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EN LO PRINCIPAL: ACCIÓN CONSTITUCIONAL DE AMPARO; EN EL PRIMER OTROSÍ:

ACOMPAÑA DOCUMENTOS; SEGUNDO OTROSÍ: SOLICITA INFORME; TERCER OTROSÍ:


ORDEN DE NO INNOVAR; CUARTO OTROSÍ: SE TENGA PRESENTE.

ILUSTRÍSIMA CORTE DE APELACIONES DE PUERTO MONTT

HUMBERTO ANDRÉS RAMÍREZ LARRAÍN, Abogado de la Unidad de Estudios de la Defensoría


Regional de los Lagos, domiciliado en calle Benavente número 959, de Puerto Montt, a US. Ilustrísima,
digo:
Que, por este acto y de conformidad a lo dispuesto en el artículo 21 de la Constitución Política de la
República, vengo en interponer acción de amparo en favor del ciudadano colombiano don Fabián
Hurtado Angulo, de 31 años, pasaporte N°1.111.776.714, domiciliado en calle Barrancas n°3, Mirasol,
comuna de Puerto Montt1. Cuya libertad personal y seguridad individual se encuentran actualmente
amenazadas por las actuaciones administrativas realizadas por el señor Intendente Regional de Arica
y Parinacota don Roberto Erpel Seguel que en virtud de la resolución N°2855/2687 de fecha 13 de
mayo de 2019, decretó su expulsión del territorio nacional. Para que, conociendo de esta acción, V.S.I.
la acoja y en definitiva restablezca el imperio del derecho, dejando sin efecto la expulsión por afectar
ilegal y arbitrariamente la libertad personal y seguridad individual del amparado.
I. Antecedentes de hecho.
a) La Intendencia Regional ya individualizada, conforme a lo sostenido en el informe policial
n°1070 del 15 de marzo de 2019, denuncio, ante la fiscalía local de Arica, el 2 de abril de 2019
al ciudadano colombiano don Fabián Hurtado Angulo por el delito de ingreso clandestino
consagrado en el artículo 69 del decreto ley 1094.
b) En conformidad al artículo 78 del decreto ley ya referido, el recurrido se desistió de dicha
denuncia, teniendo como corolario la extinción de la acción penal. Es menester mencionar,
que el referido desistimiento se realizó juntamente con la denuncia.

1
Relevante el domicilio para efectos de determinar la competencia de la ICA de Puerto Montt, sin perjuicio que el acto
administrativo se dictó por la intendencia de Arica. Así en esta línea podemos destacar lo señalado por Caffarena de Jiles ( El
recurso de amparo frente a los regímenes de emergencia; Santiago, 1957, p. 164) citado por Ríos Álvarez, Rodrigo (La
acción de amparo. Proceso penal y materia migratoria) quien, luego de hacer una revisión de algunos criterios
jurisprudenciales, recurre al tenor literal del artículo 307 del Código de Procedimiento Penal como llave interpretativa para
asumir una solución al problema del tribunal territorialmente competente.
Así, "respectivo, según el diccionario, significa lo que atañe o se contrae a determinada persona o cosa. Por lo tanto, al
decir el artículo 307: este recurso se deducirá ante la Corte de Apelaciones respectiva, se está refiriendo a la Corte de
Apelaciones que atañe o se contrae a la persona del amparado, o sea, la Corte en el cual éste tiene su domicilio".
c) El 13 de mayo de 2019, la Intendencia Regional ya referida, dicto el acto administrativo
impugnado en la presente acción constitucional. Dicha resolución resolvió expulsar del territorio
nacional al encartado.
d) Dicho acto administrativo fue notificado a mi representado el 11 de febrero de 2021.

