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Primer Parcial

Estilística y Análisis de Textos I

Ce.R.P del Norte

1ro Idioma Español

13 de agosto de 2021

Índice

Estilo y Estilística…………………………………………………………….…..... 3

Bally, Charles…………………………………………………………………........ 5

Croce, Benedetto y Vossler, Karl…………………………………………….……. 7

Spitzer, Leo………………………………………………………………………. 11

La Escuela Española……………………………………………………………… 13
Guiraud, Pierre………………………………………………………………….... 16

Rifaterre, Michael……………………………………………………………….... 18

Martinet, André………………………………………………………………….... 22

Levin, Samuel…………………………………………………………………….. 23

Barthes, Roland…………………………………………………………………….25

Van Dijk, Teun……………………………………………………………………. 27

Bibliografía……………………………………………………………………….. 29
Estilo y Estilística
Deberá diferenciar por lo menos tres definiciones de estilo y precisar el marco teórico a
que corresponden.
Estilo era el punzón, agudo por un extremo y plano por el otro, con el cual los antiguos
escribían en tablillas recubiertas de lino y enceradas. Con el tiempo, el término pasó a
denominar ciertas condiciones de lo escrito.
En la actualidad, la palabra estilo puede ser utilizada en diversos ámbitos, por ejemplo
socialmente significa uso, práctica, costumbre y/o moda. Por otra parte, en el ámbito de la
Lingüística, según la RAE el término estilo hace referencia a la manera de escribir o de hablar
peculiar de un escritor o de un orador.
En la antigüedad clásica, el estilo se consideraba como un conjunto de rasgos o
caracteres que constituye una categoría permanente e inamovible en la expresión literaria.
Durante la Edad Media, designaba un grupo de tipos fijos de figuras literarias. A partir del
siglo XVIII el término empezó a confundirse con forma y pasó a significar lo característico e
individual de un habla particular.
Diversos lingüistas, pensadores y escritores de todas las épocas han expresado sus
conceptos sobre el estilo, y en esta oportunidad se van a exponer tres de ellos. Las definiciones
elegidas pertenecen a distintos momentos y corrientes.
Gustave Flaubert (1821 - 1880) fue un escritor francés que puso el estilo en el centro de
la discusión literaria desde mediados del siglo XIX. Flaubert manifiesta que el estilo es la
particular manera que tiene el escritor de ver las cosas. El estilo se encuentra tanto debajo de
las palabras como en las palabras; para este escritor el estilo es tanto el alma como la carne de
toda obra.

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Damaso Alonso (1898 - 1990), escritor y filólogo español, sostiene que el estilo es lo
peculiar, lo diferencial de un habla. Para este escritor e investigador, el estilo es todo lo que
individualiza a un ente literario: a una obra, a una época, a una literatura. El estilo es el único
objeto de la investigación científica de lo literario. Es importante destacar que sus aportes se
configuraron principalmente bajo la influencia de la corriente idealista (considera la literatura
como expresión de la individualidad del autor), y que Alonso consideraba que la estilística no
debe ser una estilística de la lengua sino una estilística del habla.
James Peter Thorne (1965), perteneciente a la corriente generativista de Chomsky,
entiende el estilo como dialecto. Thorne afirma que el estilo es, en cierta medida, un dialecto o
lengua diferente, y que, cuando en un texto se encuentran frases que se resistan a una
descripción a partir de la gramática de la lengua común, hay que considerar que estas frases
pertenecen a un dialecto diferente, que ha de contar con su propia gramática.

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Bally, Charles
¿Qué estudia la estilística según este autor?
Charles Bally (1865 - 1947) fue un lingüista suizo, discípulo y transmisor de las
enseñanzas de Ferdinand de Saussure.
Según Bally, la Estilística es el estudio de la forma en que el lenguaje expresa la parte
afectiva o sentimental del pensamiento. En otras palabras, la tarea de la Estilística radica en
investigar cuáles son las modalidades expresivas, que en un periodo determinado, sirven para
manifestar los pensamientos y sentimientos de los sujetos hablantes. De esta manera, la
estilística se considera como una descripción sincrónica de los procedimientos de los que
dispone todo hablante para expresar sus afectos. De manera muy general, para Bally, la
estilística se ocupa de todo aquello de lo que no se puede ocupar la gramática.
Bally diferencia tres estilísticas, una general, una colectiva o idiomática y por último
una individual. La estilística general busca determinar las leyes generales que gobiernan la
expresión del pensamiento en el lenguaje. No obstante, hasta que no se estudien todas las
lenguas del pasado y del presente, la estilística general se plantea como una disciplina
imposible. La estilística colectiva es la que aborda Bally, esta atiende a los hechos de expresión
de un idioma particular, analizados en un momento preciso y revelados en la lengua hablada
como manifestación de la colectividad. Por su parte, la estilística individual queda excluida de
su objeto de estudio.
Contrario a otras escuelas o corrientes, Bally sostiene que el estilo no es el objeto de
estudio de la Estilística porque el estilo es la forma individual de expresión de cada escritor, y
esto solo puede ser objeto de estudio de la Crítica Literaria, pero no de la estilística. Bally
concibe la Estilística únicamente en relación a la comunicación espontánea.

¿Por qué su estilística es “estilística de la lengua”?


En primer lugar es importante puntualizar en el hecho de que Bally no se interesa por el
valor individual del lenguaje, sino por las estructuras lingüísticas en sí mismas y sus valores
expresivos en general. De esta forma, niega la posibilidad de un estudio estilístico de la lengua
literaria, que es producto totalmente individual. Para este autor, se debe elaborar una estilística
de la lengua y no una estilística del habla (que es individual).
Su estilística no está basada en la interpretación literaria, sino en la lingüística; es decir,
es una estilística colectiva, propia de una comunidad que comparte la misma lengua, y no una

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estilística individual de uno de sus integrantes cuando desea hacer algo creativo con ella. Para
Bally, hay una “forma de ser” de la lengua que se encuentra más allá del uso que hace de ella
cada individuo y de sus elecciones afectivas.
Su trabajo se centra en la descripción de la lengua común y no de la literaria, de
aquellos elementos electivos “normales”. Estas elecciones le sirven al hablante para asimilarse
a los otros hablantes, para integrarse en la comunidad a la que pertenece. Esto difiere de la
estilística literaria, que para Bally tiene un carácter sistemático y es el conjunto de los
diferentes estilos. Por esta razón, excluye de la estilística el estudio del lenguaje literario
porque es fruto de una intención individual y subjetiva. En resumen, los fines de la estilística
literaria son estéticos e individuales, mientras que los fines de la estilística de la lengua son
expresivos y sociales. Solo en la lengua “normal” puede percibirse la dimensión afectiva del
lenguaje.

