04 Harris

ADVERTENCIA
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escenas sexuales explícitas de M/M y por ello es solo apto para
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Libro 04: HARRIS
Fel Fern
Howling Wolf Libro 04: Harris
Sinopsis
Un bar. Cuatro hermanos hombres lobo rudos, posesivos y
sexys que buscan el amor.
El hombre lobo dominante Harris sabe que está mal querer a

Nick. Por un lado, Nick es su profesor humano en la universidad y
está fuera de los límites. Ha estado enamorado de Nick durante
años, pero mantiene las distancias, hasta la noche en que salva a
Nick de un grupo de homofóbicos. Harris nunca ha sabido lo que es
enamorarse. Ha tenido encuentros, pero Nick es diferente,
especial. Pero el humano no está listo para un vínculo de
apareamiento.
Nick sabe que está mal querer a su alumno, pero cuando Harris
aparece en su puerta con flores para ver cómo le va, Nick sabe que
no puede mantenerse alejado. Cuando Harris desaparece, Nick se ve
obligado a buscar a su antiguo alumno. Nick encuentra a Harris
dirigiendo un bar con sus tres hermanos hombres lobo, y se
pregunta dónde encaja en esta imagen.
¿Puede un profesor desaliñado hacer que funcione con el

último hermano Winter sin pareja?
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Fel Fern
Capítulo 1
El hombre lobo Harris Winter debatió si deshacerse de las
flores e ir solo con el vino. Las puertas del ascensor se abrieron de
golpe. Demasiado tarde para decidir ahora. Salió, nervioso como el
infierno.
Harris no debería estar aquí y, sin embargo, dio los últimos

pasos hacia el apartamento al final del pasillo. Afuera, la nieve caía
en gruesos montones. Joder. No le agradaba volver a su frío
dormitorio, preguntándose por qué no tenía las agallas para hacerlo.
En el momento en que el profesor asistente entró en la sala de

conferencias, su lobo interior se volvió loco al reconocer a su
pareja.
Sus tres hermanos mayores se reirían mucho si supieran su

situación. Lástima que Dev, Cade y Riley estuvieran de regreso en su
pequeña ciudad natal de Green Creek, tratando de mantener a flote
el destartalado bar de su padre, el Howling Wolf1.
Se paró frente al apartamento de Nick, mirando los números

allí, antes de transferir las flores a su otra mano y tocar el timbre.
No hubo respuesta, pero su lobo sintió que el apartamento no

estaba vacío. Trató de llamar a la puerta. El fuerte golpe de sus
nudillos le hizo estremecerse. Dijo mucho cuando Harris perdió el
control de su fuerza sobrenatural.
1
Nota del T: Howling Wolf significa El Lobo Aullador, se deja así por ser el nombre del bar.
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Fel Fern
Todos sus nervios se disiparon cuando el profesor abrió la

puerta. Está bien, mala idea seguir llamando así a Nick. Harris
cumplió veintidós años hace una semana y Nick sólo tenía treinta y
uno. La diferencia de edad no era gran cosa y Nick era solo un
asistente de enseñanza, no un verdadero profesor.
Dios. Las mentiras que Harris se decía a sí mismo eran

ridículas.
El lobo dentro de él era un luchador dominante y se negaba a

dejar ir a Nick.
El humano abrió la puerta, luciendo demacrado, con círculos

oscuros debajo de los ojos. Era la primera vez que Harris veía al
hombre mayor sin su habitual traje marrón con coderas y sus
ridículas corbatas. Era cosa de Nick llevar esas corbatas. Un día, la
impresión estaba llena de perritos calientes bailando. El siguiente,
lleno de pajaritas.
Extravagante y divertido.
Nick parpadeó, como si no pudiera creer que Harris estuviera

en la puerta.
—¿Qué estás haciendo aquí? —Susurró Nick.
Harris detectó miedo en su voz y algo más. Emoción.

Anticipación. Harris no se ofendió. Después de todo, solo unos días
atrás, un grupo de deportistas se habían aliado contra Nick detrás
del callejón de un bar.
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Fel Fern
Harris hizo un breve trabajo con ellos. Fue fácil. Harris se

había criado en una casa con hermanos rudos y, a pesar de su edad,
había ganado varias peleas contra otros cambiaformas. Tratar con
tres matones humanos demasiado grandes no fue un gran problema.
—Dijiste que odiabas pasar las vacaciones solo, —dijo Harris.

—Que podía venir en cualquier momento para comprobar cómo te
está yendo.
Nick lo miró con los ojos entrecerrados y luego vio sus flores y
su vino.
Harris de repente se sintió como el tonto más grande del

mundo. Joder, ¿acababa de interpretar mal la situación? No había
imaginado a Nick besándolo en ese callejón, aferrándose a él como
si Harris pudiera traerle la salvación.
Me siento seguro contigo, le había susurrado a Nick. No me

dejes todavía.
Harris se demoró, a pesar de que tenía un trabajo que

entregar al día siguiente. Hablaron toda la noche. Nick dejó escapar
que odiaba pasar las noches solo, insinuó a Harris que lo visitara.
Demonios, Nick incluso garabateó su dirección con un marcador
permanente en el antebrazo de Harris. La tinta seguía allí,
descolorida, pero permanecía como prueba de su encuentro.
Al final, tal vez Harris malinterpretó todas las señales. Habían

cambiado cien, quizás miles de miradas acaloradas en la sala de
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Fel Fern
conferencias. Cuando Nick pensó que nadie estaba mirando, Harris

pudo sentir que su mirada se detenía en él.
Nunca le gustó sentarse en la primera fila de todas sus clases,

pero hizo una excepción con Nick, sabiendo que a Nick le gustaba
mirarlo.
—Estos son para ti. Solo quería verte. Claramente estás bien,
—Harris se apresuró a pronunciar las palabras y empujó vino y
flores a los brazos de Nick.
Podía sentir su cara ardiendo. La bestia que gruñía en él lo

reprendió por ser un cobarde. Toda la energía reprimida en él lo
molestaría, pero una carrera en el clima frío ayudaría. Dándose la
vuelta, caminó hacia el ascensor.
—Harris, espera. Por favor. Me tomaste por sorpresa —le

gritó Nick.
Me llamó por mi nombre de pila, no por mi apellido.
Harris se volvió para ver a Nick todavía de pie junto a la

puerta, mordiéndose el labio inferior. Mierda. Esa boca lo volvió
loco. ¿Cuántas veces Harris se había imaginado deslizando su pene
entre los labios de Nick o reclamando un beso de Nick?
—Por favor, —repitió Nick, una súplica silenciosa en sus ojos.
Joder, pero Harris no podía inventar una excusa en ese

momento. ¿Cómo iba a decirle a Nick que era una mala idea, que lo
mejor que podía hacer Nick era regañarlo y dejar ir a Harris?
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Fel Fern
¿Sabía Nick qué tipo de animal violento tenía Harris dentro de

él?
Los pensamientos de inclinar a Nick, joderlo desde atrás y

cerrar la mano alrededor de su polla se repitieron una y otra vez en
su cabeza.
Un gruñido salió de su garganta y los ojos de Nick se

agrandaron una fracción.
—Tú sabes lo que soy, profesor, —dijo, con la voz un poco

gruñona y desigual.
****
Al ver que los ojos de Harris Winter se volvían dorados, Nick

tragó saliva. Por supuesto, Nick sabía que Harris escondía una
bestia en su interior. Cada miembro del personal de la universidad
tenía una lista de sus estudiantes, especialmente aquellos que
estaban registrados como paranormales.
Su corazón comenzó a acelerarse un poco más, como todas

esas veces que estuvo tan cerca de Harris. ¿Podía Harris oír los
cambios en su respiración, la forma en que su corazón amenazaba
con estallar en su pecho? ¿Los hombres lobo oían tan bien?
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Fel Fern
Nick era el adulto aquí, debería tener el control y, sin

embargo, cuando Harris estaba presente, el mundo ya no tenía
mucho sentido. Hace tres días, Nick pensó que iba a morir, golpeado
y violado por tres matones homofóbicos que asistían a sus
conferencias.
Siempre había sido abierto acerca de su sexualidad en sus

páginas de redes sociales, porque se fueron esos días oscuros en
que un maestro tenía que esconderse en el armario.
Se tocó la garganta por reflejo, recordando cómo gritó hasta

quedarse ronco cuando uno de ellos lo sujetó. Solo Harris escuchó
sus gritos de ayuda.
No. Nick no le tenía miedo al animal de Harris. Harris podía ser

un cambiaformas, pero no era un monstruo, no como los chicos del
callejón.
Se abrieron las puertas del ascensor. Nick esperó, sabía que,

si Harris subía, lo perseguiría.
Las siguientes palabras de Nick podrían cambiarlo todo, lo

sabía.
—Entra por favor. Está helando fuera. Caliéntate primero, al

menos. Toma una copa conmigo—. Nick no sabía quién era este
hombre valiente, cómo se las arregló para pronunciar esas palabras
sin tartamudear.
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Fel Fern
Harris dio un par de pasos hacia él, como si estuviera

evaluando si Nick cambiaría de opinión. Mierda, pero el hombre lobo
era como un dios griego que cobrara vida. La primera vez que Harris
le hizo una pregunta impertinente en la sala de conferencias, el
hombre lobo lo dejó completamente mudo.
Con 1,83 cm de músculo sólido, cabello oscuro y ojos verdes,

Harris tenía la constitución de un Linebacker2. Solía jugar para el
equipo de fútbol de la universidad, pero lo dejó.
Este chico no solo era lindo, era jodidamente hermoso. Ese

había sido el primer pensamiento de Nick, seguido de la
comprensión de que no debería estar pensando en su alumno de esa
manera.
No estaba tan mal querer a Harris. Según su expediente,

Harris tenía veintidós años, era un adulto. Unos pocos años más
joven que Nick.
Sabía que los chicos y chicas de la universidad rondaban a

Harris. A juzgar por los rumores, Harris no tenía problemas para
conseguir a alguien con quien dormir en la cama.
Harris lo alcanzó ahora. Nick dio un paso atrás y mantuvo la

puerta abierta. Una vez dentro, cerró la puerta detrás de él. La
ancha espalda de Harris lo enfrentaba ahora. Harris miró con
curiosidad alrededor de su estudio, antes de volverse y arrojarle
las flores y el vino.
2
Nota del T: Linebacker es una posición defensiva del fútbol americano y canadiense, se sitúan 3 o 4 metros
detrás de la primera línea de defensa
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Fel Fern
—Gracias. Um, las pondré en un jarrón —dijo Nick, caminando

hacia la cocina.
Podía sentir a Harris siguiéndole. Para ser un tipo tan grande,

se movía silenciosamente. Un depredador, se recordó Nick. Sin
embargo, este depredador había extendido su mano cuando todos
los demás ignoraron sus gritos.
La tensión aumentó cuando Nick colocó las flores en un jarrón.
—¿De dónde las sacaste? Son hermosas.
—Las compre en la floristería de la ciudad, —respondió Harris.
—Disculpa por mis modales, ¿puedo tomar tu abrigo? —

Preguntó.
—Eh. Tan formal—. Harris le entregó su abrigo de invierno.
Debajo, Harris solo vestía una camiseta delgada. Nick miró la

tinta negra que se enroscaba alrededor de los impresionantes
brazos de Harris. Más viajaba por el cuello de Harris y más abajo.
Nick se preguntaba en privado cuánta de la piel de Harris estaba
cubierta de tatuajes.
Tragó, avergonzado de que lo sorprendiera mirándolo.
Después de colgar el abrigo de Harris, preguntó:
—¿Quieres un trago?
—Cerveza, si tienes.
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Fel Fern
Por supuesto. Un dios griego corpulento bebía cerveza.
Cogió dos botellas de la nevera. Harris se había acomodado en

el sofá de la sala de estar, prácticamente ocupando el espacio
destinado a dos asientos. Entregando a Harris una cerveza, tomó un
sorbo de la suya.
El alcohol parecía una mala idea.
—Estabas calificando exámenes, —dijo Harris, señalando con

la cabeza los exámenes esparcidos sobre la mesa de café.
—No me importa la distracción.
Buen señor. ¿Nick realmente estaba coqueteando? En sus tres

décadas en este mundo, Nick siempre tuvo problemas para
mantener una relación. Los hombres con los que salía siempre
parecían encontrar defectos que no les gustaban.
Nick quería quedarse a largo plazo, pero todos sus ex novios

tenían otros planes. Hacía mucho que había aceptado que era
mediocre, aburrido. Por eso el interés de Harris lo desconcertó.
—¿Qué estás pensando? —Preguntó Harris. Nick estaba

dudando de todo, pero el hombre lobo parecía completamente
relajado, desplomado contra su sofá, sorbiendo su cerveza.
Harris hizo la foto perfecta. Así, Nick pudo ver la V perfecta

del torso de Harris, ver destellos del estómago bronceado y los
abdominales inferiores de Harris. Allí había más tinta. Su mirada se
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Fel Fern
detuvo en el rastro polvoriento de cabello oscuro que desaparecía

por los jeans de Harris.
Nick sabía que Harris le había hecho una pregunta, pero no

podía recordar cuál. Su propia erección era evidente y se giró hacia
un lado, fingiendo parecer indiferente.
—Me estás mirando como si quisieras montarme, profesor, —

dijo Harris arrastrando las palabras con esa voz profunda y
arrogante que derritió sus entrañas como gelatina.
14
Fel Fern
Capítulo 2
Nick no sabía si quería abofetear a Harris o aceptar la oferta
del hombre lobo.
—Para. Sabes que nada bueno saldrá de esto, —argumentó

Nick.
—Me invitaste a entrar, cuando podrías haberme echado.

¿Estás cambiando de opinión? —Harris tomó un largo trago de su
bebida.
Nick miró los músculos de la dorada garganta de Harris. En el

fondo, sabía que había perdido la pelea antes de comenzar. Harris
tenía razón. Pasar tiempo con su salvador, su alumno, parecía una
opción mucho mejor que pasar la fría noche solo.
—Sí. No.
Harris dejó la cerveza.
—Toma una decisión, Profe.
—No me llames así. Solo soy un asistente de enseñanza.
—¿Por qué no? ¿No suena más sexy, más tabú para tus oídos?
Nick se sonrojó hasta las raíces. Nunca había sido bueno en el

juego de las citas, pero maldita sea. Estar cerca de Harris lo
convirtió nuevamente en un adolescente nervioso.
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Fel Fern
—¿Por qué me ayudaste? —Soltó en voz alta. —De vuelta atrás,

nadie más vino por mí. Lo hiciste. ¿Por qué?
Dios. Qué rompedor de humor. Nick deseaba poder

retractarse de las palabras. La expresión divertida de Harris se
volvió seria y se veía peligroso, grande y hermoso de nuevo. La ira
silenciosa pareció brotar del gran hombre.
—Olí tu miedo. Mi lobo vio rojo y nada más.
—¿Tienes sentido de la justicia? —Preguntó.
Los ojos de Harris ardieron en un dorado profundo. El hombre

lobo lo miró fijamente como si pudiera ver más allá de todas las
inseguridades de Nick y realmente ver su alma en conflicto.
—No. —Harris se frotó los nudillos y Nick notó que tenían

cicatrices. El hombre lobo aparentemente había estado en muchas
peleas.
—Lo siento. No quise mencionar eso. Supongo que quería saber

si lo hiciste por lástima, —murmuró, mirando la alfombra. ¿Por qué
la habitación se sintió repentinamente caliente?
Se arrepintió de haber sacado a relucir el pasado, ojalá

pudiera haber actuado con calma y aceptar la oferta de Harris.
Nick ciertamente no había tenido relaciones sexuales en un tiempo.
Demonios, nunca había tenido una aventura de una noche, pero

tenía la sensación de que Harris sabía lo que estaba haciendo. ¿Nick
era simplemente una conquista para él? Si era así, a Nick no le
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Fel Fern
importaba. Harris era la última persona en la tierra que lo

lastimaría, era quien no dudaría en protegerlo.
El conocimiento de que tenía algún tipo de caballero con

armadura brillante cerca se sintió como una especie de viaje de
poder. Se conocieron en una situación jodida, pero Nick no podía
negar que compartían algo especial. Cuando Harris le tendió una
mano para ayudarlo a levantarse, su protector hombre lobo todavía
temblaba de furia. El mundo entero de Nick se comprimió entre
ellos dos y la mano cálida y fuerte de Harris.
Parpadeó. Harris ya no estaba en el sofá. Él tragó. Harris se

volvió borroso, de repente a escasos centímetros de él. Los latidos
de su corazón se aceleraron. Una mezcla de miedo y emoción lo
recorrió cuando Harris se pasó los dedos por la mandíbula con
rastrojo de un día. Harris ahuecó su mejilla, por lo que Nick estaba
casi indefenso para mirarlo.
Al estar tan cerca, se dio cuenta de cuán enorme era

realmente Harris. Así de cerca, podría extender la mano, deslizarla
por debajo de la camiseta de Harris y pasarla por todos esos
músculos. Su polla se movió en sus jeans. ¿Cómo podía excitarse así
con un simple toque?
La intensidad de la mirada de Harris, el hambre desnuda allí lo

azotaba, encendía un calor en sus entrañas. ¿Harris podía ver su
erección?
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Fel Fern
—No te salvé por lástima. No soy un buen tipo, Nick. He hecho

cosas de las que no estoy orgulloso—. Harris le pasó los dedos
callosos de un lado a otro por la mejilla.
Esos dedos, las cicatrices en los nudillos del hombre lobo, le

dijeron a Nick varias cosas. Primero, Harris no era ajeno al trabajo
duro. En segundo lugar, Harris era más de lo que parecía. En tercer
lugar, Harris era un completo extraño para él. Siempre fantaseaba
con su alumno, sin pensar nunca en las profundidades que escondía
Harris. Eso lo avergonzó un poco.
—¿Cuál es la verdadera razón entonces? —Susurró Nick.

