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Introducción a la Economía
Introducción
Deseos y recursos
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toda clase de aportaciones hechas por los hombres para perfeccionar la producción, como
instrumentos, maquinaria o construcciones. Es muy útil a veces dividir los recursos de
cualquier país en tres grupos principales: 1) todos los frutos libres de la Naturaleza: tierra,
bosques, minerales, etc., llamados corrientemente recursos naturales y conocidos por los
economistas como tierra; 2) todos los recursos humanos, mentales y físicos, tanto naturales
como adquiridos, llamados por los economistas trabajo; y 3) todas las aportaciones
proporcionadas por los hombres para acelerar la producción, tales como instrumentos,
maquinaria, plantas y equipos (incluyendo los bienes hechos por el hombre que no son para
su inmediato consumo, sino para usarlos en el proceso de producción de otros bienes),
llamados por los economistas capital. Técnicamente a estos tres tipos de recursos se les
denomina factores de producción. A veces se añade un cuarto factor: el empresariado, que
acepta los riesgos de nuevos métodos de producción y el riesgo de que su actividad
económica no sea exitosa o simplemente rentable. De alguna manera la sociedad y el
Estado se sirve de la clase empresarial para producir aquellas cosas que los individuos
desean para la satisfacción de sus necesidades. Es el único que organiza los otros factores
de producción y los encauza hacia nuevas direcciones.
Las cosas producidas por los factores de producción son los llamados bienes y
servicios. Los primeros son cosas tangibles, tales como zapatos o coches; los segundos son
intangibles, como un corte de pelo o la educación. Sin embargo, no deberíamos exagerar
esta distinción: cualquier bien está valorado de acuerdo con el servicio que produce a su
propietario. En el caso del coche, por ejemplo, los servicios consisten en cosas tales como
el transporte, la movilidad y, posiblemente, el nivel o prestigio social que confiere su
posesión.
Prácticamente, en ninguna sociedad se consideran los bienes y servicios como
deseables por sí mismos; su naturaleza impide que se almacenen en las casas para que
nunca se consuman. Generalmente, el fin u objetivo que se persigue es que el individuo
satisfaga, al menos, algunas de sus necesidades con ellos. Así pues, los bienes y los
servicios sólo pueden considerarse como medios a través de los cuales se conseguirá el
objetivo de la satisfacción del consumidor. La actividad encaminada a conseguir bienes y
servicios es llamada por los economistas producción, y el uso que se hace de estos bienes y
servicios para satisfacer sus necesidades constituye el consumo.
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Ante todos los problemas que se plantean a los individuos y a las empresas, lo que
pretende la Economía es ofrecer un método para ordenar y establecer las prioridades, a la
hora de tomar decisiones sobre las necesidades individuales o colectivas que se desea
satisfacer. Por eso algunos autores la han denominado también la Ciencia de la Elección.
DEFINICIONES DE ECONOMÍA
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La Economía positiva se dedica a establecer proposiciones del tipo "si se dan tales
circunstancias, entonces tendrán lugar tales acontecimientos". Desde un punto de vista
positivo, los posicionamientos de cualquier economista deberían ser esencialmente los
mismos para una amplia gama de cuestiones, sobre las que hay una práctica unanimidad
entre los profesionales de la Economía.
De lo anterior no debe inferirse que en Economía no existan discrepancias, ya que
hay temas que no están completamente resueltos y sobre los que el debate continúa abierto.
En este sentido puede afirmarse que las discrepancias más frecuentes entre los economistas
están en el campo de la Economía normativa.
La Economía normativa ofrece prescripciones para la acción basadas en juicios de
valor personales y subjetivos, se ocupa "de lo que debería ser".
Las proposiciones sobre lo que debería ser responden a unos criterios éticos,
ideológicos o políticos sobre lo que se considera deseable o indeseable. Desde un punto
normativo el economista formula prescripciones sobre el sistema económico basándose en
sus propios juicios de valor y no exclusivamente en razonamientos científicos. Así, al
estudiar, por ejemplo, el peso relativo del sector público, se trata de responder a la cuestión
de si éste debería aumentar o reducir su importancia dentro del contexto global de la
actividad económica. Por el contrario, un enfoque positivo se limitaría a indicar la
importancia relativa del sector público sin entrar en valoraciones.