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Croce, Benedetto y Vossler, Karl
¿Qué influencia tuvo el pensamiento estético de Croce en algunos teóricos de la
Estilística?
Benedetto Croce (1866 - 1952) fue un escritor, filósofo, historiador y político italiano.
Pertenece a la corriente idealista, la cual considera que cualquier manifestación lingüística
individual, por ser creadora, es estética. De ahí su asimilación entre lingüística y estética.
Posteriormente, la corriente idealista aborda las relaciones entre la literatura y el mundo
exterior a partir de la idea de Croce, según la cual el arte es una idealización de la naturaleza o
una imitación idealizada de la naturaleza, pero nunca una imitación fiel. Croce toma la
hipótesis de que el arte es una imitación de la naturaleza y explica por qué no está de acuerdo
con ella. Disiente cuando se considera a la imitación como una reproducción mecánica y
propone entender la imitación no como copia fiel y mecánica sino como idealización y
representación intuitiva de aquello que nos rodea. Esta postura de Croce, tuvo una significativa
influencia en la corriente idealista y sus posteriores teóricos.
La idea de Croce de la igualdad entre percepción, intuición y expresión, está presente
en importantes filólogos, como Damaso Alonso. Justamente la estilística de Dámaso Alonso se
basa en la idea de que sólo es posible un conocimiento intuitivo de la obra de arte.
Croce define el arte como intuición - expresión y lo identifica con el lenguaje, también
éste es expresión, creación fantástica e individual. Croce identifica además la estética y la
lingüística, puesto que las expresiones del lenguaje no pueden ser interpretadas, apreciadas y
juzgadas sino como expresiones de poesía. Por lo tanto, si poesía y lenguaje no son dos sino
una sola cosa, el estudio de la poesía no puede hacerse prescindiendo del lenguaje del poeta.
Estas ideas de Croce determinan la concepción lingüística y estilística de Karl Vossler,
expuesta tanto en sus primeros trabajos (1904) como en sus obras posteriores (1925). Ambos
coinciden que no es la lengua como producto creado lo que les interesa, sino como energía,
como creación. Se dejan fuera las conceptualizaciones, para atender a los planteamientos
individuales expresivos.
También Vossler, en la línea de Croce, sostiene que la historia de la literatura y la de la
lengua son idénticas, porque el lenguaje, en cuanto actividad productiva, es arte y el hablar es
creativo.
Por otra parte, Leo Spitzer en “Lingüística e historia literaria” (1948) defiende la
importancia de la estilística, y, siguiendo la asimilación que estableció Croce entre lenguaje y

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estética, Spitzer afirma que el lenguaje literario, al ser el más creativo, sería el más
representativo del espíritu de una época. La literatura es, ante todo, creación en el lenguaje, y

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la

por eso todo aspecto creativo del lenguaje, toda innovación, viene a confundirse con litera tura,
con el arte literario.
En resumen, si una obra estética es resultado de una impresión o intuición, lo que debe
hacer el crítico es intentar reproducir esa o intuición sobre la que se ha generado la obra de
arte. Éste es el principal legado de Croce a la crítica literaria, una teoría que los idealistas
alemanes desarrollaron con todas sus consecuencias. Sin Croce, entonces, no pueden
entenderse las líneas maestras de esta escuela alemana, cuyos principales representantes son
Karl Vossler y, sobre todo, Leo Spitzer.

¿Por qué esta influencia implica una línea de estudio diferente a la de Bally?
La principal diferencia entre Bally y Croce es que los aportes de Bally han permitido
hablar de una “estilística de la expresión”, es decir, una estilística descriptiva, con la pretensión
de valorar el estilo como plano del pensamiento colectivo; y los fundamentos de Croce hacen
referencia a una “estilística del individuo”, de orientación genética y que concibe el estilo
como plasmación del pensamiento del individuo.
Concretamente, Bally desarrolló una estilística de la lengua preocupándose por definir
las conexiones entre las formas de expresión y el pensamiento, así como la determinación que
viene impuesta sobre ciertas formas de expresión debido a un sistema lingüístico y el grupo
que lo usa. Como se mencionó anteriormente, para Bally la estilística es una descripción
sincrónica de los procedimientos de los que dispone todo hablante para expresar sus afectos.
Desde otra perspectiva, Benedetto Croce considera el lenguaje como como acto
espiritual y creador, como un acto individual e irrepetible. Esto trae como consecuencia que
estilística y lingüística coinciden, dado que las expresiones del lenguaje han de ser
interpretadas como expresiones de la poesía. Croce no cree que pueda llegarse a identificar una
realidad social y comunitaria llamada lengua; buscar la lengua modelo equivale a buscar la
inmovilidad del movimiento.
Estas ideas de Croce no coinciden con las de Bally, que como se expuso anteriormente
Bally no se interesa por el valor individual del lenguaje, y niega la posibilidad de un estudio
estilístico de la lengua literaria, que es producto totalmente individual.
Nadie antes que Croce había presentado el lenguaje apartándose de intelectualismos
que le permitían concebirlo como expresión de la fantasía.
¿Qué importancia tuvo Vossler en los estudios de estilística literaria?

