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Una guía para la lectura de textos académicos

María Eugenia Contursi, documento de cátedra, 2013

Consideraciones generales sobre el discurso académico


La gran mayoría de los textos científico-académicos pertenecen al tipo de discurso
explicativo-argumentativo. Esto quiere decir que intentan sostener una tesis mediante
argumentos (razones). En los textos académicos la tesis suele estar explícita (lo que no ocurre
necesariamente en los textos periodísticos) y los argumentos se suelen construir mediante
estrategias explicativas: definición, ejemplificación, uso de analogías, narraciones breves,
enumeraciones, etc., aunque también se puede usar la distinción de nociones, estrategia
típicamente argumentativa. Generalmente, en una primera lectura se reconocen los segmentos
expositivos y las explicaciones desarrolladas en ellos, y, en una segunda, se reconstruye la
estructura argumentativa.

Pasos previos a la lectura del texto


Los siguientes pasos, que pueden ser llevados a cabo antes de la lectura del texto, son
muy útiles, ya que permiten ingresar en el mismo con ciertas hipótesis de lectura (es decir, con
ciertas expectativas sobre el contenido, el tratamiento de ciertos temas, el posicionamiento del
autor, su pertenencia a una disciplina o corriente teórica determinada, etc.). Es preciso tener en
cuenta los objetivos de la lectura (las más usuales en cuanto a la lectura de bibliografía
académica son leer para aprender12 y leer para buscar una información precisa3).

1. Considerar la fecha de edición del libro o del artículo. Distinguir -cuando sea posible- fecha
de escritura, de la primera publicación y de la edición que se maneja.
2. Verificar el lugar de escritura, de la primera publicación y de la edición actual.
3. Buscar, si no se conocen, datos sobre el/la autor/a: nacionalidad, formación, especialidad,
etc. Es conveniente conocer una pequeña biografía del autor o la autora así como el
contexto histórico en el cual vivió; y
4. reconocer el tema principal del texto. Para un primer acercamiento, el tema principal se
puede reconstruir a partir de los elementos paratextuales como título y subtítulos, índice y
prólogo.

Pautas para la lectura de los segmentos explicativos


La explicación se resuelve en torno a dos ejes: una cuestión problemática y una
solución o respuesta a esa cuestión. De hecho, un problema es el desencadenante específico
de una explicación.

1. Reconstruir la/s pregunta/s hipotética/s para la/s que los segmentos explicativos funcionan
como respuestas. Este paso permitirá identificar el problema específico que se está
tratando.
2. Dar cuenta de los conceptos básicos o centrales y de su dependencia para después
organizarlos para ser explicados frente a un auditorio.

1
Este documento es una adaptación, selección y adecuación de Ferro (1998) y es para uso exclusivo de los
estudiantes de Teoría y Práctica de la Comunicación II, cátedra Martini, CCCS, FSoc, UBA.
2
La finalidad “leer para aprender” es la que usamos en la lectura de la bibliografía obligatoria y requiere que se
reconstruya la jerarquía dada a los diferentes segmentos en el mismo texto. Se trata de una lectura lenta y,
generalmente, repetida.
3
La finalidad “leer para buscar información precisa” es aquella que se realiza cuando el lector tiene el propósito de
ubicar algún dato, explicación o argumento en particular y, al mismo tiempo, desdeña cualquier otro segmento del
texto. En este caso se deja de lado la jerarquía que el texto establece entre los diferentes segmentos. Se utiliza
particularmente en la tarea de investigación.
3. Sospechar de todo término que parezca usado en su acepción cotidiana si no está
especificada esta significación. En las ciencias sociales frases como “buen salvaje” no
significan “indio bueno”, sino que constituyen conceptos teóricos que se enlazan en una
tradición de estudio. Acudir a diccionarios especializados, docentes o compañeros que
puedan guiar frente a estos problemas.
4. Distinguir en cada segmento qué es lo que se explica y cómo es explicado. Tener en
cuenta que la explicación se puede construir a través de relaciones témporo-causales
(y, por lo tanto, recurrir a distintas formas de la narración) o remitiendo los datos a una
ley o principio general (un concepto).
5. Las definiciones son estrategias privilegiadas por este tipo de discurso, por lo que se
les debe prestar especial atención; y,
6. en cuanto al uso de ejemplos y analogías, éstos pueden asumir alguna de las
siguientes funciones: a) ilustradora, o b) constructora de conocimiento partiendo de un
caso concreto o una situación similar que presenta una cierta problemática. En el caso
de hacer una síntesis o un resumen, se pueden obviar tanto el ejemplo como la
analogía si son solo ilustrativos, pero no es posible eliminarlos cuando obedecen a la
función de construcción de conocimiento (deben ser, al menos, mencionados).

Pautas para la lectura de los segmentos argumentativos


1. Identificar la tesis (una tesis se expresa mediante una proposición que puede ser
demostrada).
2. Sintetizar los principales argumentos. Para ello, a) tener en cuenta que los
segmentos expositivos constituyen argumentos, b) reconocer los conectores (en
particular, pero, por otra parte, por lo tanto, además, aunque o sus sinónimos) y las
relaciones entre los argumentos (básicamente la relaciones de adición, de oposición,
de distinción, de refutación y de concesión).
3. Prestar especial atención a los fenómenos de polifonía (es decir, a la presencia de
más de una voz en el texto), ya sean citas o no, así como a la función con que están
incluidas esas otras voces (polemizar con el autor, justificar un argumento anterior,
ejemplificar, etc.); y,
4. para dar cuenta de la pertinencia de la argumentación, construir por lo menos a) un
argumento que sostenga la tesis del autor, y b) un contraargumento o, en su defecto,
reconozca los aspectos débiles o no tratados. Evaluar tanto los argumentos como los
contraargumentos.

Bibliografía
Eco, Umberto (1987). Lector in fabula. Barcelona: Lumen.
Ferro, Fabiola (1998). “Estrategias de lectura”. Buenos Aires: documento de cátedra.
Solé, Isabel (1994). Estrategias de lectura. Barcelona: Graó.

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