II. Antecedentes de Derecho


El decreto ley Nº1094 de 1975 y su reglamento contemplan las facultades de la autoridad para regular
el tránsito de los extranjeros, dentro y fuera del país, en conformidad con el artículo 19 N° 7 de la
Constitución Política de la República que consagra y garantiza el derecho de libertad de
desplazamiento. Es de perogrullo que la autoridad no puede actuar fuera del marco fijado por el bloque
de legalidad, porque entonces su actuación sería antijurídica.
Para acreditar la tesis que se sostendrá ut infra es relevante tener a la vista las normas legales que
cita la Intendencia Regional para fundamentar la resolución n°2855/2687, a saber:
“Párrafo 3.- Impedimentos de Ingreso.
Artículo 15.- Se prohíbe el ingreso al país de los siguientes extranjeros:
1.- Los que propaguen o fomenten de palabra o por escrito o por cualquier otro medio, doctrinas
que tiendan a destruir o alterar por la violencia, el orden social del país o su sistema de gobierno, los
que estén sindicados o tengan reputación de ser agitadores o activistas de tales doctrinas y, en
general, los que ejecuten hechos que las leyes chilenas califiquen de delito contra la seguridad
exterior, la soberanía nacional, la seguridad interior o el orden público del país y los que realicen actos
contrarios a los intereses de Chile o constituyan un peligro para el Estado;
2.- Los que se dediquen al comercio o tráfico ilícito de drogas o armas, al contrabando, al tráfico
ilegal de migrantes y trata de personas y, en general, los que ejecuten actos contrarios a la moral o a
las buenas costumbres;
3.- Los condenados o actualmente procesados por delitos comunes que la ley chilena califique
de crímenes y los prófugos de la justicia por delitos no políticos;
4.- Los que no tengan o no puedan ejercer profesión u oficio, o carezcan de recursos que les
permitan vivir en Chile sin constituir carga social;
5.- Los que sufran enfermedades respecto de las cuales la autoridad sanitaria chilena determine
que constituyen causal de impedimento para ingresar al territorio nacional;
6.- Los que hayan sido expulsados u obligados al abandono del país por decreto supremo sin
que previamente se haya derogado el respectivo decreto;
7.- Los que no cumplan con los requisitos de ingreso establecidos en este decreto ley y su
reglamento, sin perjuicio de lo dispuesto en el N° 4 del artículo siguiente y en los artículos 35 y 83, y
8.- Los que habiendo incurrido en la comisión de los delitos tipificados en el inciso primero del
artículo 68 y en el artículo 69, y a su respecto hubieren prescrito las acciones penales o las penas
correspondientes, en su caso, encontrándose fuera del territorio nacional”.
“Artículo 16.- Podrá impedirse el ingreso al territorio nacional de los siguientes extranjeros:
1.- Los condenados o actualmente procesados por delitos comunes que la ley chilena califique
de simples delitos;
2.- Los que hayan salido de Chile por disposición del Gobierno, y no estén comprendidos en el
N° 6 del artículo anterior;
3.- Los expulsados de otro país por autoridad competente, y
4.- Los menores de 18 años que viajen a Chile sin ser acompañados de su padre, madre o
guardador y carezcan de autorización escrita de uno de ellos o del Tribunal competente, debidamente
refrendada por autoridad chilena.
Las prohibiciones de este artículo y del anterior, serán aplicadas por las autoridades señaladas
en el artículo 10 de este decreto ley”.
“Artículo 17.- Los extranjeros que hubieren ingresado al país no obstante encontrarse
comprendidos en alguna de las prohibiciones señaladas en el artículo 15 o que durante su residencia
incurran en alguno de los actos u omisiones señalados en los números 1, 2 y 4 del artículo indicado,
podrán ser expulsados del territorio nacional”.
“Artículo 68.
Los extranjeros que ingresen al país o intenten egresar de él, valiéndose de documentos
falsificados, adulterados o expedidos a nombre de otra persona o hagan uso de ellos durante su