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Karl Vossler (1872 - 1949) fue un filólogo alemán y profesor de Filología Románica en
importantes universidades alemanas. De Vossler, derivan discípulos como Spitzer, Hatzfeld y
Amado Alonso. Vossler estudia el arte del lenguaje, es decir, la literatura.
Su aportación a la Estilística se desarrolló en dos direcciones: en el estudio de la lengua
corriente (o lengua, como la llama Saussure) y en el estudio de la lengua creadora de la poesía
(o habla). La escuela de Vossler reconoce que la estilística, como ciencia de los estilos
literarios, tiene como base a esa otra estilística que estudia el lado afectivo, activo, imaginativo
y valorativo de las formas de hablar fijadas en el idioma.
Por otra parte, Vossler enuncia que la estilística precede a la gramática, dado que la
propia esencia del lenguaje creativo nace de la expresión individual; después añade la
aceptación social y las normas y conocimientos prácticos que la regulan. Para Vossler, el valor
literario de la lengua consiste en una desviación de la norma con un objetivo puramente
estético. Según esto, Vossler señala que una única disciplina debería agrupar, sumándolos, los
respectivos estudios de las lenguas y las literaturas. Así, dejó consolidados los cimientos de
una nueva disciplina crítica, la estilística literaria.
A diferencia de Spitzer, que elige como objeto de estudio un texto determinado, Vossler
prefiere el estudio de un autor considerado en el conjunto de su personalidad creadora o época
literaria, con sus múltiples aspectos y problemas. En su orientación lingüístico-estética presta
atención a la atmósfera de la época en la que el autor crea.

Vossler - su concepción del lenguaje.


Vossler acepta las tesis de Croce sobre la naturaleza profunda de la poesía y concibe el
lenguaje como actividad puramente teórica, intuitiva e individual; en consecuencia, arte. En
otras palabras, todo individuo que expresa una impresión espiritual, crea intuiciones, produce
formas de lenguaje. Según Vossler el lenguaje es el primer acto de libertad y de emancipación
intelectual, la primera garantía de cultura y por ello insiste en que la lengua literaria y en
especial la poesía son el objeto fundamental de la lingüística.
El lenguaje es definido así como energía, actividad espiritual y creadora, intuición y
expresión del espíritu, y no un organismo independiente, un organismo natural sometido a las
leyes inmutables y cuya esencia se impone de un modo determinista al individuo, como
sostenían los filólogos positivistas.

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la

Vossler reconoce también el valor del lenguaje como instrumento de interacción verbal,
aunque lo que se desarrolla en este caso ya no es arte, es técnica. Por lo tanto, la identificación
global establecida por Croce entre arte y lenguaje sufre una modificación importante en teoría
de Vossler, ya que según este, solo una parte del lenguaje se identifica con el arte. Es decir,
para Vossler, solo la parte más importante del lenguaje es arte.
En “Positivismo e idealismo en la lingüística'' (1904) y “El lenguaje como creación y
evolución” (1905), Vossler acepta las teorías de Croce respecto al lenguaje mencionadas
anteriormente. Para Vossler, igual que para Croce, el lenguaje es ante todo un acto de creación
individual, por lo que se asimila con la estética. Pero Vossler no elimina el aspecto social en su
concepción del lenguaje.

Vossler - su concepción de estilística.


Para Vossler, la estilística representa el fundamento de toda lingüística, puesto que el
lenguaje es primordialmente poesía; y constituye igualmente el fundamento de los estudios
literarios, de la crítica estético-literaria, ya que la poesía es esencialmente lenguaje.
Según este lingüista alemán, la estilística estudia el lenguaje como principal medio para
la comprensión de un autor. Centra sus estudios en la estilística del habla.
Vossler, como uno de los principales representantes de la escuela idealista alemana,
considera que el lenguaje es siempre creación individual, de manera que el estilo es todo lo
creativo del lenguaje.

Spitzer, Leo
Caracterice y ubique los trabajos de Spitzer.
Leo Spitzer (1887- 1960) fue un lingüista y crítico literario austriaco. Tuvo una
educación positivista y se unió a la corriente idealista de Croce y Vossler. Fue uno de los
principales representantes de la corriente idealista y la estilística.
Entre sus diversos trabajos, hay varias páginas dedicadas al estudio de la literatura
española de todos los tiempos, como al Cantar de mio Cid, la Razón de Amor, Fray Luis de
León o Quevedo; no obstante, en su primera etapa atendió a la literatura francesa, como en su
ensayo publicado en 1910. Spizer publicó una gran cantidad de libros y artículos en diversas
lenguas. A continuación se van a destacar los más significativos.

➔ 1910 - Ensayo “La formación de las palabras como medio estilístico”. Argumenta la

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importancia del momento creativo del lenguaje.

➔ 1918 - Ensayos sobre sintaxis y estilo romántico.

➔ 1928 - Estudios de estilística (“Stilstudien”).

➔ 1930 - “Arte de la palabra y lingüística”, hace un repaso sobre sus trabajos; describe su

propio camino, que es el del lingüista que persigue el aspecto individual, creador, poético de la

lengua, en el momento estilístico.

➔ 1931 - “Estudios de literatura y estilo románico”.

➔ 1932 - “Introducción a la estilística romance”, con Karl Vossler y Helmut Hatfeld.

➔ 1955 - “Lingüística e Historia Literaria” una recopilación formada por varios de sus

estudios y ensayos.

¿Cómo define el estilo?


En primer lugar, es relevante aclarar que Spitzer pertenece a la escuela idealista
alemana, que considera que el lenguaje es siempre creación individual, por lo tanto el estilo es
todo lo creativo del lenguaje. Spitzer sitúa a la estilística entre la lingüística y la historia de la
literatura, y aplica el concepto de estilística preferentemente a la lengua literaria.
Considera que los rasgos característicos del estilo de un autor se relacionan con centros
afectivos de su alma, con sus ideas o sentimientos predominantes. En la desviación estilística,
respecto a la norma común, se encuentra el estilo, que constituye en suma los rasgos de
personalidad, y en consecuencia su objeto de estudio. Como lingüista, Spitzer intenta
establecer el estilo lingüístico de un escritor valiéndose tan solo de la lectura de su obra, y las
leyes del estilo las busca solamente en el escritor mismo. La lectura, una honda lectura, es, por
así decirlo, su único instrumento de trabajo.

