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(30/08/2022)
Sede: Posadas
Apellido, nombre y D.N.I. del alumno/a: Borja Barboza Bianka Belén, 44.681.127
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Freud presenta el concepto de repetición propiamente en 1914 en “Recordar, repetir,
reelaborar”, dando cuenta de un problema clínico, el límite a la rememoración, hay que tener
en cuenta los momentos previos a esto en los que Freud basaba la rememoración y por donde
creía que esta podía obtenerse. Teniendo en cuenta esto y siguiendo el concepto de reperición
en donde el analista espera un recuerdo en su lugar encuentra un acto, el acto de repetir, dicho
acto que repite el paciente sería un fragmento de su pasado, Freud dirá que vivencias
infantiles, dicho acto que repite será en la relación transferencial con el analista, revelándose
irreductible a la rememoración.
“Si nos atenemos al signo distintivo de esta técnica respecto del tipo anterior, podemos
decir que el analizado no recuerda, en general, nada de lo olvidado y reprimido, sino que lo
actúan. No lo reproduce como recuerdo, sino como acción; lo repite, sin saber, desde luego,
que lo hace.” Recordar, repetir, reeleaborar, pág. 151
Ahora bien, retomando ¿Qué es lo que se repite? En un primer momento Freud apela
elementos conceptuales que desarrolló varios años a priori en “La interpretación de los
sueños” (1900), en su tesis de la primera tópica donde estructura y da noción del
funcionamiento del aparato psíquico. Puesta así la repetición con las formaciones del
inconsciente, es por ello que afirma:
Hasta ahí evidencia que para él en ese entonces la repetición se ordena en los términos del
edificio teórico que había construido anteriormente, más deja pensar en que la lógica que
comanda el aparato psíquico puede pensarse en el registro de una repetición. ¿Por qué? Por el
retorno de los signos de una satisfacción primera, el aparato psíquico se orienta hacia una
finalidad repetitiva, la de recuperar vía repetición los signos de la satisfacción. Dicho aparato
esta formado por huellas mnémicas las cuales son inscripciones permanentes que funcionan al
modo de una memoria, las cuales persiguen la representación de las marcas de una
satisfacción original. Pensadolo de esta manera entonces toda formación del inconsciente de
algún modo entraña una repetición, y es la repetición en el análisis la que se cuenta entre las
manifestaciones del inconsciente como una modalidad de recuperación de unas huellas
olvidadas, perdidas. Es por ello que en un primer momento del concepto de repetición
freudiano la repetición es un modo de retorno de lo reprimido:
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“Vamos a ver ahora qué es realmente lo que repite. Pues bien: repite todo lo que se ha
incorporado ya a su ser partiendo de las fuentes de lo reprimido…” Recordar, repetir,
reelaborar, pág.153.
Más si bien el plantea la repetición de esta manera en un primer tiempo, en la lógica del
retorno de lo reprimido, nos presenta también otros aspectos del concepto de la repetición los
cuales contribuirán a terminar de elaborar el concepto freudiano de repetición. Si en cuanto a
la primera tópica, si la represión es olvido, el retorno de lo reprimido en un modo de recordar,
aunque ligeramente cambiado pero siempre reconocible, así la repetición puede ser pensada
dentro de esta lógica como una modalidad cifrada de un recuerdo que se sostiene en la
memoria inconsciente. Pero es en el segundo tiempo en el que Freud presenta otros elementos
que no condicen a esta lógica.
“Se trata de otros grupos de procesos psíquicos (…) que deben ser considerados
separadamente en su relación con el olvidar y el recordar. Aquí sucede, con particular
frecuencia, que se «recuerde» algo que nunca pudo ser «olvidado», porque en ningún tiempo
se lo advirtió, nunca fue conciente” Recordar, repetir, reelaborar, pág.151.
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“Pero el hecho nuevo y asombroso que ahora debemos describir es que la compulsión
de repetición devuelve también vivencias pasadas que no contienen posibilidad alguna de
placer, que tampoco en aquel momento pudieron ser satisfacciones, ni siquiera de las
mociones pulsionales reprimidas desde entonces.” Más allá del principio del placer, pág. 20.
“(…) resulta claro que su compulsión a repetir en la trasferencia los episodios del
período infantil de su vida se sitúa, en todos los sentidos, más allá del principio de placer.”