residencia, serán sancionados con presidio menor en su grado máximo, debiendo disponerse,
además, su expulsión, la que se llevará a efecto tan pronto el afectado cumpla la pena impuesta.
En estos delitos no procederá la remisión condicional de la pena.
Lo dispuesto en este artículo no regirá en el caso que el extranjero efectúe la declaración del
inciso segundo del artículo 35”.
“Artículo 69.- Los extranjeros que ingresen al país o intenten egresar de él clandestinamente,
serán sancionados con la pena de presidio menor en su grado máximo.
Si lo hicieren por lugares no habilitados, la pena será de presidio menor en sus grados mínimo a
máximo.
Si entraren al país existiendo a su respecto causales de impedimento o prohibición de ingreso,
serán sancionados con la pena de presidio menor en su grado máximo a presidio mayor en su grado
mínimo.
Una vez cumplida la pena impuesta en los casos precedentemente señalados, los
extranjeros serán expulsados del territorio nacional”.
“Artículo 78.- Las investigaciones de hechos constitutivos de los delitos comprendidos en este
Título sólo podrán iniciarse por denuncia o querella del Ministerio del Interior o del Intendente Regional
respectivo. El denunciante o querellante ejercerá los derechos de la víctima, de conformidad al Código
Procesal Penal.
El Ministro del Interior o el Intendente podrán desistirse de la denuncia o querella en
cualquier momento y el desistimiento extinguirá la acción penal. En tal caso, el juez de garantía
o el tribunal de juicio oral en lo penal dispondrá el inmediato cese de las medidas cautelares
que se hubieren decretado”.
“Artículo 84.- La medida de expulsión de los extranjeros será dispuesta por decreto supremo
fundado, suscrito por el Ministro del Interior bajo la fórmula "Por orden del Presidente de la República",
en el que se reservarán al afectado los recursos administrativos y judiciales legalmente procedentes.
No obstante, la expulsión de los extranjeros que sean titulares de permiso de turismo o
prolonguen su permanencia con dicho permiso vencido, se dispondrá, sin más trámite, por resolución
del Intendente Regional respectivo, exenta del trámite de toma de razón.
Las medidas de expulsión podrán ser revocadas o suspendidas temporalmente en cualquier
momento.
La medida de traslado a que se refieren los artículos 81, 82 y 83 será dispuesta por las
autoridades oficiales señaladas en el artículo 10, con el objeto de poner al afectado a disposición de
las autoridades administrativas o judiciales correspondientes”.
II.I Primera ilegalidad: No se cumple el requisito para decretar la expulsión del encartado. No
fue condenado por el delito denunciado.
i) El artículo 69 incisos 1° y 4° del DL 1.094/75, tipifica como delito el ingreso
clandestino a nuestro territorio nacional y establece la pena de presidio menor en su grado
máximo para el autor de dicho injusto y, una vez cumplida la misma, ordena la expulsión
del condenado.
ii) Cabe mencionar un antecedente determinante, a saber: el supuesto que permite la
expulsión por la comisión del delito de ingreso clandestino es el cumplimiento de dicha
pena. Es decir, no solo se requiere de la imposición de una condena, sino que además de
su cumplimiento.
iii) Paladinamente no nos encontramos bajo la hipótesis normativa que habilita la expulsión, ya
que ni siquiera fue investigado el supuesto hecho típico. En síntesis, la Intendencia
Regional carece de la facultad para expulsar a una persona por ingreso clandestino
sino es mediante la acreditación de dicho delito a través de una sentencia
condenatoria firme(cumplida) dictada por un tribunal competente en un
procedimiento legalmente tramitado.
iv) La conclusión es univoca: la expulsión de don Fabián Hurtado Angulo se sustenta
únicamente en una denuncia, que no solo no fue investigada, sino que el denunciante con
su actuación impidió ello y conllevo a que la acción penal se extinguiera.