En la vida real, sin embargo, los componentes positivo y normativo de la ciencia
económica se mezclan de forma que resulta muy difícil separarlos. La mayoría de los
economistas tienen puntos de vista personales sobre cómo debería funcionar la sociedad y
es muy difícil ignorarlos cuando se recomienda una política determinada.
No debe olvidarse que cualquier análisis implica una evaluación de los hechos, y los
hechos muchas veces son susceptibles de más de una interpretación. Obviamente, en el
momento de establecer interpretaciones es muy difícil evitar que nuestras propias
valoraciones influyan en la percepción de cómo funciona realmente el sistema económico.
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Necesidades
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La microeconomía y la macroeconomía
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individuales. En especial, estudia la determinación del nivel global de la actividad
económica: del desempleo, el ingreso agregado, los precios medios y la inflación. La
macroeconomía analiza particularmente los flujos de gastos y rentas a través de todo el
sistema económico y los desequilibrios que producen los mismos, y que pueden conducir
bien a la depresión o bien a la expansión, cuyas causas y efectos son objeto de evaluación.
Finalmente existe una tercera área de análisis diferenciada de las anteriores
constituida por la Economía del crecimiento y del desarrollo, que centra su atención en el
comportamiento de las instituciones sobre las que descansa la actividad económica, así
como en el análisis del proceso de desarrollo en sí mismo. Se trata de la parte más compleja
y más técnica de la Economía, y centra su atención en la determinación de las formas de
crecimiento equilibrado de las economías. Es decir, si partimos de una situación económica
dada, la teoría del crecimiento analiza la forma en que las principales variables
macroeconómicas pueden contribuir a incrementar la renta y la riqueza en forma estable y
sostenida.
Las necesidades se van a satisfacer mediante el consumo de bienes o servicios
resultado de la actividad económica.
Bienes y Servicios
Bien: es todo aquello que satisface, directa o indirectamente, los deseos o necesidades.
Servicio: al igual que un bien, es aquello que satisface los deseos o necesidades, pero
que no se puede almacenar, por lo que hay que consumirlo en el momento. Son todas las
formas de trabajo realizadas por otros que no dan como resultado la producción de bienes
tangibles; por ejemplo, una consulta médica. El peso de los servicios es cada vez mayor en las
sociedades modernas. Los médicos, los abogados, los taxistas, los agentes de seguros, los
banqueros, los hoteleros, los funcionarios públicos, los profesores, etc. desarrollan una
actividad que no se manifiesta por la aparición de ningún producto material y, sin embargo, los
servicios que prestan entran dentro de la clasificación de bienes económicos, respondiendo a
unas necesidades y por los que se está dispuesto a pagar un precio.
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Los bienes se pueden clasificar según el carácter, su naturaleza y su función. Según su
carácter pueden ser:
Según su naturaleza:
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Según su función:
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Los individuos tratan de cubrir inicialmente aquellas necesidades que son biológicas o
primarias, esto es, las relacionadas con la alimentación, la vivienda y el vestido. De igual
manera los individuos necesitan proveerse de ciertos servicios como los de asistencia médica,
educación, transporte, etc. Una vez cubiertas las anteriores necesidades los individuos se
ocupan de aquellas otras que hacen placentera la vida, si bien el nivel de cobertura de éstas
dependerá del poder adquisitivo de cada individuo en particular.
Además, los deseos son refinables y una vez satisfechas las necesidades primarias
desearemos algo más, de forma que a medida que aparecen nuevos productos surgen nuevos
deseos. Por lo general las necesidades tienden a acrecentarse en las nuevas sociedades, lo que
contrarresta el incremento de la capacidad productiva asociado con el desarrollo y, en
definitiva, hace que la lucha contra la escasez sea una constante humana. Debe señalarse,
además, que escasez no equivale a pobreza, incluso las sociedades "opulentas" tienen que
hacer frente a la escasez.