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la

La Escuela Española
¿Cuáles son los principales aportes de Amado Alonso?
Amado Alonso (1896 - 1952) fue un crítico literario y lingüista español, perteneciente a
la Escuela Española de Filología (o lingüística). De su enorme cantidad de obras, se destacan
títulos como “Problemas de dialectología hispanoamericana (1930) y “Estudios lingüísticos”
(1951). También dedicó ensayos a grandes escritores, y su análisis de la poesía de Pablo
Neruda (1940) renovó los estudios de estilística.
Entre sus principales aportes se encuentra el hecho de que Alonso trata de establecer un
puente entre la estilística de la lengua de Bally y la estilística idealista. Cultivó ampliamente
tanto la lingüística como la crítica literaria. Adopta una posición moderada y afirma que la
estilística literaria no puede olvidar la estilística de la lengua.
De acuerdo con la crítica idealista, piensa que a toda particularidad estilística le
corresponde una peculiaridad psíquica, y define el estilo como uso especial del idioma que el
autor hace. Valora el aspecto constructivo de la obra artística y sus contenidos (temas,
pensamientos, intuiciones), pero lo esencial de la literatura se reserva para el goce estético.
Afirma que la estilística se ocupa (o se debe ocupar) del estudio de la obra de arte como
producto creado y como actividad creadora. Por esto, Amado Alonso está atento al análisis de
los elementos estructurales y formantes de la obra literaria, para, desde ahí, buscar el aspecto
poético, fin último de este estudio. Todos los análisis que realiza Amado Alonso, todas sus
propuestas están encaminadas hacia la obtención del goce estético; señala que si ante una obra
de arte no se produce una explosión de goce estético será que no se ha entendido bien la obra,
o, como otra posibilidad, que no fuera tal obra de arte plenamente.
La estilista necesita también estudiar los pensamientos e ideas, pero considerándolos
como expresión de un “pensamiento” más hondo, de naturaleza poética: una visión intuicional
del mundo que se concreta precisamente en esta obra estudiada.
Alonso propone el análisis de las obras literarias tomando como método la intuición del
lector, en la misma línea que Leo Spitzer y toda la estilística idealista, para llegar a la intuición
primera que le provocó al autor la realización y creación de la obra. Las palabras tienen un
significado directo y otro indicado, tienen unos contenidos directos y otros contenidos creados
por las sutiles y complicadas asociaciones que esta palabra guarda con otras. De esta manera

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las obras literarias crean una atmósfera (de sentimiento vivido o intuido, de emociones) donde
debe sumergirse el lector para entender y sentir la obra.

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¿Cuáles son los de Dámaso Alonso?
Dámaso Alonso (1898 - 1990) fue un escritor y filólogo español, director de la Real
Academia Española (1948), de la Revista de Filología Española y miembro de la Real
Academia de la Historia. Encontró en el ensayo el camino adecuado para publicar la mayor
parte de sus estudios sobre la literatura española.
Además de su reconocida producción poética, sus aportes se enfocan también en el
mundo académico, orientando su actividad a explorar e investigar la esencia poética de los
grandes clásicos. Para esto, Damaso Alonso contó con una sólida formación como lingüista y
filólogo que le permitió abordar con soltura y acierto, obras poéticas tan complejas y difíciles.
Alonso supo coordinar su formación de la Escuela Española con corrientes como la
idealista de Croce, el estructuralismo de Saussure o la estilística de Charles Bally, para dar
origen a la denominada “estilística española” y en cuya consolidación tuvo un papel muy
destacado el filólogo Amado Alonso.
Damaso Alonso publicó varios libros magistrales, el más trascendental de ellos es
“Poesía española: Ensayo de métodos y límites estilísticos” (1950), donde ofrece un método de
análisis del texto poético junto a varias puestas en práctica centradas en la lírica del Siglo de
Oro.
La estilística de Dámaso Alonso se basa en la idea de que sólo es posible un
conocimiento intuitivo de la obra de arte. Esta intuición puede ser del lector, que es una
intuición intrascendente que empieza y acaba en la delectación; del crítico, que puede
comunicar sus intuiciones y valorarlas; y del estilista.
Según Damaso Alonso, el objeto del estudio estilístico es encontrar las relaciones entre
el significado y el significante. La unión de los dos constituye la forma de la obra, que puede
abordarse desde el punto de vista del significado (forma interior) o del del significante (forma
exterior).
En relación específicamente a la estilística, sostiene que es la única vía de aproximación
a la ciencia literaria, y distingue la estilística lingüística (estudia el habla corriente) y la
estilística literaria (que estudia el habla literaria, en sus aspectos conceptuales, imaginativos y
afectivos). En otras palabras, la diferencia entre ambas es que en la lengua literaria se da un uso
privilegiado de todos los elementos significativos del lenguaje.
A diferencia de Bally considera que la estilística no debe ser una estilística de la lengua
sino una estilística del habla. Estilística para Damaso Alonso sería la ciencia del estilo. Estilo

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es lo peculiar, lo diferencial de un habla. Esta estilística no estudia sólo lo afectivo, como
quería Bally, sino, como ya se mencionó, el conjunto de aspectos del lenguaje: afectivos,
conceptuales e imaginativos.

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Guiraud, Pierre
Caracterice su método.
Del lingüista francés Pierre Guiraud debe destacarse su labor como estudioso de una
metodología donde sintetiza y orienta, en una nueva dirección con lo que tiene que ver con
planteamientos prácticos de análisis que surgen del conocimiento de la estilística descriptiva y
de estilística generativa.
Este autor es considerado dentro de la estilística estructural por el tratamiento que
concede al concepto de estructura, determinando que la obra completa de un autor constituye
un código que permite estudiar las estructuras particulares de cada una de esas obras.
Propone un modelo de análisis paradigmático, en la misma línea que luego adopta John M.
Cohen (1903–1989, reconocido traductor al inglés, de importantes obras literarias europeas);
referido a las estructuras de una lengua particular, y otro de análisis sintagmático, con el que
puede descender ya a la estructura interna del texto en sí.
Para Guiraud, los “campos semánticos” conforman cauces de conocimiento crítico,
puesto que revelan esa especificidad que define la esencia de la lengua poética que todo texto
encierra. Cada obra es considerada una lengua, dentro de ella, las palabras adquieren valores
propios que no son posibles de encontrar en otra obra.