Más allá del principio del placer, pág. 36
“Puesto que esta repetición es repetición simbólica, se muestra en ella que el orden del
símbolo no puede ya concebirse como constituido por el hombre sino como constituyéndolo.”
La carta robada, pág.55 Escritos 1
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“En el orden simbólico, los vacíos son tan significantes como los llenos; parece
efectivamente, escuchando a Freud hoy, que es la hiancia de un vacío la que constituye el
primer paso de todo su movimiento dialéctico.” Escritos 1, pág.373
“Lo que nos interesa hoy es la manera en que los sujetos se relevan en su
desplazamiento en el transcurso de la repetición intersubjetiva. Veremos que su
desplazamiento está determinado por el lugar que viene a ocupar el puro significante que es la
carta robada, en su trío. Y es esto lo que para nosotros lo confirmará como automatismo de
repetición.” La carta robada, pág.28 Escritos 1
Acá lo que Lacan conserva del texto de Freud, Más allá del principio del
placer (1920) en este tiempo es que la compulsión a la repetición queda exclusivamente en el
plano de lo simbólico, eso que se repite es puramente del orden del significante, no contando
aún con los desarrollos posteriores sobre lo real y el objeto a.
Posteriormente va a decir:
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.En un segundo tiempo, ya en el Seminario XI plantea al concepto de repetición como
un “encuentro fallido con lo real”, utilizando alegóricamente los términos de Tyche y
Automaton con el fin de diferenciar la repetición de la cadena significante, la insistencia de
los signos de lo que queda más allá de la misma.; el de Tyche como ese encuentro con lo real,
encuentro que va a caracterizar como esencialmente fallido.
“"Lo real está más allá del automatón, del retorno, del regreso, de la insistencia de los
signos, a que nos somete el principio del placer. Lo real es eso que yace siempre tras el
automatón" Seminario XI, Clase 5
Y el término de Automaton, como lo que queda del lado de principio del placer en
cuanto relación al registro simbólico. Es lo real lo que se presenta bajo la figura del trauma lo
que dejo un resto imposible de significar.
"La función de la tyche, de lo real como encuentro –el encuentro en tanto que puede
ser fallido, en tanto que es, esencialmente, el encuentro fallido– se presentó primero en la
historia del psicoanálisis bajo una forma que ya basta por sí sola para despertar atención– la
del trauma" Seminario XI, Clase 5
Se advierte que la insistencia significante en tanto automatón se ubicaría del lado del
principio del placer, insistiendo la inscripción de un real imposible de capturar vía los
significantes, un real inasimilable.
"El trauma es concebido como algo que ha de ser taponado por la homeostasis
subjetivante que orienta todo el funcionamiento definido por el principio del placer"
Seminario XI, Clase 5
"una cita reiterada con un real que se escabulle" Seminario XI, Clase 5
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“"tenemos que detectar el lugar de lo real, que va del trauma al fantasma en tanto que
el fantasma nunca es sino la pantalla que disimula algo absolutamente primero, determinante
en la función de la repetición" Seminario XI, Clase 5
"El carrete no es la madre reducida a una pequeña bola por algún juego digno de jíbaros es
como un trocito del sujeto que se desprende sin dejar de ser bien suyo, pues sigue
reteniéndolo […] Con su objeto salta el niño los linderos de su domino transformado en pozo
y empieza su cantilena. Si el significante es en verdad la primera marca del sujeto, como no
reconocer en este caso -por el sólo hecho de que el juego va acompañado por una de las
primeras oposiciones en ser pronunciadas- que en el objeto al que esta oposición se aplica en
acto, en el carrete, en él hemos de designar al sujeto, a este objeto daremos posteriormente su
nombre de álgebra lacaniana: el a minúscula. " Seminario XI, Clase 5
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a la repetición dice que la misma “exige lo nuevo”, que en cada repetición hay algo del orden
de lo diferente y si bien se conserva la huella, algo otro surge allí.
