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TEMA 1. EL PAGO
GLOSARIO
Intuitu personæ: Hace referencia a aquellos actos o contratos en que la
identidad o determinadas características personales de una parte (o de ambas)
son factor determinante de su celebración.
Pago por consignación: Es una forma de extinguir las obligaciones, cuyo
propósito es permitir que el deudor cumpla incluso contra la voluntad del
acreedor
Cumplimiento coactivo: Consiste en la realización de la prestación debida o
entrega de la res debita en virtud de mandato judicial instado por el acreedor
demandante.
Ejecución forzada: Es la adecuación de medios para obtener en forma
efectiva el cumplimiento de las obligaciones del deudor o la correspondiente
responsabilidad.
Acreedor quirografario: Es aquel tipo de acreedor que requiere la entrega de
un bien, a modo de prenda, por parte del deudor. Este bien, por tanto, se
entrega a modo de garantía de la devolución inicial.
Deudor recalcitrante: Se emplea para calificar al individuo que se aferra a un
pensamiento o a una decisión, sin escuchar opiniones ajenas.
Acción Pauliana: Consiste en la pretensión concedida al acreedor para
impugnar actos de su deudor que pretende no pagar su deuda
Acción contra la simulación: Tiene por objeto que se destruya la apariencia,
quedando las cosas en su situación real
Acción oblicua: Es una acción o derecho propio del acreedor para proteger su
crédito, cuya finalidad es la de conservar el patrimonio del deudor ante la
inactividad de éste
Derecho de retención: Es la facultad que otorga la ley en casos concretos y
determinados al poseedor de un bien ajeno, para conservar esa posesión hasta
que el propietario le pague lo que le adeude
Teoría de los riesgos: Es una teoría con la cual se pretende establecer un
criterio adecuado para los fines del derecho y de las necesidades sociales de
nuestra época por medio del cual determinar cuál o cuáles son los
responsables de un daño ocasionado a una persona natural o jurídica que no
tenía por qué soportar.
Teoría de la rescisión: Es la acción de dejar sin efecto un contrato o acto
jurídico
Saneamiento por evicción: Es aquella obligación que tiene el vendedor de
responder frente a su comprador en caso de que tras haberle concedido el
bien, exista una privación del mismo
Consignación en pago: Es el ofrecimiento de pago y consignación del deudor
a favor del acreedor efectuado de forma voluntaria sin que medie juicio de
por medio.
Fenece: Dicho de una persona, 'morir' y, dicho de una cosa, 'acabarse o
desaparecer'.
Subrogación: La subrogación es el cambio de uno de los titulares en un
contrato
Consentimiento presunto: Es aquel que el titular del interés no puede otorgar,
expresa o tácticamente, por encontrarse impedido para ello, pero que, dadas
las circunstancias, debe presumir que habría dado de estar en situación de
hacerlo.
Gestión anormal: Es fruto de un hecho ilícito, dejando muy lejos el verdadero
sentido de gestión de negocios.
Sustancia del pago: El objeto del pago
Deuda líquida: Aquella cuya cuantía se haya determinado o puede
determinarse dentro del plazo de nueve días
Bien fungible: Los bienes fungibles son cosas de carácter mueble y
reemplazable, que se agotan con su uso y por lo tanto no puede hacerse un
uso adecuado de ellos sin consumirlos (como el dinero).
Oneroso: Que incluye o implica conmutación de prestaciones recíprocas, en
oposición a lo lucrativo.
Cuantía: Es el valor de las cosas que se disputan en un litigio
Prorrata: Cuota o parte proporcional que toca a cada uno de lo que se reparte
entre varios.
Iuris tantum: Presunción solo de derecho que ordena admitir como probado en
juicio un hecho, mientras no se tenga prueba de lo contrario
Término suspensivo: Es el término de cuya llegada se hace depender que la
relación obligatoria sea exigible. Por tanto, aunque el deudor esté vinculado al
acreedor, éste no puede exigirle la prestación hasta cumplirse el plazo
Nominalismo: El alcance de una obligación monetaria se define de acuerdo
con la suma de la unidad nominal, incluida en ella. La ley no tiene en cuenta los
cambios de valor, ni el valor externo en sus relaciones con las monedas
extranjeras ni el valor interno medido por su poder adquisitivo
Teoría valorista/realista: Enfoque teórico moderno que considera que la
magnitud de una obligación monetaria no está definida por una suma nominal
de unidades de dinero, sino por el valor involucrado en esas unidades de
dinero.
Mutuatario: Persona que recibe una cosa a cambio de otra, especialmente
bajo contrato.
Valor intrínseco: Precio teórico o valor fundamental de un activo,
Valor nominal: Es el valor que su propietario le atribuye a un bien
Introducción
Existen consecuencias comunes a toda obligación tales como:
El pago o cumplimiento y sus efectos extintivos de la deuda
El derecho del deudor a pagar mediante la consignación o depósito en pago
El derecho del acreedor a obtener un cumplimiento coactivo
La ejecución forzada
Ante la vulnerabilidad del acreedor quirografario hay efectos protectores:
La acción Pauliana
La acción contra la simulación
La acción oblicua
El derecho de retención
Ante la generación de consecuencias por parte de obligaciones recíprocas:
La teoría de riesgos
La teoría de rescisión
La excepción de contrato no cumplido
Con los efectos particulares de las obligaciones traslativas de cosas:
El saneamiento por evicción
El saneamiento por vicios ocultos
1. El pago
Es el cumplimiento de la obligación, cualquiera que sea el propósito de esta.
Se paga al dar una determinada cosa, prestar servicios u observar la
abstención producto de una obligación, pudiendo ser estas obligaciones de dar,
de hacer o de no hacer.
El pago es el efecto normal de toda obligación y por consecuencia la forma
natural de extinguir dicha obligación. Con este la relación jurídica muere y se
agota con su cumplimiento.
ARTÍCULO 2240. Entiéndase por pago o cumplimiento la entrega del bien o la
prestación del hecho que sea objeto de la obligación.
ARTÍCULO 2241. En las obligaciones de no hacer, el pago de las mismas es la
abstención del hecho que constituye su objeto.
2. ¿Quién puede pagar?
Cualquier persona puede pagar, a excepción de las obligaciones concertadas
en consideración a la persona del deudor o sus habilidades particulares (intuitu
personae) en las cuales el cumplimiento debe realizarse sólo por el obligado.
Estas obligaciones son más comunes de encontrarse en las que tienen como
propósito hacer.
Por ejemplo; si contratas a un cirujano para que te realice un procedimiento
médico, este cirujano será el deudor y por ende quien debe realizar la
prestación de hecho, tú no permitirías que otro lo hiciera por él en su lugar, ni
tú podrías ser forzado a aceptarlo.
ARTÍCULO 2244. El pago debe ser hecho por el mismo deudor o por su
representante.
ARTÍCULO 2253. La obligación de prestar un hecho se puede cumplir por persona
distinta del deudor, salvo que se hubiere pactado que la cumpla personalmente el
mismo obligado, o que se hubieren elegido los conocimientos especiales de éste o sus
cualidades personales.
RESUMEN
TEMA 2. OFRECIMIENTO DE PAGO EN
CONSIGNACION
GLOSARIO
Pago por consignación: Es una forma de extinguir las obligaciones, cuyo
propósito es permitir que el deudor cumpla incluso contra la voluntad del
acreedor
Extrajudicial: Que se hace o se trata fuera de la vía judicial.
Convenir: Llegar [una persona] con otra a un acuerdo en cierto asunto.
Consignación: Señalar o poner por escrito una cosa para dejar constancia de
ella, generalmente de manera formal o legal.
Actuario: Profesional de la ciencia actuarial que se ocupa de las repercusiones
financieras de riesgo e incertidumbre, proporcionan evaluaciones de expertos
de sistemas de garantía financiera, con especial atención a su complejidad, sus
matemáticas y sus mecanismos.
Adscribir: Hacer figurar algo entre lo que corresponde a una persona o a una
cosa
Comparecer: Presentarse [una persona] en un lugar donde ha sido convocada
o donde ha quedado con alguien.
Vía incidental: Es un proceso especial de cognición que tiene por objeto
facilitar el desarrollo de un proceso principal mediante la aclaración de
cuestiones planteadas en el mismo y que ameritan su resolución dentro de un
proceso especial.
Notario público: El notario es un profesional del Derecho, investido de
fe pública por el Estado, que brinda seguridad jurídica y certeza en los actos y
hechos de los que da fe
Edicto: Mandato, decreto publicado con autoridad del príncipe o del
magistrado
Expedir: Despachar, extender por escrito, con las formalidades
acostumbradas, bulas, privilegios, reales órdenes, etc.
Exhorto: Despacho o comunicación que libra un juez a otro de igual categoría
para que ordene dar cumplimiento de lo que se le pide.
1. Introducción
El ofrecimiento de pago en consignación es un procedimiento mediante el cual
se concede al deudor la facultad de liberarse de una obligación mediante la
entrega de prestación debida a favor del acreedor, en el caso en que este se
rehúse a recibir el pago o no pueda hacerse de manera segura y liberatoria.
3. Procedimiento
1) El procedimiento de pago por consignación consiste, en primer lugar, en
el ofrecimiento del pago en forma extrajudicial para conocer si existirá la
negativa por parte del acreedor, o alguna de las otras circunstancias
mencionadas anteriormente.
2) Después, el deudor podrá presentarse ante un juez ofreciéndole pagar y
pidiéndole que cite al acreedor el día y hora que él señale y que así
mismo, el acreedor comparezca a recibir la cosa o la cantidad debida o
en su caso, a verificar que esta ha sido depositada aún si se niega a
recibirla.
3) El juez deberá atender a esta solicitud, notificando al acreedor para que
manifieste lo que a su derecho convenga y, posteriormente, que el juez
determine si aprueba o no la consignación.
4) La notificación es hecha por medio del actuario adscrito. Si en dicha
diligencia el deudor ofrece el pago y el acreedor acepta el mismo, se
habrá extinto la obligación con todos sus efectos, en caso de que se
niegue, el juez procederá a expedir una constancia de que el día y hora
señalada el acreedor no compareció o compareció, pero se negó a
recibir.
5) Con este certificado el deudor iniciará la vía incidental en el que se va a
discutir si el acreedor justificadamente se rehusó al pago o si tuvo razón
para no recibir, porque se haya violado el principio de exactitud en el
tiempo, lugar, forma o sustancia.
Artículos
Código Civil - Coahuila
ARTÍCULO 2283. El deudor tiene el deber de pagar, pero también el derecho
de hacerlo.
El acreedor se constituye en mora cuando sin motivo legítimo no recibe el pago
que se le ofrece legalmente, o no cumple cuanto es necesario a fin de que el
deudor pueda dar cumplimiento a la obligación.
ARTÍCULO 2284. El ofrecimiento de pago, seguido de la consignación del bien
debido, produce los efectos del pago y extingue la obligación, si aquél reúne los
requisitos que para el pago exige la ley.
ARTÍCULO 2285. Si el acreedor rehusare sin justa causa recibir la prestación
debida, o dar el documento justificativo del pago, o si fuere persona incierta, o
incapaz de recibir aquélla, podrá el deudor liberarse consignando el bien
debido, el cual se depositará judicialmente.
ARTÍCULO 2286. Si el acreedor fuere conocido, pero dudosos sus derechos,
podrá el deudor depositar el bien debido, con citación del interesado, a fin de
que justifique sus derechos por los medios legales.
ARTÍCULO 2287. El ofrecimiento y la consignación se harán en la forma y
términos que establezca el Código Procesal Civil.
ARTÍCULO 2288. Si el acreedor se opone a recibir el pago y el juez declara
fundada esa oposición, el ofrecimiento y la consignación se tienen por no
hechos.
ARTÍCULO 2289. Aprobada la consignación por el juez, la obligación queda
extinguida con todos sus efectos.
ARTÍCULO 2290. Si el ofrecimiento y la consignación se han hecho
legalmente, todos los gastos serán de cuenta del acreedor.
ARTÍCULO 2291. Son a cargo del acreedor la pérdida o deterioro del bien
puesto en depósito, en cumplimiento de lo dispuesto en los artículos 2285 y
2286
ARTÍCULO 2292. Mientras el acreedor no acepte la consignación, o no se
pronuncie sentencia sobre ella, podrá el deudor retirar del depósito el bien.
ARTÍCULO 2293. En el caso del artículo anterior subsiste la obligación y la
pérdida o deterioro del bien son a cargo del deudor.
ARTÍCULO 2294. Cuando se siga un juicio de rescisión de contrato por falta de
pago de prestaciones periódicas y el demandado se excepcione con base en
las consignaciones que de las mismas ha hecho, no será necesario que la
resolución relativa a la procedencia o improcedencia de dichas consignaciones,
o sobre si es o no fundada la oposición que en su caso llegará a hacerse valer,
se pronuncie en el juicio especial que a tales consignaciones corresponda, sino
en la misma sentencia que estudie el negocio en su conjunto y ponga fin al
juicio de rescisión.
Código Procesal Civil – Coahuila
ARTÍCULO 333. Si el acreedor rehusare, sin justa causa, recibir la prestación
debida, o dar el documento justificativo de pago, o si fuere persona incierta o
incapaz de recibir, podrá el deudor librarse de la obligación haciendo
judicialmente ofrecimiento de pago, seguido de consignación.
ARTÍCULO 334. Si el acreedor fuere cierto y conocido, el juzgador lo citará
para día, hora y lugar determinados, a fin de que reciba o vea depositar el bien
debido.
Si el bien fuere mueble de difícil conducción, la diligencia se practicará en el
lugar donde se encuentre, siempre que estuviere dentro del territorio de la
jurisdicción; si se encontrare fuera, se librará exhorto al juzgador
correspondiente para que en su presencia el acreedor reciba o vea depositar la
cosa debida, citándosele para tal efecto.
