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como un medio hacia
el conocimiento1
Introducción
Desde la prehistoria el reino vegetal
coexistió desempeñando procesos biológi-
cos en función del desarrollo de unidades
tan complejas como lo son las formas de
vida, tanto del reino animal como del ser
humano. El hombre a través del amplio
conocimiento2 de su entorno que fue ad-
quiriendo, lo llevó a formar una noción del
acontecer de su mundo, dependiendo del
medio en el que se desenvolvía, es decir,
la adaptación como condición para la so-
brevivencia. Desde esos tiempos inmemo-
rables, la relación del hombre con las plan-
tas se fue estableciendo escrupulosamente
hasta formar una vasta variedad de espe-
cies de su selección. La experimentación
de la extensa diversidad de géneros vege-
tales conllevó a la especificidad del uso circunstancias en el que las culturas preco-
cotidiano y no ordinario; desde el maíz, lombinas se mostraron retrospectivamente
el frijol, el maguey, el cacao, el tabaco, la en el contexto rotundo en el que desarro-
cocolmeca, el estafiate, el toronjil, el tejo- llaron estas prácticas enteogénicas, porque
cote, el tlachichinole, etc. hasta las plantas el uso de plantas con fines enteogénicos,
que se consideraban sagradas como el to- en su trasfondo, personifica la particulari-
loache, el peyote, el teonanácatl, el ololiu- dad eminente de dirigir los aspectos esen-
qui, el pipiltzintzintli o ska pastora, entre ciales de la vida social y religiosa de las
otras. Cada especie de planta era empleada antiquísimas civilizaciones indígenas.
de acuerdo a las necesidades que se pre- Existen diversos términos para desig-
sentaban tanto en el uso ritual, como en la nar la experiencia extática que provocan
práctica culinaria. las sustancias producidas por las plantas
Mi objetivo es presentar el profun- consideradas sagradas, tales como: alu-
do contenido significativo del uso ritual cinógeno, psicodélico, psicodisléptico,
de ciertas plantas consideradas sagradas estupefaciente, conciencia alterada, visio-
con fines enteogénicos, en el contexto nario; pero en esta ocasión emplearé el tér-
de las remotas civilizaciones precolom- mino enteógeno. Tal término se desvincula
binas (que incluso ha perdurado hasta la de los otros por no ser tan precisos dentro
actualidad), ya que “son o han sido muy del contexto en el que fueron empleadas
importantes en la vida cultural y religio- estas plantas, particularmente, con esos
sa de muchos grupos étnicos y sociedades fines. El objetivo de introducir en 1979
tribales”.3 Pretendo examinar los aspectos este término fue para delimitar la connota-
relevantes en consideración del uso de los ción específica del estado de éxtasis que se
enteógenos como el medio que establece produce. Etimológicamente la palabra en-
una relación con estas sociedades tribales teógeno significa “devenir divino de aden-
que le otorgaron a ciertas plantas una re- tro”, las dos palabras que la conforman en
presentación mental simbólica, como ele- una misma son: éntheos cuya connotación
mento fundamental. A través de ello se fue es (Dios dentro de) y génos que significa
constituyendo la concepción colectiva en (origen o devenir). Es más conveniente re-
las diversas maneras de ver e interpretar su lacionarse con esta palabra para tener un
mundo. Pese a la falta de atención acerca mejor entendimiento de los actos rituales
de estos temas, considero que es relevan- sagrados que se concebían con estas plan-
te estudiar el conjunto de características y tas, que hace referencia a la posibilidad de
ser poseído por la divinidad. La estructura
del escrito presenta cuatro temas y la con-
3 Hofmann, Albert y Evans Schultes, Richard, Plantas de los
Dioses, México, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 4. clusión: el primer tema está dedicado a los
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fines enteogénicos con algunas especies vina entrando en un estado de trance que
de plantas y se hace referencia a la con- modificó el discernimiento de los princi-
cepción particular que se generaba a través pios ideológicos de una forma de vida, con
del uso significativo de los mismos alrede- una relación engendrada hacia la naturale-
dor del mundo. El segundo tema muestra za propia de un “Dios”, aunque sólo fue
un mayor énfasis al uso enteogénico con perceptible por medio de la introspección,
plantas consideradas sagradas en las civi- esta visión fue conducida por un cambio
lizaciones precolombinas. En el tercero, se trascendental. El conocimiento intrínseco
toma en cuenta la evidencia recabada del que abunda en nuestras mentes propicia
uso enteogénico con las plantas, en tiem- una noción de la generalidad del sentir del
pos precolombinos y posteriores a la con- hombre, en este caso, la inmediación extá-
quista. El cuarto tema presenta la transmi- tica con sus diversas representaciones en
sión del conocimiento y la supervivencia la vida cultural.
