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LA FABULA PALLIATA: TERENCIO

1. Biografía de Terencio:
• Fuentes: frente a la escasez de datos con las que contábamos en el caso de Plauto,
para Terencio tenemos una biografía suya realizada por Suetonio, un comentario
de cinco de sus seis comedias de Elio Donato y, por supuesto, todas sus comedias.
• Su nombre completo era Publio Terencio Afro (Publius Terentius Afer): de origen
cartaginés, llegó a Roma como esclavo del senador romano Terencio Lucano (de
ahí Afer, por su procedencia norteafricana, y Terentius, por su amo).
• Se desconoce la fecha exacta de su nacimiento: se cree que debió nacer entre el
año 195 o 185 a.C.
• Se codeó con el Círculo de los Escipiones, que actuaron como sus protectores:
grupo de filósofos, poetas y políticos romanos, patrocinado por la madre de los
Gracos, Cornelia, y su yerno Escipión Emiliano. Destacó su amistad con este
último, Escipión Emiliano, con Gayo Lelio y Lucio Furio, todos ellos personajes
ilustres y cultos de la Roma de su tiempo. Estos defendían los valores culturales
y literarios griegos que quisieron transmitir a la literatura latina. A este círculo
pertenecieron un importante número de intelectuales como el historiador Polibio,
el poeta Lucilio y filósofos de la talla de Panecio, además de Terencio. Esta
amistad despertó la envidia de algunos y suscitó numerosas críticas, las cuales
tuvo que enfrentar en los prólogos de sus propias comedias. Su pertenencia a este
grupo dotó a sus obras de un purismo y elegancia muy diferentes a las obras
plautinas e introdujo principios éticos del pensamiento heleno en un público que
aún no disponía de la suficiente madurez para asumirlo.
• Escribió sus seis comedias entre los años 166-160 a. C. (esta información resulta
segura gracias a las didascalias).
• Tras representar sus seis comedias, emprendió un viaje –según unos a Grecia y
según otros a Asia Menor– del que no volvería, pues murió misteriosamente.
• Es el último representante del esplendor de la palliata, ya que, después de él, el
género entró en decadencia.

2. Obras: conservamos 6 comedias: Andria (La muchacha de Andros),


Heautontimorumenos (El atormentador de sí mismo), Eunuchus (El eunuco),
Phormio (Formión), Hecyra (La suegra) y Adelphoe (Los hermanos).

3. Modelos empleados por Terencio: siguió los modelos de la Comedia Nueva


griega (Menandro para Andria, Heautontimorumenos, Eunuchus y Adelphoe;
para Hecyra y Phormio, Apolodoro de Caristo). Se mostró siempre muy
respetuoso con los modelos de la Néa griega, componiendo sus obras según el
gusto filohelénico de sus patronos y dirigiendo sus comedias a un espectador
culto, admirador de lo griego.

4. Personajes: sigue con fidelidad los modelos helenos, por esta razón, encontramos
en sus comedias los personajes tipo de la Néa griega y ya no aparece ningún
personaje de la atelana (como podía pasar en Plauto). En general, sus personajes
presentan una mayor evolución psicológica que los plautinos. Se muestran
elegantes, sensibles y educados (independientemente de su género o condición
social). Al ser personajes más evolucionados, intentan solucionar los conflictos
que surgen en escena de manera más meditada y reflexiva. Del mismo modo,
destaca también el mayor protagonismo que le otorga a los papeles femeninos.