Si el bien fuere dinero, valores, alhajas o muebles de fácil conducción, la
consignación se hará mediante entrega directa al juzgado o a través de la
exhibición de certificados de depósito expedidos por instituciones de crédito
autorizadas.
Si la consignación fuere de inmuebles bastará que éstos se pongan a
disposición del acreedor y se haga entrega de las llaves, dándose la posesión
por conducto del juzgado.
En todos los casos anteriormente mencionados, si el acreedor no ha estado
presente en la oferta y depósito, el juzgador proveerá lo que estime oportuno
para la conservación de los bienes consignados, quedando facultado para
designar depositario si se requiere su intervención.
Si el bien debido debe ser consignado en el lugar en donde se encuentra y el
acreedor no lo retira ni lo transporta, el deudor podrá obtener del juzgador la
autorización para depositarlo en otro lugar.
Cuando el acreedor no haya estado presente en la oferta, el juzgador lo
mandará notificar de las diligencias con entrega de copia simple de ellas.
ARTÍCULO 335. Si el acreedor fuere desconocido o incierto o cuyo domicilio se
ignore, se le citará por edictos, por el plazo que designe el juzgador. La citación
se ajustará a las reglas previstas para el emplazamiento de las personas
inciertas o ignoradas. La diligencia se practicará en la forma prevista en el
artículo anterior.
Lo dispuesto en este artículo es aplicable cuando el ofrecimiento de pago y
consignación se hagan a persona cuyo domicilio se ignore.
ARTÍCULO 336. Si el acreedor hubiere sido declarado ausente de conformidad
con el Código Civil para el Estado de Coahuila o la Ley de Declaración Especial
de Ausencia para Personas Desaparecidas del Estado de Coahuila de
Zaragoza o requiriere asistencia o representación para el ejercicio de su
capacidad jurídica, será citado su representante legítimo y se procederá de
acuerdo con las reglas establecidas en los artículos anteriores, en lo
conducente.
ARTÍCULO 337. El ofrecimiento de pago y consignación cuando el acreedor
fuere conocido, pero dudosos sus derechos, podrá hacerse con intervención
judicial y bajo la condición de que el interesado los justifique legalmente de
acuerdo con las disposiciones anteriores.
ARTÍCULO 338. Cuando el acreedor en el acto de la diligencia o por escrito
antes de ésta, se rehusare a recibir el bien haciendo valer algún motivo de
oposición, el juzgador substanciará la oposición en la vía incidental.
Si se declarase fundada la oposición del acreedor para recibir el pago, el
ofrecimiento y la consignación se tendrán por no hechos. Si se desecha la
oposición, el juzgador aprobará la consignación y declarará que la obligación
queda extinguida con todos sus efectos.
RESUMEN
1. Introducción
Si el deudor cumple voluntariamente su obligación, esta se extingue por pago,
pero cuando no se aviene a respetar su compromiso, el acreedor puede
forzarlo a pagar con el auxilio de la fuerza pública. Es entonces que funciona el
mecanismo de la ejecución forzada.
2. Cumplimiento coactivo
Una de las características de la norma y la relación jurídica es la coercibilidad,
el poder que tiene el titular de un derecho de lograr el cumplimiento y la
satisfacción del mismo. La posibilidad de poner en movimiento a la autoridad
jurisdiccional para lograr, con auxilio, el respeto de la norma de derecho en los
casos en que el deudor se resista a cumplir, pese a la amenaza de la coacción,
la ejecución forzada por el juez se concreta ordinariamente previa sentencia
judicial que considere los puntos de vista de las partes en pugna.
ARTÍCULO 253. Los juzgadores, para hacer cumplir sus determinaciones,
podrán emplear de los siguientes medios de apremio, el que sea más eficaz:
I. Multa de veinte y hasta doscientos salarios mínimos generales, que se
duplicará en caso de reincidencia.
II. El auxilio de la fuerza pública, que deberá prestarse en el momento en que
sea solicitado.
III. El arresto hasta por treinta y seis horas, después de haberse aplicado la
medida a que se refiere la fracción I.
IV. La ruptura de cerraduras por orden escrita.
V. Cateo.
Si la falta de cumplimiento llegare a implicar la comisión de un delito, se
denunciarán los hechos a la autoridad competente.
Los secretarios y actuarios podrán solicitar directamente y deberá prestárseles
el auxilio de la fuerza pública, cuando actúen para cumplimentar una
determinación del juzgador.
En toda resolución que ordene a las partes y demás personas que intervengan
en el proceso, llevar a cabo uno o varios actos procesales determinados, el
juzgador deberá precisar el plazo o plazos dentro del cual deberán cumplir el
acto ordenado, con el apercibimiento de que, de no hacerlo, les impondrá el
medio de apremio que corresponda conforme a lo previsto en este artículo,
medio que también deberá indicarse en la propia resolución.
Artículos
Código Civil – Coahuila
ARTÍCULO 2238. Si el obligado a prestar un hecho, no lo hiciere, el acreedor
tiene derecho de pedir que a costa de aquél se ejecute por otro, cuando la
substitución sea posible.
Esto mismo se observará si el deudor no hiciere el hecho de la manera
convenida. En este caso el acreedor podrá exigir además que se deshaga lo
mal hecho.
ARTÍCULO 2239. El que estuviera obligado a no hacer algo, quedará sujeto al
pago de daños y perjuicios en caso de contravención. Si hubiere obra material,
podrá exigir el acreedor además que sea destruida a costa del obligado.
Código Procesal Civil – Coahuila
ARTÍCULO 253. Los juzgadores, para hacer cumplir sus determinaciones,
podrán emplear de los siguientes medios de apremio, el que sea más eficaz:
I. Multa de veinte y hasta doscientos salarios mínimos generales, que se
duplicará en caso de reincidencia.
II. El auxilio de la fuerza pública, que deberá prestarse en el momento en que
sea solicitado.
III. El arresto hasta por treinta y seis horas, después de haberse aplicado la
medida a que se refiere la fracción I.
IV. La ruptura de cerraduras por orden escrita.
V. Cateo.
Si la falta de cumplimiento llegare a implicar la comisión de un delito, se
denunciarán los hechos a la autoridad competente.
Los secretarios y actuarios podrán solicitar directamente y deberá prestárseles
el auxilio de la fuerza pública, cuando actúen para cumplimentar una
determinación del juzgador.
En toda resolución que ordene a las partes y demás personas que intervengan
en el proceso, llevar a cabo uno o varios actos procesales determinados, el
juzgador deberá precisar el plazo o plazos dentro del cual deberán cumplir el
acto ordenado, con el apercibimiento de que, de no hacerlo, les impondrá el
medio de apremio que corresponda conforme a lo previsto en este artículo,
medio que también deberá indicarse en la propia resolución.
ARTÍCULO 900. Procede la vía de apremio, siempre que se trate de la
ejecución de una sentencia o de un convenio celebrado en juicio.
En dicha ejecución se observarán las siguientes reglas generales:
I. Se llevará a efecto en forma adecuada para que tengan pronto y debido
cumplimiento.
II. Se procurará no ocasionar al ejecutado molestias o gravámenes
innecesarios y que no se traspasen los limites de la resolución que se ejecuta.
III. La ejecución únicamente afectará al deudor y a su patrimonio, y no a
terceras personas, cuyos bienes y derechos deberán ser respetados al
efectuarla.
IV. Se procurará no originar trastornos a la economía llevando a cabo la
ejecución en forma tal que permita conservar abiertas las fuentes de
producción y de trabajo.
ARTÍCULO 923. Cuando se pida la ejecución de resoluciones que condenen al
pago de cantidades líquidas, se observarán las siguientes reglas:
I. La ejecución se iniciará con embargo de bienes del ejecutado, que se
practicará conforme a las reglas del Capítulo Tercero de este mismo Título.
II. Cuando se trate de ejecución de sentencias de condena y haya transcurrido
el plazo para el cumplimiento voluntario, no se hará el previo requerimiento
personal al obligado.
ARTÍCULO 925. Si la resolución cuya ejecución se pide no contiene cantidad
líquida para llevar adelante la ejecución, deberá previamente liquidarse
conforme a las siguientes prevenciones:
I. Si la resolución no contiene cantidad líquida, la parte a cuyo favor se
pronunció, al promover la ejecución, presentará su liquidación, de la cual se
dará vista por tres días a la parte condenada. Si ésta no la objetare dentro del
plazo fijado, se decretará la ejecución por la cantidad que importe, pero
moderada prudentemente por el juzgador, si fuere necesario; más si expresare
su inconformidad, se dará vista de las razones que alegue a la parte
promovente, por tres días, y de lo que replique, por otros tres días al deudor. El
juzgador fallará dentro de igual plazo lo que estime justo. Esta resolución será
apelable en el efecto devolutivo.
II. Cuando la resolución condene al pago de daños y perjuicios sin fijar su
importe en cantidad líquida, se hayan establecido o no en aquélla las bases
para la liquidación, el que haya obtenido a su favor la resolución presentará con
la solicitud, la relación de los daños y perjuicios y su importe.
De esta solicitud y relación, se correrá traslado al que haya sido condenado,
observándose lo previsto en la fracción anterior.
III. Igual regla que la contenida en las fracciones anteriores se observará
cuando la suma ilíquida proceda de frutos, rentas, intereses o productos de
cualquier clase.
IV. En los casos de ejecución procedente de títulos ejecutivos
ARTÍCULO 927. El acreedor podrá solicitar que se le autorice para llevar a
cabo por medio de un tercero, y a expensas del deudor, el hecho debido, si a
juicio de aquél, es esto posible, siempre que no oponiendo defensas el deudor,
se niegue a cumplir el mandamiento ejecutivo, o desobedezca la sentencia que
desechó dichas defensas, o deje transcurrir el plazo a que se refiere el artículo
anterior, sin dar principio a los trabajos, o cuando, comenzada la obra, la
abandone sin causa justificada.
En estos supuestos, se observará lo siguiente:
I. El ejecutante presentará, junto con su solicitud, un presupuesto de lo que
importe la ejecución de la obligación de hacer reclamada. De ellos se correrá
traslado al ejecutado para que dentro del plazo de tres días formule sus
observaciones, y si nada manifiesta dentro de dicho plazo, se considerará que
acepta el costo de la obra presupuestado.
Si aduce objeciones, el juzgador, oído el parecer de un perito, determinará el
monto.
ARTÍCULO 928. Si la resolución que se ejecute condena a no hacer, su
infracción se resolverá en el pago de daños y perjuicios al actor, quien tendrá el
derecho de señalarlos para que por ellos se despache la ejecución, sin
perjuicio de la pena que señale el documento base de la sentencia. La
liquidación definitiva se hará en el incidente que se substanciará conforme a las
reglas del incidente para liquidación de sentencia.
Si la ejecución se refiere a la destrucción de las obras, hechas en
contravención de la obligación de no hacer, el juzgador ordenará su
destrucción a expensas del obligado, si el ejecutante lo pide y siempre que en
subsidio no reclame perjuicios por el incumplimiento.
ARTÍCULO 931. Cuando la ejecución se lleve a cabo sobre bien mueble cierto
y determinado, si hecho el requerimiento de entrega, el ejecutado no la hace,
se pondrá la cosa en embargo judicial. Si la cosa pudiere ser habida y se trata
de ejecución de sentencia definitiva, se le mandará entregar al actor o al
interesado que fije la resolución. Si el obligado se resistiere, lo hará el actuario,
quien podrá hacer uso de la fuerza pública, y aún mandar romper cerraduras.
Cuando en la diligencia de entrega, el ejecutante objetare la identidad o la
calidad de los bienes que deba recibir, el actuario los pondrá en depósito
judicial en tanto, el juzgador resuelve. Cuando la objeción prospere y se
hubiere dispuesto subsidiariamente el pago de daños y perjuicios, continuará el
proceso por estos. Si la objeción fuere rechazada, se declarará cumplida la
obligación y los bienes quedarán a disposición del ejecutante.
En el supuesto de que los bienes no se exhiban en la cantidad ordenada, podrá
disponerse su entrega si el ejecutante lo solicita en la diligencia, y seguirá el
proceso por los daños y perjuicios compensatorios, correspondientes a la parte
insoluta de la obligación, si se hubiere dispuesto su pago.
Si el bien ya no existe, se embargarán los que se estimen suficientes para
cubrir su valor, que será fijado por el ejecutante al igual que los daños y
perjuicios, pudiendo ser moderada esta cantidad por el juzgador. El ejecutado
podrá oponerse a los valores fijados y rendir las pruebas que juzgue
conveniente durante la tramitación.
ARTÍCULO 933. Cuando en virtud de la resolución del juzgador deba
entregarse algún inmueble, se procederá inmediatamente a poner en posesión
del mismo a la parte que corresponda, practicándose para este fin las
diligencias conducentes que solicite el interesado, con base en la ley. En estos
casos podrá ordenarse la desocupación de la finca, aunque esté habitada por
el deudor ejecutado o por un tercero que no tuviere contrato para acreditar el
uso en los términos que fije el Código Civil. En las mismas diligencias, por
disposición del juzgador, se requerirá al ejecutado para que no turbe la
posesión del ejecutante y no se introduzca en el inmueble, apercibiéndole de
que en caso contrario se le volverá a desalojar y, por conducta delictiva
flagrante, se le privará de la libertad y se le pondrá a disposición de la autoridad
competente por los delitos de desobediencia y resistencia de particulares, así
como por despojo de inmueble.