hasta la actualidad del uso de las plantas Alrededor del mundo se desplegaron
con fines enteogénicos y su profunda sig- substanciales creencias religiosas, que
nificación esotérica. llevó a crear sistemas cosmogónicos tan
complejos y algunas de ellas aluden a la
Fines enteogénicos alrededor del orbe experimentación con enteógenos. “Méxi-
co representa la zona más rica del mundo
El uso de diversas plantas con fines enteó- tanto en la diversidad de sus alucinógenos
genicos propiciaron al hombre una parte como en el uso que de ellos han hecho los
esencial para la conformación de un com- grupos indígenas”,5 este uso tradicional e
plejo sustrato cultural y, desde luego, reli- innegable “determinan de manera funda-
gioso; provocando la apertura a una con- mental todos los aspectos de la vida de
cepción transpersonal, dentro de la con- sus pueblos nativos”.6 No sólo las culturas
ciencia individual. El hábito tradicional precolombinas usaban algún medio para la
del uso de elementos que alteren la mente aproximación extática con sus dioses, sino
“se remota a la prehistoria, de tal manera que a lo largo del mundo diversas culturas
que se ha postulado que la idea misma de aborígenes dispusieron de una gran mul-
la divinidad surgió como resultado de los tiplicidad de plantas con fines enteogéni-
sobrenaturales efectos de estos agentes”.4 cos, curativos, filosóficos, etcétera. En la
Fue entonces cuando estas civilizaciones India, la amanita muscaria figuraba como
antiguas se valieron de la concepción di-
5 Ibidem, p. 27.
4 Ibidem, p. 14. 6 Ibidem, p.26.
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un dios por sí mismo. También la datura en gran medida por estados de conciencia
es bien conocida, llagando a estar asociada alterada, son realidades en tanto que son
con su dios Shiva. En Europa el beleño y expresiones y re-presentaciones, que exis-
la belladona son unas de las plantas con ten en esa especie de segunda naturaleza
usos enteogénicos más importantes, aun- humana que es la cultura.8
que en tiempos posteriores a la antigüedad
la belladona se relacionó particularmente Los enteógenos en tiempos precolombinos
a la brujería. En África el enteógeno más
característico es la iboga. El culto del uso Como ya se ha mencionado, el uso ritual
de la Duboisia o conocido como pituri con diversas plantas con fines enteogéni-
en ciertos países de Oceanía, procede a cos fue la base para el desarrollo de com-
épocas tan remotas “como la de los abo- plejas afirmaciones escatológicas dentro
rígenes australianos”.7 No resulta absurdo de los dogmas religiosos de estas civiliza-
que, específicamente estos tipos de plantas ciones. Algunos de los enteógenos más co-
hayan tenido un lugar considerable en los munes que empleaban las culturas preco-
actos religiosos de remotas civilizaciones lombinas fueron: el peyote, el ololiuqui, el
a lo extenso del orbe y que, se les figurase teonanácatl, el toloache, el pipiltzintzintli,
como elementos significativos, que impli- el piule, el cacahuaxóchitl, el sinicuichi,
caron los fundamentos de formas de pen- el hongo de San Isidro, el quetzalaxochiá-
sar y originaron los principios de distin- catl, el yautli, entre otras. Estas tendencias
guidas sociedades tribales caracterizadas tradicionales establecidas por un largo uso
más tarde por su cultura. iterativo, introdujeron formas de percibir y
En este sentido, las creencias y las explicar su mundo de un modo muy pecu-
experiencias mágicas y místicas de estas liar, pues en el pensamiento de estas civi-
civilizaciones, no tienen una mera existen- lizaciones “detrás del mundo visible y tan-
cia imaginaria, puramente subjetiva y ce- gible, hay todo un universo de energías y
rebral. Ellas en verdad cobran ser tanto en poderes sobrenaturales que determinan los
el mundo viviente de las personas y las so- cauces del acontecer”.9 Estas experiencias
ciedades, traduciéndose en formas de vida,
en hechos de comunicación, de comuni-
dad, y de comunión con la naturaleza visi-
ble y la invisible o intuible. Pero, al mismo 8 González, Juliana, “Prólogo” en De la Garza Mercedes
tiempo, creencias y experiencias, nacidas en Sueño y éxtasis: visión chamánica de los nahuas y los
mayas, Fondo de Cultura Económica, 2012, p. 12.
9 De la Garza, Mercedes, Sueño y éxtasis: visión chamánica
de los nahuas y los mayas, México, Fondo de Cultura
Económica, 2012, p. 272.
