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PARTE I.

INTRODUCCIÓN

TEMA 1. LA ECONOMIA Y LA CIENCIA ECONOMICA. APUNTES.


RESUMEN.

1.1- El concepto de economía.

La economía, junto con la Sociología, la Antropología, la Psicología y las Ciencias


Políticas pertenece al grupo de las denominadas Ciencias Sociales. De este modo, se
ocupa de los problemas de la sociedad y del los individuos. El término Economía es muy
usado hoy en día. Prácticamente todo el mundo lo ha utilizado en alguna ocasión, y no
hay que ser economista para darse cuenta que dicho término hace referencia a asuntos
de enorme relevancia política y social. Las dificultades económicas de la actualidad como
son, entre otras, la distribución de la renta, el desempleo, el crecimiento negativo, la
pobreza, etc. tienen un alcance social y político muy acentuado.

Como ya hemos indicado más arriba, se trata de una palabra marcada intensamente
por un problema de polisemia que arrastra desde su muy diversificado uso popular,
pasando por los diccionarios, hasta alcanzar incluso el terreno técnico y profesional.
“Hacer economías” puede significar, simplemente recortar gastos, del mismo modo que
aludimos a una “persona muy económica”, como a alguien que es ahorrador en extremo,
y a un “producto económico” para indicar que es barato. Asimismo, la economía de un
país hace referencia al dinero que se mueve en el mismo, a la producción que tiene lugar
en este país y a los medios que utiliza su población para ganarse la vida. También se
habla de economía familiar para referirse a los apuros que tiene una ama de casa o una
familia en general para llegar a fin de mes…

En definitiva, se trata de satisfacer una serie de necesidades materiales y no


materiales de una sociedad, lo cual obliga a sus miembros a llevar a cabo determinadas
actividades productivas para conseguir los bienes y servicios que se necesitan. En este
sentido, la economía se preocupa, precisamente, de la manera en que se administran
unos recursos que son escasos y que tienen usos alternativos.

1.2 El método científico ante los desafíos de la realidad económica y


empresarial.

Las dificultades que atraviesa la sociedad actual como consecuencia del deterioro de
la situación económica general por los efectos de la pandemia y del largo confinamiento
que hemos tenido, ponen de relieve los grandes desafíos que los gobernantes deben de
asumir. Ante tales desafíos, los profesionales de la economía deben de estar en
condiciones de de poder ofrecer una respuesta, no solo porque es lo que se espera de
ellos, sino también, para que contribuyan de manera efectiva a la satisfacción de las
necesidades de la población (alimento, transporte, ocio, vestido, vivienda, energía, etc.)
en las mejores condiciones, así como la superación de numerosos desafíos sociales

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como el desempleo, la precariedad laboral, la estabilidad de los precios,… sin olvidar la
resolución de problemas como los que sufrimos en la actualidad donde se combina el
paro con el crecimiento negativo, la carencia de material sanitario en los hospitales, la
falta de recursos suficientes por parte de las diferentes administraciones para hacer
frente a la pandemia, etc.

En este sentido, observar la realidad que nos rodea permite detectar la existencia
de hechos, de fenómenos, de sucesos… que presentan, al menos de forma inmediata,
rasgos patológicos, perfiles problemáticos, características que nos perturban e, incluso,
nos molestan. Suciedad en las calles, contaminación, dificultades para aparcar, mendigos
pidiendo limosna o revolviendo en los contenedores de basura, diferencias en el
mantenimiento y condiciones de vida entre unos barrios y otros, parados, inmigrantes,
falta de zonas verdes, consumo excesivo de alcohol, rentas bajas… hasta alcanzar, bajo
una óptica planetaria, situaciones colectivas que pueden llegar a afectar gravemente el
normal desenvolvimiento de la existencia cotidiana: la existencia de explotación laboral
infantil, tráfico de personas, persistencia de situaciones de esclavitud, problemas de
desforestación en muchos lugares, competencia desleal, deslocalización industrial, los
efectos de la globalización sobre muchas pequeñas empresas, las dificultades de muchos
países que empujan a la emigración de sus habitantes buscando la supervivencia,
conflictos de intereses, desigualdades en la propiedad, hambre, refugiados que huyen de
la guerra y encuentran las fronteras cerradas, etc., etc. Son situaciones que nos
interrogan, que llaman nuestra atención y nos mueven a buscar una respuesta…, para
mitigar el sufrimiento humano, evitar la agonía, o mejorar, simplemente, las condiciones
de vida o reducir el volumen e intensidad de necesidades insatisfechas...