Si en el inmueble existen bienes muebles del deudor, sobre los cuales no recae
la ejecución, o de un tercero en los términos previstos en el párrafo anterior, el
actuario invitará al ejecutado o al tercero a que los retire inmediatamente. En el
caso de negativa o de ausencia, proveerá a su traslado previo inventario, al
local que la autoridad administrativa destine al efecto, o los pondrá bajo la
guarda de un depositario que el ejecutante proponga de entre los que figuran
en la lista de auxiliares en este ramo en el Tribunal Superior de Justicia, a
menos que el propio ejecutante manifieste su interés en mantenerlos bajo su
custodia a costa del ejecutado. Cuando se trate de cosas que por su naturaleza
puedan sufrir grave deterioro, el juzgador podrá aplicar lo dispuesto en el
artículo 948 fracción V de este ordenamiento.
En el acta se indicarán también los gastos que importe el depósito. El acta se
notificará, por medio de copia dentro de los tres días siguientes al deudor
ejecutado o al tercero en su caso, con el apercibimiento de que si no retiran
dentro del plazo fijado por el juzgador, los bienes depositados pagando los
respectivos gastos, serán subastados en la forma prevista por el artículo 974.
Si al final los bienes se hubieren subastado por no haber sido retirados por el
ejecutado, o por el tercero, el juzgador proveerá a la distribución del precio de
la venta, en primer lugar para pagar los gastos originados con motivo del
depósito, después para reembolsar al acreedor ejecutante de las sumas
anticipadas y el resto se depositará a disposición del deudor ejecutado o del
propio tercero, en su caso.
En caso de que la subasta se declare desierta, el juzgador adjudicará los
bienes al acreedor ejecutante por el precio libremente ofrecido por él; sin
perjuicio, de la facultad de quien era propietario de los bienes para pedir, en el
término de un año, la rescisión de la adjudicación por lesión de más de la mitad
del justo precio. En este caso, los gastos del depósito serán pagados por el
adjudicatario hasta la concurrencia del precio de la tasación.
De no poderse entregar los inmuebles señalados en la sentencia, se
despachará ejecución por la cantidad que señale el actor, que podrá ser
moderada prudentemente por el juzgador, sin perjuicio de que se oponga al
monto el deudor.
Si sólo se ha decretado el aseguramiento del inmueble, se aplicarán las reglas
de los embargos.
ARTÍCULO 934. Cuando la sentencia o resolución que se ejecute condene a
rendir cuentas, se seguirán las siguientes reglas:
I. El juzgador señalará un plazo prudente al obligado para que las rinda, e
indicará a quien deberán rendirse, en caso de que la ley, la resolución judicial o
el convenio de las partes no lo establezca. Este plazo no podrá ser prorrogado
sino una sola vez y por causa grave.
II. La cuenta se rendirá presentando los documentos que quien la rinda tenga
en su poder, y el acreedor también presentará los que tenga, relacionados con
ella, poniéndolos a la disposición del deudor en la secretaría.
III. Las cuentas deben rendirse precisamente en los términos de la resolución
que se ejecuta, debiendo contener la indicación de las sumas recibidas y
gastadas y el balance de las entradas y salidas, acompañándose de los
documentos justificativos.
IV. Si el deudor presenta sus cuentas en el plazo señalado, quedarán éstas por
seis días a la vista de las partes en el tribunal, y dentro del mismo tiempo los
interesados presentarán sus objeciones, señalando las partidas no consentidas
y los motivos para rechazarlas.
V. La impugnación de algunas partidas no impedirá que se ordene el pago, a
solicitud de parte, respecto de aquéllas cantidades que confiese tener en su
poder el deudor o quien rinda las cuentas, sin perjuicio de que en el cuaderno
respectivo se substancien las oposiciones de las objetadas.
VI. Las objeciones se substanciarán en la vía incidental.
VII. Si el obligado no rindiere cuentas en el plazo que se señaló, podrá el actor
pedir que se despache ejecución contra el deudor, por la cantidad que fije y
que será moderada prudentemente por el juzgador, si durante el juicio
comprobó que el deudor ha tenido ingresos y las bases para determinar la
cantidad que éstos importaron. El obligado podrá impugnar el monto de la
ejecución, y esta impugnación se substanciará en forma incidental.
VIII. El tribunal podrá permitir que el acreedor, bajo protesta de decir verdad,
manifieste las sumas que se le adeuden, si la parte que está obligada a rendir
cuentas no lo hiciere. El tribunal podrá, además, ordenar que quien rinda
cuentas, declare bajo protesta de decir verdad, cuáles son los rubros a cuyo
respecto no se puede o no se acostumbra pedir comprobantes, y podrá aceptar
éstos cuando sean verosímiles y razonables.
IX. Podrá pedirse la revisión de una cuenta ya aprobada; pero sólo en los
casos de error material, omisiones de ingresos, o falsedad, o duplicidad de
cargos que se hayan descubierto posteriormente. La revisión, en estos
supuestos, se substanciará en incidente por separado, en el que se citará al
que rindió la cuenta y demás interesados; y se les recibirán las pruebas que
ofrezcan. La resolución que se dicte será apelable en el efecto devolutivo, si lo
fuera la definitiva.
ARTÍCULO 940. El requerimiento de pago no será necesario cuando se trate
de ejecución de sentencia y haya transcurrido el plazo que se fijó al deudor
para el cumplimiento voluntario. En los demás casos el requerimiento de pago
se hará en la diligencia de embargo.
Cuando el deudor haga entrega de la cosa materia de la ejecución, se hará
constar en el acta y la diligencia se dará por concluida.
El deudor podrá exhibir la cantidad reclamada con la protesta o reserva de
repetir la suma pagada en los casos en que así proceda, y en este caso el
embargo se hará sobre dicha suma.
RESUMEN
Artículos
Código Civil – Coahuila
ARTÍCULO 2360. El acreedor dispone de la acción pauliana y de la acción de
simulación para privar de eficacia los actos del deudor que lo dejan o lo
aparentan dejar insolvente. Igualmente dispone de la acción oblicua para
anular la conducta omisiva del deudor tendiente a impedir que ingresen a su
haber patrimonial bienes que legítimamente le pertenecen; asimismo dispone
del derecho de retención. El acreedor dispondrá de las acciones pauliana y de
simulación en los términos de los Capítulos VII y VIII del Título Tercero del
Libro Quinto; y de la acción oblicua y del derecho de retención en los términos
de los Capítulos II y III del presente Título.
ARTÍCULO 2361. El acreedor cuyo crédito sea exigible, puede ejercitar las
acciones que competen a su deudor si se reúnen los siguientes requisitos:
I. Que el deudor sea insolvente o caiga en la insolvencia, de no ejercitarse tales
acciones.
II. Que excitado el deudor por el acreedor, para que deduzca las acciones que
competen a aquél, rehuse hacerlo dentro del plazo de treinta días o en uno
menor, pero en el necesario para que el derecho del deudor no se pierda. La
excitación a que se refiere esta fracción debe hacerse en jurisdicción voluntaria
o ante notario.
ARTÍCULO 2362. Si el crédito a favor de quien ejercita la acción oblicua no
constare por escrito, bastará el reconocimiento del mismo por confesión ante el
juez o ante notario.
ARTÍCULO 2363. No pueden ser ejercitadas por el acreedor, las acciones
personalísimas del deudor.
ARTÍCULO 2364. La acción oblicua puede ser paralizada por el deudor de
quien la ejercita o por el demandado:
I. Si pagan al acreedor totalmente el crédito de éste.
II. Si otorgan garantía bastante que asegure al acreedor demandante el pago
de su crédito.
III. Si demuestran la solvencia del deudor del demandante.
IV. Si posteriormente al ejercicio de la acción oblicua, el deudor adquiere
bienes bastantes para responder a su acreedor.
ARTÍCULO 2365. La sentencia condenatoria obtenida por el acreedor que
ejercitó la acción oblicua, favorecerá a éste, para pagarse preferentemente
respecto a los demás acreedores.
ARTÍCULO 2366. El acreedor que ejercite la acción oblicua podrá exigir a su
deudor, la exhibición de los documentos fundatorios y probatorios del derecho
de éste.
ARTÍCULO 2367. Si a pesar de las gestiones del acreedor no obtiene éste la
exhibición de los documentos a que se refiere el artículo anterior, el contenido
de ellos podrá demostrarse por cualquier otro medio probatorio.
ARTÍCULO 2368. El acreedor podrá:
I. Promover, por su deudor, la expedición de un ulterior título ejecutivo para
ejercitar la acción oblicua correspondiente.
II. Interpelar a la persona a quien pretende demandar, para interrumpir la
prescripción.
ARTÍCULO 2369. Existirá el derecho de retención cuando la ley autorice al
detentador o poseedor de un bien ajeno, a conservarlo en su poder hasta que
el dueño de él le pague lo que le adeuda por concepto del bien o por algún otro
motivo.
ARTÍCULO 2370. Cuando la ley no establezca expresamente el derecho de
retención, podrá ejercitarse por el acreedor, si su crédito consta en título
ejecutivo, aunque no haya relación alguna entre el crédito y el bien del deudor
que se encuentre en poder del acreedor, o entre dicho crédito y la causa de la
posesión o detentación.
ARTÍCULO 2371. El acreedor no podrá ejercer el derecho de retención:
I. Si obtuvo del deudor el bien a base de engaños, maquinaciones o artificios, o
con la promesa de devolverlo.
II. Cuando otra persona, sin consentimiento del deudor, le entregue un bien de
éste.
III. Cuando posea o detente el bien de su deudor por virtud de un hecho ilícito.
ARTÍCULO 2372. El derecho de retención sólo puede recaer sobre bienes que
sean propiedad del deudor de quien ejercita tal derecho.
ARTÍCULO 2373. Cuando un deudor tiene respecto de un bien, únicamente el
derecho temporal de uso o goce, y entrega tal bien a su acreedor, éste sólo
puede ejercitar el derecho de retención respecto a los frutos de ese bien, que
pertenezcan al deudor.
ARTÍCULO 2374. El dueño de un taller de reparaciones puede ejercitar el
derecho de retención sobre el bien que se le entregó para su arreglo, hasta que
se le pague su importe, si el presupuesto de la reparación consta por escrito y
con la firma de quien la encargó.
ARTÍCULO 2375. El derecho de retención es oponible al deudor y a quienes no
tengan adquirido un derecho real sobre el bien, anterior a la fecha en que se
ejercita el citado derecho.
ARTÍCULO 2376. Los titulares de derechos reales sobre el bien respecto al
cual se ejercita el derecho de retención, anteriores a este ejercicio, podrán
hacerlos valer sin que les sea oponible éste.
ARTÍCULO 2377. En virtud del derecho de retención, el acreedor no puede de
propia autoridad apropiarse del bien o de sus frutos, o disponer jurídica o
materialmente de tales bienes.
ARTÍCULO 2378. El ejercicio del derecho de retención no requiere fianza del
acreedor y hace a éste depositario del bien retenido.
ARTÍCULO 2379. El acreedor deberá interpelar al deudor requiriéndole el pago
de su deuda. La interpelación se hará como lo disponen los artículos 2263 y
2264.
ARTÍCULO 2380. Hecha la interpelación a que se refiere el artículo anterior, se
aplicarán las siguientes disposiciones:
I. Si el deudor no hace el pago, deberá el acreedor demandarlo dentro de los
treinta días siguientes a la interpelación.
II. Si el acreedor no presenta su demanda en tiempo, quedará sin efecto la
retención y deberá aquél entregar al deudor el bien retenido.
Código Penal – Coahuila
Artículo 297 (Insolvencia fraudulenta)
Se impondrá de dos a seis años de prisión y de quinientos a dos mil días multa,
a quien realice actos de disposición gratuitos u onerosos, de sus bienes o
valores, que le permitan eludir total o parcialmente obligaciones a su cargo con
respecto a uno o más acreedores.
Este delito se perseguirá por querella.
RESUMEN
1. La simulación
En vez de celebrar un acto real, el deudor puede realizar de manera ficticia
algunos negocios que disminuyan su activo patrimonial o aumenten su pasivo,
a fin de dar una imagen de insolvencia que le permita rehuir el cumplimiento de
sus obligaciones.
Por ejemplo:
Una persona se pone de acuerdo con un pariente o un amigo para representar
la farsa de un acto jurídico, en el que el deudor se desprende de sus bienes,
aumenta sus obligaciones o rechaza beneficios, con el propósito de aparentar
que carece de medios para cumplir sus compromisos y burlar así a sus
acreedores.
El acuerdo concertado con el pariente o amigo es secreto; la representación del
acto jurídico ficticio es ostensible.
Para frustrar tales maniobras, el acreedor puede echar mano de la acción
declarativa de simulación, que priva de efectos al acto ficticio y trae de nuevo al
patrimonio del deudor los bienes que fingidamente habían salido de él.
2. Concepto.
“Hay simulación cuando se declara una cosa distinta de lo que se quiere, en
forma consciente y con el acuerdo de la persona a quien está dirigida esa
declaración”.
Es una discrepancia deliberada entre lo que se quiere realmente y lo que se
declara querer; entre lo primero (que mantienen en secreto el simulador y su
cómplice) y lo segundo (que se hace público y ostensible con el propósito de
engañar a terceros).
4. Móviles de la simulación.
No todas las simulaciones buscan rehuir el acoso de los acreedores. Los
propósitos que inducen a las partes a celebrar actos ficticios pueden tener una
variedad infinita y no todos ellos son ilícitos, sino únicamente los que fueren
contrarios a las normas de orden público, a las buenas costumbres o vulneren
derechos de tercero.