Harris tocándolo se sintió bien, increíble. Quería más, que Harris
cruzara la línea. Cada músculo de su cuerpo estaba tenso, listo para
entrar en acción, pero quería que Harris hiciera el primer
movimiento.
—En el momento en que te olí, supe que eras mío—. Harris

sonrió, mostrándole a Nick los bordes ligeramente afilados de sus
dientes.
Nick estaba desconcertado, atónito. Harris dijo esas palabras

con tanta confianza, con una posesión tan feroz. Dios sabía que lo
hacía sentir mareado al escuchar esas palabras. Harris las lanzó
como una declaración posesiva. Se estremeció.
Harris pasó los dedos por su garganta, su toque como el beso

de una pluma, pero todo su cuerpo se sentía colgado. El hombre lobo
se movió más abajo, por sus clavículas, sus pectorales, estómago y
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Fel Fern
costillas, y alcanzó el dobladillo de sus jeans. Harris se detuvo allí,

dudando.
Cuando las cosas se ponían demasiado calientes entre él y sus

citas, Nick siempre se echaba atrás en el último segundo. Quizás él
era el que estaba aterrorizado por el compromiso. Este hombre fue
capaz de derribar todas sus cuidadosas barreras y exponer su
verdadero yo. A Nick ya no le importaba.
—Tienes razón. Quizás fue una mala idea —murmuró Harris, a

punto de darse la vuelta, pero Nick los sorprendió a ambos
agarrándolo del hombro.
—¿Qué demonios? ¿Te burlas de mí así y te retiras? —

Demandó.
—Joder, profe. Cuando estás enojado, solo se me endurece la

polla.
Su ira hervía a fuego lento.
¿Este cambiaformas hizo que la misión de su vida fuera

sonrojarlo?
—No seas grosero.
—Así es como soy. Además, esa es la punta del iceberg. Si te

dijera todas las cosas sucias que quiero hacerle a ese cuerpo sexy
tuyo, huirías—. Harris se encogió de hombros. —Me criaron tres
hermanos en un bar, ¿qué esperabas?
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Fel Fern
—Yo no sabía eso—. Nick cerró las manos sobre el duro bíceps
izquierdo de Harris. —Bésame.
La orden salió imprudente, llena de necesidad. Harris se volvió

y le pasó un brazo por la cintura para acercarlo.
—Hagamos esto bien, especialmente si un beso es todo lo que

estoy recibiendo, —dijo Harris.
Harris estaba equivocado. La química entre ellos era fuera de

serie. Un beso no sería suficiente. Se sentía como estar en un
automóvil sin frenos, pero no le importaba. Ya perdieron tanto
tiempo procrastinando. Nick se merecía una oportunidad de
felicidad, también de amor. ¿Era el hombre adecuado Harris? Aún
no lo sabía, pero quería intentarlo.
Además, quería volver a escuchar esa palabra de Harris.
Mío. Harris lo dijo como si ya fuera dueño de Nick, en cuerpo y

corazón.
Nick chilló cuando sus cuerpos, pecho e ingle, se tocaron. De

repente odió esta ropa que se interponía en el contacto de la piel.
Harris apretó la parte de atrás de su cuello, inclinó los labios

para un beso. No, esto no se podía llamar así. Harris saqueó su boca,
todo aspereza y mordisco. Se derritió bajo la exigente presión de la
boca de Harris. Harris le metió calor en la garganta, con un sabor a
menta, pino y algo más.
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Fel Fern
Harris mordió y chupó su labio inferior. Un gemido se le

escapó. Cuando empujó la lengua contra sus dientes, se abrió para
que Harris pudiera empujarla por su garganta. Chupó, moviendo las
manos arriba y abajo del cuerpo de Harris.
Nick sintió duros músculos. Deslizó los dedos por debajo del
dobladillo de la camisa de Harris, acariciando los abdominales
inferiores. Cuando Harris se apartó, Nick juró que podía ver a la
temible bestia de Harris acechando detrás de esos ojos llameantes.
—Más, —pronunció, gimiendo cuando Harris apretó su polla a

través de la tela de los jeans.
—Huelo tu necesidad—. Harris gruñó las palabras.
Nunca, en la imaginación más salvaje de Nick, se imaginó a

Harris cayendo de rodillas y tirando de sus jeans hacia abajo con
tanta fuerza que el botón voló.
—Oh, —murmuró, con la lengua trabada al ver al poderoso

hombre lobo arrodillado. Sus jeans y bóxers le caían hasta los
tobillos. Harris miró su polla como si fuera comestible.
—Quiero probar—. Harris no lo expresó como una pregunta.
El hombre lobo ahuecó su nalga izquierda con una mano, le dio

un apretón y luego se inclinó hacia adelante. Harris azotó con la
lengua el líquido preseminal de la punta y lo extendió por toda su
longitud como un lubricante. Cada nervio de su cuerpo se iluminó.
Con cada lamida, Harris enviaba pulsos eléctricos a su ingle.
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Fel Fern
—Infiernos. —Necesitando algo a lo que agarrarse, Nick

entrelazó los dedos en el cabello de Harris. Al hombre lobo no
pareció importarle. Harris se tomó su tiempo, explorando cada
cresta y cada bache. Sin descuidar sus bolas, Harris las chupó en la
boca.
Nick gimió ante la sensación.
—Te sientes increíble, —señaló.
Harris hizo una pausa, riendo.
—Recién estamos comenzando.
Entonces Harris envolvió los pecaminosos labios sobre su eje y

comenzó a tomar a Nick, centímetro a centímetro. Harris podría
ser quien le hiciera una mamada, pero sin duda tenía el control. Una
vez que su punta golpeó la parte posterior de la garganta de Harris,
este se retiró. Movió la mano de su trasero para encontrar su
entrada arrugada. Nick se dobló cuando Harris comenzó a frotar su
agujero.
Harris construyó fácilmente la presión en él. Justo cuando

estaba seguro de que dispararía, Harris sacó la boca de su eje. Nick
dejó escapar un gemido de frustración.
Harris se puso de pie y le dio un apretón a su pesada polla.
—Aún no. No te vendrás sin mi permiso.
—¿En serio?
22
Fel Fern
—Mucho.
—¿Si rompo esa regla? —Se atrevió a preguntar Nick.
—Vas a ser castigado.
—¿T-te gustan las perversiones?
—Las huellas de mis manos se verían jodidamente increíbles en

todo ese firme trasero tuyo —. Harris se acercó a su oído. —O
puedo chupar tu polla una y otra vez, hacerte llegar al orgasmo,
hasta que me ruegues que pare.
—¿Qué tipo de castigo es ese? —Jesús. Sabía que el sexo con

Harris sería una montaña rusa, pero ¿esto? Nick apenas se
reconoció a sí mismo. Le gustaba este nuevo él, ansioso por probar,
por experimentar cosas nuevas.
—¿Nos entendemos?
—Sí, —respondió Nick.
—Bueno. Es hora de que hunda mi polla en ese tentador

agujero tuyo.
—Quiero eso.
—¿Qué es eso, profesor? ¿Quieres mi polla enterrada

profundamente en ti?
La imagen apareció en su cabeza, espontánea, erótica.
—Eso es lo que quiero decir.
23
Fel Fern
Harris dejó escapar una risa sexy que le derritió los huesos.
—Quítate la ropa.
Se quitó los jeans y se quitó la camisa. Nick solía ser

consciente de su cuerpo. Si hubiera sabido que iba a llegar a esto,
habría comido menos carbohidratos. Sin embargo, Harris se lamió
los labios como un depredador mirando a su presa.
¿Por qué Harris lo miró como si fuera una especie de captura,

como si fuera el hombre más deseable del mundo?
Harris lo llevó al sofá y se sentó.
—¿Me quieres? Ven a buscarme.
Harris se dio unas palmaditas en el regazo. Sintiéndose

atrevido, borracho a pesar de que solo había tomado un sorbo, se
sentó a horcajadas sobre el regazo de Harris.
—Nunca había hecho algo como esto, —susurró, agarrando el

dobladillo de la camisa de Harris.
—Entonces esta noche será la primera de muchas, —respondió

Harris, las palabras tirando de las cuerdas de su corazón.
24
Fel Fern
Capítulo 3
El hombre lobo dejó que Nick se quitara la camisa. Todo el
cuerpo de Nick se sentía como si se estuviera quemando. Incapaz
de contenerse, pasó la mano por el impresionante torso de Harris,
con la lengua trabada cuando vio el anillo de metal reluciente en el
pezón izquierdo de Harris.
—Santo infierno, ¿te perforaste el pezón? —No pudo evitar

susurrar asombrado. Harris estaba más allá de su liga, sin duda.
¿Qué estaba haciendo un hombre como Harris con un tipo mediocre
y aburrido como él? —¿Puedo tocar?
—Juega conmigo todo lo que quieras, —rugió Harris.
Se movió en el regazo de Harris ante esas palabras

provocativas. Con dedos temblorosos, rozó el frío metal. Debe ser
interesante morderlo. ¿De dónde venían estos pensamientos
salvajes?
Nick bajó la cabeza, cerró los dientes sobre el anillo y tiró.

Harris dejó escapar un gruñido. ¿Le gustaba eso al hombre lobo?
Nick pasó la mano por las enredaderas negras y las rosas de

las costillas de Harris, preguntándose si la tinta de Harris tenía
algún significado. Quería saber más, como los gustos y disgustos de
Harris, su color favorito, la película. Todo. Fuera lo que fuese lo que
había entre ellos, no se sentía temporal.
25
Fel Fern
Desabrochó el cinturón de Harris, desabrochó el botón de sus

jeans y lo bajó.
Saltó del regazo de Harris para que Harris pudiera quitárselo

del trasero, de modo que ambos estuvieran desnudos. Harris se
inclinó para agarrar su billetera, consiguiendo un condón y
lubricante.
—¿Siempre los tienes? —No pudo evitar preguntar. Los celos

no le sentaban bien. Por supuesto. Harris era joven, rudo, el
espécimen masculino perfecto.
—Pensé que podría tener suerte esta noche.
Maldiciéndose a sí mismo, Nick volvió a montarlo, tomó el

condón, rompió el paquete y lo deslizó sobre la gruesa longitud de
Harris.
—Eres enorme. Nunca tuve algo tan grande en mí, —admitió.
—No te preocupes—. Harris le frotó la espalda, su toque como

magia. El hombre lobo masajeó los músculos tensos hasta que se
desataron. Él gimió, incapaz de evitarlo. —Relájate, me aseguraré
de que te sientas bien, como si estuvieras volando.
—Palabras confiadas.
Harris sonrió, luciendo satisfecho de sí mismo. Nick entrelazó

las manos alrededor del cuello de Harris, observando al hombre
lobo aplicar lubricante en su entrada, luego empujó un dedo hacia
adentro.
26
Fel Fern
—Joder, estás apretado.
Se sonrojó, pero se sintió demasiado bien. Harris agregó un

segundo y acarició sus músculos internos, encontrando su lugar
secreto. Jadeó, pero Harris siguió frotándole la glándula.
—Si sigues haciendo eso, dispararé, —dijo con voz ronca.
—No, no lo harás—. Harris ahogó su protesta con otro beso

paralizante. El hombre lobo agregó un tercer dígito y comenzó a
girar. Harris apartó la boca. —Estás listo para mí.
Nick metió la mano entre sus cuerpos y colocó la brillante

cabeza de la polla de Harris en su agujero.
—Me gusta tu iniciativa, Profe.
A Nick le estaba empezando a gustar el apodo. De Harris,

sonaba como un término cariñoso.
—Me haré cargo ahora, —dijo Harris.
Nick agarró el bíceps de Harris y se preparó para el mejor

paseo de su vida. Harris lo traspasó, lento y constante. Jadeó,
subestimando el tamaño de Harris.
—Respira para mí, inhalando y exhalando. Eso es bueno, —dijo

Harris contra su oído.
Una vez que la cabeza de pene de Harris pasó por su grueso

anillo de músculos, fue más fácil. Todavía ardía, pero era del tipo
27
Fel Fern
bueno. A Nick le gustó, la sensación de las bolas de Harris rozando

su trasero y Harris agarrando sus caderas, negándose a soltarlo.
—Tu trasero se siente tan bien envuelto alrededor de mi polla,

Profe. —Harris no se movió durante un par de segundos. El eje del
hombre lobo se sintió como una marca en él, capaz de incinerarlo de
adentro hacia afuera.
Harris movió la boca hacia su pezón y lo mordió, haciéndolo

gritar. Luego Harris lo hizo con el otro. Nick se quedó mirando las
marcas de dientes en sus pezones, increíblemente excitado por el
hecho de que Harris lo marcara como si fuera de su propiedad.
—Me voy a mover ahora, —anunció Harris.
El hombre lobo comenzó a entrar y salir de él. Pronto se olvidó

de sus pezones doloridos. El fuego se asentó dentro de él. Su polla
estaba a punto de estallar. Harris los redujo a ambos a jadeos. Nick
se aferró a sus anchos hombros. Cada vez que Harris se empujaba,
se sentía más cerca de él, como si sus corazones estuvieran
ansiosos por conectarse.
Rebotó en la polla de Harris, encontrándose con el hombre

lobo en cada embestida.
—Tan jodidamente sexy, —murmuró Harris.
¿Cómo era capaz el hombre lobo de formar palabras? Nick ya

había perdido su capacidad para formular pensamientos lógicos.
Harris movió las caderas, golpeando su punto dulce. Él gimió. Harris
28
Fel Fern
se aseguró de que cada embestida golpeara su próstata, enviándolo

cerca del borde.
—No puedo contenerme más, —confesó Nick.
—Entonces no lo hagas. Déjame escucharte gritar.
Otro empujón y Nick se hizo añicos. Hilos de su semen

cubrieron los abdominales y las costillas de Harris. Solo ellos dos
parecían existir en el universo cuando Harris envió su mente a volar
a través de nubes de dicha. Harris no se quedó atrás. Unas cuantas
embestidas más en él y Harris gruñó su clímax.
Nick se dio cuenta de que Harris lo acercaba. Murmuró algo

incoherente en voz baja. Nick sintió el roce de dientes afilados
arrastrándose por el costado de su cuello un segundo después. Una
parte de él sabía que esto era un acto peligroso, especialmente
entre cambiaformas, pero todavía estaba flotando en un mar de
felicidad.
****
Una guerra estalló dentro de Harris. La bestia dominante en él

lo instó a hacerlo, a morder a Nick, darle al humano su marca de
apareamiento para que Nick fuera suyo para siempre.
29
Fel Fern
Su lobo había sabido desde el principio que Nick era su

compañero. No había nada de malo en responder a la llamada de
apareamiento, excepto que su lado humano argumentó que Nick no
estaba listo. Harris tampoco.
El apareamiento era un gran problema. Los cambiaformas solo

eligieron un alma gemela de por vida. De vuelta en su ciudad natal,
donde sus hermanos hombres lobo todavía dirigían el bar de su
padre, todos sabían que los cuatro hermanos Winter no tenían
relaciones. Sin condiciones, ese fue el acuerdo que hicieron Dev,
Cade, Riley y él.
Harris pensaba en privado que simplemente no habían

encontrado al indicado. Riley se burló de él, creyó que nunca
estarían atados. Él era el romántico secreto, pero las dudas lo
nublaban ahora.
¿Y si Nick lo odiaba para siempre? El calor entre ellos era

fuera de serie, pero no sabían nada el uno del otro.
—¿Hay algo mal? —Dijo la suave voz de Nick. Nick

desmoronándose fue lo más perfecto que Harris había visto en su
vida. Había estado enamorado de Nick durante tanto tiempo que
estaba aterrorizado de perder esto. Echó hacia atrás sus caninos,
pero la necesidad de marcar a Nick como suyo todavía estaba allí.
Su lobo hervía furiosamente dentro de él. La bestia surgió

bajo su piel, ansiosa por cambiar de forma. Harris sabía que, tarde
o temprano, necesitaba dejar salir a la bestia. Salir a correr por el
30
Fel Fern
bosque para refrescarte. Excepto que había pocos lugares en los

que un cambiaformas pudiera correr en la universidad o en la
ciudad.
—Estoy bien, —respondió con voz ronca, consciente de que

Nick estaba esperando una respuesta. —Vamos a limpiarnos.
Nick se bajó de él, tropezando, pero Harris se levantó y lo

agarró. Nick suspiró, apoyándose contra él. Incapaz de resistirse,
Harris atrajo al humano a su abrazo. Dios. Nick olía tan bien,
también se veía increíble. Bien jodido por él.
Reclamado.
Harris mantuvo esos pensamientos a raya.
Dejó que Nick los llevara al baño. Apenas cabían dentro de la

ducha de Nick.
—Eres tan grande, —murmuró Nick, abriendo los grifos.
—Lo tomaré como un cumplido, —respondió Harris a la ligera,

aunque un peso se apoderó de su estómago. Su lobo se enfureció con
él y sabía que tenía que salir pronto de lo de Nick. Si no, perdería
con su lado animal. El lobo se haría cargo y haría lo que él no podía:
emparejar a Nick.
¿Y si se corriera la voz y Nick perdiera su trabajo? Es cierto

que Nick seguía insistiendo en que solo era un asistente de
enseñanza, pero Harris no podía permitirlo. Ser responsable de que
Nick perdiera su sustento no era una opción.
31
Fel Fern
—Hermoso bastardo, no estoy hablando de tu pene, —murmuró

Nick.
—¿Se suponía que eso era un insulto?
Dios. Le encantaban las discusiones y las burlas entre ellos.

Harris daría cualquier cosa por intentarlo de nuevo. Saldría con
Nick en una cita adecuada. Intercambiarían horribles historias de
la infancia. Conocería a Nick de adentro hacia afuera. Excepto que
se dio cuenta de que eso ya no era posible.
Esta noche, Harris estuvo tan cerca de arruinar la vida de

Nick. Su lobo claramente pensó que este sabroso humano ya les
pertenecía.
Bromearon, se frotaron el uno al otro y terminaron en la cama

de Nick. Harris acercó a Nick, inhalando su aroma. Sus cuerpos
encajaban perfectamente entre sí. Apretó los dientes. Su animal lo
empujó de nuevo.
Muérdelo. Aparéate con él. Hazlo nuestro para siempre.
Harris nunca antes había hecho algo así. Siempre les decía a
sus hermanos que lo trataran como a un adulto. Harris había
luchado contra otros cambiaformas, había recorrido caminos
oscuros. Querer a Nick lo aterrorizaba tanto. Escuchó historias de
horror, de cambiaformas que cometieron el error de arrancarle la
garganta a sus compañeros humanos porque no podían controlarse.
32
Fel Fern
Deseó poder llamar a Riley. Pedirle consejo a Cade o Dev, pero

no tenía el lujo del tiempo. Su lobo estaba cerca del punto de
ruptura, de volverse loco. Siempre se enorgullecía de tener el
control, de poder calmar a su bestia. Esta vez, la disciplina lo dejó.
Se sintió como si se estuviera ahogando. El lobo amenazó con
romperlo en pedazos, causar estragos.
Harris sabía que negar a su animal traería consecuencias

nefastas, convirtiéndose en un cambiaformas salvaje, uno que
perdió el control de su mitad humana. Al final, se redujo a un puto
niño asustado que apenas podía detener a su lobo para que no
dañara al único hombre que quería, pero al final, no podía hacerlo.
El pavor lo invadió. También la desesperación. No quería

dejarlo ir. Harris necesitaba animarse, ponerse un par de pelotas y
tomar la peor decisión de su vida.
33
Fel Fern
Capítulo 4
A Harris le picaba la piel. Se despertó en su propia cama,
cubierto de sudor. El dolor estalló y levantó las manos, sin
sorprenderse de encontrarlas cubiertas de marcas de arañazos.
Esta no era la primera vez que cambiaba parcialmente las manos a
garras mientras dormía.
Un escalofrío recorrió su columna vertebral. Su lobo rabiaba

dentro de él, enojado, amenazando con forzarlo a cambiar. Respiró
hondo y calmó su mente. Deslizándose de la cama, comenzó a hacer
ejercicios de meditación, algunas posturas de yoga.
Por lo general, ayudaban, pero era solo una medida temporal.

Esta vez tomó más tiempo, pero su lobo finalmente retrocedió en él.
Harris sabía que su animal estaba lejos de apaciguarse, que esta
noche o tal vez al día siguiente, volvería a actuar.
Su teléfono vibró desde algún lugar. Gruñendo por lo bajo, lo

encontró escondido debajo de la almohada. Cuando pasó el dedo por
la pantalla, vio una avalancha de mensajes antiguos de Nick. ¿Los
había estado mirando anoche?
La marca de tiempo que leyó indicaba hace seis meses.
Mierda. ¿Había pasado tanto tiempo?
Después de la noche en que estuvo a punto de morder a Nick,

corrió como el cobarde que era. Suspendió su trabajo del curso,
34
Fel Fern
llamó a sus hermanos y les dijo que iba a regresar a casa para
ayudarlos a manejar el The Howling Wolf. Probablemente Riley
sabía que era una mentira absoluta. Es cierto que el bar estaba
teniendo problemas.
Los últimos meses habían sido un viaje increíble. El bar se

quemó, fue reconstruido. Entonces sus hermanos encontraron a sus
compañeros uno por uno. El destino seguro que tenía sentido del
humor. Sin embargo, todos los compañeros de sus hermanos eran
cambiaformas sumisos. Ninguno de sus hermanos tuvo su problema.
Nick era humano, sin embargo, frágil y rompible.
—No debería estar pensando en él, —dijo Harris entre

dientes. Ignorando los viejos mensajes de Nick, vio dos llamadas
perdidas de Riley.
Su tono de llamada sonó, otra llamada entrante de Riley.
—Hola —murmuró. ¿Por qué estaba tan oscuro? ¿Bajó las

persianas?
—Hijo de puta perezoso.
Gruñó, pero él y sus hermanos se maldijeron todo el tiempo.

