producto financiero.
La Comisión Nacional del Mercado de Valores, en su circular de fecha 15 noviembre 1999,
indica los requisitos para que una Institución de Inversión Colectiva (IIC) pueda usar la
denominación de ético, ecológico o cualquier otra que incida en aspectos de responsabilidad
social. Entre ellos la necesidad de que el folleto explicativo del fondo fije su «ideario» ético y
establezca los criterios que necesariamente habrán de cumplir los valores que integren su
cartera; así como que el conjunto de valores aptos para la inversión sea determinado, bien por
una Comisión Ética formada por expertos independientes, bien por la composición de índices
éticos publicados por terceros y cuyo ideario coincida con el del fondo.
La crisis económica y financiera global incumbe a las normas éticas comunes. Las leyes
requieren una moral y las leyes globales exigen una ética compartida. Las demandas
planteadas por el Pacto Mundial de la ONU y las directrices de la OCDE requieren valores
éticos interculturales. Esto no presupone un sistema ético específico sino, sencillamente,
algunos valores y normas comunes. El Manifiesto por una ética económica global se basa en
cuatro de estos valores, compartidos por las principales religiones mundiales: la no-violencia y
el respeto supremo de la vida; la justicia y un orden económico justo; la veracidad y la
tolerancia; así como la alianza y la equidad jurídica entre hombres y mujeres.
Cada día es mayor el número de personas conscientes de que la crisis económica y financiera
global tiene también que ver con valores y normas éticas comunes. Cabe preguntarse: ¿acaso
no tenemos leyes que simplemente habría que aplicar? Sin duda las soluciones a esta crisis
pasan por cumplir todo lo previsto por las leyes. Pero con las leyes no basta. Todos sabemos
que la voluntad política de luchar contra la codicia, el fraude, la corrupción y el
engrandecimiento egoísta es muchas veces débil porque no tiene el respaldo de una voluntad
ética. Sin moral las leyes no pueden subsistir, y ninguna disposición legal se puede llevar a
efecto en ausencia de una conciencia moral basada en ciertos principios éticos elementales.
Pero esto ¿es solo una cuestión de moral individual? De ningún modo; es también una
cuestión de moral corporativa, y afecta al conjunto de la economía global de mercado.
Cuanto más dinero se tiene, más posibilidades existen de cometer comportamientos poco
éticos. Así de contundente es Paul Piff, psicólogo social de la Universidad de Berkeley, quien
ha dedicado gran parte de su trabajo a estudiar las diferencias entre personas de clase alta y
baja. En la última película de Martin Scorsese, podemos ver reflejada tal afirmación. En ella
queda patente cómo la codicia puede llevar a las personas a vivir sin ningún tipo de límite
moral, al igual que los escándalos financieros de los últimos años que confirman tal teoría.
Obviamente, no se puede generalizar y hay personas muy poco éticas sin grandes recursos.
Igualmente, existen hombres y mujeres con recursos que realmente están muy sensibilizados
con las desigualdades económicas e invierten en proyectos para disminuirlas. Pero lo que
realiza la ciencia es ofrecer un patrón de comportamientos y una explicación de por qué en
determinados contextos se refuerzan una serie de actitudes. Veamos a continuación algunas
conclusiones de los trabajos de Piff:
Libertad e independencia. Contar con más recursos nos permite vivir en un ambiente con
menos amenazas e incertidumbre, lo cual, sin duda, es positivo y necesario. El problema
surge cuando no miramos más allá de la propia seguridad personal, cuando se convierte en
una burbuja impenetrable que nos hace perder el pulso de lo que ocurre más allá de nuestro
pequeño mundo. Una educación sobreprotegida refuerza tales comportamientos y nos aísla
del contacto con otras realidades. Así pues, si estamos educando así a nuestros hijos,
¡cuidado!… Existen un riesgo futuro.
Sin duda, cuando se hace inteligencia económica se tienen que utilizar un conjunto
de métodos, técnicas y prácticas que tienen que regirse a una normativa ética. Actualmente,
la mayoría de información se encuentra al alcance de todos y es usada para formar posibles
escenarios y proyecciones. Por esa razón, las personas que manejan y utilizan esta
información deben poseer cualidades humanas y éticas.
Ciertamente, tiene el mismo nivel de importancia la consecución de los resultados como los
principios que respaldan estos resultados. La organización debe ser exitosa, pero el éxito lo
debe alcanzar aplicando los valores éticos. Por lo tanto, el éxito de la empresa se relaciona
con la integridad y cómo se comporta para conseguir ese éxito.
Sobre todo, el éxito de una empresa que alcanza un nivel adecuado de rentabilidad tiene
relación con la imagen y el reconocimiento social que proyecta. Una empresa se gana la
confianza de sus clientes no solo por sus capacidades técnicas, sino por la aplicación de
correctos principios éticos.
Desde luego, el Gobierno y las empresas utilizan la inteligencia económica para defender sus
intereses empresariales o del país. La inteligencia económica permite proteger la información
que le agrega valor y sirve como herramienta para ampliar el nivel de competitividad y la
sobrevivencia de la empresa. Básicamente la información se convierte en conocimiento y el
conocimiento en inteligencia.
Los aspectos más importantes que se deben cuidar en la ética de la inteligencia económica
son:
Tener un fin legítimo: Al utilizar la inteligencia económica se debe tener un fin legítimo
que justifique el uso de todo el proceso y el manejo de herramientas.
Espionaje industrial: Es cualquier tipo de práctica que se utiliza para tener acceso a
información de forma ilegal de los competidores.
En esta investigación se han logrado identificar y analizar algunas líneas teóricas y éticas
destacadas del pensamiento ético, político y económico en la historia. Se ha podido encontrar
cierta proyección de dichas concepciones en los postulados de la actualidad.
La economía moderna nació de la filosofía moral, es por eso que la actividad económica tiene
que ser regida por consideraciones éticas. Sin embargo, en los tiempos que corren, esta
actividad ha tendido a ser vista como dirigida a satisfacer las motivaciones menos nobles, esto
es, el interés individual. Como expone Joseph Ramos: “Es un avance sólo si se compara con
el sometimiento y explotación que caracterizaron las sociedades esclavistas y feudales. Sólo
en forma muy excepcional (aparte de las relaciones dentro de un núcleo familiar) se ha
fundado la actividad económica en motivos benévolos, altruistas o solidarios.
OpenMind BBVA. (01 de Abril de 2009). Recuperado el 20 de Octubre de 2022, de La crisis económica global
hace necesaria una ética global: https://www.bbvaopenmind.com/articulos/la-crisis-economica-global-
hace-necesaria-una-etica-global/
PRENSA DIARIA ARAGONESA S.A.U. (12 de Diciembre de 2018). El periodico de aragon. (Compañia Grupo Z)
Recuperado el 18 de Octubre de 2022, de
https://www.elperiodicodearagon.com/opinion/2008/12/02/etica-economica-47870597.html