Con recursos ilimitados no habría necesidad de idear mejores maneras de producir
bienes. El estudio de cómo utilizamos nuestro tiempo y esfuerzo carecería de interés porque
podríamos obtener sin restricción ni problema lo que nos gusta. Sólo haríamos lo que nos
agradara porque habría suficientes bienes y servicios para satisfacer a todo el mundo sin
esfuerzo. El desempleo no sería un problema porque nadie trabajaría, con excepción de las
personas que quisieran trabajar por el puro placer de hacerlo. La elección de una profesión o
de unos estudios por motivos vocacionales permite a las personas que se lo pueden permitir
una existencia más placentera, pues “trabajar” en una profesión o empleo que nos gusta se
convierte más en un placer que en un trabajo. Martín de Riquer, profesor, ensayista y
reconocido como el mayor experto en “El Quijote” solía declarar “¿Sabe joven? Yo no he
trabajado en mi vida. Yo nunca he trabajado, me he divertido. El mejor consejo que puedo dar
es que busquen una manera de ganarse la vida que les divierta. Todo lo que he hecho ha sido
por placer”. Falleció en 2013 a los 99 años.
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de los infinitos recursos disponibles. No existiría el comercio internacional, ya que, con una
abundancia total, no tendría sentido transportar las cosas de un lugar a otro. Por último, no
habría diferencias de riqueza entre las naciones porque todos tendríamos tanto como
quisiéramos. No habría algo como países pobres y ricos: todos los países serían infinitamente
ricos.
Como podemos observar, este mundo de ciencia ficción, de abundancia total, no
plantearía preguntas a la Economía. Lo que produce las preguntas de esta ciencia es el hecho
universal de la escasez.
La elección
Las elecciones son necesarias puesto que los recursos son escasos. Debido a la falta de
recursos suficientes para producir todo lo que quisiéramos consumir, deben existir algunos
mecanismos a través de los cuales se decida lo que se hará o no; qué bienes serán producidos y
cuáles no: cuál será la cantidad de cada bien producido y qué necesidades se satisfarán y
cuáles no.
A estas alturas es ineludible destacar que la decisión por la cual quiere tenerse más
cantidad de una cosa implica forzosamente la decisión de tener menos de otra. Todas las
sociedades se enfrentan a este problema y de alguna manera debe tomarse una decisión acerca
de este tipo de cuestiones. En la mayoría de las sociedades, muchos individuos y
organizaciones toman estas elecciones o influyen sobre ellas. Los consumidores individuales,
las empresas, los sindicatos obreros, los agricultores y las instituciones del gobierno, todos
ellos ejercen su influencia. Una de las diferencias entre economías tan dispares como la de los
Estados Unidos, el Reino Unido, España, la India y Rusia, consiste en el grado de influencia
que los diferentes grupos o agentes económicos tienen en estas elecciones.
Ante todos los problemas que se plantean a los individuos y a las empresas, lo que
pretende la Economía es ofrecer un método para ordenar y establecer prioridades, a la hora de
tomar decisiones sobre las necesidades individuales o colectivas que se desea satisfacer. Por
eso algunos autores la han denominado también la Ciencia de la Elección.
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El coste de oportunidad
La noción de escasez nos lleva a la noción de coste, la cual, desde un punto de vista
económico, se define como el valor del que un individuo debe prescindir para adquirir un bien
escaso. El coste es, por tanto, el resultado directo de la escasez de recursos. La escasez de
recursos constituye la base de todos los problemas económicos, ya que, como consecuencia de
la escasez, los individuos y las sociedades deben elegir, y el papel principal del economista es
analizar la escasez y el proceso de elección.
