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Producto
Se dice que, normalmente, los productos son tangibles, es decir, que pueden ser
tocados. Los productos son bienes materiales que se pueden tocar y son creados a partir
de la producción de materias primas.
Servicio
Por otro lado, en el caso de los servicios, es normal ver que se utilizan unidades de
tiempo, diario, hora de trabajo, mensual o de esfuerzo.
1. Producto principal
2. Producto genérico
Este representa todas las cualidades del producto. Para un abrigo cálido se trata del
ajuste, el material, la capacidad de protección a la lluvia, los sujetadores de alta calidad
etc.
Esto es sobre los aspectos que el consumidor espera obtener cuando compra el producto.
Este abrigo debe ser realmente cálido, protector del clima, del viento y ser cómodo al
montar en bicicleta.
4. Producto aumentado
El modelo AIDA es una estrategia comercial que aprovecha las necesidades del público
para convencerlo de consumir un producto. Su nombre proviene de los cuatro elementos
fundamentales que deben ser generados en los clientes durante un proceso de
venta: atención, interés, deseo y acción.
Todos los negocios tienen un propósito principal: atraer al cliente y llevarlo a concretar
una compra. Sin embargo, esta misión requiere una estrategia que facilite el proceso y
asegure una tasa de conversión alta. El modelo AIDA es una de las mejores soluciones
para generar un plan de ventas exitoso.
Asimismo, esta estrategia de venta contempla el proceso que debe realizarse al finalizar
una compra, pues gran parte de su utilidad se debe al análisis del éxito o fracaso de las
acciones implementadas. A continuación revisaremos la relevancia de cada uno de estos
pasos y cómo su cumplimiento puede garantizar un proceso de ventas exitoso.
1. Atención
La atención es el primer paso para atraer a los clientes y comenzar un proceso de ventas
exitoso. Ya sea que ejecutes acciones para concientizarlos sobre una problemática o que
ellos mismos se den cuenta de la necesidad de un producto, no puede existir una venta si
el público no se siente atraído por tu marca.
2. Interés
Al conocer un producto útil para alguna problemática de su vida cotidiana o que ofrece
beneficios inesperados, el consumidor querrá conocer más características y solucionar
algunas dudas que tal vez surjan. Tus gestores de venta deberán estar capacitados para
atender sus inquietudes y aumentar la atracción que la persona en cuestión está
demostrando.
3. Deseo
4. Acción
Del deseo a la acción solamente existe un paso. Para llevar a tus clientes a esta etapa del
proceso de venta será necesario que recurras a todo lo que has compartido para generar
interés en el cliente. Si ofreciste alguna promoción o descuento valdrá la pena remarcarlo
en este punto para que el consumidor termine el proceso, convencido de haber tomado la
mejor decisión en el momento oportuno.
En virtud de que este punto es crucial, lo mejor es hacerlo de manera simple y eficiente.
Incentiva al cliente a llevar a cabo la adquisición y proporciona los instrumentos para
realizar la compra y para evitar que en el último momento reconsidere su decisión.
5. Análisis de la estrategia
El análisis de los resultados es un paso clave que no debe ser ignorado al generar un plan
de ventas. Si aplicas el modelo AIDA deberás revisar cómo cada uno de los pasos ha
servido para afianzar la venta y crear necesidad en el comprador. Es importante
perfeccionar el modelo y las estrategias aplicadas, ya sea que el proceso de venta haya
sido exitoso o no. En esta etapa deberás aprovechar las opiniones de tus clientes con el
fin de conservar y modificar las cosas pertinentes.
Recuerda que gran parte de los negocios depende de asegurar la lealtad de los clientes y
mantenerlos dentro de sus consumidores leales. Por ello, el modelo AIDA no debe ser
visto como un proceso de venta única, sino un ciclo que vuelva a generar atención,
interés, deseo y acción en los compradores en el futuro.
En marketing entendemos el ciclo de vida de un producto como todas las etapas por
las que pasa un producto desde que entra en un mercado hasta que se retira del propio
mercado.
Este término es una analogía que surge de la evolución de los seres vivos, quienes tienen
un ciclo de vida que también pasa por diferentes etapas, desde el nacimiento del ser vivo
hasta la muerte.
Al igual que sucede con los seres vivos, en los productos hay que tener en cuenta las
peculiaridades y características de cada producto, y el mercado en el que va a
introducirse, pues todos los artículos o productos no son iguales.
Introducción
Crecimiento
Durante esta etapa, además, la producción se dispara y por tanto (debido a la economía
de escala) los costes se reducen. También es una etapa en la que podemos empezar a
ver nuevos competidores que intentarán diferenciarse de nuestro producto y construir su
propia imagen de marca.
¿Qué es lo más importante durante esta etapa? El principal objetivo que persigue
cualquier empresa durante esta etapa es, sin duda, adaptar el producto a la demanda y
posicionarlo en el mercado.
Madurez
Declive
Es la eta en la que las ventas caen considerablemente y con ello los beneficios de la
empresa.
Identificar esta fase del ciclo de vida de un producto no es difícil ya que la se ve, tal y
como hemos mencionado en las ventas, pero también en la imposibilidad de retener
clientes
Ejemplos de este tipo de alimentos, pueden ser los productos enlatados, productos en
cartón o plástico, el azúcar, la sal, el aceite, café, y los granos o pastas.
NO PERECEDEROS
El concepto de los alimentos no perecederos radica en aquellos que tienen una larga vida
útil y no se deterioran con factores externos. Esto no significa que durarán toda la vida,
sino que pueden almacenarse durante mucho tiempo, siempre y cuando sea en
condiciones y óptimas.
Para saber cuándo es mejor comerlos o usarlos, hay que checar la fecha de caducidad de
consumo preferente, la cual indica el tiempo de vida útil que tiene antes de echarse a
perder.
Los alimentos perecederos se caracterizan por su frescura, pero carecen también con la
posibilidad de echarse a perder un poco antes de tiempo dado a condiciones de
temperatura, la principal causa de descomposición.