II.II Segunda ilegalidad: La resolución n°2855/2687 es arbitraria, ya que carece de fundamento.


i)Al examinar la resolución recurrida ésta sustenta su decisión de expulsar a mi representado
únicamente en la denuncia del delito de ingreso clandestino.
ii) Dicha denuncia, como ya se ha enunciado, fue objeto de desistimiento por el recurrido. Tal
actuación tuvo como efecto que el persecutor no pudiera investigar la veracidad de la notitia
criminis entregada por la intendencia.
iii) Nada se esgrime en el acto administrativo cuestionado sobre la comisión de algún delito por parte
del justiciable durante su estadía en territorio nacional.
iv)En conclusión: el fundamento de la expulsión es la denuncia, la cual no fue investigada,
paradójicamente, por la propia voluntad del denunciante. Así las cosas, parece del todo insuficiente
como sustento de un acto administrativo una mera denuncia que no fue investigada por el
Ministerio Público.

II.III Tercera Ilegalidad: Se transgrede el debido proceso. No hubo un procedimiento legalmente


tramitado. Afectándose el derecho de defensa y la presunción de inocencia.

i) De la lectura de la normativa citada ut supra, resulta meridianamente claro que si el ingreso


clandestino se ha tipificado como un delito, la configuración del mismo a efectos de
sancionarlo, exige el pronunciamiento de un tribunal competente (a través de un
procedimiento legalmente tramitado) que dicte una sentencia condenatoria que acredite
más allá de toda duda razonable la participación culpable del amparado en dicho injusto. La
cual no sólo debe encontrarse firme y ejecutoriada, sino que además, debe ser precedida
de un procedimiento racional y justo.
ii) En el caso de autos y según se menciona en la resolución N° 2855/2687 “…que el
extranjero, Fabian Antonio Hurtado Angulo (…), conforme lo informado por Policía de
Investigaciones de Chile, mediante informe policial N°1070 de fecha 15/03/2019, ha
infringido la normativa vigente de extranjería, al ingresar de forma clandestina al país,
configurándose de esta manera el delito contemplado en el artículo 69 del Decreto Ley n°
1094 (…) Que, con fecha 02/04/2019 se presentó la denuncia del hecho ante la Fiscalía
Local de Arica, de conformidad con lo establecido en el art. 78 del Decreto Ley 1094 de
1975, presentándose posteriormente el desistimiento de dicha acción (…)”.
iii) Si bien la resolución menciona que la expulsión decretada en contra del imputado se funda
en su ingreso clandestino al país, no existe ni ha existido en su contra ningún proceso
penal en el que dicha circunstancia hubiere sido demostrada bajo el estándar
probatorio del artículo 340 del Código Procesal Penal. Es así, como la sanción de
expulsión no sólo aparece como injustificada, sino que, además, como ilegal, al haberse
omitido los procedimientos establecidos en la Constitución Política de la República y
en la ley para tener como probados los presupuestos esenciales de la adjudicación
de responsabilidad penal. A fortiori, el desistimiento ha imposibilitado que el órgano
persecutor investigará y verificará si los hechos materia de la denuncia efectivamente
constituían el delito consagrado en el artículo 69 del decreto ley de marras.
iv) El encartado, producto del desistimiento del denunciante, no tuvo posibilidad alguna de
ejercer su derecho a defensa técnica y material constitucionalmente consagrado.
v) Por último, se ha afectado la garantía de la presunción de inocencia (prescrita tanto en el
artículo 4 del CPP, 8 n°2 del PSJCR y 14 n°2 del PIDCP). Esto se afirma, ya que apreciar la
prueba ha sido imposible, dado que no ha existido medio probatorio alguno en su contra y
menos aún un escenario procesal en el que se hubiere desarrollado un proceso penal para
acreditar el delito de ingreso clandestino. No ha mediado juicio ni prueba contra el
amparado, lo que torna, por un lado, incuestionable la vigencia de la presunción en su
favor y por otro, evidente la vulneración a la misma.

II.IV Cuarta ilegalidad: no se pondera la pandemia vigente.