Como los recursos son escasos, estamos obligados a escoger. Una elección significa la
posibilidad de obtener una cosa u otra. Si se elige tener más de una cosa y existe una elección
verdadera, tendrá que obtenerse menos de otra. Imaginemos a los miembros de una economía
doméstica, por ejemplo, una familia típica con una cierta cantidad de recursos que responden a
esta pregunta: ¿Cómo utilizaremos nuestros recursos? Si tenemos más de esto, entonces
tendremos menos de aquello. Si por coste queremos significar lo que uno tiene que
desprenderse para obtener algo, entonces el coste de tener más pan es tener menos de alguna
otra cosa. Supongamos que en este caso la unidad de consumo decide suspender sus
programas de cine. Si el precio de una barra de pan es la décima parte de una entrada de cine,
entonces el coste de diez barras de pan es la pérdida de una sesión de cine; o, visto de otra
manera, el coste de una sesión de cine es no comprar diez barras de pan.
Consideremos ahora el mismo ejemplo de la sociedad en su conjunto. Si el gobierno
decide construir autopistas o rescatarlas de la quiebra y, en consecuencia, se encuentra con que
tiene que suspender determinadas construcciones escolares o de servicios sanitarios, entonces
el coste de las nuevas autopistas puede venir expresado en tal número de escuelas o camas
hospitalarias por kilómetros de autopista construida o rescatada. Si el gobierno decide que
deben dirigirse más recursos a la producción de armas, entonces no podrá producir
determinados bienes, y la elección deberá hacerse entre "cañones y mantequilla", con el coste
de uno de ellos expresado en términos de la cantidad de pérdida del otro. El término que el
economista utiliza para expresar los costes desde el punto de vista de las alternativas perdidas
es el de coste de oportunidad.
Resumamos brevemente nuestro razonamiento. Muchos de los problemas del análisis
económico surgen de la utilización de recursos (tierra, trabajo y capital) para satisfacer las
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necesidades humanas. Los recursos se utilizan para producir bienes y servicios, que son
entonces consumidos por las economías domésticas para satisfacer sus necesidades. El
problema de la elección aparece como consecuencia de que los recursos son escasos en
relación con las necesidades ilimitadas que podrían llegarse a satisfacer.
Coste externo: No todos los costes de oportunidad que nos vemos obligados a pagar
resultan de nuestras propias elecciones. Algunas veces los demás hacen elecciones que nos
imponen costes de oportunidad; nuestras propias elecciones, por otra parte, pueden imponer
costes de oportunidad a otras personas. Por ejemplo, cuando usted disfruta de una bebida fría
de su refrigerador, parte del coste de oportunidad (que los demás pagan) lo constituye el
aumento de dióxido de carbono en la atmósfera, producto del consumo de carbón en la
generación de energía eléctrica que usa el refrigerador.
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La mejor alternativa desechada: Al medir el coste de oportunidad, valoramos sólo la
mejor alternativa desechada. Consideremos el siguiente ejemplo: supongamos que usted debe
asistir a una clase de “Fundamentos de Economía y Administración de Empresas” a las 9:00
hh. el jueves por la mañana. Se le presentan dos alternativas: quedarse dos horas más en la
cama o ir a correr y al gimnasio. No es posible quedarse en la cama e ir a correr durante la
misma hora. El coste de oportunidad de asistir a la clase no es el coste de una hora en la cama
y el coste de ir a correr durante una hora. Si éstas fueran las dos únicas alternativas que usted
tuviera en cuenta, entonces tendría que decidir cuál de las dos haría en lugar de asistir a la
clase. El coste de oportunidad de asistir a la clase para un deportista es la hora de ejercicio; el
coste de oportunidad de asistir a la clase para un dormilón es disfrutar de dos horas adicionales
de sueño.
La escasez implica un coste: el coste de oportunidad; también implica otra
característica humana fundamental: la competencia.