También lucharon con palabras y garras, pero al final, cuando la
situación lo exigió, se unieron y se apoyaron mutuamente.
—¿Dónde demonios estás? Sabes que nuestro eventual no

puede hacer el turno esta noche. Se supone que debes estar
atendiendo el bar.
35
Fel Fern
—¿De qué estás hablando? Es por la mañana. —Entonces vio la

hora en el teléfono. Decía las once de la tarde, no de la mañana.
—¿Estás borracho? Trae tu trasero aquí antes de que Dev te

golpee.
Harris resopló.
—Puede intentarlo.
—Hermanito, no hay tiempo para tus tonterías. Esta noche

está la casa llena—. Riley terminó la llamada.
Cabreado, Harris miró su cuerpo sudoroso y decidió darse una

ducha rápida. Echó un vistazo a sus brazos. Las heridas se estaban
curando, pero no lo suficientemente rápido. Las vendó y se puso una
camisa de manga larga.
Luego salió del apartamento, tomó su camioneta y se dirigió al

bar.
Riley no le estaba tomando el pelo. El estacionamiento estaba

lleno, por lo que tuvo que aparcar junto a la acera. El The Howling
Wolf no solía ser tan popular. Solía ser un lugar que se adaptaba a
la gente ruda de la ciudad. Bueno, todavía lo hizo, pero su
popularidad se disparó una vez que Jon, el compañero de Cade,
comenzó a servir deliciosos aperitivos para acompañar las cervezas.
Salió del coche y disfrutó de la fresca brisa nocturna en el

rostro. Tomó todo en él seguir fingiendo que no pasaba nada, que él
era el mismo de siempre y que su lobo no tenía nada de malo. Sin
36
Fel Fern
embargo, Harris se preguntó cuánto tiempo podría mantener la

actuación. A pesar de la camisa y las vendas, cualquier
cambiaformas, especialmente sus hermanos, olería la sangre.
—Joder, —murmuró.
Superaría este turno. Pensaría en cómo lidiar con el mañana

más tarde. El humo de los cigarrillos y la música country ruidosa
llegaron a sus oídos en el momento en que entró.
—Harris, me preguntaba cuándo entrarías, —ronroneó una voz.
Frunció el ceño al ver que Mike se le acercaba. Por alguna

razón el cambiaformas lince no podía captar la indirecta de que
Harris no hizo segundos. Una noche de la que se arrepentía y Harris
consiguió un acosador. Gracias a Dios, Riley apareció en su línea de
visión, luciendo cabreado como el infierno. Mike notó a Riley y se
escabulló.
Harris tenía la sensación de que esta noche sería larga.
—Amigo, te ves como una mierda, —murmuró Riley, siguiéndolo

a la barra.
—Lo que sea. —Harris asintió con la cabeza hacia Gill, su

eventual, que volvió a servir en las mesas.
—¿Qué está pasando contigo? —Preguntó Riley, negándose a

ceder.
Un cliente pidió una cerveza, que Harris fue a buscar. Riley

todavía no se había ido después de que Harris le sirvió.
37
Fel Fern
—Estoy lidiando con mi propia mierda, —murmuró, con la

esperanza de sacar a su hermano de su caso. Grandes posibilidades
de que eso suceda. Vio a su hermano mayor, Dev, saliendo del área
exclusiva para empleados y dirigiéndose directamente en su
dirección.
—¿Qué quieres? —Le preguntó a Dev, cuando llegó a la barra.

Cade había ido a la cocina, sin duda para visitar a su compañero Jon
y verlos. —¿Qué diablos, esto es algún tipo de intervención?
Los habituales del bar fingían estar interesados en sus

bebidas o en el juego en la pantalla montada, pero él sabía que
estaban escuchando. Todos en Green Creek eran chismosos
horribles. Se esperaba de un pueblo pequeño, pero la gente de aquí
siempre se unía cuando sucedía algo como un incendio forestal o
cuando la policía local necesitaba voluntarios para una búsqueda y
rescate.
Sin embargo, la atención podría ser asfixiante a veces. Su lobo

se tensó en él, sintiéndose enjaulado, no le gustaban los lobos
dominantes de sus hermanos cerca.
—Huelo sangre en ti, —dijo Dev con un gruñido. Dev nunca

parecía saber cómo manejar los asuntos con delicado cuidado, pero
así era. Harris sabía que no debía ofenderse. Por lo general, era el
más tranquilo de los cuatro, pero últimamente, había estado
nervioso.
38
Fel Fern
—No me gusta que me interroguen, —bromeó. Otro cliente

pidió una bebida. Estaba a punto de servir un poco de whisky para el
familiar veterano, pero Riley se le adelantó. Harris miró a Riley. —
¿Quieres hacerte cargo de mi turno o qué?
—Has sido un idiota insoportable últimamente, —dijo Cade. —

¿Te importaría compartir con tus hermanos?
—Oh, váyanse a la mierda. Necesito un poco de aire—. Harris

saltó sobre la barra y salió.
—Espera un puto segundo, —Dev gruñó las palabras. —Riley,

cuida la barra. Cade y yo manejaremos a Harris.
¿Manejarlo? Harris no necesitaba que sus malditos hermanos

lo cuidaran. ¿Estaban ciegos? Había estado allí los últimos meses y
había ayudado a cada uno de ellos cuando estaban en problemas,
cuando sus compañeros necesitaban ser rescatados. Juntos, se
unieron, se enfrentaron a matones, cambiaformas salvajes y ex
amantes locos.
En el estacionamiento ahora, dejó escapar un suspiro. Los

bosques más allá del lote lo llamaron.
—Oye, —dijo Dev, alcanzándolo finalmente con Cade detrás.
—Simplemente genial, —murmuró.
—¿Por qué diablos estás actuando como un mocoso? —Demandó

Dev.
39
Fel Fern
—¿Un mocoso? —Se giró y entrecerró los ojos. —¿Por qué no

podéis vosotros, bastardos, dejarme en paz?
—Porque no importa cuánto intentes esconderlo, tu lobo es un

desastre, —respondió Cade. —¿Por qué es eso?
—No lo sé.
—Mal mentiroso. —señaló Dev. —Solo has empeorado desde

que regresaste a la ciudad.
Harris enseñó los dientes. No podía decirles la verdad, que

verlos a todos tan enfermizamente enamorados de sus compañeros
le ponía increíblemente celoso, le hacía querer lo mismo. Lástima
que tenía que mantenerse alejado del único hombre que quería.
—Dejaste la escuela por una razón, —dijo Dev. —¿Por qué?
—Solo déjame en paz. Estoy muy cerca de cambiar y mi lobo

quiere pelear. No importa si son mis hermanos—. Admitir eso hizo
que sus mejillas ardieran de vergüenza.
—¿Quieres pelea? Vamos. —Cade se quitó la camisa. Aturdido,

Harris miró fijamente, pero el lobo en él rugió en aprobación.
Dev señaló con un dedo hacia el bosque.
—Golpearos el uno al otro allí. No puedo permitir que el sheriff

vuelva a quejarse.
No hace mucho, Cade y Riley se pelearon con él para soltarse.

Harris se sintió estúpido y agradecido al mismo tiempo. Sus
40
Fel Fern
hermanos sabían lo que necesitaba, que desahogarse calmaría a su

lobo. Por el momento, al menos.
Se desnudó y dejó que su lobo se hiciera cargo. Un pelaje

blanco cubría su cuerpo. Sus brazos y piernas se convirtieron en
patas, sus entrañas se reacomodaron y sus dientes se alargaron
hasta convertirse en caninos. Una vez en las cuatro patas, Harris
entrecerró los ojos hacia su hermano. Cade no perdió ni un segundo
y se abalanzó sobre él, mostrando las garras y los dientes. Con un
gruñido, se acercó a su hermano. Siguieron el consejo de Dev y se
dirigieron hacia los árboles. Chocaron, una mancha de violencia, de
garras y caninos.
Harris tenía mucha rabia oculta. Se rascaron bien el uno al

otro. El dolor estalló pero no le importó. Siguió adelante. Cade lo
recibió, golpe por golpe. Sus aullidos de lobo llenaban el aire
nocturno.
Finalmente, se separaron el uno del otro, jadeando. La oreja

izquierda de Harris estaba parcialmente desgarrada. Ambos olían a
tierra, sangre y piel.
Finalmente, volvió a su forma humana. Harris yacía de

espaldas, mirando las estrellas sobre él. Esta noche había multitud
de ellas, todas extendidas como una red.
—Es un chico, ¿no? —Preguntó finalmente Cade, cambiando de

manera similar a su lobo.
—El amor duele, —fue todo lo que dijo.
41
Fel Fern
Su hermano no presionó. La carga en su pecho se sentía más

ligera, pero no estaba curado. Finalmente entendió. Su animal no se
estaba portando mal, simplemente su alma lloraba por la pérdida de
su pareja.
42
Fel Fern
Capítulo 5
A pesar de la farola parpadeante, Nick vio la camioneta de
Harris. Tenía que ser la suya. Mismo número de placa, misma
abolladura en el capó. Agarrando el volante de su vehículo con tanta
fuerza que sus nudillos se pusieron blancos, debatió si huir por
centésima vez.
No era demasiado tarde. Podía evitar hacer el ridículo. Harris

claramente lo había olvidado, lo dejó solo a la mañana siguiente
después de su alucinante noche juntos. El hombre lobo tampoco
había respondido a ninguno de sus mensajes, así que, ¿qué estaba
haciendo aquí?
Correcto. Quería darle a Harris una parte de su mente, decirle

al imbécil arrogante que había seguido adelante. Una mentira
absoluta, dado que Harris arruinó su amor por él. Antes de Harris,
su vida amorosa no existía para empezar. Después de Harris fue
peor, porque todo en lo que podía pensar era en Harris.
El hombre lobo aparecía con frecuencia en sus fantasías. Oh,

se había masturbado con la imagen de Harris antes, pero sus sueños
eróticos parecían más intensos, reales de alguna manera. No ayudó
saber que ya habían tenido sexo.
—Estúpido hombre lobo, —murmuró. Al encontrar un lugar,

apagó el motor y salió.
43
Fel Fern
Él podría hacer esto. Después de todo, condujo un par de miles

de millas para llegar aquí cuando hubiera podido aprovechar mejor
sus vacaciones. Relajarse en algún hotel agradable en algún lugar
exótico. En el ojo de su mente, vio palmeras balanceándose,
holgazaneando junto a la playa y Harris emergiendo del mar, con la
piel resbaladiza, los músculos relucientes, no.
Estaba sucediendo de nuevo. La imaginación de Nick se estaba

apoderando de él. Quizás el sexo ni siquiera había sido tan bueno, y
ambos se habían hundido el uno en el otro por soledad y
desesperación. A lo largo de los meses, había ido acumulando ese
momento en su mente. Excepto que Harris le trajo flores y vino. Le
dijo a Nick esa palabra trascendental.
Mío.
—Estúpido, —susurró.
Enderezó las solapas de su chaqueta de tweed marrón y entró,

con la espalda recta y la cabeza erguida. Su confianza se marchitó
cuando el sonido de la música country llegó a sus oídos y tosió por el
humo.
La gente lo miraba como si fuera un extraterrestre que

aterrizó en el planeta equivocado. Los hombres vestían jeans
desteñidos, camisas y mucha franela. Las mujeres llevaban faldas
cortas y blusas que mostraban demasiado. Evitó la mirada de
cualquiera, deseando haber tenido tiempo de cambiarse. Un impulso
44
Fel Fern
lo llevó a subirse a su automóvil y conducir hasta la ciudad natal de

Harris justo después de que terminaron sus últimas clases.
—¿Se perdió, profesor? Un bar de deportes está a dos calles,

—le dijo alguien.
—Esconde el alcohol y las drogas, el maestro está en la casa, —

gritó otro chico.
Se sonrojó y miró desesperadamente a su alrededor. En algún

lugar afuera, escuchó el aullido de algún animal aterrador, luego un
segundo. Ahora, se sentía atrapado. Por un lado, quería salir
corriendo de allí, pero esos ruidos de animales sonaban como si se
acercaran demasiado. El pánico se apoderó de él, no vio el pecho con
el que chocó.
—Cuidado, hombrecito, —gruñó el matón. El tipo era peludo,

con barba y ojos dorados de aspecto aterrador. Un cambiaformas.
Dio unos pasos hacia atrás, con el corazón latiendo con fuerza.
—Yo-estoy buscando a alguien, —espetó.
El tipo enorme señaló la barra.
—Gracias.
—Tienes agallas viniendo aquí. Buena suerte, —rugió el gigante.
Aliviado por la dirección, encontró un asiento en la barra.
—¿Qué vas a tomar? —Refunfuñó el chico guapo y pulido que

supuso era el camarero.
45
Fel Fern
—De hecho estoy buscando a alguien. Me preguntaba si puedes

ayudarme.
Los ojos verde esmeralda lo miraron de arriba a abajo con

aburrimiento. Ansiaba salir de allí. El aire se sentía sofocante de
alguna manera y la gente seguía mirándolo.
¿Era una especie de bar que se adaptaba a lo paranormal? Por

supuesto, sabía que Harris y sus hermanos lo poseían, pero mucho
más lo hacía sentir incómodo.
—¿Estás perdido? —Preguntó el barman de mala manera.
—Riley, sé amable con los clientes—. Un hombre atractivo y

delgado con un cachorro en brazos se sentó junto a él. En una
segunda mirada, se dio cuenta de que no era un cachorro en
absoluto, sino un cachorro de lobo. El sudor le corría por la columna.
—Ty, ¿qué estás haciendo aquí? Deberías estar de vuelta en

casa, descansando, —dijo Riley.
El hombre delgado no parecía intimidado en absoluto. En

cambio, resopló.
—Estoy embarazado, no incapacitado. ¿De quién fue la culpa de

ponerme otro bebé tan pronto? —Exigió Ty.
El cachorro de lobo en brazos de Ty ladró, saltó de sus brazos

y aterrizó en la barra. El pequeño se sentó frente a Nick y lo olió,
moviendo la cola. Casi extendió la mano para frotar sus peludas
orejas. Se preguntó si Harris y él se juntaran y tal vez contrataran
46
Fel Fern
a una sustituta, si él también podría tener un lindo cachorro de lobo

cambiaformas.
¿Primero fantasías eróticas y ahora niños? ¿Qué diablos le

pasaba?
Riley acercó al cachorro, el gesto protector. La comprensión

llegó a Nick. Ty y el cachorro deben ser el compañero y el niño del
camarero.
—Lo siento, —murmuró. En serio necesitaba un trago ahora.
—¿Estás ordenando o qué? —Preguntó Riley.
—Appletini, por favor.
Eso hizo que pusieran los ojos en blanco y un murmullo de —

debería haberlo imaginado— de Riley.
—Yo también, sin el alcohol, —dijo Ty, mirándolo. —¿Mal día?
—Más como seis meses, —murmuró. —Soy de fuera de la

ciudad.
—Puedo decirlo, —respondió Ty.
—Estoy buscando a alguien, uno de los dueños del bar—. Nick

estaba desesperado. Ty fue la primera persona que parecía
realmente amigable.
Saltó en su asiento cuando Riley golpeó un vaso de cerveza

frente a él.
47
Fel Fern
—No pedí cerveza, —murmuró.
—No servimos Appletini. ¿Qué diablos quieres?
—¿Disculpa?
—Estás buscando a uno de los dueños del bar, —explicó el tipo,

con la mirada todavía allí.
Enderezó la columna. ¿Cuál era el trato con este idiota?

Seguro, era guapo, pero engreído como el infierno. Eso no le dio a
Riley el derecho a maltratar a sus clientes. Ty era ciertamente lo
suficientemente amable, pero Riley tenía un problema de actitud.
Entonces las palabras de Riley lo golpearon.
—¿Eres uno de los hermanos de Harris? —Se figuró.

Ciertamente tenían un parecido físico. —¿Dónde está él?
Riley lo miró de repente con un escrutinio incómodo.
Las puertas del bar se abrieron y, por instinto, Nick volvió la

cabeza. Su boca cayó. Dos hombres entraron a trompicones,
completamente cubiertos de sangre, descalzos y sin nada más que
pantalones deportivos.
No reconoció al primero, pero al segundo, Nick lo conocía. Soñó

con ese rostro, esos labios reclamando los suyos y ese cuerpo
enjaulando el suyo. Su boca se secó. Harris se veía como una
mierda, con una de sus orejas apenas colgando y muy arañada, pero
no le importaba.
48
Fel Fern
Después de meses de búsqueda, finalmente se encontró cara a

cara con el hombre que arruinó su corazón. Para siempre.
Nada parecía funcionar para curar su dolor de corazón. Ni salir

con otros chicos, ni tomar vacaciones. Nick necesitaba un cierre,
excepto que ver a Harris nuevamente le trajo todas las emociones
que lo consumían antes.
Como si existiera una atracción magnética entre ellos, las

fosas nasales de Harris se ensancharon y se giró, cruzando miradas
con él. El primer hombre le estaba diciendo algo a Harris, pero su
hombre lobo no pareció escuchar, simplemente se dirigió a la barra.
—Profe —dijo Harris arrastrando las palabras, el sonido de su

voz encendiendo su pene y su cuerpo instantáneamente en llamas. —
¿Qué diablos estás haciendo aquí?
—¿Profe? ¿Escuché bien eso? —Interrumpió Riley. —¿Eres un

maestro, su maestro?
Esa pregunta estaba claramente dirigida a Nick.
Antes de que Nick pudiera responder, el primer hombre, quien

supuso que era otro de los hermanos de Harris, se unió a la
conversación.
—¿Es él la razón por la que arrastraste tu lamentable trasero

aquí, Harris? —Preguntó el chico.
Oh, diablos. Ahora, Nick estaba entre dos pechos muy

prominentes cubiertos de sangre seca, suciedad y sudor.
49
Fel Fern
—Tantos músculos, —murmuró. Harris le frunció el ceño. —¿He

dicho eso en voz alta?
Se atragantó con sus siguientes palabras cuando Harris le

acarició la mejilla con los nudillos, un gesto extrañamente posesivo.
Por un segundo, Nick olvidó por qué estaba enojado en primer lugar.
Se sentía tan bien, Harris estaba cerca, tocándolo, su otra mano
acariciando su espalda. Oh, eso estuvo bien. Manos mágicas.
Nick quería ronronear, pero eso sería inapropiado. Espera. No

estaba aquí para reconciliarse con Harris.
50
Fel Fern
Capítulo 6
—Deberíamos dejarlos en paz, —le dijo Ty a Riley.
—No, vine a buscarte por una razón. Estúpido. —Nick

prácticamente gritó la última palabra, sorprendiendo a todos allí.
Harris dejó de tocarlo. Bueno. De esta manera, podría
concentrarse.
—¿Por qué estás tan enojado? —Tuvo el descaro de preguntar

Harris.
—Porque me dejaste después de joderme los sesos esa noche,

—dijo Nick entre dientes, clavando un dedo en el pecho de Harris.
Se sintió como una pared. La luz atrapó el metal del pezón

perforado de Harris, distrayéndolo. Nick recordó haber puesto su
boca en el trozo de metal, tirando de él. Daría cualquier cosa por
volver a oír ese gruñido de Harris.
Mierda. Atención.
—Pasé los últimos meses pensando en ti, preguntándome por

qué no puedo dejarte ir. Todo es culpa tuya, inscribirte en mi clase
de esa manera, sentándote en la primera fila, dándome esas
acaloradas miradas secretas, —dijo enojado.
—Vaya, tan interesante, —dijo Riley. —Hermano, es posible

que hayas jodido a tu profesor, pero ahora te están jodiendo.
El otro hombre lobo se rió a carcajadas.
51
Fel Fern
—Cariño, ahora no es el momento para bromas, —advirtió Ty.
—Entonces no deberían estar repartiendo este drama en un

espacio público, —dijo Riley.
—Él tiene razón. Ven conmigo, —dijo Harris, cerrando una

mano sobre su muñeca.
El pulso de Nick saltó instantáneamente ante el contacto.
—Limpia esa sonrisa arrogante de tu estúpido y guapo rostro,