i)Si esta Ilustrísima Corte desechará todos los argumentos expuestos ut supra, que duda cabe que la
dictación y mantención del acto administrativo de marras bajo las circunstancias sanitarias vigentes
genera una amenaza para la seguridad individual del justiciable al existir un riesgo manifiesto de
contagio con el virus COVID-19. En este sentido se ha pronunciado el Ministro de la Excelentísima
Corte Suprema Manuel Valderrama Rebolledo al concurrir al fallo confirmatorio esgrimiendo:
“Se previene que el Ministro Sr. Valderrama, concurre a la sentencia confirmatoria, teniendo en
consideración, únicamente para ello, la epidemia generada por el virus Covid-19, enfermedad que
amenaza la vida y salud individual de la totalidad de la población mundial, de modo que de
mantenerse los decretos de expulsión del territorio nacional de los ciudadanos extranjeros bajo tales
circunstancias, los pondría necesariamente en una situación de riesgo mayor de contagio”(fallos CS rol
50.540-2020; 43928-2020; 43739-2020; 43759-2020; 39606-2020. En sentido similar fallos 32.948-
2021; 19.168-2021 y 26.730-2021).
III. Análisis jurisprudencial
Sobre los argumentos expuestos se han pronunciado favorablemente (en reiteradas ocasiones2) los
tribunales superiores de nuestro país. La Excelentísima Corte Suprema ha manifestado en causa rol
99.573-2020 lo siguiente:
“1°) Que, como se lee en la Resolución N° 498/2.138, de 9 de octubre de 2018, el fundamento de la
expulsión de Dennis Yunior González Díaz es su ingreso clandestino al país. En esta última
situación los hechos fueron denunciados ante la Fiscalía Local del Ministerio Público y posteriormente
se presentó desistimiento de dicha denuncia.
2°) Que, en cuanto a dicha Resolución, al desistirse de la denuncia la Intendencia Regional impidió
que el órgano persecutor pesquisara y verificase los hechos constitutivos del delito de ingreso
clandestino del que se le daba noticia, lo que precisamente llevó al término de esa causa. Asimismo,
tal proceder impidió al amparado defenderse y controvertir los hechos que fundaron la
denuncia. En definitiva, ese dictamen de expulsión se basa en la mera noticia de la autoridad policial,
antecedente del todo insuficiente para fundar la decisión de expulsión cuestionada.
3°) Que, a lo anterior se suma que durante el período de permanencia en Chile el amparado no ha
cometido ningún ilícito —nada al respecto se ha informado por la recurrida—, conjunto de
circunstancias que privan hoy de fundamento racional al acto impugnado y, consecuencialmente,
permiten afirmar que se pone en peligro su libertad personal por un acto arbitrario de la
Administración, lo que conlleva que la acción interpuesta deba ser acogida”.
En el mismo sentido la Corte Suprema en fallo rol 21.293-2020, al esgrimir:
“1.- Que, según aparece del mérito de los antecedentes la amparada Yahaira Reyes ingresó de
manera irregular del país, lo que motivó la denuncia correspondiente al Ministerio Público por el delito
cometido y, respecto del cual, posteriormente presentó desistimiento de tal acción, evidenciando con
ello que no tuvo intención de que fuera indagado el supuesto delito cometido, desde que el
desistimiento tiene el efecto de extinguir la responsabilidad penal, no obstante que el artículo 69 del
D.L. 1.094, invocado como fundamento legal de la resolución recurrida, impone la medida de expulsión
para los extranjeros que ingresan clandestinamente o por lugares no habilitados del país, una vez
cumplida la pena que la misma norma establece.