7 Ibidem, p. 182.
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sobrenaturales “son interpretadas, del mis- Evidencia directa e indirecta del uso de
mo modo que el sueño, como aperturas o los enteógenos
transposición de umbrales para que el es-
píritu incursione en terrenos sagrados”.10 El uso antiguo de plantas sagradas con fi-
En esos tiempos tan remotos, el uso nes enteogénicos se confirma en las mani-
de las plantas sagradas estaba a cargo de festaciones artísticas que obraron diversas
individuos especializados que controla- culturas en distintos ámbitos. Tales como
ban dichas prácticas esotéricas como los en la singularidad de su manera en hacer
sacerdotes, los curanderos y los adivinos. la poesía, que refleja la expresión del
En la sociedad maya los profetas eran “ser y pensar”13 del hombre precolombi-
personas honorables y pertenecían a una no, “ya que la expresión poética es algo
clase especial del sacerdocio conocida que compromete de manera particular el
como chilam balam o “profetas jagua- alma colectiva de un pueblo”.14 También
res»”. Estos individuos actuaban como ca- se muestra en distinguidas obras escultó-
nalizadores de los mensajes enviados por ricas, pictóricas, en los códices y en los
los dioses, y todos los mensajes que reci- relatos de los cronistas del siglo XVI. Una
bían mientras estaban en estado de trance evidencia del uso de enteógenos se presen-
se registraban en libros.11 ta en la poesía náhuatl, un poema que lleva
Esta práctica con enteógenos se utili- por título “Flores de tiempo de lluvia”:
zaba como un medio tanto para la adivina-
Deleitaos
ción, como en ceremonias rituales, y otros
con fines curativos. Creían que los efec- con las embriagadoras flores
tos de esas plantas correspondían a que en que están en nuestras manos.
ellas habitaban representaciones divinas ¡Vengan a ponerse en los cuellos
collares de flores:
que pasaban a constituir parte del indivi- nuestras flores de tiempo de lluvia:
duo que los consumía, proporcionándoles estén frescas, abran sus capullos!
una visión distinta de su realidad que “pro- Allí anda el ave: parlotea, trina:
ponen otra realidad”.12 viene a conocer la casa de Dios,
Sólo con nuestras flores démonos placer;
sólo con nuestros cantos vaya desapareciendo
10 Ibidem., p. 274.
11 Benedict, Gerald, Las profecías mayas 2012: el mensaje y
13 Leander, Birgitta, In xochitl in cuicatl: flor y canto, la
la visión del mundo, Barcelona, BLUME, 2010, p. 28.
poesía de los aztecas, México, Dirección General de
12 Castaneda, Carlos, Las enseñanzas de don Juan: una
Publicaciones del Consejo Nacional para la Cultura y
forma yaqui de conocimiento, México, Fondo de Cultura
las Artes, 1991, p. 3.
Económica, 1992, p. 18.
14 Idem.
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de las plantas con fines enteogénicos. “Du- Dice don Juan que “un aliado es la ayuda
rante el periodo colonial los alucinógenos indispensable para saber”.24 Y que, “para
llegan a nivel popular y pierden la mayor convertirse en hombre de conocimiento
parte de su significación esotérica, no con- había que encontrarse con el aliado tantas
servan a veces sino el nombre y ocasional- veces como fuera posible; había que fami-
mente sus modos de empleo”.22 En algunos liarizarse con él”.25 En la actualidad diver-
casos, se modificó radicalmente el uso de sos grupos de individuos aún conservan
las plantas con fines enteogénicos y, algu- algunas de estas tradiciones. Los huicholes
nas plantas provenientes de otras partes del cada año hacen una peregrinación en busca
mundo fueron sustituidas por las que gene- del hikuri o peyote hacia Wirikuta (un lu-
ralmente empleaban los indígenas. gar sagrado que pertenece al estado de San
En las sociedades aborígenes preco- Luis Potosí). El acto ritual es la recolección
lombinas, el uso de las plantas con fines del hikuri, el cual llevarán de regreso a sus
enteogénicos se ha representado como un comunidades para sus ceremonias, que es
medio hacia el conocimiento. Tal conoci- parte esencial del significativo principio de
miento procede del estado en el que se en- veneración. Los mazatecos aún continúan
tra al estar bajo el efecto de las plantas que con sus ritos chamánicos conservando el
fueron empleadas, existen diversos textos uso de ciertas plantas con fines enteogéni-
contemporáneos que tratan de explicar la cos como el pipiltzintzintli o salvia divino-
adquisición de tal conocimiento. En el li- rum y los hongos originarios del lugar. Los
bro Las enseñanzas de don Juan, de Car- tarahumaras también persiguen las tradicio-
los Castaneda, nos dice que: nes que desde tiempos tan antiguos se esta-
blecían con algunas de las plantas sagradas.
En el contexto específico de sus enseñanzas, don Ellos se refieren al peyote como “una planta
Juan relacionaba el uso de la Datura innoxia y la
Psilocybe mexicana con la adquisición de poder, considerada sagrada por muchos motivos.
un poder que él llamaba aliado. Relacionaba Primero, por su cercanía con Dios mismo,
el uso de la Lophophora williamsii con la de quien la creen humano; también, porque
adquisición de la sabiduría, o conocimiento de está dotada de alma y de voz: por ello canta,
la buena manera de vivir.23
habla, informa, se comunica o se agravia”.26