—exigió Nick.
—Me llamaste guapo. Agradable. —luego Harris se puso serio,

con una expresión seria en su rostro. Harris continuó con voz suave:
—Por favor, Nick. Hablemos en otro lado. Te debo una explicación.
—Infierno que lo haces—. Nick estuvo casi tentado de decir

que Harris podría compensarlo en la cama, excepto que no era ese
tipo de persona.
Estaba enojado como el infierno. Una vez que escuchase el

lado de Harris, se despediría del hombre lobo dominante y volvería
a su antigua vida. Dejó que Harris lo arrastrara más allá de la
puerta que decía “solo empleados”. Harris entró por la puerta de la
derecha, que tenía una mesa, sillas.
—Siéntate. —Harris asintió con la cabeza hacia uno de los

asientos.
—Oh, ¿has vuelto a darme órdenes ahora? —Preguntó Nick. No

obstante, agarró una de las sillas de plástico.
52
Fel Fern
—Según recuerdo, te gustaba seguir mis órdenes.
—Deja de coquetear conmigo y de gritar, ponte una camiseta.
—¿Por qué? —Preguntó Harris.
—Porque me estás distrayendo sin una parte superior. No

puedo pensar correctamente.
Harris abrió uno de los casilleros, agarró una camiseta y una

toalla. Nick esperó a que Harris se limpiara un poco de sangre antes
de ponerse la fina camiseta.
—¿Mejor?
—Mucho, —murmuró.
—¿Quieres comer o beber algo? Puedo agarrarlo de la cocina,

—ofreció Harris.
Nick planeaba rechazar rotundamente a Harris, dar su opinión

y marcharse, excepto que… estaba cansado de tanto conducir.
—Por supuesto.
Harris se fue solo para regresar más tarde con cervezas y un

plato con dos hamburguesas y papas fritas.
—Come, parece que no has comido bien en mucho tiempo, —dijo

Harris, sorbiendo su cerveza.
—¿Estás diciendo eso para que no patee tu culo? —Bromeó.
53
Fel Fern
—Sí, —admitió Harris, sorprendiéndolo. —Escúchame. Nunca

esperé que vinieras hasta aquí, pero como lo hiciste, es mi turno de
explicarlo.
—Será mejor que tengas una buena razón—. Nick dio un

mordisco a su hamburguesa, sus ojos se abrieron cuando los sabores
explotaron en su boca.
—Oh, Dios. Esto es bueno.
—¿Correcto? —Harris sonrió. —Jon, nuestro chef y uno de los

compañeros de mis hermanos, no puede hacer nada malo.
Harris tomó bocados rápidos de su propio sándwich. No

tardaron en consumir todo lo que había en el plato. Nick regó la
comida con la cerveza. Cerró los ojos. La ira todavía hervía a fuego
lento en la superficie.
—Está bien, lobo. Confiesa, —dijo finalmente.
Harris dejó escapar un profundo suspiro y luego explicó.
—Nunca había mordido a nadie antes, pero escuché historias

de terror de cambiaformas que mataron accidentalmente a sus
amantes humanos. Retrocedí, pero desde entonces, mi lobo ha
estado fuera de control. Es como si mi bestia me estuviera
castigando por dejarte ir.
—Bien. —Oh, Dios. Nick no quiso decir eso en voz alta, no

realmente. Quería que Harris sufriera, pero al ver las cicatrices
54
Fel Fern
curándose en el cuerpo de Harris, sabía que Harris ya había pagado

por su error una docena de veces.
—Me lo merezco, —admitió Harris. —Si quieres maldecirme,

golpéame, adelante.
Nick apretó los puños. Por eso condujo hasta aquí, pero toda la
pelea se fue de él después de enterarse del motivo de la partida de
Harris.
Harris era joven, a pesar de ser un hombre lobo poderoso y

dominante. Controlar su lado animal no debe haber sido fácil y, sin
embargo, Nick pasó los últimos meses con el corazón roto y solo.
—No quiero hacer eso, —dijo finalmente Nick. —Debo irme.
—Espera. —Harris cerró una enorme mano sobre su muñeca.

No apartó a Harris.
Incluso un pequeño toque de su lobo lo llenó de anhelo de

nuevo, de fantasías eróticas.
—¿Por qué debería? —Preguntó.
—Pasa la noche. Es tarde y las carreteras están oscuras—.

Había una súplica en los ojos de Harris.
—Supongo que puedo registrarme en un motel, —murmuró, sin

saber por qué estaba de acuerdo. No habían terminado, ni mucho
menos. Nick necesitaba tiempo para evaluar, para pensar.
55
Fel Fern
—No. Ahorra el dinero y quédate en mi casa. Puedo dormir en

el sofá, tú toma la cama.
—¿Contigo? —Nick se sintió estúpido al repetir las palabras.

Debería negarse, decirle a Harris que le diera espacio, pero su boca
se adelantó. —Bueno.
—¿De verdad? —Harris sonrió. —Conseguiré las llaves del

coche y no se admiten devoluciones.
Dios. ¿Qué estaba haciendo? ¿Iba a perdonar a Harris así? No,

pero estaba dispuesto a darle a su lobo una segunda oportunidad.
Si Nick tenía que ser honesto consigo mismo, no vino hasta

aquí para una confrontación. Quizás una parte de él quería
comprobar si todavía había una posibilidad entre ellos. Ahora que
tenía las respuestas, no sabía cuál era el siguiente paso del plan.
Harris tomó la llave de su casillero.
—¿Todavía quieres otra copa?
—¿Por qué diablos no? No es como si tuviera clases que

enseñar, —murmuró.
—¿Estás de permiso de la universidad? —Preguntó Harris.
Se preguntó si debería decirle a Harris que planeaba entregar

su renuncia, que tenía ofertas en otro lugar para enseñar y
terminar su doctorado. Sin embargo, Nick no pudo tomar una
decisión, no antes de conducir hasta la ciudad natal de Harris.
56
Fel Fern
—Algo así, —respondió. Salieron de la sala de descanso y

regresaron al bar. Harris ahuyentó a dos borrachos de la zona del
bar y les aseguró los asientos.
—Riley, dos cervezas, —le dijo Harris a su hermano.
—¿Siempre le dices a la gente qué hacer? Les dices a los

clientes que se larguen, quiero decir, —dijo Nick.
Harris se encogió de hombros.
—Habían terminado de todos modos.
—Grosero.
—Sí, pero te agrada que sea grosero.
A veces, Harris no ganaba. Una vez que Riley colocó una jarra
de cerveza espumosa frente a él, Nick se la tendió a Harris.
—Salud.
Con una sonrisa en su rostro, Harris hizo chocar sus jarras de

cerveza, derramando un poco sobre la mesa.
No estaba seguro de qué estaban celebrando, pero estaba

ansioso por averiguarlo.
****
57
Fel Fern
—Puedes dejar tu auto estacionado aquí, tomemos mi

camioneta, —sugirió Harris una vez que estuvieron en el
estacionamiento.
—Sí, vale.
Nick se dio cuenta de que nunca antes había hecho algo así,
había aceptado quedarse en el lugar de un amante durante la noche,
sin hacer preparativos. Por lo general, se preocupaba por las cosas
pequeñas, como no tener ropa extra o artículos de tocador con él.
Esta noche, se sentía como un hombre cambiado. Temerario.

Sin miedo a volverse salvaje.
—Te ves diferente, —observó Harris, abriéndole la puerta de

la camioneta.
—Me siento diferente, —respondió.
Él saltó, lleno de adrenalina.
Nick estaba seguro de que esta no era la cerveza que le estaba

afectando. Por el amor de Dios, solo tomó dos. Sin embargo, el
efecto fue el mismo. Se sintió mareado, como si todo fuera posible.
Harris tomó el asiento del conductor y puso en marcha el

motor.
—Tal vez pueda persuadirte de que te quedes mañana. Te

mostraré la ciudad. Podemos hacer toda la mierda turística y te
llevaré a los mejores lugares para comer.
58
Fel Fern
—¿Me estás invitando a una cita? —Preguntó Nick, perplejo.
—Supongo que lo hago. —Harris condujo el camión fuera del

estacionamiento.
—Pensé que tenías miedo de estar con un humano.
—Lo tenía, pero verte esta noche me recordó lo tonto que he

sido.
—Maldita sea, —dijo arrastrando las palabras. Espera, no

debería arrastrar las palabras.
—¿Está borracho, profe? —Preguntó Harris con tono

sospechoso.
—Nop. Estoy perfectamente bien.
Harris entrecerró la mirada. Nick miró por las ventanas. Las

farolas iluminaban una encantadora hilera de casas comerciales.
—Bonita ciudad. ¿Te gustó crecer aquí? —Preguntó.
—No podía esperar a salir de aquí. Fue difícil al principio,

cuando mis padres murieron, especialmente con mi hermano mayor
Dev. Luchamos todo el tiempo, pero nunca cambiaría la experiencia
por otra cosa—. Harris hizo una pausa, con una expresión pensativa
en su rostro. —En el momento en que me gradué de la escuela
secundaria, me fui. Mis hermanos estaban muy orgullosos de mí por
haber sido aceptado en una universidad fuera de la ciudad. Al final,
volví a casa.
59
Fel Fern
—Todavía puedes regresar, completar tu carrera, —dijo Nick.
—Algún día. Puedo terminar en el colegio comunitario local

aquí, pero por ahora, ayudaré a mis hermanos. Les debo. Ellos me
criaron.
—El negocio parece ir bien.
Harris se rió.
—Sí. Lo estábamos haciendo mal hace unos meses, luego lo

quemó un pirómano, que...
—Espera un segundo, ¿quemado? —Nick interrumpió con los

ojos muy abiertos.
—Sí, pasaron muchas cosas por aquí. Es una larga historia.
—Me gustan las historias. Puedes contarme todo sobre ellas

mañana, en nuestra cita.
Harris arqueó las cejas.
—¿Eso es un 'sí', profesor?
Debieron haber llegado al vecindario de Harris, porque Harris

estacionó el auto junto a la acera.
—Estoy seguro de que un tipo inteligente como tú puede

resolverlo, —dijo, saliendo del vehículo.
60
Fel Fern
Capítulo 7
—No puedo tomar la cama, —protestó Nick, mirándolo quitar
las sábanas y colocar unas nuevas.
—Puedes y lo harás, —dijo Harris con firmeza. Notó la forma

en que Nick miraba su apartamento con interés, a pesar de que no
había nada interesante en su estudio alquilado.
Sus hermanos le ofrecieron una habitación en sus respectivos

lugares, pero él declinó cortésmente, prefiriendo su propia
privacidad. Cuando Harris dejó a Nick esa noche, no tenía un plan
sólido en mente. Ayudaría a sus hermanos a llevar el bar, pero
después de eso, no estaba seguro de si irse o quedarse.
—Bueno, si insistes, —dijo Nick.
—Ah, claro, necesitas toallas y ropa. Puedes tomar prestada

alguna mía, ¿te importa? —Preguntó Harris.
—De ningún modo.
Harris todavía no podía creer que Nick lo hubiera rastreado

hasta aquí. Recordó la pregunta de Nick en el auto, interrogándole
acerca de su profundo temor de lastimar a un amante humano por
accidente. Después de que Nick llegó hasta aquí para confrontarlo,
Harris cambió de opinión.
Estaba harto de ser el cobarde que huyó de su compañero

predestinado, que dejó que su lobo se volviera un poco salvaje, más
61
Fel Fern
difícil de manejar. Aquellos días habían terminado. Nick aún no lo

sabía, pero Harris ya planeaba reclamarlo, de verdad esta vez.
El miedo ya no lo nublaría. Después de ver a sus hermanos y

sus compañeros, se dio cuenta de que también podía tener eso con
Nick.
Harris tomó una toalla, una camisa y unos pantalones

deportivos de repuesto del armario cerca de la cama. Notó que Nick
estaba parado con curiosidad junto a su hombro, mirando sus cosas.
Él sonrió.
—¿Qué estás buscando, profe? Mis juguetes sexuales

pervertidos están en otro lugar—. Cuando se volvió, encontró a Nick
sonrojándose furiosamente. Nick tomó los artículos de sus brazos.
—Todavía te gusta bromear, —refunfuñó Nick.
Entonces Harris escuchó el rugido del estómago de Nick. Si es

posible, la cara de Nick se puso aún más roja.
—¿Todavía tienes hambre? Yo también. ¿Para qué estás de

humor? —Preguntó Harris.
—¿China?
—Excelente opción. Llamaré al reparto. Una vez que hayas

terminado, la comida debería estar aquí, —dijo. —El baño está por
aquí.
Harris señaló la puerta cerca de la sala de estar.
62
Fel Fern
—Saldré pronto.
—Date prisa o podría decidir unirme a ti. —Harris se maldijo

en silencio un segundo después, mientras Nick se giraba y lo miraba
con los ojos muy abiertos. Bueno, era una buena señal de que no
había ninguna repulsión o enojo allí.
—Dijiste que me lo compensarías, —dijo Nick después de unos

segundos de silencio. Harris pensó que había dicho algo incorrecto y
arruinado esto: que la relación entre ellos terminó para siempre.
Fuera lo que fuese lo que había entre ellos, valía la pena perseguirlo
y no parecía que el calor entre ellos desapareciera pronto.
Demonios, cuando Harris vio a Nick en la barra, hablando con

Riley, su lobo enojado se regocijó, aliviado de que su pareja viniera
a buscarlos. Persistencia y desafío, esas eran buenas cualidades y
Nick demostró que lo igualaba de muchas maneras.
—Lo hice. ¿Qué tenías en mente, profe? ¿Pensamientos sucios?
Nick se aclaró la garganta.
—Um.
Harris se humedeció los labios y miró la polla de Nick.
—Creo que entiendo. Extrañaba tu sabor en mi boca.
Sin esperar a que Nick cambiara de opinión, Harris lo condujo

al interior del pequeño baño.
63
Fel Fern
—La ducha es pequeña, —murmuró Nick, dejando la toalla y la

ropa sobre la encimera.
—Nos ajustaremos. —Harris agarró a Nick, lo hizo girar,

empujándolo contra la puerta, rogando a Dios que no
malinterpretara la situación.
Nick jadeó, su polla se tensó contra los pantalones. Oh, sí, su

profesor estaba cachondo. Nick incluso agarró el dobladillo de su
camisa y se la quitó con impaciencia.
—Tanta iniciativa, Profe.
—Sólo porque has sido un lobo muy malo, —dijo Nick.
—Joder, esas palabras solo hicieron que mi polla se

endureciera.
También desabotonó la camisa de Nick, hasta que sus pechos

pudieron tocarse piel con piel. Un estruendo surgió de su pecho. El
lobo dentro de él estaba haciendo un baile feliz y engreído como
diciendo —finalmente—. Oh, el antiguo temor de que pudiera
lastimar a Nick todavía estaba allí, pero Harris tenía más confianza
ahora.
Nick arrojó su camisa ahora, pasó las manos por el pecho de

Harris con asombro.
—Tus heridas se han ido.
—Soy un lobo de curación rápida y ahora, soy un lobo muy

cachondo.
64
Fel Fern
Nick resopló, metiendo un dedo en su anillo de pezón,

haciéndolo gemir. Usó la otra mano para desabotonar sus jeans,
pero Harris le ganó la carrera. Desabrochó los pantalones de Nick
en segundos, descubriendo la polla, ya a media asta. Curvó los dedos
alrededor del eje de Nick y comenzó a trabajarlo.
Nick no había soltado el anillo de su pezón, enviando

sensaciones intensas pero placenteras a través de su cuerpo.
Entonces Harris tomó sus labios. El sabor de Nick se estrelló a
través de su sistema, dando una sacudida a su corazón. Tan bueno.
Joder, extrañaba tanto a Nick.
Su humano incluso abrió más la boca, sabiendo qué hacer, para

que Harris pudiera meter la lengua en la garganta de Nick. Cuando
se separaron, Nick tenía los ojos entrecerrados y las pupilas
dilatadas por la lujuria.
—Quiero oírte venir, —gruñó las palabras.
Nick soltó el anillo y él se dejó caer de rodillas, comenzando a

ayudar a Nick a salir de sus pantalones. Una vez fuera, la polla de
Nick fue suya para jugar de nuevo. Harris no perdió el tiempo.
Colocando la mano alrededor de la base de Nick, chupó el pre-
semen, antes de caer sobre él.
Cada ronroneo que provenía de Nick lo impulsaba a seguir

adelante. Aplicando una succión cuidadosa, pasó la lengua por la
cresta y la protuberancia.
—Oh, Dios —susurró Nick con voz ronca.
65
Fel Fern
Harris recién comenzaba. Trabajó la polla de Nick, moviendo la

cabeza arriba y abajo hasta que comenzó a rogarle que lo liberara.
Apartando la boca, se puso de pie, juntó sus bocas y continuó

trabajando la polla de Nick con la mano. Cuando se apartó, le
susurró al oído a Nick:
—Vente por mí.
Con un grito, Nick lanzó su carga en la mano que lo esperaba.

Joder, ver a Nick desmoronarse era una de las mejores cosas del
mundo, algo de lo que nunca se cansaría.
—Mi turno, —dijo, notando que la mirada de Nick parpadeaba

hacia su grueso pene con un interés manifiesto.
Una sonrisa sexy encontró su camino hacia la boca de Nick.
—¿Vas a montarme de nuevo, lobo feroz?
—Oh. Me gusta ese apodo—. Hizo girar a Nick por los

hombros, inmovilizó las manos del humano sobre su cabeza. —
Mantenlas ahí.
—Bueno. —Ante eso, soltó las muñecas de Nick. Fiel a su

palabra, Nick las mantuvo allí.
Harris pudo oler la excitación de Nick en el aire de nuevo y

supo que su compañero humano se estaba poniendo duro otra vez,
excitado por él tomando el control. Jodidamente perfecto. Eso era
correcto. Estaban hechos el uno para el otro.
66
Fel Fern
—Harris, —murmuró Nick. —Te quiero en mí ahora.
—Espera. —Harris salió rápidamente para agarrar el

lubricante adicional dentro del gabinete sobre su lavabo. Volviendo
a Nick, le dio un manotazo en el trasero. El humano saltó, gimiendo
cuando le separó más las piernas. Después de lubricar sus dedos y
trabajar un poco para introducirlos en Nick, Harris empujó un dedo.
Podía sentir los músculos internos de Nick apretarse a su

alrededor. Necesitando estar dentro de Nick pronto, agregó un
segundo, comenzando a hacer movimientos giratorios.
—Te extrañé mucho. No vuelvas a huir de mí.
La admisión de Nick lo asombró, lo hizo sentir culpable. Besó el

pulso en el cuello de Nick.
—Nunca más.
Esa era una promesa que tenía la intención de cumplir.

Considerando que Nick estaba listo, apartó la mano y añadió más
lubricante en su polla.
—¿Estás listo para mí, profe?
Nick suspiró.
—Sí.
Harris guió la goteante cabeza de su polla hacia la entrada y se

abrió paso. Nick gimió cuando finalmente se enfundó completamente
67
Fel Fern
dentro de su apretado culo. Apretando el agarre en la cintura de

Nick, tomó de nuevo su boca para un beso, esta vez lento y tierno.
Harris quería mostrarle a su compañero humano que él también

podía ser amable, además de rudo. Cuando se apartó, Nick dijo:
—Tómame ya.
Sonriendo, Harris comenzó a entrar y salir de su pareja.