Existen simulaciones tendentes a hacer fraude al fisco, como el de un
propietario que renta ficticiamente una amplia y valiosa casa en un precio vil,
para pagar los impuestos prediales con base en las rentas y no sobre el valor
del bien. Las hay que se proponen hacer fraude a la ley, como los actos de los
testaferros o prestanombres, quienes simulan ser adquirentes propietarios o
titulares de derechos reservados a los nacionales, a fin de permitir por ese
medio el aprovechamiento de tales ventajas a los extranjeros que
proporcionaron el dinero para la adquisición. Mas la simulación que aquí nos
interesa es la que tiene el propósito de burlar a los acreedores, pues estamos
comentando los efectos o instituciones protectoras del acreedor quirografario.
5. Clases de simulación.
Puede ser absoluta o relativa. Es absoluta cuando, detrás del acto ficticio, no
existe ningún acto jurídico en realidad; es relativa cuando el acto simulado
encubre a otro acto que las partes quisieron ocultar bajo el ropaje de aquél.
6. Procedimientos de simulación.
A fin de figurar su insolvencia, los deudores dolosos han ideado múltiples
procedimientos y maniobras que Ferrara agrupa en dos categorías: "Negocios
que tienden a una disminución del patrimonio y negocios que implican un
aumento del pasivo.” Entre los actos que aparentan una reducción del activo
patrimonial se pueden mencionar los contratos ficticios de venta, cesión de
derechos, donación, aportación de bienes a sociedades con sucesiva
enajenación de las acciones, dación en pago de créditos, etcétera.
La simulación por incremento del pasivo puede realizarse mediante
reconocimientos de adeudo, ya notariales, ya por aceptación o suscripción de
títulos de crédito antedatados (letras de cambio, pagarés), la constitución de
gravámenes por deudas inexistentes, etc., entre los cuales el más común en
nuestro medio es el embargo, que el mismo propietario (deudor) gestiona sobre
sus bienes a través de un tercer cómplice que figura como supuesto acreedor
(autoembargo) y que afecta para su fingida garantía el patrimonio del deudor,
que aparece así ante los verdaderos acreedores como afectado en su totalidad
por sumas muy cuantiosas, e induciéndolos a suponer que será inútil intentar
un reembargo.
7. Consecuencias de la simulación.
Aun cuando el legislador declara, en el artículo 2083 del Código Civil, que el
acto absolutamente simulado no produce efecto jurídico alguno y que está
afectado de nulidad, esta declaración debe ser interpretada jurídicamente en
relación con otros preceptos del Código, a fin de no incurrir en error: debe
distinguirse los efectos que produce el acto ficticio para las partes del mismo de
las consecuencias que genera para los terceros de buena fe.
Artículos
Código Civil – Coahuila
ARTÍCULO 2081. Es simulado el negocio jurídico en el que las partes declaran
o confiesan falsamente lo que en realidad no ha pasado o no se ha convenido
entre ellas.
ARTÍCULO 2082. La simulación es absoluta cuando el negocio simulado nada
tiene de real; es relativa cuando a un negocio se le da una falsa apariencia que
oculta su verdadero carácter.
ARTÍCULO 2083. La simulación absoluta origina la inexistencia del negocio, y,
en consecuencia, lo priva totalmente de efectos jurídicos. De ella puede
prevalerse todo interesado y no desaparece por la prescripción, ni por la
confirmación del negocio.
ARTÍCULO 2084. La simulación relativa, una vez descubierto el negocio real
que oculta, origina la nulidad del negocio aparente o falso. En cuanto al
negocio real o verdadero, éste producirá todos sus efectos, a no ser que esté
afectado de nulidad por alguna causa, o que deba rescindirse o anularse, por
celebrarse en fraude o perjuicio de acreedores.
ARTÍCULO 2085. Descubierta la simulación absoluta se restituirá la cosa o
derecho a quien pertenezca, con sus frutos o intereses, si los hubiere; pero si la
cosa o derecho han pasado a título oneroso a un tercero de buena fe, no habrá
lugar a la restitución. También subsistirán los gravámenes impuestos a favor de
un tercero de buena fe.
ARTÍCULO 2086. Para la comprobación del acto secreto en la simulación
absoluta o relativa, se admiten todos los medios de prueba que el derecho
establece.
Asimismo se admiten tales medios, para demostrar la falsedad del negocio
ostensible o aparente.
ARTÍCULO 2087. Son presunciones de simulación, salvo prueba en contrario,
las siguientes:
I. La existencia de un vil precio en las enajenaciones, cuando el mismo sea
inferior a la mitad del justo valor del negocio o derecho.
II. La realización del negocio entre parientes, consortes, adoptante y adoptado,
socios, patrón y empleado, abogado y cliente, o personas de amistad intima,
siempre y cuando tenga por objeto enajenaciones a título oneroso o gratuito,
después de que se hubiere pronunciado sentencia condenatoria en contra del
enajenante, en cualquiera instancia, o se hubiere expedido mandamiento de
embargo de bienes.
III. La realización del negocio dentro del plazo de treinta días anterior a la
declaración judicial de la quiebra o del concurso del deudor.
ARTÍCULO 2088. Cuando la simulación se cometa en transgresión de una ley
de interés social o de orden público, o perjudique a la Hacienda Pública, el
Ministerio Público podrá invocar la inexistencia o pedir la nulidad del negocio
simulado.
ARTÍCULO 2089. Se puede declarar la inexistencia o la nulidad de una o más
cláusulas simuladas de un negocio jurídico y dejar subsistentes las que no lo
sean.
RESUMEN
1. La acción oblicua
A dicha acción se le conoce como garantía del acreedor ya que por oposición a
la acción directa que el acreedor tiene contra su deudor en la oblicua alcanza al
deudor de su deudor, “el acreedor sólo llega a alcanzar al tercero por
intermedio del deudor”, también se le conoce como acción su rogatoria, porque
produce el efecto de subrogar (sustituir) al deudor por el acreedor que va a
ejercitar los derechos de este frente a un tercero.
3. Consagración legal
ARTÍCULO 2361. El acreedor cuyo crédito sea exigible, puede ejercitar las
acciones que competen a su deudor si se reúnen los siguientes requisitos:
I. Que el deudor sea insolvente o caiga en la insolvencia, de no ejercitarse tales
acciones.
II. Que excitado el deudor por el acreedor, para que deduzca las acciones que
competen a aquél, rehúse hacerlo dentro del plazo de treinta días o en uno
menor, pero en el necesario para que el derecho del deudor no se pierda. La
excitación a que se refiere esta fracción debe hacerse en jurisdicción voluntaria
o ante notario.
5. Procedimiento
El ejercicio de la acción oblicua o subrogatoria por parte del acreedor está
condicionado a que el titular del derecho que se va a demandar se resista a
intentarlo él mismo; el acreedor debe requerirlo a actuar en tal sentido,
intimándolo a que proceda a incoar su acción. Si dejare de hacerlo en un plazo
razonable que la ley del Distrito Federal no señala, el acreedor podrá sustituirlo
y ejercitar el derecho o la facultad omitidos. El demandado podrá oponer las
mismas excepciones que haría valer ante su propio acreedor, lo cual se explica
en razón de que la pretensión ejercitada no ha cambiado, sino sólo la persona
del demandante, quien sustituye o subroga al titular del derecho por una
legitimación legal para obrar en el proceso y está ejercitando un derecho ajeno.
El Código de Procedimientos Civiles tampoco indica en qué forma debe
hacerse la intimación al deudor para que actúe y, ante su silencio, parece
razonable suponer que debe efectuarse judicialmente, a fin de que el juez
señale el término en que deberá actuar el deudor.
6. Efectos de la acción oblicua
Esa preferencia, concedida por el Código Civil del estado de Morelos al
acreedor que se tomó la molestia de ejercitar la acción, es una medida justa y
razonable. Para constatarlo, basta considerar que el efecto de la acción oblicua
es traer al patrimonio del deudor pasivo los bienes o beneficios de que era
titular y, una vez obrando en ese patrimonio, sus acreedores podrán
embargarlos. De no concederse privilegio a quien entre todos ellos procuró el
beneficio, sería injusto que su esfuerzo fuera para el provecho de otros.
Dicho de otra forma: como la acción subrogatoria sólo tiene efectos
conservatorios del derecho del acreedor y no desapodera al deudor de sus
facultades, el acreedor que la intenta sólo hace ingresar al patrimonio de éste
los beneficios conquistados, no a su propio patrimonio, por lo cual pueden ser
objeto de aseguramiento por otros acreedores.
La finalidad de la acción oblicua es preservar los derechos del deudor y
propiciar el ingreso de nuevos bienes en su patrimonio, con el objeto de
asegurarlos cuando ya figuren e n el activo.
Artículos
Código Civil – Coahuila
ARTÍCULO 2361. El acreedor cuyo crédito sea exigible, puede ejercitar las
acciones que competen a su deudor si se reúnen los siguientes requisitos:
I. Que el deudor sea insolvente o caiga en la insolvencia, de no ejercitarse tales
acciones.
II. Que excitado el deudor por el acreedor, para que deduzca las acciones que
competen a aquél, rehúse hacerlo dentro del plazo de treinta días o en uno
menor, pero en el necesario para que el derecho del deudor no se pierda. La
excitación a que se refiere esta fracción debe hacerse en jurisdicción voluntaria
o ante notario.
ARTÍCULO 2362. Si el crédito a favor de quien ejercita la acción oblicua no
constare por escrito, bastará el reconocimiento del mismo por confesión ante el
juez o ante notario.
ARTÍCULO 2363. No pueden ser ejercitadas por el acreedor, las acciones
personalísimas del deudor.
ARTÍCULO 2364. La acción oblicua puede ser paralizada por el deudor de
quien la ejercita o por el demandado:
I. Si pagan al acreedor totalmente el crédito de éste.
II. Si otorgan garantía bastante que asegure al acreedor demandante el pago
de su crédito.
III. Si demuestran la solvencia del deudor del demandante.
IV. Si posteriormente al ejercicio de la acción oblicua, el deudor adquiere
bienes bastantes para responder a su acreedor.
ARTÍCULO 2365. La sentencia condenatoria obtenida por el acreedor que
ejercitó la acción oblicua, favorecerá a éste, para pagarse preferentemente
respecto a los demás acreedores.
ARTÍCULO 2366. El acreedor que ejercite la acción oblicua podrá exigir a su
deudor, la exhibición de los documentos fundatorios y probatorios del derecho
de éste.
ARTÍCULO 2367. Si a pesar de las gestiones del acreedor no obtiene éste la
exhibición de los documentos a que se refiere el artículo anterior, el contenido
de ellos podrá demostrarse por cualquier otro medio probatorio.
ARTÍCULO 2368. El acreedor podrá:
I. Promover, por su deudor, la expedición de un ulterior título ejecutivo para
ejercitar la acción oblicua correspondiente.
II. Interpelar a la persona a quien pretende demandar, para interrumpir la
prescripción.
RESUMEN
1. El derecho de retención
Este derecho es otra posible defensa del acreedor y consiste en la facultad que
tiene de negarse a devolver una cosa, propiedad de su deudor, mientras éste
no le pague lo que le debe en relación con esa misma cosa.
RESUMEN
Ejemplo
Me comprometí a donar a mi madre un ramo de rosas de mi jardín; no
obstante, la helada que cayó anoche las destruyó todas, impidiendo que
cumpliera mí obligación. Ésta quedó extinguida, sin responsabilidad de mi
parte.
La solución no suscita dudas cuando se trata de un contrato unilateral, como en
el caso planteado, pues la única obligación generada por el acto queda
extinguida por la imposibilidad de ejecución, lo mismo que el contrato, sin
responsabilidad del deudor. El problema se presenta a propósito de los contra
tos bilaterales, cuando una de las obligaciones emergentes del contrato devino
de ejecución imposible por caso fortuito y, en cambio, la obligación recíproca, la
del cocontratante, sí tiene posibilidad de ser cumplida.
Ejemplo
Vendí a usted un cuadro de Van Gogh en 500 mil pesos. Un súbito incendio
producido por un rayo consume mi casa y la pintura que estaba en ella; yo no
puedo cumplir mi obligación de entregarle el cuadro, pero usted sí puede
cumplir la suya de pagarme los 500 mil pesos. El lienzo se perdió por caso
fortuito, ¿quién lo pierde?, ¿quién debe correr el riesgo de su pérdida?, ¿quién
sufre el siniestro una vez acaecido? Si no tengo derecho a que usted me pague
el precio, yo, vendedor, corro el riesgo y resiento la pérdida; si tengo ese
derecho, usted, comprador, sufre el riesgo y la pérdida.
4. Reglas de la solución
Principio general. Se aplica a todos los contratos, excepto a los traslativos de
dominio (a los que producen el efecto de transmitir la propiedad, como la
compraventa, permuta, etcétera).
Si en un contrato bilateral una de las partes no puede cumplir su prestación a
causa de un caso fortuito o de fuerza mayor, queda eximida de hacerlo, lo
mismo que su cocontratante, y el contrato se extingue sin responsabilidad de
las partes, que resienten y absorben la pérdida de sus gastos.
"Nadie está obligado a lo imposible” declara el principio jurídico, y esa
impotencia, derivada de causa ajena (que no es culpa del deudor) e irresistible
(que no puede evitar), lo exime de toda responsabilidad y lo liberta de su
obligación. Pero, en reciprocidad, la otra parte también queda exonerada de
cumplir (aunque su prestación sí pueda ejecutarse), y el contrato se extingue.
En la compraventa, la permuta, etc., en los cuales es el dueño quien sufre la
pérdida fortuita o el demérito de la cosa objeto del contrato; y la resiente el
dueño por razón natural, en aplicación lógica del principio res perit domino (la
cosa se pierde para su dueño). El riesgo es para quien sea dueño de la cosa
en el momento en que ocurra la pérdida.