2
Fallos rol CS: 32.948-2021; 27.160-2021; 26.739-2021; 26.730-2021; 25.518-2021; 25.337-2021; 22.349-
2021;19.168-2021; 11.247-2021;143.881-2020; 143.882-2020; 133.829-2020; 33.112-2020, 95.073-2020,
69.913-2020, 36.512-2019, 50.540-2020; 43.928-2020; 43.739-2020; 43.759-2020 y 39.606-2020.
2.- Que, el hecho de haber formulado la autoridad competente el correspondiente requerimiento en
contra de la amparada para enseguida, desistirse de él, extinguiéndose consecuencialmente la acción
penal hecha valer y luego decretar su expulsión del país mediante la Resolución Exenta N° 65/50 de
16 de enero de 2019, requiere de una carga argumentativa superior a la meramente formal, como la
expuesta en la decisión atacada, que se funda únicamente en las disposiciones legales y
reglamentarias que cita, así como en la circunstancia no controvertida del ingreso de la mencionada
Yahaira Rojas al territorio nacional, por un paso no habilitado.
3.- Que, así las cosas, la resolución atacada, deviene en arbitraria por ausencia de fundamentos,
motivo por el cual la presente acción constitucional será acogida, al afectar la libertad ambulatoria de
la ciudadana extranjera antes individualizada, sujeto a la medida de expulsión del territorio nacional”.
De forma semejante ha fallado la Ilustrísima Corte de Apelaciones de Puerto Montt en rol amparo 262-
20203, la cual explicando en detalle porque el actuar de la Intendencia es ilegal afirmo lo siguiente:
“Tercero: Que, los artículos 68 y 69 del Decreto Ley N° 1.094 de 1975 y 146 del Decreto N° 597 de
1983, establecen que los extranjeros que ingresen al país o intenten egresar de él en las
circunstancias descritas en ellos, serán sancionados con las penas que dichas normas indican, y que
una vez cumplida la sanción y obtenida su libertad, se deberá disponer su expulsión del territorio
nacional.
A su vez, los artículos 78 del Decreto Ley N° 1094 y 158 del Decreto N° 597, en lo pertinente, señalan
que el Ministro del Interior o Intendencia Regional podrán desistirse de la denuncia o requerimiento en
cualquier tiempo, dándose por extinguida la acción penal, y, en tal caso, el tribunal dictará el
sobreseimiento definitivo y dispondrá la inmediata libertad de los detenidos o reos.
Cuarto: Que, así las cosas, el quid del asunto consiste en determinar si la Intendencia Regional
de Los Lagos tiene la facultad para dictar el decreto de expulsión sin que se haya asentado la
responsabilidad penal de los amparados de conformidad a lo dispuesto en el artículo 69 del DL
Nº1.094 de 1975, mediante una sentencia condenatoria en sede jurisdiccional o si, por el contrario, es
posible que se ejerza directamente la facultad contenida en el referido Decreto Ley, aun cuando se
haya extinguido dicha responsabilidad por desistimiento.
Quinto: Que, como lo ha señalado previamente esta magistratura, el hecho de haber formulado la
autoridad competente los correspondientes requerimientos en contra de los amparados, para
enseguida desistirse de estos, extinguiéndose consecuencialmente la acción penal, y luego decretar
su expulsión del país mediante las antedichas Resoluciones Exentas, requiere de una densidad
argumentativa superior a aquella meramente formal que ha sido expuesta, en este caso en la decisión
3
En el mismo sentido fallos de la ICA de Puerto Montt 146-2021; 107-2021; 34-2021; 28-2021; 26-2021; 14-2021;
13-2021; 333-2020; 332-2020; 334-2020; 275-2020; 254-2020; 211-2020; 17-2020; 81-2019. Asimismo, fallos 7-
2020 y 26-2020 de la ICA de Coyhaique; ICA de Arica 102-2021.
atacada, en tanto se funda únicamente en las disposiciones legales y reglamentarias que cita, así
como en la circunstancia no controvertida del ingreso de los amparados al territorio nacional por un
paso no habilitado.
Lo dicho, por cuanto las normas de los artículos 68 y 69 del DL Nº 1094 de 1975 y 146 de su
Reglamento – que autorizan la expulsión como medida sancionatoria – presuponen o razonan en
función que se ha asentado la responsabilidad penal de los extranjeros producto de su ingreso ilegal,
de modo que la referida expulsión viene a ser una sanción en sede administrativa consecuencia del
castigo en sede jurisdiccional previo, cuestión que es sin perjuicio de la existencia de la expulsión
como pena sustitutiva en los casos pertinentes.
De esta suerte, y reconociéndose que la Administración detenta en este caso las competencias para
dictar los referidos decretos de expulsión, ello requiere que las respectivas resoluciones cumplan los
presupuestos legales que la habilitan para dicho proceder, que en la especie se han hecho recaer sólo
en la preexistencia de una responsabilidad penal por el ingreso ilícito, cuestión que sólo puede ser
objeto de una declaración jurisdiccional en sede penal.
Sexto: Que lo señalado, fluye de la correcta interpretación de las normas legales atingentes en la
especie.
Así, el artículo 68 del DL Nº1.094 dispone en lo pertinente que: “Los extranjeros que ingresen al país o
intenten egresar de él clandestinamente, serán sancionados con la pena de presidio menor en su
grado máximo.
Si lo hicieren por lugares no habilitados, la pena será de presidio menor en sus grados mínimo a
máximo” y añade en su inciso final: “Una vez cumplida la pena impuesta en los casos
precedentemente señalados, los extranjeros serán expulsados del territorio nacional”.
De esta suerte, de conformidad al criterio contenido en el artículo 19 del Código Civil, aparece prístino