Establezca sus fuentes.


A principios del siglo XX, la Estilística surge a partir del interés de la lingüística por la
psicología, representado fundamentalmente por la escuela idealista alemana y la saussureana.
La escuela saussureana estudia los hechos colectivos y se interesa por lo social, y la lengua, en
vez de lo individual y la palabra. Según la inspiración idealista o saussureana, Pierre Guiraud
(La estilística, 1955) distingue dos tipos fundamentales de estilística, la genética y la
descriptiva. El uso del término “estilística” está vinculado a algunas corrientes concretas de la
crítica literaria del siglo XX.
Por su parte, Pierre Guiraud publica (en 1955, La stylistique), una primera clasificación
en 4 tendencias:

● La estilística descriptiva o estilística de la expresión (con Charles Bally y la escuela


francesa saussureana), que atiende al hecho lingüístico considerado en sí mismo, con especial
atención a la lengua.

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● La estilística genética o estilística del individuo (con Karl Vossler, Leo Spitzer,
Dámaso Alonso, y la escuela idealista), que estudia la expresión en relación con los sujetos que
hablan.
● La estilística funcional, que parte de las funciones del lenguaje estudiadas por Roman
Jakobson.
● Y la estilística estructural (con Michel Riffaterre y Samuel R. Levin).

Años más tarde, Pierre Guiraud(Essais de stylistique, 1969) modifica esta clasificación
y habla de dos tipos de estilística:

● La estilística del habla o estilística textual, crítica estilística o explicación de los textos
(con Charles Bruneau, Marcel Cressot, Jules Marouzeau, Michel Riffaterre y Samuel R.
Levin)
● Y la estilística de la lengua en la que se pueden distinguir: la estilística descriptiva,
funcional y genética.

¿Qué influencia tuvo de Bachelard?


Pierre Guiraud, asume el riesgo de proponer una hipótesis, basándose en conocidos
autores, entre ellos Gaston Bachelard (1884-1962) de una simbólica universal, que incluye a
los ritos, los mitos, las artes y las literaturas; lo cual no implica una clasificación estrecha,
constante y alegórica de los significados.
Esta tesis de Guiraud sobre el símbolo, además de ser considerada poco coherente, no
es original, ya que la presenta a partir de investigaciones ya realizadas, donde, si bien hay
ciertas concordancias en el tema de la analogía simbólica, no es tan clara como requiere para
conocerla y comprenderla.
Y por último debemos resaltar que para Bachelard, la estilística, parte de los
significados para, a partir de ellos, descender a los significantes así y al estilo, tratando de
rehacer el camino que ha seguido el artista en el proceso de creación.

Riffaterre, Michael
Establezca las diferencias y relaciones entre lingüística y estilística.
En los escritos de Riffaterre, podemos deducir dos diferencias importantes entre el
objetivo de la lingüística y el de la estilística. La lingüística ve en el texto una posibilidad de
reconstruir un estado pasado de la lengua; la estilística por su parte intenta reconstruir el efecto

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producido por el estilo de un texto en la época en que se escribió y corregir, según esta
reconstrucción, las reacciones de los lectores modernos. Riffaterre plantea que la estilística
debe abarcar simultáneamente el cambio y la permanencia, combinando sincronía y diacronía y
basándose en la dicotomía entre codificador y descodificador.
Distinguiendo previamente cuáles son los rasgos estilísticos no pertinentes al análisis
lingüístico se evitará la confusión entre lenguaje y estilo, pero para hacer esta selección es
necesario tener criterios definidos que permitan delimitar los rasgos distintivos del estilo de los
procesos de comunicación en literatura, para distinguir con toda claridad criterios aplicables
sólo al estilo.
Si bien es cierto, dice Riffaterre, que la lingüística conduce a "algunos" a repensar el
objeto literario, no es menos cierto que ésta no es suficiente para describirlo, es decir, según el
criterio del autor, aunque las estructuras lingüísticas ayudan de alguna manera a una
aproximación al objeto literario no coinciden necesariamente con el hecho de estilo ni lo
determinan.
De esta manera Riffaterre propone constituir una nomenclatura bastante efectiva para
distinguir entre los hechos de estilo y los hechos de lengua, diferenciando claramente los unos
de los otros, superando con esto, varios anacronismos teóricos que hacían ambigua la
identificación de los hechos de estilo.

¿Cuáles fueron sus discrepancias con Spitzer?


Michael Riffaterre fue construyendo, principalmente a partir de 1960, una metodología
crítica, basada en el rechazo a la norma extratextual de la que hablaba Leo Spitzer, de que un
rasgo lingüístico podía representar la voluntad estilística de un autor. Riffaterre, por su parte,
confirió al contexto una importancia singular en sus posiciones críticas, llegando a hablar de
esta manera de “contexto estilístico” frente a “norma estilística”, con lo que amplió las
posibilidades de acercamiento al texto. Considera que el estilo se crea por una desviación a
partir del contexto en que los recursos aparecen.
De este modo, Riffaterre le otorga gran importancia al lector. De ahí que el objetivo de
todo autor sea realzar ciertos ras gos considerados de estilo ante el destinatario de la obra. El
lector se sitúa en un primer plano a la hora de analizar el estilo, y el autor introducirá los
elementos que quiere que el lector retenga. El lector es el destinatario que debe detectar el

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procedi miento estilístico, y se convierte en el informador cuyos juicios utilizará el
investigador como señales objetivas que le indiquen la presencia de los rasgos estilísticos.
Sin embargo, Spitzer busca las leyes del estilo exclusivamente en el escritor mismo. Por
medio del lenguaje es posible llegar al alma del escritor; el lingüista y el crítico literario han de
encontrar la “causa latente” de los recursos literarios y artísticos que utiliza el creador, y para
ello el crítico se ha de servir de las desviaciones respecto a la norma que hay en el texto, es
decir, los detalles estilísticos.
En otras palabras podemos decir que, el análisis estilístico para Spitzer, tiene como
finalidad rescatar, reconstruir o describir las formas del pensamiento del autor, lo cual hace del
texto una herramienta que brinda un conjunto de pistas para acercarnos a los modos cognitivos
en que los autores existen o existieron.
En resumen, a diferencia de Leo Spitzer, la estilística de Riffaterre, que es una
estilística del texto y no de la lengua, una estilística que parte del lector y no del autor; y una
estilística que toma en cuenta la recepción del mensaje, en la cual el lector parte del interior del
mensaje para ir hacia el exterior.

