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Cuadro clínico malaria o plaudismo.

Período de incubación

Determinado por la especie del parásito, la exposición previa, la medicación


profiláctica y la cantidad de esporozoítos inoculados. El lapso que media entre la
picadura del mosquito infectado y la aparición del cuadro clínico aproximadamente
en 12 días para P. falciparum, de 14 días para P.vivax y P. ovale, y de 30 días
para P. malariae. Cuando la infección se debe a una transfusión de sangre, los
períodos de incubación dependen del inóculo y suelen ser más breves.

El cuadro clínico es variable, pero la fiebre siempre está presente y se produce


cada vez que se liberan merozoítos por la ruptura de hamatíes. Durante los
primeros días, el paciente puede no tener hipertermia, hasta que, finalmente,
experimenta el paroxismo febril típico (crisis palúdica) con escalofríos, fiebre y
posterior sudoración, el cual puede ser irregular al principio; luego, puede tener
una periocidad cada 48 horas en las infecciones ocasionadas por P. vivax y P.
ovale y cada 72 horas en las provocadas por P. malarie.

Otros signos y síntomas son cefalea , naúseas, dolor abdominal, vómitos y


diarrea. El bazo y el hígado aumentan de tamaño, se produce anemia y puede
haber ictericia.

Las formas más graves y complicadas de paludismo están asociadas a P.


falciparum (terciano maligno), que puede presentarse con un cuadro clínico muy
variable y con síntomas inespecíficos como fiebre, escalofríos, cefalea, astenia,
decaimiento y dolor lumbar. La periocidad del ciclo, es caso de que se establezca,
es de 48 horas. También puede presentarse con un síndrome diarreico sobre todo
en los niños. Hay esplenomegalia y, a su vez, puede agrandarse el hígado.

El cuadro puede no complicarse, o bien puede asociarse a complicaciones muy


serias que ponen en riesgo la vida del paciente. Las complicaciones graves
incluyen anemia normocítica grave, insuficiencia renal y hepática, edema
pulmonar, malaria cerebral (encefalopatía aguda y coma), coagulación
intravascular diseminada y shock. El pronóstico empeora cuando se demora el
diagnóstico. EL tratamiento rápido es de vital importancia, incluso en los casos
leves, porque pueden aparecer repentinamente complicaciones irreversibles.

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