Alcanzó la polla de Nick, ya a media asta, y comenzó a trabajar,
sincronizando el trabajo manual con sus embestidas. Harris no había
imaginado la pasión entre ellos seis meses atrás. La química no se
había desvanecido, realmente se hizo más fuerte.
Las sacudidas de placer lo recorrían cada vez que sus cuerpos

se unían. El lugar de Nick estaba aquí mismo, enjaulado en su
cuerpo. Harris aceleró el paso y cada vez que sus cuerpos se unían,
la bestia incontrolable dentro de él se calmaba, ahora que su pareja
estaba con ellos.
—Compañero. Mío, —declaró.
—Sí, —murmuró Nick en acuerdo.
Joder, eso solo avivó las llamas en él. Cambió el ángulo de sus
caderas y debió chocar contra el punto dulce de Nick, porque el
humano jadeó. Bueno. Harris tenía la intención de enviar a Nick a la
luna. Siguió apuntando al lugar. El sonido de los gemidos de Nick era
música para sus oídos. Harris sabía que tampoco resistiría mucho,
su polla estaba cerca del punto de estallar.
68
Fel Fern
—Quiero que te vengas por mí de nuevo, —le ordenó al oído a

Nick. Un pellizco de las bolas de Nick y el humano estalló,
derramando la semilla sobre sus dedos y la pared de azulejos.
—Ah, —murmuró Nick.
Harris movió las caderas varias veces más. El impulso de

morder a Nick volvió a aumentar, pero esta vez, no estaba asustado.
Había visto lo que hacía el distanciarse de Nick. Harris casi se
había convertido en un cambiaformas salvaje, casi perdió su
conciencia humana porque creía que no era lo suficientemente
fuerte como para morder a Nick.
Nick parecía saber qué hacer, porque le ofreció la garganta a

Harris. Harris no iba a dudar más. Desenvainó los caninos y golpeó,
hundiéndolos más allá de la piel, golpeando el hueso. Nick gritó, pero
su compañero humano no se sacudió ni luchó contra el mordisco de
apareamiento.
Solo vino a demostrar que había sido el tonto todo el tiempo.

Vació su semen dentro del culo de Nick, con la cabeza dando
vueltas, el lobo bailando feliz dentro de él. Apartó sus caninos,
tenían sangre.
—Dios.
La voz entrecortada de Nick lo sobresaltó. Le rompería el

corazón si Nick de repente le dijera que esto fue un error, pero
resultó que no tenía nada de qué preocuparse.
69
Fel Fern
—Eso fue increíble. Intenso, pero guau —terminó Nick. Le giró

y le besó en la mejilla. Harris quería la boca de Nick, pero la suya
todavía estaba cubierta de sangre.
—¿Cómo te sientes? —Preguntó, preocupado.
—Un poco mareado, —admitió Nick.
—Apóyate en mí, bien. Nos lavamos, luego tengo que mirar la

herida.
—Entonces, ¿podemos acurrucarnos en la cama? —Preguntó

Nick.
—¿Qué hay de la comida?
Nick tenía una sonrisa perezosa.
—¿En la cama?
Harris retornó la sonrisa y abrió la ducha. El agua les cayó a

ambos, volviéndoles la piel resbaladiza. Quería arruinar de nuevo a
Nick, recordarse a sí mismo que era un lobo afortunado, pero
decidió dejar eso para más tarde.
Más tarde. Correcto. Le había dado a Nick su mordisco, sin

pensar en las consecuencias. Bueno, Nick vino hasta aquí. Harris
podía mudarse por Nick, porque sus vidas y destinos estaban ahora
enredados.
—¿Qué estás pensando? —Preguntó Nick, ahuecando su

mandíbula.
70
Fel Fern
—El futuro. Nosotros.
—Me gusta el sonido de eso.
—Deberías estar más enojado conmigo, —dijo Harris.
—No te he perdonado por completo, pero también sé que no ha

sido fácil para ti. ¿Olvidamos el pasado? —Preguntó Nick.
—Joder, no te merezco—. Harris cerró los ojos, incapaz de

creer lo afortunado que era. Luego los abrió, dejando que Nick viera
la intención en su mirada. —Me gustaría eso. De aquí en adelante,
nunca más me iré de tu lado.
—Bueno. Estoy deseando que llegue esa cita mañana.
—¿Qué hay de tu licencia en la universidad? —Preguntó Harris.
—A punto de entregar mi renuncia y terminar mi doctorado en

otro lugar de todos modos, además, el decano sabe que estoy en un
descanso.
71
Fel Fern
Capítulo 8
Sintiendo el calor del sol en el rostro, Nick gimió. ¿Ya era de
mañana? Él también estaba teniendo un buen sueño, uno en el que él
y Harris se reconciliaron. Diablos, Harris incluso le dio su marca de
apareamiento.
Algo pesado, sólido y cálido estaba arrojado descuidadamente

sobre su cadera. Se atrevió a abrir los ojos, dándose cuenta de que
no había sido un sueño en absoluto. Completamente despierto ahora,
se movió, deteniéndose cuando escuchó el molesto gruñido
retumbante detrás de él. Harris había envuelto su enorme cuerpo
sobre el suyo, como una cómoda manta cálida. El mordisco en su
cuello pulsó como una marca.
El alivio y el placer lo invadieron.
Después del candente momento en el baño anoche, Harris se

ofreció a dormir en el sofá nuevamente. Harris dijo que era para
que Nick pudiera dormir bien por la noche. Recordó haberle dicho a
Harris que dejara de sentir timidez. Ahora eran compañeros, ¿no?
Vaya, se sentía bien, no despertarse solo en una cama de motel

picada de pulgas o en el asiento trasero de su auto. Incluso
mientras dormía, Harris lo abrazó con más fuerza. Nick podía sentir
la punta brillante de Harris, presionada contra su entrada. ¿Cómo
podría Harris lucir una erección tan temprano en la mañana?
72
Fel Fern
Aún así, la parte mezquina de él estaba contenta de que la

erección fuera para él. No es que su polla no se viera afectada.
Como Harris todavía estaba perdido en el reino de los sueños, Nick
experimentó frotando su cuerpo contra el de Harris. Harris emitió
otro gemido. Agradable.
—Harris, ¿estás despierto? —Preguntó. No hubo respuesta,

pero Harris apartó la mano de la cadera de Nick y cerró los dedos
sobre su eje. Se estremeció cuando Harris cerró la boca sobre el
mordisco en su cuello, definitivamente un gesto posesivo.
—Definitivamente estás jugando, —se quejó, pero pronto

perdió su capacidad para hacer una buena remontada. Harris
acarició su polla más rápido, hasta que estuvo en el borde, antes de
retirar la mano. —No es justo, —protestó, volviéndose en los brazos
de Harris.
La mirada dorada de Harris parecía asombrada. Oh, Dios mío.

Harris con el pelo de cama se veía increíble, como un dios griego
despertado de su sueño.
—Ese es el castigo por despertarme temprano.
—¿Yo? —Nick le dio una mirada inocente.
—Te frotaste por todos lados, ¿tan caliente tan pronto,

profe?
—Hermoso bastardo, —susurró Nick.
Harris pareció pensativo.
73
Fel Fern
—No sé si eso es un insulto o un cumplido.
—Insulto. —Nick comenzó a salir del abrazo de Harris, pero

Harris apretó los brazos alrededor de él.
—Silencio, Profe. Aquí, ¿se siente bien? —Preguntó Harris con

esa sexy voz profunda suya.
Su hombre lobo infernal comenzó a bombearle la polla de

nuevo. Nick gimió. La presión en él volvió a aumentar. Esto era tan
caliente, Harris manteniéndolo cautivo con su agarre, observando su
reacción. Esta vez Harris lo empujó al límite, sin negárselo más.
Gritó cuando su mente dio vueltas y roció semen por toda la mano
de Harris.
—Puedo acostumbrarme a despertarme con esto, —dijo Harris,

levantando la mano. El hombre lobo sobresaltó a Nick, lo despertó
de su estupor cuando comenzó a lamer la excitación de Nick de su
mano. —No puedo tener suficiente de tu sabor.
Nick se sonrojó y luego soltó lo primero que pensó.
—No tengo ropa.
—¿Oh? ¿Es eso un problema? Me gustas desnudo.
Oh, diablos.
—Harris, hablo en serio. ¿Qué se supone que debo usar en

nuestra cita? —Demandó.
Harris parpadeó.
74
Fel Fern
Murmurando una maldición en voz baja, continuó,
—Aprecio que me prestes tus cosas, pero ¿y si nos

encontramos con tus hermanos en la ciudad? Quiero causar una
buena impresión y Riley ya me odia.
Harris se pasó la mano por el pelo despeinado.
—Riley no te odia. Además, ¿sus opiniones importan?
—Por supuesto, son tu familia y yo soy tu pareja.
Harris se puso serio.
—Entiendo. Lo siento, por lo general les digo que se jodan.
—Sin embargo, me gusta Ty. Parecía agradable, —agregó.
—Mis hermanos son insoportables, sus compañeros están bien,

—comentó Harris encogiéndose de hombros. —Está bien, ¿qué tal
esto? Llamaré a Ty. ¿Quizás puedas tomar prestada algo de su
ropa, o puedo llevarte de compras?
—Primero posterguemos las compras, —dijo. Además, su

cuenta bancaria contenía tal vez cien dólares o menos. Un ayudante
de enseñanza que todavía está completando su doctorado no gana
mucho.
—Yo invito. Es lo mínimo que puedo hacer, —ofreció Harris.
Sacudió la cabeza. El rostro de Harris cayó, pero ahuecó la

mandíbula de Harris.
75
Fel Fern
—Te prometí que me quedaría un tiempo. Esta cosa entre

nosotros es algo por lo que vale la pena luchar. Si bien no tengo
todas las respuestas, podemos hablar de ello. Quiero ver mis
opciones en esta ciudad.
El rostro de Harris se iluminó. Entonces apareció de nuevo esa

expresión elevada.
—Aw, Profe. Estás siendo un excelente adulto en este

momento.
—Lo siento, ¿estoy siendo demasiado autoritario?
Harris negó con la cabeza y le estrechó la mano.
—De ningún modo. Seguiré adelante y llamaré a Ty. Puedes

ducharte, dejaré más ropa en la cama. ¿Qué tal si desayunamos en
mi restaurante favorito?
Eso despertó su interés. Aunque quería sugerir sexo en la

ducha, podía posponerlo para más tarde. Además, estaba más
interesado en conocer mejor a Harris. Las marcas de apareamiento
significaban que estaban prácticamente casados, ¿verdad?
El rubor de Nick se intensificó. Era tan extraño. ¿No debería

esperar un ataque de pánico al pensar que estaría atado a un
hombre de por vida?
Fue exactamente lo contrario, porque cuando Harris lo salvó

en esa fatídica noche, una parte de Nick sabía que Harris era el
indicado para él. Nunca antes había creído en el amor, pero esto era
76
Fel Fern
amor, ¿no? Era impredecible, asombroso e intenso a la vez. Había

obstáculos, pero Nick había encontrado el camino hasta Harris,
¿no?
—Estoy deseando que llegue el tour.
Harris se rio.
—Yo también.
—¿Qué tal tu trabajo? —Preguntó Nick.
—Mi turno en el bar comienza a las seis. Mucho tiempo en el

medio.
—Está bien, entonces, es un plan.
****
—¿Cómo están los pretzels? Jodidamente fantásticos,

¿verdad? —Dijo Harris con una sonrisa que iluminó todo su rostro.
El hombre lobo dio un gran mordisco a su propio pretzel.
Nick todavía no sabía cómo este hombre asombroso podía ser

suyo. Nick mordió, el sabor a mantequilla explotó en su boca. Se
pararon en la acera frente a una calle que vendía puramente
antigüedades.
77
Fel Fern
Nunca pensó que la vida de un pueblo pequeño le vendría bien,

pero Harris, mostrándole los alrededores, hablando de sus
recuerdos de infancia del lugar, tuvo sus consecuencias. Poco a
poco, Nick estaba empezando a enamorarse tanto de Harris como
del lugar.
Bueno, amar a Harris era un hecho, pero esta ciudad comenzó

a hundir sus garras en él. Harris parecía conocer a todo el mundo
por su nombre, desde la anciana viuda Sra. Willow, propietaria de la
tienda que se especializaba en mecedoras, hasta el señor Giovanni
que manejaba el puesto de pretzels.
—¿Vas a comer eso? —Preguntó Harris, mirando su pretzel.
Nick se dio cuenta de que Harris terminó el suyo.
—De ninguna manera, esto es mío.
Plantó una mano sobre el pecho de Harris, congelándose

cuando sus dedos rozaron el anillo de pezón. Oh. Amaba ese
pedacito de metal. Harris usó su momento de debilidad para
comerse la mitad restante. Nick frunció el ceño. Al notar la gota de
mantequilla en el labio inferior de Harris, se acercó para lamer la
mantequilla.
Harris plantó automáticamente su mano en el trasero de Nick,

profundizando el beso. Nick se sonrojó hasta las raíces. Estaban en
público, pero a una parte de él no le importaba. Estar con Harris lo
hizo sentir diferente, salvaje y emocionante.
78
Fel Fern
Cuando Harris se apartó, el calor se le acumulaba en la boca

del estómago. La polla de Nick se despertó en sus jeans y era solo
la hora del almuerzo. Harris no le había mostrado ni la mitad de
Green Creek y ya estaba caliente.
¿Qué le pasaba?
No es que Nick se estuviera quejando.
—¿Hambriento? Vamos, el restaurante de Sean está cerca—.

Harris le agarró de la mano y tiró de él.
Nick sabía que todavía tenía una sonrisa tonta en el rostro.

Harris lo condujo al interior de un restaurante antiguo. Los asientos
estaban descoloridos, las mesas y el resto del mobiliario muy
usados, pero se sentía acogedor aquí. Notó las miradas que
generaban al pasar. Harris les encontró un reservado al fondo.
Se dio cuenta de que un joven apuesto lo miraba fijamente

mientras se sentaban en la cabina.
—Todos están mirando, —murmuró.
—Pueblo pequeño. No te preocupes, tienen buenas intenciones.

Soy el último hermano Winter sin pareja y soy una especie de
chisme—. Harris se encogió de hombros y tomó el menú.
—¿Quién es Sean? —Preguntó, cambiando de tema. Política de

pueblo pequeño, eh. Bueno, supuso que era algo a lo que podría
acostumbrarse. No era una mala compensación dadas las historias
79
Fel Fern
que Harris le contó sobre la gente del pueblo uniéndose cuando

ocurría un desastre.
—El mejor amigo de mi papá. Él estuvo allí cuando murió mi

papá y ayudó a mis hermanos mayores, —explicó Harris.
—Bueno, bueno, si no es Harris. No te he visto pasar en mucho

tiempo, —dijo un hombre enorme de mediana edad con cabello y
ojos grises como el hierro.
—Sean, te presento a Nick, mi compañero, —les presentó

Harris.
Nick parpadeó. El placer lo invadió por la manera posesiva en

que Harris dijo las palabras, con confianza y sin una pizca de
vergüenza.
—Lo sé. —Sean gruñó. —Bueno, no la parte en la que

emparejaste al humano.
Sean extendió una mano, que Nick estrechó.
—¿Tus hermanos saben que estás emparejado? —Preguntó

Sean, evaluando a Harris.
—Pronto, —respondió Harris. —Voy a pasar algún tiempo con

Nick, mostrándole la ciudad.
—¿Harris está haciendo un buen trabajo? —Le preguntó Sean

a Nick.
—Me encanta esta ciudad, —respondió con sinceridad.
80
Fel Fern
—Cuando escuché los rumores, también sentí curiosidad.

Verás, Harris nunca me pareció el tipo de persona que se asentaría,
—observó Sean.
Levantó la barbilla.
—Harris simplemente no había encontrado el adecuado, hasta

mí.
Para su sorpresa, Sean soltó una carcajada.
—Estás bien para ser humano.
—Yo tomaré lo de siempre, Nick también, —le dijo Harris a

Sean, dándole un guiño a Nick. —Créeme.
—Bueno. —Una vez que Sean desapareció, le preguntó a

Harris: —¿Me felicitó?
—Sí, y rara vez lo hace—. Harris devolvió los menús. —El

cuarto de kg aquí te dejará boquiabierto.
Nick no pudo evitarlo, le devolvió la sonrisa.
—Eso ya es un hecho.
Harris enarcó una ceja.
—¿Por qué tengo la sensación de que también estás hablando

de la ciudad?
—Quiero ir a ver la universidad local. Ver si están contratando.
Harris se enderezó en su asiento.
81
Fel Fern
—Profe, ¿hablas en serio? Quiero decir, estoy dispuesto a

mudarme a donde sea que vayas.
—Este lugar ha sido tu hogar. Puedo ver por qué. Yo también

estoy empezando a enamorarme de él. Puedo imaginarme
construyendo una vida aquí, una vida contigo.
Harris emitió un rugido de aprobación.
—Joder, profe. Esas palabras me llegaron al corazón. Dime que

no me estás tomando el pelo.
—No es una decisión impulsiva. Mencioné marcharme antes.

