102 Metod'ología para la Historia de la Psicología
GUÍA PARA EL ANÁLISIS HISTÓRICO DE TEXTOS PSICOLÓGICOS
l. EL MOMENTO DE LA DESCRIPCIÓN
1. Construir una ficha de identificación del documento sobre el que vamos a trabajar.
Aunque puede ocurrir que la identificación del documento se convierta, en sí misma,
en un problema suficientemente complejo, lo habitual es que no resulte demasiado
difícil disponer de la mayor parte de los datos que nos interesan por el momento. La
ficha debería incluir (ver aspectos de catalogación en el capítulo 7):
1.1. Primeramente el nombre del autor del texto, el título, la fecha de publicación,
esto es, la referencia bibliográfica lo más completa posible del documento en
cuestión. Especialmente conviene que figuren claramente los datos referidos
al género bibliográfico al que pertenece el documento que vamos a estudiar
(libro, artículo en publicación periódica, contribución a reunión científica, infor-
me de investigación inédito, manuscrito, etc.). Si es posible, indicaremos tam-
bién el subgénero concreto al que el documento pertenece (por ejemplo, un
artículo puede adoptar la forma de revisión teórica, informe experimental, en-
sayo, comentario a un artículo anterior, etc.).
1.2. Si nos vamos a centrar en el análisis de un fragmento concreto de un docu-
mento, conviene que ubiquemos dicho fragmento en la estructura general del
documento al que pertenece. Por ejemplo, «se trata de un fragmento que apa-
rece en el epígrafe 2 del capítulo tercero del libro x)
1.3. Indicar también (1) la época en la que vivió, (2) la tradición científica o filosófi-
ca a la que suele ser adscrito, (3) las aportaciones por las que suele ser cono-
cido, (4) el lugar que ocupa el texto que vamos a estudiar en el conjunto de su
producción bibliográfica, y (5) su impacto intelectual.
2. Describir la estructura del texto, entendida como estructura argumental.
2.1. En muchos casos, encontraremos marcadores objetivos que nos permitirán
proceder con relativa facilidad (epígrafes, apartados, subapartados), pero en
otros deberemos hacer una primera lectura del texto, que nos permita estudiar
la estructura argumental que el autor pone en juego para convencernos de
la pertinencia de lo que dice. Conviene tener presente que, en ciertos casos, la
pertenencia de un texto a un género o subgénero determinado fuerza, en al-
guna medida, el tipo de estructura argumental general a utilizar. Por ejemplo,
los informes experimentales suelen presentar siempre la misma estructura ar-
gumental, a saber: introducción, definición del problema, hipótesis, método,
resultados, discusión y conclusiones.
2.2. Indicar los recursos demostrativos utilizados en el texto: gráficas, tablas, ejem-
plos, ilustraciones.
2.3. Definir el perfil argumentativo del texto clasificando los enunciados que los
componen de acuerdo a categorías como autoritario, crítico, paradigmático,
etcétera.
3. Describir el léxico que en el texto se utiliza para definir el problema que se aborda,
indicando:
3.1. su grado de especificidad técnica;
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3.2. su nivel de descontextualización;
3.3. su nivel de formalización;
3.4. en qué medida apunta a un determinado tipo de habla social;
3.5. si resulta posible y oportuno, las transformaciones que a través de la historia
se han ido introduciendo en el uso de dicho léxico.
Sería también el momento en este lugar de reseñar y describir, cuando resulte pertinen-
te, el lenguaje figurado que el texto incluye y las funciones a las que parece servir, especial-
mente señalando las principales metáforas vivas que el autor crea o que utiliza.
4. Detectar las voces que aparecen en el texto. Se trata de confeccionar inicialmente
un listado de los autores que de manera explícita aparecen en el texto. En algunos
casos, la detección de las voces sólo es posible si hacemos inferencias en base a
nuestro conocimiento previo o a la consulta de fuentes secundarias. En esas ocasio-
nes que podamos descubrir las voces implícitas del texto, conviene señalarlas con
las salvedades pertinentes.
11. EL MOMENTO DE LA EXPLICACIÓN
5. Estudiar de qué manera el texto incorpora el diálogo disciplinar en su misma mate-
rialidad. Se trataría, en este sentido, de analizar el modo concreto en que el autor se
relaciona con las distintas voces que aparecen en el texto, la forma en que las inter-
preta, asimila y evalúa, lo que nos permitiría establecer el sociograma y el tecnogra-
ma, la red de relaciones sociales y conceptuales en que el texto cobra sentido. Las
voces de otros autores se incorporan al texto a través de:
5.1. mecanismos de habla directa: «En su libro de 1875, Barcenilla establece en
los siguientes términos la relación entre el cerebro y el comportamiento moral:
"los tumores de la materia cerebral. .. "»
5.2. mecanismos de habla indirecta: «En su libro de 1875, Barcenilla señala que
las relaciones entre cerebro y comportamiento moral son de naturaleza corre-
laciona! y no causal. .. »
5.3. mecanismos de ventriloquización: se utiliza la voz de otro para introducir ideas
del autor.
6. Analizar los distintos contextos que constituyen las condiciones para la existencia
del texto que estudiamos. En concreto:
6.1. Indicar el tipo de audiencia (de público) para la que el texto estaba original-
mente pensado y las transformaciones que se han ido produciendo en dicha
audiencia. Por ejemplo, un texto de fisiología de los sentidos de mediados del
siglo pasado podría originalmente estar dirigido a una audiencia formada bási-
camente por médicos y fisiólogos, pero el paso del tiempo ha podido convertir-
lo en un texto leído también por psicólogos, filósofos, o, incluso, historiadores
de la psicología.
6.2. Estudiar las condiciones socioculturales en las que el texto se produjo, proce-
diendo desde lo general a lo particular (ver el capítulo 6 sobre análisis
socioinstitucional):
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6.2.1. Estudiar, cuando proceda, el modo de funcionamiento (proceso funda-
cional, organigrama, fines institucionales y científicos, etc.) concreto
de la institución de la que en último término depende la misma escritu-
ra del texto (universidad, laboratorio, centro, organismo, que permite
la socialización del autor del texto)
6.2.2. Estudiar la forma en que la formación discursiva desde la que el texto
se genera se integra en los modos de organización social propios de
su cultura, sus vías de institucionalización, etc.
6.2.3. Indicar los valores dominantes en la cultura en la que el texto se gene-
ra: modos de organización política, social y moral.
6.2.4. Verificar en qué medida el texto sirve a esos valores y en qué medida
se aleja de los mismos.
9.1. Revisar críticamente las posibles inconsistencias conceptuales que se detec-
tan entre los distintos enunciados que integran el sistema teórico.
9.2. Revisar críticamente la restricciones que las reglas de la práctica introducen
en la construcción del sistema teórico.
1O. Analizar las posibles funciones que cumplió o sigue cumpliendo el texto en el ámbito
social y del conocimiento al que hace referencia. Esto significa, por ejemplo:
10.1. Definir la significación del texto en el seno de su ámbito contemporáneo.
10.2. Señalar las posibles transformaciones que pudo desencadenar en su contexto
de trabajo.
10.3. Analizar la viabilidad del texto en el presente.

