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El documento habla sobre cómo la pandemia ha causado grandes cambios en la forma de vivir y ha generado ansiedad y depresión. Sin embargo, también representa una oportunidad para desarrollarse de manera integral cuidando la salud física, psicológica y social a través de actividades como comer saludable, hacer ejercicio, meditar, aprender cosas nuevas y pasar tiempo con otros de manera virtual o presencial. Vivir no significa protegerse excesivamente sino adaptarse a la nueva realidad y aprovechar cada día para valorarse a sí mismo
Descripción original:
Título original
Abriendo las puertas a una nueva conciencias de salud integral
El documento habla sobre cómo la pandemia ha causado grandes cambios en la forma de vivir y ha generado ansiedad y depresión. Sin embargo, también representa una oportunidad para desarrollarse de manera integral cuidando la salud física, psicológica y social a través de actividades como comer saludable, hacer ejercicio, meditar, aprender cosas nuevas y pasar tiempo con otros de manera virtual o presencial. Vivir no significa protegerse excesivamente sino adaptarse a la nueva realidad y aprovechar cada día para valorarse a sí mismo
El documento habla sobre cómo la pandemia ha causado grandes cambios en la forma de vivir y ha generado ansiedad y depresión. Sin embargo, también representa una oportunidad para desarrollarse de manera integral cuidando la salud física, psicológica y social a través de actividades como comer saludable, hacer ejercicio, meditar, aprender cosas nuevas y pasar tiempo con otros de manera virtual o presencial. Vivir no significa protegerse excesivamente sino adaptarse a la nueva realidad y aprovechar cada día para valorarse a sí mismo
Abriendo las puertas a una nueva conciencia de salud integral:
Perdiendo el miedo a vivir. (dirigido a jóvenes)
Por: Norma Díaz Arana
En marzo del 2020 oíamos por medio de noticieros y en redes sociales la incidencia en nuestro país del COVID-19. Los primeros meses de este año vinieron llenos de cambios: en la convivencia familiar, en los hábitos sociales, a nivel social, económico … ¿Y por qué no? A nivel personal existió (y existe aún) todo un quiebre. Todos los cambios que se dieron en nuestro entorno ocasionaron una revolución en la forma de vivir que muchos teníamos. Y creó -en su momento - un gran impacto en nosotros. Sin importar la edad (niños y adolescentes, o adultos mayores) , la ubicación geográfica o rubro laboral, ésta realidad cambió todo lo que creíamos de lo que “debería ser” o lo que teníamos “asegurado”. (Garay, 2020). Y es ahí en donde de repente empezaste a concebir la gran importancia de la compañía de tus seres queridos. De repente los empiezas a conocer de una forma más consciente y te das cuenta que están más asustados de lo que tú crees. Y de repente te asusta salir afuera de tu casa. Realizar las actividades cotidianas (y necesarias) como comprar pan o abarrotes se vuelve un desafío rotundo. Los niños desean ser niños y los padres empiezan a generar vínculos con la tecnología en pro de la educación de sus hijos y la generación de redes laborales y un giro distinto en su proyección laboral futura. (Maldonado, 2020). Los padres finalmente trabajan, juegan, socializan y educan en casa. Es predecible y natural el despliegue de un proceso adaptativo con múltiples matices emocionales y la necesidad de una re-educación en la manera en cómo se ha estado viviendo hasta este entonces. La ansiedad y depresión han sido los trastornos más frecuentes en niños y adolescentes en los últimos años. (Garay, 2020). Sin embargo, es precisamente en estos tiempos en donde se constituyen como los más frecuentes sin discriminación alguna de edad, sexo y estrato socioeconómico. Hay personas que, ante la falta de estructura externa, han experimentado una falta de organización general: esto es, no solo en lo relacionado a las tareas académicas, sino a actividades relacionadas con ellos mismos /mismas. La importancia de la gestión de emociones, resolución de conflictos y autocuidado son pilares importantes para afrontar este cambio coyuntural. (CDC, 2020; Saravia, 2020). Es ahora en donde existe la necesidad de concebir la salud desde un enfoque biopsicosocial: el cuidado del estado físico (alimentación sana, ejercicio físico), psicológico (espacios para meditar, organizarse, aprender algo nuevo, crear y / o compartir algo, disfrutar del momento presente, tener momentos personales para comprender y dar solución a conflictos mediante el propio autoanálisis y afronte adaptativo) y social (hablar con amistades/familiares por redes, disfrutar y compartir momentos con la persona a tu lado) son ahora los mejores aliados que se tienen para favorecer nuestro desarrollo integral y adaptación biológica (favoreciendo el sistema inmune) y psicosocial (aprendizajes generados por la interacción con el medio) , dirigiéndonos hacia una nueva concepción de “vida” (Saravia, 2020; Garay, 2020) . Vivir no es quedarte en casa sin hacer nada (con tal de estar protegido). Me refiero a irte adaptando a la realidad de protegerte lo necesario para rehacer tus planes, tu propio camino, mas no a protegerte excesivamente- del resto y de tu propia experiencia personal de crecimiento- hasta tal punto de perderte a ti mismo/misma. Tenemos este momento para vivir desde un plano más consciente, aún en momentos distintos como éstos. El concepto de “protección” o “vida” no se remite a ser ajenos a éste nuevo aprendizaje hacia la flexibilidad y apertura a lo nuevo. Vivir es tener todos los días la oportunidad de saber cuán importante y valioso eres y cuánto – desde donde te encuentras- puedes hacer por la sociedad de la cual formas parte, esto es, empezando por ti mismo/misma.