del texto de esa norma invocada por la recurrida, que el legislador ha contemplado esa causal de
expulsión como una medida a aplicar ex post al cumplimiento de una sanción penal, la que no puede
ser impuesta sino como resultado de un procedimiento legalmente tramitado en que se determine la
responsabilidad penal, conforme lo dispone el artículo 19 Nº3 de la Constitución Política de la
República en relación al artículo 1º del Código Procesal Penal.
A mayor abundamiento, en el caso del artículo 68 del Decreto Ley en referencia, siendo los ilícitos
agravados por la utilización de documentos falsificados o alterados, la medida de expulsión se
contempla como una sanción imperativa, pero cuya imposición resulta factible luego de cumplida la
pena principal. De modo que, adoptándose dicha decisión legislativa en casos de mayor gravedad,
exigiéndose el cumplimiento de la sanción penal como cuestión previa, no resulta plausible pensar que
en casos de menor entidad pueda procederse de manera autónoma en ese sentido por la autoridad
administrativa.
Séptimo: Que, a su tiempo, el inciso primero del artículo 167 del Reglamento en referencia, dispone
que: “La medida de expulsión de los extranjeros contempladas en las normas del presente
Reglamento, en general, será dispuesta por decreto supremo fundado, suscrito por el Ministerio del
Interior bajo la fórmula ‘Por orden del Presidente de la República”.
De lo anterior, se desprende que la facultad delegada en el Intendente Regional tiene un correlato en
aquella que está residenciada originalmente en el Ministro del Interior, de forma que no es dable
cuestionar que aquélla se adecúa suficientemente a los requisitos que impone el principio de legalidad
del artículo 7º de la Constitución Política de la República, pero lo que se extraña en el razonamiento
desplegado por la recurrida es la referencia forzada a que la dictación del decreto expulsatorio sería la
materialización de la sanción regulada en los artículos 68 y 69 del DL Nº1.094 de 1975, de modo que
no ha sido ejercida la facultad como una sanción administrativa autónoma, que es que pretende
la denunciada, sino el corolario de un procedimiento reglado contenido en la preceptiva antes
reseñada y por ende, no es posible estimar que el deber de motivación y justificación del acto
administrativo contemplado en el artículo 11 de la Ley Nº19.880 se agota con la mera
enunciación formal de las normas jurídicas aplicables – como se dijo en el basamento quinto
precedente – sino que debe tener su base en un aspecto subjetivo de índole sustantiva, cuál es, la
existencia de la responsabilidad penal de los amparados en virtud de una condena judicial previa.
Octavo: Que, una interpretación disímil situaría en la autoridad administrativa la decisión
expulsatoria sin que sea menester la intervención judicial, cuestión que si bien es resorte de la
voluntad legislativa, no es la modalidad escogida por la Ley de Extranjería, por cuanto el
procedimiento sancionatorio implica el juzgamiento y la determinación de la responsabilidad
penal en sede jurisdiccional de manera imperativa y la comprensión contraria de la norma
importaría privar de todos sus efectos a las reglas de los artículos 68 y 69 del DL Nº1.094 de
1975, cuestión que no resiste el examen lógico que deben efectuar estos sentenciadores.
Noveno: Que, siguiendo igual derrotero, la construcción argumentativa desplegada por la recurrida
pretende soslayar la regulación propia del procedimiento sancionatorio, avocándose una facultad que
no está expresa en la norma e infringiendo así el principio de legalidad que le asiste en su actuar, de
modo de intentar omitir un requisito procedimental a fin de dictar un acto administrativo sin que
concurran los supuestos necesarios para que nazca dicha prerrogativa.
Lo dicho, es aún más cuestionable si lo que se pretende en el fondo es restringir el derecho
fundamental explícito de libertad ambulatoria de los amparados y aquel implícito asociado al deber
preferente del Estado de brindar a los habitantes de la República los medios necesarios para su mayor
realización personal y espiritual, sin distinguir su país de origen, siempre y cuando no concurran las
causales que los hacen sujetos de las sanciones de expulsión reguladas en los cuerpos normativos
referidos precedentemente.
Décimo: Que, a mayor abundamiento, como lo ha sostenido la Excma. Corte Suprema en las causas
Roles N° 21.915-16 y Nº 20.098-19, las resoluciones recurridas se tornan ilegales si aquellas
presentan como única motivacióń fáctica el ingreso clandestino al territorio, sin indagar en las demás
circunstancias personales, familiares o laborales de los amparados, cuestión que la hace carecer de
suficiente fundamento, lo que resulta de suyo relevante si se estima que son los propios órganos del
Estado los que están al servicio de la persona humana y deben actuar oficiosamente, de manera
eficiente y coordinada, como lo dispone el artículo 3º de la Ley Nº18.575.
Undécimo: Que como reflexión final, debe tenerse en consideración que la naturaleza eminentemente
cautelar y de urgencia de la acción constitucional de amparo, no implica una alteración en el régimen
jurídico asociado a la permanencia de los recurrentes, ni una validación a ésta; de forma que aquellos
deberán instar por la regularización de su situación migratoria por los conductos regulares, a la
brevedad posible, teniendo en consideración las circunstancias sanitarias extraordinarias que pudieran
demorar razonablemente dicho proceso”.