Si la cosa enajenada es específica (cierta y determinada), “la traslación de la
propiedad se verifica entre los contratantes, por mero efecto del contrato, sin
dependencia de tradición". Si se vende un cuerpo cierto (este automóvil, aquel
caballo, etc.), el comprador es el dueño desde la celebración del contrato; la
traslación de la propiedad se produjo "por mero efecto del contrato"
Si el bien transmitido es una cosa genérica (designada por su especie, e
indeterminada su particular entidad), “la propiedad no se transferirá sino hasta
el momento en que la cosa se hace cierta y determinada con conocimiento del
acreedor".
Si se vende una tonelada de trigo, 100 cabezas de ganado, 20 litros de vino, el
vendedor sigue siendo el dueño mientras no se determine y especifique la cosa
vendida con el conocimiento del comprador; es decir, hasta que la cosa se
individualice frente al adquirente
5. Cosas específicas
Si los contratos traslativos de dominio de cosas ciertas hacen dueño al
adquirente desde el momento en que se celebra el acto, arrojan sobre él los
riesgos de su pérdida aunque no hayan sido entregadas ni hubiere sido pagado
el precio; por tanto, si las pierde, el comprador de cosas específicas perecidas
que devino propietario de ellas debe pagar su precio.
6. Cosas genéricas
Como la transmisión del dominio de las cosas genéricas no se efectúa sino
hasta que “se hacen ciertas y determinadas con conocimiento del acreedor” el
riesgo de su pérdida o depreciación lo corre el vendedor, quien, en caso de
siniestro fortuito para cumplir su obligación, puede y debe entregar otras cosas
de la misma especie, adquiriéndolas donde las haya.
ARTÍCULO 2307. Nadie está obligado al caso fortuito o de fuerza mayor sino
cuando ha dado causa o contribuido a él, cuando ha aceptado expresamente
esa responsabilidad o cuando la ley se la impone.
Artículos
Código Civil – Coahuila
ARTÍCULO 2214. Salvo convenio en contrario, en las enajenaciones de bienes
ciertos y determinados la traslación de la propiedad se verifica entre los
contratantes, por mero efecto del contrato, sin dependencia de tradición o
entrega, ya sea natural, jurídica, virtual o simbólica; debiendo tenerse en
cuenta las disposiciones relativas del Registro Público.
ARTÍCULO 2215. En las enajenaciones de alguna especie indeterminada, la
propiedad no se transferirá sino hasta el momento en que el bien se haga cierto
y determinado con conocimiento del acreedor.
ARTÍCULO 2216. En los casos en que la obligación de dar un bien cierto
importe la traslación de la propiedad y se pierda o deteriore en poder del
deudor, se observarán las reglas siguientes:
I. Si la pérdida fue por culpa del deudor, éste responderá al acreedor por el
valor del bien y por los daños y perjuicios.
II. Si el bien se deteriorare por culpa del deudor, el acreedor puede optar por la
rescisión del contrato y el pago de daños y perjuicios, o por recibir el bien en el
estado en que se encuentre y exigir la reducción del precio y el pago de daños
y perjuicios.
III. Si el bien se perdiere por culpa del acreedor, el deudor queda libre de la
obligación.
IV. Si se deteriorare por culpa del acreedor, éste tiene obligación de recibir el
bien en el estado en que se halle.
ARTÍCULO 2217. La pérdida del bien en poder del deudor se presume por
culpa suya, mientras no se pruebe lo contrario.
ARTÍCULO 2218. Cuando el deber de restituir un bien cierto y determinado
procediere de delito o falta, no se eximirá el deudor del pago de su precio,
cualquiera que hubiere sido el motivo de la pérdida, a no ser que, habiendo
ofrecido el bien al que debió recibirlo, éste se haya constituido en mora de
recibir.
ARTÍCULO 2219. El deudor de un bien perdido o deteriorado sin culpa suya,
está obligado a ceder al acreedor cuantos derechos y acciones tuviere para
reclamar la indemnización a quien fuere responsable.
ARTÍCULO 2220. La pérdida del bien puede verificarse:
I. Pereciendo el bien o quedando fuera del comercio.
II. Desapareciendo de modo que no se tengan noticias de él o que aunque se
tenga alguna, el bien no se pueda recobrar.
ARTÍCULO 2221. Cuando la obligación de dar tenga por objeto un bien
designado sólo por su género y cantidad, luego que el bien se individualice por
la elección del deudor o del acreedor, se aplicarán, en caso de pérdida o
deterioro, las reglas establecidas al respecto en el artículo 2216.
ARTÍCULO 2222. En los casos de enajenación con reserva de la posesión, el
uso o el goce del bien hasta cierto tiempo, se observarán las reglas siguientes:
I. Si hay convenio expreso, se estará a lo estipulado.
II. Si la pérdida fuere por culpa de alguno de los contratantes, el importe será
de la responsabilidad de éste.
III. A falta de convenio o de culpa, cada interesado sufrirá la pérdida que le
corresponda; en todo, si el bien perece totalmente, o en parte, si la pérdida
fuere solamente parcial.
IV. En el caso de la fracción que precede, si la pérdida fuere parcial y las partes
no convinieren en la disminución de sus respectivos derechos, se nombrarán
peritos que la determinen.
ARTÍCULO 2223. En los contratos en que la prestación del bien no importe la
traslación de la propiedad, el riesgo será siempre de cuenta del propietario, a
menos que intervenga culpa o negligencia de la otra parte, o que la ley
disponga lo contrario.
ARTÍCULO 2224. Hay culpa o negligencia cuando el obligado ejecuta actos
contrarios a la conservación del bien, y cuando deja de ejecutar los actos que
son necesarios para dicha conservación.
ARTÍCULO 2225. La culpa será grave cuando el obligado a conservar o
custodiar un bien ajeno, no observe la diligencia mínima, que el común de los
hombres pone en el cuidado de sus bienes; será leve, cuando aquél no
observe la diligencia media que acostumbra el buen padre de familia en el
cuidado de sus bienes, y será levísima, cuando el deudor no observe la
diligencia máxima que acostumbra el diligentísimo padre de familia en el
cuidado de lo suyo.
ARTÍCULO 2226. La calificación de la culpa queda al prudente arbitrio del juez,
según las circunstancias del hecho, del contrato y de las personas.
ARTÍCULO 2227. Si fueren varios los obligados a prestar el mismo bien, cada
uno de ellos incurrirá en responsabilidad, proporcionalmente a sus porciones
salvo en los siguientes casos:
I. Cuando cada uno de ellos se hubiere obligado solidariamente.
II. Cuando la prestación consistiere en un bien cierto y determinado que se
encuentre en poder de uno de ellos, o cuando dependa de hecho que sólo uno
de los obligados pueda prestar.
III. Cuando la obligación sea indivisible.
IV. Cuando por contrato se hayan establecido otras reglas.
ARTÍCULO 2228. La pérdida fortuita de un bien corre a cargo de su dueño. Los
géneros no perecen.
La imputación del riesgo en los contratos, cuando el bien materia de éstos se
pierde o deteriora por caso fortuito o fuerza mayor, se regulará conforme a los
siguientes artículos.
ARTÍCULO 2229. Se entiende por caso fortuito o de fuerza mayor todo
acontecimiento previsible o imprevisible, realizado sin intervención humana, o
con la intervención de una o más personas, determinadas o indeterminadas,
que sea además inevitable y por virtud del cual se pierda el bien o se
imposibilite el cumplimiento de la obligación.
ARTÍCULO 2230. La imposibilidad para el cumplimiento de la obligación, en el
caso fortuito o de fuerza mayor, debe ser absoluta, de manera que ni el deudor
ni cualquiera otra persona puedan realizar la prestación debida.
ARTÍCULO 2231. Si el contrato es traslativo de propiedad a título gratuito y el
bien perece por caso fortuito o fuerza mayor, la obligación queda extinguida y
el deudor liberado de toda responsabilidad; pero si el bien no perece, sino que
simplemente se deteriora, el deudor cumple con entregarlo en el estado en que
el acontecimiento fortuito lo haya dejado.
ARTÍCULO 2232. Las mismas reglas se aplicarán en los contratos unilaterales
o bilaterales que no trasladen la propiedad sino sólo la posesión derivada,
cuando el bien se pierde o se deteriora fortuitamente, ya sea que todavía se
encuentre en poder del dueño o que se halle en poder del poseedor.
ARTÍCULO 2233. En los contratos traslativos de dominio de bien cierto y
determinado sin reserva de posesión, uso o goce, se extingue la obligación de
entregar el bien si éste perece por caso fortuito o fuerza mayor, pues la pérdida
corre a cargo del dueño, quien por ello mismo deberá pagar el precio, sin que
pueda oponer válidamente la excepción de que el bien no le fue entregado.
ARTÍCULO 2234. Cuando en esos mismos contratos traslativos de propiedad
el enajenante se reserva la posesión, uso o goce del bien hasta cierto tiempo, y
éste perece por caso fortuito o fuerza mayor, cada interesado sufrirá la pérdida
que le corresponda, es decir la pérdida de la propiedad el dueño y la pérdida de
la posesión, uso o goce su contraparte; en todo, si el bien perece totalmente, o
en parte, si la pérdida fuese solamente parcial.
ARTÍCULO 2235. Las reglas contenidas en los dos artículos anteriores se
observarán también en los casos en que la obligación de dar tenga por objeto
una especie indeterminada, pero sólo si el bien ya se hubiera convertido en
cierto y determinado con conocimiento del acreedor, cuando su pérdida hubiere
acontecido por caso fortuito o fuerza mayor.
ARTÍCULO 2236. Cuando la obligación se contraiga bajo condición suspensiva
y, pendiente ésta, se pierda el bien por caso fortuito o fuerza mayor, la
obligación quedará extinguida y el bien perecerá para su dueño, sin ninguna
obligación, por tanto, de su contraparte de pagar el precio del bien.
ARTÍCULO 2237. En el supuesto de que el caso fortuito o la fuerza mayor no
produzcan la pérdida o perecimiento del bien, sino sólo su deterioro, el
acreedor está obligado a recibir el bien en el estado en que se encuentre al
realizarse la condición, en el precio que se fije mediante juicio de peritos.
ARTÍCULO 2307. Nadie está obligado al caso fortuito o de fuerza mayor sino
cuando ha dado causa o contribuido a él, cuando ha aceptado expresamente
esa responsabilidad o cuando la ley se la impone.
ESTUDIO
ARTÍCULO 2206. La obligación de dar o de prestación de bienes puede
consistir:
I. En la traslación del dominio de un bien cierto.
II. En la enajenación temporal del uso o goce de un bien cierto.
III. En la restitución de un bien ajeno.
IV. En el pago de un bien debido.
ARTÍCULO 2214. Salvo convenio en contrario, en las enajenaciones de bienes
ciertos y determinados, la traslación de la propiedad se verifica entre los
contratantes, por mero efecto del contrato, sin dependencia de tradición o
entrega, ya sea natural, jurídica, virtual o simbólica; debiendo tenerse en
cuenta las disposiciones relativas del Registro Público.
ARTÍCULO 2215. En las enajenaciones de alguna especie indeterminada, la
propiedad no se transferirá sino hasta el momento en que el bien se haga cierto
y determinado con conocimiento del acreedor.
ARTÍCULO 2216. En los casos en que la obligación de dar un bien cierto
importe la traslación de la propiedad y se pierda o deteriore en poder del
deudor, se observarán las reglas siguientes:
I. Si la pérdida fue por culpa del deudor, éste responderá al acreedor por el
valor del bien y por los daños y perjuicios.
II. Si el bien se deteriorare por culpa del deudor, el acreedor puede optar por la
rescisión del contrato y el pago de daños y perjuicios, o por recibir el bien en el
estado en que se encuentre y exigir la reducción del precio y el pago de daños
y perjuicios.
III. Si el bien se perdiere por culpa del acreedor, el deudor queda libre de la
obligación.
IV. Si se deteriorare por culpa del acreedor, éste tiene obligación de recibir el
bien en el estado en que se halle.
ARTÍCULO 2223. En los contratos en que la prestación del bien no importe la
traslación de la propiedad, el riesgo será siempre de cuenta del propietario, a
menos que intervenga culpa o negligencia de la otra parte, o que la ley
disponga lo contrario.
ARTÍCULO 2228. La pérdida fortuita de un bien corre a cargo de su dueño. Los
géneros no perecen.
ARTÍCULO 2229. Se entiende por caso fortuito o de fuerza mayor todo
acontecimiento previsible o imprevisible, realizado sin intervención humana, o
con la intervención de una o más personas, determinadas o indeterminadas,
que sea además inevitable y por virtud del cual se pierda el bien o se
imposibilite el cumplimiento de la obligación.
ARTÍCULO 2231. Si el contrato es traslativo de propiedad a título gratuito y el
bien perece por caso fortuito o fuerza mayor, la obligación queda extinguida y
el deudor liberado de toda responsabilidad; pero si el bien no perece, sino que
simplemente se deteriora, el deudor cumple con entregarlo en el estado en que
el acontecimiento fortuito lo haya dejado.
ARTÍCULO 2233. En los contratos traslativos de dominio de bien cierto y
determinado sin reserva de posesión, uso o goce, se extingue la obligación de
entregar el bien si éste perece por caso fortuito o fuerza mayor, pues la pérdida
corre a cargo del dueño, quien por ello mismo deberá pagar el precio, sin que
pueda oponer válidamente la excepción de que el bien no le fue entregado.
ARTÍCULO 2307. Nadie está obligado al caso fortuito o de fuerza mayor sino
cuando ha dado causa o contribuido a él, cuando ha aceptado expresamente
esa responsabilidad o cuando la ley se la impone.
