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Lengua y Literatura – DBH3

1ª Evaluación. Ejercicios de reconocimiento de medida de versos, rima y reconocimiento de estrofas.

- Anota medida y rima de cada verso. Señala las licencias métricas. Escribe el nombre de la estrofa.

Alegre estoy, vive Dios Amor, en fin, que todo diga y cante,

mas oye un punto sutil: amor que cante y deje sorprendida

¿no pusiste allí un candil? a la serpiente de ojos de diamante

¿Cómo me parecen dos? que está enroscada al árbol de la vida.

Cercado un francés quedó; Alguna vez me angustia una certeza,

pero escapando ligero y ante mí se estremece mi futuro.

el caballo al caballero Acechándole está de pronto un muro

de los prusianos salvó. Del arrabal final en que tropieza

De éstos el corcel huyó

con tanto ardor y constancia Si de mi baja lira

que el francés con arrogancia tanto pudiese el son, que en un momento

después que pasó el rastrillo, aplacase la ira

desde su propio castillo, del animoso viento,

libre gritó: “¡Viva Francia!” y la furia del mar en movimiento.

Apenas, Fabio, lo que dices creo,

y leyendo tu carta cada día Luz del alma, luz divina,

más me confunde cuanto más la leo. faro, antorcha, estrella, sol…

¿Piensas que esto que llaman poesía, Un hombre a tientas camina;

cuyos primores se encarecen tanto, lleva a la espalda un farol.

es cosa de juguete o fruslería?

Recuerde el alma dormida,

avive el seso y despierte, Bárbaro eres y atrevido:

contemplando cumplió su palabra el cielo;

cómo se pasa la vida, y así, para él mismo apelo,

cómo se viene la muerte soberbio y desvanecido.

tan callando,

¡Quién hubiese tal ventura


sobre las aguas del mar,

como hubo el conde Arnaldos

la mañana de San Juan!

Con un falcón en la mano

la caza iba a cazar,


Mientras por competir con tu cabello,  vio venir una galera
oro bruñido al sol relumbra en vano; 
mientras con menosprecio en medio el llano  que a tierra quiere llegar.
mira tu blanca frente el lilio bello; 
 mientras a cada labio, por cogello.  Las velas traía de seda,
siguen más ojos que al clavel temprano; 
y mientras triunfa con desdén lozano  la jarcia de oro torzal,
del luciente cristal tu gentil cuello: 
marinero que la manda
goza cuello, cabello, labio y frente, 
antes que lo que fue en tu edad dorada 
diciendo viene un cantar
oro, lilio, clavel, cristal luciente, 
 no sólo en plata o vïola troncada  que la mar facía en calma,
se vuelva, mas tú y ello juntamente 
en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en los vientos hace amainar,
nada.
los peces que andan al hondo

arriba los hace andar,

Las aves que andan volando

al mástil vienen posar.

Allí fabló el conde Arnaldos,

bien oiréis lo que dirá:

-Por tu vida, el marinero,

dígasme ora ese cantar.

Respondióle el marinero,

Tal respuesta le fue a dar:

-Yo no digo esta canción

sino a quien conmigo va.

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