Caracterice su método.
En los ensayos que Riffaterre desarrolló entre los años 1960 y 1970, expone una teoría
estilística independiente de la lingüística y con un método definido y propio basado en los
preceptos estructuralistas.
El objetivo del método desarrollado por Riffaterre es de delimitar el hecho de estilo y
describirlo para evitar apreciaciones o juicios estéticos a priori, subjetivismos impresionistas,
clasificaciones correspondientes a una retórica normativa o aplicar elementos de análisis
lingüísticos como procedimientos estilísticos indefinidos, ya que si bien es cierto, que la
lingüística conduce a "algunos" a repensar el objeto literario, no es menos cierto que ésta no es
suficiente para describirlo, es decir, según el criterio del autor, aunque las estructuras
lingüísticas ayudan de alguna manera a una aproximación al objeto literario no coinciden con
el hecho de estilo ni lo determinan. El análisis del hecho de estilo sólo podrá ser descubierto
por medio del análisis estilístico y éste debe poner en evidencia dos aspectos fundamentales del
hecho literario: "un mecanismo de funcionamiento complejo y sutil que de origen a una
adhesión estética, y, un mecanismo cerrado que se codifique automáticamente". O sea, por una

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parte pone en evidencia los valores externos que describen, la obra extrínsecamente y por otra
nos presenta la obra como una estructura hermética y autosuficiente.
Riffaterre, para poder exponer un criterio de análisis del estilo, estima necesario
dilucidar la confusión existente entre el análisis lingüístico estructural y análisis estilístico. Con
esta diferenciación queda sobreentendido que la estilística es la única "ciencia" capaz de dar
cuenta de los estilos literarios. Ya que si bien es cierto los hechos de estilo exclusivamente
pueden conocerse en el lenguaje, sólo por ciertas características especiales (como el estilo)
podemos distinguirlos de otros hechos de lengua.
Debemos tener en cuenta que un análisis realizado desde el punto de vista lingüístico
sólo pondrá en evidencia estructuras lingüísticas y no mostrará de qué manera éstas pueden
convertirse en unidades lingüísticas. Sin embargo, para Riffaterre, la aplicación de los métodos
lingüísticos a la obra literaria en sus diferentes unidades nos permite detectar la doble función
de dichas unidades como elementos de un sistema lingüístico y de un sistema estilístico.
Distinguiendo previamente cuáles son los rasgos estilísticos no pertinentes al análisis
lingüístico se evitará la confusión entre lenguaje y estilo, pero para hacer esta selección es
necesario tener criterios definidos que permitan delimitar los rasgos distintivos del estilo de los
procesos de comunicación en literatura para distinguir con toda claridad criterios aplicables
sólo al estilo.

¿Qué importancia tiene el lector?


A partir de esto, los teóricos no midieron esfuerzos para encontrar la forma en que el
estilo puede tomar en cuenta la tarea del lector.
Por su parte, Riffaterre en 1960, en su obra «Criterios para el análisis del estilo», define
estilo literario como «toda forma escrita individual con intención literaria, es decir, el estilo de
un autor, o mejor, de una obra literaria aislada, es decir, de un texto o de una parte aislable del
texto. Poco tiempo después, Riffaterre aclararía esta definición y propondría ajustarla para
referirse no a «toda forma escrita», sino a «toda forma permanente», así no se refiere solamente
a la manera en que se preserva «físicamente» un texto mediante su escritura sino también,
como él mismo acota, a «la presencia en el texto de los caracteres formales que hacen que su
desciframiento, como en una partitura, sea controlado, constante, reconocible, pese a las
variaciones e incluso errores en la manera como lectores diversos “interpretan” la partitura».

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Además, declara necesario ver al texto literario como una obra de arte y no simplemente como
una mera secuencia verbal y para explicarlo nuevamente utiliza un símil:
“Me parece más sencillo entender por literatura toda escritura que tenga los
caracteres de un monumento, es decir, que se imponga a la atención por su forma
[…]. El estilo es una puesta de relieve que impone ciertos elementos de la secuencia
verbal a la atención del lector, de manera que éste no los puede omitir sin mutilar el
texto, y no puede descifrarlos sin encontrarlos significativos y característicos.”

Hasta este punto lo propuesto por Riffaterre es muy útil para encontrar la relevancia del
receptor en la percepción del estilo. Referirse a la “secuencia verbal con un relieve
característico” nos lleva a entender que el lector debe reconocer en ello el sentido o el efecto
que la obra le provoca o que incluso no le provoca a él, pero que podría provocarle a otros
lectores. Incluso en un punto Riffaterre menciona que “el sentido, sea cual fuere el nivel de la
lengua, queda alterado necesariamente en el texto por lo que le precede y por lo que le sigue,
como el efecto retroactivo”. Con lo cual se hace énfasis en la importancia de ver a la lectura
como una actividad constante y fructuosa.
Riffaterre recomienda, siempre lograr la aproximación a la obra por medio del lector,
ya que éste es el blanco u objetivo elegido por el autor.
Los lectores son aquellos que poseen el derecho de hacer juicios de valor y así llegar a
los juicios de existencia, pero esto se logra, según Riffaterre, transformando contenidos de los
juicios de valor en sencillas señales.