6.3. Analizar la vida del autor como condición de posibilidad para la escritura del 11. Evaluar críticamente el texto desde la posición teórica y moral que el analista defien-
texto (ver cuadro resumen al final del capítulo 5 del análisis biográfico) de.

6.3.1. Ubicar el texto en el contexto de la producción global del autor, anali-

zando sus relaciones con sus trabajos anteriores y posteriores.
6.3.2. Desvelar, siempre que sea posible, la intención, o intenciones, cons-
cientes que guían la escritura del texto.
6.3.3. Profundizar en las relaciones entre el programa vital del autor y el tex-
to que analizamos (ver el capítulo sobre análisis biográfico).

7. Analizar la forma en que el texto se liga a la tradición. El texto puede ser entendido
como una línea más del diálogo disciplinar que se opera a través de la Historia. Un
texto siempre responde a otro texto. Averiguar a que texto, o textos, responde el do-
cumento que analizamos nos permitirá entender qué función histórica puede cum-
plir. El uso de fuentes secundarias alternativas (manuales de historia distintos) nos
permitirá, en muchos casos, entender cómo se concibe la función histórica del texto
que analizamos en el seno de distintas visiones de la Historia de la Psicología.

8. Analizar el discurso teórico que el texto transporta, lo que implica:

8.1. Retomar el problema de la estructura argumental ligándolo de manera explíci-

ta a los contenidos a los que dicha estructura argumental se aplica.
8.2. Reconstruir el sistema teórico que el texto transporta a través de su estructura
argumental, poniendo en relación los distintos enunciados que describen o ex-
plican las propiedades del objeto de estudio.
8.3. Estudiar las reglas de la práctica que sostienen dicho sistema teórico. Se trata
de detectar aquellos enunciados que indican de manera directa o indirecta las
condiciones o reglas que permiten constituir el sistema teórico (preceptos ins-
trumentales, funcionales, axiomáticos, judicativos y normativos).
8.4. Integrar el tecnograma (sistema teórico y reglas de la práctica epistémica) y el
sociograma, derivado del análisis de los contextos llevado a cabo en el punto 6.

111. EL MOMENTO DE LA INTERPRETACIÓN

9. Realizar una primera evaluación del contenido del documento, que se centrará en
un análisis de la coherencia teórica del texto. Para ello se podrían seguir los siguien-
tes pasos: