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 Producto y servicio :

Producto

Se dice que, normalmente, los productos son tangibles, es decir, que pueden ser
tocados. Los productos son bienes materiales que se pueden tocar y son creados a partir
de la producción de materias primas.

Además, estos poseen la particularidad de que se pueden mantener y almacenar;


agotando y perdiendo su vida útil. Y, generalmente, un producto vendido puede medirse
con unidades de masa, como toneladas, kilogramos, gramos y tamaño como, metros,
centímetros o volumen en litros o metros cúbicos.

Servicio

El servicio es una utilidad intangible, que se ofrece a otra persona. Un servicio no


transforma objetos en mercancías, sino que se consume a medida que se presta.
Además, el servicio puede tener limitaciones de disponibilidad. 

Por otro lado, en el caso de los servicios, es normal ver que se utilizan unidades de
tiempo, diario, hora de trabajo, mensual o de esfuerzo. 

1. Producto principal

Este es el producto básico y se enfoca en el propósito para el cual está destinado el


producto. Por ejemplo, un abrigo te protegerá del frío y la lluvia. Cuanto más importante
son los beneficios que el producto proporciona, más necesitarán los clientes el producto.
Un elemento clave es la singularidad del producto principal. Esto beneficiará el
posicionamiento del producto dentro de un mercado y afectará a la posible competencia.

2. Producto genérico

Este representa todas las cualidades del producto. Para un abrigo cálido se trata del
ajuste, el material, la capacidad de protección a la lluvia, los sujetadores de alta calidad
etc.

3. Expectativa del producto

Esto es sobre los aspectos que el consumidor espera obtener cuando compra el producto.
Este abrigo debe ser realmente cálido, protector del clima, del viento y ser cómodo al
montar en bicicleta.

4. Producto aumentado

El producto aumentado se refiere a todos los factores adicionales que diferencian al


producto de la competencia. Esto involucra particularmente la identidad de la marca y su
imagen. ¿Es ese abrigo cálido, con estilo y su color moderno es hecho por una
reconocida marca de moda? Pero también factores como el servicio, la garantía y la
buena relación calidad-precio juegan un papel importante en esto. El objetivo es entregar
algo que está más allá de un producto esperado. Es la traducción del deseo que se
convierte en realidad.

5. Potencial del producto

Se trata de aumentos y transformaciones que el producto puede experimentar en el


futuro. Por ejemplo, un abrigo cálido hecho de un tejido que es tan delgado como el papel
y ligero como una pluma permite que la lluvia se deslice automáticamente hacia abajo.

Organización por Productos: Este tipo de clasificación suele ser el utilizado en


empresas que ofrecen a la venta productos  y servicios muy diversos entre sí, por lo tanto
la empresa se organiza en base a sus productos o líneas de productos. Cada una de
estas “divisiones” debe organizar a su vez las respectivas funciones. Por ejemplo:
Cosmética, Alimentación, Productos de limpieza, etc.

¿Qué es el modelo AIDA? 

El modelo AIDA es una estrategia comercial que aprovecha las necesidades del público
para convencerlo de consumir un producto. Su nombre proviene de los cuatro elementos
fundamentales que deben ser generados en los clientes durante un proceso de
venta: atención, interés, deseo y acción. 

¿Para qué sirve el modelo AIDA en ventas? 

Todos los negocios tienen un propósito principal: atraer al cliente y llevarlo a concretar
una compra. Sin embargo, esta misión requiere una estrategia que facilite el proceso y
asegure una tasa de conversión alta. El modelo AIDA es una de las mejores soluciones
para generar un plan de ventas exitoso. 

El modelo AIDA permite convencer progresivamente al público de las ventajas que


conlleva comprar un producto en especial. Esta fórmula permite establecer las acciones
que debe tomar una empresa para:  

1. Promover en el cliente atención en el producto. 

2. Generar interés en la solución que una marca ofrece. 

3. Incentivar el deseo de consumirlo. 

4. Motivar la acción para comprarlo. 

Asimismo, esta estrategia de venta contempla el proceso que debe realizarse al finalizar
una compra, pues gran parte de su utilidad se debe al análisis del éxito o fracaso de las
acciones implementadas. A continuación revisaremos la relevancia de cada uno de estos
pasos y cómo su cumplimiento puede garantizar un proceso de ventas exitoso. 

1. Atención 
La atención es el primer paso para atraer a los clientes y comenzar un proceso de ventas
exitoso. Ya sea que ejecutes acciones para concientizarlos sobre una problemática o que
ellos mismos se den cuenta de la necesidad de un producto, no puede existir una venta si
el público no se siente atraído por tu marca. 

Aunque es difícil llamar la atención en un mundo anuncios publicitarios, marcas y


productos vistosos, es importante crear estrategias que resulten sugerentes para tu
audiencia. Por ejemplo, puedes situar tu producto en un lugar inesperado, presentar un
anuncio radicalmente diferente del resto o dejarlos intrigados respecto a tu mercancía. 

2. Interés 

Generar interés en tu audiencia es el segundo paso para conducirla a comprar tus


productos. Una vez que has captado su atención, será mucho más fácil presentar algunos
datos de tu producto y promover cierta fascinación en tu público para que desee conocer
más. 

Al conocer un producto útil para alguna problemática de su vida cotidiana o que ofrece
beneficios inesperados, el consumidor querrá conocer más características y solucionar
algunas dudas que tal vez surjan. Tus gestores de venta deberán estar capacitados para
atender sus inquietudes y aumentar la atracción que la persona en cuestión está
demostrando. 

3. Deseo 

Si has ganado ya la atención de los clientes y el interés por tu producto, el deseo es un


elemento casi inmediato. Ya que tu público conoce las virtudes y ventajas de tu mercancía
es mucho más sencillo que se sienta convencido de adquirirla. En este punto no
solamente debes confiar en tu producto, debes asegurarte de que el cliente pase de sentir
mera atracción por él y genere una necesidad. Este proceso de conquista es esencial
para concretar una venta e involucrará conocer un poco más a tu cliente para insertar el
producto exactamente en el contexto en el que piensa utilizarlo. 

4. Acción 

Del deseo a la acción solamente existe un paso. Para llevar a tus clientes a esta etapa del
proceso de venta será necesario que recurras a todo lo que has compartido para generar
interés en el cliente. Si ofreciste alguna promoción o descuento valdrá la pena remarcarlo
en este punto para que el consumidor termine el proceso, convencido de haber tomado la
mejor decisión en el momento oportuno. 

En virtud de que este punto es crucial, lo mejor es hacerlo de manera simple y eficiente.
Incentiva al cliente a llevar a cabo la adquisición y proporciona los instrumentos para
realizar la compra y para evitar que en el último momento reconsidere su decisión.  
5. Análisis de la estrategia 

El análisis de los resultados es un paso clave que no debe ser ignorado al generar un plan
de ventas. Si aplicas el modelo AIDA deberás revisar cómo cada uno de los pasos ha
servido para afianzar la venta y crear necesidad en el comprador. Es importante
perfeccionar el modelo y las estrategias aplicadas, ya sea que el proceso de venta haya
sido exitoso o no. En esta etapa deberás aprovechar las opiniones de tus clientes con el
fin de conservar y modificar las cosas pertinentes. 

Recuerda que gran parte de los negocios depende de asegurar la lealtad de los clientes y
mantenerlos dentro de sus consumidores leales. Por ello, el modelo AIDA no debe ser
visto como un proceso de venta única, sino un ciclo que vuelva a generar atención,
interés, deseo y acción en los compradores en el futuro. 

¿Qué es el ciclo de vida de un producto?

En marketing entendemos el ciclo de vida de un producto como todas las etapas por
las que pasa un producto desde que entra en un mercado hasta que se retira del propio
mercado. 

Este término es una analogía que surge de la evolución de los seres vivos, quienes tienen
un ciclo de vida que también pasa por diferentes etapas, desde el nacimiento del ser vivo
hasta la muerte. 

Al igual que sucede con los seres vivos, en los productos hay que tener en cuenta las
peculiaridades y características de cada producto, y el mercado en el que va a
introducirse, pues todos los artículos o productos no son iguales. 

Y… ¿por qué es importante conocer el ciclo de vida de un producto? Es muy relevante


para poder implementar las estrategias adecuadas y por ello, los profesionales del
marketing deben conocer cada una de las fases. ¡Te hablamos de ellas en el siguiente
apartado del post!

 Fases del ciclo de vida de un producto

Las etapas o fases del ciclo de vida de un producto son las siguientes:

Introducción

La introducción del producto es la fase que corresponde al lanzamiento de dicho


producto al mercado.  Durante esta primera fase del ciclo de vida del producto las
ventas son bajísimas y por tanto, los beneficios casi inexistentes.  