IV. Afectación a la libertad personal y seguridad individual


La amenaza a la garantía consagrada en el artículo 19 n°7 de nuestra Carta Fundamental es evidente.
Existe un riesgo cierto que el encartado sea expulsado del territorio nacional, afectando con ello la
libertad que le confiere el constituyente en la letra a) del derecho fundamental antes mencionado.
POR TANTO;
RUEGO A US. Ilustrísima tener por interpuesta acción constitucional de amparo en favor de don
Fabián Hurtado Angulo en contra del señor Intendente Regional de Arica y Parinacota don Roberto
Erpel Seguel, por haber decretado la expulsión del país del amparado de manera ilegal y arbitraria
mediante la resolución exenta N°2855/2687. Al objeto de que SS. Ilustrísima, conociendo de la
presente acción constitucional, la acoja en todas sus partes, declarando, en consecuencia, que el
acto administrativo antes indicado es ilegal y arbitrario, dejándolo sin efecto (y todos los actos
que son consecuencia de éste), y disponiendo la regularización de su situación migratoria, de
conformidad a la normativa vigente tomando en consideración los argumentos de hecho y derecho
expuestos.
PRIMER OTROSÍ: Con la finalidad de fundar mi solicitud acompaño los siguientes documentos:
1. Resolución exenta N°2855/2687 dictada por la Intendencia de Arica y Parinacota de
fecha 13 de mayo de 2019.
2. Acta de notificación (del 11 de febrero de 2021) de la resolución n°2855/2687.

SEGUNDO OTROSÍ: A US Iltma, respetuosamente solicito que al tenor de esta presentación se pida
informe al recurrido.
TERCER OTROSI: Ruego a S.S. Iltma. Disponer una orden de no innovar en términos amplios de la
resolución exenta N°2855/2687, que ordena la expulsión del amparado. A fin de asegurar la debida
ejecución de la resolución que SS. Ilustrísima adopte en virtud del presente recurso o, lo que es lo
mismo, para que no se haga ilusoria la providencia que SS., disponga para restablecer el imperio del
derecho en caso de que se acoja la presente acción constitucional, y de esta manera se produzca una
tan improcedente como irreversible afectación del derecho a la libertad personal del amparado.
Comunicándolo de inmediato a la Jefatura Nacional de Extranjería y Policía Internacional de la Policía
de Investigaciones de Chile.
CUARTO OTROSÍ: A SS. Ilustrísima respetuosamente digo que en mi calidad de abogado de la
Defensoría Penal Pública patrocinaré personalmente el presente recurso de amparo.

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