5. Prólogo polémico o literario: el inicio de la crítica literaria. ante las duras


críticas recibidas por su obra, Terencio cambia la estructura de la comedia y
dedica el prólogo a defenderse de las acusaciones que vierten contra él otros
dramaturgos contemporáneos (uno de sus mayores enemigos literarios fue Luscio
Lanuvino, del que nunca da su nombre, pero a quien se dirige en más de una
ocasión). En estos prólogos, Terencio se muestra como un autor culto, seguro de
su talento literario, que se dirige directamente a un público reducido y experto,
capaz de valorar los argumentos que aporta en la confrontación literaria a la que
se ve expuesto.
• Argumentos terencianos ante las críticas: en primer lugar, sus rivales le
acusaban de tener un estilo débil y lingüísticamente pobre, carente de vis comica;
frente a estas acusaciones, el autor cartaginés no dio una respuesta clara, pues sus
diálogos de tono amable y sosegado transmiten efectivamente poca fuerza
dramática. En segundo lugar, se pensó que sus protectores le ayudaban a
componer sus obras. A esta acusación tampoco contestó de forma contundente, ya
que la seguridad que obtenía por parte del Círculo de los Escipiones era mucho
más valiosa que cualquier rumor que circulara a este respecto. Por otro lado,
también fue denunciado por haber copiado a otros dramaturgos latinos, en
concreto, por haber tomado dos personajes de una comedia de Nevio y Plauto
titulada Colax para su Eunuchus y una escena de los Commorientes de Plauto.
Ante esta acusación, para los personajes del Colax, reconoce que lo hizo por
desconocimiento y niega haber tomado la escena de los Commorientes de Plauto.
Por último, recibió muchas críticas por practicar la contaminatio, técnica
compositiva que ya habían usado anteriormente Nevio o Plauto, con lo que esta
acusación hacia su persona perdía relevancia
• ¿Qué hacía Terencio con la información aportada normalmente en los
prólogos?: la mayoría de las veces empleaba un personaje protático que
comunicaba al público los datos necesarios para seguir sin problemas el
argumento, o bien, ponía esta información en boca de otros personajes a lo largo
de la obra, con esto creó el suspense trágico (que resulta clave para entender el
fracaso de Hecyra, por ejemplo).

6. Lengua y estilo:
• Su lengua se describía básicamente como elegante, delicada y decorosa. Era una
lengua sin artificios y de extremada corrección sintáctica.
• Métrica: casi toda la obra de Terencio está dedicada a las partes habladas
(diverbia), compuestas en senarios yámbicos, mientras que las escasas partes
cantadas (cantica) que hay emplean el septenario trocaico y el octonario yámbico.
• Frente a la fabula motoria plautina, la terenciana se puede catalogar como fabula
stataria.
• En escena recrea un mundo ideal, totalmente literario, que no recuerda nada al
estilo informal de la calle (como sí hacía la obra plautina).
• Invita a la reflexión en muchas de sus obras, sin pretender un fin moralizante.
• En su obra se eliminan casi por completo las partes cantadas (cantica).
• Escaso empleo de recursos metateatrales (como la ruptura de la cuarta pared).
• No utilizaba las escenas que tanto hacían reír a los espectadores romanos (tan
típicas en las obras plautinas) como las palizas o las alusiones sexuales.
• Los finales de sus comedias suelen resultar abruptos, donde el problema planteado
se soluciona rápidamente, sin explicar con detalles la resolución (rasgo también
presente en Plauto).
• Humanitas: un verso de su comedia Heautontimorumenos (v. 77) que dice así:
homo sum, humani nihil a me alienum puto (soy un hombre y ninguna situación
humana la considero ajena a mí) resume el sentido de humanitas que caracteriza
la obra terenciana. Son piezas teatrales pensadas para exponer sobre las tablas la
actitud ante la vida de la clase aristocrática, con su lengua, su moral y su
sensibilidad. Sobresale en este sentido la amabilidad que muestran todos los
diálogos (independientemente de la condición del personaje), la benevolencia de
sus personajes y el tono decoroso y elegante que hace que la vis comica se reduzca.
En esta humanitas que caracteriza el estilo de Terencio radica su originalidad
frente a Plauto.

7. Pervivencia de Terencio: se convirtió ya en la Latinidad en texto escolar. Fue


muy apreciado en la Edad Media, en el Renacimiento, en el Barroco y en el
Neoclasicismo. Entusiasmó a Petrarca y Erasmo. A finales del siglo XVI se
publicó una colección de frases de Terencio con el título de Vulgaria Terenti.
Influyó en autores y obras tan importantes como Molière, Leandro Fernandez de
Moratin y en La Celestina. Gozó del privilegio de gustar en todas las épocas y ser
utilizado como texto educativo.

Bibliografía recomendada
Augoustakis, Antony y Traill, Ariana (2013), A companion to Terence, Wiley-Blackwell:
UK.
López, Aurora y Pociña Andrés (2007), Comedia romana, Ediciones Akal: Madrid.
Plauto-Terencio (2012), Comedia latina: obras completas de Plauto y Terencio, trad. de
Román Bravo, José, ed., introducción y notas de López Gregoris, Rosario,
Cátedra: Madrid.
Riquelme Otálora, José (1995), “Humanismo y universalidad en el teatro de Terencio”,
Classica 7/8, Sâo Paulo, 259-269.
Terencio (2008), Obras, Gredos: Madrid.

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