Siempre planeé terminar mi doctorado y establecerme en otro
lugar. Tal vez mi corazón siempre supo que pertenecía aquí en Green
Creek, contigo.
Harris alcanzó su camisa al otro lado de la mesa, tirando de

Nick para darle otro beso aturdidor. Cuando Harris lo soltó, Nick
respiraba con dificultad.
—Te amo, profe.
Esas palabras lo golpearon como un mazo directamente en el

corazón. Sonaban perfectas en los labios de Harris y en los suyos.
82
Fel Fern
Capítulo 9
—Yo también te amo, —respondió instantáneamente. —Creo
que comencé a enamorarme de ti el día que me rescataste.
Harris tomó su mano y las entrelazó.
—Lamento que me haya tomado un tiempo enfrentar mis

miedos.
Nick negó con la cabeza.
—Se supone que el amor no es fácil.
—Ahí le has dado.
Sin embargo, pudo ver que Harris se sintió aliviado por su

seguridad. ¿Cómo podía Nick estar enojado con Harris? Después de
que Harris admitió haber perdido el control de su lobo, Nick buscó
en Google qué significaba exactamente eso cuando Harris estaba en
el baño u ocupado con las tareas del hogar. La comprensión de que
casi podía perder a Harris por el lobo asustó a Nick más que nada.
—Harris, Sean mencionó a tus hermanos. ¿Reaccionarán mal a

la noticia? —Tenía que preguntar.
Harris negó con la cabeza.
—Ellos vendrán alrededor. Son sólo unos imbéciles

sobreprotectores, porque yo soy el más joven. Una vez que vean lo
increíble que eres, les agradarás.
83
Fel Fern
—¿Estás seguro? —Nick sabía lo cercanos que eran los

hermanos Winter.
—Absolutamente. Te diré qué. Déjame organizar algo, una

reunión, para que los conozcas. No son fáciles de entender al
principio, pero les agradarás. Quiero decir, tienes la aprobación de
Sean.
Nick sintió que estaba al borde de algo grandioso, la

oportunidad de ser parte de una gran familia, cuando la suya había
estado distante de él toda su vida.
—Vamos a hacerlo.
—La comida está aquí, tortolitos, —dijo Sean, balanceando una

enorme bandeja. Había dos cestas llenas de una enorme
hamburguesa con patatas fritas y aros de cebolla. Su mandíbula
cayó. Su estómago rugió.
Harris se rió entre dientes.
—Mi pareja tiene apetito.
—Me di cuenta, —dijo Sean, dejando los platos.
—Malditos cambiaformas y su audición sobrenatural, —

murmuró.
Harris y Sean intercambiaron sonrisas antes de que Sean los

dejara con sus platos.
—¿Qué sigue después de esto? —Preguntó.
84
Fel Fern
—Bueno, estaba pensando que podríamos tener un poco de

tiempo a solas.
—¿Es esa una palabra clave para sexo? —Preguntó Nick, el

corazón dio un vuelco.
—Puedes apostar.
Su corazón latía de nuevo. Harris empujó la canasta de la

deliciosa comida olorosa frente a él.
—Necesitará su energía, profesor, —bromeó Harris.
Comieron en silencio. La comida era tan buena. Después de que

Harris pagó la cuenta, Nick se disculpó y se dirigió al baño de
hombres.
Solo había una persona allí, el rubio guapo y esbelto que lo

fulminó con la mirada cuando Harris y él entraron al restaurante.
El rubio le siseó de repente, Nick dejó de desabrocharse los

pantalones, desconcertado. Los afilados caninos le dijeron que este
tipo era un cambiaformas, aunque Nick estaba seguro de que nunca
se habían conocido antes.
—Disculpe, pero ¿cuál es su problema? —Nick sabía que

enfrentarse a un extraño al azar que podía acabar con él fácilmente
no era la mejor solución. Aún así, estaba grabado en él corregir
errores, ser curioso.
—No puedo creer que un semental como Harris eligiera a un

humano tan aburrido como tú.
85
Fel Fern
Nick se cruzó de brazos.
—Eso no es de tu interés.
—Incorrecto, humano—. El cambiaformas dio un paso

amenazante hacia él. Nick leyó en alguna parte que no era prudente
mostrar miedo frente a los cambiaformas, así que se mantuvo
firme. Además, este extraño no le haría nada. Harris y muchos
clientes estaban afuera.
—Harris es mi negocio. ¿No lo sabías? Antes de que vinieras,

estaba sacudiendo mi mundo y el de varios otros hombres—. El
cambiaformas se rió. —No puedes satisfacer a Harris, él tiene
necesidades que no se pueden cubrir.
—Soy su compañero.
Bien, su voz sonaba tranquila, aunque este extraño de alguna

manera logró desencadenar algunos miedos enterrados. Solía pensar
que no tenía ninguna oportunidad con un jovencito como Harris. Oh,
diablos. No podía creer que se refiriera a Harris como un joven.
De cualquier manera, Harris ya marcó a Nick como suyo. Nada

cambaría eso. El apareamiento era de por vida, lo sabía. A menos
que Harris cambiara de opinión, dijo una vocecita desagradable
dentro de él, pero Nick desterró esa parte de él fácilmente.
—Harris ya tomó su decisión, —dijo finalmente Nick,

dirigiéndose a la puerta. No necesitaba quedarse aquí y ser
insultado por un extraño. Una mano lo agarró por el hombro y sintió
86
Fel Fern
algo afilado, el toque de garras, pero aún no cortaron la tela ni la

piel. Su corazón martilleaba y estaba seguro de que el otro hombre
podía oírlo.
—Por ahora, —dijo el extraño. —Mi nombre es Mike, es mejor

que lo recuerdes, porque seré yo quien te quite a Harris.
Entonces Mike lo empujó a un lado y salió pavoneándose del

baño. Conmocionado, Nick se tomó un par de segundos para
recuperarse. Enderezó su apariencia y se dirigió hacia afuera.
Nick encontró a Harris en el estacionamiento, terminando una

llamada.
Harris lo saludó con la mano.
—Oye, eso tomó un tiempo. ¿Estás bien?
—Absolutamente. —Por qué no le contó a Harris sobre su

encuentro con Mike, no lo sabía.
—Era Riley al teléfono. Es noche de karaoke el viernes en el

bar. Tendremos una reunión, incluidos mis hermanos y sus
compañeros. ¿Te unes?
Las palabras de Mike daban vueltas en su cabeza, recordándole

a Nick que podía ser humano, pero no era un cambiaformas, sino un
forastero. Harris frunció el ceño, aparentemente capaz de sentir
su malestar.
—Nick, será divertido. Lo prometo.
87
Fel Fern
Harris pensó que estaba preocupado por sus hermanos. En

cierto modo, lo estaba, pero Nick tenía otras cosas en mente. Sabía
que aparearse con un lobo dominante como Harris traería
complicaciones, pero allá atrás, no imaginaba el intenso odio que
Mike albergaba por él.
—Sí, está bien, —respondió, ya que Harris esperaba una

respuesta.
—¿Estás listo para reanudar la gira?
Nick no pudo evitarlo.
—¿Quién es Mike? —Espetó.
La mirada de Harris se oscureció.
—Nadie importante. Un cambiaformas lince con el que tuve una

aventura de una noche en un momento de debilidad.
Nick se mordió el labio inferior, sorprendido cuando Harris lo

agarró por los hombros para que se quedaran cara a cara. Intensos
ojos amarillos se encontraron con los suyos.
—Nick, no es nadie. Un error. ¿Dónde te enteraste de Mike?

De hecho, está bien. Quiero que sepas que ese era mi viejo yo. Me
cambiaste, me hiciste mejor. No veré a nadie más que a ti ahora.
Las palabras de Harris lo conmovieron, le quitaron el peso del

corazón. ¿A quién le creería, a un extraño que conoció en el baño
público o a su pareja?
88
Fel Fern
Él asintió. Como Harris parecía un poco preocupado, tomó la

mano del hombre lobo y apretó los dedos de Harris con fuerza.
—Entiendo.
Harris le dio un rápido beso en la mejilla.
—No soy el mejor de los hombres, pero te lo juro, Nick. Eres

mi compañero. Te protegeré, te apreciaré y nunca te engañaré.
Nick dejó escapar una risa temblorosa. En el interior, estaba

haciendo volteretas. Podía escuchar la sinceridad, la promesa en las
palabras de Harris.
—Suena como un voto matrimonial.
—Tal vez pueda serlo, —dijo Harris con un guiño que lo tomó
por completo con la guardia baja. —Vamos, quiero mostrarte algo
más.
El entusiasmo del joven resultó contagioso. Nick sintió que se

abría de nuevo, disfrutando el momento.
Harris era su hombre, su alma gemela. Mike nunca podría

quitarle eso, aunque Nick no pudo dejar de compararlos a los dos.
Harris y Mike pintaban un cuadro perfecto: ambos tenían la

misma edad, ambos atractivos cambiaformas.
Para.
89
Fel Fern
Se negó a permitir que su encuentro con Mike arruinara el día.
—¿A dónde vamos ahora? —Le preguntó a Harris.
—Al parque, conozco un banco privado.
Sus cejas se levantaron.
—¿P-privado?
—Profe, ¿estás teniendo pensamientos sucios? —Harris lo tiró

por encima del hombro.
Nick le dio un puñetazo en broma, olvidándose de que Harris

estaba construido como una pared de ladrillos.
—Ay. Eres una mala influencia, ¿alguien te ha dicho eso alguna

vez?
Harris puso los ojos en blanco.
—No finjas, profe. Quieres jugar conmigo, ¿no es así?
Nick tragó saliva.
—¿Acabas de tragar saliva? —Preguntó Harris.
—De ninguna manera. Lobo arrogante.
—Profe tenso que secretamente le gustan las cosas sucias, —

replicó Harris.
—Estamos en la calle, —murmuró con las mejillas sonrojadas.
—Eres mío, profesor. Se lo gritaré al mundo cuando quiera.
90
Fel Fern
—Jesús, Harris. Eres como el conejito Energizer con

esteroides.
Harris se rió. Ya estaba establecido que este hombre era

capaz de poner su mundo patas arriba, haciéndole cosas extrañas.
¿Ser tan feliz era un crimen? Nick era el tipo de persona que se
preocupaba constantemente por cada detalle.
La felicidad se sentía como un arma de doble filo. Podría

hacerlo flotar en la nube nueve en un momento, y al siguiente, ser
arrebatada.
Deja de pensar así, se reprendió. No iba a pasar nada malo.
91
Fel Fern
Capítulo 10
—¿Estás listo? —Preguntó Harris después de estacionar el
auto.
Nick miró el bar Howling Wolf al lado izquierdo de su ventana

y se enderezó la camisa nerviosamente. Logró varias cosas en los
últimos días. Nick había preguntado en el colegio comunitario local,
tuvo una entrevista con el decano el lunes y compró ropa nueva para
esta noche.
—Estoy nervioso, —admitió.
Harris le dio unas palmaditas en el muslo y empezó a

acariciarlo, el gesto reconfortante.
—Lo harás genial.
—Por supuesto que dirías eso.
Harris frunció el ceño.
—Nick, pronto verán lo mismo que yo, eres increíble.
—¿Me besas?
Harris agarró la parte de atrás de su cuello e inclinó la boca de

Nick para darle un beso. El calor lo despertó, envió adrenalina a
través de sus venas. Nick podría hacer esto. Dejó de preocuparse
de si les agradaría a los hermanos de Harris y simplemente sería él
mismo.
92
Fel Fern
Una vez que Harris lo soltó, el hombre lobo inclinó su barbilla.
—¿Mejor? —Preguntó Harris.
—Me siento mucho mejor. —Salieron del coche y entraron al

bar.
The Howling Wolf estaba en pleno apogeo a esta hora de la

noche. Ningún hermano Winter atendía el bar, pero notó que los
nuevos empleados estaban ocupados atendiendo a los clientes.
Nick miró a la multitud, aliviado de no ver a Mike. Por lo

general, pasaba junto a la barra después del turno de Harris solo
para encontrar al cambiaformas lince en una esquina, mirándolo.
Afortunadamente, Mike no hizo ningún otro movimiento amenazante
hacia él.
Harris colocó un brazo sobre sus hombros y lo condujo a una

habitación privada que nunca antes había visto. Al abrir la puerta,
encontró cómodos sofás, mesas bajas llenas de cerveza. Ty estaba
cantando melodías en el micrófono mientras Riley lucía una sonrisa
forzada. Dev y Cade, los hermanos mayores de Harris, parecían
estar demasiado ocupados besándose con sus compañeros para
notar el canto de Ty.
Ty se detuvo, radiante cuando los vio.
—¡Nick! Viniste, —dijo Ty, bajando el micrófono.
Nick notó que Dev y Cade se detenían a mirarlos. Riley se paró

junto al hombro de Ty y saludó a Nick con un hey.
93
Fel Fern
—Un placer verte otra vez. —Nick se aseguró de sonar

confiado y asertivo.
Harris le presentó a Dev y Cade, y sus compañeros Omega,

quienes le dieron una palmada en el hombro y lo hicieron saltar.
—Me alegra conocer finalmente al hombre que logró ganarse el

corazón de mi hermano pequeño, —dijo Cade arrastrando las
palabras.
—Tranquilo, —refunfuñó Harris. —Recordad, imbéciles. Sin

historias extrañas de la infancia.
—Lo que me recuerda esa vez que Harris orinó su cama, —

reflexionó Dev, sin dejarse intimidar por el gruñido de Harris. —
Hah. Eso es lo que hacen los hermanos. Toma asiento, Nick.
¿Cerveza?
—Sí, por favor. —Después de eso, Nick comenzó a relajarse.

Los hermanos Winter lo hicieron sentir como en casa, e incluso
Riley, de quien inicialmente sospechó que no le agradaba, pareció
aceptar su lugar en la vida de Harris.
Harris les encontró un sofá vacío y Nick estaba feliz de

acurrucarse junto a él. De vez en cuando, los hermanos se turnaban,
lidiando con problemas en el bar, pero la mayoría de las veces, eran
tonterías, bromas, historias.
Cuando Nick llegó a Green Creek, nunca esperó hacer las

paces, encontrar a su alma gemela y también a una nueva familia.
94
Fel Fern
—Nick, ¿quieres darle una vuelta a la máquina de karaoke? —

Preguntó Ty.
Nick siempre se rehusaba en las fiestas del personal, ponía

excusas por tener una voz terrible, lo cual era cierto, pero aquí, con
Harris y su familia, se sentía como en casa.
Harris lo soltó para que pudiera elegir una canción. Devolviendo

la sonrisa a su compañero, examinó las canciones en la pantalla.
****
—Hermano, necesito tu ayuda con algo, —dijo Dev junto a su

hombro.
Asintiendo con la cabeza a Nick todavía cantando con todo su

corazón, siguió a su hermano fuera de la habitación.
—Shane llega tarde, —explicó Dev, refiriéndose a su camarero

recién contratado. Fueron detrás de la barra, comenzaron a
preparar bebidas para los clientes, pero Harris sabía que Dev lo
llamó aquí por una razón.
Esta noche estaba más concurrida de lo habitual. Por otra

parte, el negocio iba muy bien justo después de que el bar volvió a
abrir y se decidieron por un menú que coincidiera con las bebidas.
95
Fel Fern
The Howling Wolf ya no era un lugar para inadaptados, señaló

Harris.
Su papá les dejó el The Howling Wolf a todos, había sido su

legado, pero ahora estaba en buenas manos. Harris pensó que se
mudaría con Nick si fuera necesario, pero escuchar a Nick admitir
que podía imaginarse quedándose en Green Creek fue más que una
sorpresa.
Harris comenzó a imaginar quedarse aquí, completando un

curso de negocios en la universidad local donde Nick estaría
enseñando. Una vez que obtuviera un título útil en negocios,
continuaría ayudando a sus hermanos a administrar el bar. Sabía lo
feliz que estaba Dev con su pareja y su hijo. Riley era igual y sabía
que Cade y Jon también estaban intentando tener un cachorro.
Harris también quería eso: formar una familia con Nick.
Cuando la multitud se redujo y Shane llegó, Dev tomó bebidas

para los dos.
—¿Vas a darme una especie de charla de hermano mayor

ahora? —Preguntó Harris. Tomaron dos lugares vacíos junto a la
barra.
—No soy papá, —dijo Dev, aunque ambos sabían que Dev asumió
ese papel cuando era mucho más joven.
96
Fel Fern
—Eras un hermano de mierda, —bromeó Harris. Dev gruñó.

Harris agregó: —Lo mejor que un hombre podría desear. ¿Vas a
decirme que no apruebas a Nick?
—¿Importará?
—Supongo que no.
Dev tomó un largo trago de su cerveza.
—Puedo ver que es bueno para ti, todos nosotros podemos. No

mentiré, teníamos nuestras dudas, pero puedo decir que tu bestia
está más tranquila ahora.
—Cuando dejé a Nick varado, hice un agujero en mi corazón.

Ahora que ha vuelto, siento que he vuelto a encontrar todas las
piezas que faltan. Joder, sueno cursi como el infierno.
Dev se rió.
—Sí, lo eres. Será mejor que regresemos antes de que los

demás sospechen.
—Espera un segundo. Dev, ¿acabas de traerme aquí para

decirme que apruebas a Nick? —Preguntó.
—Sé que no te importará, que eres lo suficientemente terco

como para hacer lo que quieres...
—Importa, —interrumpió Harris. Santo infierno, ¿Dev vio una

lágrima oculta? —Gracias, significa mucho.
97
Fel Fern
El lobo de Harris lo alertó de un par de ojos mirándolo desde

la esquina de la habitación. Frunció el ceño y vio un perfil vagamente
familiar. Mike, se dio cuenta.
—¿Lo conoces? —Preguntó Dev.
—Conexión aleatoria—. Pensó en lo que dijo Nick hace un par

de días.
—No te preocupes por él. Recibirá muy pronto el mensaje de

que estás capturado, —dijo Dev.
Sabía que su hermano tenía razón, pero de alguna manera,

tenía el presentimiento de que Mike quería dañarlos a él o Nick. Ah,
bueno, probablemente fue su imaginación trabajando horas extras.
****
—Vas a estar excelente en esta entrevista, —aseguró Harris

mientras Nick jugueteaba con su nueva corbata por segunda vez.
Una mirada al espejo retrovisor le mostró lo mismo de

siempre, chaqueta de tweed, corbata, camisa blanca y cabello
limpio, pero Nick ya no era el mismo chico. En algún momento de
esta semana, llegaría el resto de las cosas de su antiguo
apartamento. Eso sin duda marcaría el comienzo de su nueva vida
con Harris.
98
Fel Fern
—En realidad, estaba más nervioso el viernes pasado, —

admitió, a punto de agarrar su maletín por los pies, pero Harris le
atrapó la boca.
Sus entrañas se derritieron y antes de que su polla traidora

abrigara una erección, presionó una mano suave sobre el pecho de
Harris. El hombre lobo se apartó, sin parecer ofendido. Harris
conocía el efecto que tenía en Nick.
—Te veré más tarde entonces, —dijo Harris. —Estoy seguro

de que le agradarás a Dean Marsden. Si es un hombre sabio, te
contratará en el acto.
—Yo también lo espero, —dijo.
Con su maletín en la mano, Nick salió. Los estudiantes

universitarios se apresuraban a ir a clase o se quedaban en las sillas
al aire libre, charlando, riendo. Se sentía bien estar de vuelta en su
elemento, al que pertenecía.
Nick admitió que extrañaba la enseñanza. Era su única

verdadera pasión, pero si pudiera tener a Harris y este trabajo,
sería demasiado bueno para preguntar. Echó un vistazo al reloj. Su
entrevista era a las nueve y media y llegó diez minutos antes.
Perfecto.
Salió del estacionamiento y escuchó los pasos detrás de él un

segundo después. Al principio, pensó que era su imaginación. Se
volvió, paranoico, viendo sólo a un par de niños quejándose de su
profesor.
99
Fel Fern
Nick se encogió de hombros. Estaba casi fuera del

estacionamiento cuando vio un borrón en los bordes de su visión,
junto a los árboles que bordeaban el estacionamiento. ¿Era ese
Harris en forma de lobo, preocupado por él?
Nick parpadeó, vio un par de ojos amarillos y gimió.
—¿En serio, Harris? Estaré bien. —Se acercó a los arbustos,

aullando cuando una garra se extendió, se enganchó en la pierna
izquierda del pantalón y tiró. Nick cayó de bruces al suelo del
bosque, ensuciándose el traje. Algo ágil y dorado se abalanzó sobre
él
Su corazón se aceleró al ver al gran felino gruñirle. Le tomó un

segundo identificar qué era: un lince. El cambiaformas escondió su
mitad animal, revelando a Mike. Tragó mientras Mike mantenía una
garra parcialmente cambiada cerca de su pulso.
—Vienes conmigo, humano, —exigió Mike, dejando al

descubierto sus caninos.
Nick podía escuchar a los estudiantes universitarios charlando

entre ellos, sin saber que había un depredador entre ellos.
—Grita pidiendo ayuda y te arrancaré la garganta, ¿nos

aclaramos? —Preguntó Mike.
—Sí, —susurró. Mike tiró de él para que se pusiera de pie,

envolviendo un brazo alrededor de su cuello, un agarre
100
Fel Fern
inhumanamente fuerte. Nick sintió el pinchazo de las garras de

Mike en su piel, sacándole sangre.
Respiró tembloroso.
—¿Qué quieres? Mike, déjame ir. Olvidaremos que esto haya

sucedido.
—Cállate. —Los ojos inyectados en sangre de Mike se

encontraron con los suyos. —He estado esperando la oportunidad de
tenerte a solas. Una vez que estés fuera de escena, Harris será
mío.
Mike comenzó a arrastrarlo más hacia el bosque. Con lo que

equivalía a un cuchillo en su garganta, Nick lo siguió, tratando de
sofocar el pánico que se acumulaba dentro de él.
—Estoy emparejado con Harris.
Eso le valió un doloroso golpe en un lado de la cabeza. Su

mente dio vueltas. Sintió ganas de vomitar cuando el siguiente golpe
de Mike le acertó en el estómago. Gimió.
—No me lo recuerdes, —gritó Mike.
—Si muero, estará destrozado, —susurró.
Nick había investigado el vínculo de apareamiento justo

después de que Harris le diera la marca. Sabía que los
cambiaformas solo tomaban a un compañero de por vida y una vez
que sus compañeros murieron, la mitad restante pronto los siguió. Si
moría, ¿Harris lo sobreviviría?
101
Fel Fern
Entonces lo golpeó. A Mike le importaba un carajo lo que le

sucediera a Harris, siempre y cuando Harris fuera suyo para
manipularlo emocionalmente.
—No te preocupes, no te mataré instantáneamente. Tengo la

intención de hacerte gritar, —dijo Mike contra su oído.
Nick casi se descarga la vejiga con esas palabras, pero sabía

que estallar en un pánico a gran escala no ayudaría a nadie. Podría
ser humano, pero no estaba completamente indefenso. Harris sabría
que algo andaba mal, porque Nick prometió enviarle un mensaje de
texto inmediatamente después de la entrevista. Solo rezó para que
no fuera demasiado tarde para entonces.
No sabía cuánto tiempo viajaron a pie. Mike no parecía

empezar a sudar a pesar de que el sudor empapaba la parte
delantera y trasera de Nick. Le dolían los pies, los zapatos de cuero
no estaban hechos para una caminata por el bosque. En ocasiones
tropezó, pero Mike lo ayudó a levantarse, aún manteniendo esas
peligrosas garras en su pulso. Amenaza notada.
No sabía dónde iban. Los árboles, las rocas y el musgo

comenzaron a desdibujarse en un desastre irreconocible. Recordó a
Harris diciéndole que llevaría a Nick a acampar alguna vez, a pesar
de que Nick confesó que nunca había sido un tipo de chico del aire
libre. Dios, pensar en Harris empeoraba la situación.
Nick tenía un plan sólido. Conseguir un trabajo aquí, terminar

su doctorado y vivir felices para siempre con Harris.
102
Fel Fern
Le dolía el corazón al pensar que las últimas palabras

intercambiadas con Harris serían un adiós.
El suelo irregular bajo sus zapatos se volvió recto de nuevo.