ARTÍCULO 2657. Por regla general, la venta es perfecta y obligatoria para las
partes, por el solo convenio de ellas respecto al bien vendido y al precio,
aunque el primero no haya sido entregado ni el segundo satisfecho.
2. Concepto
La rescisión es la resolución de un contrato bilateral plenamente válido, a
causa del incumplimiento culpable de una de las partes. Es una facultad que se
concede en todo contrato sinalagmático al acreedor de una obligación
incumplida, que al obtener la resolución del contrato se libera de sus propias
obligaciones.
¿En que se distingue de la nulidad?
La rescisión extingue un contrato bilateral válido que una de las partes no ha
cumplido. La nulidad extingue un contrato que nació viciado. La rescisión es
provocada por un vicio de origen.
Artículos
Código Civil – Coahuila
ARTÍCULO 2122. No pueden rescindirse o resolverse más que los negocios
jurídicos que en sí mismos son válidos.
ARTÍCULO 2123. Hay rescisión o resolución:
I. Por mutuo consentimiento.
II. Por incumplimiento imputable a alguna de las partes.
III. Por la realización de la condición resolutoria a que esté sujeto el negocio.
IV. Porque la cosa perezca o se pierda por caso fortuito o fuerza mayor, salvo
que la ley disponga otra cosa.
V. Por vicios o defectos ocultos del bien enajenado, sin perjuicio de que la ley
confiera al perjudicado otras acciones además de la rescisoria.
VI. En todos los demás casos establecidos expresamente por la ley.
Los casos a que se refieren las fracciones II a VI de este artículo admiten
también la rescisión por mutuo consentimiento.
ARTÍCULO 2124. Si la rescisión de un negocio jurídico se dejare a la decisión
o dependiera de un tercero y éste lo rescindiere injustificadamente, o fuere
dolosamente inducido a rescindirlo, se tendrá por no rescindido.
ARTÍCULO 2125. Pueden las partes regular convencionalmente la forma en
que proceda la rescisión y los efectos de ella; y en este caso se estará a lo
pactado.
ARTÍCULO 2126. La rescisión producirá sus efectos retroactivamente, salvo
pacto en contrario o imposibilidad material; pero si el negocio es de tracto
sucesivo o de ejecuciones periódicas, tal efecto retroactivo no se extenderá a
las prestaciones ya realizadas.
ARTÍCULO 2127. Para la devolución recíproca de las prestaciones en la
rescisión se estará a lo que para la nulidad se dispone al respecto en el
capítulo siguiente.
ARTÍCULO 2128. Los efectos restitutorios de la rescisión son sin perjuicio de la
responsabilidad civil en que incurran las partes.
ARTÍCULO 2129. La rescisión del negocio jurídico fundada en la falta de pago
por parte del adquirente de la propiedad de bienes inmuebles u otro derecho
real sobre los mismos, no surtirá efecto contra tercero de buena fe, si no se
estipuló expresamente e inscribió en el Registro Público, en la forma prevenida
por la ley.
ARTÍCULO 2130. Respecto de los negocios jurídicos cuyo objeto sea uno o
varios bienes muebles se aplicarán las siguientes disposiciones:
I. Quedan sujetos a lo dispuesto por el artículo 2131 y demás relativos, en caso
de incumplimiento culpable de una de las partes.
II. La rescisión no producirá efectos contra persona distinta de las partes que
de buena fe haya adquirido el bien o bienes muebles objeto del negocio.
III. Cuando se haya cumplido la prestación, cuyo objeto sea un bien consumible
por el primer uso, no procede la rescisión del contrato.
ARTÍCULO 2131. La facultad de cualquiera de las partes para resolver los
negocios jurídicos, se entiende implícita cuando haya prestaciones recíprocas,
para el caso de que la otra parte no cumpliere lo que le incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución del
negocio, con el resarcimiento de daños y perjuicios en ambos casos.
ARTÍCULO 2132. Elegida la vía del cumplimiento, podrá el interesado, si tal
cumplimiento resultare imposible, demandar después la resolución; pero no
podrá exigir el cumplimiento después de haber optado por la resolución.
Desde la fecha de la demanda de resolución, la parte que no cumplió ya no
podrá cumplir su obligación.
No se podrá resolver el negocio si el incumplimiento de una de las partes
tuviese escasa importancia, tomando en cuenta el interés de la otra.
ARTÍCULO 2133. A la parte incumplidora la otra podrá requerirle por escrito
que cumpla dentro de un término conveniente, bajo el apercibimiento de que,
transcurrido inútilmente dicho término, el negocio se entenderá, sin más,
resuelto. El término no podrá ser inferior a quince días salvo pacto en contrario
de las partes o que, por la naturaleza del contrato o de acuerdo con la
costumbre, resulte conveniente un término menor. Transcurrido el término sin
que se haya cumplido la obligación, el negocio quedará resuelto de pleno
derecho.
ARTÍCULO 2134. Los contratantes podrán convenir expresamente que el
negocio se resuelva en el caso de que determinada obligación no se cumpliera
conforme a lo pactado.
En este caso, cuando la parte interesada declare a la otra que quiere valerse
de la cláusula resolutoria, la resolución se producirá de pleno derecho.
ARTÍCULO 2135. Si el término fijado para la prestación de una de las partes
debiese considerarse esencial para el interés de la otra, ésta, salvo pacto en
contrario, si quisiera exigir su ejecución a pesar del vencimiento del término,
deberá notificar de ello a la otra parte dentro de tres días.
En defecto de esa notificación, el negocio se entenderá resuelto de pleno
derecho, aunque no se hubiese pactado expresamente la resolución.
ARTÍCULO 2136. Cuando exista un principio o inicio de ejecución de la
obligación, ninguna de las partes podrá operar por sí y ante sí la resolución de
pleno derecho establecida en los artículos anteriores, pero sí podrá demandar
judicialmente a su contraparte por el total cumplimiento del negocio o por la
resolución del mismo, con el resarcimiento de daños y perjuicios en ambos
casos.
ARTÍCULO 2137. En los contratos con más de dos partes, en los que las
prestaciones de cada una de ellas van dirigidas a la consecución de un fin
común, el incumplimiento de una de las partes no importa la resolución del
negocio respecto de las otras, salvo que la prestación incumplida haya de
considerarse, de acuerdo con las circunstancias, como esencial
ARTÍCULO 2138. En los negocios con prestaciones recíprocas, cada uno de
los contratantes podrá rehusarse a cumplir su obligación si el otro no cumpliese
u ofreciese cumplir simultáneamente la suya, salvo que las partes hubiesen
establecido, o que de la naturaleza del negocio resultasen, términos diferentes
para el cumplimiento.
Sin embargo, no podrá rehusarse la ejecución si, teniendo en cuenta las
circunstancias, la negativa fuese contraria a la buena fe.
ARTÍCULO 2139. Cada contratante podrá suspender la ejecución de la
prestación debida por él, si las condiciones patrimoniales del otro llegasen a ser
tales que pongan en peligro evidente la consecución de la contraprestación,
salvo que se prestare una garantía suficiente.
ARTÍCULO 2140. La cláusula mediante la cual se establezca que una de las
partes no podrá oponer excepciones a fin de evitar o retardar la prestación
debida, no tendrá efecto respecto de las excepciones de nulidad, anulabilidad o
rescisión del contrato.
En los casos en que la cláusula sea eficaz, el juez, si reconociera que
concurren motivos graves, podrá, sin embargo, suspender la condena,
imponiendo, si fuese el caso, una caución.
ARTÍCULO 2141. La acción para pedir la rescisión o resolución prescribe en un
año.
ARTÍCULO 2142. La imposibilidad sobrevenida de ejecutar la prestación
debida por una de las partes en un negocio jurídico con prestaciones
recíprocas es causa de la rescisión de éste; pero la parte liberada por tal
imposibilidad no podrá exigir la contraprestación y deberá restituir lo que en
todo o en parte ya hubiere recibido.
ARTÍCULO 2143. Cuando la prestación de una de las partes hubiere llegado a
ser sólo parcialmente imposible, la otra podrá escoger entre la reducción
equitativa de su obligación o la rescisión del negocio.
ARTÍCULO 2144. Tratándose de contratos por cuyo mero efecto se haya
trasladado el dominio de una cosa cierta y determinada, si la imposibilidad de
entregar esa cosa sobreviene por un caso fortuito o de fuerza mayor que haga
que la cosa se destruya o perezca estando todavía en poder del enajenante, no
libera al adquirente de ejecutar la contraprestación que le corresponde.
ARTÍCULO 2714. Si se rescinde la venta, el vendedor y el comprador deben
restituirse las prestaciones que se hubieren hecho; pero el vendedor que
hubiere entregado el bien vendido puede exigir del comprador, por el uso de él,
el pago de un alquiler o renta que fijarán peritos, y una indemnización, también
fijada por peritos, por el deterioro que haya sufrido el bien.
Las partes pueden convenir anticipadamente el monto del alquiler o renta para
el caso de rescisión.
ARTÍCULO 2715. En el caso del artículo anterior, el comprador que haya
pagado parte del precio tiene derecho a los intereses legales de la cantidad
que entregó.
ESTUDIO
¿Cuáles son los requisitos de procedencia de la acción rescisoria?
1. La existencia de un contrato sinalagmático.
2. El incumplimiento de una de las partes a sus obligaciones contractuales.
3. La culpa del deudor en ese incumplimiento.
4. La legitimación del acreedor para ejercitar la acción.
ARTÍCULO 2122. No pueden rescindirse o resolverse más que los negocios
jurídicos que en sí mismos son válidos.
ARTÍCULO 2123. Hay rescisión o resolución:
I. Por mutuo consentimiento.
II. Por incumplimiento imputable a alguna de las partes.
III. Por la realización de la condición resolutoria a que esté sujeto el negocio.
ARTÍCULO 2131. La facultad de cualquiera de las partes para resolver los
negocios jurídicos, se entiende implícita cuando haya prestaciones recíprocas,
para el caso de que la otra parte no cumpliere lo que le incumbe.
El perjudicado podrá escoger entre exigir el cumplimiento o la resolución del
negocio, con el resarcimiento de daños y perjuicios en ambos casos.
ARTÍCULO 2141. La acción para pedir la rescisión o resolución prescribe en un
año.
ARTÍCULO 2714. Si se rescinde la venta, el vendedor y el comprador deben
restituirse las prestaciones que se hubieren hecho; pero el vendedor que
hubiere entregado el bien vendido puede exigir del comprador, por el uso de él,
el pago de un alquiler o renta que fijarán peritos, y una indemnización, también
fijada por peritos, por el deterioro que haya sufrido el bien.
Las partes pueden convenir anticipadamente el monto del alquiler o renta para
el caso de rescisión.
ARTÍCULO 2715. En el caso del artículo anterior, el comprador que haya
pagado parte del precio tiene derecho a los intereses legales de la cantidad
que entregó.
ARTÍCULO 1885. Para cuantificar la responsabilidad a que se refieren los
artículos anteriores, se entiende por daño la pérdida o menoscabo sufrido en el
patrimonio; y se reputa perjuicio la privación de cualquier ganancia lícita que
pudiera haberse obtenido.
ARTÍCULO 1886. La reparación del daño debe consistir en el restablecimiento
de la situación anterior a la producción de aquél, cuando ello sea posible, o en
el pago de una suma de dinero que equivalga a los daños y perjuicios.
Artículos
ARTÍCULO 2138. En los negocios con prestaciones recíprocas, cada uno de
los contratantes podrá rehusarse a cumplir su obligación si el otro no cumpliese
u ofreciese cumplir simultáneamente la suya, salvo que las partes hubiesen
establecido, o que de la naturaleza del negocio resultasen, términos diferentes
para el cumplimiento.
ARTÍCULO 903. En todos los casos en que a la obligación del deudor
corresponda un derecho suyo a una contraprestación, no se podrá proceder a
la ejecución, si el deudor ofrece satisfacer, con medios considerados idóneos
por el juzgador, su obligación contra el simultáneo cumplimiento de la
contraprestación y el acreedor, sin justo motivo rechaza la oferta.
En este caso, el obligado, debe hacer el depósito del bien que es objeto de su
obligación, en tanto el juzgador resuelve lo conducente.
ESTUDIO
En principio, las obligaciones nacidas de un contrato bilateral deberán ser
cumplidas simultáneamente. Si una de las partes, sin haber proporcionado su
prestación, demanda el pago a la otra, ésta podrá resistirse a darlo mientras el
demandante no entregue el suyo o se allane a hacerlo.
A diferencia de la acción de rescisión, el contratante que opone esta excepción
no intenta extinguir el contrato, sino busca su cumplimiento simultáneo.
Esta excepción tiene como efecto, el de aplazar el pago, no extingue el negocio
jurídico, es una excepción dilatoria y como tal se hace valer en proceso
jurisdiccional.
El Código Civil de Coahuila determina, en su artículo 2138:
ARTÍCULO 2138. En los negocios con prestaciones recíprocas, cada uno de
los contratantes podrá rehusarse a cumplir su obligación si el otro no cumpliese
u ofreciese cumplir simultáneamente la suya, salvo que las partes hubiesen
establecido, o que de la naturaleza del negocio resultasen, términos diferentes
para el cumplimiento.
Sin embargo, no podrá rehusarse la ejecución si, teniendo en cuenta las
circunstancias, la negativa fuese contraria a la buena fe.
1. Introducción
ARTÍCULO 2316. Todo el que enajena está obligado al saneamiento por causa
de evicción aunque nada se haya expresado en el contrato.
Las obligaciones que tienen por objeto transmitir cosas a título oneroso (por
ejemplo, la del vendedor, los permutantes, el arrendador, etc.) producen
algunos efectos particulares a cargo del deudor.