Martinet, André
¿Por qué habla del estilo como “elaboración”?
Martinet expresa que no toda “elección” puede ser considerada como una “elección
estilística”, ya que para que así sea debe cumplir dos funciones importantes, por un lado debe
ser comunicativa, es decir, cumple la función de comunicar algo; y por otro lado debe
“obedecer” las órdenes estéticas en cuanto a la elaboración de su forma.
Este autor analiza el estilo-elaboración diciendo que hay estilo desde el momento en
que se introduce una sucesión de elecciones que no están necesariamente vinculadas con la
experiencia que se quiere comunicar, sino que posee un vínculo con la forma propia de la
comunicación.

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Para Martinet, la elaboración, por lo general es intuitiva e inconsciente, y lleva el sello
personal de su autor.

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Levin, Samuel
Ubique a este teórico.
Samuel Levin es un polémico rabino, radicado en la provincia de Entre Ríos, Argentina.
En el barrio porteño de Once, sobre la calle Boulogne Sur Mer, se encuentra la Yeshivá Jafetz
Jaim en la que se formó y actualmente dirige el rabino Samuel Levin Shlita. La casa de
estudios religiosos cuenta con 180 alumnos (entre casados y solteros), de los cuales un 70 por
ciento son Balei Teshuvá, es decir, retornantes a la práctica de los mandamientos.
El religioso nació hace 68 años en el Hospital Israelita de Buenos Aires, estudió
también con el rabino Shaj en la Yeshivá Poniewicz Benei Brak (Israel), dirige el complejo
educativo Heijal Hatorá y está casado con Yehudit Katz.
Levin es uno de los mayores referentes de la ortodoxia en Argentina, la cual ganó las
elecciones de la AMIA por primera vez en la historia de la colectividad judeo-argentina.

Recuerde algunos consideraciones sobre el lenguaje poético


Samuel R. Levin sigue a Roman Jakobson en su teoría sobre la función poética. En su
obra “Estructuras lingüísticas en la poesía” (1962) Levin diferencia entre la poesía y la lengua
común por la manera especial en que el lenguaje poético se ordena y distribuye. Por lo cual
admite una gramática específica del lenguaje poético, una teoría explicativa de la función
poética, pero para plantear esta teoría, Levin recurre a la lingüística estructural más que a la
lingüística generativa.
Posteriormente Levin, en su comunicación “Poesía y gramaticalidad” (publicada en
1964) sostiene que, dependiendo de los criterios que se adopten a la hora de construirla, una
gramática puede incluir y explicar como aceptables demasiadas frases o muy pocas. Si no
existe una regla para engendrar ciertas frases o cuando en la regla formulada se introducen
restricciones que impiden la generación y explicación aceptable de una secuencia particular, se
aceptarán muy pocas frases como gramaticales. En poesía son frecuentes estas frases que no
genera la gramática, o que impide que se generen; para que sean aceptables, es necesario
introducir nuevas reglas o transformar ciertos elementos de una clase a otra, como por ejemplo,
convertir un verbo en un sustantivo.
En Some uses of the grammar in poetic analysis (1971), Levin plantea la conveniencia
de ampliar la gramática hasta que pueda explicar las frases de un poema. Puesto que las
gramáticas suelen limitarse a lo que se llama lenguaje estándar, cualquier intento de elaborar

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una gramática directa e inmediatamente adecuada a la poesía necesitaría incluir un gran
número de reglas especiales, particulares.
Incluso limitándose a una gramática exclusivamente dirigida al lenguaje común; de las
tesis de la lingüística generativa se derivan ciertas consecuencias importantes para el análisis
de la poesía, como la cuestión del lenguaje desviado que se vincula a los grados de
gramaticalidad de la Gramática Generativa; y la noción de competencia llingüística, que se
manifiesta por ciertos juicios intuitivos, justifica que algunos enunciados se consideren
lenguaje poético y no lenguaje común: se trataría de comprobar lingüísticamente la
competencia poética.
Levin se mantiene fiel a su idea de 1962 de que la gramática de la lengua estándar no
tiene por qué explicar el lenguaje poético. Pero también defiende que el estudio del lenguaje
poético se lleva a cabo a partir de ciertos límites establecidos por la gramática estándar.

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Barthes, Roland
Luego de leer el artículo “¿Qué es la escritura?”, trate de contestar: ¿Qué entiende por
“estilo”?
El estilo, está más allá de la Literatura, porque puede ser representado por: imágenes,
elocución o léxico. Nace del cuerpo y del pasado del escritor y poco a poco se transforma en
los automatismos de su arte. Bajo el nombre de estilo, se forma un lenguaje personal y quizás
secreto del autor.
Más allá de los refinamientos con los que se pueda complementar, el estilo siempre
tiene algo en bruto, o algo sin pulir; podría decirse que es un reflejo del pensamiento del autor,
con referencias en un nivel biológico o de pasado, no de su historia, ya que es la “cosa” del
escritor, su esplendor, su prisión, su soledad, todo aquello que es indiferente y transparente a la
sociedad. Funciona como una “necesidad”, como una voz decorativa de algo secreto o
desconocido.
El estilo es un fenómeno de orden germinativo, ya que es la transmutación de un
humor. Este, no es más que una metáfora, es decir, la ecuación entre la intención literaria y la
estructura carnal del autor. Es siempre un secreto, es un recuerdo encerrado en el cuerpo del
escritor; esta virtud alusiva del estilo no es un fenómeno de velocidad, como en la palabra,
donde lo que no es dicho, sigue siendo de todos modos un ínterin del lenguaje, sino un
fenómeno de densidad, pues lo que se mantiene derecha y profundamente bajo el estilo,
reunido dura en sus figuras, son los fragmentos de una realidad absolutamente extraña al
lenguaje.
A través de la transformación, el estilo arrastra al hombre hasta un “umbral de poder y
de magia”, que por su origen biológico el estilo se sitúa fuera del arte, es decir, fuera del pacto
que liga al escritor con la sociedad.

¿Qué diferencias claras presenta con otros teóricos?