A estos problemas y a otros muchos los seres humanos han tratado de responder
a lo largo de la historia apoyándose en su intuición, su habilidad personal, su capacidad
de asumir riesgos, la experiencia acumulada, etc. La acumulación de conocimientos es lo
que ha permitido la evolución humana y el funcionamiento de la vida social durante
milenios.

Pero en determinadas ocasiones algunos sujetos han intentado enfrentarse con


las situaciones apuntadas de una manera diferente, recurriendo al conocimiento
científico: cómo identificar los problemas económicos y sociales, cómo analizar la
situación económica, como diseñar las mejores soluciones para dichos problemas y dicha
situación, etc. son algunas de las cuestiones que pueden beneficiarse de un tratamiento
consciente, crítico, consistente, controlado y sistemático, sujeto a pruebas y contrastes,
que nos permita avanzar de manera sólida, ampliando nuestra comprensión de los
fenómenos, con el máximo rigor posible y con las mejores garantías. Es decir, un
tratamiento científico, metodológicamente fundamentado.

1.2 CONOCIMIENTO POSITIVO Y NORMATIVO.

Cuando queremos intervenir en la marcha de los acontecimientos sociales, lo


normal es que dichas intervenciones estén motivadas por preocupaciones de índole muy
diversa, en las que tal vez no coincidan todos los sujetos implicados. Una cosa es
conocer la realidad tal y como es, y otra cosa es juzgar la realidad como debería ser,
incluyendo la formación de juicios valorativos sobre el propio ser y el diseño de las
intervenciones que sean pertinentes, de acuerdo con su adecuación a nuestros deseos,
opciones y preferencias formulando modos de intervención que puedan alterarla de
acuerdo con el juicio efectuado.

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Deseos, opciones y preferencias que pueden ser muy variados dependiendo de
muchas cosas: el medio geográfico donde se habita, de la cultura que se tiene, de su fe
religiosa, de la ideología política, de sus intereses propios o de los intereses de su casta
o clase, etc. etc.

Tal dicotomía nos lleva a distinguir (según la terminología al uso) entre


conocimiento positivo (el relativo al ser) y normativo (el relativo al deber ser). O por
decirlo con una terminología más precisa, conocimiento óntico, u ontológico (del griego
on, ontos, que es), y axiológico (del griego axios, justo). El primero tiene que ver con la
aprehensión de la realidad y la determinación de su estructura, sus causas, etc. El
segundo, en cambio, tiene que ver con la valoración que se realiza sobre todo ello, en
función de criterios alternativos, y en la formulación de normas morales o pautas
alternativas deseables de comportamiento en relación con la realidad observada.

Ejemplos:

- La cimentación necesaria para la construcción de un edificio y otra cosa sería la


estética o belleza de dicho edificio.

-El tipo impositivo que permita que permita alcanzar un determinado volumen de
recaudación fiscal dada una determinada situación económica y de distribución de la
renta, y otra cosa sería la justicia o injusticia de dicho tipo impositivo.

1.3 ETAPAS O PASOS EN LA APLICACIÓN DEL METODO NORMATIVO.

Se trata de comprender que cuando se valora una realidad económica y social, o


un acontecimiento, etc. depende de la ideología o del postulado ético que un individuo
posee. En este sentido, la aplicación del método normativo consta de dos pasos
fundamentales:

 Identificación de los principios éticos que van a ser propuestos como


postulado ético.

 Desarrollo de la argumentación persistente partiendo de tales principios

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