En  la introducción no preocupan los pocos beneficios que el producto aporta a  la


empresa ya que el objetivo es otro: dar a conocer el producto y expandirlo en el mercado
a través de estrategias publicitarias, promociones, etcétera. 
En esta etapa, normalmente, no se conoce todavía la trayectoria que va a tener el
producto, puede preverse, pero no se sabe con certeza, y es que… ¡el producto puede
ser un éxito o un fracaso y todavía está por ver!

Crecimiento

La fase o etapa de crecimiento corresponde con la aceptación del producto por parte de


los consumidores. Es durante esta etapa cuando las ventas empiezan a dispararse y
los beneficios empiezan a aumentar. 

Durante esta etapa, además, la producción se dispara y por tanto (debido a  la economía
de escala) los costes se reducen. También es una etapa en la que podemos empezar a
ver nuevos competidores que intentarán diferenciarse de nuestro producto y construir su
propia imagen de marca.

¿Qué es lo más importante durante esta etapa? El principal objetivo que persigue
cualquier empresa durante esta etapa es, sin duda, adaptar el producto a la demanda y
posicionarlo en el mercado. 

Madurez

En la etapa anterior veíamos un crecimiento exponencial del producto. Sin embargo,


durante la madurez el crecimiento de las ventas del producto empieza a ralentizarse y
estabilizarse. Ya tenemos un producto consolidado en el mercado y aunque las ventas
no crecen tan velozmente… ¡los beneficios del producto continúan siendo elevados!

Declive

Las necesidades de los consumidores empieza a cambiar y eso afecta al producto.


Durante la etapa de declive los consumidores cambian, están saturados del producto y
prefieren consumir otros productos. 

Es la eta en la que las ventas caen considerablemente y con ello los beneficios de la
empresa. 

Identificar esta fase del ciclo de vida de un producto no es difícil ya que la se ve, tal y
como hemos mencionado en las ventas, pero también en la imposibilidad de retener
clientes

La perecebilidad es el tiempo que tarda un alimento en comenzar a degradarse


perdiendo sus propiedades nutrimentales. Se le conoce también
como caducidad. Dependiendo de ese tiempo de duración, los alimentos se clasifican en:

· Alimentos perecederos: Son aquellos que comienzan una descomposición de forma


sencilla. Agentes como la temperatura, la humedad o la presión son determinantes para
que el alimento comience su deterioro. Ejemplos de estos son: los derivados de los
animales y los vegetales, siendo las frutas las de mayor perecebilidad, y la leche y carnes
de menor perecibilidad ya que en refrigeración se conservan.
 Alimentos semi-perecederos: Son aquellos en los que el deterioro depende de la
humedad del aire y de la calidad microbiana del mismo. Ejemplos de estos son los frutos
secos, los tubérculos y otros vegetales, como las gramíneas.

· Alimentos no perecederos: No se deterioran con ninguno de los factores anteriores,


sino que dependen de otros factores como la contaminación repentina, el mal manejo del
mismo, accidentes y demás condiciones que no están determinadas por el mismo.
Ejemplo de ellos son las harinas, las pastas y el azúcar, que se consideran deteriorados
una vez que se revuelven con algún contaminante o empiezan su descomposición una
vez cocinados

Ejemplos de este tipo de alimentos, pueden ser los productos enlatados, productos en
cartón o plástico, el azúcar, la sal, el aceite, café, y los granos o pastas.

Es importante no confundir en el etiquetado de alimentos la fecha de caducidad con la de


consumo preferente. La primera indica cuándo no debe tomarse un alimento porque pone
en peligro la salud, mientras que la segunda solo indica la pérdida de propiedades del
producto

NO PERECEDEROS 

El concepto de los alimentos no perecederos radica en aquellos que tienen una larga vida
útil y no se deterioran con factores externos. Esto no significa que durarán toda la vida,
sino que pueden almacenarse durante mucho tiempo, siempre y cuando sea en
condiciones y óptimas.

Para saber cuándo es mejor comerlos o usarlos, hay que checar la fecha de caducidad de
consumo preferente, la cual indica el tiempo de vida útil que tiene antes de echarse a
perder.  

¿QUÉ SON ALIMENTOS PERECEDEROS?

La principal diferencia entre alimentos perecederos y los no perecederos, es que estos


últimos se conservan mucho más tiempo que los primeros. Es decir, los alimentos
perecederos tienen una descomposición más rápida. Por ejemplo, las verduras son unas
de ellas.

Los alimentos perecederos se caracterizan por su frescura, pero carecen también con la
posibilidad de echarse a perder un poco antes de tiempo dado a condiciones de
temperatura, la principal causa de descomposición.

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