El que transfiere una cosa no cumple de manera cabal su obligación con el
hecho de entregarla, sino que, adicionalmente debe proporcionar al adquirente
una posesión pacífica y útil. El fin de tales obligaciones sólo se logra si la
tenencia que adquiere el acreedor le permite gozar, apacible y tranquilamente,
una cosa que además, tiene la utilidad esperada.
Si la cosa que adquirió le es recogida por orden judicial o no sirve para el fin de
su normal (o convencional) destino, tiene derecho a ser indemnizado de los
daños emergentes de tales situaciones. El deudor de la cosa —quien la
transmitió— debe reparar los daños causados al adquirente, porque la
transferencia sin derecho de una cosa ajena o inservible, es un hecho ilícito
que compromete su responsabilidad civil.
Esta indemnización toma el nombre particular de saneamiento y puede ser de
dos clases:
1. Saneamiento por evicción.
2. Saneamiento por vicios ocultos.
2. Concepto de saneamiento
Saneamiento es la necesidad de reparar los daños y perjuicios causados al
adquirente, a título oneroso de una cosa, por causa de evicción o de vicios
ocultos.
5. El pleito de evicción
Se inicia por un tercero contra el adquirente en reclamación de la cosa, con
fundamento en un mejor derecho que el de quien le transmitió el bien. El juicio
suele contener una acción reivindicatoria, pero también puede ser originado por
una acción plenaria de posesión o cualquier otra acción o excepción de tercero,
que prive al adquirente total o parcialmente de la cosa. Tan pronto sea
emplazado a contestar la demanda, el adquirente deberá denunciar el pleito al
enajenante, a fin de que éste salga en su defensa. La falta de este aviso
oportuno extingue la acción de reparación. La exigencia se justifica por el
hecho de que el enajenante, conocedor de las circunstancias en que adquirió la
cosa y de las particularidades de su derecho, podría defenderlo en forma
adecuada y evitar que sea vencido en el juicio, es decir, evitarla evicción.
6. El pleito de saneamiento
Si el adquirente sufre la evicción, deberá ser “saneado" o indemnizado por el
enajenante, quien deviene obligado a reparar los daños; si no accede a cumplir
voluntariamente su obligación, puede ser constreñido a hacerlo mediante el
juicio de saneamiento.
7. Cuantía de saneamiento
El monto de la indemnización varía según se defina si el enajenante obró a
sabiendas de que carecía del derecho de disponer de la cosa (de mala fe) o en
la ignorancia de los vicios de su tenencia (de buena fe). La enajenación de
mala fe es un hecho ilícito intencional que compromete la plena
responsabilidad del autor al resarcimiento de todos los daños y perjuicios.
9. Evicción parcial
Si el adquirente sufre la pérdida de parte de la cosa podrá optar entre ser
indemnizado y conservarla o rescindir la operación. El mismo principio se aplica
al enajenar varias cosas en conjunto, sin especificar sus respectivos precios.
El legislador considera como caso de evicción el gravamen de una finca
adquirida con cargas o servidumbres voluntarias no aparentes, ignoradas por el
adquirente, quien también podrá elegir entre la indemnización y la rescisión del
contrato.
Artículos
ARTÍCULO 2316. Todo el que enajena está obligado al saneamiento por causa
de evicción aunque nada se haya expresado en el contrato.
ARTÍCULO 2317. Habrá evicción cuando el que adquirió algún bien fuere
privado del todo o parte de él, por sentencia que cause ejecutoria, en razón de
algún derecho anterior a la adquisición.
ARTÍCULO 2318. Habrá también evicción cuando el adquirente a quien se
entregó la posesión del bien enajenado, lo reclama judicialmente del tercero
que lo tiene en su poder y éste prueba ser el dueño del mismo.
ARTÍCULO 2319. Si el bien objeto de la evicción hubiere pertenecido
sucesivamente a diversos propietarios, cada uno de éstos está obligado con el
inmediato adquirente, y tiene derecho de reclamar el saneamiento al que le
enajenó, con arreglo a las disposiciones de esta sección.
ARTÍCULO 2320. Los contratantes pueden aumentar o disminuir
convencionalmente los efectos de la evicción y aún convenir en que ésta no se
preste en ningún caso.
ARTÍCULO 2321. Será nulo el pacto que exima al que enajena de responder
por la evicción, si hubiere mala fe de parte suya.
ARTÍCULO 2322. Cuando el adquirente ha renunciado el derecho al
saneamiento para el caso de evicción, llegado que sea éste, debe el que
enajena entregar únicamente el precio del bien, o en su caso, la prestación que
recibió por éste, conforme a lo dispuesto en los artículos 2325 fracción I y 2326
fracción I; pero aún de esta obligación quedará libre, si el que adquirió lo hizo
con conocimiento expreso de los riesgos de evicción y sometiéndose a sus
consecuencias.
ARTÍCULO 2323. El adquirente, luego que sea emplazado, debe denunciar el
pleito de evicción al que le enajenó, para que la sentencia surta efectos en su
contra, solicitando al juez llame a juicio al enajenante. Para tal efecto deberá
proporcionar el domicilio de éste, y si no lo hace no se dará curso a la petición
respectiva; si afirmare que lo desconoce, deberá exhibir el importe de la
publicación de los edictos para notificar al enajenante en esta forma.
Si el enajenante comparece al juicio, se convierte en principal; y, en tal
supuesto, el adquirente podrá ser coadyuvante.
En los mismos términos deberá el adquirente denunciar el pleito de evicción al
que le enajenó, cuando se le notifique la contestación de la demanda, o sea
reconvenido en el supuesto del artículo 2318.
ARTÍCULO 2324. El fallo judicial impone al que enajena la obligación de
indemnizar a quien sufrió la evicción, en los términos de los artículos
siguientes.
ARTÍCULO 2325. Si el que enajenó hubiere procedido de buena fe, estará
obligado a entregar al que sufrió la evicción:
I. El precio íntegro o, en su caso, la prestación que recibió por el bien.
II. Los gastos causados en el contrato, si fueron satisfechos por el adquirente.
III. Los causados en el juicio de evicción y en el de saneamiento.
IV. El valor de las mejoras útiles y necesarias, siempre que en la sentencia no
se determine que el vencedor satisfaga su importe.
ARTÍCULO 2326. Si el que enajena hubiere procedido de mala fe tendrá las
obligaciones que expresa el artículo anterior, con las agravaciones siguientes:
I. Devolverá, a elección del adquirente, el precio que el bien tenía al tiempo de
la adquisición, o el que tenga al tiempo en que sufra la evicción.
II. Satisfará al adquirente el importe de las mejoras voluntarias y de mero placer
que haya hecho en el bien.
III. Pagará los daños y perjuicios.
ARTÍCULO 2327. Si el enajenante no sale sin justa causa al juicio de evicción
en tiempo hábil, o si no rinde prueba alguna, o si no alega, queda obligado al
saneamiento en los términos del artículo anterior.
ARTÍCULO 2328. Si tanto el que enajena como el que adquiere proceden de
mala fe, no tendrá el segundo, en ningún caso, derecho al saneamiento ni a
indemnización de ninguna especie.
ARTÍCULO 2329. Si el adquirente fuere condenado a restituir los frutos del
bien, podrá exigir del enajenante la indemnización de ellos o el interés legal del
precio que haya dado.
Si el que adquirió no fuere condenado a dicha restitución quedarán
compensados los intereses del precio con los frutos recibidos.
ARTÍCULO 2330. Si el que enajena, al ser emplazado, manifiesta que no tiene
medios de defensa y consigna el precio por no quererlo recibir el adquirente,
queda libre de cualquiera responsabilidad posterior a la fecha de la
consignación, sin perjuicio de las demás responsabilidades que le imponen, en
su caso, los artículos 2325 y 2326 por causas anteriores a la consignación.
ARTÍCULO 2331. Si al denunciársele el juicio, o durante él, reconoce el
enajenante el derecho del que reclama y se obliga a pagar conforme a las
prescripciones de esta subsección, sólo será responsable de los gastos que se
hayan causado hasta el reconocimiento, sea cual fuere el resultado del juicio.
ARTÍCULO 2332. Las mejoras que quien enajenó hubiese hecho antes de la
enajenación, se le tomarán a cuenta de lo que debe pagar, siempre que fueren
abonadas por el vencedor.
ARTÍCULO 2333. Cuando el adquirente sólo fuere privado por la evicción de
una parte del bien adquirido, se observarán respecto de éste, las reglas
establecidas en esta subsección, a no ser que el adquirente prefiera la
rescisión del contrato.
Lo mismo se observará cuando en un solo contrato se hayan enajenado dos o
más bienes sin fijar el precio de cada uno de ellos, y uno solo sufra la evicción.
ARTÍCULO 2334. En los dos casos del artículo anterior, si el que adquiere
elige la rescisión del contrato, está obligado a devolver el bien libre de los
gravámenes que le haya impuesto.
ARTÍCULO 2335. Si el inmueble que se enajenó se halla gravado sin haberse
hecho mención de ello en la escritura, con alguna carga o servidumbre
voluntaria no aparente, el que adquirió puede pedir la indemnización
correspondiente al gravamen o la rescisión del contrato.
Las acciones de rescisión y de indemnización a que se refiere este artículo
prescriben en un año, que se contará desde el día en que el adquirente tenga
noticia de la carga o servidumbre.
ARTÍCULO 2336. El enajenante no responde por la evicción:
I. Sí así se hubiere convenido.
II. En el caso del artículo 2322.
III. Si conociendo el adquirente el derecho del que entabla la evicción, lo
hubiere ocultado dolosamente al enajenante.
IV. Si la evicción procede de una causa posterior al acto de enajenación, no
imputable al que enajena, o de hecho del que adquiere, ya sea anterior o
posterior al mismo acto;
V. Si el adquirente no cumple lo prevenido en el artículo 2323.
VI. Si el adquirente y el que reclama transigen o comprometen el negocio en
árbitros, sin consentimiento del que enajenó.
VII. Si la evicción tuvo lugar por culpa del adquirente.
ARTÍCULO 2337. En las enajenaciones hechas en remate judicial, la persona a
quien se remató un bien, está obligada por la evicción del bien rematado que
sufra el adquirente, a restituir a éste únicamente el precio que haya pagado por
su postura más los gastos que hubiere hecho.
ESTUDIO
ARTÍCULO 2316. Todo el que enajena está obligado al saneamiento por causa
de evicción aunque nada se haya expresado en el contrato.
El deudor de la cosa —quien la transmitió— debe reparar los daños causados
al adquirente, porque la transferencia sin derecho de una cosa ajena o
inservible, es un hecho ilícito que compromete su responsabilidad civil.
Esta indemnización toma el nombre particular de saneamiento y puede ser de
dos clases:
3. Saneamiento por evicción.
4. Saneamiento por vicios ocultos.
Saneamiento es la necesidad de reparar los daños y perjuicios causados al
adquirente, a título oneroso de una cosa, por causa de evicción o de vicios
ocultos.
El adquirente sufre la privación total o parcial de una cosa.
Por sentencia que cause ejecutoria.
Fundada en un derecho anterior a la adquisición.
Se inicia por un tercero contra el adquirente en reclamación de la cosa, con
fundamento en un mejor derecho que el de quien le transmitió el bien.
Si el adquirente sufre la evicción, deberá ser “saneado" o indemnizado por el
enajenante, quien deviene obligado a reparar los daños; si no accede a cumplir
voluntariamente su obligación, puede ser constreñido a hacerlo mediante el
juicio de saneamiento.
ARTÍCULO 2316. Todo el que enajena está obligado al saneamiento por causa
de evicción aunque nada se haya expresado en el contrato.
ARTÍCULO 2317. Habrá evicción cuando el que adquirió algún bien fuere
privado del todo o parte de él, por sentencia que cause ejecutoria, en razón de
algún derecho anterior a la adquisición.
ARTÍCULO 2318. Habrá también evicción cuando el adquirente a quien se
entregó la posesión del bien enajenado, lo reclama judicialmente del tercero
que lo tiene en su poder y éste prueba ser el dueño del mismo.
ARTÍCULO 2323. El adquirente, luego que sea emplazado, debe denunciar el
pleito de evicción al que le enajenó, para que la sentencia surta efectos en su
contra, solicitando al juez llame a juicio al enajenante. Para tal efecto deberá
proporcionar el domicilio de éste, y si no lo hace no se dará curso a la petición
respectiva; si afirmare que lo desconoce, deberá exhibir el importe de la
publicación de los edictos para notificar al enajenante en esta forma.
Si el enajenante comparece al juicio, se convierte en principal; y, en tal
supuesto, el adquirente podrá ser coadyuvante.
En los mismos términos deberá el adquirente denunciar el pleito de evicción al
que le enajenó, cuando se le notifique la contestación de la demanda, o sea
reconvenido en el supuesto del artículo 2318.
ARTÍCULO 2335. Si el inmueble que se enajenó se halla gravado sin haberse
hecho mención de ello en la escritura, con alguna carga o servidumbre
voluntaria no aparente, el que adquirió puede pedir la indemnización
correspondiente al gravamen o la rescisión del contrato.
Las acciones de rescisión y de indemnización a que se refiere este artículo
prescriben en un año, que se contará desde el día en que el adquirente tenga
noticia de la carga o servidumbre.
ARTÍCULO 2327. Si el enajenante no sale sin justa causa al juicio de evicción
en tiempo hábil, o si no rinde prueba alguna, o si no alega, queda obligado al
saneamiento en los términos del artículo anterior.
ARTÍCULO 2336. El enajenante no responde por la evicción:
I. Sí así se hubiere convenido.
II. En el caso del artículo 2322.
III. Si conociendo el adquirente el derecho del que entabla la evicción, lo
hubiere ocultado dolosamente al enajenante.