Otra noción importante, en la que los economistas ponen mucho énfasis, es el hecho de
que el procedimiento seguido para la elección entre diferentes alternativas en la vida
económica habitual no suele ser de todo o nada, sino de un poco más de esto a cambio de un
poco menos de lo otro. Es decir, en términos económicos el proceso de decisión se toma en el
extremo o margen, o sea, comparando los costes y los beneficios entre una situación dada y
otra posible que sólo difiere de la precedente en una pequeña cantidad. Supongamos un
estudiante que está intentando decidir entre el tiempo a dedicar a preparar una asignatura de
programación y una asignatura de Economía. El tiempo total de que dispone para ambas es de
diez días, y las distintas combinaciones posibles de tiempo de estudio le dan una probabilidad
mayor o menor de aprobar una u otra asignatura. Para mayor sencillez suponemos que si
dedica los diez días a una sola asignatura, la probabilidad de aprobar es del 100%. Si la
elección que se realiza es la (a) del cuadro siguiente, el estudiante dedicará todo su tiempo a la
programación y la probabilidad de aprobar esta asignatura sería del 100%, frente a 0% en la
Economía. El caso (f) sería el contrario, mientras que en las opciones intermedias las
posibilidades son variables para cada asignatura.. El estudiante deberá elegir entonces entre
alguna de éstas, y, como en este caso, en la vida real el proceso de selección estará basado en
evaluaciones de costes y beneficios combinados de las diferentes alternativas. El beneficio de
estudiar dos días más una asignatura se realizará a base del coste de reducir las probabilidades
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de aprobar la otra. La decisión se tomará entonces ponderando los costes y beneficios en el
margen. Este proceso de toma de decisiones en el margen también se denomina análisis
marginal y constituye el mejor método conocido para encontrar el óptimo o el nivel más
deseable de consumo, de producción o de fijar el nivel de cualquier actividad.
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Días Probabilidad de
aprobar Programación
(a)
10 días (100%)
(b)
c)
(d)
(e)
(f)
10 días Días
Figura 1. La elección se realiza en el margen. Los individuos pueden elegir entre diversas alternativas.
Habitualmente estas opciones están basadas sobre evaluaciones de los costes y los beneficios de las distintas
alternativas. El beneficio de estudiar Economía tiene el coste de un menor tiempo para estudiar Programación. Las
elecciones no suelen ser de todo o nada, sino intermedias, con una parte de una cosa y una parte de otra.
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recursos productivos con mayor o menor intensidad a la producción de un tipo u otro de
bienes.
Supóngase, para mayor sencillez, que los bienes que un país produce se dividen en dos
grandes grupos: bienes de consumo privado y bienes de consumo público. Si todos los
recursos de la economía se emplearan exclusivamente a la producción de bienes de consumo
privado, podríamos obtener una cantidad determinada de estos. Si de este esquema de
producción vamos retirando gradualmente recursos de la producción de bienes de consumo
privado y dedicándolos a la producción de bienes de uso público, vamos transformando
gradualmente la producción de bienes privados en producción de bienes públicos.
Supóngase que nos fijamos en el sector de los medios de locomoción. Si designamos a
los automóviles como bienes privados y a los autobuses como bienes públicos, nos podríamos
encontrar con una producción hipotética como la siguiente (cuadro 1):
Cuadro 1
Hipótesis Automóviles Autobuses
(miles) (miles)
A 1.000 0
B 950 30
C 850 60
D 700 90
E 450 120
F 0 150
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nuestra frontera de la producción no tenemos más posibilidad que un reparto entre los dos
bienes.
Este proceso se puede representar también gráficamente (figura 2). Podemos observar
cómo al desplazarnos desde A hasta F estamos desplazando recursos de la producción de
bienes de uso privado hacia la producción de bienes de uso público o, en general, de la
producción de una clase de bienes a la producción de otros. A este proceso los economistas lo
denominan proceso de reasignación de recursos dentro de una economía.
La curva obtenida en la figura representa el máximo de posibilidades de producción y
nos muestra cómo en circunstancias de ocupación total de los recursos, para incrementar la
producción de un bien habrá necesariamente que disminuir la de algún otro. Repetimos, esta
curva se denomina curva de posibilidades de producción o también curva de transformación
como ya señalamos al principio de este apartado. Como puede observarse, a lo largo de esta
curva la producción se va transformando de unas combinaciones de bienes en otras. ¿Cómo lo
hace? A través de un proceso de elección que nos permite elegir entre combinaciones de
productos. La lógica nos dice que ya que los recursos son escasos, que fabricar más
automóviles implica fabricar menos autobuses y viceversa.