Más allá de la arboleda, vio un camino. Mike lo sacó del bosque a lo
que parecía una pequeña carretera desierta. Ningún automóvil pasó
junto a ellos mientras Mike lo conducía hasta el automóvil que les
esperaba.
El agarre de Mike se aflojó, pero antes de que Nick pudiera

correr, Mike le dio otro puñetazo que lo dejó sin aire. Dejó escapar
un grito mientras sus huesos crujían. La agonía le recorrió de las
costillas al resto de él. Mike abrió la puerta trasera del auto y lo
empujó adentro sin ceremonia.
Nick no podía concentrarse en nada más que en el dolor. A lo

lejos, escuchó que el motor arrancaba y Mike ponía el vehículo en
movimiento. Sus náuseas empeoraron. Harris, pensó, doblando los
brazos sobre las costillas heridas.
¿Volvería a ver a su compañero hombre lobo?
103
Fel Fern
Capítulo 11
Harris miró su reloj. Pasaron treinta minutos desde que se
suponía que Nick debía actualizarlo sobre su entrevista con Dean
Marsden. Debería concentrarse en hacer un inventario de las
existencias del bar, pero todo en lo que podía pensar era en su
pareja.
Algo se sentía mal y su lobo lo sabía.
—¿Qué te pasa? —La voz de Riley lo interrumpió. Estaba en la

trastienda, se suponía que había terminado con su trabajo. Harris
dejó la pila de papeles y miró a su hermano a los ojos. Riley hizo una
pausa.
—Nick está en problemas. Necesito ir. —El lobo de Harris

nunca lo había engañado antes. Se sintió así, cuando sintió que algo
andaba mal esa noche de invierno cuando rescató a Nick de un grupo
de matones homosexuales.
Riley no preguntó, no le dijo que estaba imaginando cosas.
—Vamos entonces.
Cerraron y se llevaron el auto de Harris.
—¿Qué pasó? —Preguntó Riley finalmente.
—No lo sé todavía, pero se suponía que Nick me llamaría

después de su entrevista de trabajo—. Llegaron al campus
universitario en quince minutos. Harris planeaba continuar sus
104
Fel Fern
estudios en Green View Community College debido a lo cerca que

estaba del bar. Sería una ventaja si Nick consiguiera ese trabajo de
profesor.
De vuelta en el estacionamiento donde dejó a Nick, salió de su

vehículo. Un gruñido emergió de la parte posterior de su garganta
cuando captó el leve aroma a cobre, mezclado con el distintivo
aroma de Nick. Incluso su lobo sabía que algo había salido mal. Podía
sentir a Riley siguiéndolo por detrás.
Escondido detrás de un grupo de arbustos que conducen al

bosque, encontró el maletín de Nick. Gruñó al ver las pisadas en la
tierra.
—Alguien se lo llevó, —dijo, tratando de concentrarse en el

problema en cuestión y mantener a su lobo enojado bajo control. La
bestia estaba ansiosa por hundir sus caninos y garras en quien fuera
lo suficientemente estúpido como para tomar lo que por derecho le
pertenecía.
—Huele a gato, —observó Riley después de olerlo.
Entonces se dio cuenta de por qué el otro aroma le parecía

familiar.
—Mike, —dijo la palabra como una maldición.
Fue Dev quien comentó que el cambiaforma lince se demoraba

junto a la barra. Harris no escuchó, sabiendo que Mike golpeaba a
cualquier cambiaformas dominante ansioso por tener una noche
105
Fel Fern
salvaje de diversión, sin condiciones. ¿Por qué llevarse a Nick

ahora?
Harris recordó todas las veces que Mike intentó coquetear con
él, aunque sabía que ya tenía a Nick. Incluso antes de que Nick
llegara a la ciudad, Mike seguía molestándolo, pensando que eran
más que cuerpos follando.
Él juró.
—He sido tan jodidamente estúpido.
—Todos hemos estado allí. Harris, déjame llamar a Cade y Dev.

Encontraremos a Nick —le aseguró Riley.
Harris ya se estaba desnudando.
—Lo estoy rastreando.
—Harris, el bosque no lleva a ninguna parte, la carretera tal

vez...
Él no escuchó. Harris alcanzó a su lobo y una vez que golpeó las

cuatro patas, echó a correr. El rastro todavía olía fresco. No era
demasiado tarde para ponerse al día con Nick. Además, si Mike
realmente cruzaba la línea, sentiría el dolor de Nick a través de las
marcas de compañero.
Solo esperaba que nunca llegara a eso, porque joder, Nick era
humano y no se curaría de una herida grave. Harris corrió hasta que
le ardieron los músculos de las piernas.
106
Fel Fern
No ayudó que aún pudiera sentir el dolor de Nick. Mike debió

haber arrastrado a la fuerza a su compañero hasta aquí, pero el
camino terminaba al borde de la carretera. Con los pelos de punta
levantada, miró las gotas de sangre seca al costado de la carretera,
dejando al descubierto sus caninos ante el sonido de un motor
familiar.
Riley detuvo el coche delante de él y abrió la puerta del coche.
—Entra, Harris. Llamé a Dev. Llamó a algunas personas. Sean

mencionó haber visto el auto de Mike en la ciudad, dirigiéndose a su
casa. Tengo la dirección.
Aliviado, saltó, antes de sentir que algo lo apuñalaba en el

pecho, como si lo hubieran golpeado con algo contundente y pesado.
Harris jadeó, gruñendo suavemente, pero cuando volvió a ser
humano, no había ninguna lesión visible en su cuerpo, lo que solo
significaba que podía sentir el dolor de Nick a través de las marcas
de su compañero.
—Date prisa, —le gritó a su hermano mientras Riley pisaba el

acelerador.
107
Fel Fern
Capítulo 12
Desorientado, sintiendo el sabor de la sangre en la boca, Nick
se despertó. Aún le dolía la cabeza, como si alguien le hubiera
clavado un martillo en el costado del cráneo. Nick intentó mover las
manos y las piernas, pero no se movieron.
Los acontecimientos de las últimas horas, ¿o fueron sólo unos

minutos? - volvieron a él. Mike y su viaje al bosque y las garras de
Mike inclinadas hacia el pulso de su cuello. Nick se dijo a sí mismo
que no debía entrar en pánico.
Estaba aterrorizado por la clase de situación en la que se

encontraría, pero abrió los ojos solo para ver a la oscuridad
mirándolo. A Nick le habían vendado los ojos con algún tipo de tela.
Tratando de mantener a raya su creciente ansiedad,
silenciosamente hizo un balance de su situación.
Pesadas ataduras con material basto como cuerdas se

entrecruzaban en sus manos y piernas, y estaba seguro de que
estaba atado a una silla.
Que no cunda el pánico, se dijo. Harris lo encontraría, eso era

seguro. Mike pagaría por sus errores, pero ¿y si Harris llegaba
demasiado tarde?
Nick se tragó el nudo en la garganta. El miedo lo martilleaba,

pero mantener la calma era lo mejor en su situación. Aún así, la
familiar sensación de impotencia no le sentó bien. Nick estaba de
108
Fel Fern
vuelta en ese pequeño y sucio callejón, rodeado por los cuatro

fornidos deportistas con crueldad pintada en sus sonrisas y ojos.
Podía escuchar la voz del líder en su cabeza.
¿Cuántas pollas puedes meter dentro, maricón?
El corte en su cuello palpitó, pero el calor se extendió a través

de él como un fuego invisible. La marca de compañero de Harris, se
dio cuenta, cobró vida, recordándole que no estaba solo y que nunca
volvería a estarlo.
Su respiración creció incluso cuando alguien le quitó la venda

de los ojos. Mike lo miraba con los labios fruncidos con disgusto. El
odio ardía en los ojos del cambiaforma lince, diciéndole a Nick que
era inútil rogarle a un hombre como Mike. Mike no le mostraría
piedad.
—¿Por qué estás haciendo esto? —Preguntó, la garganta ronca

y seca.
—Ya te he dicho por qué, idiota. Me robaste a mi legítimo

compañero—. Mike le clavó un dedo en el pecho. Nick se estremeció
mientras cavaba dolorosamente a través de capas de tela. —¿Sabes
cuánto tiempo he querido atrapar a un hermano Winter?
Nick intentó razonar.
—Eres un joven apuesto, estoy seguro de que hay otros.
—No los hay, —gritó Mike, escupiendo saliva. Algunas gotas

aterrizaron en la mejilla de Nick, pero evitó una mueca de asco. —
109
Fel Fern
No entiendes nada, jodes por nada humano. Los fuertes se comen a

los débiles del mundo. Harris podría haberme protegido de la
tormenta de mierda de problemas en los que estoy.
—No sé en qué tipo de problemas estás metido, pero no

necesitas que nadie más te proteja—. En el momento en que Nick
dijo esas palabras, supo que no eran las adecuadas.
Las arrugas del rostro de Mike se retorcieron.
—¿De verdad puedes decir eso cuando Harris salvó tu pequeño

trasero lamentable?
No pudo ocultar la sorpresa en su rostro.
—Oh, sí, —dijo Mike en voz baja. —Leí sobre mi competencia.

La universidad mantuvo el incidente en silencio, pero una pequeña
investigación me dijo cómo os conocisteis Harris y tú. ¿Realmente
puedes arrojar piedras cuando te aferras a él por las mismas
razones que yo?
—No es así. —El resto de la defensa de Nick murió en su

garganta cuando Mike lanzó un gruñido.
—¿Cómo es entonces, eh? Ilumíname, —tronó Mike.
Nick se quedó sin palabras. ¿Mike tenía razón? No, no podría

ser. Había algo más en lo que tenía con Harris. Harris dijo que en el
momento en que olió a Nick, Harris supo que Nick era su compañero.
Incluso antes del incidente en el callejón, Nick se había enamorado
de su alumno.
110
Fel Fern
Buscó a Harris, buscando respuestas a por qué su corazón

estaba tan inquieto, por qué no podía dejarlo ir. A pesar de ser
humano, Nick sabía desde el principio que ya le había entregado su
corazón a Harris esa noche de invierno en que hicieron el amor por
primera vez.
Nick no sabía qué le pasó a Mike. El cambiaformas lince estaba

demasiado dañado para razonar.
—¿Qué? ¿Sin palabras? Bueno. Porque estaba a punto de

arrancarte esa lengua y comérmela, —dijo Mike.
El terror subió por su columna. Cada músculo del cuerpo de

Nick se tensó cuando Mike le mostró sus garras parcialmente
cambiadas.
La sonrisa torcida en el rostro del cambiaforma lince se hizo

más amplia. Mike se acercó a él, colocando una garra fría y afilada
contra un lado de su cara. Los latidos del corazón de Nick estaban
en su garganta. Mike las rastrilló violentamente, sacando un grito
fuera de él. El dolor floreció, pero Nick sabía que era solo el
comienzo.
Harris, date prisa. No estoy seguro de poder soportar más de

esto.
****
111
Fel Fern
Una vez que acotaron la ubicación de Mike, la búsqueda se hizo

más fácil. Harris permaneció en forma de lobo y continuó siguiendo
el olor de su pareja. Dev y Cade se unieron a la cacería, buscando
los lugares habituales de Mike después de preguntar a las personas
con las que Mike solía asociarse.
No tomó mucho tiempo. Green Creek era una ciudad pequeña y

todos se conocían. A Harris le desconcertó por qué nunca se
molestó en averiguar más sobre Mike, nunca supo que Mike también
era un recién llegado a la ciudad. A partir de la serie de
cambiaformas con los que Mike tenía relaciones, Harris no tardó
mucho en darse cuenta de las intenciones de Mike.
Mike llevó a Nick para llamar su atención. No tenía que ser

Harris. Mike era el tipo de cambiaformas manipulador que follaba y
atraía a cualquier compañero fuerte y dominante que podía
encontrar para pelear sus propias batallas.
—Estamos en su vecindario, —dijo Riley a su lado.
Su hermano permaneció en forma humana, pero Riley se había

puesto dos pistolas y un cuchillo. Los oídos de Harris se animaron
cuando llegaron al frente de un edificio de apartamentos. Se
parecía al resto de los edificios que se alineaban en el barrio
residencial, pero el olor de Nick era más fuerte aquí. Además,
Harris tenía vagos recuerdos de haber venido aquí la noche en que
112
Fel Fern
Mike lo arrastró a su casa. En ese entonces, era de noche y Harris

estaba borracho, por lo que no podía recordar mucho.
El dolor fantasma lo golpeó de nuevo y supo que Nick estaba en

problemas. Con un gruñido en los labios, subió las escaleras al trote.
Riley corrió tras él, con pasos sordos.
—Harris, espera. Necesitamos pensar en un plan de juego. No

sabemos a qué tipo de maníaco nos enfrentamos, —gritó Riley.
A Harris no le importaba. A la mierda los planes. Pensar y

perder el tiempo se fue por la ventana tan pronto como sintió que
Nick estaba cerca. Tomar el ascensor sería una pérdida de tiempo,
por lo que Harris subió corriendo la escalera de emergencia.
Vagamente recordaba haber venido aquí, con Mike encima de él. Esa
aventura de una noche había sido olvidable, un gran error en un
momento de debilidad, pero nunca esperó que las cosas salieran así.
Recordando que Mike vivía en el cuarto piso, salió de la

escalera y fue en busca del olor de Nick nuevamente. Al ver las
gotas de sangre en la alfombra de un apartamento, abrió sus fosas
nasales. Riley siguió su mirada y asintió.
Avanzaron hacia la puerta.
—Hazte a un lado, dispararé, —dijo Riley.
Harris se alejó para que Riley pudiera disparar a la cerradura.

El arma rugió y la puerta se abrió. Harris fue primero, ignorando la
maldición de Riley. El olor a cobre era más fuerte aquí. Se quedó
113
Fel Fern
helado al ver a su pareja y a Mike en la cocina. Riley se detuvo

detrás de él.
Mike había atado a Nick a una silla. Ver las cuerdas cortándole
los brazos y su cara ensangrentada le hizo enfurecerse. Los
moretones también se alineaban en la cara y los brazos de Nick.
Gruñó, a punto de atacar a Mike, pero Riley agarró un puñado de su
pelaje.
Mike se rió entre dientes y finalmente vio la mano con garras

de Mike, envuelta alrededor de la esbelta garganta de Nick.
—Dos de los chicos Winter finalmente vinieron a mi fiesta—.

Los ojos amarillos de Mike se encontraron con los suyos.
Comprendió que la violencia no le serviría de mucho, Harris se

movió, consciente de que Mike lo miraba de arriba a abajo como una
especie de premio. Le dio náuseas el ver a Nick herido por su causa.
Harris apenas controló a su lobo interior, que casi quería arrancarle
las entrañas a Mike. Necesitando hablar, Harris cambió de nuevo a
humano.
—¿Qué quieres? —Preguntó, mirando fijamente a Nick. Nick

tenía una súplica silenciosa en los ojos, probablemente diciéndole
que no tomara decisiones imprudentes. Harris había superado todo
eso. Podría haber salvado a Nick en ese callejón, pero cicatrices
mentales como esa necesitaban tiempo para curarse. Nick estaba
bien y ahora su pareja tenía que sufrir esta terrible experiencia,
todo por su culpa.
114
Fel Fern
—Vamos a hacer un comercio justo. Me emparejas y yo dejo

libre a tu repugnante humano —dijo Mike, con la voz llena de
veneno.
Su lobo retrocedió ante la idea de estar emparejado con un

lince cambiaforma oportunista con un alma negra. Nick era su único,
pero ¿qué otra opción tenía Harris?
Nick se merecía algo mejor, ciertamente no la muerte.
—¡Harris, no! —Nick gritó con voz ronca, silenciado cuando

Mike presionó sus garras en la piel, sacando pequeños pinchazos de
sangre.
—Harris, —dijo Riley con voz tensa, agarrándolo del brazo.
—Está bien. Prométeme que te asegurarás de que Nick salga

sano y salvo de esto, —dijo Harris.
—Lo prometo, —le aseguró Riley, pero pudo ver que su hermano
estaba enojado con la situación.
Respiró hondo y se acercó a Mike, deteniéndose cuando éste le

tendió dos dedos de la mano libre.
—Espera, recuerda, Harris, si me arrancas la garganta, tu

pareja muere—. Mike sonrió y apretó con más fuerza el cuello de
Nick. Nick hizo ruidos ahogados, haciéndolo gruñir. —¿Nos
entendemos? Después de que me des tu marca de compañero,
dejaré ir al humano.
115
Fel Fern
Como el infierno. Harris no podía soportar la idea de estar

emparejado con un tipo como Mike. Tarde o temprano, el lobo
dentro de él se rebelaría, se desgarraría del revés. El apareamiento
era un trato único. Una vez que mordiese a Mike, las marcas de
Nick se desvanecerían, pero aparearse con alguien a quien odiaba
estaría cerca de autolesionarse.
Harris se convertiría en un cambiaformas rebelde, incapaz de

controlar a su animal, pero mejor él que Nick.
—Correcto.
Mike le hizo un gesto para que se acercara. Riley gruñó detrás

de él, pero Mike dijo:
—Quédate ahí o los dos estarán muertos.
—Entiendo, —dijo su hermano entre dientes.
Harris no se hacía ilusiones de que Mike liberaría a Nick una

vez que obtuviera lo que quería. No, Mike mataría a Nick, pero sabía
que su hermano se aseguraría de que Nick saliera vivo de esto.
Acercándose a Mike, convirtió su rostro en una máscara

neutral. Mike le mostró la garganta con una sonrisa de complicidad
en el rostro.
—Primero libera a Nick de los lazos, —insistió.
Mike se rió entre dientes.
—¿Recuerdas quién está a cargo aquí, grandullón?
116
Fel Fern
—No hay trato si no liberas a Nick, ¿recuerdas? Endulzaré el

trato. Libera a Nick y no haré esto difícil. Iré de buena gana.
Mike lo miró durante un par de segundos antes de soltar a

Nick. Un golpe y Mike liberó las manos de Nick; ninguno de ellos
anticipó que Nick se defendería. A pesar de que los tobillos de Nick
todavía estaban atados, Nick se lanzó, silla y todo, derribando a
Mike al suelo.
Esa fue toda la distracción que Harris necesitaba. Empujó a

Nick, justo cuando Mike siseó y comenzó a cambiar. Harris alcanzó
a su lobo. Riley corrió hacia ellos, empujando a Nick hacia atrás,
fuera del alcance de cualquier daño.
Mike se abalanzó sobre Nick, completamente cambiado ahora,

pero Harris lo derribó. Lucharon, una mancha de colmillos y dientes.
A Harris nunca le gustó quitar vidas, pero vio que no se podía
razonar con Mike. Peor aún, vio la muerte de Nick reflejada en los
ojos de Mike. Este cambiaformas lince nunca se rendiría,
especialmente si Harris le mostraba misericordia.
Con un gruñido, Mike abrió las mandíbulas y mostró los dientes.