"Por el hecho mismo de que sea algo expresamente como tal repetido, por el hecho de
que está marcado por la repetición, lo que se repite no puede estar más que en posición de
pérdida con respecto a lo que es repetido (…) hay algo que es pérdida y que sobré esta
pérdida, desde el origen, desde la articulación, de lo que acá resumo, Freud insiste: que en la
misma repetición hay pérdida de goce. Acá encuentra origen en el discurso freudiano la
función del objeto perdido. " Seminario XVII, Clase 5 “Saber medio goce”
Lacan para este tiempo toma de la física el concepto de “entropía”, todo para dar
cuenta de que la repetición de goce funciona como un mecanismo de pérdida. En esta
dirección articula la noción de objeto perdido en Freud con el objeto a; paralelamente refuerza
el carácter fundamental del rasgo unario, asociándolo a la marca significante.
“la función del rasgo unario, es decir la forma más simple de marca, es decir lo que
propiamente es el origen del significante (…) es del rasgo unario que se origina todo lo que
nos interesa, a nosotros analistas, como saber” Seminario XVII, Clase 5
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"El significante se articula representando a un sujeto ante otro significante. De ahí es
de donde partimos para dar sentido a esa repetición inaugural en tanto repetición que apunta al
goce". Seminario XVII, Clase 5
"Este saber muestra aquí su raíz en el hecho de que, en la repetición, y para empezar
bajo la forma del rasgo unario, resulta ser el medio del goce– del goce precisamente en tanto
supera los límites impuestos, bajo el término de placer, a las tensiones usuales de la vida".
Seminario XVII, Clase 5
Bien entonces hasta ahora, la repetición instala una pérdida, lo que va al lugar de esa
pérdida es el objeto a, el cual a su vez motoriza la repetición. Esto se articula con lo que
Lacan hace sobre el objeto a como plus de goce, articulándolo a la noción de plusvalía que
teorizó Karl Marx. El objeto (a) en Lacan habría que distinguirlo a estas alturas en dos
instancias, en primera instancia el (a) como objeto causa y en segunda instancia el (a) como
plus de goce. El objeto (a) como causa se articula a la repetición en torno a la búsqueda del
objeto perdido por estructura y el objeto (a) como plus de goce indica que la repetición se
encuentra al servicio de la recuperación del goce. Esta última conceptualización tiene sentido
con lo enunciado por Lacan en el Seminario 17 donde marca una nueva lógica en relación a la
repetición ligada al goce.
Habrá repetición siempre que haya un significante que comande el saber, tal como se
escribe en discurso del amo. Se romperá la repetición con la interpretación de este enlace
(S2 // S1). Esto supone acabar con la determinación, con la causalidad, rompiéndola lo que
nos aloja en el campo del A barrado, y nos saca del campo de la repetición, campo de un Otro
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“De entrada el lenguaje, e incluso el del amo, no puede ser otra cosa que demanda,
demanda que fracasa. No es de su éxito sino de su repetición que se engendra algo que es de
otra dimensión que yo he llamado la pérdida donde toma cuerpo el plus-de-gozar.” Seminario
XVII, Clase 10.
Pero, ¿qué es este objeto? Es la diferencia, la diferencia entre una primera experiencia
de goce y una segunda. Entonces el primer tiempo es el del encuentro, de la experiencia de
goce, donde se fijará el rasgo como memorial de goce. El segundo tiempo es el de la
reiteración del rasgo, con lo que se produce la inmixión de la diferencia, y con ello, la
pérdida; y el en el tercer tiempo en el cual comienza, no la repetición del rasgo que continua
en el inconsciente cifrándose, sino la repetición de la diferencia, de la pérdida.
“esta repetición, está identificación del goce, y acá tomo prestada, para darle un
sentido que no está puntuado en el texto de Freud, la función del rasgo unario, es decir la
forma más simple de marca, es decir lo que propiamente es el origen del significante (…) es
del rasgo unario que se origina todo lo que nos interesa, a nosotros analistas, como saber”
Seminario XVII, Clase 5.
“En otras palabras el saber que nos parece el más depurado, aún cuando esté bien claro
que no podemos extraerlo de ningún modo del empirismo por depuración, es el mismo saber
que está presente desde el origen, que muestra su raíz en lo que, en la repetición y bajo la
forma de rasgo unario para comenzar, ese saber es el medio del goce, del goce precisamente
en tanto supera los limites impuestos bajo el término de "placer" a las tensiones habituales de
la vida.” Seminario XVII, Clase 5.
Bibliografía
Sigmund Freud”, 1914 “Recordar, repetir, reelaborar
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