Figura 2. La curva de transformación o frontera de producción. Cuanto mayor es el número de autobuses que
se producen, el coste de oportunidad por autobús se incrementa. El coste de oportunidad de producir 30.000
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autobuses es de 50.000 automóviles. El costo de oportunidad de producir otros 30.000 autobuses más es de
100.000 automóviles, y así sucesivamente.
Crecimiento económico
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Figura 3. Tecnología y crecimiento económico. a) Un avance tecnológico general expandiría la totalidad de la
curva de producción. b) Un avance tecnológico en un producto concreto (bien Y) expandiría la curva de
producción de dicho bien.
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Figura 4. Diferentes combinaciones productivas. Los puntos situados en la curva de transformación o frontera de
producción muestran las combinaciones de pleno empleo de los recursos. Las combinaciones fuera de la curva no
son alcanzables, ya que no existen recursos para ello. Por el contrario, los puntos dentro de la curva suponen la no
utilización de algunos recursos.
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Enfoque de utilidad ordinal.
El enfoque cardinal
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2 4,5 1,5
3 5,2 0,7
4 5,8 0,6
5 6,2 0,4
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Figura 5. Utilidad total y marginal. La utilidad total aumenta con el consumo (Figura 5a). Los valores del
Cuadro 1 muestran que lo hace a un ritmo decreciente. A medida que la cantidad consumida de un bien
aumenta, la utilidad marginal de este bien tiende a disminuir (Figura 5b).
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Cuando el precio de un bien aumenta, la cantidad óptima demandada por el
consumidor se reducirá porque el cociente entre la unidad marginal y el precio se reducirá
y, en consecuencia, la curva de demanda tendrá una inclinación negativa (Figura 5b). A
todos nos parece lógico demandar menos cantidad de un producto cuanto mayor sea su
precio. Este hecho se explica porque el ratio entre la unidad marginal y el precio tendrá un
menor valor.
La paradoja del agua y los diamantes puede ser explicada por el concepto de utilidad
marginal. Esto es, por qué el precio de los diamantes es mucho mayor, aunque la utilidad
del agua sea mayor.
La explicación se basa en la distinción entre la utilidad total y la utilidad marginal.
El precio está relacionado directamente con la utilidad marginal y no con la utilidad total.
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Los individuos compran un bien hasta que el cociente entre su utilidad marginal y el precio
es igual al de otros bienes. En nuestro caso adquirimos agua hasta que el ratio de la utilidad
marginal del agua entre el precio del agua sea igual que la utilidad que la utilidad marginal
de los diamantes entre el precio de los diamantes.
Por ejemplo: el último litro que bebemos o utilizado para regar reporta una utilidad
muy reducida, sin embargo, el último y quizá único diamante que compra una persona
normalmente proporciona una elevada satisfacción. Por lo tanto, no es extraño que los
individuos estén dispuestos a pagar unos precios más elevados por los diamantes
adicionales que por el agua adicional. El ratio de la utilidad marginal de los diamantes entre
el precio de los diamantes sólo se igualará al de resto productos cuando el precio de los
diamantes sea muy alto.
Debe destacarse que la utilidad total que el agua reporta a un individuo es superior a
la utilidad que proporcionan los diamantes, pero es la utilidad marginal, la del último
diamante o último litro de agua consumido, la que determina el precio.
Un individuo perdido en el desierto (sin agua) seguramente intercambiará un litro de
agua por un diamante si corre el riesgo de morirse de sed. Tampoco el precio de un caballo
es el mismo para un tratante de ganado que para Ricardo III en el fragor de la batalla. En
ese momento para el rey Ricardo II no hay nada más útil que disponer de un caballo que sea
capaz de librarle de sus atacantes y de una muerte segura, como así aconteció.
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