Barthes expresa que, podemos imaginar a muchos autores que prefieran la “seguridad”
del arte, a la “soledad” del estilo.
André Paul Guillaume Gide (1869-1951) es uno de estos escritores “sin estilo” cuya
forma de creación se acerca más al placer moderno, así como también Saint-Saënes (1835-
1921) rechaza a Bach (1685-1750) o Poulenc (1899-1963) a Schubert (1797-1828).

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A su vez, tenemos a la poesía moderna con Hugo, Rimbaud o Char, la cual está repleta
de estilo y es considerada un arte sólo por la relación que tiene con la intención de la poesía.
La autoridad que posee el estilo, impone una serena sensación de calidez al escritor por
sobre la Historia.
Prosper Mérimée (1803-1870, conocido también como Próspero Merimée) y Fenelon
(1651-1715) se los consideran separados por fenómenos de la lengua y por accidentes de estilo;
sin embargo ensayan sobre un lenguaje cargado de la misma intencionalidad, se refieren a una
misma idea de la forma y modo, aceptan un mismo orden de convenciones, son el encuentro de
los mismos reflejos técnicos, emplean los mismos gestos, instrumentos idénticos, si bien se ven
un poco modificados en su aspecto, pero no en su situación o en su uso: lo que concluye que
tienen la misma escritura, más allá que estén a un siglo y medio de distancia.
Por el contrario, teóricos casi contemporáneos, Merimée y Lautréamont, Mallarmé y
Céline, Gide y Queneau, Claudel y Camus, que hablaron o hablan el mismo estado histórico de
nuestra lengua, utilizan escrituras totalmente diferentes; todo los separa, el tono, la elocución,
el fin, la moral, lo natural de su palabra, de tal modo que la comunidad de época y de lengua es
poca cosa en relación con escrituras tan opuestas y definidas por su misma oposición.

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Van Dijk, Teun
¿Qué visión nos da este autor sobre la Estilística en “Estructura y funciones del discurso
literario”?
En el libro “Estructura y funciones del discurso literario” el autor, Teun Adrianus van
Dijk (1943), (lingüista, analista del discurso y profesor neerlandés), nos presenta la estilística
como una clase de estructura del discurso, difícil de alcanzar.
Debemos comenzar por comprender que el estilo es una propiedad de cualquier
discurso retórico, que marca inherentemente todos sus niveles. A la estilística se le atribuye la
variante moderna de la retórica, principalmente por el cuidado específico que la estilística
presta a los usos de la lengua, como el de persuadir, convencer o disuadir.
El estilo, como las estructuras retóricas, no define un nivel, sino más bien una
dimensión de análisis. Tenemos "estilo" en cada un de los niveles; por ejemplo, en la
morfología, en la sintaxis, en el léxico, en la semántica, y aun en la pragmática, aunque
tradicionalmente hace referencia a los aspectos específicos de las estructuras de superficie y de
léxico.
De una forma general podemos decir que el estilo se caracteriza por ser la manera en
que algo se dice o se hace. Lo que sugiere variaciones en la estructura de la superficie que
tuvieran estructuras subyacentes semánticas y pragmáticas idénticas o similares. El estilo, en
esta perspectiva, es el resultado de opciones elegidas, ya que cada estructura se construye de
varias posibilidades opcionales. Se escogería entre diferentes palabras con significados
semejantes, estructuras sintácticas alternativas y maneras diferentes de escribir y hablar o
pronunciar. Estas variaciones gramaticales, que se reflejarán en un texto particular como el
resultado de una serie de decisiones, pueden tener diferentes funciones contextuales. Estas
funciones pueden ser emotivas, cuando se expresa ira o agresión, cognoscitivas, para
impresionar, atraer la atención, aclarar, etc, o sociales, para ser cortés, agresivo, formal, etc.
Se puede dividir el estilo en dos clases diferentes: el probabilístico y el estructural-
funcional.
El estilo probabilístico no es intencional sino que es el resultado de la distribución de
las estructuras gramaticales, que pueden ser las oraciones de tamaños específicos, preferencia
en la selección de ciertas palabras y frases, inclinación en el uso de reglas y categorías
gramaticales específicas, entre otros. Estos rasgos estilísticos pueden ser típicos, pero cada

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usuario de una lengua, define su individualidad a la hora de comunicarse; por otro lado, los
rasgos pueden ser apreciados en términos de medidas estadísticas.
Esta clase de estilo no se limita a la oración, sino que puede caracterizar variaciones en
la estructura de las secuencias, así como también en el tamaño y en la complejidad, en el grado
de claridad y acabado descriptivos, en la coherencia lineal, entre otros. El estilo estructural es
el resultado de las estructuras gramaticales que se escogen para ser usadas tanto como
expresión o indicación de los estados emotivos y cognitivos, así como también una letra
adjunta en el acto comunicativo puede aumentar el efecto de la emisión deseados sobre el
lector.

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Bibliografía consultada

Barthes, R. (2003). El grado cero de la escritura y nuevos ensayos críticos. Siglo Veintiuno
Editores Argentina S.A.

Carvajal, M. I. Bally y Marinet, dos momentos en la Estilística moderna. Universitas


Humanística; Colombia.

Gomez Redondo, F. (2008). Manual de Crítica Literaria contemporánea. Editorial Castalia.


Madrid.

Kaida, L. La rosa de los vientos de la estilística moderna (En la filología española y rusa).
Universidad Complutense de Madrid.

López Grigera, L. (1994). La Retórica en la España del Siglo de Oro (Teoría y práctica).
Salamanca, Ediciones Universidad.

Rodriguez Moegal, E. La Crítica Literaria en el Siglo XX. La Estilística de Amado Alonso.

Spitzer, L. (1955). Lingüística e Historia Literaria. Editorial Gredos. Madrid.

Urrutia Gómez, J. (2013). Evolución y Crítica de la Estilística. Universidad de La Rioja.

Van Dijk, T. (1980). Estructuras y funciones del discurso. Siglo Veintiuno Editores Argentina
S.A.

Wellek, R. & Warren, A. (1985). Teoría Literaria. Editorial Gredos. Madrid.

Yllera, A. (1974). Estilística poética y semiótica literaria. Alianza Universidad. Madrid.

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