IV. Si la evicción procede de una causa posterior al acto de enajenación, no
imputable al que enajena, o de hecho del que adquiere, ya sea anterior o
posterior al mismo acto
ARTÍCULO 2337. En las enajenaciones hechas en remate judicial, la persona a
quien se remató un bien, está obligada por la evicción del bien rematado que
sufra el adquirente, a restituir a éste únicamente el precio que haya pagado por
su postura más los gastos que hubiere hecho.
1. Introducción
El que transmite una cosa debe conceder una posesión útil de ella, pues todos
los bienes aportan ciertas ventajas o provechos a sus poseedores, y el
adquirente de una cosa espera que ésta sirva para el fin de su destino.
Si el bien transferido tiene defectos o imperfecciones no detectables que
disminuyen o suprimen su utilidad, se dice que tiene vicios ocultos.
2. El saneamiento
El adquirente de una cosa inservible, que no satisfará por ello el propósito de
su adquisición, tiene derecho a ser indemnizado (saneamiento). Este
saneamiento puede consistir:
En la resolución del contrato, con sus efectos de restitución de la cosa y del
precio (lo que es propiamente un restablecimiento de la situación anterior)
mediante la acción redhibitoria (de redhibere, "devolver").
En la reducción del precio de la cosa (lo que es propiamente una
indemnización en dinero de la deficiencia que presenta) mediante la acción
estimatoria o quanti minoris.
ARTÍCULO 2353. La calificación de los vicios del bien enajenado se hará por
peritos nombrados por las partes, y por un tercero que elegirá el juez en caso
de discordia.
ARTÍCULO 2354. Los peritos declararán terminantemente si los vicios eran
anteriores a la enajenación y si por causa de ellos no puede destinarse el bien
a los usos para los que fue adquirido.
7. Reglas especiales
En la adquisición de animales operan reglas particulares: si su muerte acaece
durante los tres días siguientes a la adquisición, se presume causada por vicio
oculto. La acción judicial sólo dura 20 días. Si se han enajenado cosas de fácil
descomposición, el adquirente debe negarse a recibirlas, anunciándolo así de
inmediato al enajenante; en tanto que en la adquisición por remate o
adjudicación judicial no hay responsabilidad por vicios redhibitorios.
Artículos
ARTÍCULO 2338. En los contratos conmutativos, el enajenante está obligado al
saneamiento por los vicios o defectos ocultos del bien enajenado, que lo hagan
impropio para el uso a que se le destina, o que disminuyan de tal modo este
uso, que de haberlos conocido el adquirente no hubiere hecho la adquisición o
habría dado una prestación menor.
ARTÍCULO 2339. El enajenante no es responsable de los vicios o defectos
manifiestos o que estén a la vista, ni tampoco de los que no lo están, si el
adquirente es un perito que por razón de su oficio o profesión debe fácilmente
conocerlos.
ARTÍCULO 2340. En los casos a que se refiere el artículo 2338 el adquirente
tiene derecho:
I. A exigir la rescisión del contrato y el pago de los gastos que por él hubiere
hecho; o
II. A que se le rebaje una cantidad proporcionada de la prestación que hubiere
dado, a juicio de peritos.
ARTÍCULO 2341. El derecho concedido al adquirente, por la fracción II del
artículo anterior, subsiste aunque el bien defectuoso perezca por caso fortuito o
de fuerza mayor o por culpa del mismo adquirente.
ARTÍCULO 2342. Si se probare que el enajenante conocía los vicios ocultos
del bien, y no los manifestó al adquirente, tendrá éste los mismos derechos que
le conceden los dos artículos anteriores, debiendo, además, ser indemnizado
de los daños y perjuicios si prefiere la rescisión.
ARTÍCULO 2343. En los casos en que el adquirente pueda elegir la
indemnización o la rescisión del contrato, una vez hecha por él la elección del
derecho que va a ejercitar, no puede usar del otro sin el consentimiento del
enajenante.
ARTÍCULO 2344. Si el bien enajenado pereciere o mudare de naturaleza a
consecuencia de los vicios que tenía y eran conocidos del enajenante, éste
sufrirá la pérdida y deberá restituir el precio y abonar los gastos del contrato
con los daños y perjuicios.
ARTÍCULO 2345. Si el enajenante no conocía los vicios, solamente deberá
restituir el precio y abonar los gastos del contrato en el caso de que el
adquirente los haya pagado.
ARTÍCULO 2346. Las acciones que nacen de lo dispuesto en los artículos del
2338 al 2345 se extinguen a los seis meses contados desde la entrega del bien
enajenado.
ARTÍCULO 2347. Enajenándose dos o más animales juntamente, sea en un
precio alzado o sea señalándolo a cada uno de ellos, el vicio de uno da sólo
lugar a la acción redhibitoria respecto de él y no respecto a los demás, a no ser
que aparezca que el adquirente no habría adquirido el sano o sanos sin el
vicioso, o que la enajenación fuese de un rebaño y el vicio fuere contagioso.
ARTÍCULO 2348. Se presume que el adquirente no tenía voluntad de adquirir
uno solo de los animales, cuando se adquiere un tiro, yunta o pareja, aunque
se haya señalado un precio separado a cada uno de los animales que los
componen.
ARTÍCULO 2349. Lo dispuesto en el artículo 2347 es aplicable a la
enajenación de cualesquiera otros bienes.
ARTÍCULO 2350. Si un animal muere dentro de los tres días siguientes a su
adquisición, es responsable el enajenante si por juicio de peritos se prueba que
la enfermedad existía antes de la enajenación.
ARTÍCULO 2351. En todos los casos de enajenación de animales, sea que
ésta se realice individualmente o sea por troncos, yuntas o rebaños, la acción
redhibitoria por tachas o vicios ocultos sólo dura veinte días a partir de la fecha
de la entrega.
ARTÍCULO 2352. Si la enajenación se declara resuelta, debe devolverse el
bien enajenado en el mismo estado en que se entregó, siendo responsable el
adquirente de cualquier deterioro que no proceda del vicio o defecto ocultados.
ARTÍCULO 2353. La calificación de los vicios del bien enajenado se hará por
peritos nombrados por las partes, y por un tercero que elegirá el juez en caso
de discordia.
ARTÍCULO 2354. Los peritos declararán terminantemente si los vicios eran
anteriores a la enajenación y si por causa de ellos no puede destinarse el bien
a los usos para los que fue adquirido.
ARTÍCULO 2355. Las partes pueden restringir, renunciar o ampliar su
responsabilidad por los vicios redhibitorios, siempre que no haya mala fe.
ARTÍCULO 2356. Incumbe al adquirente probar que el vicio existía al tiempo
de la adquisición y no probándolo, se juzga que el vicio sobrevino después.
ARTÍCULO 2357. Si el bien enajenado por vicios redhibitorios se pierde por
caso fortuito o por culpa del adquirente, le queda a éste, sin embargo, el
derecho de pedir el menor valor del bien por el vicio redhibitorio.
ARTÍCULO 2358. El adquirente del bien remitido de otro lugar que alegare
tiene vicios redhibitorios, si se trata de bienes que rápidamente se
descomponen, tiene obligación de avisar inmediatamente al enajenante que no
recibe el bien. Si no lo hace, será responsable de los daños y perjuicios que su
omisión ocasione.
ARTÍCULO 2359. En las enajenaciones hechas en remate judicial, el
demandado a quien se remata un bien no tiene la obligación de responder de
los vicios redihibitorios.
ESTUDIO
ARTÍCULO 2338. En los contratos conmutativos, el enajenante está obligado al
saneamiento por los vicios o defectos ocultos del bien enajenado, que lo hagan
impropio para el uso a que se le destina, o que disminuyan de tal modo este
uso, que de haberlos conocido el adquirente no hubiere hecho la adquisición o
habría dado una prestación menor.
ARTÍCULO 2339. El enajenante no es responsable de los vicios o defectos
manifiestos o que estén a la vista, ni tampoco de los que no lo están, si el
adquirente es un perito que por razón de su oficio o profesión debe fácilmente
conocerlos.
ARTÍCULO 2340. En los casos a que se refiere el artículo 2338 el adquirente
tiene derecho:
I. A exigir la rescisión del contrato y el pago de los gastos que por él hubiere
hecho; o
II. A que se le rebaje una cantidad proporcionada de la prestación que hubiere
dado
ARTÍCULO 2342. Si se probare que el enajenante conocía los vicios ocultos
del bien, y no los manifestó al adquirente, tendrá éste los mismos derechos que
le conceden los dos artículos anteriores, debiendo, además, ser indemnizado
de los daños y perjuicios si prefiere la rescisión.
ARTÍCULO 2344. Si el bien enajenado pereciere o mudare de naturaleza a
consecuencia de los vicios que tenía y eran conocidos del enajenante, éste
sufrirá la pérdida y deberá restituir el precio y abonar los gastos del contrato
con los daños y perjuicios.
ARTÍCULO 2345. Si el enajenante no conocía los vicios, solamente deberá
restituir el precio y abonar los gastos del contrato en el caso de que el
adquirente los haya pagado.
ARTÍCULO 2346. Las acciones que nacen de lo dispuesto en los artículos del
2338 al 2345 se extinguen a los seis meses contados desde la entrega del bien
enajenado.
ARTÍCULO 2350. Si un animal muere dentro de los tres días siguientes a su
adquisición, es responsable el enajenante si por juicio de peritos se prueba que
la enfermedad existía antes de la enajenación.
ARTÍCULO 2351. En todos los casos de enajenación de animales, sea que
ésta se realice individualmente o sea por troncos, yuntas o rebaños, la acción
redhibitoria por tachas o vicios ocultos sólo dura veinte días a partir de la fecha
de la entrega.
ARTÍCULO 2356. Incumbe al adquirente probar que el vicio existía al tiempo
de la adquisición y no probándolo, se juzga que el vicio sobrevino después.
La cesión de derechos
La subrogación por pago (el acreedor es suplido por un tercero que paga
la deuda para tal fin).
La transmisión de la deuda puede efectuarse solo mediante el acto jurídico de
cesión o asunción de deudas
Los bienes corporales se transmiten por medio contratos típicos que tienden a
enajenar el dominio, como compraventa, permuta, donación y sociedad. Y otros
para ceder su uso o disfrute: arrendamiento, comodato, hospedaje. Los bienes
incorporales se transmiten mediante la cesión de derechos y la subrogación y
entendemos la cesión como un contrato en virtud del cual el titular de un
derecho (cedente) lo transmite a otra persona (cesionario) gratuita u
onerosamente, sin alterar la relación jurídica.
2. Naturaleza Jurídica
La cesión es un acto jurídico cambiante porque asume la esencia o naturaleza
de diversos contratos como la compraventa, la permuta o la donación. La
cesión es una forma de transferir la titularidad de los derechos mediante la
compraventa-cesión, la permuta-cesión o la donación-cesión, de la misma
manera que se transmite la propiedad de las cosas corporales.
La transferencia de la propiedad sobre una cosa corporal también es una
cesión de derechos, aunque no acostumbremos a verlo así en razón de que el
derecho de propiedad confiere tal suma de facultades, de ahí que, tratándose
de la transmisión de cosas corporales, se diga: vendí, permuté o doné una
cosa y no: cedí el derecho de propiedad de esa cosa.
Artículos
ARTÍCULO 2390. Habrá cesión de derechos cuando el acreedor transfiera a
otra persona los que tenga contra su deudor.
ARTÍCULO 2391. La cesión de derechos por el acreedor no requiere el
consentimiento del deudor.
ARTÍCULO 2392. El acreedor puede ceder sus derechos a otra persona, por
título gratuito u oneroso, salvo que la cesión este prohibida por la ley, se haya
convenido no hacerla o no lo permita la naturaleza del derecho. El deudor no
puede alegar contra el tercero que el derecho no podía cederse porque así se
había convenido, cuando ese convenio no conste en el título constitutivo.
ARTÍCULO 2394. La cesión de un crédito transmite al cesionario, salvo pacto
expreso en contrario, todos sus derechos accesorios como la fianza, la
hipoteca, la prenda o cualquiera otra garantía o privilegio, salvo aquellos que
son inseparables de la persona del cedente. Los intereses vencidos se
presumen que fueron cedidos con el crédito principal.
ARTÍCULO 2395. La cesión de créditos civiles que no sean a la orden o al
portador se hará en escrito privado que firmarán el cedente, el cesionario y dos
testigos, o en escritura pública, cuando por la naturaleza del crédito cedido la
ley exija que su transmisión se haga en esta forma. Los créditos civiles a la
orden se transmitirán por endoso, y por su simple entrega los que sean al
portador.
ARTÍCULO 2397. Para que el cesionario pueda ejercitar sus derechos contra el
deudor, deberá hacer a éste la notificación de la cesión, ya sea judicialmente,
ya en lo extrajudicial, ante dos testigos o ante notario. Sólo tiene derecho para
pedir y hacer la notificación, el acreedor que presente el título justificativo del
crédito, o el de la cesión, cuando aquél no sea necesario.
ARTÍCULO 2398. Si el deudor está presente en la cesión y no se opone a ella,
o si no habiendo estado presente la ha aceptado, y esto se prueba, se tendrá
por hecha la notificación.
ARTÍCULO 2400. Mientras no se haya hecho la notificación al deudor, éste se
libera pagando al acreedor primitivo. Hecha la notificación, el deudor se libera
únicamente pagando al cesionario.
ARTÍCULO 2401. El cesionario no tendrá mayores derechos y obligaciones
que el cedente
ARTÍCULO 2412. El que cede su derecho a una herencia, sin enumerar los
bienes de que ésta se compone, sólo está obligado a responder de su calidad
de heredero.
ESTUDIO