El lince cambiaformas fue por su cuello, pero Harris fue más rápido.
Fingió estar herido, pero rápidamente golpeó, hundiendo los dientes
en la garganta de Mike. Sin dudarlo, rasgó la piel. Mike se debilitó
contra él, la luz de sus ojos se desvaneció.
117
Fel Fern
Seguro de que la amenaza a su pareja había desaparecido

realmente, Harris se bajó del cadáver de Mike y se acercó a Nick.
Para entonces, Riley había liberado a Nick de la silla.
—Harris, —susurró Nick, con lágrimas en los ojos.
Nick estaba de rodillas mientras tomaba a Harris en sus

brazos, aparentemente indiferente a Harris que estaba cubierto de
sangre.
Riley se aclaró la garganta.
—Harris, voy a llamar al sheriff y explicarle las cosas.
Con eso, Riley abandonó el apartamento, dándoles toda la

privacidad que necesitaban. Harris escondió a su lobo para poder
rodear con los brazos a su valiente compañero.
Nick hundió la cabeza en su pecho y sollozó.
Harris acarició el cabello de Nick.
—Todo ha terminado ahora.
Quedó un poco desconcertado cuando Nick le dio un puñetazo

en el pecho, pero el puñetazo no tuvo ningún efecto. Las lágrimas
nadaron en los ojos de Nick. Mierda. No quería volver a ver a Nick
llorando nunca más.
—Estúpido, —maldijo Nick. —¿Cómo te atreves a arriesgarte

así?
—¿Estúpido? —Preguntó Harris, divertido.
118
Fel Fern
Nick se mordió el labio inferior.
—Sabes a lo que me refiero.
Harris lo apretó con más fuerza.
—Lo sé, lamento haberte preocupado tanto.
—¿Estaremos en problemas? —Preguntó Nick, mirando el

cuerpo de Mike.
Sacudió la cabeza.
—Conocemos al sheriff desde que éramos niños. Además, todo

esto se hizo en defensa propia. No te preocupes demasiado por eso.
Nick parecía poco convencido.
Harris le dio a Nick un rápido beso en la boca.
—Estoy tan orgulloso de ti.
—¿Porque golpeé a Mike con una silla? —Preguntó Nick con

escepticismo.
—Sí. Si no hubieras hecho eso, ambos estaríamos peor.
Nick levantó la barbilla.
—Entonces tienes que esforzarte un poco más.
Harris se rió.
—Compañero agresivo y posesivo. No creo que eso suceda.
119
Fel Fern
Además, no le diría a Nick que el próximo hijo de puta que

pusiera sus manos sobre su pareja sufriría un destino peor que una
muerte rápida.
Besó la parte superior de la cabeza de Nick.
—Hoy fue un largo día. Vámonos a casa, cariño.
—Me gustaría eso, —admitió Nick, luego el color apareció en

sus mejillas y cuello. —¿Me vas a recompensar por hacerlo bien
hoy?
Harris se puso duro al instante con esas palabras. Frotó su

erección contra Nick, haciendo que ambos gimieran.
—Oh, puedes apostar.
120
Fel Fern
Capítulo 13
Nick prácticamente saltó hacia la puerta del apartamento,
sabiendo que Harris lo esperaba. Se detuvo abruptamente frente a
la puerta.
¿Qué pensaría Harris de él? Que estaba actuando como un

niño, cuando era el chico mayor en la relación. Aún así, se sintió
como si todas las últimas piezas del rompecabezas cayeran en su
lugar. Si le preguntaran hace meses, Nick nunca creería que podría
ser tan feliz.
Se acomodó la corbata y sacó las llaves. Sin embargo, sus

manos temblaban de emoción, y le tomó dos intentos abrir la puerta.
Su boca cayó ante la vista que le esperaba.
—Oye, cariño. Esa entrevista tomó mucho tiempo, —dijo

Harris arrastrando las palabras.
Su impresionante compañero descansaba en el sofá, sin

absolutamente nada. Nick fue vagamente consciente de haber
cerrado la puerta de golpe y siguió mirando. ¿Cómo podía no
apreciar el magnífico espécimen masculino frente a él?
Harris era todo sonrisas y kilómetros de músculos y la mirada

de Nick finalmente se centró en la enorme polla de Harris, ya a
media asta. Al ver hacia dónde miraba, Harris le dio unos tirones a
121
Fel Fern
su polla. Todo lo que Nick podía pensar era en Harris martillando

toda esa gloriosa longitud dentro de él, hasta que no podía respirar.
Chasqueó la lengua, buscó a tientas algo sexy que decir. Todo

lo que Nick logró fue:
—Conseguí el trabajo.
Harris se rió entre dientes.
—Sabía que lo harías. Por eso estamos aquí para celebrar.
—¿Cómo lo supiste? —Preguntó, quitándose los zapatos.
Harris pareció desconcertado por su pregunta.
—¿Por qué no ibas a hacerlo? Eres increíble en tu trabajo,

Nick. No solo conoces tu mierda, tienes pasión y eso es algo que no
se puede aprender.
A Nick le encantaba cómo ambos se conocían de adentro hacia

afuera.
—¿Tienes tanta confianza en mí? —Preguntó, acercándose más

a su tentadora pareja.
—Por supuesto. —Más valiente ahora que nunca, alcanzó a su

pareja, se sentó a horcajadas sobre Harris y puso una mano sobre
su ancho pecho. Un estruendo sexy surgió de Harris. La piel se
sintió cálida contra su palma.
Harris apretó su corbata y tiró de él hacia delante. Nick abrió

la boca automáticamente para recibir el beso abrasador de Harris
122
Fel Fern
que despertó todos los nervios de su cuerpo. Harris le puso una

mano en el trasero y se dio cuenta claramente de que todavía tenía
demasiada ropa puesta.
Cuando Harris lo soltó, Nick buscó a tientas su chaqueta.

Harris le ayudó a quitársela. Le siguió la corbata, la camisa, los
pantalones y los bóxers. Nick se puso de pie para quitarse cada
centímetro de ropa más rápido. Una vez desnudo, volvió a deslizarse
sobre el regazo de Harris. Harris agarró la corbata del suelo.
—Manos afuera, Profe.
Nick ofreció las manos, finalmente notando los artículos en la

pequeña mesa al lado del sofá. Tragó, viendo el lubricante y su
vibrador púrpura favorito. Harris sonrió y le pasó la tela por las
muñecas, luego agarró el juguete y el lubricante.
—¿Tiene ganas de jugar, profesor? —Preguntó Harris.
Nick respondió inclinándose cerca y mordiendo el anillo del

pezón de Harris.
—Joder, —murmuró Harris, y Nick pudo sentir cómo la polla de

Harris se endurecía contra su estómago. Entonces tomaría esa
maldición como un cumplido.
Harris se lubricó los dedos y luego los metió en su agujero.

Nick gimió. Harris agregó más en su abertura, antes de empujar el
juguete hacia adentro. Nick se movió en el regazo de Harris cuando
123
Fel Fern
el objeto lo abrió. Una vez que estuvo en él, Harris tomó el pequeño
control remoto y encendió el botón.
Leves vibraciones lo recorrieron. Nick gimió cuando Harris

envolvió los dedos alrededor de su polla y comenzó a trabajarlo.
—¡Oh! —Nick gritó cuando Harris apretó los dientes contra su

pezón izquierdo y lo mordió. El botón se apretó y Harris se movió
hacia la derecha, dejando su marca allí también. A este paso, Nick
se vendría antes de tener permiso.
Como si conociera sus pensamientos, Harris le dio a su polla un

apretón de advertencia.
—Todavía no, profe. ¿A menos que estés pidiendo una paliza a

propósito?
—Eres un mal estudiante, —susurró, increíblemente excitado.
Habían pasado dos semanas desde el incidente con Mike.

Desde entonces, habían sucedido muchas cosas. Con la ayuda de
Harris, empacó todas sus pertenencias y se mudó al lugar de Harris.
Harris se inscribió en clases para el próximo trimestre, alternando
su tiempo entre el bar y completar su título.
Nick consiguió esa entrevista con el decano. La primera ronda

salió bien. La última entrevista de hoy llegó con buenas noticias:
Nick iba a comenzar a dar clases este lunes.
Ty le preguntó una vez si valía la pena. Nick respondió que sí

sin dudarlo, porque se dio cuenta de que antes de conocer a Harris,
124
Fel Fern
su vida se sentía como si le faltara algo vital. En todo lo que se

centró fue en obtener su doctorado y desarrollar su carrera. Nick
se sumergió en el trabajo, mientras descuidaba el hecho de que su
corazón lloraba por alguien a quien amar y apreciar.
Nunca en la imaginación más salvaje de Nick se dio cuenta de

que todas las respuestas estaban en un apuesto estudiante de su
clase. Cada vez, Harris seguía disculpándose por arrastrarlo a su lío.
La respuesta de Nick fue siempre la misma.
Había que luchar por algo que valiera la pena conservar.

Todavía tenía algunas cicatrices dejadas por las garras de Mike,
pero las llevaba con orgullo, abiertamente. Eran sus marcas de
batalla y le gustaba que Harris lo llamara “su valiente compañero”.
El amor hacía que la gente hiciera cosas estúpidas, pero al

final, Nick no se arrepintió de nada. Quizás todo ese tiempo
separados ayudó a Nick a encontrarse a sí mismo también, lo hizo
más fuerte porque nunca en su vida había deseado tanto algo.
Nick no solo encontró a su pareja, también ganó una nueva

familia en la forma de los otros hermanos Winter y sus compañeros.
En todo caso, el incidente con Mike solo los acercó a todos. Incluso
Riley, que alguna vez tuvo sus reservas sobre él, pareció tratar a
Nick con un nuevo respeto, después del incidente con Mike.
Al final de un largo día, Nick estaba ansioso por dirigirse al

bar Howling Wolf para tomar una cerveza. Para charlar con Harris y
preguntarle a su pareja sobre su día. Una palabra le vino a la mente
125
Fel Fern
cuando se sentó en su lugar habitual junto a la barra y fue hogar.

Nick finalmente lo había encontrado, el lugar al que pertenecía,
justo en medio de un bar abarrotado con su pareja frente a él.
—¿Qué estás pensando? —Preguntó Harris, sus ojos

volviéndose amarillos de lujuria.
—Sobre nosotros, nuestro viaje y nuestro futuro—. Nick podía

verlo claramente ahora. Harris y él hablaron de conseguir un
apartamento más grande, de formar una familia. Cuando era soltero,
nunca pensó que era material de novio, asumió que moriría solo y
comido por sus doce gatos. Harris sacó un lado de él que Nick nunca
pensó que existiera.
—Me gusta eso. —Harris le acarició el cuello con la nariz y

comenzó a pellizcar hacia abajo. Nick se estremeció. —Quizás
deberías escribir un libro.
Nick le devolvió la sonrisa a su compañero.
—Podría.
Finalmente, dijo:
—Me alegro de haber venido aquí.
—Yo también. —Harris volvió a tomar sus labios, esta vez el

beso fue tierno y lento. Cuando Harris se retiró, los ojos del
hombre lobo se suavizaron y todas las emociones allí hicieron que su
respiración se atascara. —Te amo, Nick. Maldita sea.
126
Fel Fern
Nick presionó sus manos atadas contra el pecho de Harris.

Podía sentirlo, el latido constante del corazón de Harris. ¿Cómo era
posible que hace dos semanas casi perdiera a su hombre?
La voluntad de vivir combinada con el miedo a perder a Harris

justo después de que descubrió que era su alma gemela, había
empujado a Nick a luchar, a empujar a Mike al suelo y revertir la
desesperada situación.
Miró profundamente a los ojos de su pareja.
—Yo también te amo, cariño.
Sellaron el momento con otro beso, antes de que Harris

aumentara la configuración de control. Intensas ondas vibraron a
través de Nick ahora, prácticamente rebotó en el regazo de Harris.
—Fóllame, —dijo con un gemido. —Por favor.
—Porque lo pediste tan amablemente, ¿cómo puedo negarme,

profe? —Harris sacó el vibrador de su trasero y agregó más
lubricante. Para entonces, Nick estaba bien estirado y listo para
recibir el impresionante eje de su pareja.
Harris guió la polla hacia su entrada. Nick puso sus brazos

restringidos alrededor del cuello de Harris. Entonces Harris entró
en él de un golpe seguro. Ardía, pero era exactamente como lo
quería Nick. Respiró temblorosamente cuando Harris enterró las
bolas profundamente en él, hasta que no hubo espacio entre sus
cuerpos.
127
Fel Fern
—Dime esas palabras de nuevo, —susurró. La polla de Harris lo

llenó por completo, recordándole a Nick a quién le pertenecía
legítimamente, cuerpo y corazón.
Harris lo hizo, repitiendo las dos palabritas mientras se

enterraba una y otra vez. El orgasmo de Nick comenzó a subir.
Harris continuó trabajando su polla, moviendo su mano hacia arriba
y hacia abajo. La doble sensación de Harris cabalgándolo con fuerza
y sosteniendo su polla cautiva lo empujó cerca del borde.
Su visión se nubló. La boca de Harris estaba sobre la suya de

nuevo, llenándolo de calor y el familiar sabor de su pareja. Nick
jadeó cuando se separaron, mirando los intensos ojos dorados de
Harris.
—Estoy cerca, —admitió.
—Yo también. Nos venimos juntos, —ordenó Harris.
Harris movió las caderas y se estrelló contra su punto dulce.

Nick arqueó la espalda y jadeó ante la intensa punzada de placer
que lo recorría. Harris fue por su próstata repetidamente. Nick
hundió los dedos en la nuca de Harris, sabiendo que estaba muy
cerca.
—Grita tu liberación, bebé. Quiero escucharlo.
A la orden de Harris, Nick se corrió, arrojando hilos de su

semen y cubriendo los abdominales y el estómago de Harris. Dejó
escapar un suspiro de satisfacción y apoyó la cabeza contra el
128
Fel Fern
pecho de Harris. Harris bombeó dentro de él varias veces más,

antes de derramar su carga dentro del trasero de Nick.
—Jodidamente perfecto, —dijo Harris después.
Aturdido por el placer y esas palabras, Nick solo pudo manejar

un gemido. Harris comenzó a acariciar la línea de su espalda, su
toque como magia. Su corazón se sentía lleno, abrumado por las
emociones.
—Todavía no, —le dijo a Harris. Mordió el lóbulo de la oreja de

Harris. —Quiero montarte.
Harris arqueó una ceja, pero Nick pudo sentir que el eje de
Harris se volvía a engrosar. La ventaja de tener un hombre lobo
como pareja.
—¿En el dormitorio entonces? —Preguntó Harris contra su

oído, haciéndolo temblar.
—Oh, sí. Definitivamente.
Fin.
TRADUCCIÓN: CATHY - MVB
REVISIÓN: IPHI
EPUB: MARA
129
Fel Fern
Libro 01: DEVLIN

Libro 02: CADE
Libro 03: RILEY
Libro 04: HARRIS
Fel Fern
130
Fel Fern
Sobre El Autor
Felicia Fern ama escribir romance M / M erótico paranormal.
Una sádica a la que le encanta ver a sus héroes romper sus

espaldas tratando de ganarse sus finales felices, a Fel le gusta
lanzar ocasionalmente lo desconocido a la mezcla romántica
habitual.
131
Fel Fern

04 Harris

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Esta obra posee CONTENIDO HOMOERÓTICO, es decir tiene

escenas sexuales explícitas de M/M y por ello es solo apto para

Como grupo de traducciones, hacemos este trabajo sin ánimo de

lucro y como un hobby. Un trabajo que consiste en traducir un libro

del inglés al español, corregirlo y editarlo; todo ello lo mejor que

Para que podamos seguir beneficiándonos de la buena lectura y

para poder mantenerlo de forma segura y privada queda total

mente prohibido compartir ni hacer publicidad de nuestros libros

fuera de esta web.

Queda terminantemente prohibido modificar los archivos de los

El hombre lobo dominante Harris sabe que está mal querer a

¿Puede un profesor desaliñado hacer que funcione con el

Harris no debería estar aquí y, sin embargo, dio los últimos

En el momento en que el profesor asistente entró en la sala de

Sus tres hermanos mayores se reirían mucho si supieran su

Se paró frente al apartamento de Nick, mirando los números

No hubo respuesta, pero su lobo sintió que el apartamento no

Todos sus nervios se disiparon cuando el profesor abrió la

Dios. Las mentiras que Harris se decía a sí mismo eran

El lobo dentro de él era un luchador dominante y se negaba a

El humano abrió la puerta, luciendo demacrado, con círculos

Nick parpadeó, como si no pudiera creer que Harris estuviera

—¿Qué estás haciendo aquí? —Susurró Nick.

Harris detectó miedo en su voz y algo más. Emoción.

Harris hizo un breve trabajo con ellos. Fue fácil. Harris se

—Dijiste que odiabas pasar las vacaciones solo, —dijo Harris.

Harris de repente se sintió como el tonto más grande del

Me siento seguro contigo, le había susurrado a Nick. No me

Harris se demoró, a pesar de que tenía un trabajo que

Al final, tal vez Harris malinterpretó todas las señales. Habían

conferencias. Cuando Nick pensó que nadie estaba mirando, Harris

Nunca le gustó sentarse en la primera fila de todas sus clases,

Podía sentir su cara ardiendo. La bestia que gruñía en él lo

—Harris, espera. Por favor. Me tomaste por sorpresa —le

Me llamó por mi nombre de pila, no por mi apellido.

Harris se volvió para ver a Nick todavía de pie junto a la

—Por favor, —repitió Nick, una súplica silenciosa en sus ojos.

Joder, pero Harris no podía inventar una excusa en ese

¿Sabía Nick qué tipo de animal violento tenía Harris dentro de

Los pensamientos de inclinar a Nick, joderlo desde atrás y

Un gruñido salió de su garganta y los ojos de Nick se

—Tú sabes lo que soy, profesor, —dijo, con la voz un poco

Al ver que los ojos de Harris Winter se volvían dorados, Nick

Su corazón comenzó a acelerarse un poco más, como todas

Nick era el adulto aquí, debería tener el control y, sin

Siempre había sido abierto acerca de su sexualidad en sus

Se tocó la garganta por reflejo, recordando cómo gritó hasta

No. Nick no le tenía miedo al animal de Harris. Harris podía ser

Se abrieron las puertas del ascensor. Nick esperó, sabía que,

Las siguientes palabras de Nick podrían cambiarlo todo, lo

—Entra por favor. Está helando fuera. Caliéntate primero, al

Harris dio un par de pasos hacia él, como si estuviera

Con 1,83 cm de músculo sólido, cabello oscuro y ojos verdes,

Este chico no solo era lindo, era jodidamente hermoso. Ese

No estaba tan mal querer a Harris. Según su expediente,

Sabía que los chicos y chicas de la universidad rondaban a

Harris lo alcanzó ahora. Nick dio un paso atrás y mantuvo la

—Gracias. Um, las pondré en un jarrón —dijo Nick, caminando

Podía sentir a Harris siguiéndole. Para ser un tipo tan grande,

La tensión aumentó cuando Nick colocó las flores en un jarrón.

—¿De dónde las sacaste? Son hermosas.

—Las compre en la floristería de la ciudad, —respondió Harris.

—Disculpa por mis modales, ¿puedo tomar tu abrigo? —